El enigma de la chica de Egtved que nos hace pensar en una Edad del Bronce 'globalizada'

Poco a poco comprendemos mejor nuestro pasado, los movimientos de la gente, su comercio y complejidad incluso ya desde la Edad del Bronce. Y a ello ha colaborado una joven de esa época.

Vamos a un día de verano alrededor del 1370 a.C. Una comunidad de la Edad del Bronce donde hoy está Egtved, en Dinamarca, celebraba el enterramiento de una joven mujer rubia, de apenas 1,60 metros de estatura y entre 16 y 18 años de edad, en un tipo de ataúd de roble reservado a personajes importantes. La joven llevaba una túnica corta de lana y una falda de cordones trenzados hasta la rodilla, un cinturón con una gran placa circular de bronce a modo de hebilla decorada con espirales, un brazalete de bronce en cada brazo y un fino pendiente en forma de aro en una de las orejas.

De su cinturón colgaba un peine hecho de cuerno. Junto a su rostro, una cajita fabricada con la corteza del roble contenía un punzón también de bronce y una redecilla para el cabello. Un pequeño cubo de corteza a sus pies contenía un tipo de cerveza y a su lado se puso un atado de telas con los huesos cremados de un niño de 5 o 6 años de edad.

Imagen en la se muestra una reconstrucción de la ropa encontrada en su ataúd. (Foto: Lejre).

Se la extendió sobre una piel de vaca con la que se había forrado el interior del tronco de roble ahuecado. Un capullo de la blanca flor de la milenrama cayó al interior del ataúd, o fue colocado por alguno de los presentes. Luego se extendió sobre ella una manta tejida de lana marrón, y otra piel de vaca antes de cerrar el ataúd y apilar sobre él un imponente túmulo funerario de tierra.

El hallazgo y la sorpresa

El 24 de febrero de 1921, el granjero danés Peter Platz estaba retirando los restos de un túmulo de tierra en su campo de cultivo cuando dio con un ataúd de roble. Informó a las autoridades y el Museo Nacional de Dinamarca organizó una excavación y llevó el ataúd a Copenhague para estudiarlo.

El montículo Storehøj en Egtved, en el que fue enterrada la joven en el verano de 1370 a.C.

Al abrirlo, los arqueólogos encontraron todos los elementos del ajuar de la ocupante, pero de ella, debido a la acidez del suelo y la saturación de agua frecuente en el ataúd, solamente quedaban el cabello, algo de su cerebro, sus dientes y uñas, y unos fragmentos de piel. La piel de vaca que había cubierto el fondo del ataúd también había desaparecido, pero quedó el pelo que delineaba la forma del cuerpo que había yacido sobre ella.

Una respuesta de las muchas que empezó a generar el descubrimiento fue que el entierro se había producido con toda seguridad en verano… lo cual demostraba el brote de milenrama que había en el borde del ataúd.

El estudio de sus dientes permitió fijar su edad entre los 16 y los 18 años, por lo que pronto se le conoció como 'la niña de Egtved', aunque en esa época ya era una mujer, probablemente casada. La esperanza media de vida en la Edad del Bronce era de unos 26 años, y los matrimonios y primeros partos se realizaban tempranamente. Sus adornos han sido también motivo de intensas especulaciones. El disco solar al frente de su falda sugiere para algunos una función religiosa, y han propuesto que ella podía haber sido una sacerdotisa en el culto al sol, que tenía una gran importancia en la Edad del Bronce. Pero más allá de las especulaciones, no se sabe nada, salvo que sin duda tenía una posición destacada en su sociedad.

El ataúd de la niña Egtved tal como fue excavado del montículo en 1921.

Estudios realizados en su cabello y dientes en 2015, que analizaron los isótopos de estroncio presentes en sus tejidos, sugirieron intensamente que la niña de Egtved no era nativa de la zona donde se le enterró, sino que era una mujer viajera, originaria de la Selva Negra en lo que hoy es Alemania.

Otra joya de la arqueología danesa, la llamada 'mujer de Skrydstrup' (pese a que al morir tenía más o menos la misma edad de la chica de Egtved), que había vivido entre el 1129 y el 1382 a.C., fue descubierta en 1935. Su enterramiento también se había hecho en un ataúd de roble y llevaba ropa finamente bordada, un elaborado peinado y ricos aros de oro.

Los estudios de isótopos de estroncio realizados igualmente en sus restos, mucho más completos, sugirieron que ella también provenía de tierras lejanas, originaria de algún lugar más allá de la Dinamarca actual, que podía ser igualmente Alemania, o el noreste de los Países Bajos o de la República Checa… e incluso podría haber venido de Bretaña. Se había desplazado a los 13 o 14 años de edad hasta Skrydstrup, en el sur de Dinamarca, donde vivió los siguientes años hasta su muerte a los 18.

