Descubren en Turquía (tras un terremoto) una tablilla cuneiforme de la Edad del Bronce que describe una compra enorme de muebles

Un grupo de arqueólogos ha descubierto una pequeña tablilla cuneiforme en el lugar donde se encontraba la antigua ciudad de Alalakh. Crédito: Murat Akar/Universidad Mustafa Kemal.

Un grupo de arqueólogos descubrió una pequeña tablilla de 3.500 años de antigüedad inscrita con escritura cuneiforme durante las excavaciones realizadas en un lugar de Turquía que podría arrojar luz sobre cómo era la vida durante la Edad del Bronce Tardía.


La escritura cuneiforme, una de las formas más antiguas de escritura, se utilizaba en todo el antiguo Medio Oriente. La misma registraba el sumerio, el acadio y otras lenguas de Mesopotamia, la región donde se desarrolló la primera civilización conocida del mundo y que ahora es Iraq y partes de Irán, Siria y Turquía. Escribas muy instruidos crearon los característicos caracteres en forma de cuña utilizando cañas en tablillas de arcilla.

La tablilla recién encontrada, que data del siglo XV a.C., parece haber servido como un recibo desglosado. Está escrita en cuneiforme acadio y describe la compra de una gran cantidad de muebles.

"Creemos que esta tablilla, que pesa 28 gramos, aportará una nueva perspectiva para comprender la estructura económica y el sistema estatal de la Edad del Bronce Tardía", declaró Mehmet Ersoy (izquierda), ministro de Cultura y Turismo de Turquía, en un comunicado.

La tablilla sólo mide 4,2 por 3,5 centímetros y tiene un grosor de 1,6 centímetros. Los investigadores encontraron el artefacto fuera de la puerta de la antigua ciudad de Alalakh, ahora conocida como el montículo y yacimiento arqueológico de Tell Atchana.

Yacimiento yacimiento arqueológico de la antigua ciudad de Alalakh.

Pero quizás lo más sorprendente es que la diminuta tablilla fue encontrada en julio durante los trabajos de restauración tras los devastadores terremotos ocurridos en la región. Tras la catástrofe natural, la arqueología se ha convertido en una forma de restauración y recuperación para la comunidad, declaró el director de la excavación, el Dr. Murat Akar (derecha).

Un pedido antiguo de muebles

"El arqueólogo británico sir Leonard Woolley excavó por primera vez la ciudad de Alalakh en la década de 1930, y descubrió un archivo de tablillas cuneiformes en una fortaleza contigua a la puerta de la ciudad", explica el Dr. Jacob Lauinger, profesor asociado de Asiriología en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore. "La nueva tablilla procede o bien de ese mismo archivo de tablillas o bien de otro no excavado en la fortaleza, y que llegó hasta la puerta en algún momento", dijo Lauinger.

Lauinger y Zeynep Türker, una estudiante de doctorado del departamento de estudios de Medio Oriente de la Universidad Johns Hopkins, han traducido y estudiado la tablilla junto con Murart Akar, que es profesor asociado del departamento de Arqueología de la Universidad Mustafa Kemal de Turquía.

Fotografía de la tablilla cuneiforme en lugar de su descubrimiento.

Los hallazgos se publicarán en un estudio revisado por expertos dirigido por Türker, pero de momento, su traducción de la tablilla revela la compra de unas 200 o más mesas, sillas y taburetes de madera. Aunque otras tablillas de Alalakh mencionan la producción de muebles en el sitio, nada ha alcanzado la escala de los enumerados en la tablilla recién descubierta, dijo Lauinger.

El equipo está investigando las conexiones de esta tablilla con otras desenterradas por Woolley, así como con tablillas cuneiformes que mencionan muebles en otros yacimientos de la Edad del Bronce Tardío.

"Las tablillass de carácter administrativo, como la hallada en Alalakh, registraban el número de materias primas y productos acabados que los trabajadores del palacio creaban, distribuían y utilizaban", explica Lauinger.

"Por ello, proporcionan una visión increíble de la antigua sociedad y economía de Alalakh. ¡Estamos leyendo literalmente las cuentas de un antiguo contador de hace casi 3.500 años!". dice Lauinger en un correo electrónico.

Pero el equipo también está intentando discernir cómo encaja la tablilla en el contexto más amplio de la sociedad que vivía en la antigua ciudad en aquella época. Los investigadores creen que los muebles se construyeron más o menos al mismo tiempo y no en lotes de pequeños pedidos que se fueron acumulando con el tiempo. Ahora, el equipo quiere explorar los diferentes escenarios históricos que habrían requerido tantos muebles.

"¿Fue para alguna ocasión especial en Alalakh, como un matrimonio real?", se pregunta Lauinger. "¿Pudo ser para un festival religioso? ¿Producía Alalakh muebles para la exportación? Esperemos poder empezar a descartar algunos de estos escenarios y así defender otros como más probables".

Los arqueólogos siguen estudiando la tablilla para poder completar la información que de la misma se desprende. Crédito: Murat Akar/Universidad Mustafa Kemal.

