Una nueva investigación sugiere que los antiguos egipcios construyeron su primera pirámide mediante un sofisticado elevador hidráulico

Vista aérea del complejo de Zoser y la pirámide escalonada en Saqqara. Foto: Yann Arthus Bertrand

Uno de los misterios más debatidos y persistentes sobre las pirámides se centra en cómo se construyeron. ¿Cómo lograron los antiguos egipcios levantar millones de enormes bloques de piedra caliza a grandes alturas para erigir estos monumentos funerarios que se han mantenido en pie durante casi cinco milenios?

Desde hace tiempo, los investigadores están convencidos de que los trabajadores egipcios (es decir, eran trabajadores cualificados, no esclavos) utilizaban una combinación de rampas, trineos, cuerdas y palancas para construir las pirámides. Pero un estudio de la pirámide más antigua de Egipto, esta vez no realizado por arqueólogos, sino por ingenieros, dice ahora que, al menos en este caso, los arquitectos antiguos tenían un truco adicional bajo la manga: conseguir agua para hacer el trabajo pesado.

Estatua de Zoser, en el Museo Egipcio. Crédito: Jon Bodsworth, Wikimedia Commons.

El análisis de la pirámide escalonada construida por el faraón Zoser en torno al año 2680 a. C., la primera pirámide de la que se tiene conocimiento en Egipto, afirma haber revelado un complejo sistema de gestión del agua que incluía un elevador hidráulico en el corazón del monumento. Esto habría permitido subir bloques de piedra caliza desde el centro de la pirámide, construyendo el monumento al estilo de un "volcán", según el nuevo estudio.

El estudio, publicado como preimpresión en ResearchGate, afirma haber descubierto un método completamente nuevo que los egipcios podrían haber utilizado para construir sus pirámides y destaca lo avanzado que era el conocimiento técnico de esta antigua civilización.

El equipo analizó múltiples características dentro y alrededor de la pirámide de Zoser cuya función precisa hasta ahora había sido eludida a los arqueólogos, y descubrió que eran estructuras de gestión del agua típicas de los libros de texto, dice el Dr. Xavier Landreau, ingeniero y científico de materiales quien dirigió el estudio.

Zoser fue un faraón de la III Dinastía del Imperio Antiguo de Egipto. La pirámide escalonada es la joya de la corona de su complejo funerario, el cual incluye templos y edificios adicionales rodeados por un foso seco. Se eleva a una altura de 60 metros y está situada en la meseta de Saqqara, a unos 6 kilómetros al oeste del Nilo y a 15 kilómetros al sur de Giza, donde, aproximadamente un siglo después, los faraones de la IV Dinastía construirían sus propias pirámides, aún más grandiosas.

El equipo francés se centró en el complejo de Zoser, en lugar de en las más famosas pirámides de Giza, porque querían poder rastrear la evolución de las técnicas de construcción del antiguo Egipto, dice Landreau. Así que empezaron desde el principio.

Vista en perspectiva, planta y elevación del complejo de pirámides de Zoser tomadas de un modelo 3D. Crédito: RFMorgan, CC BY-SA 3.0.

¡Maldita sea, es una presa!

El primer descubrimiento se refiere al Gisr el-Mudir, un enigmático recinto rectangular de piedra de casi dos kilómetros de largo que se encuentra inmediatamente al oeste del complejo funerario de Zoser. El recinto, que se cree que es anterior a la pirámide de Zoser y está considerado una de las estructuras de piedra más antiguas del mundo, ha sido interpretado de forma variable como un corral de ganado, una fortaleza o un espacio sagrado.

Nada de eso es correcto, dice Landreau, quien dirige Paleotechnic, un laboratorio privado que reúne a varias instituciones de investigación francesas para estudiar las tecnologías de civilizaciones antiguas. Las imágenes satelitales muestran que el recinto se cruza perfectamente con el lecho seco del uadi Abusir, un arroyo estacional que fluía desde el montañoso desierto occidental hasta Saqqara y desembocaba en el Nilo. Además, el Gisr el-Mudir tiene todas las características técnicas de una "presa de contención", utilizada para controlar el flujo de las inundaciones repentinas del uadi y capturar sedimentos pesados, como árboles y rocas, que podrían dañar los asentamientos y monumentos río abajo.

"Cualquier persona familiarizada con el campo hidráulico, incluso un estudiante de primer año, reconocería el perfil de una presa de contención", le dice Landreau a Haaretz. Pero, ¿por qué construir una presa al borde del desierto?, se preguntarán.

Gisr el-Mudir es una de las estructuras de piedra más antiguas conocidas en Egipto, a solo unos cientos de metros al oeste de la pirámide de Zoser. La función de este espacio no ha estado clara durante mucho tiempo. En la imagen, arqueólogos egipcios en Gisr el-Mudir en enero de 2023.

Debemos recordar que la III Dinastía gobernó durante el final del último período denominado 'Sahara Verde', un ciclo en el que partes del Sahara y Arabia se habían convertido en una exuberante sabana verde. Esta era, también conocida como período húmedo africano, terminó hace unos 5.000 años. Pero las condiciones a lo largo del valle del Nilo cuando reinó Zoser, en el siglo XXVII a. C., todavía eran más húmedas que hoy, afirman Landreau y sus colegas.

Investigaciones anteriores ya han mostrado evidencias de violentas inundaciones en el valle de Abusir durante la época de la III Dinastía, añade Landreau. "Antes de la IV Dinastía es probable que hubiera más problemas de inundaciones que de falta de agua".

Cabe señalar también que investigaciones recientes han demostrado que, durante el Imperio Antiguo, el Nilo tenía un brazo adicional, ahora extinto, que corría unos kilómetros al oeste del curso actual del río, mucho más cerca de las pirámides de Giza y Saqqara. Esto ayudaría a explicar por qué los faraones del Imperio Antiguo construyeron estos enormes monumentos aparentemente al borde del desierto en lugar de más cerca del río.

Mapa de la meseta de Saqqara que muestra el curso del agua desde la presa de Gisr el-Mudir hasta la planta de tratamiento del agua cerca de la pirámide de Zoser. El agua luego se transfiere a la red de tuberías de la pirámide para alimentar el elevador hidráulico. Crédito: Paleotechnic of Paris, Francia.

El ramal extinto habría sido una vía fluvial inestimable para llevar materiales y personas a los lugares de construcción. Landreau está de acuerdo con la investigación que demuestra que el ramal extinto existió, pero, como la meseta de Saqqara está elevada respecto del valle del Nilo, tendría sentido que el suministro de agua del lugar procediera de las montañas del oeste, fluyendo de forma natural a través del uadi de Abusir, en lugar de ser extraído artificialmente del Nilo que se encuentra más abajo.

Una vez que las aguas del uadi de Abusir fueran controladas por la presa, probablemente se acumularían en un lago artificial y entrarían en la siguiente obra de ingeniería monumental que idearon los egipcios. Como se mencionó, el complejo de Zoser está rodeado por un foso seco y poco profundo, que la mayoría de los investigadores creen que proporcionó las piedras para la pirámide y los edificios circundantes.

