El estudio de cráneos antiguos arroja luz sobre el mestizaje humano con los neandertales

Cráneos de 'Homo sapiens' (izquierda) y 'Homo neanderthalensis' (derecha) / Grupo de Paleoantropología (MNCN-CSIC).

La investigación genética estableció en 2010 que hay rastros de ADN neandertal en el genoma de los humanos modernos. Ahora, un estudio exploratorio, publicado en Biology, que ha evaluado la estructura facial de los cráneos prehistóricos ofrece nuevos conocimientos y respalda la hipótesis de que gran parte de este mestizaje tuvo lugar en el Cercano Oriente, la región que va desde el norte de África hasta Irak.

"El ADN antiguo causó una revolución en la forma en que pensamos sobre la evolución humana", dice Steven Churchill (izquierda), coautor del estudio y profesor de antropología evolutiva en la Universidad de Duke. "A menudo pensamos en la evolución como las ramas de un árbol, y los investigadores han pasado mucho tiempo tratando de rastrear el camino que nos llevó a nosotros, el 'Homo sapiens'. Pero ahora estamos empezando a comprender que no es un árbol: es más como una serie de corrientes que convergen y divergen en múltiples puntos".

"Nuestro trabajo nos brinda una comprensión más profunda de dónde se unieron esas corrientes", dice Ann Ross (derecha), autora correspondiente del estudio y profesora de ciencias biológicas en la Universidad Estatal de Carolina del Norte.

"El panorama es realmente complicado", dice Churchill. "Sabemos que hubo hibridación. Las poblaciones asiáticas modernas parecen tener más ADN neandertal que las poblaciones europeas modernas, lo cual es extraño, porque los neandertales vivían en lo que ahora es Europa. Eso ha sugerido que los neandertales se cruzaron con lo que ahora son los humanos modernos cuando nuestros ancestros prehistóricos salieron de África, pero antes de extenderse por Asia. Nuestro objetivo, con este estudio, era ver qué luz adicional podíamos arrojar sobre esta circunstancia mediante la evaluación de la estructura facial de los humanos prehistóricos y los neandertales".

"Al evaluar la morfología facial, podemos rastrear cómo las poblaciones se movieron e interactuaron con el tiempo", explica Ross. "Y la evidencia nos muestra que el Cercano Oriente fue una encrucijada importante, tanto geográficamente como en el contexto de la evolución humana".

Mapa de Eurasia occidental que muestra áreas y fechas estimadas de una posible hibridación entre neandertal y humano moderno (en rojo) con base en muestras fósiles de los sitios indicados. Se ha interpretado que el ADN antiguo de un fósil de neandertal de la cueva Denisova (punto negro) refleja una mezcla de neandertal y humano moderno en el Cercano Oriente en 100.000 o antes.

Para llevar a cabo este estudio, los investigadores recopilaron datos sobre la morfología craneofacial de la literatura publicada al respecto. De ello, finalmente, resultó un conjunto de datos que incluye a 13 neandertales, 233 Homo sapiens prehistóricos y 83 humanos modernos.

Los investigadores se centraron en las medidas craneofaciales estándar, que son reproducibles, y utilizaron esas medidas para evaluar el tamaño y la forma de las estructuras faciales clave. Esto permitió a los investigadores hacer un análisis en profundidad para determinar si era probable que una determinada población humana se hubiera cruzado con poblaciones neandertales, así como el alcance de ese probable mestizaje.

"Los neandertales tenían caras grandes", dice Churchill. "Pero el tamaño por sí solo no establece ningún vínculo genético entre una población humana y las poblaciones neandertales. Nuestro trabajo involucró, en este punto, un análisis más sólido de las estructuras faciales".

Los investigadores también tomaron en cuenta las variables ambientales que están asociadas con los cambios en las características faciales humanas, a fin de determinar la probabilidad de que las conexiones que establecieron entre las poblaciones neandertal y humana fueran el resultado del mestizaje en lugar de otros factores.

Ubicaciones de puntos de referencia faciales tomados para las medidas utilizadas.

"Descubrimos que las características faciales en las que nos centramos no estaban fuertemente influenciadas por el clima, lo que facilitó la identificación de posibles influencias genéticas", dice Ross. "También descubrimos que la forma facial era una variable más útil para rastrear la influencia del mestizaje neandertal en las poblaciones humanas a lo largo del tiempo. Los neandertales eran más grandes que los humanos. Con el tiempo, el tamaño de los rostros humanos se hizo más pequeño, generaciones después de que se cruzaran con los neandertales. Pero la forma real de algunos rasgos faciales retuvo evidencia de hibridación con los neandertales".

