Encuentran indicios de un sistema de ascendencia patrilineal para las comunidades de la cultura Campaniforme de Eurasia occidental

Tumbas de adultos y niños del periodo de la cultura Campaniforme. (A) Altwies ''Op dem Boesch'', Luxemburgo (fotografía: Le Brun-Ricalens et al. 2011; Institut National de Recherches Archéologiques); (B) Dunstable Downs, Southern Bedfordshire, Reino Unido (grabado: WG Smith 1894). Crédito: Zedda et al., Scientific Reports.

Los conmovedores entierros prehistóricos que contienen los restos de un adulto y un niño depositados en una tumba, como si se abrazaran en la muerte, han fascinado a los arqueólogos durante mucho tiempo.

Utilizando ejemplos de la Edad del Bronce temprana de Luxemburgo y Gran Bretaña, un nuevo estudio dirigido por investigadores de las universidades de Mainz y Ferrara y publicado en Scientific Reports proporciona información sobre las relaciones familiares en las comunidades prehistóricas y la transición del entierro colectivo al individual en el tercer milenio a.C. en Eurasia occidental.

Los resultados proporcionan la primera evidencia genética de que las comunidades pertenecientes a la cultura Campaniforme del noroeste de Europa enterraban a sus niños con sus madres biológicas y otros parientes biológicos cercanos.

Ubicación de Altwies “Op dem Boesch” (punto rojo) y Dunstable Downs (punto azul). Crédito: Zedda et al., Scientific Reports.

Asombrosas similitudes entre un doble entierro en Luxemburgo y una tumba británica a 500 kilómetros de distancia

En el año 2000, los arqueólogos luxemburgueses que trabajaban en la construcción de una carretera en el sur del país, en Altwies "Op dem Boesch", descubrieron tumbas que datan del período de la cultura Campaniforme (2450-1800 a.C.). Una de ellas contenía los esqueletos de una mujer y un niño, enterrados uno frente al otro, mientras la mujer sostenía la cabeza del niño muerto en su mano en un gesto final de amor maternal.

Como parte de un nuevo proyecto sobre la prehistoria de Luxemburgo, esta antigua tragedia familiar ha brindado a un equipo de investigadores europeos la oportunidad de responder a preguntas más amplias sobre las prácticas funerarias de la Edad del Bronce y las relaciones familiares en Europa a través de la arqueología, la antropología y el ADN antiguo, dado que este tipo entierro no fue único.

El trabajo del Dr. Foni Le Brun-Ricalens, director del Institut National de Recherches Archéologiques (INRA) y uno de los instigadores del estudio, descubrió otra tumba, inquietantemente similar, en un túmulo redondo en Dunstable Downs, en Bedfordshire, Gran Bretaña: a más de 500 kilómetros de Altwies.

Este entierro, descubierto en 1887, llevó al arqueólogo Dr. Maxime Brami, de la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz (JGU), uno de los autores principales del estudio, a investigar si las dos tumbas estaban conectadas de alguna manera. ¿Cuál fue el significado particular del doble entierro? ¿El adulto y el niño murieron juntos, tal vez violentamente? ¿Se conocían estas familias? ¿Por qué los rituales funerarios eran tan similares? Para responder a estas preguntas, se formó un equipo para analizar y comparar el ajuar funerario y los restos óseos de las tumbas de Gran Bretaña y Luxemburgo.

La tumba de Altwies, a la izquierda: los huesos de la madre y el niño resaltados; Derecha: reconstrucción hipotética de la tumba basada en rasgos fenotípicos inferidos en parte de los genomas antiguos. Crédito: Zedda et al., Scientific Reports.

Un análisis de ADN antiguo revela que los adultos y los niños estaban estrechamente relacionados

Los huesos de Dunstable Downs fueron rastreados hasta Luton Cultural Trust con la ayuda de Elise Naish, directora de Patrimonio y Colecciones de Luton Cultural Trust, y la Dra. Katie Meheux de la Biblioteca del Instituto de Arqueología del Colegio Universitario de Londres (UCL). A pesar de su temprana fecha de excavación, a finales del siglo XIX, la procedencia de los esqueletos estaba bien documentada y los huesos se encontraban en buen estado de conservación.

La antropóloga Dra. Nicoletta Zedda, de la Universidad de Ferrara, autora principal del estudio, pudo examinar los restos, y junto con genetistas de la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz (JGU), analizar los genomas de los cuatro esqueletos de los dos entierros con adultos y niños.

El ADN reveló información fascinante sobre la ascendencia y la cultura compartidas en la Europa de la Edad del Bronce Temprana. Sobre los cuatro individuos, aunque separados por cientos de kilómetros, se pudo rastrear la mayor parte de su ascendencia en poblaciones esteparias que emigraron desde Europa central y oriental en el III milenio a.C. Quizás lo más significativo fueron las intrigantes relaciones familiares reveladas.