Pero al sur del complejo, el foso se profundiza de repente y se convierte en una zanja. La depresión excavada en la roca, de 400 metros de largo y 27 de profundidad, forma al menos tres compartimentos subterráneos sucesivos que sólo han sido excavados parcialmente. La función de esta zanja no se explica, aunque algunos egiptólogos creen que podría haber tenido algún significado espiritual (hay un viejo chiste sobre los arqueólogos que interpretan todo lo que no pueden entender como prueba de actividad de culto).

Proceso de construcción identificado en la pirámide escalonada: un mecanismo de elevación hidráulico. Crédito: Landreau et al., 2024, Researchgate.

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"Para un ingeniero hidráulico de formación, la zanja profunda es un sistema tradicional de purificación que se utiliza para limpiar los sedimentos de las aguas de inundación: el agua entra en el primer compartimento, los sedimentos se depositan en el fondo y solo el exceso de agua de la parte superior pasa al siguiente compartimento, donde se repite el proceso", explica Landreau. "Por eso hay pozos de agua potable que conectan la superficie con el tercer compartimento, donde el agua habría estado más limpia y podría haberse utilizado para saciar la sed de los lugareños".

El segundo compartimento de esta compleja planta de tratamiento del agua también habría estado conectado a una red de 7 kilómetros de tuberías que corren bajo el complejo de Zoser, otra característica enigmática del monumento.

Una de las tuberías conduce directamente a un pozo vertical de 28 metros de profundidad que se eleva hasta el centro de la pirámide de Zoser. En el fondo del pozo, los arqueólogos desenterraron una caja hecha de bloques de granito con un agujero y una gran piedra que bloqueaba la abertura.

El eje, la caja de granito y el tapón en el centro de la pirámide de Djoser. Crédito: Paleotechnic: 3D Quantum Innovations

Es un tapón, no un sarcófago

Debido a que este pozo albergaba restos humanos, los primeros investigadores lo interpretaron como la cámara funeraria del faraón y la caja de granito como su sarcófago. Luego, un estudio de radiocarbono realizado en 1994 sobre los restos mostró que eran de un período muy posterior y no podían pertenecer a Zoser, y que muy probablemente eran el resultado de una reutilización de la pirámide.

En realidad, la estructura de granito era una cámara de maniobras que podía llenarse de agua para elevar un ascensor (probablemente de madera y, por lo tanto, descompuesto desde hace mucho tiempo) hasta el centro de la pirámide en construcción, según postulan Landreau y sus colegas. La piedra redonda, que funcionaba como un tapón gigante, podía elevarse utilizando cuerdas para llenar la cámara de agua; luego, la cámara se vaciaría y se reemplazaría el tapón para que el ascensor descendiera.

Al menos algunos de los 2,3 millones de bloques de piedra caliza de la pirámide, cada uno con un peso promedio de 300 kilogramos, pueden haber sido levantados de esta manera, concluyen Landreau y sus colegas.

Reconstrucción de 'Paleotechnic' con 'Unreal Engine 5 (Epic Games)' del diseño del eje norte de la pirámide Zoser. a. Vista general de la disposición del pozo, con la caja de granito en la parte inferior y las maniobras en lacámara de arriba. b. El sistema de tapón resulta ser un mecanismo de entrada/salida de agua. c. Dentro de la caja de granito. d. Vista de los bloques de piedra debajo de la caja de granito.

No es que no se utilizaran necesariamente métodos más conocidos y tradicionales, como rampas y trineos, sino que puede que se tratara simplemente de otro sistema inventado por el genial Imhotep, el famoso arquitecto a quien se atribuye la construcción de la pirámide de Zoser, señala Landreau.

Según este investigador, es difícil determinar la cantidad exacta de lluvia que cayó en la zona durante la III Dinastía, y es probable que el uadi de Abusir también fuera estacional durante los climas más húmedos que disfrutó el reinado de Zoser. El ascensor hidráulico pudo haber funcionado sólo durante una parte de los 20 años en que se estima que requirió la construcción de la pirámide.

Un enorme flujo de agua atraviesa el centro de la pirámide "como un volcán" y empuja los bloques de piedra hacia la cima, creen los investigadores.

"Aún así, si fuera arquitecto no descartaría otro posible método de construcción", dice Landreau, y añade que como se estima que algunas de las estructuras de gestión del agua, como la presa, datan de antes del reinado de Zoser, es posible que Imhotep reutilizara o construyera el complejo funerario sobre un sistema preexistente.

El siguiente paso en el que está trabajando el equipo francés de tecnólogos antiguos es comprender si el aprovechamiento de la energía hidráulica también se utilizó para ayudar a construir las otras pirámides posteriores de la IV Dinastía, especialmente la Gran Pirámide de Keops, o si las condiciones cada vez más secas hicieron que este método hidráulico fuera inviable. Solo el tiempo y más investigaciones dirán si la brillante elevación de agua en tiempos de Zoser es una pista falsa o fue algo más sistemático y que puede ayudar a explicar el misterio más amplio de cómo se construyeron todas las pirámides egipcias.

Fuentes: haaretz.com | dailymail.co.uk | 24 de julio de 2024

Descubren otra tumba principesca de 2.600 años de antigüedad en la Necrópolis de Corinaldo, Italia

Un casco encontrado en la sepultura. Ayuntamiento de Corinaldo.

La tumba de un príncipe, llena con más de 150 artefactos “exquisitos y preciosos”, estaba coronada con un majestuoso carro de dos ruedas. Esta era la sepultura de un jefe del antiguo pueblo de los Picenos, una tribu que dominó la región de Las Marcas y parte de Abruzzo, en el centro y sur de la península itálica, entre los siglos IX y III a.C.

Los arqueólogos han descubierto el enterramiento en la Necrópolis de Corinaldo, en Ancona, en un cementerio que data de hace unos 2.700 años. Los trabajos recientes han hallado un pozo cuadrangular de tamaño considerable, de 3,80 por 2,20 metros. El espacio se encuentra dentro de una gran zanja circular con un diámetro original de aproximadamente 30 metros.

La tumba del Príncipe de Corinaldo contiene más de 150 artefactos “exquisitos y preciosos” fue hallada en 2020. Ayuntamiento de Corinaldo.

Un carro de dos ruedas

“Destaca la presencia de un carro de dos ruedas y de un prestigioso conjunto de objetos de bronce, entre ellos un casco, un caldero y numerosos recipientes finamente decorados”, señalan los representantes municipales en un comunicado en su página de Facebook.

Las excavaciones en la zona ya proporcionaron en 2020 el descubrimiento de otra sepultura, a la que los expertos han llamado la Tumba del Príncipe de Corinaldo. Los romanos se referían a este territorio como Picenum, una antigua región que finalmente fue incorporada a la República Romana.