Salvar una ciudad perdida

"Una vez que concluyeron las excavaciones de Woolley a finales de la década de 1940, el yacimiento se dejó deteriorar durante casi un siglo y la naturaleza reclamó Tell Atchana", según Akar. El sitio se encontraba en un estado frágil y casi irreconocible tras haber sido cubierto por una espesa maraña de una planta silvestre de raíces profundas llamada mezquite sirio cuando Akar y sus colegas comenzaron a transformarlo en 2012.

El equipo emprendió en 2019 la ardua tarea de proteger, reforzar y preservar la arquitectura de adobe de la antigua ciudad, pero en febrero de 2023 se produjeron varios terremotos a lo largo de una falla situada a un kilómetro de Tell Atchana. Un terremoto de magnitud 7,8 sacudió 11 ciudades del sureste de Turquía y el norte de Siria el 6 de febrero de 2023, seguido de otro de magnitud 7,5 nueve horas después. Un tercer sismo de magnitud 6,3 y 40.000 réplicas se produjeron 14 días después. Se perdieron decenas de miles de vidas.

Algunas secciones de las nuevas zonas de excavación del yacimiento se derrumbaron y las exposiciones a gran escala de las investigaciones de Woolley sufrieron graves daños. Sin embargo, el complejo de investigación arqueológica que utilizaba el equipo permaneció en pie y se convirtió en un centro de apoyo humanitario durante los primeros meses tras los terremotos, según un estudio de julio del que Akar y sus colegas son coautores y que se publicó en la revista académica Journal of Field Archaeology.

Las secuelas de un terremoto mortal en Hatay, Turquía, se ven el 9 de febrero de 2023. Crédito: Emilie Madi/Reuters.

"Al cabo de unos meses, la restauración y las excavaciones se reanudaron en el yacimiento para proporcionar un entorno a los estudiantes traumatizados por los impactos del terremoto", explica Akar. Para compensar los daños causados por los seísmos, la comunidad local fabricó unos 4.500 ladrillos de barro durante la temporada de 2023.

"Hemos utilizado la arqueología también como medio de recuperación y curación", subraya Akar. "La continuación del trabajo en el yacimiento después del terremoto fue igualmente importante, ya que proporcionó ingresos a la comunidad local y una forma de preservar su propio patrimonio cultural".

"Ocurrió durante las nuevas excavaciones en Tell Atchana cuando se encontró la tablilla cuneiforme. A medida que continúen las excavaciones, el equipo de investigación siente curiosidad por ver si aparecen más tablillas similares en una parte de la fortaleza que Woolley nunca excavó", advierte Lauinger. "Algunos arqueólogos pasan toda su carrera sin encontrar tablillas cuneiformes, así que se trata, sin duda, de un hallazgo raro y emocionante", concluye Lauinger.

Fuente: cnnespanol.cnn.com | 16 de agosto de 2024

Crece el misterio de Stonehenge: la Piedra del Altar fue transportada más de 750 kilómetros en un increíble viaje desde Escocia

Una fotografía aérea muestra el monumento neolítico Stonehenge, ubicado en Wiltshire, Inglaterra. David Goddard / Imágenes Getty.

Todos los años, millones de personas visitan Stonehenge: sus enigmáticas piedras dispuestas en formas circulares concéntricas llevan atrayendo nuestra atención durante siglos. Entre ellas hay una que, a pesar de ser de las más grandes y estar en la zona central, pasa desapercibida para el ojo poco entrenado.

Se trata de la conocida como Piedra del Altar (la más grande de las piedras azules utilizadas para construir Stonehenge, es un bloque grueso que pesa 6 toneladas métricas y se encuentra en el centro del círculo de piedras enterrada, seguramente por la acción de las enormes moles que ahora yacen sobre ella. Esa roca verdosa apenas perceptible a la vista, que cuando llueve o nieva queda totalmente sepultada por el agua, guardaba un secreto que ahora acaba de ser revelado: cazadores recolectores que vivieron hace más de cuatro milenios la trajeron a Stonehenge desde lo que hoy es Escocia, a más de 750 kilómetros de distancia. Y eso la convierte en la protagonista del viaje más largo registrado para cualquier piedra utilizada en un monumento de ese período. Los resultados acaban de publicarse en la revista Nature.

La Piedra del Altar se puede ver debajo de dos piedras Sarsen más grandes. Nick Pearce / Universidad de Aberystwyth.

En el centro del monumento, señalado en rojo, la Piedra del Altar.

Aunque no se sabe con certeza, se cree que Stonehenge fue construido por los pobladores del Neolítico del sur de Inglaterra en diferentes fases hace entre 4.000 y 5.000 años. También se desconoce su uso, si bien parece ser un lugar donde vida y muerte se mezclaban a menudo: por un lado, aquellas piedras servían para predecir cuándo llegaba una nueva estación gracias a cómo incidían los rayos del Sol sobre ellas; por otro, las varias docenas de tumbas halladas a su alrededor indican que aquello fue, además, un lugar de enterramiento.