"Este ha sido un estudio exploratorio", dice Churchill. "Y, honestamente, no estaba seguro de que nuestro enfoque funcionara realmente: tenemos un tamaño de muestras relativamente pequeño y no disponíamos de tantos datos sobre las estructuras faciales como nos hubiera gustado. Pero, en última instancia, los resultados que obtuvimos son realmente convincentes".

"Para aprovechar las conclusiones obtenidas, nos gustaría incorporar mediciones de más poblaciones humanas, como los natufianos, los cuales vivieron hace más de 11.000 años en la zona del Mediterráneo oriental, en lo que ahora es Israel, Jordania y Siria".

Fuente: Universidad Estatal de Carolina del Norte | 23 de agosto de 2022

Un estudio cuestiona la trascendencia de los cambios político-sociales que supuso la invasión micénica de Creta en la Edad del Bronce

Panorámica de un sector del palacio de Cnosos.

Un análisis científico moderno de antiguas herramientas de piedra desafía las antiguas creencias sobre lo que provocó un cambio radical en la isla de Creta, donde floreció el primer estado europeo durante la Edad del Bronce: la 'civilización minoica'.

Hace unos 3.500 años, Creta experimentó importantes transformaciones culturales, incluida la adopción de un nuevo idioma y sistema económico, costumbres funerarias, hábitos de vestimenta y bebida, todo lo cual se remonta a la vecina Grecia continental micénica.

Aproximadamente al mismo tiempo, muchos sitios importantes en la isla fueron destruidos y las tumbas de los guerreros aparecieron en el famoso palacio de Knossos, lo que llevó a los eruditos a creer durante mucho tiempo que estos cambios sísmicos habían sido el resultado de una invasión micénica.

Un nuevo estudio, publicado en línea en la revista PLOS One cuestiona esa teoría.

Tristan Carter, autor principal del estudio y profesor en el departamento de Antropología en McMaster University, ha realizado investigaciones en el centro-norte de Creta durante casi tres décadas.

“Nuestros hallazgos sugieren una imagen más compleja de lo que se creía anteriormente”, explica Tristan Carter, autor principal del estudio y profesor del Departamento de Antropología de la Universidad McMaster, quien ha realizado investigaciones en el centro-norte de Creta durante casi tres décadas.

“En lugar de un cambio cultural a gran escala, nuestro estudio ha encontrado evidencias de una continuidad significativa después de la supuesta invasión. Si bien se pueden iniciar nuevas prácticas culturales y económicas a través de fuerzas externas como la invasión, la migración, el colonialismo o los matrimonios mixtos entre culturas, también conocemos ejemplos en los que los lugareños optan por adoptar hábitos extranjeros para distinguirse dentro de su propia sociedad”, dice Carter.

"En vez de mirar cosas como los entierros, el arte o las vestimentas, prácticas que tienden a cambiar con la moda, los arqueólogos han comenzado a observar más de cerca las prácticas cotidianas más mundanas, a fin de obtener una mejor comprensión del verdadero carácter de una cultura", añade Carter.

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron una muestra de las herramientas que los cretenses de la Edad del Bronce fabricaron con obsidiana, un vidrio volcánico negro que es más afilado que el acero quirúrgico cuando se corta en escamas. Vassilis Kilikoglou (izquierda), director del centro nacional de investigación Demokritos en Atenas, utilizó un reactor nuclear para determinar el origen de las materias primas y descubrió que procedían de la isla cicládica de Melos.

Cuando se consideraron estos resultados junto con la forma en que se fabricaron y usaron las hojas de obsidiana para trabajos tales como la cosecha, quedó claro que la comunidad cretense había vivido de la misma manera que sus predecesores durante los últimos mil años, es decir, continuaban siendo distintos en su forma de vida que la existente en el continente griego.

Hojas de la Edad del Bronce hechas de obsidiana de Melos. Crédito: Deanna Aubert

"Nuestro análisis sugiere que la población se había mantenido en gran medida local, de ascendencia minoica", dicen Carter y Kilikoglou.

"Esto no quiere decir que no se produjo una invasión de Creta, sino que la situación política en el resto de la isla en ese momento era más compleja de lo que se creía anteriormente, con una continuidad demográfica significativa en muchas áreas".

Cortejo musical de mujeres minoicas.

