Identifican en Villacete (León) un inmenso campamento romano para someter con tres legiones a la ciudad astur de Lancia

Representación de la relación espacial entre el recinto de Villacete, el río Porma, los restos de El Pico la Cuesta y el poblado de Lancia.

Sus dimensiones son extraordinarias: un campamento militar romano de 28 hectáreas, con capacidad para albergar entre dos y tres legiones -entre 13.000 y 18.000 soldados- para conseguir reducir a la ciudad astur de Lancia, la Numancia del noroeste.

Estas cifras dan muestra de la trascendencia del reciente hallazgo en la provincia de León, en la comarca del Esla, muy cerca del pueblo de Villacete (Valdefresno), de este posible asentamiento militar del Imperio Romano, cuyos datos acaban de ser publicados en el artículo 'De las fuentes escritas a las técnicas de teledetección: aportaciones sobre la presencia del ejército romano en la cuenca del Esla (León y Zamora)', disponible en número 41 de la revista Studia Historica. Historia Antigua de la Universidad de Salamanca.

Distribución de los recintos militares mencionados en las dos áreas analizadas. La línea negra discontinua señala los trazados de la caminería romana conocida en esta área (a partir de Moreno Gallo: «Vías») mientras que los círculos amarillos representan poblados con materiales de la Edad del Hierro.

El campamento romano, localizado a partir de diferentes técnicas de teledetección, se cree con firmeza que puede estar vinculado al asedio del próximo yacimiento de El Castro (Villasabariego, León), identificado por diversos autores como la ciudad astur de Lancia en la que los indígenas se refugiaron tras varias derrotas en las guerras astur-cántabras y a la que los romanos sometieron en el año 25 antes de Cristo, según narraron varios autores clásicos, de los que el relato más extenso fue ofrecido por Lucio Anneo Floro.

Sin embargo, aunque el gran tamaño del campamento y su proximidad geográfica con el yacimiento de Lancia son muy sugerentes, los propios autores plantean esta relación entre el cuartel y la conquista de Lancia como una “hipótesis de trabajo pendiente de verificar en el futuro, dado a que el estado actual de la investigación no es concluyente para establecer una relación causal entre ambos”. Lo cual no impide albergar fundadas esperanzas en este sentido por la actual información que desvelan sus características morfotipológicas y situación.

Restos arqueológicos de la antigua ciudad astur y romana de Lancia, en León.

El hallazgo, junto con otros cinco campamentos inéditos, es fruto de investigaciones que se desarrollaron en 2020 y 2021, realizado por los investigadores Andrés Menéndez Blanco (Universidad de Oviedo), Víctor Vicente García (Veterum Arqueólogos) y João Fonte (Universidad de Exeter), arqueólogos y miembros y colaboradores del colectivo de investigación Romanarmy.eu.

La crónica romana indica que el ejército romano tendría tres campamentos próximos al Esla, y gracias a la advertencia de los brigaecinos (un pueblo astur localizado en las inmediaciones de Benavente), las unidades allí situadas frustraron un ataque simultáneo de los indígenas que causó numerosas bajas en los dos bandos. Los astures se refugiaron en Lancia y el ejército se unió para tomarla. Hasta el momento, y a pesar de décadas de excavaciones desarrolladas en Lancia por la Diputación de León, que ahora se completan con un centro de interpretación en lo alto del cerro, no habían podido localizarse evidencias directas de este asedio. El recinto de Villacete se encuentra a sólo dos kilómetros y medio del gran poblado de Lancia, que llegó a ocupar unas 30 hectáreas.

Fotografía aérea del sitio de Castropepe (Zamora) realizada con UAV. La flecha central señala el esquinal oriental. La flecha a la derecha señala el esquinal septentrional, que no se aprecia en la imagen. La flecha a la izquierda señala un tramo visible en la parcela no arada.

Los autores consideran el tamaño del campamento, el cual es desproporcionado comparado con otros localizados en el área, y creen que podría haber albergado en su interior dos o tres legiones. Se encuentra al otro lado del río Porma, empleando una técnica de defensa romana que ya ha sido documentada en asedios como el de Alesia o Numancia.

La propuesta de relación entre este campamento de Villacete y el episodio de asedio, con todo, es “hipotética” y pendiente de más constataciones y evidencias arqueológicas. Con todo, los arqueólogos señalan que “junto con las posibles tomas de los castros de Las Labradas y La Peña del Castro, podrían ser las primeras evidencias materiales de ataques romanos sobre poblados en la cuenca occidental del Duero durante las Guerras Astur-Cántabras”.

Planimetrías y ejemplos de estructuras visibles en diversas colecciones de fotografía aérea: A) perímetro reconocido del recinto de Villacete y algunos ejemplos de tramos visibles en el Vuelo Interministerial de 1973-1986 (A1), PNOA 2011 (A2) y PNOA 2017 (A3); B) perímetro reconocido del recinto de Castropepe y algunos ejemplos de tramos visibles en la Serie B del Vuelo Americano de 1956-1957 (B1), PNOA 2006 (B2) y PNOA 2011 (B3); y ejemplos de estructuras reconocidas de Navafría sobre PNOA 2008 (C), Ambasaguas sobre PNOA 2020 (D) y Molacillos sobre imagen de Google Earth del 20 junio de 2016 (E).

