Documentan en La Draga de Bañolas (Gerona) restos de cabañas de 7.300 años de antigüedad en un estado de conservación excepcional

Los trabajos de excavación arqueológica en el yacimiento neolítico de La Draga de Bañolas (Gerona) han permitido documentar elementos estructurales de construcciones de madera en muy buen estado de conservación. El objetivo es completar el conocimiento que, poco a poco, se va generando sobre las comunidades campesinas que se establecieron en el Lago de Bañolas a inicios del Neolítico, hace unos 7.200 años, su modo de vida y organización.

La campaña de intervenciones arqueológicas en el yacimiento neolítico de La Draga se inició el 4 de septiembre y finalizó recientemente. El proyecto se lleva a cabo en colaboración entre la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC-IMF Barcelona), el Museo de Arqueología de Cataluña (MAC) y el Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña (CASC) y cuenta con la participación activa de varios miembros de la Unidad de Arqueobotánica del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES-CERCA): el Dr. Jordi Revelles, codirector de la excavación de La Draga e investigador postdoctoral Juan de la Cierva en el IPHES-CERCA, Blanca Garay, investigadora predoctoral FI en el IPHES-CERCA, y la Dra. Marian Berihuete, investigadora de la UAB e investigadora asociada a l’IPHES-CERCA.

Construcciones a manos de los primeros pobladores de La Draga

Los trabajos se han focalizado en la zona más septentrional del yacimiento, el llamado sector B, que tiene la particularidad de ostentar unas mejores condiciones de conservación de la materia orgánica. Hasta ahora, es en este sector donde han aparecido las evidencias arquitectónicas más claras de las cabañas de madera de los antiguos pobladores de La Draga y donde también han aparecido un mayor número de herramientas y útiles elaborados con madera y fibras vegetales.

Las excavaciones en el sector B se han reanudado después de un paréntesis de diez años, durante los cuales los trabajos se habían dirigido hacia otras zonas del poblado menos conocidas. En este sector se ha abierto una superficie de doce metros cuadrados que, además de permitir seguir investigando sobre las estructuras de hábitat exhumadas en años anteriores, permitirá llevar a cabo labores de registro y monitorización del estado de conservación de los restos en madera, que presentan unos 7.200 años de antigüedad.

Los codirectores de la excavación Toni Palomo, Raquel Piqué (UAB) y Xavier Terradas (CSIC) han explicado que “los trabajos en el yacimiento de La Draga han permitido documentar elementos estructurales de construcciones de madera en muy buen estado de conservación. Son principalmente grandes tablones de madera de más de tres metros de largo que ocupan prácticamente toda la superficie de la zona excavada. El proceso de excavación debe permitirnos realizar interpretaciones muy precisas sobre la forma de estas cabañas, las técnicas constructivas y el momento de su construcción, así como su relación con zonas excavadas en campañas anteriores”.

Monitorización del estado de conservación del material orgánico

En cuanto a las tareas de monitorización del estado de conservación del material orgánico, se enmarcan en el proyecto europeo de investigación WOODPLAKE Viviendas arqueológicas sobre puntales de madera en lagos mediterráneos europeos: estrategias para su explotación, monitorización y conservación. Este proyecto europeo se centra en la evaluación de los efectos del cambio climático sobre los yacimientos lacustres del sur de Europa y su patrimonio orgánico, con el objetivo final de establecer políticas de conservación de este único e importante patrimonio europeo y afrontar los retos climáticos que se vislumbran en un futuro próximo. El proyecto está financiado por la Agencia Estatal de Investigación en el marco del programa europeo Joint Projects in Cultural Heritage (JPICH): Conservation, Protection and Use, del que la Draga es partner, junto con los yacimientos lacustres italianos de los lagos de Bolseno y Mezzano.

Prospección arqueológica y paleoecológica

Paralelamente la campaña ha desarrollado dos acciones de prospección arqueológica y paleocológica en la orilla occidental del lago, tanto terrestre como subacuática. Por un lado, se han hecho sondeos en la orilla occidental del Lago de Bañolas, en el término municipal de Porqueres. En este caso, el objetivo es obtener nuevos datos de carácter sedimentológico y paleoambiental que deberían permitir al equipo de investigadores de La Draga reconstruir la dinámica ambiental del Lago de Bañolas durante el Holoceno y constatar la posible presencia de otras ocupaciones prehistóricas en este lugar. “Los sondeos realizados nos han permitido documentar indicios de gran interés para reconstruir cómo era el entorno en época prehistórica”, comenta el Dr. Jordi Revelles, investigador postdoctoral Juan de la Cierva en el IPHES-CERCA. Y también "contextualizar hallazgos realizados en prospecciones previas cuando se documentaron indicios de uso del espacio hace unos 5.000 años, más de 2.000 años más tarde que el poblado de La Draga", añade.

Por otra parte, también se han llevado a cabo prospecciones subacuáticas en la orilla occidental del Lago de Bañolas, en la zona comprendida entre la Punta Freixenet y Punta Cuaranya. Los trabajos han permitido documentar amplias extensiones de sedimento turboso con mucha presencia de materia orgánica conservada como, por ejemplo, restos de madera. El análisis de los muestreos realizados permite conocer mejor la dinámica del poblamiento prehistórico y también histórico del Lago de Bañolas.

Financiación

La campaña de excavaciones arqueológicas se enmarca en un proyecto cuatrienal de investigación en materia de arqueología y paleontología para el período 2022-2025, aprobado por la Dirección General del Patrimonio Cultural de la Generalidad y coordinado desde el Museo Arqueológico de Bañolas. Las excavaciones de la Draga y las actividades de investigación realizadas están financiadas por el Museo Arqueológico de Bañolas, el Departamento de Cultura de la Generalidad de Cataluña, el CSIC, la UAB y el MAC, además del Ministerio de Ciencia e Innovación.