El féretro de roble de la mujer de Skrydstrup ayudó a conservar sus restos durante unos 3.200 años. (Museo Nacional de Dinamarca).

La chica de Egtved, en cambio, según los estudios, peregrinó constantemente entre la Selva Negra y el lugar donde murió, caminando cientos de kilómetros. Esto abre interrogantes que quizás con el tiempo y más restos arqueológicos de esas épocas podamos responder, pero que resultan fascinantes. ¿Viajaba sola o acompañada? ¿Cuál era el motivo de sus viajes, acaso religioso, ritual, comercial o familiar? ¿Era seguro caminar mil kilómetros cruzando del centro de Alemania hasta la mitad de la península de Jutlandia? ¿O acaso el viaje podría haberse hecho por mar?

Un último rastro arqueológico sirve para alentar nuestra imaginación pintando un panorama de la Edad del Bronce como una era civilizada, ágil, compleja y de grandes redes de intercambio internacional pese a sus limitaciones en cuanto al conocimiento, probablemente impulsadas por la necesidad de los metales necesarios para crear bronce, llevados con frecuencia desde lugares lejanos a donde se procesaban.

En 1982, en Uluburun, Turquía, unos pescadores de esponjas encontraron un naufragio de la Edad del Bronce, coincidente en el tiempo con las dos mujeres halladas en Dinamarca, alrededor de fines del siglo XIV a.C. De hecho, la datación de la madera, tanto por análisis de sus anillos como por carbono 14, sitúa su construcción alrededor del 1327 a.C. Era un barco chipriota o sirio-palestino dedicado al comercio, con objetos procedentes por igual del Norte de Europa o de África, desde Sicilia hasta Mesopotamia. Hay nueve o diez culturas representadas en su cargamento.

Metales, cerámica, resinas, vidrio, madera, marfil, lámparas de aceite, cáscaras de huevo de avestruz, joyería, herramientas, armas y alimentos llenaban las bodegas de la pequeña embarcación de apenas 15 o 16 metros de largo, que conseguía navegar sin siquiera brújulas, que tardarían 200 años en llegar a Europa, siguiendo la línea de la costa con mapas imprecisos y la pericia de su capitán.

El mundo donde vivió la niña o mujer de Egtved estaba ya globalizado e interconectado. 4000 años atrás.

En un tronco de roble ahuecado, fue enterrada una rica mujer de Olby, un lugar a unos 40 kilómetros al sur de Copenhague. (Science Nordic).

¿Sacerdotisa?

En otro enterramiento danés, el de la mujer de Olby, ella lleva una falda de cordones trenzados como la de la niña de Egtved, prenda que se halla representada en figuras de bronce y grabadas en piedra relacionadas con rituales religiosos, lo que apoya la posibilidad de que su lugar en su comunidad fuera como sacerdotisas.

Fuente: elcorreo.com | 8 de octubre de 2022

Identifican herramientas de piedra de hace unos 500.000 años en una cueva de Polonia pertenecientes al 'Homo heidelbergensis'

Excavaciones arqueológicas en la cueva de Tunel Wielki realizadas en 2018. Foto: Monika Dzierlińska.

Herramientas de pedernal descubiertas en los años 1967-1968 en la cueva Tunel Wielki (Małopolska) en las tierras altas de Cracovia-Częstochowa, en el Parque Nacional Ojców, no tienen decenas de miles de años, sino alrededor de medio millón de años. Este es el resultado de los últimos análisis realizados por científicos de la Universidad de Varsovia, la Academia de Ciencias de Polonia y la Universidad de Wrocław.

Un equipo de arqueólogos, paleontólogos y geólogos, entre otros, volvió a examinar 40 herramientas de sílex que, según el conocimiento actual, se suponía que provenían de hace decenas de miles de años. Resultó, sin embargo, que son mucho mayores. Por lo tanto, constituyen los artefactos más antiguos hechos por el hombre en la Polonia actual.

También se examinaron huesos de animales encontrados hace más de medio siglo. Resultaron, igualmente, ser más antiguos de lo esperado. Los resultados de los análisis han sido publicados en la prestigiosa revista Nature.

Las herramientas que se analizaron incluyen cuchillos primitivos y raspadores. Sin embargo muchos de los artefactos son materiales de desecho que se produjeron en el curso de la fabricación de las herramientas de piedra.

