Un nuevo estudio apunta a que los neandertales eran grandes carnívoros

Representación artística de un neandertal en labores de caza.

¿Qué comían los neandertales? De manera tradicional se ha considerado a estos europeos extintos como carnívoros pertinaces. En las regiones más frías eran devoradores de mamuts, rinocerontes, búfalos y renos, lo que ha contribuido a su fama, del todo inmerecida, de toscos y brutos. Sin embargo, otros estudios atribuyen a estos homínidos instalados en la Península una dieta más variada, con una gran cantidad de vegetales e incluso peces, mejillones, crustáceos y otras especies marinas.

Una nueva investigación publicada este lunes en la revista científica PNAS añade un nuevo capítulo al debate sobre las aficiones culinarias de los neandertales. A partir del análisis con un nuevo método del molar de un individuo hallado en el yacimiento de Gabasa (Huesca), el equipo, en el que participan investigadores españoles, ha determinado que los neandertales de Huesca «eran de modo predominante carnívoros, incluso más que los lobos, los linces y los zorros», afirma a este periódico Klervia Jaouen (izquierda), del Laboratorio de Geociencias y Medio Ambiente de Toulouse (GET-CNRS) y autora principal del estudio.

Para determinar la posición de un individuo en la cadena alimentaria, hasta ahora los científicos tenían que extraer proteínas y analizar los isótopos de nitrógeno presentes en el colágeno óseo. Sin embargo, este método solo se puede usar en ambientes templados y en muestras de más de 50.000 años. Cuando no se cumplen estas condiciones, el análisis de isótopos de nitrógeno es muy complejo, o incluso imposible. Este fue el caso del molar del yacimiento oscense de Gabasa.

Molar hallado en el yacimiento de Gabasa y analizado en el estudio de investigación.

Dadas estas limitaciones, Jaouen y sus colegas decidieron analizar las proporciones de isótopos de zinc presentes en el esmalte dental, un mineral resistente a todas las formas de degradación. Cuanto más bajas son las proporciones de isótopos de zinc en los huesos, más probable es que pertenezcan a un carnívoro. El análisis también se llevó a cabo en huesos de animales de la misma época y zona geográfica, incluidos carnívoros como linces y lobos, y herbívoros como conejos y rebecos. Los resultados mostraron que el neandertal al que pertenecía este diente, un individuo ya mayor cuyo sexo se desconoce, probablemente era un carnívoro extremo.

Comía médula ósea

Los huesos rotos encontrados en el sitio, junto con los datos isotópicos, indican que este individuo también comía la médula ósea de sus presas, sin consumir los huesos, mientras que otros trazadores químicos muestran que fue destetado antes de los dos años. Los análisis también muestran que el neandertal probablemente murió, por causas también desconocidas, en el mismo lugar en el que había vivido cuando era niño.

Valores de δ66 Zn de esmalte por taxón de mamíferos para diferentes grupos dietéticos de Gabasa, España Tenga en cuenta que las submuestras tomadas de un solo diente reflejan diferencias en los valores dietéticos de 66 Zn. Véase el texto para una discusión detallada sobre el bajo valor de δ 66 Zn neandertal.

El neandertal de Gabasa comía ciervos, caballos y conejos. «Nuestra investigación sugiere que los neandertales eran principalmente carnívoros. Las proporciones de isótopos de zinc registran el consumo de alimentos consumidos con frecuencia. Si los neandertales comían algunas plantas de vez en cuando, no podemos detectarlo», señala la investigadora.

«Descartar por completo que este ejemplar fuera omnívoro, es difícil porque nuestro rastreador es nuevo. Actualmente estoy trabajando en un gran proyecto que ayudará a detectar si el consumo de algunos productos vegetales también podría explicar nuestra observación en Gabasa», explica la autora. Por lo que saben hasta ahora, era un carnívoro extremo. Sin embargo, «podría matizarlo: las frutas tienen un contenido muy bajo en zinc, por lo que si los neandertales las hubieran comido a diario, no estoy segura de que pudiéramos detectarlo».

