Descubren por primera vez un hábitat etrusco con más 43 kilogramos de cerámica en la isla de Córcega

Vista de la excavación en Ghisonaccia (Córcega).

En el marco de un proyecto de construcción de una vivienda unifamiliar en el municipio de Ghisonaccia, en la Alta Córcega, y por recomendación del Servicio Regional de Arqueología (Drac de Corse), se llevó a cabo una excavación preventiva desde mediados de octubre hasta principios de diciembre de 2023 sobre una superficie de 605 m². La zona afectada por la excavación se encuentra a 3,5 km al este de la ciudad de Ghisonaccia, en el centro de la llanura oriental de Córcega, delimitada al este por el mar Tirreno y al oeste por las estribaciones de la cadena Hercínica. El sitio de Chiusevia está situado a unos veinte metros al norte de un meandro del arroyo Alzetta y a unos 800 m del mar.

Vista aérea del sitio de Ghisonaccia con el arroyo de Alzzeta que fluye hacia el mar Tirreno al fondo. © B. Caballos, Inrap.

Restos de un hábitat y actividades domésticas de los siglos VI-IV a.C.

El terreno corresponde a una terraza aluvial que está marcada por una ligera pendiente del 3% de norte a sur hacia el arroyo Alzetta. Al norte, sobre un terreno llano natural, se sitúa un edificio sobre cimientos de cantos rodados. Parece estar desarrollándose más allá del derecho de vía a lo largo de un eje noroeste/sureste. Su desarrollo está precedido por la nivelación antropogénica del terreno. Tres tapajuntas de guijarros definen un espacio interior de 6,35 metros de ancho para una longitud observada de 5,30 metros, es decir, una superficie interior de al menos 34 m². La superficie del edificio es de al menos 50 m².

Vista general del edificio sobre tapajuntas de guijarros. © B. Caballos, Inrap.

Los tres cimientos del edificio siguen los mismos principios constructivos. Están formados por guijarros de módulos variables, unidos por un sedimento limoso de color marrón oscuro, depositados dentro de una zanja de cimentación con paredes abocinadas. Su disposición es irregular y descuidada. Se mantienen en tres hileras como máximo y tienen un ancho que varía entre 0,60 y 1 metros. Alrededor de los bordes de las construcciones de guijarros se identificaron varias pequeñas excavaciones destinadas a alojar un poste de madera. Su posición estratigráfica y ubicación sugieren que podrían tratarse de elementos estructurantes de los alzados y de la cubierta del edificio fabricados con materiales perecederos.

Vista aérea de Ghisonaccia con la columna vertebral montañosa que recorre la isla al fondo. © B. Caballos, Inrap.

La presencia de numerosos fragmentos de mazorca en el nivel abandonado habla a favor de la hipótesis de paredes de acacia rellenas de tierra de construcción sostenidas por tapajuntas de guijarros. Un estudio antracológico (P. Poirier, I. Figueiral, Inrap) proporcionará vías de interpretación sobre este tema. Toda la superficie interna del edificio está cubierta por una capa de limo fino procedente de su ocupación. Está lleno de pequeños nódulos de mazorca, microcarbón y, sobre todo, varios centenares de fragmentos de cerámica que atestiguan su frecuentación. En el corazón del edificio se dispone un suelo de hogar formado por fragmentos de jarrones de almacenamiento reutilizados y un gran foso, excavado en el nivel de ocupación del edificio, recibe las emisiones de combustión y los residuos resultantes del uso de estos últimos.

Excavación en curso del nivel de ocupación del edificio. © B. Caballos, Inrap.

Promociones en las afueras de la casa

Se identificó una gran zanja a unos veinte metros al sur del edificio. La estructura excavada tiene una longitud de 15 metros y una anchura de 1,70 metros. Parece desarrollarse hacia el suroeste, más allá del derecho de paso hacia el meandro del curso de agua de Alzetta, del que podría captar sus aguas para abastecer al establecimiento. La acequia también podría considerarse como un elemento estructurante de sus límites y de su extensión.

En las afueras del hábitat se detectaron una veintena de agujeros para postes, en algunos de los cuales se conservaba el fantasma del poste. Parecen estar involucrados en la construcción de varias urbanizaciones utilizando materiales perecederos. Cerca del edificio también se excavaron varios pozos de desechos domésticos, que contienen paredes de hornos enrojecidas y obstruidas con matrices carbonosas, que atestiguan actividades vinculadas al ámbito doméstico.

Vista en corte del agujero de un poste y el fantasma del poste conservado. © A. Jamai-Chipon, Inrap.

Vista en corte de una tapajuntas de guijarros. © F. Tacchini, Inrap.

Un rico corpus cerámico y su enfoque multidisciplinar

El nivel de ocupación del edificio está plagado de fragmentos de jarrones arrojados en el lugar. Además, el suelo del hogar está compuesto principalmente por fragmentos de grandes contenedores destinados al almacenamiento que aquí se utilizan para su reutilización. El corpus cerámico recogido en el hábitat reúne así un mobiliario excepcionalmente rico para este tipo de ocupación (peso: 43,3 kg).