Fuente: Iphes.cat | 27 de septiembre de 2029

Nuevo descubrimiento de un pozo con sarcófagos de madera de la Misión Arqueológica Egipcia en Saqqara

El Sr. Ahmed Issa, Ministro de Turismo y Antigüedades de Egipto, acompañado por el Dr. Mustafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, el jefe de la misión arqueológica dependiente de este último organismo, profesor Sabro Faraq, el Director General del Área de Antigüedades de Saqqara, Dr. Muhammad Youssef, y del Dr. Mohamed El Seidy, director de la oficina científica del Secretario General, así como varios miembros y trabajadores de la misión arqueológica, ha inspeccionado la finalización de las excavaciones que se llevan a cabo en el área de antigüedades de Saqqara, como consecuencia del descubrimiento de un nuevo pozo enterrado que contiene un gran número de artefactos arqueológicos.

El ministro Sr. Ahmed Issa tenía muchas ganas de bajar al nuevo pozo funerario recién descubierto con el fin de inspeccionar los hallazgos, entre los que se encuentran coloridos ataúdes de madera, momias grandes y pequeñas, estatuas y restos arqueológicos esparcidos en su interior, y felicitar al mismo tiempo a la misión del Consejo Supremo de Antigüedades, la cual comenzó su trabajo en la región de Saqqara en 2018 y ha sacado a la luz, hasta ahora, muchos de los secretos que guardaba toda el área.

Durante la inspección de la nueva excavación, el ministro Ahmed Issa escuchó una explicación detallada del Dr. Mustafa Waziri sobre los resultados del trabajo de la misión desde el inicio de la nueva temporada de excavación en agosto pasado, además del trabajo realizado por la misión. a lo largo de los años en el sitio, desde 2018 hasta ahora, señalando que las evidencias arqueológicas encontradas por la misión en el área de Saqqara conducen a poder revelar otro importante descubrimiento arqueológico, el cual se anunciará después de que la misión complete todo el trabajo durante esta temporada.

El ministro también tuvo mucho interés en reunirse con el equipo de arqueólogos y restauradores de la misión y hablar con ellos sobre el papel del Consejo Supremo de Antigüedades como institución científica que restaura y preserva las antigüedades halladas para las generaciones futuras. También escuchó sus opiniones. y sugerencias para el desarrollo del trabajo arqueológico, agradeciendo este gran esfuerzo, que quedó claramente demostrado con los hallazgos arqueológicos encontrados por la misión en los últimos años, así como los trabajos de restauración que se han llevado a cabo.

Al final del encuentro, los miembros de la misión quisieron tomarse una foto de recuerdo con el ministro.

Vale la pena señalar que la Misión Arqueológica Egipcia había anunciado durante los últimos años una serie de descubrimientos arqueológicos importantes, incluido el descubrimiento de cientos de coloridos ataúdes humanos que contenían momias, en buen estado de conservación, de estadistas y sacerdotes de alto rango de la dinastía XXVI, que fueron elegidos por la revista estadounidense Archaeology Magasine como uno de los 10 descubrimientos arqueológicos más importantes de 2020, además del primer, segundo y tercer papiro vaziri, el mayor alijo de estatuas de bronce, cosméticos y un gran número de momias de animales, incluidos gatos, cachorros de león y hurones.

Fuente: Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto | 5 de octubre

Descubren que los primeros migrantes humanos siguieron una exuberante ruta hacia la actual Jordania en su salida de África

Mapa que muestra registros arqueológicos, paleoclimatológicos y paleoambientales del Levante y Arabia mencionados en el texto.
(A) Las flechas indican las rutas sugeridas de dispersión humana fuera de África. Los cuadrados azules muestran sitios con fósiles y huellas humanas en el norte de Arabia, incluidos los del paleolago Al Wusta y el paleolago Alathar, respectivamente. Los círculos verdes se refieren a sedimentos de paleolagos / humedales en el desierto occidental de Egipto y Arabia, a saber: Bir Tirfawi y Bir Sahara, Khall Amayshan, Mundafan, Khujaymahy Saiwan. Los triángulos verdes muestran depósitos de espeleotemas en cuevas del desierto oriental de Egipto, incluida la cueva Saqia, Wadi Sannur y en el sur de Arabia, incluida la cueva Hoti en Omán y la cueva Mukkala en Yemen. El principal sitio arqueológico fechado en el sureste de Arabia es Jebel Faya en los Emiratos Árabes Unidos (rombo azul).
(B) Mapa modelo de elevación digital del Levante que muestra la ubicación de las áreas de estudio (estrellas amarillas) a lo largo del Valle del Rift del Jordán (Wadi Gharandal y Gregra) y en la Meseta Jordana (Wadi Hasa), y los registros de paleolagos y espeleotemas en el región. Los paleolagos están representados por círculos verdes, a saber: Qa'a Azraq, Jurf Ed Darawish, Lago Elji, Qa'a Jafr y Qa'a Mudawwara. Los registros de espeleotemas en el Levante incluyen la cueva de Soreq (triángulo verde), y los cuadrados azules muestran sitios con fósiles humanos, incluidas las cuevas de Skhul y Qafzeh. La fuente de datos del modelo de elevación digital se deriva de www.gscloud.cn.

Un equipo internacional de científicos ha descubierto que los primeros inmigrantes humanos abandonaron África hacia Eurasia, a través de la península del Sinaí y a través de Jordania, hace más de 80.000 años.

Investigadores de la Universidad de Southampton (Reino Unido) y la Universidad de Shantou (China), junto con colegas de Jordania, Australia y la República Checa, han demostrado que "existía un corredor bien irrigado que canalizaba a los cazadores-recolectores a través del Levante hacia Asia occidental y el norte de Arabia a través de Jordania".

