Descubren que las pirámides de Egipto se construyeron siguiendo el curso de un brazo perdido del río Nilo

Las calzadas de las cuatro pirámides conducen a una ensenada -la cual llamamos Ensenada de Guiza- que conecta desde el oeste con el brazo de 'Ahramat'. Estas calzadas conectan las pirámides con los templos del valle que actuaban como puertos fluviales en la antigüedad. Estos segmentos de río son invisibles en las imágenes ópticas de satélite, ya que están enmascarados por las tierras cultivadas de la llanura aluvial del Nilo. La foto muestra el templo del valle de la Pirámide de Kefrén (Fuente de la foto: Autor Eman Ghoneim).

La mayor concentración de pirámides del antiguo Egipto se encuentra agrupada a lo largo de una estrecha franja desértica sin que se conozca el motivo de esta particular ubicación. Un equipo liderado por la investigadora egipcio-estadounidense Eman Ghoneim ofrece ahora una posible respuesta tras localizar, mediante imágenes por satélite, la existencia de un antiguo brazo del río Nilo, de 64 km de largo, que permanece enterrado bajo tierras de cultivo y desierto desde hace siglos, pero que hace 4.700 años pudo ser esencial para construir las 31 pirámides que se alinean en este lugar.

“Utilizamos imágenes de radar por satélite, junto con datos geofísicos y extracción de muestras del suelo profundo, para investigar la estructura del subsuelo y la sedimentología en el valle del Nilo junto a estas pirámides”, explican los autores en el trabajo que se publica este jueves en la revista Communications Earth & Environment. “Identificamos segmentos de una importante rama extinta del Nilo, la que que corre en las estribaciones de la meseta del desierto occidental, donde se encuentran la mayoría de las pirámides”.

Eman Ghoneim estudia la topografía en la zona de las pirámides. de Guiza y la Gran Esfinge Eman Ghoneim.

Los autores, que proponen llamar a esta rama desaparecida del río Ahramat (que significa 'pirámides' en árabe), aseguran que este descubrimiento puede explicar por qué estos campos piramidales se concentraron a lo largo de esta franja particular de desierto cerca de la antigua capital egipcia de Menfis, ya que habrían sido fácilmente accesibles a través del brazo del río en el momento en que fueron construidos.

El hallazgo de que muchas de las pirámides tenían calzadas que terminaban en las orillas propuestas del brazo del río Ahramat, es —a su juicio— otra prueba de que el mismo se usaba para transportar materiales de construcción. Su razonamiento se basa en que muchas de las pirámides, que datan de los Imperios Antiguo y Medio, tienen calzadas que conducen al ramal fluvial y terminan en los Templos del Valle que actuaron como puertos a lo largo de ella en el pasado.

a.- Muestra que la 'rama Ahramat' limita con un gran número de pirámides que datan del Imperio Antiguo hasta el Segundo Período Intermedio y que abarcan entre las Dinastías III y XIII. b.- Muestra el canal de 'Bahr el-Libeini' y el remanente del canal abandonado visible en el mapa histórico de 1911 (Departamento egipcio de Topografía, escala 1:50.000). c.- El canal de 'Bahr el-Libeini' y el canal abandonado están superpuestos en el mapa base satelital. 'Bahr el-Libeini' es posiblemente el último remanente de la 'rama Ahramat' antes de que emigrara hacia el este. d.- Un segmento visible de la 'rama Ahramat' en TDX está ahora parcialmente ocupado por el moderno canal 'Bahr el-Libeini'. e.- Un segmento importante de la 'rama Ahramat', de aproximadamente 20 km de largo y 0,5 km de ancho, se puede rastrear en la llanura aluvial a lo largo de la meseta del desierto occidental al sur de la ciudad de Jirza. La ubicación de e está marcada en un cuadro blanco en a . (Mapa base de imágenes mundiales de ESRI, fuente: Esri, Maxar, Earthstar Geographics).

Un río “enterrado”

Este ‘alineamiento’ de 31 pirámides se encuentra en los campos entre Guiza y Lisht, construidos durante un período de casi 1.000 años que comenzó hace aproximadamente 4.700 años, que ahora se encuentran en el borde del inhóspito desierto occidental, parte del Sahara. La evidencia sedimentaria sugiere que el Nilo solía tener un caudal mucho mayor, y que el río se dividía en varios brazos en algunos lugares. Los investigadores habían especulado anteriormente que una de estas ramas del Nilo podría haber pasado por los campos piramidales, pero hasta ahora no había sido confirmado.