Y, con el paso de los años, y a pesar de los avances de la ciencia y la tecnología, la leyenda de misterio de Stonehenge no ha hecho más que acrecentarse. Los geólogos pronto se dieron cuenta de que allí había dos tipos de piedras: las 'sarsen', las cuales proceden de West Woods, cerca de Marlborough, a unos 25 kilómetros de distancia; son las que conforman los bloques de piedra más representativos del yacimiento y tienen su origen en la cercana área sur de Wiltshire. Y las bautizadas como 'piedras azules' -llamadas así porque al estar mojadas emiten un reflejo de este color-, rocas 'extranjeras' que fueron extraídas hace cinco milenios de las colinas de Preseli, en en Pembrokeshire, al oeste de Gales, a 300 kilómetros de distancia.

El análisis químico indicó que casi todos las enormes piedras denominadas sarsens proceden del cercano West Wood, en Wiltshire, donde adquieren forma de pilares de forma natural.

Richard Bevins visitó Craig Rhos-y-Felin, un sitio neolítico y afloramiento rocoso en el lado norte de las montañas Preseli en Gales, donde se originaron algunas de las piedras azules de Stonehenge. Christine Faulkner

La extraña Piedra del Altar

Sin embargo, entre ellas, la Piedra del Altar, en el centro de la formación, era una 'rara avis'. En septiembre del año pasado, un grupo de científicos capitaneados por Richard Bevins (arriba), del Departamento de Geografía y Ciencias de la Tierra de la Universidad de Aberystwyth (Gales), descubrió que la composición de minerales de esta roca, de cinco metros de longitud -si bien está fragmentada en dos- y de seis toneladas, no encajaba con la cantera de Preseli.

Su trabajo, publicado en la revista Journal of Archaeological Science: Reports, señala que «la piedra 80, conocida como Piedra del Altar, una arenisca micácea de color gris verdoso, es anómala porque no se deriva de Mynydd Preseli y sus alrededores, en Gales, y, por tanto, ya no debe incluirse en el grupo de las piedras azules».

Buscando coincidencias

El trabajo de Bevins, quien lleva varias décadas dedicado al estudio de Stonehenge, llegó hasta Anthony Clarke (izquierda) y a Chris Kirkland (derecha), investigadores de la Universidad de Curtin (Australia). No fue casualidad: el primero había vivido en Preseli y se sentía fascinado por Stonehenge desde que lo visitara por primera vez con tan solo un año. «Visité Stonehenge por primera vez cuando tenía un año y ahora, a los 25, regresé de Australia para ayudar a hacer este descubrimiento científico; se podría decir que he cerrado el círculo en el círculo de piedras», dice Clarke. Ambos, junto con el equipo de Bevins, se propusieron encontrar el origen de la misteriosa Piedra del Altar.

Para ello, usaron la firma isotópica de los minerales que forman la piedra (algo así como la 'huella dactilar' de la roca y de la que se puede inferir su antigüedad) y la compararon con material rocoso de diferentes lugares de Gran Bretaña. «Muchas rocas pueden compartir una petrología similar; por ejemplo, los minerales que la componen. Sin embargo, la antigüedad y la química de esos minerales proporciona una identificación mucho más definitiva del lugar de donde proviene el material», explica a ABC Kirkland.

Para comprender mejor el origen de la Piedra del Altar, los investigadores analizaron la edad y la química de los granos minerales de fragmentos de la propia piedra. El análisis reveló la presencia de granos de circón, apatita y rutilo dentro de los fragmentos. El circón data de hace entre 1.000 y 2.000 millones de años, mientras que los granos de apatita y rutilo datan de hace entre 458 y 470 millones de años.

La sorpresa del equipo fue mayúscula cuando los resultados señalaron que aquella firma isotópica era completamente diferente a las piedras de origen galés. En cambio, compartía un 95% de semejanzas con las rocas de la Cuenca Orcadiana, en el noreste de Escocia, a 750 kilómetros en línea recta de Stonehenge. «No esperábamos obtener estos resultados, nos sorprendieron mucho. Los mismos apuntan a distancias mucho más largas de lo que sería común en el Neolítico, alrededor del 2500 a. C. Este transporte tuvo que suponer un esfuerzo asombroso», dice Kirkland.

el análisis isotópico de llamada Piedra del Altar, la piedra azul más grande del centro de Stonehenge, ha reveado que en realidad proviene del norte de Escocia, a unos 1.000 km de distancia, y no de Gales.

¿Viaje por mar?

El descubrimiento abre nuevas preguntas que amplían el misterio de Stonehenge: ¿cómo y por qué los cazadores recolectores que vivieron hace 4.500 años transportaron una roca de cinco metros de largo y un peso de seis toneladas a través de toda Gran Bretaña? Si bien los autores del estudio señalan que esta investigación no ha indagado acerca de los motivos y formas detrás del largo viaje de la Piedra del Altar, sí sugieren una posible explicación: el transporte marítimo.