"Los esqueletos de Altwies pertenecían a una mujer y a un niño de unos tres años de edad, y el análisis de ADN reveló que en realidad eran madre e hijo", explicó la doctora Nicoletta Zedda (izquierda). "Sin embargo, el parentesco era diferente en Dunstable Downs: una mujer joven y una niña de unos 6 años eran en realidad tía y sobrina paternas".

Los datos genéticos sugieren un sistema de descendencia patrilineal

En Europa continental, la disposición de las tumbas de la cultura Campaniforme seguía reglas estrictas basadas en el sexo del individuo. En Altwies, la disposición de la tumba estaba alineada con el sexo del niño, un varón, y no con el de su madre biológica. En Dunstable Downs, la mujer y la niña tenían un parentesco de segundo grado por parte paterna, lo que sugiere que aquí una tía paterna quizás desempeñaba el papel de padre sustituto o cuidador principal de la niña, al menos en caso de muerte.

"Los datos podrían indicar un sistema de descendencia patrilineal para el pueblo de la cultura Campaniforme de Eurasia occidental", indica el arqueólogo Dr. Maxime Brami (derecha). "Y nuestros hallazgos sugieren que, al menos en algunas comunidades de la Edad del Bronce Temprano, las familias extensas vivían y enterraban a sus muertos juntas, poniendo énfasis en las relaciones biológicas y de parentesco".

Una práctica funeraria altamente codificada con un significado perdido

Aún se desconocen la causa de la muerte y los motivos de los entierros conjuntos. No se encontraron marcas de violencia en los esqueletos. Investigaciones adicionales del proyecto de investigación descubrieron más de cien entierros conjuntos de adultos y niños similares a los descritos aquí en toda Eurasia, los cuales datan del III y II milenio a.C.

Los investigadores podrían proponer muchas explicaciones para el entierro conjunto y la muerte simultánea, tal vez producidas por violencia, infecciones o pandemias, pero las sorprendentes similitudes entre los entierros de Luxemburgo y Gran Bretaña sugieren que las comunidades, e incluso quizás las familias, en la Europa de la cultura Campaniforme lloraron a sus muertos de acuerdo con creencias y rituales ampliamente extendidos y seguidos de modo muy similar.

"El cuerpo de una mujer, acostada como si durmiera y sosteniendo a un niño en sus brazos es conmovedor y emotivo. Aunque esa imagen pacífica puede tener un significado que se diría perdido, dado que refleja una costumbre o ritual que se ha conservado a lo largo de miles de kilómetros y entre muchas culturas diversas", concluye el Dr. Maxime Brami.

Fuente: Universidad de Mainz | 29 de enero de 2024

La agricultura comenzó en el norte de África hace unos 7.500 años gracias a la inmigración, revela el ADN de entierros neolíticos

En Marruecos crecen campos de trigo dorado. (Crédito de la imagen: foto de Akdi/Shutterstock).

La era Neolítica, cuando se adoptaron la agricultura y la ganadería, se ha convertido en uno de los períodos de transición social y económica más estudiados en los últimos años. Fue un período que impulsó grandes cambios en la evolución de la sociedad humana.

Investigaciones recientes, fruto de proyectos que combinan excavaciones arqueológicas y análisis de ADN antiguo, apuntan a un rápido desarrollo en Oriente Medio, en la región conocida como el Creciente Fértil. Las innovaciones que surgieron allí se difundieron posteriormente y fueron adoptadas por las comunidades de cazadores-recolectores de la península de Anatolia (actual Turquía).

Hace unos 8.500 años, miembros de comunidades agrícolas cruzaron el mar Egeo, llevando a Grecia y los Balcanes técnicas similares a las utilizadas en Anatolia. Cinco siglos después, algunos cruzaron a Italia.

El Neolítico llega a la península ibérica

La agricultura apareció por primera vez en la península ibérica hace unos 7.600 años. Esto se produjo paralelamente a su aparición en las islas de Córcega y Cerdeña, así como a su paulatina expansión por los valles fluviales de la Europa continental.

Ello condujo a un marcado aumento del tamaño de la población y se produjo un enorme cambio demográfico cuando los cazadores-recolectores locales fueron asimilados, lo que provocó una amplia variación genética y cultural. Estas comunidades fueron las últimas de la era Mesolítica.

En la península ibérica, las prácticas que trajeron las poblaciones neolíticas fueron similares a las que habían aparecido unos siglos antes en Italia. La decoración de la cerámica es particularmente significativa, ya que es un fuerte indicador de afinidades culturales. Generalmente consistía en motivos impresos, conocidos como cerámica Cardial, en la que a menudo se utilizaban conchas marinas de berberechos para crear impresiones de borde dentado.