“Sugerimos que la sucursal de 'Ahramat' jugó un papel en la construcción de los monumentos y que estuvo simultáneamente activa y utilizada como vía fluvial de transporte para trabajadores y materiales de construcción a los sitios de las pirámides”, escriben los investigadores. Sobre la desaparición de este brazo del Nilo, los científicos sugieren que una mayor acumulación de arena arrastrada por el viento, relacionada con una gran sequía que comenzó hace aproximadamente 4.200 años, podría ser una de las razones de la migración de la rama fluvial hacia el Este y su eventual sedimentación.

a.- Las dos ensenadas están actualmente cubiertas por arena, por lo que son invisibles en las imágenes ópticas de satélite. b.- Los datos de radar, y c los datos topográficos TDX revelan el lecho del río de la ensenada de Saqqara debido a la capacidad de penetración de las señales de radar en la arena seca. b y c muestran las calzadas de las pirámides de Pepi II y Merenra I, de la dinastía VI, que conducen a la ensenada de Saqqara. El Templo del Valle de la Pirámide Pepi II domina la orilla del río de la ensenada, lo que indica que la ensenada, y por lo tanto la 'rama Ahramat', estuvieron activas durante la Dinastía VI. d.- Los datos de radar y los datos topográficos TDX revelan el lecho del río de la ensenada de Dahshur con la calzada de la Pirámide Acodada de la Dinastía IV que conduce a la ensenada. El Templo del Valle de la Pirámide Acodada domina la orilla del río de la ensenada de Dahshur, lo que indica que la ensenada y la 'rama Ahramat' estuvieron activas durante la IV Dinastía del Imperio Antiguo.

El arqueólogo del CSIC José Manuel Galán Allué (izquierda), líder del proyecto español Djehuty, cree que este hallazgo es muy interesante porque confirma algo que los egiptólogos ya sospechaban. “El transporte de los bloques de piedra, efectivamente, era por agua”, explica a elDiario.es. “Lo asumíamos, y era fácilmente deducible, pero otra cosa es verlo, como han hecho los autores de este estudio”. Cuestión aparte, opina, es que las pirámides estén alineadas por la existencia de este canal, algo que le parece más dudoso, pues todo el complejo de pirámides se encuentra en una zona que era inundable. “Una de las cosas bonitas que se está descubriendo ahora es que el paisaje era mucho más acuoso de lo que asumimos, el templo de Karnak estaba en una isla, y hay fotos antiguas en las que se ve que el agua llegaba a la isla base de las pirámides”.

Ilustración de uno de los puertos de la rama Khufu ya desaparecida. (Alex Boersma/PNAS).

Esto hasta cierto punto lo sabíamos”, coincide Sergio Alarcón Robledo (derecha), investigador de la Universidad de Harvard que trabaja en Saqqara. “Teníamos una idea de que existían canales, pero no se había visto que ese canal fuera el mismo y fuera tan largo”. En los años 2000, recuerda, se descubrieron una serie de diarios de un equipo que trabajaba en el transporte de la piedra, en el que hablaba de cómo las transportaban durante el periodo de la crecida del río, cuando había más profundidad de los canales para llegar hasta el complejo de Keops. “Teníamos otro tipo de evidencias que nos hablaban de todo eso, pero ahora se confirma con otros medios”, asegura.

Sobre la hipótesis de fondo que sostienen los autores, que la posición de las pirámides varió según esta rama del río estuviera más o menos cerca, cree que hay otros muchos factores a considerar. “Es posible que la ubicación de las pirámides se desplazara por esta causa, pero había otros motivos religiosos y de tradición que pudo condicionar la razón por la que eligieron estos lugares”, concluye.

Fuente: eldiario.es | 16 de mayo de 2024

El yacimiento calcolítico de Valencina de la Concepción (Sevilla) supuso la mayor exposición al mercurio jamás registrada

Reconstrucción artística de la Cámara Grande del 'tholos' de Montelirio en la fase final de su uso. Ana García Universidad de Sevilla.

En la parte más alta del Aljarafe sevillano, bajo la moderna localidad de Valencina de la Concepción, se esconde un inmenso yacimiento de la Edad del Cobre, uno de los enclaves prehistóricos más destacados de la península ibérica. Desde los primeros hallazgos en la década de 1860, las excavaciones arqueológicas han ido documentando un "mega sitio" de unas 450 hectáreas de extensión y ocupado durante casi un milenio, entre 3200 y 2300 a.C., que contaba con cabañas y talleres, multitud de líneas de fosos y algunos de los más bellos monumentos megalíticos de Iberia, como los tholoi o dólmenes de Montelirio, La Pastora o Matarrubilla. Sus habitantes desarrollaron también una consumada tradición artesanal, sin parangón en toda Europa, en lítica, marfil y textilería.

Valencina fue probablemente un lugar central de gran importancia social y religiosa para las comunidades de la región. Allí, por ejemplo, en el tholos de Montelirio, en un monumento singular, se dio sepultura en una coreografía orquestada hace unos 4.800 años a un individuo destacado acompañado de su séquito de sacerdotisas con vestidos tejidos con miles de cuentas. Lo llamativo, además de la escena de profundos significados rituales, es que en los restos de los cuerpos se identificaron "elevadísimos niveles" de mercurio, resultado del uso del cinabrio, un material de un intenso color rojo y exótico utilizado como ornamento.