Varios de los artefactos hallados están claramente asociados con banquetes: un haz de lanzas y una hacha de hierro para procesar la carne y cerámica diseñada para servir comida y bebida. Tales hallazgos pintan una imagen del propietario de la tumba como una persona célebre “del más alto nivel”, según explican los especialistas italianos.

Una parte importante de los objetos de la tumba parece proceder del mundo etrusco. Ayuntamiento de Corinaldo.

Una parte importante de estos objetos parece proceder del mundo etrusco, con el que la aristocracia picena tenía estrechas relaciones y comerciaba, dicen los arqueólogos de la Universidad de Bolonia. La civilización etrusca floreció en otra región del centro de Italia entre los siglos VIII y III antes de Cristo.

Los picentes, concentrados principalmente en Novilara, al norte, y Belmonte, al sur, eran un pueblo rico con amplios vínculos comerciales. Su territorio, conocido como Picenum, fue finalmente anexado por Roma en el año 268 a. C. Los objetos encontrados en la tumba revelan el estilo de vida aristocrático de los picentes, y reflejan sus rutinas diarias, sus hábitos y sus conexiones con la cultura etrusca.

“Corinaldo puede presumir del título de Tierra de los Príncipes”, afirmó el alcalde Gianni Aloisi. “Este último descubrimiento confirma el valor histórico y cultural del área arqueológica de Nevola que nos permitirá conocer, y tal vez reescribir, la historia de nuestra comunidad”, concluye.

Restos de cerámica diseñada para servir comida y bebida. Ayuntamiento de Corinaldo.

El hallazgo está incluido en el Proyecto ArcheoNevola que dirige el departamento de Historia de la Civilización de la Universidad de Bolonia desde 2018. Los trabajos ya habían permitido el descubrimiento de la importante necrópolis.

Los nuevos hallazgos confirman la importancia del yacimiento de Contrada Nevola, especialmente para la reconstrucción histórica de la población más antigua de este territorio de la península itálica.

Una vez finalizadas las tareas de consolidación y restauración de los artefactos, los dos Príncipes y todo su ajuar permanecerán en Corinaldo, según señalan las autoridades, con el objetivo de hacer visibles al público estos tesoros en una museo.

Fuentes: lavanguardia.com | archaeologymag.com | 30 de julio de 2024

Nuevos restos de 'Homo antecessor' abren una nueva etapa con grandes descubrimientos en los yacimientos de Atapuerca (Burgos)

De izquierda a derecha: Juan Luis Arsuaga, el único codirector que continuará en la próxima campaña; el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y los ahora retirados, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell. Santi Otero | EFE

Han finalizado los trabajos de excavación en el complejo de yacimientos de la sierra de Atapuerca (Burgos) que se iniciaron el pasado 18 de junio y que han contado con la participación de más de 300 investigadores de todo el mundo. La implicación de personal del IPHES-CERCA ha sido muy importante, con cerca de 120 miembros, entre personal investigador y técnico, así como docentes y estudiantes del máster interuniversitario en Arqueologia del Quaternario y Evolución Humana (Erasmus Mundus) de la Universitat Rovira i Virgili (URV), que han desarrollado labores de coordinación y participación activa en 5 yacimientos clave y en el lavado de los sedimentos de este complejo arqueopaleontológico único.

El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, acompañado de los tres codirectores del proyecto Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, presentaron los resultados de esta campaña de excavaciones.

Mañueco garantizó el apoyo al Sistema Atapuerca, "el mayor proyecto paleontológico del mundo sobre la evolución humana, al que la Junta ha destinado 250 millones desde 1984", según indicó. "Los hallazgos llevados a cabo en Atapuerca van a volver a revolucionar el panorama científico en Europa y en todo el mundo, y ha supuesto un gran impacto económico, social y cultural para Burgos y el conjunto de Castilla y León", afirmó el presidente de la Junta, que valoró así los logros de esta 46º campaña

Según palabras de los propios codirectores de la excavación, los Dres. Eudald Carbonell, José María Bermúdez de Castro y Juan Luis Arsuaga, "Atapuerca ha entrado otra vez, como en los años 90, en la secuencia principal. Hemos encontrado homínidos de todas las especies: 'Homo antecessor', preneandertal y neandertal. Esta 46 campaña de excavación ha sido una de las más importantes de la historia del proyecto". Sin duda, el descubrimiento estrella de este año han sido los nuevos restos humanos de Homo antecessor recuperados en la unidad TD6 de Gran Dolina de aproximadamente 850.000 años de antigüedad.

Y es que, después de 30 años de la excavación de un pequeño sondeo en el que aparecieron los primeros restos de esta especie humana, junto con un millar de piezas de industria lítica y miles de restos fósiles de animales, el equipo investigador responsable de la excavación en el yacimiento de Gran Dolina ha logrado profundizar la superficie de la unidad TD6. "Con alivio, sorpresa y mucha ilusión, el equipo ha confirmado que esta unidad está conservada en los más de 40 metros cuadrados de la excavación en extensión", según ha comunicado la Dra. Marina Mosquera, directora del IPHES-CERCA y coinvestigadora principal del Proyecto Atapuerca. Igualmente, los Drs. Palmira Saladié y Andreu Ollé, investigadores del IPHES-CERCA y coordinadores de los trabajos de excavación en el yacimiento, confirman que “este 2024 es el inicio de una nueva fase de campañas excepcionales para una de las joyas de Atapuerca y de la arqueología y la paleoantropología mundiales”.

RESULTADOS MÁS DESTACADOS EN CADA UNO DE LOS YACIMIENTOS DE LA TRINCHERA DEL FERROCARIL

Durante la campaña de excavación de 2024 el equipo investigador del IPHES-CERCA ha coordinado los trabajos de excavación en los yacimientos de Gran Dolina, Sima del Elefante, Galería, Cueva Fantasma, todos ellos ubicados en la Trinchera del Ferrocarril, y en la cueva de El Mirador. Además, se han llevado a cabo los trabajos de lavado y cribado de los sedimentos en el río Arlanzón, a su paso por el municipio de Ibeas de Juarros (Burgos).

Imagen general de los trabajos de excavación en el nivel TD6 de la Gran Dolina. Foto: María D. Guillén / IPHES-CERCA

Gran Dolina, Unidad TD6

La campaña de 2024 en el yacimiento de Gran Dolina ha inaugurado el esperado reencuentro con el nivel TD6, justo 30 años después de su primera excavación. Ésta ha sido realizada a lo largo del mes de julio por parte de un equipo coordinado y formado por investigadores del IPHES-CERCA.

La campaña anterior se cerró dejando al descubierto el techo de la unidad que contiene el conocido Estrato Aurora donde, en dos fases de excavación anteriores (1994-1997 y 2003-2011), se pusieron al descubierto los restos de un campamento hace 850.000 años. En éste, junto con una gran cantidad de restos de ciervos, caballos, bóvidos y otros animales, y un conjunto de herramientas de piedra que había sido producido, utilizado y abandonado en el sitio, aparecieron alrededor de 180 fósiles humanos. El estudio de estos fósiles, por un lado, permitió documentar el evento de canibalismo más antiguo conocido hasta ahora y, por otro, puso en evidencia una combinación de rasgos anatómicos que llevó a la propuesta, en 1997 , de una nueva especie: Homo antecessor.