Para confirmar sus conclusiones, los científicos esperan repetir el experimento con individuos de otros sitios, especialmente de Payre, en el sureste de Francia, donde se están realizando nuevas investigaciones.

Trabajos de excavación en el yacimiento de Gabasa, España. Crédito: Lourdes Montes.

Un cazadero

Para Marina Lozano Ruiz (izquierda), investigadora del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) y profesora asociada en la Universidad Rovira i Virgili, «lo más destacable de este artículo es la nueva metodología que presenta. Tal y como dicen los autores, los análisis de isótopos estables en el colágeno de los huesos tienen ciertas limitaciones (relacionadas con la conservación de los restos, posible contaminación...). Por tanto, poder obtener información del esmalte dental, que se conserva mucho mejor, es muy positivo».

Lozano, que no ha participado en este estudio, tiene una amplia experiencia en el análisis de dientes neandertales. «Los resultados obtenidos son interesantes porque van en la línea de otros estudios isotópicos que identifican algunas poblaciones neandertales con una dieta carnívora. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se ha analizado un individuo y no se pueden extrapolar los resultados a todos los neandertales». Como indica, hay que tener en cuenta que «estos homínidos vivieron durante un lapso temporal de más de 200.000 años, en el que se produjeron diferentes cambios climáticos, con los cambios en el entorno, la vegetación y la fauna que implican. Sabemos que adaptaron su alimentación a períodos más fríos y a otros más templados. Por tanto, no es sorprendente que un individuo en un hábitat de montaña tuviera una dieta carnívora».

En Gabasa se han encontrado restos de cinco neandertales. «Era un lugar de caza, no vivían allí», explica Pilar Utrilla (derecha), codirectora del yacimiento y catedrática emérita de la Universidad de Zaragoza. «Los humanos cazaban ciervos y caballos en verano. Se sabe, porque los huesos con huellas de sílex eran de ejemplares infantiles, nacidos en primavera. Después, sus presas, o las que habían cazado otros carnívoros, se las llevaban a otro lugar donde vivían sus familias», dice la investigadora, también coautora del estudio. En la cueva se ha registrado la presencia de 80 ejemplares de carnívoros entre osos, hienas, felinos y lobos, y un número mínimo de 475 herbívoros. Una auténtica sala de despiece para humanos y animales.

Fuentes: abc.es | yahoo.com | phys.org| 17 de octubre de 2022

Una investigación pionera logra datar el primer consumo de leche en la Europa prehistórica

Un nuevo estudio ha demostrado que la leche fue utilizada por los primeros granjeros de Europa Central a principios del Neolítico hace unos 7.400 años, mejorando la capacidad de los humanos para obtener sustento de la leche y estableciendo los primeros cimientos de la industria láctea.

La investigación internacional, dirigida por la Universidad de Bristol y publicada hoy en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), desplegó una técnica pionera para datar restos de grasa láctea conservados en las paredes de vasijas de cerámica del siglo LIV a.C. Este método apunta a los ácidos grasos de los residuos de grasa animal, lo que lo hace especialmente adecuado para identificar la introducción de nuevos alimentos en tiempos prehistóricos.

La autora principal, la Dra. Emmanuelle Casanova (izquierda), quien realizó la investigación mientras completaba su doctorado en química arqueológica en la Universidad de Bristol, dijo: “Es sorprendente poder datar con precisión el comienzo de la explotación de la leche por parte de los humanos en tiempos prehistóricos. El desarrollo del agro-pastoralismo transformó la dieta humana prehistórica al introducir nuevos productos alimenticios, como la leche y los productos lácteos, que continúa hasta el día de hoy”.

Estos colonos del sureste, este y oeste de Europa fueron los primeros grupos agrícolas neolíticos en Europa central, conocidos como la Cultura de Cerámica de Bandas. Los hallazgos de esta investigación mostraron que algunos de los primeros pobladores de la región estaban usando leche a gran escala.

Cerámica de Bandas de la región de Alsacia en exhibición en el Museo Histórico de Mulhouse, Francia.
Emmanuelle Casanova.