«Las rocas pueden moverse aprovechando el hielo de las glaciaciones, pero, en este caso, una distancia tan larga es incompatible con este largo trayecto, según los modelos», indica Clarke. Por otro lado, el transporte por tierra tampoco parece la opción más viable: «La Gran Bretaña neolítica estaba densamente arbolada, lo que impedía el transporte terrestre. Había grandes montañas, ríos, pantanos y estuarios que habrían planteado barreras formidables. Además, ya sabemos que existían rutas de navegación basadas en el transporte de carga más pequeña, como cerámica y animales», indica Kirkland. De hecho, un experimento con una barca neolítica demostró que el resto de piedras azules de Stonehenge pudo haber llegado de esta forma.

La Piedra del Altar, cuya procedencia se ha revelado que es del norte de Escocia o de las Orcadas, es similar en forma y tamaño a algunas de las piedras que componen un círculo de piedras de las Orcadas conocido como las Rocas de Stenness (Wiki).

Más allá del cómo, este hallazgo implica un alto nivel de organización social en una era que se presupone mucho menos 'sofisticada'. «Esta piedra ha viajado una distancia enorme, al menos 700 kilómetros, el viaje más largo registrado para cualquier piedra utilizada en un monumento de ese período. La distancia recorrida es asombrosa para la época -indica Nick Pearce (izquierda) de la Universidad de Aberystwyth-. No hay duda de que muestra un alto nivel de organización social en las Islas Británicas durante el período y que estos hallazgos tendrán enormes repercusiones para comprender las comunidades en la época neolítica, sus niveles de conectividad y sus sistemas de transporte».

Los autores coincidieron en que algunas preguntas sobre Stonehenge quizá nunca tengan respuesta. «Sabemos por qué se construyeron muchos monumentos antiguos, pero el propósito de Stonehenge siempre será desconocido», dijo Clarke. «Por eso tenemos que recurrir a las rocas. Es un misterio que perdura».

Fuentes: abc.es | edition.cnn.com | dailymail.co.uk | independentespanol.com | 15 de agosto de 2024

Hallan dos nuevas víctimas del Vesubio junto a un tesoro de oro y joyas en Pompeya

Aspecto general del lugar del hallazgo en la Regio IX de Pompeya. Crédito: Ministero della Cultura.

Las excavaciones en Pompeya vuelven a abrir una ventana a los últimos momentos de la ciudad romana engullida por el Vesubio en el año 79 d.C. "Y el día se convirtió en noche y la luz en oscuridad", narró el político, historiador y militar romano Dion Casio. En el pánico de la erupción, algunos habitantes pensaron que los gigantes se habían rebelado y creyeron ver sus figuras entre el humo del volcán y escuchar trompetas en medio del estruendo. Según Dion Casio, otros muchos pensaban que el mundo entero estaba siendo engullido por el fuego y el caos.

Nunca se sabrá exactamente que pensaron un hombre y una mujer cuyos restos acaban de ser encontrados junto a un pequeño tesoro de 23 monedas de oro, plata y bronce y algunas joyas. Estas dos últimas víctimas fueron localizadas en una pequeña habitación de servicio usada como dormitorio temporal en la domus excavada.

A la izquierda: plano de las distintas estancias de la Región IX de Pompeya. A la derecha: plano de las distintas regiones que componen la ciudad de Pompeya. (ver este enlace)

En las primeras horas del cataclismo, estas dos personas buscaron refugio en la citada habitación, situada en la Región IX, en la misma ínsula donde este mismo año se documentaron lujosos salones de banquetes con frescos de la guerra de Troya. La pareja quedó a salvo en su interior durante unas cuantas horas, a la espera de que dejase de caer la lluvia de lapilli (material volcánico) que castigaba los espacios abiertos del resto de la casa.

El director del Parque Arqueológico de Pompeya, Gabriel Zuchtriegel, dando cuenta del hallazgo.

"La oportunidad de analizar los valiosos datos antropológicos relativos a las dos víctimas examinadas en el contexto arqueológico que marcó el trágico final de su vida, permite recuperar una cantidad considerable de datos sobre la vida cotidiana de los antiguos pompeyanos y las microhistorias de algunos de ellos, con una documentación precisa y puntual, confirmando la singularidad del yacimiento vesubiano", explica Gabriel Zuchtriegel, director del Parque Arqueológico de Pompeya, en el último artículo académico publicado en el E-Journal of the Pompeii Excavations.

Gracias a que tenían la ventana cerrada sobrevivieron a la inundación de pequeñas piedras volcánicas que cubrieron la habitación adyacente pero bloquearon su única salida. Atrapados en la habitación sin posibilidad de abrir la puerta, encontraron la muerte con la llegada de los flujos piroclásticos, una mezcla de gases calientes, aire y material sólido.

Arqueólogos junto a uno de las últimas víctimas del Vesubio localizadas. Ministerio de Cultura de Italia.

Tesoro

"Las huellas en las cenizas nos han permitido reconstruir el mobiliario e identificar su posición exacta en el momento de la erupción: una cama, un arcón, un candelabro de bronce y una mesa con tapa de mármol, quedando aún los muebles de bronce, vidrio y cerámica en su mismo lugar", explica una nota de prensa del Ministerio de Cultura de Italia.

Cerca de la cama, la mujer tenía consigo un pequeño tesoro compuesto por 23 monedas de época republicana e imperial junto a una pequeña luna de plata y varios pendientes de perlas y oro.