Imagen de los restos óseos y de un incisivo, descubiertos en la Gran Dolina, que pertenecen a una mujer adulta de Homo antecessor de unos 25 años. María D. Guillén / IPHES-CERCA.

Denticulados de sílex neógeno recuperados en el nivel TD6 de la Gran Dolina. Foto: María D. Guillén / IPHES-CERCA

En esta campaña se ha conseguido poner al descubierto el techo de la unidad TD6 (llamado TD6.1), donde se ha comprobado que la acumulación de coprolitos (heces fósiles) de hiena que habían sido descritos en otras zonas se extiende por una superficie de cerca de 40 m2. Este hecho, además de permitir documentar una letrina de este carroñero realmente excepcional en el Pleistoceno inferior, indica que la capa subyacente, el famoso nivel TD6.2 (más rica en registro arqueológico y paleoantropológico), está conservada en una gran superficie.

Pero lo más destacado de esta campaña es que, en contacto con la capa de coprolitos, además de algunos huesos de animales y escasos instrumentos de piedra, han aparecido los primeros fósiles de Homo antecessor. Entre ellos, destacan varios fragmentos de cráneo, un fragmento de maxilar, dos fragmentos de mandíbula, un diente incisivo, fragmentos de costilla y de vértebra, así como un osito de la muñeca.

La pieza dental ha resultado de gran interés, ya que a través de las primeras observaciones se ha podido contabilizar a un individuo adulto desconocido hasta ahora en el conjunto. Es posiblemente una hembra de unos 25 años.

Incisivo de 'Homo antecessor' que habría pertenecido a una mujer adulta de unos 25 años encontrado en la Gran Dolina TD6 (sierra de Atapuerca). María D. Guillén / IPHES-CERCA.

Los resultados de esta campaña, por tanto, confirman la buena conservación de la unidad TD6 de Gran Dolina, evidenciando el riquísimo contenido fosilífero, y auguran unas campañas excelentes para los próximos años, con las que, sin duda, el Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) volverá a revolucionar el panorama científico de Europa.

Trabajos de excavación en el yacimiento de la Sima del Elefante. Foto: Maria D. Guillén / IPHES-CERCA

Sima del Elefante

Los resultados de la campaña de excavación en el yacimiento de la Sima del Elefante han sido muy positivos. Los objetivos que se plantearon en el inicio de la excavación han sido alcanzados con éxito. Por un lado, se ha acabado de excavar la capa arcillosa del nivel TE7 en la que apareció el resto humano llamado Pink en 2022, así como restos de industria lítica durante la campaña de 2023.

En esta campaña, en esta capa, se ha recuperado una costilla de un herbívoro de talla grande que presenta marcas de corte relacionadas con la acción de descarnar al animal por parte de los homininos que habitaron este entorno hace entre 1,2-1,4 millones de años.

Costilla de herbívoro de talla grande con marcas de corte en su superficie recuperada en el yacimiento de la Sima del Elefante. Foto: María D. Guillén / IPHES-CERCA.

Además, ha aparecido una pequeña lasca de cuarzo en el nivel TE7. Este hallazgo ayudará a entender cómo vivían estos homininos. Por otra parte, se ha logrado relacionar el nivel TE7 en los dos sectores de la excavación, siendo este nivel el que presenta la mayor superficie excavada en Sima del Elefante. En estos sedimentos, aparte de la costilla ya mencionada, se han recuperado restos de castor, rinoceronte, venado y tortuga.

Por último, durante la campaña se ha reanudado el sondeo en una zona del yacimiento para localizar la base de la secuencia sedimentaria de la Sima del Elefante.

Trabajos de excavación en el yacimiento de Galería. Foto: Maria D. Guillén / IPHES-CERCA

Galería

Los trabajos de excavación en el yacimiento de Galería, se han centrado en la sub-unidad GIIb, con una antigüedad de aproximadamente 300.000 años. A partir de ese momento la dinámica de la excavación tomará una importancia primordial para las próximas campañas, ya que se intervendrá en lo que ya se conoce como los niveles más ricos de este yacimiento.

A lo largo de estas semanas se han recuperado 500 restos de fauna y más de 30 herramientas líticas. La fauna se compone de restos axiales y craneales de ciervos, caballos y bisontes, entre los que predominan los individuos jóvenes. La industria es el reflejo del uso de un amplio abanico de materias primas, entre las que destacan sílex neógeno, cuarcitas y areniscas. Algunas han sido utilizadas como núcleos para producir lascas y otras han sido utilizadas para la configuración de pequeños instrumentos como denticulados. Con esta campaña se refuerza la idea de que las sociedades preneandertales utilizaban la Galería expeditivamente como lugar de obtención de recursos faunísticos, siendo un enclave de referencia en la sierra de Atapuerca.

Arriba: Maxilar de bisonte infantil procedente del yacimiento de Galería. Abajo Núcleo de arenisca procedente del yacimiento de Galería. Fotos: María D. Guillén / IPHES-CERCA

Trabajos de excavación en el yacimiento de Cueva Fantasma. Foto: María D. Guillén / IPHES-CERCA

Cueva Fantasma

Los trabajos de excavación en el yacimiento de Cueva Fantasma se han desarrollado en dos sectores diferenciados del yacimiento: el sector de entrada de Cueva Fantasma (CF) donde se documentan los niveles de ocupación de los neandertales, y la parte interna o Sala Fantasma (SF), donde se localizan los niveles de actividad de las hienas.

En el sector de entrada de Cueva Fantasma se ha intervenido en los niveles CF26A, se ha levantado el nivel CF25 y se ha iniciado el nivel de CF24. En la zona contigua a Cueva Fantasma se ha continuado excavando en la Covacha norte, nivel CF26A. En este nivel, con una antigüedad comprendida entre 70.000 y 100.000 años, se ha recuperado una importante colección de industria lítica. Ésta sería el área de mayor actividad de los neandertales en la cueva. La industria lítica y los huesos recuperados demuestran que los neandertales frecuentaban esta cavidad de forma esporádica.

En el nivel CF25 se ha recuperado una pequeña colección de instrumentos líticos, tales como ascles de sílex, arenisca y cuarcita, identificado el desarrollo del método de talla levallois. Este nivel destaca por la acumulación de huesos con mayor índice de fracturación principalmente realizada por neandertales y hienas. En estos huesos aparecen marcas de actividad humana (como la fractura para la extracción de médula ósea). Hay otros huesos que han sido procesados ​​y regurgitados por las hienas.

Tras ocho años del hallazgo de un parietal humano neandertal en otro sector de la cueva (Sala Fantasma), en esta campaña se ha recuperado un pequeño fragmento circular de un hueso del cráneo de un neandertal.