Este trabajo forma parte del proyecto Neomilk del Consejo Europeo de Investigación (ERC) dirigido por el profesor Richard Evershed (derecha), de la Facultad de Química de la Universidad de Bristol. Su equipo analizó más de 4.300 vasijas de 70 asentamientos de la Cultura de Cerámica de Bandas en busca de residuos de alimentos. Los resultados revelaron una variación considerable en el uso de la leche en toda la región, con solo el 65 por ciento de los sitios que presentaban evidencia de grasas lácteas en recipientes de cerámica, lo que sugiere que el uso de la leche, aunque común, no fue adoptado universalmente por estos primeros agricultores.

Centrándose en los sitios y cerámicas con residuos lácteos, los investigadores produjeron alrededor de 30 nuevas fechas de radiocarbono para trazar el advenimiento de la explotación lechera por parte de los agricultores de la Cerámica de Bandas. Estas nuevas fechas corresponden a los primeros asentamientos de esta cultura a mediados del VI milenio a.C.

Parte de una vasija de la cultura de Cerámica de Bandas utilizada para el almacenamiento de alimentos. Hallada en Colmar, Alsacia, Francia. Emmanuelle Casanova.

El coautor principal, el profesor Evershed, afirma: “Esta investigación es muy importante, ya que proporciona nuevos conocimientos sobre el momento de los principales cambios en las prácticas de adquisición de alimentos por los humanos, a medida que evolucionaron en toda Europa. Proporciona evidencia clara de que los productos lácteos estaban en circulación generalizada en el Neolítico Temprano, a pesar de las variaciones en su escala de actividad”.

El estudio se realizó en colaboración con especialistas en química de la Universidad de Bristol y arqueólogos de las Universidades de Gdańsk, París 1, Estrasburgo, Leiden y Adam Mickiewicz, el Museo del Castillo de Dobó István, Inglaterra Histórica y el Servicio Estatal de Patrimonio Arqueológico LVR. , que dirigió las excavaciones de los sitios estudiados.

Fuente: Universidad de Bristol | 17 de octubre de 2022

La importancia del primer vaso de leche

Cerámica procedente del yacimiento arqueológico de Verson (Francia) analizada para la identificación de restos de leche en el Neolítico. Annabelle Cocollos, Conseil départemental du Calvados ou CD14 publi..., CC BY-SA.

Un gesto tan cotidiano como beber un vaso de leche resulta un tema de investigación de primer orden. Al hacer la compra nos cuesta pensar en un supermercado sin leche, mantequilla, yogures, queso o cualquier otro producto lácteo. En Europa y en otras partes del mundo, la leche es un alimento básico, lo consumimos diariamente y tiene un indudable valor económico para la industria alimenticia. Pero no siempre fue así.

El consumo de leche y otros productos lácteos fue un cambio radical para el Homo sapiens que tiene consecuencias hasta nuestros días. Conocer cuándo se inició su consumo, qué grupos humanos fueron los primeros y qué ventajas supuso es crucial para entender nuestros hábitos y descifrar los problemas de intolerancia a la lactosa que persisten en tiempos modernos.

La leche y la miel no dejan huella

Los restos de estructuras, la cerámica y las herramientas en piedra, hueso o metal son los principales aliados del arqueólogo para conocer usos y costumbres de nuestros antepasados. A menudo, en los yacimientos arqueológicos aparecen huesos de animales y restos de plantas que permiten identificar qué se comía y cómo se cocinaba. De esta manera sabemos de qué se alimentaban en distintos momentos de la Historia y cuándo se introdujeron algunos de los alimentos más relevantes de nuestra dieta actual.

Sin embargo, en algunos casos, no es fácil encontrar restos de estos alimentos. La leche o la miel, por ejemplo, no dejan “huellas visibles”. Pero hay otra manera de identificarlos.

Los arqueólogos podemos dar respuesta a estas preguntas a través del análisis de los primeros recipientes que se utilizaron para beber o cocinar con leche durante la Prehistoria.