La arqueóloga Małgorzata Kot, de la universidad de Varsovia.

Como enfatizó la Dra. Małgorzata Kot, arqueólogo de la Universidad de Varsovia en una entrevista con PAP, "los hallazgos de este tipo son raros en Europa. Las herramientas de pedernal encontradas en una cueva de Polonia fueron fabricadas por el Homo heidelbergensis, esto es, el antepasado de de los neandertales (Homo neanderthalensis)".

"Hasta el momento, solo se conocen dos lugares en el área de la actual Polonia, donde también se han descubierto antiguos monumentos de sílex, en los pueblos de Trzebnica yen Rusko en el voivodato de Dolnośląskie. No quedan restos antiguos de presencia humana en nuestra zona", declara Kot.

La investigadora destaca que el hallazgo en Małopolska también es único porque se hizo en una cueva. Hasta ahora, se han reconocido artículos similares en yacimientos abiertos.

Herramientas líticas halladas en la cueva Tunel Wielki. 1. Lascas de Kombewa; 2. Lascas de Kombewa con el borde retocado; 3. Lascas de Kombewa rotas; 4. Lasca retocada longitudinalmente; 5. Lasca retocada transversalmente; 6. Descamación con bordes muy dañados después de la deposición. Su gran tamaño, curvatura longitudinal, bulbo macizo e igual espesor en toda su longitud indican el uso de tecnología 'free-hand' (mano libre).

Los primeros habitantes de la Polonia actual

Según la investigadora, el hallazgo prueba la presencia de los primeros habitantes del género Homo al norte de los Cárpatos. "Lo más probable es que estemos en el límite norte de su potencial de supervivencia".

“Nos sorprendió que hace medio millón de años, los homínidos de esta zona estuvieran en cuevas, dado que no eran los mejores lugares para vivir. La humedad y la baja temperatura serían factores desalentadores. No obstante, las cuevas son un refugio natural, es un espacio cerrado, el cual proporciona sensación de seguridad. Hemos encontrado rastros que indican que usaban el fuego, lo que probablemente ayudó a que estos lugares oscuros y húmedos fueran más agradables", dice la arqueóloga Kot.

Los científicos esperan que, en el futuro, se puedan descubrir en la cueva del Túnel Wielki restos óseos del Homo heidelbergensis. Estos serían los restos humanos más antiguos descubiertos en Polonia. Por ahora, los restos óseos más antiguos encontrados tienen 50.000 años y pertenecen al Hombre de Neandertal.

"Hemos seleccionado varios huesos potenciales de contener ADN para su análisis en el Instituto Max Planck de Leipzig, en el laboratorio del Premio Nobel Svante Paabo, pero los mismos, desgraciadamente, no contenían material genético", explica la Dra. Małgorzata Kot.

Entrada abierta a la cueva Tunel Wielki. Foto: Miron Bogacki.

Leones y jaguares en Małopolska

Los científicos han informado también que entre los restos prehistóricos encontrados en la cueva había restos de animales. Estos incluyen huesos, principalmente dientes, de antiguos parientes roedores. Sin embargo, también hay constancia de la presencia de ejemplares de mayor tamaño.

Se han reconocido, entre otros, restos del lobo de Mosbach (Canis mosbachensis) y el Lycaon lycaonoides (especies caninas aún existentes, aunque raras), pero también el antepasado del oso de las cavernas y dos especies de felinos: el león de las cavernas y el jaguar.

“Dado que los artefactos provienen de la misma capa que los huesos de animales, significa que sus edades son muy similares. Las reexcavaciones realizadas en la cueva en 2018 también confirmaron esta convicción”, asevera la arqueóloga Kot.

Los huesos de mamíferos fueron analizados por paleontólogos de la Universidad de Varsovia, ISEZ PAN en Cracovia y la Universidad de Wrocław. Foto: M. Kot

Todas las especies anteriores existieron en Europa hace aproximadamente medio millón de años, es decir, en el período del que provienen las herramientas de pedernal. Sin embargo, esto no significa que las personas que vivían en la cueva debieron encontrarse con estos animales; es posible que aparecieran allí antes o después de la presencia de humanos en este lugar.

Los huesos recuperados de animales no muestran signos de corte o procesamiento. Los investigadores explican que los homínidos de esa época cazaban especies menos peligrosas, tales como ciervos, rinocerontes y caballos.