Fragmento de cráneo de neandertal encontrado en la Cueva Fantasma (sierra de Atapuerca). Maria D. Guillén / IPHES-CERCA.

En el otro sector del yacimiento y con unas dimensiones mucho mayores, la llamada Sala Fantasma, se ha intervenido en el subnivel SF30A. Este subnivel contiene una gran acumulación de restos de caballos y ciervos consumidos, roídos y muy alterados por las hienas; de hecho, se ha interpretado como un cubil de hienas. También se han recuperado huesos de las propias hienas, pero también de león, reno, oso, perro, marmota o bóvido, entre otros. Esta superficie es la más moderna de las tres, pudiendo tener una antigüedad aproximada de unos 50.000 mil años.

Mandíbula de hiena manchada recuperada en el yacimiento de Cueva Fantasma. Foto: Maria D. Guillén / IPHES-CERCA

Por último, en el tramo inferior de Cueva Fantasma se ha iniciado un sondeo para documentar la secuencia del mismo. Se han perfilado los niveles CF23, CF22, CF21 y CF20, excavando la base del nivel CF20 y el techo del CF19. Estos niveles CF20-19 destacan por la presencia de numerosos coprolitos de hienas y de restos de herbívoros y carnívoros destacando la presencia de restos de Pachycrocuta. Cabe destacar que este tipo de hiena no se había documentado nunca todavía en la sierra de Atapuerca y su importancia radica en que marca una biozona anterior a los niveles más antiguos de la Gran Dolina y, por tanto, tendría una edad superior al millón de años.

Cueva de El Mirador

La campaña de excavación en la cueva de El Mirador se ha llevado a cabo durante tres semanas, con un equipo algo más numeroso que en años anteriores, profundizando en los sondeos abiertos a ambos lados de la cavidad. Se han excavado niveles del Neolítico con una antigüedad de cerca de 7.000 años, ricos en restos de fauna, predominantemente doméstica, y de cultura material, principalmente cerámica, e instrumentos líticos y óseos. Se ha llevado a cabo una campaña de muestreo sistemático destinado a estudios arqueobotánicos, arqueomagnéticos y de química analítica, encaminados a obtener datos de alta resolución sobre las primeras comunidades de pastores y agricultores del interior peninsular.

Vista general de la excavación en el yacimiento de cueva de El Mirador. Foto: Maria D. Guillén / IPHES-CERCA

Destaca el descubrimiento de arte rupestre, tanto en las paredes de la cueva, donde se conservan restos de pinturas, como entre los sedimentos del Neolítico antiguo. Se ha encontrado un bloque de 40 x 30 x 20 centímetros recubierto de pigmento rojo, junto al que había, entre otros elementos, un núcleo de sílex con una digitación roja, y la base de un recipiente decorado con un magnífico soliforme (representación en forma de sol), también con restos de pigmento rojo.

Trabajos de lavado de sedimento en el río Arlanzón por su paso al pueblo de Ibeas de Juarros. Foto: Maria D. Guillén / IPHES-CERCA

Laboratorio de lavado de sedimentos de la Trinchera en el río Arlanzón

Durante la campaña de excavación de 2024 en los yacimientos de la sierra de Atapuerca se han procesado aproximadamente 15 toneladas de sedimento a orillas del río Arlanzón, a su paso por la localidad de Ibeas de Juarros. De la gran cantidad de material lavado y cribado, destaca en los yacimientos de la Trinchera del Ferrocarril la presencia de todo tipo de pequeños vertebrados (aves, anfibios, reptiles, musarañas, topos, erizos, murciélagos y roedores).

Estas 15 toneladas de sedimento corresponden a unas 650 muestras, procedentes de los yacimientos de la Sima del Elefante, Galería, Gran Dolina, Penal, Cueva Fantasma y Galería de las Estatuas Exterior. Durante esta campaña también se procesaron en el área de lavado del río Arlanzón muestras procedentes de los yacimientos de la cueva de El Mirador, Galería de las Estatuas Interior, Cueva Mayor y Portalón.

Fuentes: iphes.cat | burgosconecta.es | eldiadesegovia.es | comunicacio.iphes.cat | 24 de julio de 2024

Dos de los tres codirectores de Atapuerca se retiran de las excavaciones

De izquierda a derecha: Juan Luis Arsuaga, el único codirector que continuará en la próxima campaña; el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y los ahora retirados, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell. Santi Otero | EFE

La campaña de excavaciones del 2024 en los yacimientos de la sierra de Atapuerca ha sido la última para José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, los investigadores que, junto a Juan Luis Arsuaga, han liderado el Proyecto Atapuerca durante las últimas décadas.

Arsuaga, Bermúdez de Castro y Carbonell son codirectores desde 1991, año en el que se jubiló Emiliano Aguirre, el primer director del Proyecto Atapuerca y fallecido en el 2021. Los yacimientos son Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1999 y el equipo investigador recibió el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en el 1997.

Bermúdez de Castro y Carbonell dan así el relevo a una nueva remesa de investigadores «excelentes», a los que se les encomienda continuar con un proyecto de investigación ya está asentado y del que se espera que siga ofreciendo hallazgos «rompedores».

En la rueda de prensa de balance de la campaña de excavaciones, han aprovechado para despedirse, pero también para pedir a las administraciones, y en concreto a la Junta de Castilla y León que continúen apoyando el Proyecto Atapuerca y al nuevo equipo que se encargará de dirigirlo.

Bermúdez de Castro se ha valido de las declaraciones del tenista Roger Federer, que en una entrevista a El País indicaba que «la retirada es similar a un funeral y, poco a poco, te vas difuminando hasta resultar invisible», quien considera que en su retirada tienen que estar alegres por haber completado un recorrido de 40 años con final feliz. «El programa de investigación está en marcha y cuenta con un equipo humano excelente que seguirá el camino abierto por Emiliano Aguirre en 1978; habrá hallazgos e investigaciones rompedoras, y se cuenta con una infraestructura que permitirá seguir excavando sin problemas, además de instituciones que conforman un firme puntal».

José María Bermúdez de Castro da un paso atrás, como también Eudald Carbonell, asumiendo que pasan el testigo en una larga carrera de relevos en la que, además, «van en buena posición», ha afirmado, y con la disposición de recibir los éxitos que se cosechen en el futuro con una «amplia sonrisa» pues su «estrella» permanecerá en la memoria de Atapuerca.

«Todo va seguir igual»

La marcha de Bermúdez de Castro y Carbonell no va a afectar al Proyecto Atapuerca, ha insistido Juan Luis Arsuaga, quien ha afirmado que la estructura es sólida, y eso es lo fundamental, por lo que «va a seguir todo igual».

Cada investigador tiene su papel y no se espera que haya grandes cambios, aunque Arsuaga ha destacado que lo más importante es que «el proyecto se queda en Burgos», que es un proyecto burgalés, que han capitaneado tres codirectores que llegaron de fuera, pero que está asentado en la provincia.