Este tipo de cerámica se ha encontrado en las zonas costeras de todo el Mediterráneo, por lo que se cree que los pueblos del Neolítico viajaban en sencillas embarcaciones que navegaban cerca de la orilla. En un tiempo relativamente corto, estas poblaciones llegaron a ocupar toda la península ibérica, donde experimentaron una rápida evolución cultural.

Cuenco con decoración cardial. Cueva de la Sarsa. V-IV milenio a.C., Museo de Prehistoria de Valencia. Jerome Roure Pérez/Wikimedia Commons

Cruzando el estrecho de Gibraltar

Mientras el Mesolítico se desarrollaba en Europa, las comunidades norteafricanas también subsistían gracias a la caza y la recolección. Genéticamente eran muy similares a grupos de varios miles de años antes, del final del Paleolítico superior, de los que se han descubierto restos en la cueva de Taforalt en Oujda, Marruecos. Estos grupos no parecían disponer de alfarería, al menos no los del norte del Magreb.

Más al sur, el Sahara tenía un aspecto muy diferente al de hoy. Era más húmedo e incluso contaba con zonas de sabana, bosques, ríos y lagos. Allí, la población cazadora-recolectora sí parecía disponer de cerámica, concretamente en zonas como los actuales Mali, Níger y Sudán.

Hace unos 7.500 años, comenzaron a aparecer signos de agricultura y ganadería en el norte de Marruecos, junto con cerámica impresa Cardial, la cual tenía muchas similitudes con piezas encontradas en la península ibérica mediterránea. Estas se han encontrado principalmente en la península de Tingitana, cerca de la actual Tánger.

Las innovaciones agrícolas incluyeron cultivos de cereales (trigo y cebada) y leguminosas (frijoles, guisantes y lentejas), así como la cría de ovejas y cabras. Junto con la aparición de la cerámica, hay evidencia de cuentas que decoraban pequeños gasterópodos marinos, así como cuentas hechas de cáscaras de huevos de avestruz que estaban muy extendidas en sitios anteriores y en toda la antigua África en general.

Cómo se difundió la innovación

Estos acontecimientos plantean la cuestión de si estas innovaciones podrían haberse extendido desde la península ibérica. Si es así, ¿Cómo fueron adoptados?

El estudio de los restos humanos de esta época, descubiertos en Kaf Taht el-Ghar, cerca de Tetuán, en Marruecos, ha aportado respuestas. El análisis del ADN antiguo de cuatro individuos, que datan de hace entre 7.400 y 7.100 años, cuenta una historia de mestizaje y cruces transcontinentales.

A diferencia de hallazgos anteriores, los habitantes neolíticos de esta cueva eran genéticamente similares a los pueblos neolíticos europeos, en su mayoría de herencia anatolia (del área que corresponde aproximadamente a la actual Turquía), con contribuciones de los antiguos cazadores-recolectores mesolíticos europeos. La población local sólo constituía entre el 15 y el 20% del acervo genético.

Esto indica una población neolítica en la zona que podríamos definir como "criolla". Era genéticamente similar a la que se hallaba presente en la misma época en la península ibérica, y muy diferente a la que había habitado la región unos siglos antes.

Por el contrario, en una necrópolis de 7.100 años de antigüedad, situada apenas a 200 kilómetros al sur (la cueva Ifri N'Amr Ou Moussa), se descubrió una comunidad entera de agricultores. Aunque tenían cerámica impresa, su perfil genético era enteramente autóctono de la región. Esto parece ser evidencia de que la población local simplemente adoptó las prácticas neolíticas sin asimilarse a una nueva sociedad.

Youssef Bokbot, del Instituto Nacional de Arqueología de Marruecos, y Cristina Valdiosera, de la Universidad de Burgos, sostienen dos cráneos del yacimiento marroquí de Ifri Ouberrid. C. V.

Siguiendo la huella de la cerámica

Mil años después, hace unos 6.500 años, aparecieron nuevos tipos de cerámica en yacimientos neolíticos de la costa atlántica de Marruecos. Tenían decoraciones moteadas y, a menudo, impresiones de cuerdas similares a las que se ven en el Sahara.

El análisis genético de tres individuos vinculados a este tipo de cerámica, hallados en la necrópolis de Skhirat-Rouazi, cerca de Rabat, revela una vez más un proceso de cambio. Parecen descender de poblaciones neolíticas, no de Anatolia sino del Levante mediterráneo (Oriente Medio). Se cree que viajaron desde el Sinaí, atravesando un Sahara mucho más húmedo y hospitalario que el actual, y acompañando a manadas de animales. Conocidos como grupos de pastores, su genética también incluye un pequeño porcentaje de cazadores-recolectores locales.

Finalmente, hace 5.700 años, hacia el final del Neolítico, el ADN humano descubierto en el yacimiento de Kelif el Baroud, también cerca de Rabat, parece cerrar el círculo, con evidencias de mestizaje entre todos los grupos anteriores. El genoma encontrado allí es una mezcla derivada de cazadores-recolectores indígenas del norte de África, agricultores de Anatolia mezclados con cazadores-recolectores europeos y grupos de pastores del Levante.