Hasta el momento, la investigación sobre esta área geográfica en el proceso de conquista estaba en vía muerta, pero "los nuevos datos dibujarán un mapa más complejo y diverso de escenarios producidos durante el proceso de conquista romano”, explican desde Romanarmy.eu.

Aunque hay que resaltar también que el campamento se encuentra seriamente dañado, de hecho está en un “estado de conservación crítico”, pues se halla parcialmente ocupado por una urbanización residencial y ha sufrido una intensa actividad agrícola con anterioridad, y también se ha visto atravesado por la autovía recién construida entre León y Valladolid (A-60), cuyas obras ya fueron muy polémicas precisamente por ser poco o nada cuidadosas con los valiosos restos arqueológicos en la zona.

Construcción de la autovía León-Valladolid sobre restos arqueológicos de Lancia en 2017.

Una poblada cuenca del Esla

Los investigadores han localizado, asimismo, otros cinco campamentos de dimensiones mucho menores a lo largo de la cuenca del Esla. En el Valle del Porma se han encontrado cuatro nuevas estructuras militares. Junto con la de Villacete, se han identificado recintos en Navafría (Valdefresno) y dos en el término de Ambasaguas (Santa Colomba de Curueño, más al norte en la provincia leonesa).

Igualmente, en Zamora Oriental se han localizado dos yacimientos próximos a la vía XXVI del Itinerario de Antonino: el campamento de Castropepe (Villanueva de Azoague) y otro en Molacillos. En todos los casos, el estudio del terreno a través de herramientas de análisis geográfico ha determinado su relación con las vías de comunicación y el sistema hidrográfico de la cuenca del Esla.

Fuente: ileon.eldiario.es | 7 de diciembre de 2023

Documentada una vivienda de hace 16.800 años en la cueva de La Garma (Cantabria)

Restos de la cabaña paleolítica | Universidad de Cantabria.

Las investigaciones arqueológicas desarrolladas en la cueva de La Garma han permitido documentar con gran detalle una cabaña que se construyó hace 16.800 años, una de las viviendas paleolíticas mejor conservadas de todo el mundo. Los trabajos han sido posibles gracias al apoyo de la Fundación PALARQ, que otorgó en 2021 su Premio Nacional de Arqueología y Paleontología al proyecto que desarrolla en esta cueva de Cantabria un equipo del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC).

El catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria, Pablo Arias, y el director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, Roberto Ontañón, ambos al frente del proyecto de investigación, presentaron ayer los resultados de estos trabajos en el Museo Arqueológico Nacional, acompañados por la directora de la Fundación Palarq, Carolina Bähr Vollenweider; la directora del Museo Arqueológico Nacional, Isabel Izquierdo, y los investigadores del proyecto, Rodrigo Portero y Carlos García-Noriega.

La vivienda es un espacio oval de unos 5 metros cuadrados, delimitado por una alineación de bloques de piedra y estalagmitas que fijaban al suelo una estructura de palos y pieles apoyada contra una cercana cornisa de la pared de la cueva.

Trabajos arqueológicos en el interior de la cueva de La Garma. Universidad de Cantabria.

En el centro de la cabaña había una pequeña hoguera, alrededor de la cual se ha encontrado multitud de vestigios de diversas actividades cotidianas del grupo de cazadores y recolectores magdalenienses que la habitó: fabricación de instrumentos de piedra, asta y hueso, procesado de las piezas de caza, trabajo de las pieles… Se han documentado 4.614 objetos, en su mayor parte huesos de ciervos, caballos y bisontes, pero también 600 piezas de sílex, azagayas, agujas y un protoarpón, así como conchas de moluscos marinos.

Conchas halladas en la cueva. Universidad de Cantabria.

Y no solo se han localizado restos de fauna e instrumentos ligados a la subsistencia; hay también huesos decorados (entre ellos una espectacular falange de uro perforada, con una representación grabada de este mismo animal y de una cara humana; pieza única en el Paleolítico europeo) y varios colgantes que los moradores de la vivienda llevaron como adornos.

Falange de un uro con representación grabada de este mismo animal.

Una reproducción de esta estructura se instalará próximamente en la instalación expositiva del Centro de Arte Rupestre que ha creado el Gobierno de Cantabria en la localidad de Puente Viesgo.

La documentación de este hábitat del Magdaleniense medio ha requerido dos años de trabajo continuo de un equipo interdisciplinar dirigido por el catedrático de la Universidad de Cantabria Pablo Arias y el director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC) Roberto Ontañón.

Un protoarpón magdaleniense hallado en la cueva.

Con objeto de preservar este excepcional testimonio de la Prehistoria para las futuras generaciones, se ha aplicado una innovadora metodología, basada en la aplicación de técnicas no invasivas, entre las que se puede citar la realización de una gigaortomagen verdadera continua de los suelos, la cartografía 3D a alta resolución del campo magnético, el análisis molecular y genético de suelos y objetos paleolíticos, la determinación de restos de fauna a partir de espectrometría de masas sobre colágeno óseo (ZooMS) o el análisis hiperespectral de imágenes.