La reorganización del Proyecto Atapuerca y, en concreto, del proyecto de excavaciones, se irá concretando a medida que pasen los meses, si bien hay algunas cuestiones que ya están definidas. Arsuaga, pese a no retirarse todavía, tiene muy claro quiénes serán sus «herederos», los investigadores que han estado desde un primer momento con él, Ignacio Martínez y José Miguel Carretero.

Por su parte, Bermúdez de Castro prefiere que sean los investigadores los que confirmen, llegado el momento, el relevo, si bien ha recordado que los proyectos de investigación ya se han reordenado y como investigadoras principales están María Martinón-Torres, con Bermúdez de Castro de apoyo, y Marina Mosquera, apoyada por Eudald Carbonell.

Sin embargo, «hay mucha gente», otros investigadores que tendrán que liderar las excavaciones de Atapuerca, y aunque «tiene una cierta idea de quiénes van a ser», ha preferido que sean los interesados los que lo cuenten, pues serán ellos los que, dentro de un año, protagonicen el balance de la futura campaña de excavaciones.

Fuente: lavozdegalicia.es | 24 de julio de 2024

La Fundación Atapuerca recrea 25 años después la firma de su constitución con un emotivo acto en la Trinchera del Ferrocarril

Foto: Ricardo Ordóñez ICAL

La Fundación Atapuerca recreó hoy, 26 de julio de 2024, la firma de su constitución, 25 años después y con varias de las personas que estuvieron presentes en 1999 y vieron nacer a tan importante entidad. De esta forma, la Trinchera del Ferrocarril, en los yacimientos de la sierra de Atapuerca volvió a ser el escenario de esta firma, que se firmó un 26 de julio de 1999 , a las 13.30 horas de la tarde.

El presidente y vicepresidentes de la Fundación Atapuerca, Antonio Méndez Pozo, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, respectivamente, así como otras personas que estuvieron presentes en aquella firma, volvieron a los yacimientos para recordar esta rúbrica que dio pie a la entidad. Una foto de gran tamaño sobre la firma de 1999 recordaba a los presentes aquel día, algunos de los cuales no pudieron estar hoy presentes.

El presidente de la Fundación, Antonio Méndez Pozo, quiso iniciar su intervención recordando a todos aquellos que hoy no han podido estar en esta recreación, y trasladó tanto a ellos como a sus familiares su cariño. Recordó así aquel 26 de julio de 1999 y cómo se inició esta Fundación Atapuerca, destacando el importante papel que jugaron para ello los tres codirectores de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell. “Se ha comprobado que fue un acierto haceros caso”, les dijo.

Recordó así que, por aquel entonces, los tres le trasladaron la necesidad de un “apoyo más cercano” al proyecto Atapuerca. Por ello se decidió constituir una fundación, como la “solución más viable para poder ayudarles y que recibieran el cariño de los burgaleses”. Agradeció así a los tres el haber sido artífices de la constitución de esta Fundación, y el haber trasladado lo que suponía Atapuerca para Burgos y Castilla y León, así como para la ciencia.

Antonio Méndez Pozo preside la Fundación Atapuerca desde 2013. Antes ejercieron conjuntamente ese cargo Pedro García Romera y Francisco José Isasi. - Foto: Valdivielso

“Está mereciendo la pena”, afirmó Méndez Pozo, que puso en valor el trabajo llevado a cabo hasta ahora y que ha permitido a Atapuerca ser un “referente mundial de lo que supone la evolución humana”, en alusión a las palabras del pasado miércoles del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco. “Estamos orgullosos de lo que firmamos, ha merecido la pena. Esta Fundación es un sentir de la sociedad burgalesa y espero, confío y deseo que sigamos con los éxitos”, añadió su presidente.

Se unió a sus palabras el director de la Obra Social y Cultural de la Caja de Burgos durante 20 años, Ángel Ramos, que destacó que el nacimiento de "la Fundación Atapuerca garantizó un apoyo organizativo y logístico, así como de recursos económicos que permitieron el desarrollo del proyecto en un amplio sentido”. Indicó así el “orgullo” que supuso para Caja de Burgos participar en esta creación, y afirmó que las expectativas iniciales se han “cumplido con creces”. “Lo que parecían objetivos utópicos han sido ampliamente rebasados”, celebró.

Por su parte, Juan Luis Arsuaga expresó su “modesto orgullo” por el apoyo que ha supuesto la Fundación Atapuerca a los investigadores. “En estos 25 años se han invertido 2,5 millones de euros en ayudas a los investigadores, concediendo 93 ayudas”, celebró, a la vez que recordó que hace más de dos décadas estas ayudas eran necesarias y hoy en día lo siguen siendo.

“Nuestro propósito es seguir manteniendo esta ayuda, en la medida de lo posible, contribuyendo a que ningún investigador de Atapuerca se quede atrás”, dijo Arsuaga, que destacó que hasta la fecha son muchos los investigadores de la Fundación que han logrado éxitos científicos. “Eso justifica nuestra existencia pasada, nuestra existencia presente y la tarea que nos comprometemos ante vosotros realizar en el futuro”, concluyó.

Bermúdez de Castro, por otro lado afirmó que la Fundación llegó en el “momento preciso” e indicó que muchos de los proyectos que en su momento necesitaron financiación hoy están consolidados. “Sin esas ayudas, os aseguro que hubiera sido imposible continuar con este proyecto”, dijo a la vez que señaló que espera que la Fundación siga otros 25 años y muchos más. Destacó además la labor de la Fundación en otros aspectos como la difusión del conocimiento y la propia seguridad en las excavaciones.

Por último, Carbonell quiso señalar también la contribución de la Fundación a la profesionalización del equipo Atapuerca, que hoy cuenta con más de 80 doctores, algo que "no hubiera sido posible sin la intervención de la Fundación". Destacó también su papel en la socialización de Atapuerca, a través de las visitas y el conocimiento de los descubrimientos, y finalizó su discurso deseando que este proyecto continúe y los que lleguen sean mejores.

Personal investigador y técnico del IPHES-CERCA y estudiantes del máster de la Universitat Rovira i Virgili (URV) estos días de campaña de excavaciones en la sierra de Atapuerca. Foto: Maria D.Guillén / IPHES-CERCA.

25 años y futuros proyectos

El apoyo al Equipo Investigador de Atapuerca fue uno de los objetivos clave con los que nació la Fundación Atapuerca. Por ello en el año 2000 la Fundación creó el Programa de Ayudas para Investigación para que jóvenes investigadores e investigadoras pudieran desarrollar sus tesis doctorales y continuar sus carreras científicas en el ámbito del proyecto Atapuerca. Más tarde, fueron creándose varios centros de investigación y socialización, que juntos han impulsado aún más este proyecto.