La tasa de fragmentación es muy alta, particularmente para las unidades estratigráficas vinculadas al foco y al nivel de abandono del hábitat. Todos los fragmentos están realizados al torno y ninguno está decorado. Las principales formas de contenedores identificadas son formas cerradas con bordes acampanados o rebajados, paredes gruesas, toscas o semifinas. Se trata de cerámicas y vasijas de almacenamiento etruscas comunes. No se observaron rastros de quemaduras o residuos carbonizados contra las paredes ni fragmentos de fondos presentes en el cuerpo, excluyendo el uso de los recipientes para cocinar. El corpus homogéneo se caracteriza en particular por la ausencia de cerámicas modeladas locales, pero también por la de refinadas producciones etruscas (barniz negro, sobrepintado, figuras rojas) o helenísticas.

Fragmentos de cerámica aplastados y rechazados dentro del edificio en el nivel de ocupación. © R. Antonietti, Inrap.

Todos los elementos tipológicos, las composiciones de los cuerpos cerámicos y otras características destacadas tienden a indicar una ocupación del yacimiento en una época cronológica aún amplia, situada entre los siglos VI y IV a.C.

El estudio tipocronológico del mobiliario (A. Jamai-Chipon, Inrap), unido al análisis de marcadores orgánicos potencialmente conservados en algunos vasos (N. Garnier, laboratorio LNG) y al estudio petrográfico de las pastas (F. Convertini, Inrap), permitirá sin duda definir un corpus de referencia para Córcega y ofrecerá perspectivas interesantes para la interpretación y comprensión de este lugar y del lugar de la isla dentro de los circuitos de intercambio del área mediterránea.

Fuente: inrap.fr| 9 de julio de 2024

Un estudio desvela que los 'Homo sapiens' cazaron especies de la megafauna en la actual Argentina hace 21.000 años.

Martín De Los Reyes (izquierda) y Guillermo Jofré, dos de los investigadores que han participado en el estudio, desentierran el fósil de un pariente extinto del armadillo de la Edad de Hielo conocido como 'Neosclerocalyptus' descubierto a orillas del rio Reconquista, Argentina. (Crédito: Miguel Eduardo Delgado et al.)

La teoría más extendida hasta hace poco tiempo defendía que los primeros humanos que cruzaron el estrecho de Bering y se internaron en América lo hicieron en una migración que tuvo lugar hace unos 16.000 años. Pero, como casi todas las cronologías relacionadas la evolución humana y sus hitos, los nuevos métodos de análisis están desvelando un escenario mucho más complejo.

Los arqueólogos han hallado unas huellas de niños y adolescentes fosilizadas en Nuevo México (Estados Unidos) con una antigüedad de al menos 21.000 años. Según el ADN antiguo, el primer gran viaje del Homo sapiens de Eurasia hacia el continente americano se registró entre hace 26.000 y 19.500 años, durante un episodio extremo de frío conocido como Último Máximo Glacial.

Este puzle tiene además piezas más polémicas y que parece que no encajan. En el centro-oeste de Brasil han salido a la luz tres fragmentos de hueso de un perezoso gigante que habrían sido pulidos como una suerte de ornamentos, según la interpretación de sus descubridoras. Lo sorprendente es que este animal, una de las especies de megafauna que habitaron Sudamérica durante el Pleistoceno, vivió hace entre 27.000 y 25.000. ¿La llegada de los humanos a América se registra en una fecha todavía más temprana? Eso parece confirmar el nuevo hallazgo realizado en el moderno territorio de Argentina y publicado este miércoles en la revista PLOS ONE.

Mapa que muestra la ubicación del sitio investigado. Perfil litoestratigráfico del sitio donde se encontró el ejemplar CRS-10 (en la orillas del río Reconquista, Argentina), incluyendo las fechas radiocarbónicas calibradas obtenidas. Mapa base: sombreado MDE-Ar v2.1 y capas vectoriales 1:250000 del IGN (Instituto Geográfico Nacional, República Argentina).

El paleontólogo Guillermo Jofré, en la excavación donde extrajo los restos fósiles del gliptodonte; fueron hallados de manera fortuita, por operarios que trabajaban en la barranca del Río Reconquista, Merlo, Argentina.

Mariano Del Papa (izquierda), antropólogo de la Universidad Nacional de La Plata y su equipo, han descubierto unos restos fósiles con marcas de corte de un espécimen de Neosclerocalyptus, un género extinto de grandes mamíferos acorazados -emparentado con los armadillos actuales- los cuales vivieron en Sudamérica durante el Pleistoceno. La datación de los huesos, hallados en la orilla del río Reconquista, en el norte de la región pampeana, indica que el animal fue cazado por humanos hace unos 21.000 años.