Mapa de distribución de los dólmenes de Valencina de la Concepción (Sevilla).

El uso social del cinabrio y la consecuente exposición al mercurio del conjunto de los habitantes prehistóricos de Valencina de la Concepción-Castilleja de Guzmán es objeto ahora de un nuevo estudio científico publicado en la revista Journal of Archaeological Method and Theory por un equipo de investigadores de la Universidad de Sevilla, la Universidad de Carolina del Norte (EEUU) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El trabajo ha revelado "el más intenso y prolongado caso de exposición al mercurio hasta ahora nunca registrado en la historia humana". Según la OMS, se trata de una de las diez sustancias químicas más peligrosas para la salud pública.

El objetivo del trabajo consistía en analizar 170 muestras óseas de un total de 77 individuos humanos y 22 animales, así como otra del suelo, para esclarecer la exposición al mercurio de la población del mega sitio calcolítico de Valencina. Se trata de la mayor investigación sobre los efectos del metal tóxico en un único yacimiento -una investigación previa en la necrópolis de A Lanzada, en Pontevedra, analizó 143 muestras de 76 sujetos-.

Gran Cámara de Montelirio: polvo de cinabrio sobre huesos humanos. Crédito: Álvaro Fernández Flores.

Entre los individuos analizados de Valencina se encuentran 23 de los 26 individuos inhumados en el thlolos de Montelirio y la llamada "Señora del Marfil", una mujer de entre 17 y 25 años que según una investigación reciente fue la persona más poderosa de la península ibérica durante la Edad del Cobre —su tumba estaba repleta de objetos raros y valiosos, como colmillos de elefante, cáscaras de huevo de avestruz, ámbar, sílex de alta calidad, un plato de cerámica con restos de vino y cannabis o una daga de cristal de roca—.

Ilustración que recrea a la "Señora del Marfil" en una posición destacada durante una reunión. Miriam Luciañez Triviño

Fenómeno calcolítico

Ambos casos presentan conexiones con el mundo funerario de los estratos sociales ibéricos más altos del momento y revelan que "el cinabrio fue usado de manera extensiva" esparciéndose sobre los cuerpos y ajuares de los sepulcros. En el caso del monumento megalítico de Montelirio, el mineral exótico compuesto por sulfuro de mercurio —tradicionalmente se ha asociado a prácticas sagradas y su uso está documentado en numerosos yacimientos de Iberia en los milenios IV y III a.C.—, se utilizó para pintar las losas de pizarra que delimitan un corredor que conectaba el mundo de los vivos con el de los muertos y las cámaras.

"Los resultados han sacado a la luz unos generalizados y excepcionalmente altos valores de mercurio en todas las muestras recogidas, sobre todo en los huesos humanos. Notablemente, casi el 65% de todos los individuos de Valencina presentaban concentraciones totales de mercurio superiores a una parte por millón de dicho elemento químico mientras el sujeto con los niveles más bajos presentaba solo 0,19 ppm", resumen estos investigadores. Apuntan que "esta cantidad parece ser un fenómeno estrictamente de la Edad del Cobre: los análisis de los restos óseos de individuos de época romana hallados en la misma zona arrojan una concentración mucho menor".

Aspecto general de la tumba de la "Señora del Marfil". Universidad de Sevilla.

"Entre los enclaves del Neolítico Tardío y las Edades del Cobre y del Bronce muestreados hasta el momento en la península ibérica, Valencina registra los mayores valores en contaminación por mercurio", escriben los autores, liderados por Leonardo García Sanjuán, Raquel Montero Artús y Miriam Luciañez-Triviño, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla. "Una comparación con los registros disponibles fuera de la península ibérica confirma que los valores observados en Valencina son anormalmente altos", añaden en su artículo.

¿Pero por qué en el yacimiento de Valencina se encuentran niveles tan altos de mercurio? Los investigadores manejan tres hipótesis: la manipulación de cinabrio al molerlo para su pulverización, su mezcla con otras sustancias o su uso para la decoración de objetos, construcciones y personas; su consumo directo vía ingesta o inhalación por parte de un grupo social especial; o por factores medioambientales. No obstante, señalan que las cantidades más importantes solo se pueden explicar por algún tipo de práctica cultural. Los efectos de este químico "letal" pueden ser desde daños en los sistemas nervioso, respiratorio, inmune y digestivo hasta irritaciones de la piel y loso ojos.

El excepcional ajuar funerario de 'La Señora del Marfil' incluía hojas de sílex, colmillos de elefante decorados, cáscara de huevo de avestruz y una daga con hoja de cristal de roca y enmangue de marfil. / Miriam Luciañez Triviño

En el caso de la "Señora de Marfil" o las sacerdotisas de Montelirio es probable que inhalasen los vapores de mercurio que se desprenden al calentar el cinabrio como una sustancia mágica o sagrada en el contexto de actividades rituales religiosas. Y aunque fuese una actividad relativamente corta en el tiempo, como indican las dataciones de radiocarbono —entre 2900-2650 a.C.—, el procesamiento del mineral habría requerido una reseñable fuerza de trabajo, provocando el envenenamiento de las personas, o quizá la totalidad de la población, pero también de los lugares sagrados, los monumentos y el medioambiente.