Fuentes: tvn24.pl | naukawpolsce.pl | 7 de octubre de 2022

Entre neandertales y 'sapiens' hubo sexo, pero poco amor

Shutterstock / Yulia Serova

La relación entre los neandertales y los primeros sapiens despierta apasionantes debates. Un enfrentamiento entre ambas especies, una “guerra” de 100.000 años, el tiempo que duró la convivencia en el planeta, con una victoria para los nuestros, ha sido la interpretación más aceptada durante mucho tiempo. Hoy sabemos que además de la posible hostilidad de los sapiens, hubo otros enemigos en la contienda.

La derrota de los neandertales, la extinción de la última especie “hermana”, pudo deberse a cambios climáticos, quizá a su propia condición anatómica, incluso a los efectos de una epidemia que les diezmara. Los nuevos registros arqueológicos y los avances en la comprensión de nuestro genoma han transformado por completo el modo en que ahora podemos contar nuestra historia junto a los neandertales.

Europa central: el territorio compartido por ambas especies

La densidad de población en Eurasia, a lo largo del Pleistoceno superior, hace unos 129.000 años, debió ser muy pequeña. No es una mera cifra, sino que atiende a las posibilidades de encuentro que pudieron darse en el pasado entre ambas comunidades. Ellos y nosotros éramos muy pocos.

Carecemos de datos fiables durante el Paleolítico medio, pero sí del inicio del Paleolítico superior (Auriñaciense), momento en que se estima en Centroeuropa una población de entre 900 y 3.800 personas. Es decir, por toda Europa central se repartían los habitantes de lo que hoy podría ser un pueblo pequeño. Si consideramos una superficie habitable superior a 10 millones de km², la densidad de población era ínfima, cercana a 0,103 personas/100 km².

Sumemos a la escasa densidad de población que los lugares de residencia (cuevas, abrigos o cauces fluviales) se reutilizaban de manera reiterada por los mismos grupos a lo largo del tiempo. Así, las posibilidades de contacto entre ambas especies debieron ser muy escasas.

Mapa con la distribución de los principales hallazgos de neandertales tardíos, sapiens anteriores al 40.000 BP, así como yacimientos musterienses tardíos y de Paleolítico superior inicial. Las zonas sombreadas podrían corresponder a áreas de contacto entre las especies.

(Elaboración propia a partir de https://doi.org/10.1002/jqs.3350, https://doi.org/10.1038/s41586-021-03335-3 y https://doi.org/10.1126/sciadv.abj9496. Base Cartográfica, MDT de la NASA Earth Observation).

Hubo más encuentros de lo esperado

Entre neandertales y sapiens hubo más encuentros de los que parecían probables, y no solo hubo competencia.

Los expertos lograron secuenciar el ADN neandertal en restos humanos como los de El Sidrón (Asturias), Vindija (Croacia) o Mezmaiskaya (Rusia), y pudimos empezar a establecer comparaciones con el ADN de poblaciones modernas, así como con los primeros sapiens que llegaron a Europa.

La importancia de la secuenciación ha culminado recientemente con la concesión del Nobel de Medicina a su pionero, Svante Pääbo, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania. Esta comparación confirma que la relación entre estos grupos humanos fue más frecuente de lo pensado. Igualmente, resulta contradictorio que distintas especies pudiesen tener descendencia común. Pero hoy sabemos que en nosotros hay una carga genética de entre un1% y un 4% de ADN neandertal, aunque no todos los sapiens muestran huella de hibridación como sucede con las poblaciones africanas.

En 2018 se dio a conocer el hallazgo de los restos de una niña, hija de una mujer neandertal y un hombre denisovano, que confirmó que el mestizaje fue un proceso viable e indiscriminado.

Recientemente los restos humanos de los yacimientos de Bacho Kiro, en Bulgaria, y Zlatý kůň, en Chequia han confirmado que los contactos se produjeron con frecuencia.

Por el momento, los encuentros debieron estar limitados a contextos geográficos y cronológicos concretos. Sabemos que, al menos, pudieron producirse en los montes Altai de Siberia hace unos 100.000 años, en Próximo Oriente cerca de los 60.000 años y ya en centro Europa alrededor de los 40.000 años, y todo ello en base a registros genéticos de sapiens y neandertales.

La “amorosa” relación entre especies debió restringirse a la integración de individuos aislados dentro de grupos ajenos. Los procesos de selección cultural en la descendencia debieron esculpir nuestra limitada carga genética neandertal.

Dos especies, dos culturas. Registro antropológico e industrial neandertal (izquierda) y sapiens (derecha). Foto: Conchi Torres y Javier Baena.

Similares pero no iguales

Solemos olvidarnos de la importancia que tiene la cultura como diferenciadora entre los grupos humanos. Aunque no se reconocieran como especies distintas, sí debieron considerarse diferentes tal y como su cultura material lo indica.