En el contexto general del Magreb Occidental, esto constituye la base de un crisol ancestral de culturas que ahora comparten la mayoría de sus habitantes. El acervo genético de la población actual de la región es una unión, formada durante millones de años, de tres continentes.

Fuente: theconversation.com | 30 de enero de 2024

Halladas huellas humanas de hace 90.000 años en una playa marroquí

La zona arenosa donde se encontraron por casualidad las huellas está situada en medio de un punto rocoso. Scientific Reports.

Un equipo internacional de arqueólogos ha encontrado e identificado huellas hechas por varios humanos de hace aproximadamente 90.000 años en lo que hoy es Marruecos. En su artículo publicado en la revista Scientific Reports, el grupo de investigación describe cómo probaron el origen de las huellas.

Encontrar huellas dejadas por personas hace miles de años es extremadamente raro debido a su naturaleza generalmente efímera. Aún así, ocasionalmente, ocurren eventos que preservan las huellas, como su cubrimiento con sedimentos que posteriormente se endurecen. Con el tiempo, estas huellas pueden revelarse a medida que el material, que alguna vez las ocultó, se erosiona. En este caso, las huellas se encontraron en una zona arenosa en una parte rocosa de la costa marroquí.

Como suele ocurrir con los hallazgos arqueológicos, las huellas se encontraron por accidente. El equipo de investigación estaba en el área estudiando rocas cerca del océano cuando observaron una hendidura en un tramo de arena cercano. Una mirada más cercana reveló más hendiduras, que resultaron ser huellas humanas.

Imágenes de algunas de las huellas de homínidos en Larache (Marruecos). (a) Dos huellas una al lado de la otra en la parte inferior de la foto, que también muestra un punto de control terrestre (cartón a cuadros) para su levantamiento GPS diferencial. (b) Dos vías transversales y fotografía para modelado de huellas en 3D. (c) a (g) Vista detallada de algunas huellas. Barras de escala blancas = 20 cm.

Intrigado por su hallazgo, el equipo estudió las huellas mediante luminiscencia estimulada ópticamente y descubrió que habían sido hechas hace aproximadamente 90.000 años, durante el Pleistoceno tardío.

Un estudio más detallado de las huellas mostró que habían sido hechas por al menos cinco personas. También comprobaron que las huellas habían sido realizadas por personas de diferentes edades, entre niños, adolescentes y adultos. Y como representaban a personas caminando, en lugar de una simple huella, fueron designados como un sendero. Las huellas humanas halladas son la únicas conocidas de esa época de la historia en esa parte del mundo.

Huellas de homínidos de Larache (Marruecos). (a) Vistas naturales y alzado 3D sombreado de (a) C01-01, (b) C03-01, (c) C02-01 y (d) C03-21). Barra de escala, 2 cm. Los modelos 3D se generaron con el software Agisoft Metashape utilizando entre 18 y 20 imágenes tomadas con una cámara Nikon D7500 (20,9 MP, Nikon AF-S DX35mm f/1,8 G) desde una altura de aproximadamente 0,5 a 1,5 m.

El equipo de investigación sugiere que la preservación del camino se debió a una serie de factores, como la ubicación, la composición del sedimento, la posición de la playa en relación con el mar, las mareas y probablemente otros eventos desconocidos. También se desconocía qué hacía el grupo de personas en la playa o por qué estaban allí. Las posibilidades incluyen buscar comida o tal vez refrescarse. O simplemente podrían haber estado viajando por la zona y haber encontrado la ruta de playa más fácil de navegar.

Fuente: phys.org | 31 de enero de 2024

El hierro extraterrestre es el secreto del gran conjunto de orfebrería de la Edad del Bronce de España

Tesoro de Villena (Alicante).

Durante una excavación en la Rambla del Panadero de Villena (Alicante) en 1963, el arqueólogo José María Soler y sus colaboradores descubrieron una vasija que escondía un excepcional conjunto de orfebrería prehistórica de unos 3.000 años de antigüedad. Formado principalmente por piezas de oro de gran calidad —11 cuencos, 28 brazaletes, 3 botellas y varios objetos utilizados como elemento decorativo de un artefacto circular—, además de otros tres recipientes de plata y dos objetos considerados de hierro, el conocido como tesoro de Villena ha suscitado profundos debates entre los expertos sobre su origen y significado.

Momento del hallazgo del tesoro de Villena. Universidad de Alicante.

El lote ha sido interpretado como una ofrenda religiosa, una forma de marcar simbólicamente el territorio, un ocultamiento provisional en un momento de peligro o como dotes femeninas que asegurarían la red de intercambios y la seguridad en los caminos. Pero lo único preciso era que muchas de las piezas se asemejaban a otras recuperadas el mismo año en el cercano yacimiento del Cabezo Redondo y que se trata de uno de los conjuntos de orfebrería de la Edad del Bronce más importantes de la península ibérica.