Cerámica cardial de Cova Eirós (Galicia, España) con restos de grasas de haber. cocinado carne durante el Neolítico GEPN-AAT/IPHES, CC BY.

Los primeros vasos de cerámica

El cultivo de cereales y la cría de animales domésticos comenzó hace unos 10.000 años. En este momento, los grupos humanos dejamos de ser exclusivamente cazadores, recolectores y pescadores. Este cambio tuvo lugar en Próximo Oriente extendiéndose más tarde por toda Europa. Podría parecer poco relevante, pero supuso un cambio transcendental para la humanidad.

En aquel momento empezamos a comer nuevos alimentos, cambiamos la forma de vivir, de relacionarnos y de modificar el medio ambiente. Todos estos cambios no se produjeron de forma simultánea, sino que llevaron distintas dinámicas según los territorios geográficos.

Fue también a partir de entonces cuando se generalizaron los vasos de cerámica, que comienzan a aparecer en grandes cantidades en los yacimientos arqueológicos excavados de esas épocas. Estos recipientes son los que han permitido estudiar los primeros restos del consumo de lácteos.

La cerámica es una tecnología que permite hacer recipientes de distintas formas que se usan, sobre todo, para cocinar y almacenar alimentos y bebidas. Estas vasijas permiten calentar y cocinar los alimentos directamente sobre el fuego, produciendo residuos que, generalmente, no son visibles para los arqueólogos.

En ocasiones excepcionales, podemos ver directamente los restos de los alimentos aunque, en la mayor parte de los casos, ¡no se puede! Sin embargo, hemos encontrado un modo de extraer la información que buscamos.

Vaso cerámico del yacimiento de Must Farm (Cambridgeshire, Reino Unido) con restos de comida en su interior. Es uno de los raros casos en los que este tipo de residuo se conserva en el interior. Matthew von Tersch, @Cambridge Archaeological Unit). Incluido en Cubas et al. CC BY.

Restos de leche en microporos

Cuando se elabora un recipiente cerámico a mano, se mezcla arcilla con fragmentos de piedra u otros materiales -desgrasantes- y agua, así es posible darle la forma que queremos. Una vez hecho el recipiente, es necesario cocerlo en el fuego para que la arcilla se endurezca y conserve su forma. Este proceso es fundamental para la conservación de los “restos” de comida en su interior.

Al moldear la arcilla, se forma una serie de poros que son espacios “vacíos” que entran en contacto con la comida y “encapsulan” biomoléculas, los lípidos, que son característicos de los distintos tipos de comida. Estos lípidos son fundamentalmente las “grasas”, los aceites o los triglicéridos que tienen los alimentos.

En el laboratorio, a partir de los fragmentos y vasijas cerámicas que aparecen en los yacimientos arqueológicos, somos capaces de recuperar estas grasas. Para ello se unen la arqueología y la química orgánica. A partir de las propiedades químicas de los lípidos, se han desarrollado técnicas de extracción que permiten su recuperación y el análisis de su composición molecular e isotópica para saber qué alimento se cocinó en el recipiente.

Los primeros vasos de leche

La introducción y aplicación de estas técnicas de análisis biomolecular al estudio de la cerámica arqueológica permite responder algunas de las preguntas sobre el origen de los alimentos, entre ellos, la leche.

En la actualidad sabemos que la leche se empezó a consumir hace 7 000 años en Próximo Oriente y posteriormente en el resto de Europa. Pero lo más interesante es que cuando empezaron a beber y cocinar con leche, las poblaciones prehistóricas eran intolerantes al ingrediente de la lactosa.

Entonces, ¿por qué consumían un alimento que les producía malestar? Las diferencias en el consumo de leche durante la Prehistoria en distintas partes del continente han llevado a los investigadores a proponer hipótesis relacionadas con la salud de las poblaciones y otros factores como la hambruna o los períodos de escasez de alimentos.