Los análisis en el laboratorio han documentado marcas de corte en zonas de la pelvis, la cola y la coraza del gliptodonte consistentes con impactos hechos con herramientas de piedra. Estas marcas antrópicas, según los investigadores, muestran que los humanos descuartizaron a su presa con artefactos líticos en busca de las áreas más abundantes de carne. La antigüedad del animal se ha podido precisar bastante —entre hace 21.090 y 20.811 años— gracias a las dataciones por radiocarbono de los huesos y de los sedimentos de la secuencia estratigráfica en la que aparecieron.

Modelo de 'Neosclerocalyptus ornatus'. Museo de La Plata.

El estudio proporciona nuevos elementos para indagar sobre los orígenes del poblamiento humano de Sudámerica y conocer las interacciones de estos individuos con la megafauna presente en esta parte del mundo en el periodo considerado. Según los autores del artículo, este descubrimiento retrasa casi en 6.000 años la presencia del Homo sapiens en esta parte del mundo teniendo en cuenta las cronologías fiables de otros yacimientos, que van de los 15.000 a los 8.000 años de antigüedad.

Para determinar si las marcas de corte eran de origen humano, los investigadores fotografiaron y crearon escaneos en 3D de los huesos del animal. Algunas de las marcas tenían una sección transversal en forma de V, lo que el equipo cree que es muy indicativo de marcas de descuartizamiento con herramientas de piedra. En total, los investigadores contaron 32 marcas de corte en los huesos del animal. Utilizando una variedad de técnicas estadísticas para clasificar y comparar las marcas cuantitativamente, concluyeron que el patrón no podía haber sido aleatorio: los cortes fueron hechos por humanos utilizando herramientas.

Un examen detallado de las marcas de corte en los fósiles reveló que fueron hechas por herramientas de piedra en una secuencia deliberada. (Crédito: Miguel Eduardo Delgado et al.).

Los expertos, analizando las partes del esqueleto del 'Neosclerocalyptus' descubierto. Foto: Conicet.

El equipo descartó otras posibles causas de las marcas, incluidos los carnívoros (cuyas marcas de dientes suelen tener forma de U) y la erosión natural del hueso después de la muerte del animal, ya que había evidencia significativa de que el cuerpo del animal fue enterrado rápidamente después de su muerte, lo que evitó la degradación causada por el clima o los carroñeros.

La ubicación de las marcas de corte en diferentes áreas del cuerpo revela una secuencia de carnicería, concluyeron los investigadores, e implica que los humanos antiguos adquirieron, y presumiblemente comieron, una gran cantidad de carne de los músculos de la pelvis y la cola del armadillo gigante.

La interpretación de un artista de cómo los humanos de la Edad del Hielo pudieron haber masacrado a un gliptodonte hace unos 20.000 años en lo que hoy es Argentina. (Crédito de la imagen: Damián Voglino, Museo de Ciencias Naturales A. Scasso (Colegio Don Bosco), San Nicolás de los Arroyos, Provincia de Buenos Aires, CC-BY 4.0 ).

"Es posible que la gente haya tenido como objetivo a los gliptodontes debido a su tamaño (unos 300 kilos) y los grandes paquetes de músculos que poseen", dijo a Live Science en un correo electrónico el coautor del estudio Miguel Delgado (izquierda), paleoantropólogo de la Universidad Nacional de La Plata en Argentina.

"Este trabajo pone en duda el marco temporal de que el primer poblamiento humano de América se registró hace 16.000 años", destaca Mariano Del Papa. El antropólogo y sus colaboradores señalan que los fósiles del armadillo son otra evidencia más proporcionada por el registro arqueológico que apoya la teoría de un poblamiento mucho más temprano de las Américas y del Cono Sur en particular. "Es decir, la fecha más probable para la primera entrada humana se habría producido hace entre 21.000 y 25.000 años o incluso antes", señala Delgado. Estamos ante un debate que está todavía lejos de resolverse.

Una ilustración de un ejemplar de 'Neosclerocalyptus' que muestra los elementos esqueléticos marcados con cortes en azul claro.(Crédito de la imagen: Del Papa et al., 2024, PLOS ONE, CC-BY 4.0)

Loren Davis (derecha), un arqueólogo de la Universidad Estatal de Oregon, que no participó en el estudio, dijo a Live Science en un correo electrónico que "el enfoque avanzado de los autores en esta investigación es encomiable, pero requiere más estudios, particularmente porque no se encontraron herramientas hechas por humanos en el sitio".

"Es necesario establecer el grado en que las acciones humanas de carnicería son similares y diferentes a la amplitud de los procesos naturales que modifican los huesos para respaldar su afirmación de presencia humana en este sitio hace unos 21.000 años", afirma Davis.

Para la paleoantropóloga Briana Pobiner (izquierda), científica investigadora del Programa de Orígenes Humanos del Museo Nacional Smithsonian de Historia Natural de Washington, "los autores han aportado pruebas convincentes de que hubo seres humanos que descuartizaron un armadillo extinto hace 21.000 años".

"Los autores han hecho un trabajo sólido al demostrar mediante análisis cualitativos y cuantitativos que las marcas de corte en los fósiles de armadillo son muy probablemente hechas por humanos", dice Pobiner, la cual no participó en el estudio.