Conjunto del Tesorillo del Cabezo Redondo (Alicante).

Su cronología también ha sido motivo de disputas: las propuestas oscilan en una horquilla temporal entre el Bronce Pleno posargárico (1500-1300 a.C.) y los últimos compases del Broce Final (siglo VIII a.C.), ya con presencia fenicia en las costas peninsulares. El principal foco de la polémica sobre el momento de fabricación del conjunto ha sido la presencia de dos piezas de hierro: una semiesfera hueca, interpretada como un remate de cetro o bastón de mando o como una empuñadura de espada, y un brazalete o anilla abierta.

Un nuevo estudio de estas piezas publicado en la revista Trabajos de Prehistoria ha concluido que son de hierro procedente de un meteorito, es decir, habría que datarlas en algún momento del Bronce Tardío, antes del inicio de la producción de hierro terrestre, obtenido mediante la reducción de minerales extraídos del manto de la corteza del planeta.

Semiesfera hueca de hierro recubierta de láminas de oro. Se puede observar como la corrosión del hierro ha cubierto y deformado algunas láminas de oro. Museo de Villena.

Los investigadores Salvador Rovira-Llorens (Museo Arqueológico Nacional), Martina Renzi (Diriyah Gate Development Authority, Arabia Saudí) e Ignacio Montero- Ruiz (Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas) detallan en el artículo que el hierro meteorítico se encuentra en cierto tipo de cuerpos celestes que caen sobre la superficie de la Tierra y están compuestos por una aleación hierro-níquel, con una composición variable de níquel que suele ser superior al 5 % en peso, y otros elementos químicos minoritarios como el cobalto.

Los análisis de espectrometría de masas han revelado que "el casquete presenta picos muy elevados de níquel", confirmando con bastante seguridad su fabricación con hierro meteorítico, mientras que la pulsera tenía un proporción menor de este elemento químico.

Brazalete de hierro. Fotografía Museo de Villena (Alicante). Sin escala, diámetro máximo 8,5 cm.

"Los datos disponibles apuntan a que el casquete y la pulsera del Tesoro de Villena serían de momento las dos primeras piezas atribuibles a hierro meteorítico en la península ibérica, lo que es compatible con una cronología del Bronce Tardío, anterior al inicio de la producción generalizada de hierro terrestre", escriben los investigadores en las conclusiones. Además, señalan que "la relación entre los tesoros de Villena y Cabezo Redondo, así como el abandono de este yacimiento hacia el año 1200 a.C., parecen ser los mejores argumentos para establecer esta cronología".

Los hallazgos de objetos antiguos hechos con hierro extraterrestre son extraordinarios, pero los dos elementos del conjunto de orfebrería prehistórica de Villena no constituyen el único ejemplo. La pieza más famosa hecha con este material es la daga con empuñadura de oro hallada en la tumba de Titankamón. No obstante, el uso de hierro meteorítico se ha detectado también en Europa en algunos artefactos datatados en el I melino a.C., como una punta de flecha descubierta en Möringen (Suiza), fechada entre 900-800 a.C., o algunos objetos algo más modernos recuperados en Polonia.

Daga de Tuntankamón hecha con hierro meteorítico.

Fuente: elespanol.com | 26 de enero de 2024

Hallan los cimientos y restos de un arco de triunfo dedicado al emperador Caracalla en Viminacium (Serbia)

Vista aérea de los cimientos de un arco de triunfo dedicado a Caracalla en Viminacium | Instituto Arqueológico de Serbia.

Los vestigios del Imperio Romano siguen saliendo a la luz casi a diario. Un equipo de arqueólogos serbios ha descubierto los restos de un arco triunfal del siglo III d.C. dedicado al emperador Caracalla. Los cimientos hallaron el pasado mes de diciembre en el yacimiento de Viminacium, una antigua ciudad cerca de la moderna localidad de Kostolac, a unos 70 kilómetros al este de Belgrado. Se trata de una de las escasas construcciones de este tipo documentadas en la región de los Balcanes.

Miomir Korac, el director de los trabajos arqueológicos, ha explicado que el descubrimiento se realizó durante la excavación de la calzada principal de Viminacium, que fue la capital de la provincia romana de Mesia Superior. "Es el primer arco triunfal de este tipo en esta zona. Puede fecharse en las primeras décadas del siglo III d.C.", ha explicado el investigador a la agencia Reuters.

Imagen aérea del lugar del hallazgo del arco triunfal, en el yacimiento de Viminacium. Branko Filipovic.

Viminacium, cuya ocupación se extendió entre los siglos I y VI d.C., se fundó como un campamento militar durante la expansión del Imperio Romano por los Balcanes. Situado en un lugar estratégico dentro del sistema defensivo del limes y en la red de comunicaciones, se convirtió en una pujante ciudad con hipódromo, fortificaciones, un foro, templos, un palacio, acueductos, un anfiteatro, grandes baños y talleres en la que se calcula que vivieron hasta 45.000 personas.