La combinación de estos análisis con otras líneas de investigación, como el ADN, para identificar exactamente cuándo se produce la mutación genética que permite la tolerancia a la lactosa, son prometedoras y, sin ninguna duda, contribuirán a comprender cuándo, cómo y por qué la leche cambió nuestras vidas.

Fuente: theconversation.com | 18 de octubre de 2022

  1. Investigadora Ramón y Cajal, Universidad de Alcalá

  1. Investigadora postdoctoral, Universidad de Burgos

Hallan en Grecia restos de un templo dedicado a Poseidón y descrito por Estrabón

Templo perdido de Poseidón descubierto en el sur de Grecia (Ministerio de Cultura y Deportes de Grecia).

Un equipo de arqueólogos ha identificado antiguas ruinas desenterradas en Ilia, una localidad de Grecia, como el templo de Poseidón de la ciudad perdida de Samikón, descrito en las obras del geógrafo griego antiguo Estrabón, informa Greek Reporter.

El Eforato de Antigüedades de Ilia, que pertenece al Ministerio de Cultura y Deportes de Grecia y es el responsable de la investigación, protección del patrimonio y realización de trabajos arqueológicos en la zona, efectuó excavaciones en Kleidi, al oeste de la península del Peloponeso.

En las exploraciones que se llevaron a cabo en 2017, 2018 y 2021, también participaron el Instituto Arqueológico Austríaco y la Fundación Gerda Henkel de Alemania.

Durante las últimas indagaciones se desenterraron partes de los cimientos de un edificio de 9,40 metros de ancho con muros de 0,80 metros de grosor.

El templo perdido de Poseidón (Ministerio de Cultura y Deportes de Grecia).

Un edificio de hace 2700 años

Las ruinas datan del período arcaico, que corresponde con las descripciones realizadas en el octavo libro de Geografía del escritor antiguo Estrabón sobre la liga anfictiónica centrada en el santuario de Poseidón en esta región. La anfictionía o liga anfictiónica era una organización originalmente religiosa de las tribus griegas, ubicadas en las cercanías.

De acuerdo con el Instituto Arqueológico Austríaco, la edificación tenía al menos 28 metros de longitud y dos salas interiores. "El gran edificio alargado no puede ser otra cosa que un templo arcaico ubicado en el sitio del santuario de Poseidón, quizás incluso dedicado al propio dios", sostiene el medio local.

Resto de un perirranterio de mármol encontrado en el santuario de Poseidón en Samikon, Elis, Grecia (Ministerio de Cultura y Deportes de Grecia).

Durante el examen de las ruinas fue descubierta una gran vasija de mármol que imita un cuenco de bronce y aporta pruebas para ubicar la construcción en el período arcaico, dado que contiene rasgos característicos del inventario de un santuario de aquellos tiempos,

Los arqueólogos creen que el descubrimiento arrojará luz sobre la importancia política y económica de la anfictionía del siglo VI a. C., considerando que el santuario de Poseidón en Samikón era un centro religioso de importancia regional para las ciudades locales de la liga anfictiónica de Trifylia.

Fuente: clarin.com | 12 de octubre de 2022

Descubren un impresionante mosaico romano del siglo IV en Siria

Siria descubrió un enorme mosaico intacto que data de la era romana, y dijo que es el hallazgo arqueológico más importante desde que comenzó el conflicto en el país hace 11 años. Los periodistas pudieron contemplar el mosaico en la población de Rastan, cerca de Homs, la tercera ciudad del país.

El mosaico, de 120 metros cuadrados, se encuentra en un viejo edificio donde se realizaban excavaciones a cargo del Directorio General de Antigüedades.

Empresarios libaneses y sirios, así como representantes del Museo Nabu de Líbano, compraron la propiedad, que data del siglo IV, y la donaron al Estado sirio. Cada panel está formado por coloridas teselas de aproximadamente 1,25 centímetros de lado.

Las guerreras amazonas, Hércules y Neptuno

El director adjunto de excavación y arqueología del directorio, doctor Humam Saad, dijo que las escenas en el mosaico muestran amazonas, guerreras de la mitología romana.