Fuente: elespanol.com | 14 de mayo de 2024

Un estudio sostiene que un hueso de oso tallado por neandertales de hace 130.000 años es un arte simbólico

Diferentes vistas de un hueso de oso de aproximadamente 10,6 centímetros que tiene marcas de corte hechas por los neandertales. (Crédito de la imagen: T. Gąsior, Płonka et al; (CC BY-NC 4.0 DEED) ).

Un hueso de oso de casi 130.000 años de antigüedad fue marcado deliberadamente con cortes y podría ser una de las obras de arte más antiguas de Eurasia elaboradas por los neandertales, según dice un equipo de arqueólogos.

El hueso es aproximadamente cilíndrico, mide aproximadamente 10,6 centímetros y está adornado con 17 cortes paralelos espaciados irregularmente. Lo más probable es que una persona diestra haya elaborado la pieza, probablemente de una sola vez, según un nuevo estudio realizado al respecto.

Resultados del análisis tomográfico a: sección transversal 2D, b: vista 3D, c: área sometida a análisis, d: superficie analizada después de eliminar la forma del objeto y aplicar filtrado de paso alto, e: incisiones y su numeración. Preparado por G. Ziółkowski.

Dicho hueso tallado puede considerarse el arte simbólico más antiguo realizado por los neandertales en Europa al norte de los Cárpatos. El mismo ofrece a los científicos una idea del comportamiento, la cognición y la cultura de los primos de los humanos modernos, extinguidos hace mucho tiempo, que vivieron en Eurasia hace entre unos 400.000 a 40.000 años, cuando desaparecieron.

"Es uno de los raros objetos neandertales de naturaleza simbólica", dijo a Live Science Tomasz Płonka (izquierda), profesor de arqueología de la Universidad de Wrocław. "Estas incisiones no tienen ningún motivo utilitario". Por ejemplo, el estudio encontró que el hueso no parece ser una herramienta ni un objeto de importancia ritual.

Los investigadores descubrieron el hueso en 1953 en la cueva Dziadowa Skała, en el sur de Polonia, y al principio creyeron que se trataba de una costilla de oso. Excavaron el hueso de una capa que data del período Eemian (hace entre 130.000 y 115.000 años), uno de los períodos más cálidos de la Edad del Hielo. Sin embargo, el equipo de Płonka descubrió que artefacto óseo es un hueso del brazo (radio) que proviene de la extremidad anterior izquierda de un oso joven, probablemente un oso pardo (Ursus arctos).

Marcas en la superficie del hueso.

En el nuevo estudio, los investigadores examinaron el hueso con un microscopio 3D y tomografías computarizadas (TC), lo que les permitió crear un modelo digital del mismo. Con base en este modelo, los investigadores sugirieron que las marcas mostraban varias características de organización intencional. Por ejemplo, las marcas eran repetitivas, lo que significa que las incisiones se repetían de manera similar, es decir, son similares porque todos pertenecen a la misma forma básica a pesar de algunas diferencias de tamaño. Otra característica es que las marcas se limitan a un área específica, aunque había espacio para más; y, además, están organizadas, ya que las marcas de corte se colocaron de forma sistemática, aunque su espaciado varía ligeramente.

Fuente: livescience.com | 16 de mayo de 2024

Un estudio encuentra que los pueblos paleolíticos se asentaron en Chipre miles de años antes de lo que se pensaba

Los modelos demográficos predicen la llegada, al final del periodo Pleistoceno, de humanos pre-agropastoriles y su rápida expansión en Chipre. Crédito: Universidad de Flinders.

Los patrones de dispersión de los primeros humanos a través de continentes e islas son objeto de acalorados debates, pero según un nuevo estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, los cazadores-recolectores del Pleistoceno se establecieron en Chipre miles de años antes de lo que se pensaba.

Al examinar el momento de la primera ocupación humana de Chipre, una investigación dirigida por el profesor Corey Bradshaw, de la Universidad de Flinders, encontró que las grandes islas en el Mar Mediterráneo eran destinos atractivos y favorables para los pueblos paleolíticos.

Estos hallazgos refutan estudios anteriores que sugerían que las islas mediterráneas habrían sido inalcanzables e inhóspitas para las sociedades cazadoras-recolectoras del Pleistoceno.