El arqueólogo Momir Korac con una reconstrucción del arco de triunfo. Branko Filipovic.

El yacimiento es único en muchos aspectos, pero sobre todo por el número de tumbas que se han identificado: más de 13.500. En ellas incluso se ha podido identificar uno de los escasísimos cadáveres de legionarios romanos, un soldado de veintitantos años. Sus restos mostraron que el simple hecho de llevar la armadura y el equipo habían dejado marcas de presión en diversos huesos, como los omóplatos y la pelvis.

Miomir Korac ha explicado que cuando hallaron los cimientos cuadrados, hechos de enormes piezas de piedra caliza, no dudaron ni un momento de que se trataba de un arco triunfal. Durante las excavaciones se logró recuperar un fragmento de una losa de mármol con una inscripción en la que se leía "CAES/ANTO" relacionada con el monumento. Es decir, la prueba de que estaba dedicado al emperador Marco Aurelio Severo Antonino Augusto, más conocido como Caracalla, y que, según el arqueólogo Mladen Jovicic, se cree que fue nombrado princeps en Viminacium.

Hijo de Septimio Severo, Caracalla, que asesinó a su hermano Geta para alcanzar el poder en solitario, gobernó el Imperio Romano entre los años 198 y 217. Aunque siempre fue admirado por los legionarios, le dio muerte uno de ellos, llamado Julio Marcial, apuñalándolo con su daga mientras el emperador orinaba aprovechando un alto en el camino hacia Carras, en la actual Turquía, acompañado de algunos jinetes de su confianza.

"Esperamos encontrar más piezas. Hasta ahora hemos documentado un pilar finamente elaborado y vigas, pero nos gustaría descubrir más cosas a raíz de la inscripción en el arco", ha señalado Jovicic. Las excavaciones en Viminacium se iniciaron en el año 1882, pero los arqueólogos consideran que solo se ha excavado el 5% del yacimiento, que abarca unas 450 hectáreas. También se trata de un sitio único porque no se encuentra bajo una ciudad moderna que haya arrasado sus vestigios.

Los descubrimientos realizados en el sitio hasta el momento incluyen dos barcos romanos, tejas doradas, monedas, esculturas de jade, objetos religiosos, mosaicos, frescos, armas y restos de tres mamuts.

Fuentes: elespanol.com | novosti.rs | 24 de enero de 2024

Europa era hace 30.000 años un mosaico de culturas: lo que revelan los adornos del 'Homo Sapiens'

Ilustración que representa a la población del Gravetiense del oeste y del centro/sur de Europa. La primera logró sobrevivir al Último Máximo Glacial. Michelle O‘Reilly y Laurent Klaric.

Hace unos 34.000 años, en el Paleolítico Superior, una nueva cultura que fabricaba puntas de muesca comenzó a expandirse por toda Europa, desde la actual Rusia hasta la península ibérica. Si bien la industria lítica presentaba ligeras variaciones en función de la región geográfica, se llevaron a cabo otras importantes innovaciones, como la elaboración de figuras antropomorfas femeninas, las famosas Venus paleolíticas, o la aparición de los primeros enterramientos con ajuares. El Gravetiense fue la primera cultura paneuropea del Homo sapiens desarrollada, de modo aproximado, hasta hace unos 24.000 años, hasta la época de frío extremo del Último Máximo Glacial.

En este periodo, enmarcado entre el Auriñaciense (hace 41.500 y 30.000 años) y el Solutrense (24.000-19.000), se registró también una producción sistemática de adornos personales, recuperados por los arqueólogos tanto en contextos funerarios como en yacimientos relacionados con la vida diaria de estas comunidades de cazadores-recolectores. Estos individuos hicieron collares con cuentas de materiales muy diferentes: marfil, conchas, huesos y dientes de animales (osos, caballos o conejos), piedras, ámbar, azabache...

Un estudio publicado el año pasado desveló que los individuos del Gravetiense del centro y sur de Europa eran genéticamente diferentes a los del oeste: es decir, había dos grupos principales que usaban la misma tecnología, compartían cultura arqueológica y producían arte similar que, sin embargo, tenían una ancestralidad diferente. Pero una nueva investigación científica, centrada en el análisis de los adornos personales elaborados en este periodo, ha desvelado ahora un paisaje todavía más complejo, con nueve grupos culturales distintos —de tres de ellos apenas se tienen datos de ADN antiguo—.