"Lo que vemos frente a nosotros es un descubrimiento que es raro en la escala global'', dijo Saad. Añadió que las imágenes, "ricas en detalles'', incluyen escenas de la Guerra de Troya entre griegos y troyanos.

En la mitología grecorromana, el semidiós Hércules mató a Hipólita, reina de las amazonas, en uno de sus 12 trabajos. El mosaico también muestra a Neptuno, dios del mar, y 40 de sus amantes.

"No hemos podido identificar el tipo de edificio, si era un baño público u otra cosa, dado que todavía no hemos terminado de excavarlo'', dijo Saad.

Hay más sitios ocultos

Sulaf Fawakherji, actriz y miembro de la junta directiva del Museo Nabu, expresó la esperanza de poder comprar otros edificios en Rastan, los cuales, según ella, están lleno de artefactos y restos arqueológicos por descubrir.

"Hay otros edificios, y, lo que está claro, es que el mosaico es mucho más ancho'', dijo Fawkherj. "Rastan es una ciudad históricamente importante y podría ser muy importante para el turismo debido a su rico patrimonio".

A pesar de la importancia histórica de Rastan, Saad dijo que no se han realizado excavaciones significativas antes del conflicto armado. "Desgraciadamente, grupos armados trataron de vender el mosaico en 2017 y lo presentaron en las redes sociales'', apuntó.

Hay que tener en cuenta que los enclaves arqueológicos sirios han venido sufriendo saqueos y destrucción a lo largo del conflicto.

Uno de los incidentes más notables fue la toma, por el 'Estado Islámico', de Palmira, un lugar designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en el que permanecen enormes columnatas romanas de hace 2.000 años, así como otros restos arqueológicos de valor incalculable.

Dicho 'Estado Islámico' ha destruido parcialmente un teatro romano, así como otras estructuras arquitectónicas. No obstante, el gobierno sirio, aunque escaso de fondos, ha tratado de reconstruir el antiguo bazar de Alepo al recuperar la ciudad en 2016.

Rastan fue una vez un importante bastión de la oposición y ha sido un punto de intensos enfrentamientos, antes de que el gobierno sirio recuperara la ciudad en 2018.

Fuentes: clarin.com |independentespanol.com | rpp.pe| 12 de octubre de 2022

Humanos modernos y neandertales coexistieron en Francia y norte de España entre 1.400 y 2.900 años

Los últimos neandertales produjeron cuchillos de piedra en Francia y el norte de España. Esta tecnología específica y estandarizada es desconocida en el registro neandertal precedente, y puede indicar una difusión de comportamientos tecnológicos entre ‘Homo sapiens’ y neandertales inmediatamente antes de su desaparición de la región. / Igor Djakovic.

Los humanos modernos podrían haber coexistido con los neandertales en Francia y el norte de España entre 1.400 y 2.900 años antes de la desaparición de estos últimos, según un estudio de modelización publicado en Scientific Reports. Estos hallazgos contribuyen a comprender mejor la existencia de las dos especies de humanos en esta región.

Los autores destacan que su trabajo ofrece una visión importante de este fascinante período de la historia evolutiva humana, ya que todavía no está claro dónde y cuándo estas poblaciones pueden haber coexistido en Europa.

Recientes pruebas fósiles indican que los humanos modernos (Homo sapiens) y los neandertales (Homo neanderthalensis) pueden haber coexistido en Europa durante unos 5.000 a 6.000 años antes de que estos últimos se extinguieran. Sin embargo, actualmente hay pocas pruebas de su coexistencia a escala regional y es difícil establecer cuándo las dos especies aparecieron y desaparecieron en estas zonas.

Ahora, investigadores de las universidades de Leiden (Países Bajos) y de Cambridge (Reino Unido) han analizado un conjunto de datos de 56 artefactos neandertales y humanos modernos (28 para cada grupo) procedentes de 17 yacimientos arqueológicos del suroeste, centro y área mediterránea de Francia y del norte de España, así como otros diez especímenes neandertales de la misma zona. Todas las muestras habían sido datadas por radiocarbono con técnicas modernas y robustas desde el año 2000 para lograr una mayor precisión.