El antropólogo colombiano Miguel Delgado sostiene un hueso fosilizado de un Gliptodonte con evidencias que sugieren que el animal fue cazado. Museo de Ciencias Naturales de Buenos Aires, Argentina, el 1 de julio de 2024. FOTO: REUTERS.

Los investigadores, en la sala de vertebrados del Museo de Ciencias Naturales de La Plata: Miguel Delgado, arqueólogo (izq); Mariano Del Papa, arqueólogo y antropólogo (centro), y Martín de los Reyes, paleontólogo (der)Pilar Camacho.

Para Delgado, con la aparición de estos resultados, más la aparición de otros sitios con evidencia en América, incluidas huellas humanas “muy bien datadas cronológicamente” y herramientas encontradas en Brasil, se puede empezar a documentar que hubo un poblamiento más temprano. “Con nuestro trabajo, a medida que fuimos haciendo los estudios, ese rompecabezas cada vez va teniendo más sentido”, indicó.

“Este es un debate candente en la actualidad y, con estos datos bien comprobados con las mejores técnicas disponibles, aportamos nuestro granito de arena a un cambio de paradigma sobre el poblamiento de América”, subraya Delgado.

Los investigadores señalaron, no obstante, que son conscientes de "la necesidad de establecer un vínculo más fuerte entre los huesos fósiles hallados con marcas de corte y el registro arqueológico", pero esperan hacerlo pronto.

"Si bien aún no hemos encontrado todavía ninguna herramienta, vale la pena señalar que sólo hemos excavado una pequeña porción del lugar donde se hizo el hallazgo y puede haber más evidencias, tal como herramientas líticas", concluye el paleoantropólogo Delgado.

Fuentes: elespanol.com | livescience, com | lanacion.com.ar | cnnespanol.cnn.com | 17 de julio de 2024

Nuevas dataciones geológicas sitúan a los primeros homínidos europeos en el sur de la península ibérica hace 1,3 millones de años

Los yacimientos de Orce, en Granada, ofrecen cada año hallazgos importantes para entender el proceso de la evolución humana. En la foto, arqueólogos trabajando en el yacimiento de Fuente Nueva 3.

Una de las controversias más importantes sobre la evolución y la expansión humana es cuándo y por qué camino llegaron los primeros homínidos a Europa desde el continente africano. Ahora, unas dataciones con técnicas geológicas de los yacimientos de Orce (cuenca de Baza, Granada) sitúan los restos humanos hallados en esta zona como los más antiguos de Europa, con aproximadamente 1,3 millones de años.
Estos resultados refuerzan la hipótesis de la llegada de los seres humanos a Europa por el sur de la península ibérica, a través del estrecho de Gibraltar, en lugar de dando la vuelta al Mediterráneo por la vía asiática. El trabajo, liderado por Lluís Gibert (izquierda), investigador y profesor de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Barcelona, ha contado con la participación de investigadores del Centro de Geocronología de Berkeley y de la Universidad Estatal de Murray (Estados Unidos).

Análisis de una nueva área de muestreo

La nueva datación se ha basado en analizar el paleomagnetismo de un área de la región de Orce, donde nunca se había muestreado antes, y que ha estado protegida de la erosión a lo largo de los años. Esta técnica es un método de datación relativo basado en estudiar la inversión de los polos magnéticos del planeta debido a la dinámica interna de la Tierra. Estos cambios no tienen una periodicidad concreta, pero quedan registrados en los minerales y permiten establecer períodos de tiempo a partir de los diferentes eventos magnéticos.

Los nuevos datos obtenidos son muy precisos gracias a la larga secuencia sedimentaria que aflora en Orce. «La singularidad de estos yacimientos es que están estratificados y dentro de una secuencia de sedimentaria muy larga, de más de ochenta metros. Normalmente, los yacimientos se encuentran en cuevas o dentro de secuencias estratigráficas muy cortas, que no te permiten desarrollar secuencias paleomagnéticas largas en las que puedas encontrar diferentes inversiones magnéticas», apunta Lluís Gibert.

«Los investigadores han podido identificar una secuencia de polaridad magnética con cinco eventos magnéticos que permiten situar a los tres yacimientos de Orce con presencia humana entre el subcrono Olduvai y Jaramillo, es decir, entre 1,77 y 1,07 millones de años (Ma)», explica Gibert.

Posteriormente, han aplicado un modelo estadístico de edad para refinar con precisión la cronología de los distintos niveles estratigráficos con un margen de error de solo 70.000 años. El resultado de esta innovadora metodología es que el yacimiento más antiguo con presencia humana de Europa sería Venta Micena con una edad de 1,32 Ma, seguido de Barranco León, con una edad de 1,28 y finalmente Fuente Nueva 3, con una edad de 1,23 Ma.

«Con estos datos, el otro gran yacimiento de la Península, el de Sima del Elefante en Atapuerca, quedaría relegado a un segundo puesto, muy detrás de Orce, entre 0,2 y 0,4 Ma más moderno», añade el investigador.