Material utilizado para los adornos personales gravetienses. a, Tipos de dientes utilizados como ornamentos identificados en lugares de ocupación y enterramientos atribuidos al gravetiense. 1, canino de oso; 2, incisivo de oso; 3, incisivo de bóvido; 4, canino de alce europeo (Colección PACEA); 5, Canino de felino; 6, canino de zorro; 7, incisivo de zorro; 8, diente de liebre (incisivo) (Colección PACEA); 9, incisivo de herbívoro; 10, incisivo de caballo; 11, diente humano (canino); 12, canino de hiena; 13, canino de lince; 14, canino vestigial de ciervo; 15, incisivo de ciervo; 16, diente de Sparus aurata; 17, canino de bisonte estepario (Colección PACEA); 18, incisivo de bisonte estepario (Colección PACEA); 19, canino de lobo; 20, incisivo de lobo. Barra de escala, 2 cm. b, Adornos moldeados y huesos modificados identificados en lugares de ocupación y enterramientos atribuidos al Gravetiense. Barra de escala, 1 cm.

El nuevo trabajo, publicado este lunes en la revista Nature Human Behaviour y liderado por Jack Baker, investigador de la Universidad de Burdeos (Francia), partía con la premisa de establecer si los adornos personales sirven para identificar la extensión geográfica y la evolución de grupos culturales pretéritos. Dicho de otro modo, para comprobar si las diferencias en la cultura material prehistórica se explica exclusivamente por una cuestión de distancia entre los yacimientos y sus habitantes o por la combinación de más factores.

En total, se han analizado 134 tipos de adornos identificados en 112 yacimientos, la mayoría sitios donde vivieron estos grupos de cazadores-recolectores, pero también más de una decena de lugares de entierro localizados en Europa occidental, central y oriental, Iberia y la zona mediterránea. Los investigadores han hallado diferencias sólidas en los ornamentos documentados en la zona de estudio y han diferenciado nueve grupos. Según sus conclusiones, serían la representación de nueve entidades distintas con fronteras culturalmente determinadas entre ellas.

"Nuestros resultados son consistentes con la idea de que al elegir sus adornos personales, los cazadores-recolectores del Gravetiense seguían, al menos hasta cierto punto, convenciones dictadas por su sentido de pertenencia a un grupo cultural y que existían fronteras culturales ligeramente permeables entre grupos", escriben los autores del artículo científico.

Mapa con los grupos culturales del Gravetiense. Los números indican la localización de restos humanos datados en este periodo. Baker, J. et al.

Mapa más preciso

Otro de los objetivos del estudio ha sido precisar los efectos que esas barreras espaciales y culturales habrían tenido en la diversidad de las cuentas de adorno. El modelo estadístico desarrollado ha confirmado que aunque la distancia física pudo haber tenido su peso, no fue el único factor. En este sentido, proponen que el estatus de cada individuo habría sido relevante: los adornos con los que se habría inhumado a un individuo normal serían más austeros que el ajuar de un miembro destacado de la comunidad.

Asimismo, los investigadores aseguran que sus resultados concuerdan con los hallazgos de los estudios paleogenéticos recientes, aunque les permiten reconstruir la geografía de las culturas del Gravetiense a una escala más precisa. Dos metodologías complementarias ante la escasez de restos humanos en algunas zonas de Europa para este periodo: por ejemplo, el cráneo de una mujer adulta de entre 40-45 años hallado en la cueva catalana de Mollet-III (Serinyà) constituye el único individuo de la península ibérica con información genética disponible para este intervalo de 10.000 años.

Los investigadores encontraron lo que describen como diferencias consistentes entre grupos que viven en diferentes áreas. Descubrieron, por ejemplo, que las personas que vivían en lo que hoy es Europa del Este tendían a preferir objetos blancos, como marfil y dientes, mientras que las personas que vivían al otro lado de los Alpes tendían a gravitar hacia objetos de colores más vibrantes, como piedras y conchas. Las diferencias, afirma el equipo, eran sorprendentes y lo suficientemente fuertes como para permitir la identificación de nueve grupos culturales distintos.

"Los adornos personales asociados a los enterramientos descubren dos comunidades en la península itálica donde sus datos genéticos y culturales se visualizan en una sola entidad. Por otro lado, los adornos encontrados en hábitats muestran dos culturas en la península ibérica, un área para la cual solo se dispone de un individuo con datos genómicos, e identifican una región que cubre las actuales Francia y Bélgica como una única entidad cultural en la que se localizan restos humanos atribuidos genéticamente a diferentes ancestralidades", detallan los científicos. "Nuestro conjunto de datos también distingue una entidad cultural en la zona más oriental de Europa, una vasta región para la cual los datos de ADN antiguo aún no están disponibles".

Fuentes: elespanol.comphys.org | 29 de enero de 2024

El MARQ desvela en FITUR su próximo hito expositivo a partir de marzo: 'Dinastías'

Presentación de la nueva exposición del MARQ en FITUR.

Un recorrido de décadas de investigación en Europa sobre la Edad de Bronce, Dinastías, los primeros reinos de la Europa Prehistórica, tomará el relevo de la exposición de los Guerreros de Xi'an en el MARQ de Alicante. Un "broche de oro", ha explicado el presidente de la Diputación de Alicante, Toni Pérez, al año del récord histórico en la joya de la cultura alicantina.