Un modelo para afinar las fechas de coexistencia

“Utilizamos modelos bayesianos y modelos de estimación lineal óptima, y demostramos que parece haber un claro solapamiento cronológico entre los conjuntos arqueológicos de humanos modernos y los neandertales fechados directamente en esta zona”, explica a SINC Igor Djakovic (izquierda), líder del estudio e investigador de la Universidad de Leiden.

“Además, y esto es muy importante, este solapamiento parece mostrar una fuerte estructura geográfica: es probable que los primeros humanos modernos comenzaran su ocupación en los límites del sur de la región estudiada, antes de aparecer progresivamente más al norte y ‘sustituir’ a los neandertales. En conjunto, sugerimos que esto indica que probablemente hubo un periodo de coexistencia entre estos grupos en la zona”, agrega Djakovic.

La modelización realizada por el equipo sirvió para rellenar las partes del registro arqueológico que faltan y que dificultan la estimación de fechas.

A partir de este modelo, los investigadores estiman que los artefactos neandertales aparecieron por primera vez hace entre 45.343 y 44.248 años, y desaparecieron entre 39.894 y 39.798 años. La fecha de extinción de los neandertales, basada en los restos neandertales fechados directamente, se sitúa entre 40.870 y 40.457 años. Se calcula que los humanos modernos aparecieron por primera vez hace entre 42.653 y 42.269 años.

Djakovic dijo que la "suposición subyacente" de esta técnica es que es poco probable que alguna vez descubramos el primer o último miembro de una especie extinta. "Por ejemplo, nunca encontraremos al último rinoceronte lanudo", dijo a la AFP, y agregó que "nuestra comprensión siempre se rompe en fragmentos".

Aspecto geográfico de la coincidencia del chatelperroniense (círculos grises), el protoauriñaciense (cuadrados blancos) y los neandertales (cráneos negros) datados directamente en la región de estudio entre 43.400 (a) y 39.400 (f) años cal BP.

Interacciones entre ambas especies, un enigma por descifrar

Los investigadores señalan que esto indica que las dos especies humanas coexistieron en estas zonas entre 1.400 y 2.900 años. Sin embargo, estos resultados no indican cómo fue esa coexistencia o si los humanos modernos y los neandertales interactuaron.

La naturaleza y la frecuencia de las interacciones entre neandertales y Homo sapiens está aún por descifrar. Sin embargo, se pueden encontrar indicios en la cultura material. “Cada vez se encuentran más pruebas de la producción y el uso de tecnologías similares en los conjuntos arqueológicos asociados a ambos grupos en la región, lo que da credibilidad a la idea de que este periodo puede haber implicado una forma de interacción entre estas poblaciones”, subraya Djakovic.

Dados los cambios en la cultura y la evidencia en nuestros propios genes, la nueva línea de tiempo expuesta podría reforzar aún más una teoría líder para el fin de los neandertales: la de aparearse con los humanos modernos. Reproducirse con la población humana más grande podría haber significado que, con el tiempo, "los neandertales fueran tragados efectivamente por nuestro acervo genético", sostiene Djakovic. "Cuando combinas eso con lo que sabemos ahora, que la mayoría de las personas que viven en la Tierra tienen ADN neandertal, podrías argumentar que en realidad nunca se extinguieron, en cierto sentido".

Nuevas excavaciones y análisis, incluyendo el ADN antiguo sedimentario, arrojarán sin duda nueva luz sobre este periodo y sobre las circunstancias que rodearon la desaparición de los neandertales en Europa occidental, dicen los autores.

Yacimientos españoles

Igor Djakovic cuenta a SINC que entre los yacimientos españoles de los que han manejado datos se encuentran el de L'Arbreda (Girona), Labeko Koba (País Vasco), La Güelga (Cangas de Onís, Asturias) y Abric Romani (Capellades, Barcelona).