Los investigadores creen que, si bien las élites locales estaban estratégicamente alineadas con los poderes micénicos, como lo demuestra su notable adopción de los estilos de vestimenta, bebida y entierros procedentes del continente, la mayoría de las personas continuaron viviendo sus vidas de la misma manera que antes.

Fuente: McMaster University | 23 de agosto de 2022

Bermúdez de Castro, codirector de Atapuerca: 'En España no somos conscientes de su impacto'

Jose María Bermudez de Castro, paleontólogo y codirector del yacimiento de Atapuerca. — JOSE CARMONA.

José María Bermúdez de Castro se jubila el año que viene. Después de una vida dedicada a la antropología, da por superadas sus expectativas laborales. No todo el mundo puede decir que sus hallazgos hayan cambiado los libros de Historia. Ahora, dice, ya solo le queda la curiosidad de saber qué más se encontrará en Atapuerca, descubrimientos que disfrutará, pero ya como jubilado.

Lleva de codirector desde el año 1991. ¿Ha naturalizado en su día a día lo que es Atapuerca?

Yo creo que no somos conscientes de lo que es Atapuerca. En Eurasia no hay ninguno igual. Los chinos han empezado ahora a excavar y tienen muchísimo material que ya estaba excavado y que en muchos casos nosotros estamos ayudando. Están explorando nuevos yacimientos, pero todavía no tienen equipos como tenemos aquí.

Yo creo que no somos conscientes de su impacto. Hace poco estuvo el príncipe de Mónaco, y viene porque sabe que es el yacimiento más importante que hay en Europa. Pero sí, yo lo tengo normalizado, voy al yacimiento en el que he trabajado toda mi vida desde 1983. Si tú tienes un padre famoso a tu padre lo ves normal, no ves al famoso. Aquí pasa lo mismo.

Un polémico fémur sugiere que la familia humana ya caminaba sobre dos patas hace siete millones de años

La humanidad todavía ignora a partir de qué criaturas surgió. La familia de los seres humanos se separó de la de los chimpancés hace entre 6 y 10 millones de años. Aquel último ancestro común es un enigma, pero un fémur de siete millones de años ilumina ahora aquel oscuro periodo de la evolución. El hueso, hallado en África Central en 2001, apunta a que los miembros más antiguos de la familia humana —unos seres de 50 kilos y poco más de un metro de altura, pertenecientes a la especie Sahelanthropus tchadensis— ya poseían uno de los comportamientos más característicos de las personas: caminaban sobre dos patas.

El fémur ha protagonizado una de las guerras más feroces de la historia de la paleoantropología. Dicho hueso apareció junto a numerosos fósiles animales el 19 de julio de 2001 en el yacimiento de Toros-Menalla, en Chad, pero fue eclipsado por el hallazgo de un majestuoso cráneo (derecha) de siete millones de años. El director de las excavaciones, el paleontólogo francés Michel Brunet, de la Universidad de Poitiers, proclamó que habían encontrado “el principio del linaje del ser humano”.

El cráneo, según explicaron entonces sus descubridores, perteneció a un homínido con un cerebro de tamaño similar al de un chimpancé, pero que ya era posiblemente bípedo, a juzgar por el lugar de inserción de la columna vertebral en su cabeza. A aquel individuo lo bautizaron Toumaï, tal como llaman en ese desierto de Chad a los bebés que nacen justo antes de la estación seca. Significa “esperanza de vivir”, en la lengua local. La nueva especie se registró como Sahelanthropus tchadensis.

Conjunto de restos encontrados por Alain Beauvilain en 2001 en el desierto de Djurab (República del Chad): Fuente: Nature.

El auténtico culebrón empezó en 2004, cuando una joven estudiante, Aude Bergeret, se topó con el fémur en una colección de huesos animales indeterminados en la Universidad de Poitiers. Al sospechar que podía ser de la pierna izquierda de Toumaï o de otro ejemplar de la misma especie, y dado que Michel Brunet estaba excavando en Chad, la alumna le mostró el fémur a otro profesor de la misma institución, el italiano Roberto Macchiarelli. Tras un análisis preliminar, ambos llegaron a la conclusión de que los Sahelanthropus tchadensis se movían a cuatro patas y estaban alejados de la familia humana. No lograron publicar sus resultados hasta 2020.

Un nuevo estudio, más exhaustivo, del mismo fémur defiende todo lo contrario: los Sahelanthropus tchadensis sí caminaban sobre dos extremidades “habitualmente”. El trabajo se ha publicado en la revista Nature, escaparate de la mejor ciencia mundial. La especie se suma así a otras posteriores que también se movían sobre dos patas en los inicios de la familia humana, como Orrorin tugenensis, que vivió en lo que hoy es Kenia hace unos seis millones de años, y Ardipithecus ramidus, que caminó hace unos 4,4 millones de años por la actual Etiopía.