El equipo del IIIPC que ha realizado los trabajos está integrado por los arqueólogos Rodrigo Portero Hernández y Carlos García-Noriega Villa, quienes han realizado todo el trabajo de catalogación y determinación de los restos del interior de la cabaña, Jorge Vallejo, Patricia Fernández Sánchez y Alba Ruiz Cabanzón. Se ha contado también con la colaboración de los investigadores François Lévêque (Universidad de La Rochelle), Alexandre Lucquin (Universidad de York), Ron Pinhasi, José Miguel Tejero, Pere Gelabert y Katerina Douka (Universidad de Viena), Jaime Lira (CNRS-Universidad de Toulouse), Esteban Álvarez (Universidad de Salamanca), Christopher Bronk Ramsey (Universidad de Oxford), Débora Zurro y Juan José García-Granero (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), de los técnicos de la empresa Gim Geomatics, Vicente Bayarri y Jesús Herrera, y de la restauradora del MUPAC, Eva María Pereda.

Esqueletos visigodos hallados en la cueva de La Garma la pasada temporada de excavación. Pedro A. Saura.

La Garma es un excepcional conjunto arqueológico, incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, en el que, desde su descubrimiento en 1995, se desarrolla un ambicioso proyecto de investigación financiado ininterrumpidamente por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria.

Junto con los excepcionales suelos paleolíticos en los que se localiza la vivienda magdaleniense, incluye un magnífico conjunto de arte rupestre paleolítico, una de las secuencias estratigráficas más completa de Europa, representativa de los últimos 400.000 años de Historia, varios contextos sepulcrales del Calcolítico, la Edad del Bronce y del período visigodo, así como un castro de la Edad del Hierro.

Entrada a la cueva de La Garma. Universidad de Cantabria.

En la actualidad, además de la aportación de la Fundación PALARQ, las investigaciones en La Garma cuentan con financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación, a través del Proyecto PrehMIND, un programa sobre el desarrollo del pensamiento simbólico de las poblaciones del Paleolítico dirigido por el profesor Pablo Arias.

Fuente: Universidad de Cantabria | 1 de diciembre de 2023

La caza de elefantes del bosque estaba muy extendida entre los neandertales hace 125.000 años

Hueso pélvico de un elefante del bosque procedente del yacimiento de Gröbern (Foto/©: Lutz Kindler, LEIZA)

La caza del ya extinto elefante del bosque (Palaeoloxodon antiquus) estaba muy extendida entre los neandertales. Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de investigación de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia (JGU), el Centro de Arqueología de Leibniz (LEIZA), también en Maguncia, y la Universidad de Leiden, en los Países Bajos. El estudio acaba de ser publicado en la revista PNAS.

Los investigadores examinaron de cerca los huesos de elefantes del bosque, de aproximadamente 125.000 años de antigüedad, descubiertos hace décadas en Gröbern, Sajonia-Anhalt, y Taubach, en Turingia. Se pudieron identificar en los mismos marcas de corte de herramientas de piedra hechas por los neandertales, lo que indica un uso intensivo de los cadáveres.

Marcas de corte en el esqueleto de un P. antiquus de Gröbern. La posición de las marcas de corte en el esqueleto del elefante se indica con números. Para descripciones detalladas ver el trabajo publicasdo.

Hace dos años, mientras se analizaban huesos encontrados en el yacimiento de Neumark-Nord en una antigua mina de lignito en Sajonia-Anhalt, el mismo equipo descubrió la primera evidencia de que los neandertales cazaban activamente elefantes del bosque, los mamíferos terrestres más grandes del Pleistoceno. Este descubrimiento se publicó a principios de este año en la revista Science Advances (ver el comunicado de prensa "Los neandertales cazaban elefantes del bosque: primera evidencia de caza de elefantes por parte de los primeros humanos" ).

La Dra. Sabine Gaudzinski-Windheuser junto a la reconstrucción a tamaño natural de un elefante de bosque europeo macho adulto (Palaeoloxodon antiquus) en el Museo Estatal de Prehistoria de Halle (Foto/©: Lutz Kindler, LEIZA)

"Los resultados del examen de los huesos de Gröbern y Taubach muestran que la caza de elefantes del bosque por parte de los neandertales no era una excepción, sino más bien un comportamiento normal", afirma la Dra. Sabine Gaudzinski-Windheuser profesora del Departamento de Prehistoria y Protohistoria de la JGU y directora del Centro de Investigación Arqueológica y Museo para la Evolución del Comportamiento Humano, MONREPOS, en Neuwied, que forma parte de LEIZA. Gaudzinski-Windheuser participó de manera importante en el estudio de los huesos tanto en Gröbern como en Taubach y anteriormente en Neumark-Nord.