Yacimiento de Fuente Nueva 3: Lluís Gilbert / Universidad de Barcelona

La fauna apuntala la antigüedad del yacimiento

Para completar la datación, el estudio también ha analizado la fauna que se encuentra en los diferentes yacimientos de Orce, ya que esta es diferente según el período, y la ha comparado con la que se ha encontrado en otros yacimientos del Pleistoceno temprano situados en otros lugares de Europa.

En este sentido, en el trabajo se presenta un análisis detallado de los micromamíferos y grandes mamíferos de todos los yacimientos de Orce, realizado por el experto Robert Martin, a partir de las colecciones paleontológicas almacenadas en el Museo del Instituto Catalán de Paleontología Miguel Crusafont (IPS) de Sabadell. «Los resultados muestran que la fauna pequeña y grande de Orce es más primitiva que, por ejemplo, la de la Sima del Elefante, donde las evidencias muestran que el roedor 'Allophaiomys lavocati' es más evolucionado que el 'Allophaiomys' recuperado de los yacimientos de Orce», detalla Gibert.

Otro indicador relevante de la antigüedad de los yacimientos de Orce es la ausencia de los antepasados ​​de los cerdos. «Son animales que se consideran inmigrantes asiáticos y que no se han encontrado en ningún yacimiento europeo con una antigüedad de entre 1 y 1,5 Ma, mientras que sí se han encontrado en la Sima del Elefante, apoyando que la fauna de Orce es más antigua», explica el investigador.

Migraciones humanas desde el continente africano. Lluís Gilbert et al. / Universidad de Barcelona

Evidencias que apuntan al paso por Gibraltar

Esta nueva datación se añadiría, según Gibert, a otras evidencias que decantarían la balanza de la colonización de Europa por el estrecho de Gibraltar, en lugar de la vía alternativa: la vuelta al Mediterráneo por Asia, como por ejemplo «la existencia de una industria lítica con similitudes a la que se ha encontrado en el norte del continente africano y también por la presencia de restos de fauna africana en el sur de la Península, como los de 'Hippopotamus', hallado en los yacimientos de Orce, y las de 'Theropithecus oswaldi', un primate africano similar a un papión, hallados en la cueva Victoria, un yacimiento cerca de Cartagena (Murcia), inexistentes en ningún otro lugar de Europa».

«También defendemos la hipótesis de que llegaron desde Gibraltar, porque no se han encontrado evidencias más antiguas en ningún otro yacimiento del recorrido alternativo», añade Gibert.

Diente leche de un homínido datado en 1,4 millones de años.

Similitud con los homínidos de la isla de Flores

Con estos resultados, los investigadores señalan un «diacronismo» entre la ocupación más antigua de Asia, de 1,8 Ma, y la más antigua de Europa, que sería de hace 1,3 Ma, de modo que los homínidos africanos habrían llegado al suroeste de Europa más de 0,5 Ma después de salir por primera vez de África hace aproximadamente 2 Ma.

«Estas diferencias en la expansión humana se explicarían porque Europa está aislada de Asia y de África por barreras biogeográficas difíciles de superar, tanto por el este (estrecho del Bósforo, Dardanelos, mar de Mármara) como por el oeste (estrecho de Gibraltar). La humanidad llegó a Europa en el momento en que tuvo la tecnología necesaria para cruzar barreras marítimas, tal y como ocurrió antes del millón de años en la isla de Flores (Indonesia)», apunta Gibert.

En este sentido, el investigador añade que «la ruta de Gibraltar requiere actualmente atravesar hasta catorce kilómetros de vía marítima, pero quizás en el pasado esta distancia era menor en algunos momentos debido a la alta actividad tectónica en esta región y a las fluctuaciones del nivel del mar favoreciendo las migraciones».

«Tal y como se cita en el trabajo —añade—, hemos identificado otras migraciones de fauna africanas a través de Gibraltar en momentos anteriores, hace 6.2 y 5.5 Ma cuando el estrecho de Gibraltar era muy reducido».

Foto de las últimas excavaciones realizadas en el yacimiento de Venta Micena 3 en Orce en 1992, donde se descubrieron los primeros restos humanos. Crédito: Lluis Gilbert / Universidad de Barcelona.

Los vestigios humanos en Orce

Los restos humanos encontrados en los yacimientos de Orce son un total de cinco desde que se iniciaron las excavaciones en 1982 por el paleoantropólogo Josep Gibert. En primer lugar, se encontraron en Venta Micena dos fragmentos de húmero mordidos por las hienas y también partes de un fragmento craneal que consiste en dos parietales y un occipital, asociados a una abundante fauna del Pleistoceno temprano. La procedencia humana de estos restos generó una gran controversia durante años, aunque según estudios paleoproteómicos independientes realizados por las universidades de Granada y San Francisco identificaron que había proteínas humanas en dichos restos.

«El descubrimiento, posteriormente, en los yacimientos cercanos de Barranco León y Fuente Nueva 3 de dos dientes molares humanos y miles de herramientas líticas olduvayenses —una de las primeras industrias líticas humanas—, así como marcas de corte en huesos, sirvieron para consolidar la evidencia de la presencia de homínidos en el Pleistoceno temprano de Orce», concluye Lluís Gibert.