Monedas y collar hallados junto a uno de los restos esqueléticos. Ministerio de Cultura de Italia.

"Tras una documentación sistemática se retiró el mobiliario del entorno y se decidieron retirar los restos de la mujer. En esta fase fue posible ver, a la altura de la pelvis, pequeños acopios de objetos de valor, joyas y monedas, que resultaron ser más numerosos a medida que se fue descendiendo con la excavación estratigráfica", explica Zuchtriegel.

Estos últimos hallazgos se enmarcan dentro de un proyecto arqueológico que parte de un enfoque mucho más amplio. "Este es un trabajo de colaboración entre arqueólogos, antropólogos y vulcanólogos comprometidos en la reconstrucción de los últimos momentos de la vida de hombres, mujeres y niños que perecieron durante uno de los mayores desastres naturales de la antigüedad. Pompeya sigue siendo un gran sitio de investigación y restauración, pero en los próximos años esperamos importantes avances en las excavaciones arqueológicas y en la valorización del territorio", declaró Gennaro Sangiuliano (izquierda), ministro de Cultura.

Fuentes: elespanol.com | pompeiisites.org | 12 de agosto de 2024

Un aterrador descubrimiento arqueológico revela más de cuarenta tumbas de niños en Noruega

Vista aérea del complejo funerario descubierto en 2023 en el que fueron enterrados 41 niños. Guro Fossum / Museum of Cultural History

El pasado 2023, un equipo de investigadores liderado por Guro Fossum, asesora del Museo de Historia Cultural y arqueóloga de la Universidad de Oslo, descubrió en la localidad de Fredrikstad, a 90 kilómetros de Oslo, una necrópolis compuesta por más de 40 tumbas, la mayoría de ellas pertenecientes a bebés que fueron enterrados allí hace más 2.000 años.

Los arqueólogos están desconcertados por el descubrimiento, ya que ninguna de estas tumbas era visible el otoño anterior cuando el equipo se encontraba excavando antiguos yacimientos prehistóricos en las inmediaciones, y se toparon de manera fortuita con unas extrañas formaciones.

Tras retirar la turba y desescombrar la zona saltó la sorpresa: salieron a la luz más de 40 formaciones de piedra circulares u ovaladas, de entre uno y dos metros de diámetro, enterradas a unos diez centímetros de profundidad. "Estaban aquí escondidas hasta que las encontramos. Descubrimos una tras otra y terminamos con 41 formaciones de piedra redonda", ha declarado una sorprendida Fossum (izquierda).

Detalle de algunas de las 41 tumbas descubiertas durante las excavaciones en Fredrikstad. Guro Fossum / Museum of Cultural History

Lo que reveló la investigación

Estas formaciones hechas con piedras de color claro se dispusieron alrededor de una gran piedra central. En su interior, los arqueólogos hallaron restos de cremación, principalmente de niños pequeños, y fragmentos de cerámica.

Los resultados de los análisis realizados a los restos óseos han determinado que la mayoría de los niños enterrados eran bebés, mientras que el resto tenía entre tres y seis años. Estas singulares tumbas de piedras datan de la transición entre la Edad del Bronce y Edad del Hierro, y la mayoría de los niños fueron enterrados entre los años 800 y 200 a.C.

"La datación muestra que el lugar de enterramiento fue utilizado durante un largo período de tiempo, por lo que no todos los niños murieron a causa de un mismo evento, como un desastre natural o alguna enfermedad o epidemia", aclara Fossum.

En el interior de las tumbas circulares se encontraron los restos incinerados de varios niños. Guro Fossum / Museum of Cultural History

Ritos funerarios

Junto a las tumbas se hallaron, asimismo, evidencias de actividades cotidianas como pozos de cocción y hogueras, lo que hace pensar a los arqueólogos que aquel lugar pudo haber sido utilizado no solo como cementerio, sino también como un punto donde la comunidad se reunía para celebrar algún tipo de ceremonia funeraria.

Håkon Reiersen (derecha), profesor asociado de Arqueología de la Universidad de Stavanger, afirma que "este descubrimiento es excepcional y único en el contexto europeo por la cantidad de datos que aporta acerca de las prácticas funerarias infantiles en la antigua Noruega". El investigador destaca además que "el alto índice de mortalidad infantil durante aquel período pudo contribuir a que se construyera un lugar de reposo dedicado exclusivamente a los niños".

"Este hallazgo nos conecta profundamente con las emociones humanas universales relacionadas con la pérdida y el duelo por los niños, demostrando que las personas del pasado no eran tan diferentes de nosotros en términos de cómo honraban a sus muertos", apunta Reiersen.

Per aún queda mucho trabajo por hacer. "El siguiente paso será estudiar los ajuares funerarios. Los análisis de los fragmentos de cerámica nos pueden decir mucho. No parece que todos los recipientes fueran contenedores de huesos quemados; algunos estaban colocados entre las tumbas y tenemos mucha curiosidad por saber qué había en su interior", finaliza Fossum.