Otro de sus grandes cometidos fue su apoyo en las campañas de excavación (financiadas principalmente por la Junta de Castilla y León) que cada verano concentra en la sierra de Atapuerca a más de 300 personas en los once yacimientos en los que se investiga en la actualidad. Por otro lado, la Fundación Atapuerca ha tratado de impulsar el desarrollo del territorio en el que se encuentran los yacimientos de la sierra de Atapuerca, mediante la colaboración con ayuntamientos y asociaciones de la zona para acercar distintas iniciativas de transferencia del conocimiento a la comunidad local.

A lo largo de los años, ha ido adquiriendo otras responsabilidades, como la gestión de las visitas a los yacimientos de la sierra de Atapuerca y al Centro de Arqueología Experimental (CAREX), por acuerdo con la Fundación Siglo, desde marzo de 2011. En la actualidad, la Fundación está ampliando su sede en Ibeas de Juarros (Burgos) con la construcción de un edificio anexo que albergará el denominado ‘Centro de Investigación Emiliano Aguirre’. Este proyecto ha sido posible gracias al impulso del Patronato de la Fundación y cuenta con el respaldo de la Junta de Castilla y León que, desde la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, financia un 50 por ciento.

A este proyecto se suma, tal y como indicó el presidente de la Fundación Atapuerca, otro que busca llevar a Bruselas al primer europeo, así como poner en valor la importancia que tiene la palabra ‘orígenes’ en Burgos. Recordó así el interés que manifestaron desde Bruselas por el primer europeo cuando visitaron esta capital con motivo del VIII Centenario de la Catedral. “Estamos retomando este proyecto de llevar Atapuerca a Bruselas, donde están representados todos los europeos”, afirmó hoy, recordando el hallazgo de ‘Pink’ , la cara del primer europeo hallado en Atapuerca el pasado 2022. Un proyecto que indicó que debe pilotar el presidente de la Junta y que considera que sería un remate interesant” el poder llevarlo a la sede de representación de los europeos.

Fuente: elcorreodeburgos.com | 26 de julio de 2024

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Aymerich el yacimiento donde se encuentran los primeros ‘Homo sapiens’ de la sierra de Atapuerca

El yacimiento Aymerich, en la base militar de Castrillo del Val, destapa lascas y láminas de sílex usadas por los primeros Homo sapiens de la sierra de Atapuerca.

El pasado 26 de julio finalizaba la campaña número 46 en la sierra de Atapuerca dirigida por Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell. Durante un mes y medio, más de 300 investigadoras e investigadores de 21 países han participado en 11 yacimientos en la sierra de Atapuerca.

Los yacimientos, ubicados en las localidades de Atapuerca, Ibeas de Juarros y la base militar ‘Cid Campeador’ en Castrillo del Val, han sido escenario de importantes descubrimientos. La colaboración con el Ejército Español, que se remonta a las primeras excavaciones en 1978, ha sido fundamental no solo en términos de seguridad y logística, sino también en la preservación del entorno. El Ejército ha proporcionado materiales esenciales y ha contribuido a la protección de los yacimientos.

Además, en 2014, a iniciativa de Eudald Carbonell, vicepresidente de la Fundación Atapuerca y codirector del proyecto Atapuerca, se estableció un acuerdo entre la Base Militar ‘Cid Campeador’ y la Fundación Atapuerca para la recuperación de las fuentes naturales de la sierra. Este proyecto ha permitido la limpieza y catalogación de más de 25 fuentes, 12 de las cuales se encuentran dentro del campo de maniobras de la base.

Este año se ha realizado un descubrimiento significativo en el yacimiento ‘Aymerich’, situado dentro de la base militar. Este asentamiento al aire libre, que recibe su nombre en honor a Vicente de Aymerich Cabrera, quien fue coronel en la base hasta finales de 2010, se encuentra en un depósito de arroyada en la ladera norte del valle del Arlanzón. Desde allí se puede observar la vega del río y destaca por un estrato con grandes bloques de sílex, que fueron una fuente importante de materia prima para las poblaciones paleolíticas.

Un equipo de ocho expertos de la Universidad de Burgos, el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) y el Museo de la Evolución Humana (MEH) ha trabajado en una extensión de 6 m², obteniendo 1700 restos líticos. Estos hallazgos, pertenecientes a un único nivel arqueológico del Paleolítico superior, incluyen lascas y láminas de sílex utilizadas por los primeros Homo sapiens para diversas actividades cotidianas, como la caza y la recolección.

Cada yacimiento cuenta con red wifi, estación total, ordenador para procesar la información, PDA para registrar los hallazgos e impresora de etiquetas. Foto. Santi Otero

Los análisis de laboratorio de estos materiales se llevarán a cabo en la Universidad de Burgos, donde se ha estudiado la prehistoria de la sierra de Atapuerca durante décadas. La relación cercana y constante con el Ejército ha sido clave para permitir el acceso y la investigación en zonas restringidas, asegurando la continuidad y protección de estos valiosos trabajos arqueológicos.

Este yacimiento, junto al de Valdeprovedo, es uno de los pocos registros de asentamientos del Paleolítico superior en la sierra, arrojando luz sobre la presencia de los primeros Homo sapiens en la región. La colaboración entre el Equipo Investigador de Atapuerca y el Ejército no solo ha facilitado la protección y el desarrollo de estas investigaciones, sino que también ha permitido la preservación del patrimonio cultural e histórico de la sierra de Atapuerca.

Fuente:novaciencia.es | 2 de agosto de 2024

Hallan restos de tejido rojo, de 3.800 años de antigüedad, teñidos con la denominada escarlata bíblica en cuevas del desierto de Judea

Fragmento de un raro tejido de 3.800 años de antigüedad, teñido con bermellón kermes. Foto: Dafna Gazit, Autoridad de Antigüedades de Israel.

Israel protagoniza una serie de hallazgos milenarios que se vinculan directamente con las santas escrituras del Antiguo Testamento, los cuales revelan detalles inscritos allí y que pudieron suceder en el pasado. En un informe que dio a conocer la Autoridad de Antigüedades de ese país, se anunció el descubrimiento de restos de material textil con características que se mencionan en la Biblia.

El país hebreo atraviesa una serie de buenas noticias en relación con los resultados de las diversas excavaciones que se llevan a cabo en todo el territorio nacional con el fin de garantizar la protección de su patrimonio histórico y cultural. Desde una habitación-salón que pudo cobijar la última cena de Jesucristo y sus 12 apóstoles hasta la gran muralla de defensa en el norte de la Ciudad de David, ahora se sumaron los restos de ropa hechos con técnicas que se mencionaron hace 3.800 años.

Foto: situación geográfica de la Cueva de las Calaveras y foto de entrada a la misma.

En un comunicado oficial del organismo israelí, explicaron que los restos de este textil de color rojo fue teñido con la denominada escarlata bíblica. Los mismos se encontraron en la Cueva de las Calaveras, en el desierto de Judea, y pueden ayudar a comprender cómo era la confección de la ropa durante los primeros asentamientos realizados en Tierra Santa y si coincide su elaboración con lo que se describe en la Biblia.