Fuente: web.ub.edu| 12 de julio de 2024

Espectacular hallazgo de la Hispania romana: un circo con capacidad para 5.000 espectadores en Vitoria

Imagen aérea del circo romano de Iruña-Veleia. Arkikus

Iruña-Veleia, la ciudad romana más importante del País Vasco, una pujante urbe durante época imperial, acaba de desvelar una espectacular sorpresa bajo los campos de cultivo. Los investigadores de la empresa Arkikus, encargada del estudio del yacimiento situado a las afueras de Vitoria, ha descubierto desde el aire un circo romano que según las primeras estimaciones pudo albergar en torno a 5.000 espectadores.

Según han explicado el arqueólogo Javier Ordoño, responsables de la empresa, el hallazgo ha sido posible gracias a la teledetección de la superficie del yacimiento a través de fotografías aéreas históricas y modernas, cartografía de escáner láser LiDAR e imágenes obtenidas mediante vuelos de dron.

Se trata de un recinto de 280 metros de longitud por 72 de anchura, claramente semicircular. Según los investigadores, se trataría del tercer circo romano conocido en la mitad norte de España tras los de Tarragona y Calahorrra y el que único que conservaría su trazado original al no estar oculto por edificaciones modernas. En toda la península ibérica, la antigua Hispania, se conocen menos de una veintena de ejemplos de estas edificaciones, escenario de las populares carreras de carros de la Antigua Roma.

Se trata de un circo de dimensiones algo reducidas si se compara con los más conocidos de Toledo (400x85 m) o Mérida (495x95 m), pero muy similar al de Segóbriga (272x75 m). "Un circo (sea del tamaño que sea) es una estructura de gran importancia para el prestigio de una ciudad. La construcción de un edificio de espectáculos como este demostraba poder, religiosidad y hacía que toda la población de los alrededores se reuniera en ese lugar para las celebraciones lúdicas", ha valorado en sus redes el arqueólogo Néstor Marqués, responsable del canal de divulgación de Antigua Roma al Día.

El hallazgo, desvelado por la cadena SER y que será anunciado oficialmente este miércoles en una rueda de prensa por la Diputación foral de Álava, debe confirmarse mediante trabajos de prospección sobre el terreno. Además del circo, desde el aire se han visto también restos de calles, viviendas y lo que podría ser el foro con sus edificios públicos (templo, basílica, pórticos) y el paso de la Iter XXXIV, la calzada romana que iba de Astorga a Burdeos.

Fuente: elespanol.com | 16 de julio de 2024

Descubren en Pompeya la tumba de un militar que combatió en el norte de Hispania

La inscripción de la tumba descubierta en Pompeya. Crédito: Ministero della Cultura.

El hallazgo de una tumba de la antigua ciudad romana de Pompeya, sepultada por la erupción del Vesubio en el 79 d.C., arroja luz sobre la historia de España y sobre la organización del poder romano en los tiempos del emperador Augusto. Su descubrimiento se ha presentado este martes en un artículo científico publicado en el E-Journal del Parque Arqueológico de Pompeya.

La inscripción en el respaldo del banco de la tumba reveló quién era el difunto, reservando más de una sorpresa a los encargados del trabajo:

N(umerius) AGRESTINUS N(umerii) F(ilio) EQUITIO PULCHRO TRIB(uno) MIL(itum) PRAEF(ecto) AUTRYGON(um) PRAEF(ecto) FABR(um) II D(uum) V(iro) I(ure) D(icundo) ITER(um) LOCUS SEPULTURAE DATUS D(ecreto) D(ecurionum)

A Numerius Agrestinus, hijo de Numerius, Caballero justo, tribuno militar, prefecto de los autrigones, prefecto de ingenieros, duumviro por la jurisdicción (es decir, titular de la magistratura más alta en la ciudad de Pompeya) por dos veces, el lugar de la sepultura fue dado por decreto del consejo de la ciudad.

En la tumba se puede leer «Praefecto Autrygonum», es decir, prefecto de los autrigones, un pueblo procedente de las regiones del norte de la península ibérica —ocupaba aproximadamente las actuales provincias de Álava, Vizcaya, Burgos, Logroño y Santander— , donde el primer emperador romano participó en las «guerras cántabras» entre los años 29 y 19 a.C., a fin de completar la ocupación de Hispania. Al terminar sus servicios en la península bérica regresó o se mudó a Pompeya —se desconoce su lugar de origen— donde fue elegido en dos ocasiones como duunviro, titular de la más alta magistratura en la urbe romana.

La inscripción de este cargo ocupado por Numerio Agrestino, a quien honra la sepultura, hasta ahora no había sido verificado y ayuda a comprender mejor la organización del poder romano en una fase de transición hacia el modelo imperial.

Vista aérea del monumento funerario dedicado al hispano Numerio Agrestino. Parque Arqueológico de Pompeya.