Los investigadores Franck Guy y Guillaume Daver analizan huesos en su laboratorio de la Universidad de Poitiers. CNRS.

El paleontólogo Guillaume Daver es uno de codirectores del nuevo estudio en la Universidad de Poitiers. Su equipo no cree que la capacidad de caminar sobre dos patas surgiera de manera independiente en diferentes especies. Daver sostiene que "lo más lógico es que este comportamiento apareciera una sola vez a lo largo de la evolución humana: o se heredó del último ancestro común o surgió pronto tras la divergencia entre los chimpancés y los humanos”. El imaginario colectivo, influido por los relatos religiosos, percibe la evolución como un camino recto desde los primitivos cuadrúpedos a la perfección del ser humano, pero la realidad se parece más a un árbol frondoso con ramas que se cruzan de manera confusa. Los chimpancés, que son más bien cuadrúpedos, pueden descender de una criatura que era más bien bípeda. O no.

Una de las leyendas vivas de la paleoantropología, el estadounidense Tim White, se ha mudado este año a España para incorporarse como científico afiliado al Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, en Burgos. En 1979, fue uno de los investigadores que presentaron al mundo los restos de Lucy, una australopiteca de un metro de altura que demostró que los ancestros humanos ya caminaban sobre dos patas hace más de tres millones de años en lo que hoy es Etiopía. En 2009, White anunció otro descubrimiento histórico: el esqueleto de Ardi, una hembra de una nueva especie extinta hallada en Etiopía, Ardipithecus ramidus, capaz de caminar erguida por el suelo hace 4,4 millones de años y también de moverse ágilmente por las ramas de los árboles mediante un descomunal pulgar oponible en el pie.

Tim White sostiene el cráneo de un homínido africano en el Centro Nacional de Investigación para la Evolución Humana en Burgos, España. RICARDO ORDONEZ.

Tim White bendice el nuevo estudio, en el que no ha participado. Los Sahelanthropus tchadensis sí andaban sobre dos patas. “Su conclusión es totalmente compatible con todo lo que sabemos sobre los primeros homínidos: definitivamente no eran ni como chimpancés modernos ni como humanos modernos, pero ya habían evolucionado en la dirección de los homínidos posteriores a partir del último ancestro común que compartimos con los chimpancés actuales”, opina White, que emplea la palabra homínidos para referirse exclusivamente a los primates bípedos.

El italiano Roberto Macchiarelli (izquierda), sin embargo, carga contra sus colegas de la Universidad de Poitiers. A su juicio, el nuevo estudio “omite indicios” de que los Sahelanthropus tchadensis eran cuadrúpedos y sus autores “mienten” sobre el origen del fémur. “La estudiante Aude Bergeret salvó el hueso de la destrucción en 2004 y ni siquiera la mencionan. La despidieron y secuestraron el material. Tardar más de 20 años en hacer un análisis es un nuevo récord mundial”, critica Macchiarelli.

De izquierda a derecha: el fémur, en vista posterior y medial; los cúbitos derecho e izquierdo, en vista anterior y lateral. A la derecha: Ejemplo de análisis realizado para interpretar el modo locomotor de Sahelanthropus tchadensis. Mapa de variación del grosor cortical en 3D para los fémures de (de izquierda a derecha) Sahelanthropus, un humano existente, un chimpancé y un gorila (en vista posterior). Este análisis permite comprender las variaciones de las limitaciones mecánicas del fémur e interpretar estas limitaciones en función del modo locomotor | Foto: Franck Guy / PALEVOPRIM / CNRS – Universidad de Poitiers.

El ambiente dentro de la Universidad de Poitiers es explosivo. Los codirectores del nuevo trabajo, Guillaume Daver y Franck Guy, se defienden de las acusaciones. Afirman que Macchiarelli y Bergeret llegaron a la conclusión de que los Sahelanthropus tchadensis eran cuadrúpedos a partir de un análisis preliminar del fémur, basado principalmente en fotografías realizadas antes de que se limpiasen los sedimentos adheridos al hueso.