Un elefante macho del bosque podría satisfacer las necesidades calóricas diarias de 2.500 neandertales

El elefante de bosque europeo vivió en gran parte de Europa y Asia occidental hace entre 800.000 y 100.000 años. Con una altura de hombros de hasta cuatro metros y un peso de hasta 13 toneladas, era el animal más grande que vivía en la tierra en ese momento y no sólo era significativamente más grande que el elefante africano (Loxodonta africana) o asiático actual (Elephas maximus), sino también más grande que el extinto mamut lanudo (Mammuthus primigenius).

"Suponemos que la carne y la grasa de un elefante macho adulto del bosque podrían cubrir las necesidades calóricas diarias de al menos 2.500 neandertales adultos", afirma Gaudzinski-Windheuser. "Esta cifra es importante porque conduce a nuevos conocimientos sobre el comportamiento de los neandertales".

La Dra. Sabine Gaudzinski-Windheuser examina el fémur de un gran elefante de bosque europeo macho adulto (Palaeoloxodon antiquus) en la Oficina Estatal de Arqueología y Preservación de Monumentos de Sajonia-Anhalt en Halle. (Foto/©: Lutz Kindler, LEIZA)

Hasta ahora, las investigaciones han asumido en general que los neandertales se agrupaban en grupos de no más de 20 individuos. Sin embargo, la reciente información obtenida sobre la explotación sistemática de los elefantes del bosque sugiere que los neandertales, al menos durante un tiempo, se reunieron en grupos bastante más grandes o bien dominaron técnicas que les permitieron cazar, preservar y almacenar grandes cantidades de alimentos, o ambas cosas. En un proyecto de seguimiento de este estudio, los investigadores quieren aprender más sobre cómo los neandertales cazaban estos enormes elefantes y cómo sus actividades de caza afectaron a estos y otros animales de presa, así como a su entorno.

Fuente: Universidad Johannes Gutemberg | 5 de diciembre de 2023

Publican la investigación genética sobre una chamana de 9.000 años de antigüedad (Mesolítico) hallada en Bad Dürrenberg (Alemania)

Foto: Reconstrucción en la que se muestra a la chamana de Bad Dürrenberg con toda su parafernalia de vestimenta en el Museo Estatal de Prehistoria de Halle (Saale, Alemania). Oficina Estatal de Gestión del Patrimonio y Arqueología de Sajonia-Anhalt

El doble entierro de una mujer adulta y un niño, que data aproximadamente del 7.000 al 6.800 a. C., descubierto en 1934 durante las obras de construcción en los jardines del balneario de Bad Dürrenberg, se considera uno de los hallazgos funerarios más destacados del Mesolítico en Europa Central. Debido al inusual equipamiento de la mujer, que fue enterrada sentada, y a sus anomalías corporales, el entierro se interpreta como el de una chamana.

La investigación genética revela ahora la relación entre la mujer y el niño, el cual no es su hijo, sino que tiene un parentesco de cuarto o quinto grado. Las variantes fenotípicas analizadas en el genoma de la mujer nos informan que tenía una tez relativamente oscura, cabello oscuro y lacio y ojos azules.

El entierro

El inusual equipamiento enterrado con la mujer incluye artefactos de pedernal y herramientas de roca sólida, pero también artefactos de hueso y asta, un trozo de ocre rojo, varios huesos de animales, incluido el caparazón de al menos tres tortugas de agua, y dientes de animales parcialmente perforados. Junto con astas de ciervo y originalmente seis colmillos de jabalí parcialmente perforados, estos hallazgos probablemente sean adornos para la cabeza y el cuerpo. Debido al ajuar funerario y anomalías corporales de la mujer, el entierro se interpreta como el de una chamana.

Los restos óseos y el ajuar funerario de chamana de Bad Dürrenberg. Museo Estatal de Prehistoria de Halle (Saale). Crédito: Juraj Lipták, Oficina Estatal de Gestión del Patrimonio y Arqueología de Sajonia-Anhalt.

Las excavaciones posteriores en el lugar, como parte de los preparativos para la Exposición Estatal de Jardines de 2024, no sólo arrojaron nuevas revelaciones sobre la deposición y la posición del cuerpo a la luz, sino que también revelaron una multitud de nuevos hallazgos, que podrían atribuirse claramente al entierro. Además de los dientes de animales perforados, también se pudieron recuperar restos de fauna, artefactos líticos y una gran cantidad de restos óseos humanos.

Un artículo reciente, publicado como un capítulo de las actas del congreso Propylaeum, de Jörg Orschiedt (Oficina Estatal de Gestión del Patrimonio y Arqueología de Sajonia-Anhalt, LDA), Wolfgang Haak (Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva), Holger Dietl (LDA), Andreas Siegl (LDA) y Harald Meller (LDA) detallan los resultados del reciente trabajo sobre el hallazgo, que incluyó un análisis de ADN.

El hueso de la pierna de una grulla (arriba) convertido en un recipiente para pequeñas hojas de pedernal (en el medio), así como puntas de hueso (arriba), se incluyeron en el conjunto único del ajuar funerario. (Fotografía Juraj Lipták).

La chamana

El estudio concluye que la mujer, que tenía una edad de entre 30 y 40 años, era una persona grácil con una altura corporal de aproximadamente 1,55 metros, típica de la época. En particular, su esqueleto carecía de inserciones musculares distintas, especialmente en las extremidades inferiores, que se encuentran comúnmente en los cazadores-recolectores.