El color 'gusano escarlata' se menciona en antiguos documentos comerciales, como en tablillas cuneiformes de Mesopotamia, que datan de 1425 a. C., así como 25 veces en la Biblia, a menudo junto con el azul (Tekhelet) y el púrpura (Argaman), que se consideran los colores más preciosos y prestigiosos del mundo antiguo. Se le nombra en el contexto de la vestimenta lujosa, en el uso de los textiles dentro del Tabernáculo y en otros contextos de culto.

Excavación de la Autoridad de Antigüedades de Israel y la Universidad Hebrea en la Cueva de las Calaveras, donde se descubrió el raro tejido. Foto Yoli Schwartz, IAA.

Para darle ese color particular a la tela, se utilizaron insectos de roble (cochinillas) que los investigadores de la Universidad de Bar-Ilán y de la Universidad de Hebrea identifican con el bíblico “Tola ‛at Hashani” (gusano escarlata). A pesar del tamaño pequeño de los restos textiles (menos de 2 cm), su aspecto llamó la atención de modo inmediato, por lo que un análisis a posteriori arrojó datos interesantes. Los resultados de la investigación fueron publicados en el Journal of Archaeological Science: Reports.

“Mediante el uso de equipos analíticos, identificaron el origen del tinte, encontrando que los insectos a escala de roble producían el tinte rojo utilizado para los hilos de trama de lana, mientras que los hilos warp (la urdimbre), hechos de lino, permanecían sin color. Los restos textiles se han fechado en la Edad del Bronce Media (1954-1767 a. C.) a través de un análisis de carbono-14″, remarcan los investigadores.

El antiguo tejido fue examinado bajo un microscopio. Foto de Yoli Schwartz, Autoridad de Antigüedades de Israel.

El proceso de creación del tinte milenario

La Dra. Naʼama Sukenik (izquierda), conservadora de la colección de materiales orgánicos de la Autoridad de Antigüedades de Israel, señaló: “En la antigüedad, el tinte era producido a partir del insecto femenino (cochinilla) que vive en el roble kermes (Quercus coccifera).

Luego explicó cómo los antiguos habitantes de Judea le dieron origen a este tinte: “La recolección de huevos de gusanos del roble kermes se hacía en un período muy corto de tiempo, un mes al año, en el verano -después de que la hembra pusiera sus huevos, pero antes de que eclosionasen-, cuando la cantidad de tinte era mayor. El corto período en el que se podía recoger los huevos del gusano de roble kermes, la dificultad para encontrarlos debido a su pequeño tamaño (entre 3 y 8 mm), y sus colores de camuflaje -que hacían difícil su localización-, así como la pequeña cantidad de tinte que se puede producir a partir de ellos para producir el hermoso tono rojo (escarlata) con el que teñir textiles, hizo que su uso fuese altamente prestigioso”.

El tinte rojo de la cochinilla se menciona en antiguos documentos comerciales, como en tablillas cuneiformes de Mesopotamia, que datan de 1425 a. C.

Reconstrucción del teñido con Kermes bermellón. Reconstrucción y fotografía de Suzanna Tamar Dekel.

En la Biblia, el tinte extraído de las cochinillas del roble se conoce como 'gusano escarlata'”, dice el profesor Zohar Amar (derecha) de la Universidad Bar-Ilan. "El término 'gusano' en la antigüedad era un término general para varios insectos y sus etapas de desarrollo. La asociación bíblica de este color con una criatura viviente demuestra un impresionante conocimiento zoológico, considerando que las cochinillas hembra carecen de patas y alas, hasta el punto de que algunos naturalistas griegos y romanos incluso las confundieron con gránulos de plantas. A lo largo de la historia, se han utilizado varias especies de cochinillas para producir tinte rojo, y, hasta el día de hoy, en América del Sur, otra especie de cochinilla, que vive en ciertas especies de cactus, se utiliza para teñir textiles".

Según la Dra. Sukenik, “la identificación del tinte en el antiguo tejido se logró mediante cromatografía líquida de alto rendimiento (HPLC), un dispositivo que se emplea habitualmente en los laboratorios de biología y química para separar e identificar sustancias en cantidades minúsculas, y que también resulta útil para la arqueología. Este método analítico avanzado nos permitió determinar el origen del tinte hasta la especie exacta de cochinilla. Por lo tanto, podemos determinar con gran probabilidad que en la antigüedad, el tejido se teñía utilizando una especie de roble kermes bermellón, que produce ácido kermésico, el cual le confiere el característico tono rojo”.

El gusano escarlata mencionado en la Biblia es una cochinilla que vive en los robles, siendo la especie principal en el mundo antiguo el Kermes. Las hembras y sus huevos producen ácido carmínico, que le da al tinte su color rojo.

Foto: el bermellón del roble. Foto Suzanna Tamar Dekel.

Según el profesor David Iluz (izquierda), de la Universidad Bar-Ilan, que también dirige el Departamento de Ciencias Ambientales y Agricultura del Beit Berl College, “aunque se descubrió que Israel tiene una especie nativa de cochinilla que vive en el roble palestino (Quercus calliprinos), capaz de producir un color rojo anaranjado, los resultados analíticos indican que en el caso que nos ocupa, la especie de cochinilla es Kermes vermilio, que vive en el árbol de coscoja (Quercus coccifera). Esta especie de árbol es común en la región mediterránea central y oriental, incluyendo España, Francia y otras áreas, pero no se encuentra en la Tierra de Israel”.

A pesar de la gran cantidad de evidencias históricas escritas sobre el uso generalizado del teñido con cochinillas en el mundo antiguo, hasta el día de hoy se han encontrado muy pocos textiles teñidos con cochinillas anteriores al período romano en todo el mundo.

Bermellón kermes utilizado en la antigüedad para producir tinte rojo. Foto: Dra. Naama Sukenik, Autoridad de Antigüedades de Israel.

El tejido rojo de la Cueva de las Calaveras representa, hasta donde sabemos, la evidencia más antigua de tejido de lana teñido con huevos del gusano del roble kermes. “Aunque es difícil saber cómo llegó este tejido a esta cueva del desierto de Judea, es una prueba significativa de los conocimientos antiguos sobre el teñido de fibras de lana utilizando cochinillas para lograr el color rojo ya en la Edad del Bronce Medio, hace unos 3.800 años”, afirma el Dr. Uri Davidovich (derecha), director de excavaciones en la Cueva de las Calaveras en nombre de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

“Este importante hallazgo sirve de puente entre las fuentes escritas y los descubrimientos arqueológicos, y aporta pruebas de que la antigua industria del teñido de textiles ya estaba suficientemente consolidada en esa época para poder teñir con huevos de gusanos”, añade la Dra. Sukenik. “Este raro tejido es un testimonio de las amplias redes comerciales internacionales que ya funcionaban en esa época y de la presencia de una sociedad de élite”.

Fuentes: lanacion.com.ar | storiearcheostorie.com | 25 de julio de 2024