Por ejemplo, hace unos 300.000 años, los primeros sapiens elaboraron una industria idéntica a los neandertales, pero la cambiaron en poco tiempo hasta estándares muy complejos. Sin embargo, los Homo neanderthalensis la mantuvieron sin apenas cambios hasta su extinción. Igualmente, aún asumiendo que la simbología y el arte formaran parte de la riqueza cultural de los neandertales, su generalización y expresión no es en absoluto asimilable a la de los sapiens, y ello sin descartar la autoría sapiens fruto de una temprana llegada a occidente.

A lo largo de los últimos 100.000 años en los que se establecen contactos entre estas especies, la cultura de los neandertales parece sin duda la gran triunfadora. Esta industria neandertal, conocida como Musteriense, se registra en los yacimientos europeos sin apenas variación desde los 300.000 años. De hecho, la hibridación cultural que se produce en Próximo Oriente confirma el relativo triunfo de los modos de producción de utillaje de los neandertales frente a los propios de los sapiens.

¿Puede considerarse esto un dominio de una especie sobre otra? Es posible que la situación sociodemográfica condicionara una respuesta cultural en favor de los neandertales, pero la flexibilidad y plasticidad de los sapiens pudo ser la clave de esta absorción del musteriense durante el periodo en que ambas especies entraron en contacto a lo largo de unos 5.000 años.

Frente a un marcado sentimiento territorial en los neandertales, quizá los sapiens modelaron la ocupación del mismo territorio con mayor movilidad agotando paulatinamente los recursos tradicionales de sus parientes.

Reconstrucción de un hombre neandertal (izquierda) y un 'Homo sapiens'. Hermanos Kennis.

Una batalla ganada de antemano

Los neandertales fueron capaces de adaptarse a cambios climáticos muy duros y de explotar ambientes y recursos muy variados con una tecnología compleja.

Quizá fue su inmovilismo cultural sumado a las nuevas condiciones creadas por la esporádica y quizá temprana llegada de los sapiens a Eurasia lo que determinó su paulatina disolución en favor de éstos, capaces de llevar a cabo migraciones ágiles y adaptaciones al medio con mayor flexibilidad.

Fue una “guerra” lenta pero ganada de antemano. No es fácil saber si los últimos grupos neandertales fueron conscientes de su propia extinción, dejando sus huellas en reductos aislados.

Este conflicto entre especies derivó en sexo, pero parece que con poco amor. De otro modo el ADN neandertal estaría mucho más presente en los grupos humanos que evolucionaron en Europa.

Fuente: theconversation.com | 9 de octubre de 2022

Hallan una antigua 'nevera' en un campamento romano en Bulgaria

Restos del campamento romano de Novae, en la actual Bulgaria. Foto: CC (Kleo73)

Novae fue un campamento romano construido en el siglo I d.C. como base permanente de la Legio I Italica en el Bajo Danubio (en la frontera del Imperio) y formaba parte de las defensas construidas a lo largo del limes o frontera Moesiae (un conjunto de fortificaciones que se levantaban entre la costa del mar Negro y Panonia, la actual Hungría). Con el tiempo, el asentamiento de Novae fue expandiéndose hasta la provincia romana de Moesiae Inferior (el territorio que abarcaba el norte de Bulgaria y pequeñas localidades del sur de Ucrania). En el año 69 d.C., y temiendo las posibles invasiones de los pueblos dacios que ocupaban la región, se decidió fortificar la frontera del Imperio y trasladar allí a la Legio I Italica, una legión que fue creada bajo el gobierno de Nerón, en el año 66 d.C.

Durante varias décadas, el área donde estaba ubicado ese campamento ha sido escenario de investigaciones por parte de un equipo de arqueólogos polacos y búlgaros dirigidos por Piotr Dyczek, del Centro de Investigación de la Antigüedad del Sudeste de Europa de l.... Entre los descubrimiento que se han llevado a cabo en el yacimiento, desde el pasado mes de agosto, destaca un curioso elemento de la construcción, tan sorprendente que Dyczek lo ha descrito como "nevera".

Restos de la "nevera" encontrada en el yacimiento romano de Novae. Foto: P.Dyczek.

UN DESCUBRIMIENTO POCO COMÚN

"La antigua 'nevera' es un recipiente hundido hecho de placas de cerámica bajo el suelo, que era utilizado por los legionarios para almacenar alimentos. Su contenido consistía en fragmentos de vasos y huesos de animales", según ha explicado el profesor Dyczek (izquierda), Los pequeños fragmentos de hueso que se han conservado presentan rastros de algún tipo de tratamiento térmico, lo que significaría que la carne que en su día se almacenó en el contenedor fue cocinada. Los investigadores también encontraron en su interior partículas de carbón vegetal y los fragmentos de un pequeño cuenco.