Sus hallazgos respaldan investigaciones anteriores realizadas en Arabia que sugieren que esta ruta terrestre verde, que ahora es desértica, fue favorecida por el Homo sapiens que viajaba hacia el norte. El artículo, "Dispersiones humanas fuera de África a través del Levante", se publicó en la revista Science Advances.

Los humanos 'modernos' evolucionaron en África hace entre 300.000 y 200.000 años y se dispersaron fuera del continente en varias etapas. Se cree que durante decenas de miles de años poblaron Asia y luego Europa.

Una herramienta manual desde diferentes ángulos descubierta en el Valle del Rift del Jordán.

Para esta última investigación, el equipo realizó trabajo de campo en el Valle del Rift del Jordán, donde descubrieron herramientas manuales, conocidas como "lascas", en el borde de los wadis, ahora canales de ríos secos que, hace decenas de miles de años, estaban llenos de agua. Los científicos utilizaron técnicas de datación por luminiscencia para ayudar a establecer la antigüedad del sedimento en el que estaban enterradas las herramientas. Este método estima cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que el sedimento estuvo expuesto a la luz.

Los resultados mostraron que es probable que las herramientas hayan sido utilizadas hace aproximadamente 84.000 años y luego abandonadas en las orillas de los wadis y posteriormente enterradas con el tiempo.

Paul Carling (izquierda), profesor de Geomorfología de la Universidad de Southampton, comenta: “Durante mucho tiempo se pensó que cuando el nivel del mar era bajo, los humanos utilizaban un cruce hacia el sur, a través del Mar Rojo desde el cuerno de África, para llegar al suroeste de Arabia. Sin embargo, nuestro estudio confirma que había un paso muy transitado hacia el norte, a través de la única ruta terrestre desde África a Eurasia".

“Nuestra evidencia recientemente publicada es una pieza clave del rompecabezas que muestra que los humanos migraron siguiendo una ruta hacia el norte, utilizando pequeñas áreas de humedales como base, mientras cazaban abundante vida silvestre en los pastizales más secos. Aunque estudios anteriores han buscado grandes lagos como posibles abrevaderos, de hecho, los pequeños humedales fueron muy importantes como puntos de parada durante la migración”.

Humedal ribereño Wadi Gharandal a lo largo del valle del Rift del Jordán. Crédito: Mahmoud Abbas


El Dr. Mahmoud Abbas (derecha), de la Universidad de Shantou, China, y autor principal del estudio dijo: "El Levante actuó como un corredor bien irrigado para que los humanos modernos se dispersaran fuera de África durante el último interglaciar, y ahora hemos demostrado que este es el caso en el Zona del Valle del Rift del Jordán.

“La evidencia paleohidrológica del desierto de Jordania mejora nuestra comprensión del entorno ambiental en ese momento. En lugar de un desierto seco, las praderas de sabana habrían proporcionado los recursos que tanto necesitaban los humanos para sobrevivir durante su viaje fuera de África hacia el suroeste de Asia y más allá”.

Fuente: Universidad de Southampton | 4 de octubre de 2023

El nuevo camino que tomaron las primeras migraciones humanas a través de una Arabia que alguna vez fue exuberante contradice un único origen "fuera de África"

Nuestra especie, Homo sapiens, migró fuera de África varias veces y llegó al Levante y Arabia hace entre 130.000 y 70.000 años, como lo ejemplifican los fósiles humanos y los sitios arqueológicos encontrados en varios lugares.

Sin embargo, se sabe poco sobre las rutas de estas migraciones. En un estudio publicado el 4 de octubre en Science Advances, encontramos que la ahora inhóspita e hiperárida zona del sur del Valle del Rift del Jordán era frecuentemente exuberante y bien irrigada en el pasado.

Nuestra evidencia sugiere que este valle tenía una zona ribereña y de humedales que habría proporcionado un paso ideal para los cazadores-recolectores cuando salieron de África y se adentraron en el Levante y Arabia.

Recolectando muestras de luminiscencia que datan el área de Wadi Hasa en el oeste de Jordania. En la foto aparecen Mahmoud Abbas, Mohammed Alqudah y Yuansen Lai. Zhongping Lai / Universidad de Shantou.

Vagando fuera de África

Los investigadores plantean la hipótesis de que los humanos que emigraron fuera de África habrían utilizado plataformas en el Sahara oriental, el valle del río Nilo o las márgenes del Mar Rojo occidental.

Desde allí, estos pequeños grupos de cazadores-recolectores habrían pasado al Sinaí (un puente terrestre que conecta África con el resto de Asia) siguiendo a los animales migratorios y cazando una variedad de ellos para sustentarse.

Para muchos de estos cazadores-recolectores, la siguiente parada del viaje habría sido la parte sur del valle del Jordán. Este valle está situado en una zona estratégica, con el Mar Muerto al norte y el Golfo de Aqaba al sur.

Nuestro trabajo de campo se concentró en tres sitios. Los dos primeros fueron Wadi Gharandal y una zona cercana al pueblo de Gregra, ambos en el propio valle. El tercer sitio, Wadi Hasa, está situado en las zonas más elevadas de la meseta del Jordán. "Wadi" es una palabra árabe que describe un lecho de río temporal que sólo contiene agua durante las fuertes lluvias.

El Wadi Al-Hasa es realmente hermoso. Los colores, las formas y el flujo constante de agua en su cauce hacen que este valle sea realmente espectacular. No obstante, su lejanía lo convierte en una verdadera experiencia viajera en la naturaleza de Jordania.