Próximamente el Museo Histórico de Oslo, inaugurará la exposición En memoria de los niños en la que se expondrá una de las tumbas descubiertas durante las excavaciones en Fredrikstad.

Fuente: historianationalgeographic.com.es | 12 de juliio de 2024

La momia de la 'Mujer que grita' desvela sus secretos 3.500 años después de su muerte

Imagen de la 'Mujer que grita' durante las pruebas a las que fue sometida durante el último estudio.

Sahar Saleem.

En 1935, el Museo Metropolitano de Nueva York dirigió una expedición arqueológica a Egipto. En Deir el-Bahari, cerca de Luxor, el sitio de la antigua Tebas, excavaron la tumba de Senenmut, el arquitecto y supervisor de las obras reales (y supuestamente amante) de la famosa reina Hatschepsut (1479-1458 a. C.). Debajo de la tumba de Senenmut, encontraron una cámara funeraria separada para su madre Hatnofer y otros parientes no identificados.

Allí hicieron un descubrimiento extraño: un ataúd de madera que contenía la momia de una mujer anciana, que llevaba una peluca negra y dos anillos de escarabajo de plata y oro. Pero lo que más llamó la atención de los arqueólogos fue la expresión de la momia: tenía la boca muy abierta, como si estuviera a punto de gritar. La bautizaron como la 'Mujer que grita'.

Anillos de oro y plata en forma de escarabajo que lucía la momia de la 'Mujer que grita'. The Metropolitan Museum of Art, New York.

Ahora, aproximadamente 3.500 años después de su entierro, investigadores de Egipto han utilizado las técnicas científicas más avanzadas para examinar de nuevo (en 2020 se le hizo un estudio previo) a la 'Mujer que grita' y aprender más sobre su vida y su muerte. Los resultados se han publicado en Frontiers in Medicine.

Material costoso

"En el estudio de investigación demostramos que fue embalsamada con material importado y costoso. Esto, y el buen estado de conservación de la momia, contradicen la creencia tradicional de que el hecho de no haber extraído sus órganos internos implicaba una momificación deficiente", dijo la Dra. Sahar Saleem (izquierda), profesora de radiología en el Hospital Kasr Al Ainy de la Universidad de El Cairo.

Hasta 1998, la 'Mujer que grita' estuvo en la Escuela de Medicina Kasr Al Ainy de El Cairo, donde en los años 1920 y 1930 los egiptólogos estudiaron muchas momias reales, entre ellas la de Tutankamón. Posteriormente, fue trasladada al Museo Egipcio de El Cairo a petición del Ministerio de Antigüedades. Desde 1935, el ataúd y los anillos de la momia se exhiben en el Museo Metropolitano de Nueva York.

En el nuevo estudio, Saleem utilizó tomografías computarizadas para 'diseccionar virtualmente' la momia y estimar su edad, identificar patologías y su estado de conservación.

Saleem y la coautora, la Dra. Samia El-Merghani (derecha) también utilizaron técnicas avanzadas como microscopía electrónica de barrido (SEM), espectroscopia infrarroja por transformada de Fourier (FTIR) y análisis de difracción de rayos X (XRD) para identificar los materiales.

Los autores comprobaron que la momia se encontraba en buen estado. La investigación, que se llevó a cabo 89 años después del descubrimiento de la mujer momificada, la muestra sin vendajes, en posición supina con las piernas extendidas y las manos cruzadas sobre la ingle. Le faltaban varios dientes, probablemente perdidos antes de morir, ya que había evidencias de reabsorción ósea, que ocurre cuando se cae un diente y se deja que el alvéolo sane. Otros dientes estaban rotos o mostraban signos de desgaste.

“Es posible que se hayan extraído los dientes, los cuales se acabaron perdiendo. La odontología se originó en el antiguo Egipto, siendo Hesi Re el primer médico y dentista del que se tiene registro”, afirmó Saleem.

La arqueóloga Sahar Saleem en el momento de examinar a la "Mujer que grita". Sahar Saleem.

Sufría de artritis

A partir de las imágenes de TC en 2D y 3D, Saleem estimó que la 'Mujer que Grita' medía 1,54 metros de altura en vida. A partir de la morfología de la articulación entre los dos huesos pélvicos, que se suaviza con la edad, las imágenes de TC estimaron que tenía aproximadamente 48 años en el momento de su muerte. Había sufrido una artritis leve en la columna vertebral, como lo evidencia la presencia de osteofitos o 'espolones óseos' en las vértebras.

La tomografía computarizada muestra el cerebro dentro del cráneo de la momia de la 'Mujer que grita'.

Saleem no encontró ninguna incisión para embalsamar, lo que coincidía con el hecho de que el cerebro, el diafragma, el corazón, los pulmones, el hígado, el bazo, los riñones y el intestino todavía estaban presentes. Esto fue una sorpresa, ya que el método clásico de momificación en el Imperio Nuevo (1550-1069 a. C.) incluía la extracción de todos esos órganos excepto el corazón.