Según Dyczek, no se puede descartar que los fragmentos de ese cuenco sean los de una especie de cazo que los legionarios romanos utilizaban para ahuyentar a los insectos de los alimentos. El investigador ha remarcado que el descubrimiento de este tipo de "neveras" es muy raro ya que estos elementos no suelen conservarse tras la restauración de los edificios.

Pero no ha sido la "nevera" el único hallazgo interesante que han aportado los trabajos de excavación en Novae. Cabe destacar, asimismo, una colección compuesta por una docenas de monedas, con una cronología que abarca desde la invasión de los godos a mediados del siglo III hasta el inicio del reinado de Constantino el Grande (principios del siglo IV).

Ladrillo con el sello impreso de la Legio I Italica encontrado en el campamento de Novae. Foto: CC (Janusz Reclaw).

TUBERÍAS DE PLOMO

Los arqueólogos también han descubierto secuencias enteras de muros que datan del mismo período y los restos de una casa completa donde se han localizado cestos de mimbre, pesas para tejer, útiles de pesca y fragmentos de vasijas cerámicas.

"Durante ese tiempo, el campamento de 'Novae' se convirtió progresivamente en una ciudad civil. Además, gracias a los últimos hallazgos hemos obtenido suficientes datos para poder reconstruir una parte de la historia de este antiguo asentamiento, que hasta ahora estaba envuelta en una niebla de misterio para nosotros", ha explicado Dyczek.

Construida en el siglo I d.C. por la Legio I Italica, Novae era una base permanente en el limes del Bajo Danubio (frontera del imperio). amu.edu.

En el curso las excavaciones llevadas a cabo por el equipo de Piotr Dyczek también han aparecido sistemas completos de abastecimiento de agua que estaban construidos con tubos de cerámica y de plomo. El investigador ha destacado que es muy raro encontrar restos de tuberías de plomo intactos, puesto que este metal era un bien muy valioso y reciclable.

Por otra parte, el agua que necesitaba el campamento llegaba hasta allí a través de un acueducto de unos diez kilómetros de largo que la conducía hasta dos grandes embalses que estaban situados frente al acuartelamiento. Desde allí se distribuía a través de una compleja red de tuberías y de canales que abastecían a todos los habitantes de Novae.

Fuente: nationalgeographic.com.es | 7 de octubre de 2022

Una investigación en el Abric del Pastor de Alcoy (Alicante) identifica un episodio de ocupación neandertal

El Abric del Pastor, en Alcoy (Alicante). Foto: Sven Kleinhapl.

Una investigación de seis instituciones científicas en el Abric del Pastor de Alcoy (Alicante), entre ellas las universidades de Valencia (UV) y de Alicante (UA), ha conseguido, a través de un enfoque interdisciplinar, caracterizar un momento en la vida de un grupo neandertal. Esta investigación ha reducido el efecto palimpsesto (superposición de múltiples episodios de ocupación en una misma superficie durante un período de tiempo prolongado) hasta lograr una resolución temporal muy cercana a la vida de dicho grupo. El trabajo ha sido publicado recientemente en la revista Scientific Reports, del grupo Nature.

Tal y como explica el investigador del Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la Universidad de Valencia y primer firmante del artículo, Santiago Sossa Ríos, "haber conseguido este hallazgo en el Abric del Pastor se debe a la baja densidad del registro arqueológico y a un enfoque científico multidisciplinar".

Excavación en el Abric del Pastor de Alcoy. Santiago Sossa (izquierda) y Cristo Hernández. Foto: Luis Martín González.

"Hemos alcanzado la que probablemente es la máxima resolución temporal posible para el estudio de grupos neandertales. Este hecho nos ha permitido, a partir de sus características materiales, acotar e interpretar lo que la arqueología paleolítica centrada en el estudio sobre neandertales lleva décadas intentando: hallar una foto del registro material dejado por un único evento de ocupación de un grupo humano en un lugar y en un momento muy determinado", añade Alejandro Mayor (derecha) del Departamento de Prehistoria, Arqueología, Historia Antigua, Filología Griega y Filología Latina de la Universidad de Alicante.