En la base del cráneo hay una anomalía en el borde del gran agujero occipital, en forma de una pequeña constricción. Esta área es la huella de un vaso sanguíneo anormalmente desarrollado. La primera vértebra cervical no está completamente formada debido a un defecto de crecimiento congénito y sólo ha alcanzado el 40% del arco. El extremo redondeado del arco vertebral corresponde al defecto observado anteriormente en el gran agujero occipital.

En este contexto, los investigadores plantearon la hipótesis de que, con la correspondiente postura de la cabeza, parece posible que hubiera un pellizco de un vaso sanguíneo con diversas secuelas. El descubrimiento de la segunda vértebra cervical entre los hallazgos de la nueva excavación lo confirmó. Esta vértebra también muestra una anomalía que se limita a la apófisis vertebral en forma de un gancho óseo que sobresale. Ello hace posible una obstrucción de uno de los vasos sanguíneos que conducen al cerebro.

Los caparazones de tortuga (arriba) y mejillón (arriba) son evidencia de una verdadera colección de animales depositada en la tumba de la chamana. (Fotografía Juraj Lipták).

Tal circunstancia puede deberse al adoptar, intencionadamente, una determinada postura de la cabeza. Es poco probable que las consecuencias hayan sido graves o peligrosas para la salud de la persona. Sin embargo, es posible que un nistagmo, es decir, un movimiento involuntario de los globos oculares, pueda deberse a la obstrucción de un vaso sanguíneo. Esta característica inusual podría haber sido percibida como extraña y, cuando se inició a propósito, pudo haber reforzado o incluso justificado su papel como chamana.

La investigación genética reveló que el perfil de ascendencia genómica de esta chamana cae directamente dentro de varias docenas de otros individuos cazadores-recolectores mesolíticos de Europa central y occidental, un perfil que comúnmente se denomina ascendencia de cazadores-recolectores occidentales (europeos).

Las variantes fenotípicas analizadas en el genoma de la chamana de Bad Dürrenberg revelan que tenía una tez relativamente oscura, cabello oscuro y lacio y ojos azules. Esta combinación era bastante común entre los individuos cazadores-recolectores de Europa occidental y la dama chamán compartía esta apariencia con individuos mesolíticos contemporáneos de yacimientos como Loschbour, Mullerthal (Luxemburgo), La Braña, Asturias (España), o Cheddar Man en Somerset (Gran Bretaña).

Los dientes frontales de la chamana habían sido limados hasta la pulpa a temprana edad, un procedimiento insoportable que podría haber ayudado a mejorar su posición. (Fotografía Juraj Lipták).

El niño

Durante las nuevas excavaciones en Bad Dürrenberg se descubrió el esqueleto parcialmente conservado de un niño. El descubrimiento del petroso (zona del hueso temporal) permitió realizar un análisis genético de este individuo. Dado que se disponía de datos de alta calidad de ambos individuos, y especialmente de la mujer, los investigadores también pudieron emplear un método recientemente desarrollado para escanear los datos del genoma en busca de la presencia, cantidad y longitud de tramos en el genoma que comparten dos individuos, los llamados tractos de identidad por descendencia (IBD). Este método, optimizado para abordar los datos ausentes, como es habitual en el ADN antiguo fragmentado, permite detectar parentescos biológicos de mayor grado, y con reservas, hasta el décimo grado.

Con respecto a los dos individuos de Bad Dürrenberg, los investigadores encontraron que el número y la distribución de la longitud de los tractos de identificación por descendencia que comparte la pareja es equivalente a una relación genética de cuarto o quinto grado. Este grado de parentesco podría ser equivalente a cuatro o cinco generaciones de diferencia, suponiendo una línea directa, lo que convertiría a la mujer adulta chamana en la tatarabuela potencial del niño.

Fuentes: phys.org | books.ub.uni.heidelberlg.de | archaeology.org | 29 de noviembre de 2023

Los humanos del Paleolítico Medio en las montañas Zagros de Irán tenían una dieta más diversa de lo que se pensaba anteriormente

El sitio de excavación en las montañas del sur de Zagros (Irán), con una antigüedad de hace aproximadamente entre 81.000 a 45.000 años . Crédito: TISARP

En un estudio publicado en la revista Scientific Reports, investigadores del Centro Senckenberg para la Evolución Humana y el Paleoambiente (SHEP) de la Universidad de Tubinga (Alemania) se describe como los primeros humanos del Paleolítico Medio tenían una dieta más variada de lo que se suponía anteriormente.

El análisis de un enclave en las montañas Zagros de Irán revela que hace entre 81.000 y 45.000 años, los homínidos locales cazaban ungulados, además de tortugas y carnívoros. Es posible que también hubiera pájaros en su menú.