Cuando Arabia era una tierra verde

Nuestro objetivo era reconstruir los entornos ambientales pasados ​​de la región datando con precisión varias secciones de sedimento. Utilizamos una técnica llamada datación por luminiscencia para estimar cuánto tiempo habían estado protegidos de la luz solar los granos de sedimento, lo que nos permitió calcular su antigüedad.

Nuestros hallazgos en secciones sedimentarias de entre 5 y 12 metros de espesor mostraron fluctuaciones del ecosistema a lo largo del tiempo, incluidos ciclos de ambientes secos y húmedos. También encontramos evidencia de la presencia de ríos y humedales antiguos.

La datación por luminiscencia mostró que los ambientes sedimentarios se formaron hace entre 125.000 y 43.000 años, lo que sugiere que hubo múltiples intervalos húmedos.

En el Wadi Gharandal nuestro equipo recuperó tres herramientas de piedra asociadas con un entorno de humedal. Dos de ellos se fabricaron mediante el método Levallois, una técnica de fabricación característica que se sabe que utilizaron tanto los neandertales como el Homo sapiens. Datamos las herramientas hace 84.000 años.

Fotografías del Wadi Gharandal. (A) Descripción general del fondo del valle de Gharandal visto desde el sitio 2, con el valle de 'Arabah más allá. La flecha blanca marca un afloramiento de grava (B). (B) Gravas fluviales que cubren la facies paludal. (C) Artefacto lítico recolectado in situ y al que se leatribuye una antigüedad de depósito mínima de 74.000 años.

En conjunto, nuestro trabajo de campo en el Valle del Rift del Jordán demuestra que este valle alguna vez funcionó como un corredor de agua dulce de 360 ​​​​kilómetros de largo que ayudó a canalizar a los humanos hacia el norte, hacia Asia occidental y hacia el sur, hacia la península arábiga.

Más pruebas de una expansión hacia el norte provienen de las famosas cuevas de Skhul y Qafzeh en Israel. Aquí se han encontrado fósiles de Homo sapiens y herramientas de piedra de Levallois.

Hacia el sur, el trabajo de campo en el norte de Arabia Saudita también ha demostrado que alguna vez estuvo presente en la región una red de ríos y lagos. Esto permitió a los humanos penetrar en un verde desierto de Nefud repleto de sabanas y pastizales.

En el corazón del Nefud, en el yacimiento lacustre de Al Wusta se ha descubierto un fósil humano y herramientas de piedra de Levallois que datan de hace 85.000 años. Estas fechas coinciden con las herramientas de piedra Levallois de 84.000 años de antigüedad encontradas en Wadi Gharandal.

Vista aérea del Wadi Gharandal (imagen de Google Earth), que muestra nuestros tres sitios estratigráficos (cuadrados blancos). El bosque de palmeras marca la zona actual de estanques alimentados por manantiales, y el flujo del arroyo se dirige hacia Wadi Al 'Arabah de derecha a izquierda.

Múltiples migraciones al suroeste de Asia

Nuestros hallazgos en el Valle del Rift del Jordán indican que hubo múltiples migraciones humanas tempranas desde África y Asia, durante condiciones favorables. Esto se opone a la teoría de una única y rápida ola de movimiento humano fuera de África hace 60.000 años.

Nuestros resultados también sugieren, junto con la evidencia levantina y árabe, que los cazadores-recolectores utilizaron sistemas de ríos y humedales interiores cuando cruzaron el suroeste de Asia. Esto contradice un modelo popular que sugiere que utilizaron principalmente rutas costeras como superautopistas.

Aunque la evidencia de ADN antigua indica que el Homo sapiens se cruzó con neandertales y denisovanos varias veces, a medida que se extendieron por Asia, en general faltan evidencias sobre el terreno de estos encuentros. Nuestros hallazgos proporcionan más pruebas de que esta área sirvió como terreno para estos encuentros.

Sin embargo, numerosas preguntas siguen sin respuesta. Grandes extensiones de territorio en el suroeste de Asia aún no han sido estudiadas ni fechadas, y se han encontrado pocos fósiles de nuestros antepasados ​​que respalden los argumentos sobre cómo se dispersaron realmente los primeros humanos.

Tendremos que investigar de cerca áreas más olvidadas durante mucho tiempo, como el Valle del Rift del Jordán, para retratar con precisión cómo se desarrolló el viaje de la humanidad fuera de África.

Fuente: theconversation.com | 4 de octubre de 2023

Nuevas dataciones confirman que las huellas humanas halladas en el Parque Nacional de White Sands (Nuevo México) tienen entre 21.000 y 23.000 años

Pisadas humanas fosilizadas en el Parque Nacional de White Sands (Nuevo México). / National Park Service.

Una nueva investigación, publicada en la revista Science, confirma que las huellas humanas fósiles halladas en 2021 en el Parque Nacional White Sands (Nuevo México), y que datan de hace entre 21.000 y 23.000 años, son probablemente la evidencia directa más antigua de la presencia humana en las Américas, un hallazgo que trastoca lo que muchos arqueólogos creían saber sobre cuándo nuestros antepasados ​​llegaron al Nuevo Mundo.

La antigüedad estimada de las huellas se informó por primera vez en Science en 2021, pero algunos investigadores expresaron su preocupación sobre su datación. Las preguntas se centraron en si las semillas de plantas acuáticas utilizadas para ello podrían haber absorbido carbono antiguo del lago, lo que, en teoría, podría desviar la datación por radiocarbono en miles de años.

Algunas de las semillas extraidas en los sedimentos de las huellas. Crédito: Matthew Robert Bennet.

El nuevo estudio presenta dos líneas adicionales de evidencias para el rango de fechas más antiguo (técnicas de radiocarbono (o carbono-14) y luminiscencia simulada ópticamente). Para ello utiliza dos materiales completamente diferentes encontrados en el sitio: polen de coníferas antiguas y granos de cuarzo.