"La reconstrucción de sus estrategias técnicas, del uso que dieron a las herramientas líticas o al fuego, el consumo de animales y la movilidad en el territorio a partir de las presas cazadas, así como las rocas recolectadas nos ha permitido caracterizar este momento al detalle y saber de dónde vinieron, qué trajeron consigo y qué hicieron", explica el investigador de la UA.

En concreto, este estudio ha permitido conocer qué actividades realizó un mismo grupo y, a través de 11 piezas líticas, 78 restos de fauna y una hoguera, arroja luz sobre su comportamiento espacial (actividad en torno al fuego) y sobre las actividades realizadas (talla lítica y carnicería de partes apendiculares de un solo ciervo).

Algunas de las herramientas líticas halladas.

"Si conseguimos continuar con este enfoque, tendremos una reconstrucción más cercana de las realidades humanas en el pasado. Hasta ahora, la mayoría de los estudios sobre neandertales se aproximaban a sus materiales desde la unidad estratigráfica, formada durante cientos o miles de años, lo que genera una visión mezclada y homogénea de su comportamiento", explican los autores del artículo.

"Si bien se han aislado otras unidades de alta resolución tanto en el Abric del Pastor como en otros yacimientos, la unidad aislada y caracterizada en este trabajo, y que representa a este grupo neandertal, es quizá la imagen más cercana que tenemos de los mismos y su vida diaria", insiste el investigador de la UV. Además, sugieren que la movilidad de este grupo fue de un máximo de entre tres y cinco kilómetros, a diferencia de otros restos de sílex del mismo yacimiento que sugieren un movimiento de otros grupos de entre 25 y 30 kilómetros.

Con estos datos, los autores se adentran en un debate clave como es la formación de los conjuntos arqueológicos. En este sentido, abren la posibilidad de que los yacimientos con mayor número de restos y, por tanto, más afectados por el efecto palimpsesto, estén formados por la repetición de este tipo de ocupaciones cortas y con poco registro material.

(a) Localización del yacimiento Abric del Pastor en el contexto de la península ibérica. El mapa se obtuvo con Google Earth Pro versión 7.3 [Versiones de Earth—Google Earth]. (b) Ubicación del sitio en el contexto de la sierra de Mariola. (c) Vista general del yacimiento.

En la investigación participan, además de la UV y la UA, la Universidad de La Laguna, el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES-CERCA) y la Universidad Rovira i Virgili. Por parte de la Universidad de Valencia, también los investigadores Mariel Bencomo y Leopoldo Pérez.

El Abric del Pastor es un abrigo situado a 820 metros de altitud, en la Serra de Mariola, en una zona escarpada, en el margen derecho del Barranc del Cint (Alicante).

Fuente: Universidad de Valencia | 4 de octubre de 2022

Egipto pide la devolución de la Piedra de Rosetta 200 años después de su desciframiento

La Piedra de Rosetta, una estela grabada en el año 196 a. C. en griego antiguo, egipcio demótico y jeroglíficos. (FOTO: AFP/Amir Makar)

Destacados arqueólogos egipcios volvieron a reclamar la devolución de la Piedra de Rosetta del Museo Británico a Egipto, 200 años después de que su desciframiento desveló los secretos de la escritura jeroglífica y marcara el nacimiento de la egiptología.

La campaña por internet de los arqueólogos ha reunido hasta ahora 2.500 firmas y pretende "decir a los egipcios lo que se les ha arrebatado", dijo Monica Hanna (izquierda), decana en funciones del Colegio de Arqueología de la ciudad egipcia de Asuán.

En un momento en que el mundo celebra el bicentenario del descifrado de la piedra Rosetta por el francés Jean-François Champollion y el centenario del descubrimiento de la tumba del niño-faraón Tutankamón por el británico Howard Carter, en Egipto cada vez más voces piden que se valore la contribución de los propios egipcios en estas exploraciones.

Para ellos es una forma de reapropiarse de su historia, al mismo nivel que la preservación del patrimonio de su país o la restitución de tesoros considerados "robados" por los occidentales.

"Los egipcios que excavaron hicieron todo el trabajo pero fueron olvidados", lamenta Abdel Hamid Daramali, jefe de excavación en Qurna, en el sur de Egipto, donde dice que nació sobre la tumba de un escriba.

"Es como si nadie hubiera tratado de entender el antiguo Egipto antes de Champollion en 1822", agrega la investigadora Heba Abdel Gawad, especialista en herencia egipcia.

Origen e importancia de la Piedra de Rosetta

La Piedra de Rosetta es una estela grabada en el año 196 a. C. en griego antiguo, egipcio demótico y jeroglíficos. Con inscripciones del mismo texto en jeroglíficos, demótico y griego antiguo, fue utilizado por el francés Jean-Francois Champollion para descifrar los jeroglíficos en 1822, abriendo la comprensión de la lengua y la cultura del antiguo Egipto.