Michel Brunet (derecha), jefe del equipo que descubrió los restos en 2001, empezó a excavar en el inhóspito desierto de Chad en 1994. Hoy tiene 82 años y asegura que no ha querido participar en el nuevo análisis. “Ha habido demasiados comportamientos extraños alrededor de estos fósiles desde su descubrimiento. Como soy un joven paleontólogo, valoro y necesito que haya más tranquilidad y mayor inteligencia para disfrutar de la ciencia”, bromea.

Brunet justifica el retraso de más de dos décadas. “Mi equipo, simplemente, estaba haciendo más excavaciones en Chad y esperando a que apareciesen más fósiles”, sostiene. "El resto es un triste cuento escrito por paleoantropólogos de sofá, con un montón de comportamientos inaceptables”, en clara alusión a Roberto Macchiarelli y Aude Bergeret. La antigua estudiante, hoy directora del Museo de Historia Natural Jacques de La Comble, en Autun (Francia), declina valorar el nuevo estudio. “Por mi parte, me alegro de que, después de todo este tiempo, por fin pueda haber un debate científico sobre el fémur”, responde Bergeret.

El desierto de Djurab, en Chad, donde se encontraron los fósiles del 'Sahelanthropus tchadensis'. CNRS – UNIVERSIDAD DE POITIERS.

Además del polémico fémur, el nuevo trabajo analiza dos cúbitos —los huesos del antebrazo— también hallados en el mismo yacimiento de Chad en 2001. Mientras que las características del fémur sugieren que los Sahelanthropus tchadensis caminaban por el suelo a dos patas, los dos cúbitos apuntan a que también podían trepar con agilidad por los árboles. A juicio del biólogo evolutivo Daniel Lieberman (izquierda), de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), no es un veredicto definitivo. “El fémur del 'Sahelanthropus' no presenta pruebas irrefutables del bipedismo, pero se parece más al de un homínido bípedo que al de un simio cuadrúpedo”, opina en un comentario independiente publicado en la revista Nature.

El escenario de la evolución humana queda ahora con los Sahelanthropus caminando a dos patas y trepando por los árboles hace siete millones de años, de manera quizá similar a como lo harían hace 4,4 millones de años los Ardipithecus ramidus en lo que hoy es Etiopía. El resto de la historia es más conocida. Los australopitecos, otros miembros de la familia humana, evolucionaron hace unos tres millones de años y perfeccionaron sus andares sobre dos patas, hasta que surgieron los miembros del género Homo, como los humanos modernos, capaces incluso de correr los 100 metros en menos de 10 segundos.

Recreación artística de los modos de locomoción del 'Sahelanthropus tchadensis'. SABINE RIFFAUT, GUILLAUME DAVER, FRANCK GUY / CNRS – UNIVERSIDAD DE POITIERS.

Tras décadas de polémicas y de arriesgadas excavaciones en el desierto de Chad, el veterano Michel Brunet cree que este puede ser el punto final del debate sobre si los Sahelanthropus tchadensis caminaban sobre dos patas: “En términos científicos, esto es, definitivamente, el fin del debate, pero ya veremos, porque todo esto también es una historia humana”.

Fuente: elpais.com | 24 de agosto de 2022

Hallada en Nueva Carteya (Córdoba) una de las mayores representaciones fálicas del mundo romano

Relieve fálico aparecido en el yacimiento El Higuerón de Nueva Carteya, en Córdoba (AYUNTAMIENTO DE NUEVA CARTEYA).

Casi medio metro de longitud. Eso es lo que mide el relieve fálico encontrado en el yacimiento de El Higuerón, en el municipio cordobés de Nueva Carteya. Podría ser uno de los mayores que se conservan, hasta ahora, de época romana. “Estamos consultando bibliografía y, de momento, no hemos podido encontrar otro de las mismas dimensiones”, confirma a NIUS Andrés Roldán Díaz (izquierda), investigador de la Universidad de Extremadura y director del Museo Histórico de Nueva Carteya.

El relieve fálico ha aparecido en uno de los sillares que forman la esquina noreste de un edificio que está siendo excavado por un equipo de especialistas. "Es un tipo de representación muy común y habitual en la antigua Roma, a pesar de la visión que se pueda tener en la actualidad”. Las representaciones y amuletos fálicos "eran, en la época, símbolo de buena suerte, fertilidad, virilidad, y protección contra el mal de ojo”, explica Roldán, que lidera este proyecto.

El relieve fálico hallado en uno de los sillares que forman la esquina noreste de la torre del yacimiento de El Higuerón. / Museo Histórico Local de Nueva Carteya.