La antigüedad informada de las huellas desafía el conocimiento convencional de que los humanos no llegaron a América hasta unos miles de años antes de que el aumento del nivel del mar cubriera el puente terrestre de Bering entre Rusia y Alaska, quizás hace unos 15.000 años.

Las pisadas humanas fosilizadas se formaron en lodo blando en los márgenes de un lago poco profundo que ahora forma parte de Alkali Flat, una gran zona de dunas en White Sands. David Bustos, administrador del programa de recursos del parque nacional, fue el primero en descubrir estas huellas en el año 2009. Bustos, junto a Matthew Bennett, un geólogo de la Universidad de Bournemouth (Reino Unido) y otros científicos del USGS comenzaron a estudiar más detalladamente el lugar en 2019.

A la izquierda, huellas de zapatos modernas; a la derecha, huellas milenarias. Crédito: Matthew Robert Bennett.

"Este es un tema que ha sido siempre muy controvertido porque es muy importante: se trata de cómo entendemos el último capítulo del poblamiento del mundo", dijo Thomas Urban (izquierda), científico arqueológico de la Universidad de Cornell, que participó en el estudio de 2021 pero no. el nuevo.

Thomas Stafford (derecha), un geólogo arqueológico independiente en Albuquerque, Nuevo México, que no participó en el estudio, dijo que "antes era un poco escéptico, pero ahora estoy convencido. Si tres métodos totalmente diferentes convergen en torno a un único rango de edad, eso es realmente significativo", afirmó.

El nuevo estudio aisló alrededor de 75.000 granos de polen puro de la misma capa sedimentaria que contenía las huellas.

Fotografía de octubre de 2023 proporcionada por el Servicio de Parques Nacionales muestra al director del programa de recursos del Parque Nacional White Sands (Nuevo México), David Bustos, en plena tarea arqueológica. Crédito: NPS vía AP.

"La datación del polen es ardua y estresante", dijo Kathleen Springer (izquierda), geóloga investigadora del Servicio Geológico de Estados Unidos y coautora del nuevo artículo. "Los científicos creen que la datación por radiocarbono de plantas terrestres es más precisa que la datación de plantas acuáticas, pero es necesario que haya una muestra lo suficientemente grande para analizar", dijo.

“Los resultados iniciales de radiocarbono del trabajo de 2021 fueron controvertidos porque las semillas de la planta acuática (Ruppia cirrhosa) que utilizamos para fechar las superficies en las que quedaron marcadas las pisadas, tienen el potencial de sufrir efectos de depósito de carbono que podrían comprometer la exactitud de su datación”, agrega. "Pero ahora, en el nuevo estudio nos hemos centrado en el polen de coníferas, porque estas especies –principalmente los pinos– son plantas terrestres y no se ven afectadas por los efectos de depósito, ya que su carbono procede directamente de la atmósfera a través de la fotosíntesis”.

Springer reconoce que “el inconveniente de la datación del polen es que es diminuto, pero los métodos que utilizamos en esta investigación nos permitieron aislar 75.000 granos de polen puro por muestra, lo que fue suficiente para obtener dataciones de radiocarbono sólidas”

Además, se utilizó “la datación por luminiscencia de los granos de cuarzo aislados de los sedimentos, lo que proporciona una verificación completamente independiente de las fechas por radiocarbono”, señala.

“Incluso mientras publicamos el estudio anterior, ya habíamos empezado a probar nuestros resultados con múltiples líneas de evidencia. Confiábamos en nuestras dataciones originales, así como en las sólidas pruebas geológicas, hidrológicas y estratigráficas, pero sabíamos que era fundamental un control cronológico independiente”, subraya Springer.

Ilustración del yacimiento estudiado durante el Último Máximo Glacial que muestra la coexistencia de humanos y megafauna a lo largo del tiempo. / Karen Carr / National Park Service.

Las huellas antiguas de cualquier tipo (dejadas por humanos o megafauna como grandes felinos y lobos) pueden proporcionar a los arqueólogos una instantánea de un momento en el tiempo, registrando cómo las personas o los animales caminaban o cojeaban, o bien si se cruzaron. También se han encontrado huellas antiguas de animales en el Parque Nacional de White Sands, no solo humanas.

Mientras que otros sitios arqueológicos en América apuntan a rangos de fechas similares (incluidos colgantes tallados en restos de perezosos terrestres gigantes en Brasil), los científicos aún se preguntan si tales materiales realmente indican presencia humana.

"White Sands es único porque no hay duda de que estas huellas fueron dejadas por personas, no es ambiguo", dijo Jennifer Raff (derecha), genetista antropológica de la Universidad de Kansas, que no participó en el estudio.

Caso cerrado

Para Springer, el nuevo estudio de las pisadas fosilizadas de White Sands cierra el caso y resuelve la controversia: “Combinado con la evidencia geológica, hidrológica, estratigráfica, cronológica y climática, previamente reportada, la congruencia de las dataciones de carbono 14 calibradas de las semillas acuáticas de Ruppia, las de los granos de polen terrestres y las logradas mediante luminiscencia apoyan la conclusión de que los humanos estuvieron presentes en Norteamérica durante el Último Máximo Glacial”.

¿Qué supone esta confirmación?. Según la geóloga, “los humanos estuvieron en el sur de Norteamérica durante el LGM, hace entre 21.000 y 23.000 años, y esto significa que estaban allí antes de que se cerraran las enormes capas de hielo”.

“Nuestros hallazgos amplían en miles de años el rango conocido de ocupación humana en la zona, lo que tiene implicaciones para las rutas migratorias, los estudios de ADN antiguo y la lingüística”, concluye.