70 investigadores, 8 países, 18 instituciones y museos. Muchas de las piezas son inéditas, ya que se trata de una muestra que acoge los hallazgos más novedosos de la última década. No en vano, José Antonio López Padilla, comisario de la exposición, ha explicado que última gran muestra sobre este periodo tuvo lugar hace 20 años en Dinamarca.

Pero si algo destaca de entre todo este conocimiento son las relaciones que se forjaron en el pasado entre la península ibérica, la Europa central y el valle del Cáucaso. Algo que nos permite sumergirnos en la historia de nuestro pasado común. Por eso, el director del MARQ, Manuel Olcina, ha destacado cómo la Cultura del Algar, muy presente en la provincia, dio lugar al paso durante el segundo milenio antes de Cristo, a relaciones fundamentales en la historia como el comercio.

Por su parte, el diputado de Cultura, Juan de Dios Navarro, ha valorado la nueva muestra como un "ingente esfuerzo" de décadas de investigación y de trabajo, durante los últimos nueve meses, para poder traer a Alicante obras fundamentales de nuestro pasado prehistórico.

La muestra

Dinastías, los primeros reinos de la Europa Prehistórica, reúne un conjunto de objetos nunca antes reunidos en España, con el que se pretende no sólo ofrecer al visitante la oportunidad de apreciar obras maestras de la artesanía de la Edad del Bronce de la Europa continental, sino de comprender, de una forma clara y accesible, cómo y por qué se crearon, quiénes fueron sus creadores y para qué y quiénes fueron creados.

Modelo de carro de cerámica. Necrópolis de Encs (Mérnökségi, Hungría) (1900 a.C.) Museo Hermann Ottó- Miskolc (Hungría) Formaba parte del ajuar funerario de un hombre de entre 25-30 años, y constituye la evidencia más antigua conocida hasta ahora de la existencia de carros de cuatro ruedas.

Entre las piezas excepcionales que podrán contemplarse en las tres salas del museo se cuentan varios conjuntos de extraordinario valor patrimonial, como la diadema de oro de Quinta da Água Branca (Portugal), la espada y el hacha de combate decoradas de Téglas (Hungría), el ajuar del túmulo de Leubingen (Alemania) o las alabardas del depósito de Meltz (Alemania).

Joyas de oro. Túmulo de Leubingen (Sömmerda, Turingia, Alemania) (1950 a.C.) Museo Estatal de Prehistoria- Halle (Alemania) Encontradas en 1877, estos objetos dan cuenta de la importancia del personaje enterrado en esta sepultura, que puede considerarse una de las tumbas principescas más impresionantes del Bronce Antiguo de Europa...

También, el sombrero de oro de Schifferstadt (Alemania) o la espada con empuñadura de oro de Guadalajara y la diadema de oro de Caravaca de la Cruz (España).

Sombrero de oro de Schifferstadt. Museo de Historia del Palatinado- Speyer (Alemania) Se conservan otros tres objetos de oro parecidos procedentes de Alemania y Francia, que al igual que éste se han interpretado como sombreros ceremoniales empleados por sacerdotes en un culto solar.

Diadema de oro. Plaza de Armas (Caravaca de la Cruz, Murcia, España) (1700-1500 a.C.) Museo Arqueológico Nacional- Madrid (España). Se trata del único ejemplar de oro conocido para este tipo de diademas, características de la cultura de El Argar.

Hacha de combate de bronce. Téglas (Hungría) (1700 a.C.) Museo Déri- Debrecen (Hungría) Probablemente desarrolladas en la parte oriental de la cuenca de los Cárpatos, este tipo de espadas con empuñadura representaban una innovación técnica fundamental...

Junto a estos objetos, la muestra también va a permitir traer a nuestro país, por primera vez, una amplia selección de piezas procedentes de las excavaciones del siglo XIX realizadas en España por los hermanos Siret en tierras de Almería y Murcia, y que han permanecido depositadas en el Museo de Arte e Historia de Bruselas durante los últimos 120 años.

Espada con mango de oro. Guadalajara (España). (1600-1300 a.C.) Museo Arqueológico Nacional- Madrid (España) Pieza única en la Edad del Bronce peninsular, esta espada representa el mejor ejemplo del desarrollo de este modelo como arma de prestigio y elemento representativo de rango social.

Además, las espadas con pomo de oro del conjunto del Disco de Nebra, primera representación conocida de la bóveda celeste en Europa, y que fue incluido en el Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO en 2013.

Por su parte, el MARQ aportará a la exposición 26 piezas destacadas de su colección, tanto de la exposición permanente como de sus almacenes, algunas de las cuales serán expuestas al público por primera vez.

Fuente: elespanol.com | 25 de enero de 2024