Mapa de predicción que delimita áreas de alta probabilidad para la ubicación de posibles sitios arqueológicos del Pleistoceno en Chipre en función de atributos topográficos atractivos. Los puntos de color rojo oscuro representan los primeros sitios arqueológicos conocidos en Chipre (consulte el mapa debajo para ver los nombres de los sitios). Observe cómo todos los enclaves arqueológicos menos uno se encuentran dentro de la zona de alta probabilidad (área verde) definida por el modelo predictivo. Copyright original con los autores. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0258370.g004

El profesor Bradshaw, junto con la Dra. Theodora Moutsiou, el Dr. Christian Reepmeyer y otros, utilizaron datos arqueológicos, estimaciones climáticas y modelos demográficos para revelar el poblamiento temprano de Chipre.

El análisis de las dataciones arqueológicas de los 10 enclaves más antiguos de Chipre sugirió que la primera ocupación humana se produjo hace entre 14.257 y 13.182 años, mucho antes de lo que se pensaba.

Los investigadores dicen que la isla fue colonizada rápidamente. Los modelos climáticos indicaron que este poblamiento temprano coincidió con aumentos de temperatura, precipitaciones y productividad ambiental suficientes para sustentar grandes poblaciones de cazadores-recolectores.

Basándose en modelos demográficos, los autores sugieren que grandes grupos de cientos a miles de personas llegaron a Chipre en dos o tres eventos migratorios principales en menos de 100 años.

"Este patrón de asentamiento implica una planificación organizada y el uso de embarcaciones avanzadas", dice el profesor Bradshaw (izquierda). "En 300 años, u 11 generaciones, la población de Chipre se había expandido a una media de 4.000 a 5.000 personas".

La Dra. Moutsiou (derecha) dice: "Los resultados demuestran que, en lugar de ser inhóspitos, Chipre y quizás otras islas del Mediterráneo habrían sido destinos atractivos para las sociedades paleolíticas de cazadores-recolectores".

"Se ha argumentado que la dispersión humana y el asentamiento en Chipre y otras islas del Mediterráneo oriental se atribuye a las presiones demográficas en el continente después de que un cambio climático abrupto inundó las zonas costeras por el aumento posglacial del nivel del mar, lo que obligó a las poblaciones agrícolas a trasladarse a nuevas zonas por necesidad y no por elección", afirma la Dra. Moutsiou.

Drouseia Skloinikia, el sitio arqueológico más reciente descubierto en la península de Akamas, en el oeste de Chipre. Crédito de la imagen: Michalakis Christoforou.

El Dr. Reepmeyer (izquierda) añade: "Esta interpretación se produjo como consecuencia de importantes lagunas en el registro arqueológico de Chipre, derivadas de la preservación diferencial del material arqueológico, los sesgos de preservación, las incertidumbres asociadas con la datación y la evidencia limitada de ADN".

"Nuestra investigación, basada en más evidencias arqueológicas y técnicas de modelado informáticas avanzadas, cambia por completo ese panorama", dice.

El profesor Bradshaw concluye: "Los resultados de la nueva investigación resaltan la necesidad de revisar las cuestiones de la migración humana temprana en el Mediterráneo y probar la validez de las fechas de asentamiento tempranas percibidas a la luz de nuevas tecnologías, métodos de campo y datos obtenidos".

Fuente: pys.org | 17 de mayo de 2024

Descubren la ciudad ibera fundacional del yacimiento de La Alcudia (Elche, Alicante)

Vista aérea del yacimiento de La Alcudia, en Elche (Alicante), uno de los enclaves iberos más importantes del sudeste peninsular. Universidad de Alicante.

El equipo de investigación que desarrolla el proyecto Damas y Héroes. Tras la Ilici ibérica en el yacimiento arqueológico de La Alcudia de la Universidad de Alicante, era conocedor de que el enclave ibérico descubierto era uno de los más destacados del sudeste peninsular.

“Se sabía por la entidad de algunos de los hallazgos encontrados, entre los que destaca sin lugar a duda la escultura de la Dama de Elche. Sin embargo, faltaba dar con los restos arquitectónicos que explicaran la importancia de los grupos ibéricos allí asentados y que nos permitieran conocer cómo era la sociedad del momento”, explica el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Alicante, Alberto Lorrio (izquierda), director del proyecto de investigación junto con el profesor de Historia Antigua de la Universidad de Murcia, Héctor Uroz (derecha).

Las investigaciones llevadas a cabo desde el año 2017 ya habían permitido descubrir la muralla del enclave fundacional del yacimiento íbero (derecha) que se remonta al año 500 a. C., y algunas de las estancias pertenecientes a restos de viviendas del protourbanismo de la ciudad. Una información que en las últimas campañas arqueológicas se ha multiplicado exponencialmente, conociéndose en la actualidad hasta ocho departamentos, algunos pertenecientes a una misma vivienda, que se adosan a la muralla fundacional y que suponen la primera huella conocida de la Illici ibérica, una de las ciudades más destacadas de la Contestania ibérica, que ocupaba un extenso territorio entre las actuales provincias de Alicante, Murcia, Albacete y sur de Valencia.