“Lamentablemente, no hemos trabajado con ningún investigador español, ya que todos los datos que hemos utilizado para este trabajo ya estaban publicados y disponibles en internet. De hecho, fue un proyecto que iniciamos durante los duros momentos del confinamiento por la Covid-19 cuando no podíamos ir a ninguna parte”, señala.

Fuentes: agenciasinc.es | phys.org | 13 de octubre de 2022

El Centro Cultural La Alhóndiga de Zamora amplía el plazo de la exposición 'Del Bifaz a la Palabra. De Atapuerca a Valpuesta. Un viaje a nuestros orígenes'

Debido a la aceptación que ha tenido, la exposición "Del Bifaz a la Palabra. De Atapuerca a Valpuesta. Un viaje a nuestros orígenes", que permanece abierta desde primeros del pasado mes de septiembre en la sala de exposiciones de La Alhóndiga de Zamora, se amplía hasta el 26 de octubre.

Todo con el fin de que las personas interesadas puedan todavía recorrer esta interesante muestra integrada por una selección de maquetas y réplicas a tamaño real de los fósiles más emblemáticos descubiertos en la sierra de Atapuerca, junto a ediciones facsímiles y documentos en torno a la investigación del origen del español.

Todas las reproducciones son de alta calidad y entre ellas destacan la presencia del cráneo nº 5 conocido popularmente como "Miguelón", la cara de la niña de la Gran Dolina de hace 850.000 años o el bifaz "Excalibur", descubierto en el yacimiento de la Sima de los Huesos a finales del siglo XX.

Se trata de la colección de réplicas más importante realizada sobre materiales arqueológicos y paleontológicos de la Sierra de Atapuerca, cuyos originales se pueden contemplar en el Museo de la Evolución Humana de Burgos, pero que ahora tenemos la oportunidad de contemplarlos, en su réplica exacta, en Zamora.

Fuente: elespanol.com | 5 de octubre de 2022

Elevan a 300.000 años la antigüedad del yacimiento prehistórico de Matalascañas

Imagen de una réplica exacta de una de las huellas de homínido halladas en las últimas investigaciones desarrolladas en torno al yacimiento litoral efímero descubierto en junio de 2020 en la playa de Matalascañas, en Almonte (Huelva). EFE/Ayuntamiento de Almonte (Huelva) // FOTO: EFE

Las últimas investigaciones desarrolladas en torno al yacimiento litoral efímero descubierto en junio de 2020 en la playa de Matalascañas, en Almonte (Huelva), en el que se localizaron las pisadas más antiguas del Pleistoceno Superior de todo el mundo, han aumentado la antigüedad del mismo a casi 300.000 años.

Así lo ha avanzado este viernes Eduardo Mayoral Alfaro (izquierda), investigador principal del grupo RNM 276 Geociencias Aplicadas de la Universidad de Huelva, que fue el que identificó el yacimiento y que ha hecho entrega a la alcaldesa de Almonte, Rocío del Mar Castellano, de una réplica exacta de una de las huellas de homínido halladas.

Mayoral, según ha informado el Consistorio en un comunicado, ha precisado que "esta nueva data -la primera situaba su origen en unos 106.000 años- hace que todo cambie con respecto a la lectura de los datos obtenidos, ya que podría no tratarse de huellas de neandertales, como se pensó en un principio, sino de homínidos pre-neandertales”.

El investigador ha destacado la gran cantidad de información que queda por descifrar en este yacimiento, que ha catalogado como “el hallazgo más importante de los últimos tiempos”.

“Estamos ante un yacimiento único, apenas hay cuatro más en el mundo y estos tienen muy pocas pisadas, mientras que el de Matalascañas tiene una gran variedad”, ha remarcado.

“Esto nos permite, reconstruir el ambiente, su actividad, la composición del grupo, la edad de los individuos que lo formaban, y un largo etcétera que nos aportará mucha información sobre la época en cuestión”, ha añadido.

La alcaldesa de Almonte ha confirmado que el ayuntamiento renovará el convenio con RNM 276, pues “queda mucho por hacer y por descubrir”.

Fuente: larazon.es | 30 de septiembre de 2022