“Aquí vemos el surgimiento de la red de poder que conectaba a las élites del Imperio, a cuyos miembros se les pedía que se comprometieran en las zonas de conflicto, con la promesa de recompensas económicas, pero sobre todo de prestigio social en la comunidad de residencia", explicó el director del Parque Arqueólogo de Pompeya, Gabriel Zuchtriegel.

"Haber ocupado dos veces la máxima magistratura de Pompeya, el 'duunvirato', y haber sido honrado con un monumento funerario en terreno público son expresiones de reconocimiento y lealtad hacia alguien que literalmente había luchado en primera línea", añade Zuchtriegel. Sin embargo, las excavaciones han permitido documentar que el monumento funerario estaba empezando a caer en el olvido en el momento en que el Vesubio sepultó la ciudad: el semicírculo, falto de limpieza y mantenimiento, se encontraba ya semienterrado hasta la altura del banco.

La tumba fue encontrada durante las obras de construcción de una cavidad funcional para recuperar la humedad de las salas subterráneas del edificio San Paolino, nueva sede de la biblioteca del Parque Arqueológico de Pompeya.

Detalle del banco del monumento funerario. Parque Arqueológico de Pompeya.

En la excavación se encontraron los dos extremos de la tumba con forma de semicírculo, un tipo de sepultura muy popular en Pompeya, las tumbas 'a schola', que constan de un banco en hemiciclo realizado en toba y decorado en los extremos con zarpas de león y que puede datarse en el reinado de Augusto (27 a.C. – 14 d.C.).

La escritura en el respaldo del banco reveló quién era el fallecido, y los expertos se sorprendieron al descubrir que era el mismo personaje conocido por otra inscripción funeraria en la necrópolis de Porta Nocera, también en Pompeya, y donde su esposa, Veia Barchilla, había creado un monumento cilíndrico para ella y su marido, pero más tarde el consejo de decuriones decretó honrar a Numerio Agrestino en un terreno público.

Para el ministro de Cultura de Italia, Gennaro Sangiuliano, Pompeya «puede considerarse cada vez más como un modelo de gestión y conservación del patrimonio cultural italiano».

Fuentes: eldebate.com | elespanol.com | 16 de julio de 2024

Descubriendo 1.200 años de ocupación humana en el Ártico canadiense

Foto: Equipo de muestreo recolectando un núcleo de sedimento en PaJs-13, un sitio Thule-Inuit en la isla Somerset, Nunavut, con los restos de casas de huesos de ballena visibles en el fondo. Crédito de la foto: Jules Blais, Universidad de Ottawa.

Un estudio reciente, publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, aporta nuevos conocimientos sobre las culturas antiguas del Ártico canadiense, centrándose en los pueblos Paleo-Inuit y Thule-Inuit a lo largo de miles de años. Jules Blais, profesor de biología de la Universidad de Ottawa, y un equipo de investigadores detectaron la presencia y los asentamientos humanos en la isla Somerset, Nunavut, mediante el análisis de muestras de sedimentos.

El Ártico ha sido el hogar de varias culturas, como la paleoinuit (2500 a. C. a 1250 d. C.) y la thule-inuit (1200 a 1500 d. C.). Aunque la evidencia histórica es escasa, este estudio llevado a cabo proporciona información valiosa sobre su presencia.

La investigación descubrió evidencias de la presencia de paleoinuit en la isla Somerset, en Nunavut, Canadá, donde no existían. Las innovadoras metodologías de investigación revelaron información detallada sobre la historia humana pasada sin artefactos tradicionales.

El profesor Jules Blais (izquierda) afirma: "Mediante el análisis de muestras de sedimentos de estanques, pudimos reconstruir historias detalladas de la ocupación del lugar. Esto incluye pruebas claras de la presencia del pueblo paleoinuit e indicaciones de que los inuit de Thule llegaron antes de lo que se había estimado previamente".

En el estudio se utilizaron evidencias arqueológicas y biomarcadores sedimentarios para analizar el asentamiento prehistórico en la isla Somerset. Se examinaron núcleos de sedimentos de estanques de la isla en busca de oligoelementos y compuestos orgánicos. Los resultados mostraron que la población Thule-Inuit aumentó entre los siglos XIII y XV. Los investigadores también detectaron altos niveles de metales como plomo, cobre, zinc y níquel en sedimentos del siglo XX, lo que sugiere contaminación del aire durante esa época.

(a) Mapa de los estanques con influencia de Thule (PaJs-3 y PaJs-13) y estanques de referencia (Sav R4 y Sav R5) ubicados en la isla Somerset, Nunavut, Canadá. La imagen insertada es un mapa de Canadá con la isla Somerset delineada por un rectángulo. (b) Disposición circular de los huesos de ballena de Groenlandia en PaJs-13. (c) Restos de estructuras de Thule en PaJs-3. (d) Disposición de los huesos de ballena en PaJs-13. (e) Evidencia de huesos de ballena en el estanque de PaJs-3. Crédito: Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences (2024). DOI: 10.1098/rspb.2023.2915.