El análisis de la piel por FTIR mostró que la 'Mujer que Grita' había sido embalsamada con enebro e incienso, materiales costosos que debían importarse a Egipto desde el Mediterráneo oriental y África oriental o el sur de Arabia, respectivamente. Asimismo, su cabello natural había sido teñido con henna y enebro. La peluca larga, hecha con fibras de palmera datilera, había sido tratada, además, con cristales de cuarzo, magnetita y albita, probablemente para endurecer los mechones y darles el color negro que favorecían los antiguos egipcios porque representaba la juventud.

“Estos hallazgos respaldan el comercio de materiales para embalsamar en el antiguo Egipto. La expedición liderada por la reina Hatshepsut trajo incienso de Punt (posiblemente Somalia, en África). La tumba de Tutankamón también contenía incienso y enebro”, dijo Saleem.

No se descubrió una causa obvia de muerte.

La TC de la momia de la 'Mujer que grita' visualiza tanto la parte delantera como la trasera de la peluca.

Espasmo cadavérico

Pero ¿qué había provocado la inolvidable expresión de la momia? La rareza del material de embalsamamiento parecía descartar que el proceso de momificación hubiera sido descuidado y que los embalsamadores simplemente se hubieran olvidado de cerrarle la boca.

“La expresión facial de gritar que tiene la momia se interpreta en este estudio como espasmo cadavérico, lo que implica que la mujer murió gritando de agonía o dolor”, plantea esta hipótesis Saleem.

El espasmo cadavérico es una forma rara de rigidez muscular, generalmente asociada con muertes violentas en condiciones físicas extremas y emociones intensas.

“La 'Mujer que Grita' es una auténtica ‘cápsula del tiempo’ de la forma en que murió y fue momificada”, concluye Saleem.

La 'Mujer que grita' aún conserva la peluca negra teñida con productos de alta calidad con la que fue enterrada. Sahar Saleem.

Fuentes: frontiersin.org | nationalgeographic.com.es | 2 de agosto de 2024

Un estudio propone que los grabados de un pilar de Göbleki Tepe (Turquía) pueden ser un calendario solar, al tiempo que marca el impacto de un cometa

Göbekli Tepe es un antiguo santuario construido entre los años 9.600 y 8.200 a.C. en la ciudad de Sanliurfa, Turquía. iStock.

Un equipo de científicos ha descubierto que las marcas en un pilar de 12.000 años de antigüedad en el complejo arquitectónico de Göbekli Tepe, Turquía, representan el calendario solar más antiguo del mundo. Estas marcas, que adornan la macro construcción de recintos similares a templos, con símbolos intricadamente tallados, podrían registrar un evento astronómico que tuvo un impacto crucial en la civilización humana.

La nueva investigación científica, llevada a cabo por la Universidad de Edimburgo, y publicada en la revista Time and Mind, sugiere que los pobladores de aquella cultura podían haber registrado sus observaciones del Sol, la Luna y las constelaciones en forma de un calendario solar, creado para llevar un registro del tiempo y marcar el cambio de las estaciones.

En la misma también concluyen que hace 11.000 años, el enjambre de fragmentos de un cometa impactó contra la Tierra provocando una mini-Edad del Hielo, conocida como Dryas Reciente, la cual duró alrededor de 1.200 años y acabó con la existencia de grandes animales y galvanizó el desarrollo de las prácticas agrícolas de las sociedades complejas.

¿Y cómo han llegado a esta conclusión? Según cuenta el doctor Martin Sweatman (izquierda), de la Escuela de Ingeniería de Edimburgo, los grabados que recubren uno de los pilares de Göbleki Tepe, conocido como la Piedra del buitre o Pilar 43, podrían representar el calendario solar más antiguo del mundo, y habrían sido tallados para recordar ese devastador evento astronómico.

El nuevo estudio de los símbolos en forma de 'V' tallados en uno de los pilares del sitio ha descubierto que cada 'V' podría representar un día. Esta interpretación ha permitido a los investigadores contar un calendario solar de 365 días que consta de 12 meses lunares más 11 días adicionales. Las marcas podrían haber sido creadas, además, para conmemorar el impacto de un cometa que devastó la Tierra hace casi 13.000 años, en el 10.950 a. C.

A la izquierda de la imagen, plano de los recintos de Göbekli Tepe. A la derecha Pilar 43 de Göbekli Tepe, localizado en el recinto D, el cual, los investigadores dicen que podría estar conmemorando el impacto de un cometa que marcó el inicio de una mini Edad del Hielo.

Los investigadores de la Universidad de Edimburgo contaron 365 días de 12 meses lunares con 11 días adicionales, pues suponen que cada marca en forma de 'V' en el pilar representaba un día.

El pilar está dividido en dos secciones con filas de dichos símbolos en forma de 'V' en la parte superior y símbolos cuadrados más pequeños en la parte principal inferior, en la que se muestra una especie de buitre con una 'V' grabada en el cuello y sosteniendo un símbolo de disco circular sobre un escorpión, del que se cree representa la constelación de Escorpio. Asimismo, los expertos dicen que si el escorpión representa realmente esa constelación, el buitre que se encuentra a su lado coincidiría con la posición de la constelación de Sagitario. Al mismo tiempo. se han encontrado también otras estatuas cercanas que posiblemente representan diferentes deidades con marcas en forma de 'V' similares en sus cuellos.