De Francia al Museo Británico

La piedra fue desenterrada por el ejército de Napoleón en el norte de Egipto en 1799. Tras su derrota, pasó a ser propiedad británica en virtud del Tratado de Alejandría de 1801, junto con otras antigüedades encontradas por los franceses, y fue enviada a Reino Unido. Desde 1802 se encuentra en el Museo Británico.

Egipto reclama la Piedra de Rosetta

Los arqueólogos egipcios ya han reclamado su devolución, pero esperan que las crecientes iniciativas de los museos occidentales para devolver objetos que fueron sacados de los países bajo dominio colonial ayuden a su causa.

"Estoy seguro de que todos estos objetos acabarán siendo restituidos porque el código ético de los museos está cambiando, sólo es cuestión de cuándo", dijo Hanna.

"La piedra es un símbolo de la violencia cultural, la piedra es un símbolo del imperialismo cultural", agregó. "Por eso, resituar la piedra es un símbolo de que las cosas están cambiando: que ya no estamos en el siglo XIX, sino que trabajamos con un código ético del siglo XXI”.

Un portavoz del Museo Británico dijo que no había habido ninguna petición formal del gobierno egipcio para la devolución de la Piedra de Rosetta. En un comunicado enviado por correo electrónico, el portavoz señaló que se habían descubierto 28 estelas grabadas con el mismo decreto escrito por sacerdotes egipcios, empezando por la Piedra Rosetta en 1799, y que 21 permanecen en Egipto.

El 13 de octubre, el museo inaugura una exposición titulada "Jeroglíficos: descubriendo el antiguo Egipto", que arroja luz sobre el papel de la Piedra de Rosetta. "El Museo Británico valora enormemente las colaboraciones positivas con sus colegas de todo Egipto", añadió el comunicado.

Egipto afirma que la devolución de los artefactos ayuda a impulsar su sector turístico, una fuente crucial de dólares para su economía en dificultades. En los próximos meses, abrirá un nuevo y gran museo cerca de las pirámides de Giza para mostrar sus más famosas colecciones del antiguo Egipto.

"Las antigüedades son uno de los activos turísticos más importantes que posee Egipto y que lo distinguen de los destinos turísticos de todo el mundo", declaró la semana pasada el ministro de Turismo, Ahmed Issa, en un acto para conmemorar el 200 aniversario de la egiptología.

Fuente: expansion.mx | 6 de octubre de 2022

La Facultad de Geografía e Historia cumple 50 años en la UNED

Una exposición que permitirá recorrer tanto de forma presencial como virtual la historia de la Facultad desde su creación en 1972 es la propuesta del decanato para sumarse a las actividades de conmemoración del 50 Aniversario de la universidad. El rector, Ricardo Mairal, ha inaugurado la muestra junto a la vicerrectora de Investigación, Transferencia del Conocimiento y Divulgación Científica, Rosa María Martín Aranda; la decana de la Facultad, Yayo Aznar, la vicerrectora Adjunta de Divulgación Científica y coordinadora de las actividades de UNED50, Yolanda Peña, y el vicedecano de Investigación e Internacionalización de la Facultad de Geografía e Historia, Jesús Jordá.

La muestra, que podrá visitarse hasta el próximo 20 de diciembre, permite un recorrido presencial y virtual, pues, en palabras de sus organizadores, el objetivo ha sido “crear una exposición dinámica, muy visual y marcadamente actual, basada en las nuevas tecnologías y en los nuevos equipamientos con los que cuenta la Facultad, que pueda visualizarse desde cualquier dispositivo móvil además de poder visitarse físicamente en un espacio de la propia Facultad”.

El recorrido se estructura en tres grandes secciones o ejes temáticos que se presentan de forma física en tres pantallas de gran formato y cuyos contenidos se han alojado también en la página web de la Facultad. De esta forma, los visitantes podrán acercarse a la historia del personal que ha formado parte de la plantilla de la Facultad en este tiempo a través de las fotografías recogidas en la sección ¿Quiénes somos?; podrán conocer el desarrollo de la Facultad desde 1972 hasta hoy en el área Nuestra Facultad, y finalmente, desde La Facultad avanza podrán disfrutar de numerosas piezas audiovisuales pertenecientes al archivo de UNED Media.

Itziar Romera Gómez

Edición web: Rafael Carretero del Puerto

Fotografía: www.laurahurtado.es

Fuente: Comunicación UNED