Blais afirma: "Hemos utilizado modelos aditivos generalizados y técnicas de datación por radiocarbono para identificar puntos clave en el registro de sedimentos correspondientes a las fechas previstas de llegada de los inuit de Thule y el abandono del sitio. Este enfoque nos permitió detectar períodos de cambio significativo en los indicadores de sedimentos, lo que nos proporcionó un marco cronológico para comprender la historia de la ocupación humana en la isla".

Esta investigación subraya la importancia de los enfoques interdisciplinarios en arqueología y destaca la importancia de los archivos sedimentarios en la reconstrucción de las actividades humanas y las condiciones ambientales pasadas.

Blais explica las implicaciones más amplias del estudio: "El uso de biomarcadores sedimentarios y muestras óseas para descubrir hábitos prehistóricos demuestra la fuerza de los estudios interdisciplinarios. Nuestros descubrimientos no solo mejoran nuestro conocimiento de las comunidades Thule-Inuit y Paleo-Inuit en el Ártico, sino que también demuestran el potencial de las nuevas técnicas arqueológicas".

Fuente: Universidad de Ottawa | 11 de julio de 2024

Las antiguas erupciones volcánicas no fueron un catalizador para las innovaciones culturales del 'Homo sapiens'

Zanja de excavación de las capas del Paleolítico superior en la Grotta di Castelcivita, Italia. Crédito: Universidad de Tubinga.

Un equipo internacional de investigadores de las Universidades de Tubinga (dirigido pot el Dr. Armando Falcucci), Siena y Bolonia ha analizado los restos culturales dejados por grupos de Homo sapiens tempranos en la Grotta di Castelcivita, en el sur de Italia, los cuales datan de antes de la gran erupción conocida como Ignimbrita Campaniense.

Este evento explosivo, que se originó en los Campos Flégreos, todavía activos, hace unos 40.000 años, se considera la erupción volcánica más potente jamás registrada en el Mediterráneo. Fundamentalmente, la Grotta di Castelcivita es uno de los pocos sitios arqueológicos donde la ceniza volcánica ha sellado una secuencia arqueológica de alta resolución.

Al emplear un conjunto de metodologías de vanguardia para reconstruir meticulosamente los métodos utilizados en la elaboración de herramientas de piedra (los artefactos más perdurables desenterrados en excavaciones prehistóricas), los investigadores demostraron que el desarrollo cultural en Castelcivita es anterior tanto a la deposición de las capas volcánicas como a la fase de clima frío subcontemporáneo conocida como Heinrich Stadial 4, que duró aproximadamente dos milenios.

La ubicación de la cueva (indicada por una flecha blanca) en la base del macizo de Alburni en la región de Campania, Italia.

La innovación cultural más notable registrada en el yacimiento es la producción de puntas de piedra miniaturizadas a partir de rocas recogidas cerca de la cueva con las propiedades de fractura más adecuadas. Estas microherramientas probablemente estaban destinadas a ser enmangadas para fabricar armas de proyectil de varios componentes.

Este descubrimiento desafía las especulaciones sostenidas durante mucho tiempo de que los desastres naturales, como las erupciones volcánica y los eventos de enfriamiento, fueron impulsores cruciales de cambios importantes en las formas de vida de los cazadores-recolectores a lo largo de la prehistoria humana.

Entrada a la Grotta di Castelcivita, Italia.

El estudio, publicado en Scientific Reports, plantea, en cambio, la hipótesis de que las innovaciones culturales entre los primeros Homo sapiens se originaron a partir de mecanismos de transmisión cultural y el establecimiento de redes sociales a gran escala que se extendieron más allá de los Alpes.

En general, esta investigación representa un paso significativo hacia la comprensión de cómo las sociedades de cazadores-recolectores del Paleolítico Superior desarrollaron estrategias sofisticadas para prosperar en entornos cambiantes.

Ejemplos de restos de cultura material descubiertos en las capas superiores de la Grotta di Castelcivita, antes del cierre definitivo de la secuencia arqueológica por la erupción volcánica. Las micropuntas (a) se extrajeron de núcleos (b) que presentan los negativos de estas extracciones. Además de herramientas de piedra, se recogieron más de cien conchas marinas de diferentes especies en las costas del Mediterráneo y se perforaron con fines decorativos (c). A la derecha, se muestra una de las micropuntas sobre la punta de un dedo. Crédito: Universidad de Tubinga

La Grotta di Castelcivita es uno de los depósitos prehistóricos más importantes de Europa y contiene una secuencia estratigráfica de alta resolución con evidencia del reemplazo de los neandertales por grupos tempranos de Homo sapiens hace unos 43.000 años.

Las excavaciones e investigaciones este yacimiento se llevaron a cabo con la autorización del Ministerio de Cultura italiano por la Unidad de Investigación de Prehistoria y Antropología del Departamento de Ciencias Físicas, de la Tierra y del Medio Ambiente de la Universidad de Siena, bajo la dirección de Adriana Moroni.

Fuente: Universidad de Tubinga | 10 de junio de 2024