El equipo también identificó un pájaro alto inclinándose hacia una serpiente que se retorcía, lo que podría representar la constelación otoñal de Ofiuco. En este sentido, el descubrimiento de todo ello ha sugerido que la gente de Göbleki Tepe registraba fechas utilizando la precesión, el movimiento del eje de la Tierra, lo cual afecta a la posición de las constelaciones en el cielo.

El túmulo de Göbekli Tepe visto desde el sur. (Foto: K. Schmidt, DAI).

En cualquier caso, el descubrimiento más importante es que los antiguos habitantes de Göbekli Tepe parece que querían conmemorar principalmente el catastrófico impacto de un cometa. El equipo de investigación ha estado trabajando en el lugar durante mucho tiempo y determinó en un estudio de 2021 que el cometa impactó hace unos 13.000 años, basándose en los altos niveles de platino y nanodiamantes que se forman durante las explosiones de alta energía de los cometas. Este evento celestial ocurre cuando la órbita de un cometa cruza la Tierra provocando una colisión entre objetos que puede tener grandes consecuencias. El equipo también descubrió otro pilar que representaba la corriente de meteoritos Táuridas que duró 27 días y se cree que es la fuente de los fragmentos del cometa.

El equipo de investigación ha empleado un sofisticado software para emparejar las posiciones de estos símbolos grabados en piedra según la situación de las estrellas, lo que les ha permitido fechar este acontecimiento catastrófico en torno al año 10.950 a. C., justo en el momento en el que empezó el Dryas Reciente, según los datos aportados por los núcleos de hielo obtenidos en Groenlandia. Los fragmentos del cometa se habrían estrellado contra la Tierra y habrían acabado con varias especies de animales grandes, lo que marca el mayor impacto de un cometa desde el evento que acabó con los dinosaurios hace 66 millones de años.

Izquierda: una escena alrededor de Escorpio de Stellarium. El asterismo de la tetera de la constelación de Sagitario está resaltado en amarillo. Derecha: un boceto del Pilar 43. Crédito: Dr Martin Sweatman

El Dr. Martin Sweatman, quien ha dirigido esta controvertida investigación, dijo: "Parece que los habitantes de Göbekli Tepe eran agudos observadores del cielo, lo cual era de esperar, dado que su mundo había sido devastado por el impacto de un cometa. Este acontecimiento podría haber desencadenado la civilización al iniciar una nueva religión y motivar el desarrollo de la agricultura para hacer frente al clima frío, y, al mismo tiempo, posiblemente, sus intentos de registrar lo que vieron sean, de algún modo, los primeros pasos hacia el desarrollo de la escritura milenios después".

De hecho, las consecuencias habrían influido en la evolución de la flora y la fauna (por ejemplo, en la desaparición del mamut lanudo), y podrían haber contribuido también al nacimiento de la agricultura, un acontecimiento fundamental que habría impulsado el desarrollo de la civilización en el Creciente Fértil.

Posición del sol y las estrellas en el solsticio de verano 10.950 a. C. Martin Sweatman, Stellarium.

Según los investigadores, los símbolos grabados debieron de haber tenido una gran importancia para la población de Göbekli Tepe, lo que sugiere que aquel evento y el clima frío que siguió al impacto del cometa probablemente afectaron en gran medida a su forma de vida. Pero además de los grabados del Pilar 43, los investigadores han destacado otro que muestra a un hombre sin cabeza y que a su juicio podría simbolizar un desastre humano y una gran pérdida de vidas.

De confirmarse, este hallazgo respaldaría la controvertida teoría de que un impacto cósmico de gran magnitud pudo ser el responsable de la caída repentina de las temperaturas en ese momento, ya que los gases tóxicos habrían envenenado el aire y cubrirían por completo el cielo provocando que la temperatura cayera en picado.

Representaciones de la Luna y el Sol encontrados en el Pilar 18 (a), siete pájaros que simbolizan las Pléyades en la base del Pilar 18 (b), y hebilla de cinturón y piel de zorro que recuerdan un cometa en el Pilar 18 (c) de Göbekli Tepe. El disco del cielo de Nebra, descubierto en Alemania, que muestra símbolos para el Sol, la Luna, las Pléyades y, posiblemente, un cometa (d). Alistair Coombs.

Los investigadores también han comparado los grabados de los pilares con símbolos encontrados en otros artefactos antiguos para confirmar si sus interpretaciones se ajustan a la posible representación de un calendario solar y al impacto crucial de un cometa.

Esto ha incluído el disco celeste de Nebra, del II milenio a. C., hallado en Alemania, el cual muestra al Sol, la Luna y las Pléyades (un cúmulo de estrellas en la constelación de Tauro) y que se cree mide el solsticio de verano e invierno. La última característica en la parte inferior de este disco es la que muestra una forma larga y curvada con líneas paralelas que podrían haber representado un cometa, según el estudio.

Fuentes: dailymail.com.uk |nationalgeographic.com.es | ed.ac.uk/news | 6 de agosto de 2024