Fuentes: ny1.com | agenciasinc.es | theobjetive.com | 5 de octubre de 2023

Hallan en Turquía, en Göbekli Tepe, la escultura de un jabalí con restos de pintura, y en Karahan Tepe otra de un enigmático personaje

Foto: La nueva estatua hallada en Göbeli Tepe y que ostenta restos de pintura en rojo, negro y blanco.

Nuevos hallazgos han salido a la luz en Göbekli Tepe y Karahan Tepe (Turquía), considerados dos de los santuarios más antiguos de la prehistoria (ambos del X milenio a.C.).

En el marco del proyecto Stone Hills, con el cual se han realizado descubrimientos muy importantes a escala mundial que arrojan luz sobre la prehistoria, finalmente se han encontrado estatuas humanas y animales en los trabajos realizados en 9 zonas arqueológicas en 2023.

Durante las excavaciones realizadas por el Ministerio de Cultura y Turismo, se encontró la estatua de un jabalí de tamaño natural hecha de piedra caliza en la estructura 'D' de Göbekli Tepe.

En su superficie se pueden observar restos de pigmentos rojos, blancos y negros, lo que la convierte en la primera escultura pintada hallada desde su época hasta nuestros días.

Foto: Detalle de la cabeza del jabalí hallado.

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La estatua del jabalí descubierta en Göbekli Tepe se encontró en medio de un banco con decoraciones que se cree que son un símbolo en forma de H, de una media luna, dos serpientes y tres rostros o máscaras humanas

El director jefe de las excavaciones, el arqueólogo y profesor, Dr. Necmi Karul le dijo a los medios informativos que estaban muy entusiasmados y felices con el nuevo descubrimiento. Karul destacó que la estatua del jabalí es extremadamente importante por su particular significación en la interpretación histórica de Göbekli Tepe.

"Este año hemos encontrado hallazgos que nos interesan y entusiasman a todos. Por supuesto, podremos comprender y compartir más claramente los resultados de las excavaciones y el trabajo realizado después de la temporada, es decir, durante los siguientes meses de invierno. La estatua del jabalí fue hallada en un punto muy definido de la estructura edificada, es decir, en un lado del eje entre los dos obeliscos centrales. Además, la lengua y la capa de pelo que la cubre están pintadas en sus colores originales. Esto supone que el trabajo de análisis sobre dicha estatua vaya a ser diferente".

Representación escultórica de un individuo sentado, con las costillas remarcadas, que coge su pene entre las manos.

La escultura humana, hallada en Karahan Tepe, es uno de los ejemplos más impresionantes del arte prehistórico

Por otra parte, durante las excavaciones realizadas en el enclave de Karahan Tepe, salió a la luz una de las esculturas más realistas de la época. Con 2,3 metros de altura, representa a un ser humano que coge su pene con sus manos (un ejemplo parecido que ya se constató igualmente en el poblado de Sayburc, en la provincia de Sanliurfa, y próximo a los dos santuarios mencionados).

La escultura es candidata a ser uno de los ejemplos más impresionantes y curiosos del arte prehistórico, con una expresión facial y corporal realista, si bien algunas partes fueron deliberadamente rotas. Fue encontrada fijada en el suelo dentro de un banco en posición sedente.

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Foto: Panorámica del área donde fue hallada la representación escultórica de un individuo (a la derecha).

El jefe de excavación en Karahan Tepe, que es también el arqueólogo y profesor Necmi Karul, dijo que la estatua de forma humana encontrada llama la atención por sus detalles: "Las costillas son claramente visibles, y vemos que algunas partes de su nariz, barbilla y otras zonas fueron rotas intencionadamente antes de que el edificio fuera abandonado. Esta misma práctica de destrucción también se aplicó a los obeliscos existentes. No obstante, hemos podido completar grandes partes de la estatua, y estamos encontrando las que faltan. Esta integración continuará mientras las hallemos. En cuanto a su interpretación, está el hecho de que sus costillas están puestas al desnudo, mientras que otras partes del cuerpo no lo están, y además está el hecho de que la estatua se halla sentada, lo que nos hace pensar que también alude a un ser vivo. Es decir, por un lado aparece en parte como un esqueleto, y por otro como como un individuo vivo. Se diría que hay en ello un simbolismo que une la muerte y la vida en un mismo cuerpo. En cualquier caso, necesitamos centrarnos en ello y analizarlo más a fondo. Por el momento, sólo se ha excavado una cuarta parte del edificio".

Durante las excavaciones también salió a la luz la estatua de un buitre colocada en una pared, así como placas de piedra dejadas en el piso que recuerdan a un muerto.

Foto: Representación escultórica de un buitre en Göbleki Tepe.

Göbekli Tepe y los 11 sitios arqueológicos circundantes albergan las comunidades asentadas más antiguas de Anatolia y la Alta Mesopotamia. Se espera que estos asentamientos denominados 'Colinas de Piedra' (Stone Hills), y que se hallan repartidos en una superficie de unos 200 kilómetros cuadrados, arrojen mucha información sobre un período poco conocido de la historia de la humanidad. Se cree que estas estructuras monumentales que surgieron como espacios comunitarios donde la gente se reunía para celebrar fiestas sociales y rituales.

Las 'Colinas de Piedra' muestran que hay otros lugares contemporáneos de Göbekli Tepe y con características similares. Parece que todos estos asentamientos o santuarios se edificaron en altas colinas, esto es, en zonas ideales para la caza, pues sus inmediaciones son propicios para ello.

La historia de Göbekli Tepe se remonta al año 9.600 a.C. y refleja un período ininterrumpido de actividad humana de 1.500 años que cubre una amplia geografía y un gran dinamismo social.

Fuentes: Ministerio de Cultura y Turismo de Turquía | arkeofili.comrudawt.net | 30 de septiembre de 2023

La evidencia más antigua del canibalismo humano como práctica funeraria

Restos humanos de todo el noroeste de Europa indican que el canibalismo era una práctica funeraria. © Fideicomisarios del Museo de Historia Natural de Londres.