Ya en el Paleolítico Superior, el período más tardío del periodo Paleolítico, los antepasados ​​de los humanos modernos cazaban mamíferos grandes y pequeños. "Según diversos estudios, los homínidos del Paleolítico Medio posterior, el período comprendido entre hace 300.000 y 45.000 años, se alimentaban principalmente de ungulados. Sin embargo, cada vez hay más pruebas de que, al menos ocasionalmente, también se alimentaban de tortugas, pájaros, liebres, peces y mamíferos carnívoros, los cuales estaban en el menú de los neandertales y sus parientes", explica Mario Mata-González (izquierda), primer autor del nuevo estudio y estudiante de doctorado en la Universidad de Tubinga.

"Reconstruir los hábitos alimentarios de los primeros homínidos es uno de los principales objetivos de los estudios arqueozoológicos, los cuales arrojan luz sobre la forma en que nuestros antepasados ​​se adaptaron e interactuaron con diferentes entornos", afirma.

Restos de tortuga del Paleolítico Medio en Ghar-e Boof con modificaciones antropogénicas: (a) fragmento de plastrón quemado; (b) fragmento de caparazón quemado; (c) escápula marcada con cortes; (d) fragmento de plastrón con impacto de percusión.

Junto con otros investigadores de SHEP, Mata-González ha llevado a cabo el primer análisis dietético completo y sistemático en un yacimiento del Pleistoceno tardío en el sur de las montañas Zagros con una edad de entre 81.000 y 45.000 años. "Las montañas Zagros no sólo son la cadena montañosa más grande de Irán, sino que también se consideran una región geográfica clave para el estudio de la evolución humana en el suroeste de Asia durante el Paleolítico Medio, en particular debido a su topografía heterogénea y su gran diversidad ambiental", añade.

Los hallazgos realizados en el enclave de Ghar-e Boof revelan que la dieta de los homínidos locales incluía ungulados, carnívoros y tortugas, entre otros animales. Crédito: N. Conard.

Hasta la fecha, los hallazgos arqueozoológicos de las montañas se han limitado casi exclusivamente a ungulados. Sin embargo, los resultados del sitio de Ghar-e Boof muestran que la dieta de los homínidos locales también incluía mamíferos carnívoros y tortugas.

"Más del 75% de la fauna de Ghar-e Boof está formada por ungulados, desde especies pequeñas hasta muy grandes. Encontramos principalmente restos de cabras salvajes (Capra aegagrus) y gacelas (Gazella sp.). Pero también pudimos documentar cantidades menores de jabalí (Sus scrofa), ciervo (Cervus elaphus), caballos (Equus sp.) y ganado vacuno (Bos primigenius)", explica Mata-González. "Además de los ungulados, las tortugas (Testudo sp.) son las especies más frecuentes cuyos fósiles hemos podido recuperar en la gran superficie de excavación de aproximadamente 18 metros cuadrados".

Restos de leopardo del Paleolítico Medio en Ghar-e Boof, los cuales tienen marcas de corte y quemaduras: (a) epífisis distal de un radio, con marcas de corte ubicadas tanto en la superficie anterior como en la posterior del eje conservado, y la mayoría de ellas son transversales, aunque algunas son también diagonales; y (b) primera falange con un grupo de marcas de corte cortas y transversales en el lado palmar/plantar, cerca de la epífisis distal.

El equipo de investigación también pudo identificar huesos de varias especies de aves y algunos restos de carnívoros, como un zorro rojo (Vulpes vulpes) y un gran felino depredador, probablemente un leopardo (Panthera cf. pardus). Los cortes y huellas del procesamiento en algunos de los huesos fósiles apuntan a los primeros humanos como sus creadores. Según el estudio, las tortugas fueron asadas en sus caparazones antes de ser consumidas; así es como los investigadores interpretan las marcas de quemaduras en las superficies externas de los caparazones de las tortugas fósiles.

El último autor del estudio, el profesor Nicholas J. Conard (izquierda), del SHEP, concluye: "Los restos de fauna de Ghar-e Boof son la primera evidencia de que los homínidos del sur de Zagros utilizaban animales de caza menor como tortugas y pájaros, así como carnívoros. Montañas. Incluso si algunas de estas especies se consumían sólo esporádicamente, nuestros hallazgos muestran que los homínidos de la región de Zagros en el Paleolítico medio tenían una dieta más variada de lo que se suponía anteriormente. Esto es consistente con los hallazgos en otras partes de Eurasia".

Fuente: Universidad de Tubinga | 28 de noviembre de 2023

Gunung Padang, la misteriosa pirámide que podría ser la más antigua del mundo fue hallada en Indonesia

Entre la densa maleza de Java Occidental, un historiador holandés descubrió extrañas y ancestrales construcciones en las montañas de Padang en 1890. Unos pilares de piedra dominan la cima de la colina. Su hallazgo pasó desapercibido por las autoridades. Un año después, en las cercanías del río Solo, Eugène Dubois pasó a la historia por encontrar los restos óseos de un Homo erectus que habitó el planeta hace medio millón de años.

El increíble hallazgo de Dubois revolucionó el panorama arqueológico. En su momento pensó que había descubierto el eslabón perdido y lo bautizó como Pithecanthropus erectus, "el hombre mono erguido". El yacimiento de Padang quedó ensombrecido por aquel “hombre mono” de Dubois hasta que en 1979, un grupo de campesinos redescubrió el lugar, llamando la atención de los investigadores indonesios. En 1998 fue declarado patrimonio cultural.