"El descubrimiento del enclave fundacional de la ciudad íbera de La Alcudia ha permitido dar contexto a las élites ibéricas que encargaron esculturas como la Dama de Elche”, afirma Lorrio quien asegura también que “estos hallazgos poseen muchísimo más valor para el conocimiento del yacimiento en términos históricos y arqueológicos, que el haber encontrado otra escultura de una dama”.

"El enclave descubierto en La Alcudia es la primera metrópoli, la primera gran ciudad ibérica de la Contestania y la más antigua. No existe ninguna más antigua de esta envergadura”, afirma el profesor Uroz.

Una de las características más relevantes es el buen estado de conservación de los restos. La explicación es que “sus habitantes decidieron abandonar esa zona debido a las constantes inundaciones que sufrían y optaron por trasladarse a una zona más alta, no sin antes rellenar el interior de las antiguas viviendas, previamente abandonadas”, relata el catedrático Alberto Lorrio.

Este hecho excepcional ha permitido documentar las técnicas de construcción de los primeros íberos que habitaron La Alcudia con la utilización, en la muralla y en los espacios domésticos, de una arquitectura mixta con zócalos de mampostería y alzados de adobe o de barro amasado, técnica ésta también utilizada para la construcción de otros elementos como bancos o poyetes.

Foto: Trabajos de investigación en la nueva zona descubierta en el yacimiento de La Alcudia.

Los investigadores han encontrado los "elementos arquitectónicos casi en perfecto estado de conservación, mientras que son escasos los hallazgos de recipientes cerámicos o de otros elementos materiales del momento, pues con la remodelación del asentamiento sólo dejaron en el interior de las viviendas los objetos que olvidaron o abandonaron”, señalan los investigadores.

"Los hallazgos, que han sorprendido por su monumentalidad y nivel de conservación, resultan acordes con el poder que debieron tener las élites de la Contestania en su época. Las soluciones arquitectónicas y la envergadura de la muralla, para la que se ha propuesto una altura de al menos cinco metros, responden a un interés por mostrar su poder”, señalan.

Plano alzado del conjunto residencial excavado en el yacimiento de La Alcudia, en Elche. Universidad de Alicante.

"La muralla, como ya se había documentado en pasadas campañas, cuenta con sistemas antisísmicos solo identificados en este yacimiento, lo que supone un conocimiento previo de este tipo de construcciones defensivas y su adaptación al territorio", reseña Lorrio, quién apunta que por sus características y complejidad “esta construcción, así como el urbanismo asociado, responden a un diseño preconcebido y perfectamente planificado, acorde con la importancia del asentamiento”.

“No hay otra zona en La Alcudia donde se haya identificado la última y la primera fase con toda la secuencia intermedia. Aquí encontramos la evolución completa de uno de los yacimientos más importantes de España”, asevera el profesor Uroz.

Equipo de familia de algunos de los participantes en la campaña 2024 del proyecto "Damas y Héroes. Tras la Ilici ibérica" en el yacimiento La Alcudia.

La fase de excavación ya ha finalizado y ahora, con el yacimiento ya cubierto para su protección, los investigadores han iniciado la fase de análisis en el laboratorio de las piezas halladas. En la próxima campaña se ampliará la excavación de las viviendas hacía el interior del poblado, con el fin de obtener una visión completa de las fases ibéricas más antiguas del sector excavado. “Una labor muy compleja pues implica abordar la historia de La Alcudia en sentido inverso, lo que en la zona se traduce en el hallazgo de restos de construcciones, enterramientos y potentes basureros pertenecientes a diferentes épocas, como la tardorromana o la bizantina, como ya ha sucedido en las campañas precedentes en ese mismo sector, en los que se ha llegado a profundizar hasta cuatro metros".

En el proyecto “Damas y Héroes. Tras la Ilici ibérica” participan estudiantes y egresados del Grado de Historia y de los másteres de Arqueología y de Prehistoria (MEPAM) de las universidades de Alicante y Murcia, y cuenta con la financiación del Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Alicante y el apoyo del Ayuntamiento de Elche y la Generalidad Valenciana.

Fuente: Universidad de Alicante | 8 de mayo de 2024

Un nuevo estudio reconstruye el territorio sumergido de Sahul y las primeras rutas de la migración humana hacia Australia

Los científicos han descubierto una masa de tierra perdida (denominada Sahul) frente a la costa de Australia que podría haber sustentado a una población de hasta medio millón de personas. (Crédito de la imagen: Carley Rosengreen/Universidad Griffith)

Una de las historias más extraordinarias de la migración humana se desarrolló hace unos 70.000 años, cuando los humanos cruzaron desde el sudeste asiático hasta la actual Australia, atravesando un paisaje ahora sumergido, denominado Sahul, y convirtiéndose en el primer pueblo en llamar hogar a esa tierra.