Los restos de huesos humanos con cortes, roturas y marcas de masticación humana encontrados en el norte de Europa muestran que algunos grupos humanos que vivieron hace unos 15.000 años se comían a sus muertos no por necesidad, sino como parte de su cultura.

Si bien en la actualidad la mayoría de las personas entierran o incineran a sus muertos, algunos de nuestros antepasados ​​hacían las cosas de manera un poco diferente.

La cueva de Gough es un sitio paleolítico muy conocido en el sureste de Inglaterra. Ubicada en Cheddar Gorge, dicha cueva es quizás mejor conocida por el descubrimiento de cráneos humanos de 15.000 años de antigüedad de los que se cree fueron utilizados como cuencos o recipientes, así como huesos que habían sido roídos por otros humanos.

Pero, ¿las personas que vivían en la cueva de Gough eran un caso atípico espantoso, o en realidad formaban parte de una cultura caníbal más amplia del norte de Europa? Un nuevo artículo sugiere ahora que no estaban solos. Los restos humanos que datan del mismo período en todo el norte y oeste de Europa y que se atribuyen a la misma cultura, conocida como Magdaleniense, también muestran evidencias de que fueron canibalizados. Esto sugiere que comer a los muertos era un comportamiento compartido durante el Paleolítico superior tardío.

La Dra. Silvia Bello (izquierda) es una experta en la evolución del comportamiento humano que trabaja en el Museo de Historia Natural de Londres y ha formado parte de este último estudio publicado en Quaternary Science Reviews.

"En lugar de enterrar a sus muertos, la gente se los comía", explica Silvia. "Interpretamos la evidencia de que el canibalismo se practicó en múltiples ocasiones en el noroeste de Europa durante un corto período de tiempo, ya que esta práctica era parte de un comportamiento funerario difuso entre los grupos magdalenienses. Eso, en sí mismo, es interesante, porque es la evidencia más antigua de canibalismo como práctica funeraria".

"Este comportamiento caníbal era aparentemente bastante común entre los individuos que magdalenienses del noroeste de Europa, pero no duró mucho. Hubo un cambio que supuso enterrar a los muertos, un comportamiento que se observa ampliamente en todo el sur de Europa central y se atribuye a una segunda cultura distinta, conocida como Epigravetiense".

Esto plantea entonces la cuestión de si la eventual y relativa ubicuidad de la cultura funeraria hacia el final del Paleolítico fue el resultado de que el pueblo magdaleniense adoptara el entierro primario como comportamiento funerario, o si su población fue reemplazada.

A un cráneo humano de la cueva de Gough se le dio deliberadamente forma de cuenco después de quitar todo se interior. © Fideicomisarios del Museo de Historia Natural de Londres

El canibalismo como comportamiento funerario

Durante el Paleolítico superior tardío, hace entre 23.000 y 14.000 años, hubo dos culturas dominantes en Europa occidental, que se distinguían en gran medida por las herramientas de piedra y hueso que elaboraban.

La cultura epigravetiense se encontraba principalmente en el sur y el este de Europa, y enterraba a sus muertos con ajuar funerario de una manera que quizás consideraríamos más habitual según los estándares modernos. La cultura magdaleniense del noroeste de Europa, sin embargo, hacía las cosas de manera diferente. Procesaban los cuerpos de sus muertos, quitaban la carne del cadáver, la comían y, en algunos casos, modificaban los huesos restantes para crear nuevos objetos.

Una de las preguntas principales fue si este canibalismo fue impulsado por la necesidad, cuando tal vez la comida escaseaba o el invierno era largo y, por lo tanto, las personas responsables estaban en modo de supervivencia, o si se trataba de un comportamiento cultural.

Las evidencias de la cueva de Gough sugieren que comer los cuerpos allí tenía una forma más ritual. Esto se debe a que existen amplias evidencias de que los responsables cazaban y comían muchos otros animales, como ciervos y caballos, mientras que la cuidadosa preparación de algunos de los restos humanos, como elaborar un cráneo como un cuenco o recipiente, así como un hueso grabado, muestran que algunos de ellos estaban practicando el canibalismo.

Algunos de los huesos humanos encontrados en la cueva de Gough muestran evidencias de haber sido trabajados, lo que implica que el canibalismo tenía una función ritual. © Fideicomisarios del Museo de Historia Natural de Londres.

El Dr. William Marsh es un investigador del Museo de Historia Natural que ha estado estudiando los restos humanos encontrados en la cueva de Gough para su doctorado.

«Para contextualizar mejor la cueva de Gough, revisé todos los yacimientos arqueológicos atribuidos a las cultura del Paleolítico superior, esto es, la Magdaleniense y la Epigravetiense», explica William. Él pudo encontrar 59 yacimientos en toda Europa de esta época que tenían restos humanos, de los cuales 13 mostraban evidencia de canibalismo, 10 de práctica de enterramientos, y dos que mostraban evidencia combinada de entierro y canibalismo. De lo que se dio cuenta fue que la práctica de comerse a los muertos estaba bastante localizada y se encontraba en sitios de Europa occidental y central y hasta en el Reino Unido.

"El hecho de que encontremos que el canibalismo se practicaba en múltiples ocasiones durante un corto período de tiempo, en un área bastante localizada y únicamente por individuos atribuidos a la cultura magdaleniense, significa que creemos que este comportamiento fue realizado ampliamente por los magdalenienses, y, por lo tanto, era un comportamiento funerario en sí mismo", dice William.

En este contexto, comer a los muertos puede verse como algo diferente en la práctica, quizás sin significado, de las cremaciones, los entierros o la momificación.