Gunung Padang ha sido considerado durante muchos años una estructura megalítica: se encuentra en la cima de un volcán extinto en Java Occidental, Indonesia, a 885 metros de altitud, que los locales consideran un sitio sagrado. Durante muchos años ha habido desacuerdo sobre la naturaleza del cerro. Hay estudios que apuntan a que la colina se formó de manera natural y que diferentes poblaciones agregaron algunos adornos en la cima, mientras que otros apuntan que la colina es artificial y que fue fabricada por distintos grupos humanos. De ser así, sería una pirámide mucho más antigua que las de Egipto y que incluso podría tener “cámaras secretas”.

(a) Vista aérea de Gunung Padang tomada desde un helicóptero. (b) Topografía y mapa del sitio generados a partir de un estudio geodésico detallado. (c) Mapa geológico de la región de Gunung Padang (Sudjatmiko, 1972). (d) Mapa de ortofoto obtenido de un estudio con drones realizado en 2014, que indica las ubicaciones de los sitios de zanjas (rectángulos blancos) y los sitios de perforación (puntos rojos). T1, Terraza 1; T2, Terraza 2; T3, Terraza 3; T4, Terraza 4; T5, Terraza 5. [La figura en color se puede ver en wileyonlinelibrary.com]

En un reciente estudio publicado por un equipo de arqueólogos, geofísicos, geólogos y paleontólogos afiliados a múltiples instituciones en Indonesia ha encontrado diversas pruebas que demuestran que Gunung Padang es la pirámide más antigua conocida en el mundo. En su artículo, publicado en la revista Archaeological Prospection, el estudio liderado por Danny Hillman Natawidjaja (izquierda), del Instituto Indonesio de Ciencias, entre otros, describe su análisis de varios años en el yacimiento.

Para este nuevo estudio, el equipo de investigación realizó un estudio completo de toda la estructura. Entre 2011 y 2015, estudiaron la estructura mediante tomografía sísmica, resistividad eléctrica y radar de penetración terrestre. También perforaron la colina y recolectaron muestras de núcleos que les permitieron utilizar técnicas de datación por radiocarbono para conocer las edades de las capas que forman la colina.

Al estudiar todos sus datos, el equipo de investigación afirma tener claras evidencias que demuestran que el cerro fue fabricado en su mayor parte por manos humanas. También encontraron pruebas que muestran que la estructura se construyó a lo largo de varias fases, con miles de años de diferencia. Las partes más antiguas de la estructura se construyeron entre hace 25.000 o 14.000 años, lo que convierte esta “pirámide” en la más antigua del mundo. La más antigua de Egipto, la del faraón Zoser, se construyó en torno a 2600 a.C.

Reconstrucción simplificada de Gunung Padang publicada en Archaeology Prospection

Los investigadores indonesios afirman que la estructura fue reforzada, por lo que, con el tiempo, crearon la estructura completa. La primera terraza consistía en lava esculpida, donde los constructores habían tallado formas en la cima de un pequeño volcán inactivo. Luego, varios miles de años después, en algún momento entre 7900 y 6100 a.C., otro grupo añadió una capa de ladrillos y columnas de roca. Otro grupo diferente añadió una capa de tierra a parte de la colina, enterrando una zona del trabajo anterior y, finalmente, en algún momento entre 2000 y 1100 a. C., se completó con una capa superficial de tierra, terrazas de piedra y otros elementos.

Por si esto fuera poco, el equipo de investigación sospecha que en el interior de la colina artificial podría haber partes huecas, lo que sugiere posibles cámaras ocultas. Ante lo novedoso de estos últimos hallazgos, el equipo indonesio planea excavar para llegar a ellos e introducir varias cámaras para explorar estas áreas.

Un grupo de científicos cuestiona que el 'Homo naledi' enterrara a sus muertos y realizara grabados en las rocas

El paleoartista John Gurch pasó unas 700 horas recreando la cabeza de Homo naledi basándose en escáneres óseos. (Crédito de la imagen: Mark Thiessen/National Geographic)

"No hay evidencia científica convincente" detrás de las extraordinarias afirmaciones de que el antiguo pariente humano Homo naledi enterró deliberadamente a sus muertos he hizo grabados en rocas en lo profundo de una cueva de Sudáfrica hace unos 300.000 años, sostiene un grupo de arqueólogos en un nuevo comentario al respecto.

Homo naledi se convirtió en un pararrayos de controversias a principios de este año después de que un equipo de investigadores afirmara en la revista eLife que este homínido extinto, con un cerebro del tamaño de una naranja, llevó a sus muertos al interior del sistema de cuevas Rising Star, encendió fuegos y grabó patrones y formas abstractas en las paredes, comportamientos complejos ambos antes solo conocidos en los humanos modernos con cerebros más grandes (Homo sapiens) y nuestros primos cercanos, los neandertales.

La imagen muestra dos elementos funerarios descubiertos en la Cámara Dinaledi de la cueva Rising Star. Un cuerpo pertenecía a un 'Homo naledi' adulto y el otro era un juvenil.