Un rico registro arqueológico proporciona amplias evidencias de que esto sucedió. Pero los investigadores llevan mucho tiempo perplejos ante los detalles de esta migración, como la rapidez con la que se produjo semejante viaje y las rutas que tomaron los recién llegados a través del vasto territorio existente.

Ahora, una nueva investigación publicada el 23 de abril en la revista Nature Communications arroja luz sobre algunas posibles respuestas. Curiosamente, también ayuda a identificar posibles sitios arqueológicos no descubiertos donde los investigadores podrían buscar nuevas pruebas al respecto.

La investigación analiza el vasto supercontinente conocido como Sahul, una masa de tierra que quedó expuesta hace unos 70.000 años, durante la época del Pleistoceno, cuando la Tierra se encontraba en medio de la última Edad del Hielo. La glaciación provocó una disminución del nivel del mar que expuso áreas de la plataforma continental sumergida que conecta lo que hoy es Australia continental con Papúa Nueva Guinea en el norte y Tasmania en el sur.

Presencia humana predicha en Sahul hace 35.000 años, combinando puntos de entrada de migración tanto del norte como del sur. Crédito: Tristan Salles/Nature

Los niveles del mar permanecieron bajos durante miles de años seguidos, pero otras condiciones geológicas y ambientales habrían evolucionado durante este período. Por ejemplo, se habrían producido cambios en los patrones de lluvia, cambios en los cursos de los ríos, expansión o reducción de bosques y pastizales y deposición de sedimentos. Todos estos factores habrían influido en las características del terreno y, por tanto, en la forma en que el hombre lo exploraba.

Los investigadores utilizaron esta información para desarrollar un modelo de evolución del paisaje, que simuló el paisaje cambiante de Sahul hace entre 75.000 y 35.000 años. La simulación también incorporó posibles rutas migratorias desde dos lugares del sudeste asiático (Papúa Occidental y la plataforma del mar de Timor), así como sitios arqueológicos repartidos por el paisaje actual.

La plataforma continental hundida Sahul se encuentra frente a la costa norte de Australia. Fotografía de Mangiwau/Getty Images.

La datación de esos sitios ayudó a identificar los períodos en los que la gente se habría movido por esas partes del continente. Finalmente, la simulación incorporó estimaciones de los "patrones de búsqueda de alimento a pie de Lévy", un tipo de movimiento comúnmente utilizado por los cazadores-recolectores para encontrar alimento en paisajes desconocidos, y que también ayudaron a estimar el ritmo de la migración.

"El nuevo modelo de evolución del paisaje permite una descripción más realista de los terrenos y entornos habitados por las primeras comunidades de cazadores-recolectores mientras atravesaban el territorio Sahul", afirma Tristan Salles (izquierda), profesor asociado de la Escuela de Geociencias de la Universidad de Sydney y autor principal del estudio en un comunicado. Los investigadores realizaron miles de simulaciones que exponían las rutas más probables que habrían tomado los humanos, siguiendo las características del paisaje y la disponibilidad de alimentos que podían buscar.

También descubrieron que estas rutas habrían llevado a los recién llegados a lo largo de las costas y directamente a través del interior del continente, siguiendo los cursos de los principales ríos y arroyos que atravesaban el paisaje en ese momento. Los cálculos mostraron que estos intrépidos humanos probablemente atravesaron el paisaje a un ritmo de aproximadamente 1,15 kilómetros por año, lo que, según los expertos, es relativamente rápido. Curiosamente, la simulación mostró una superposición con regiones donde otros analistas han sugerido que los humanos podrían haberse congregado por primera vez en las tierras emergidas de Sahul.

Los resultados de las simulaciones predijeron rutas migratorias que pasarían por 34 de los 40 sitios arqueológicos de más de 35.000 años (los círculos blancos son sitios arqueológicos identificados). Los colores representan el número de movimientos entre círculos consecutivos; el tamaño del círculo se escala en función de la distancia acumulada recorrida por grupos de cazadores-recolectores. Salles et al., Nature (2024)

Al mostrar dónde probablemente se mudaron los primeros habitantes de Australia, el modelo puede incluso proporcionar a los arqueólogos algunas ideas prácticas para su trabajo.

"Hay un resultado particularmente interesante de nuestro mapa que muestra la probabilidad de presencia humana en Sahul", escribieron los autores del estudio en un artículo para The Conversation. "De una manera rentable (sin necesidad de viajar por todo el continente), se podría identificar áreas de importancia arqueológica".

La plataforma emergida Sahul se extendía hasta la isla de Timor. EastWestQuest/Getty Images.

El modelo empleado ayuda a dar cuerpo a la imagen de la vida en el territorio de Sahul, donde investigaciones anteriores han demostrado que hasta medio millón de personas pueden haber vivido alguna vez en su plataforma norte ahora hundida.

"Nuestro estudio es el primero en mostrar el impacto de los cambios del paisaje en la migración inicial en las tierras emergidas de Sahul, proporcionando una nueva perspectiva sobre su arqueología", escribieron los investigadores. "Si utilizáramos este enfoque también en otras regiones, podríamos mejorar nuestra comprensión del extraordinario viaje de la humanidad fuera de África".