La investigación encontró que la evidencia de canibalismo humano estaba bastante localizada en todo el noroeste de Europa durante el Paleolítico superior. ©William Marsh.

Cambiando las prácticas funerarias

A partir de esto, William y Silvia pudieron comprobar si se había realizado algún análisis genético en los restos humanos hallado en estos yacimientos. Esto permitiría a los investigadores ver si existía algún vínculo entre quienes practicaban, según qué comportamientos funerarios.

Sorprendentemente, las evidencias genética parecen sugerir que los dos grupos que practicaban comportamientos funerarios diferentes eran poblaciones genéticamente distintas. Todos los yacimientos en los que se han encontrado evidencias de canibalismo muestran que las personas formaban parte de un grupo genético conocido como 'GoyetQ2', que habitó en lo que hoy es Bélgica, mientras que todos los entierros más comunes eran de personas que pertenecían al grupo genético 'Villabruna' que vivió en la actual Italia.

Si bien ambos grupos vivían en Europa al mismo tiempo, los individuos que mostraban ascendencia GoyetQ2 están asociados con la región que abarca la frontera franco-española, mientras que la ascendencia Villabruna la portaban individuos que habitaban la región italo-balcánica. Esto implica que cuando la práctica de comerse a los muertos terminó y los entierros más convencionales se convirtieron en algo común en el noroeste de Europa, no fue debido a la difusión de ideas, sino más bien por el pueblo epigravetiense que reemplazó al magdaleniense.

"En esta época, durante el período terminal del Paleolítico, se observa un cambio tanto en la ascendencia genética como en el comportamiento funerario", explica William. "La ascendencia y el comportamiento funerario asociados al Magdaleniense son reemplazados por la ascendencia y el comportamiento funerario asociados al Epigravetiense, lo que indica un reemplazo de la población a medida que los grupos epigravetianos migraron al noroeste de Europa".

"Creemos que, en lugar de ser un ejemplo de difusión transcultural, el cambio en el comportamiento funerario identificado es un ejemplo de difusión démica en el que esencialmente una población entra y reemplaza a otra población distinta".

Curiosamente, esto refleja cómo los investigadores creen que la agricultura llegó al Reino Unido unos 6.000 años después.

Aún quedan dudas sobre las prácticas funerarias de estos antiguos humanos. Por ejemplo, William y sus colegas ahora están tratando de descubrir si estos humanos canibalizados estaban relacionados entre sí o si estaban comiendo a personas ajenas a sus grupos inmediatos.

Los primeros europeos lucharon contra las hienas prehistóricas por la carroña

Homínidos enfrentándose a una hiena en competencia directa por una carroña. /Jesús Rodríguez.

Ana Mateos Cachorro y Jesús Rodríguez Méndez, científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), han publicado en la revista Scientific Reports un artículo en el que demuestran que la carroña de grandes herbívoros era un recurso abundante en la península ibérica hace 1,2 millones de años, y que los homínidos podían competir ventajosamente con las hienas.

Los homínidos llegaron a la península ibérica hace 1,4 millones de años, pero no hay muchas evidencias sobre cómo se adaptaron a los ecosistemas europeos y cuál era su forma de vida. Una de las cuestiones más debatidas se refiere a la forma en que obtenían su alimento. Se acepta ampliamente que esos primeros homínidos consumían carne de grandes mamíferos, pero no existe consenso sobre si la obtenían a través de la caza o del carroñeo de los cadáveres abandonados por los grandes predadores.

Algunos autores han propuesto que los tigres de dientes de sable que habitaban entonces Europa dejaban los cadáveres de sus presas a medio consumir, con abundantes porciones de carne y grasa que podían ser aprovechadas por los homínidos. Sin embargo, hasta ahora nadie había cuantificado ese contenido. Otros científicos alegan que la presencia en esos mismos ecosistemas de un formidable competidor por la carroña, como la hiena gigante, impediría a los homínidos aprovechar este abundante recurso.

Modelo computacional

En el artículo publicado se hace una estimación cuantitativa de la frecuencia con la que los grandes carnívoros abandonaban carcasas de animales a medio consumir y de la cantidad de nutrientes que aún contenían. Esos datos se han incorporado a un modelo computacional que permite realizar distintos experimentos que simulan el comportamiento de hienas y homínidos compitiendo por la carroña en un entorno virtual.

“Podemos simular la competencia entre hienas gigantes y homínidos en diferentes escenarios ecológicos variando algunos parámetros del comportamiento para ver qué efecto tienen sobre la viabilidad de la estrategia de obtención de alimento”, explica Jesús Rodríguez (izquierda).

Los resultados de los experimentos apoyan la idea de que los tigres de dientes de sable generaban abundantes recursos para los carroñeros y que los homínidos podían sacar provecho de esos recursos bajo diferentes condiciones ecológicas.

El tamaño del grupo es un factor fundamental para que los homínidos tengan éxito en la competencia con las hienas, pero su influencia es más compleja de lo que cabía esperar. “Las simulaciones demuestran que los homínidos deben actuar en grupo, pero además evidencian que debe existir un tamaño de grupo óptimo, aunque no podemos conocerlo con precisión. Cuando se excede ese tamaño de grupo, el carroñeo se vuelve una estrategia menos eficaz”, destaca Ana Mateos.

En este artículo han participado además del CENIEH, científicos del German Research Center for Artificial Intelligence (DFKI), de la Universidad de Trier (Cognitive Social Simulation Lab) (y del Senckenberg Research Institute de Frankfurt, en Alemanía, así como de la Universidad Autónoma de Madrid, en el marco del Proyecto TROPHIc (PID2019-105101GB-I00, MCIN/AEI/ 10.13039/501100011033).

Fuente: cenieh.es | 28 de septiembre de 2023