El equipo referido provocó reacciones negativas, en parte, porque anunciaron sus controvertidos hallazgos en una conferencia y en tres estudios preimpresos que no fueron revisados ​​por pares, lo que frustró a algunos científicos, según informó National Geographic en ese momento. La revista en línea eLife aceptó las preimpresiones, publicadas inicialmente en bioRxiv en junio, para una evaluación pública de revisión por pares, la cual concluyó que no había evidencias "completas" detrás de las afirmaciones realizadas.

Un exitoso documental de Netflix que presenta los descubrimientos, sobre Homo naledi, llamado Unknown: Cave of Bones (2023), se emitió el 17 de julio, menos de una semana después de que eLife publicara las preimpresiones y las críticas.

Ahora, un equipo de investigadores ha analizado los tres estudios de eLife en detalle y argumenta en un estudio, también revisado revisado por pares, y publicado el 10 de noviembre en el Journal of Human Evolution, que nunca se han presentado evidencias científicas convincentes sobre el pretendido entierro deliberado o arte rupestre realizado por el Homo naledi.

Chris Stringer (izquierda), líder de investigación sobre los orígenes humanos en el Museo de Historia Natural de Londres, y que no participó en ninguno de los estudios, dijo a Live Science en un correo electrónico que estaba de acuerdo con el enfoque cauteloso del nuevo trabajo de investigación publicado, y dijo que estaba "bien argumentado. Lo veo como una réplica necesaria a algunas conclusiones prematuras y exageradas sobre el comportamiento supuestamente complejo del Homo naledi", dice Stringer.

Homo naledi era un homínido bípedo de 1,5 metros de altura con manos ágiles y un cerebro pequeño pero complejo. Andy Herries (derecha), profesor de paleoantropología en la Universidad La Trobe, en Australia, y uno de los autores del nuevo trabajo de investigación, dijo a Live Science que no descarta las afirmaciones realizadas sobre Homo naledi (de que enterraba a sus muertos), pero que notó una falta de ciencia que las respalden.

"Existe la posibilidad de que algo de esto sea correcto", dijo Herries. "Lo que estamos pidiendo son datos científicos sólidos que lo respalden, incluidas cosas estandarizadas que se harían en arqueología".

Herries describió los "conceptos básicos fundamentales" que faltan en los estudios de eLife de 2023, incluido un análisis detallado de supuestos sedimentos funerarios y la datación por radiocarbono del carbón proveniente de presuntos fuegos realizados. También quiere más comparaciones entre los supuestos grabados en las rocas de dolomita y la erosión natural, que ve a menudo en Sudáfrica. "He trabajado aquí durante 26 años y veo cosas naturales en la dolomita que se ven de igual modo", afirma Herries.

Lee Berger en el área de entrada al sistema de cuevas de Rising Star. Como 'Cuna de la Humanidad', la región es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Foto: AFP / Luca Sola.

Lee Berger, paleoantropólogo y explorador residente en la National Geographic Society, dirigió el equipo que describió a Homo naledi en 2015 y el grupo de investigación que informó sobre la controvertida evidencia de los enterramientos deliberados y grabados en las rocas. Él cree que el nuevo artículo que lo cuestiona repite preocupaciones que su equipo ya había abordado.

"Los argumentos presentados son predominantemente los que ya aparecieron en las revisiones de eLife y en los comentarios públicos de estos mismos autores, y ya se tuvieron en cuenta en el manuscrito revisado que se volvió a enviar a eLife", dijo Berger a Live Science en un correo electrónico.

Berger dijo que también estaba decepcionado con el título del trabajo publicado: "No hay evidencias científicas de que 'Homo naledi' enterró a sus muertos y produjo arte rupestre", porque "lo que se debate es la interpretación, no los datos reales".

Izquierda: En 2022 se descubrieron en las paredes de la cueva una serie de grabados y aguafuertes de figuras geométricas como cuadrados, escaleras, triángulos y cruces. Aún no se ha determinado si están relacionados con enterramientos cercanos. FOTOGRAFÍA DE BERGER ET AL., 2023B.
Derecha: Una imagen tomada con un filtro polarizador revela débiles rastros de grabados anteriores que fueron borrados y escritos encima. Estas marcas podrían demostrar que el Homo naledi era mucho más sofisticado de lo que se pensaba. FOTOGRAFÍA DE BERGER ET AL., 2023.

El equipo de Berger publicó una respuesta a las revisiones de eLife a principios de este año. Según Berger, su respuesta al nuevo trabajo que cuestiona sus tesis se publicará en el Journal of Human Evolution la próxima semana.

Pero esa no será la última palabra sobre si Homo naledi enterró intencionalmente a sus muertos, encendió hogueras y grabó arte rupestre. Otro estudio externo, realizado por un equipo diferente que aborda la afirmación de los entierros deliberados de Homo naledi, se encuentra actualmente bajo revisión por pares.

Live Science se acercó a Netflix para pedir comentarios sobre la exactitud de "Unknown: Cave of Bones", pero no ha recibido nada al respecto hasta el momento de la publicación de este artículo.

Fuente: livescience.com| 17 de noviembre de 2023