Fuente: livescience.com | 9 de mayo de 2024

Descubren una espectacular residencia fortificada de Tutmosis III en el Sinaí

Imagen aérea de los restos de la residencia de Tutmosis III descubierta en la península del Sinaí. Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto.

Tutmosis III, sexto faraón de la dinastía XVIII, gobernó Egipto entre los años 1479 y 1425 a.C. Conocido como el "Napoleón egipcio", este faraón guerrero subió al trono tras la muerte de su tía, la reina Hatshepstut. Durante su reinado, Egipto alcanzó la mayor expansión de toda su historia, conquistando territorios que abarcan desde la actual Siria hasta la cuarta catarata del Nilo, en lo que hoy es Sudán. En pos de esta ambiciosa expansión, el ejército egipcio al mando de Tutmosis III combatió hasta diecisiete veces en tierras asiáticas, entre la península del Sinaí y el río Éufrates.

Un equipo de arqueólogos excava en el yacimiento de Tel el-Hebua en el Sinaí. En la imagen, restos de un ánfora. Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto.

Y ha sido precisamente en el norte del Sinaí, en Tel el-Hebua (Tharo), donde un equipo de arqueólogos egipcio ha descubierto los restos de una construcción, hecha con ladrillos de adobe, que ha sido datada en tiempos de Tutmosis III gracias al hallazgo de dos inscripciones con su nombre.

Sus descubridores creen que pudo haber sido una de las residencias reales situadas en la región oriental de Egipto, como parece confirmar Mohamed Ismail Khaled, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, quien ha señalado en un comunicado que el diseño arquitectónico del edificio hace pensar a los investigadores que, en efecto, podría tratarse de una residencia real, que posteriormente fue fortificada.

Tutmosis III dejó su huella en el templo de Amón en Karnak. Levantó un obelisco (hoy en Roma) y erigió el Akhmenu, el templo dedicado a la celebración del jubileo real. En la imagen, la sala hipóstila, erigida por Ramsés II.

UN EDIFICIO INTRINCADO

Hisham Hussein, director general de Antigüedades del Sinaí y supervisor de la misión arqueológica, ha manifestado que el edificio descubierto consta de dos estancias rectangulares con varias salas anexas. La entrada principal se ubica al norte y conduce a un primer espacio rectangular en el que se han conservado las tres bases de las columnas de piedra caliza que se alzaban en el centro. Este primer espacio se conecta con otro más pequeño y rectangular que tiene dos entradas: una al este y otra al oeste.

La segunda estancia rectangular conduce a dos habitaciones, la primera orientada al este y la segunda, al oeste. Ambas se conectan con este gran espacio a través de entradas opuestas. Hisham Hussein destacó que la misión también ha descubierto los umbrales de piedra de las entradas a las habitaciones, además de un conjunto de pequeños cuartos anexos.

Tablilla de fayenza con el nombre del rey Amosis II, uno de los últimos faraones de la dinastía XXVI.

Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto

YACIMIENTO RICO EN HALLAZGOS

Por su parte, Ramadan Helmy, director del área arqueológica del norte del Sinaí y jefe de la misión, ha hecho hincapié en que "el edificio ha podido datarse gracias a la estratigrafía, por la cerámica descubierta en el exterior del edificio y por el hallazgo de un escarabeo que lleva el nombre del rey Tutmosis III, lo que hace suponer que Tutmosis III pudo haberse alojado aquí durante sus campañas militares en la región".

Los arqueólogos también destacan los hallazgos realizados en el yacimiento en pasadas campañas. Hay que tener en cuenta que desde la dinastías XXI hasta la XXV, este lugar fue empleado como cementerio y en él se descubrió una gran variedad de ánforas usadas para enterramientos infantiles. Además de estos hallazgos también se documentaron algunas tumbas construidas con fragmentos de jambas de puertas y con bloques de piedra que contenían cartuchos reales del Imperio Nuevo (1550-1069 a.C.), unas sepulturas que ahora se han datado en el Tercer Periodo Intermedio (1069-664 a.C.).

Tutmosis III sujeta a sus enemigos por el cabello, a punto de ejecutarlos (Karnak).

En Tel el-Hebua también se descubrieron varios edificios erigidos durante la dinastía XXVI (664-332 a.C.) y depósitos fundacionales relacionados con uno de estos edificios (entre ellos, una tablilla de fayenza con el nombre del rey Amosis II, uno de los últimos faraones de la dinastía XXVI).

Finalmente, el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades ha enfatizado la importancia del descubrimiento del palacio fortificado de Tutmosis III, ya que su excavación revelará información de gran importancia sobre la historia militar del Egipto del Reino Nuevo, especialmente en el Sinaí.

Fuente: nationalgeographic.com.es | 29 de abril de 2024