Los trabajos comenzaron a principios de agosto. Tras semanas de excavación, los arqueólogos han podido alcanzar la base de la muralla construida en época ibérica en el sector oeste del yacimiento; un suelo de cal de época romana en el interior del gran edificio que corona la cima del cerro; un empedrado, también romano, situado en el exterior del mismo; y el acceso de esta construcción con diversas reformas, desde la puerta original romana hasta la que está visible actualmente de época medieval.

En el interior de la estructura se han descubierto habitaciones subterráneas donde almacenar productos agrícolas recolectados en los alrededores. Foto: Museo Histórico Local de Nueva Carteya.

Vigilancia para evitar curiosos

Hallazgos de gran valor que acaparan, sin embargo, menos interés mediático que el gran pene, del que por ahora solo se saben sus dimensiones: 45 cm de largo y hasta 25 en la zona más ancha. No se había visto nada igual antes. Tanto es así que se ha solicitado a la Guardia Civil que intensifique la vigilancia “durante el tiempo de desarrollo de la excavación y posteriormente”, al menos hasta que se valle la zona, para evitar el trasiego de curiosos y posibles expolios.

Foto: Vigilancia en el yacimiento de El Higuerón. MUSEO LOCAL NUEVA CARTEYA.

El Higuerón: referente en Córdoba

El recinto fortificado de El Higuerón fue excavado en los años 60 convirtiéndose en uno de los referentes de la cultura ibérica en la provincia de Córdoba. “A pesar de la importancia que ha tenido para la investigación arqueológica nunca se había planteado su puesta en valor, ya que únicamente se habían realizado algunos sondeos estratigráficos para conocer su cronología”, recuerda el arqueólogo.

El Ayuntamiento de Nueva Carteya adquirió los terrenos para iniciar un proyecto de investigación que termine con la musealización del asentamiento. Los trabajos que se están llevando a cabo consisten en excavar el posible acceso a la torre que se encuentra en el centro del yacimiento y uno de los lados del edificio. "Además, se está procediendo a la limpieza de uno de los lienzos de muralla mejor conservados, que es una de las zonas del yacimiento con un aspecto más monumental”, según Roldán.

Tras dos semanas de excavación, los arqueólogos han localizado importantes hallazgos, como la base de la muralla construida en época ibérica, así como restos del suelo o un empedrado de la época romana. Foto: Museo Histórico Local de Nueva Carteya.

Andrés María Adroher (izquierda), catedrático de Arqueología de la Universidad de Granada, indica que “la ventaja que vamos a obtener, a medida que avance la excavación, es que tendremos las ideas más claras con respecto a la propia naturaleza del yacimiento arqueológico, la posibilidad de futuro del mismo con respecto a su valorización y, además, entendemos que, con el paso del tiempo, irán apareciendo objetos que nos perfilarán mejor cual es el sentido del yacimiento”. De momento, el gran falo es el que se lleva todo el protagonismo.

Fuentes: niusdiario.es | nationalgeographic.com.es | 24 de agosto de 2022

Hallan restos de un cráneo neandertal de hace 60.000 años en el yacimiento del Abric Romaní de Capellades (Barcelona)

Natalia Garriga Ibáñez, consejera de Cultura de la Generalitat, y Eudald Carbonell, coodirector del yacimiento. (EFE/Siu Wu).

Un equipo de arqueólogos ha hallado en el yacimiento del Abric Romaní de Capellades (Barcelona) restos parciales de un cráneo de neandertal de 60.000 años de antigüedad, ha informado este jueves el Instituto Catalán de Paleoecologia y Evolución Social (Iphes-Cerca).

Hasta ahora se habían encontrado restos de neandertales en sólo dos yacimientos catalanes, el de una antigua cantera en el Pla de la Formiga, cerca de Banyoles, y en la Cova del Gegant, en Sitges, en el que hay restos datados de hace 72.000 años funcionaba como refugio itinerante para miembros de esta especie. Sin embargo, un nuevo hallazgo arqueológico en el yacimiento del Abric Romaní de Capellades (Barcelona) ha permitido descubrir que la presencia de los neandertales en Cataluña fue mucho más amplia y durante más tiempo.

El hallazgo del equipo, liderado por el catedrático de Prehistoria de la Universidad Rovira i Virgili (URV) de Tarragona e investigador del Iphes-Cerca, Eudald Carbonell, que lleva 40 años de excavación, supone la primera ocasión en la que se encuentran restos humanos neandertales en el yacimiento referido.

Uno de los objetivos de la campaña de este año era la excavación en extensión del nivel R del yacimiento, un nivel que corresponde a un campamento neandertal de hace 60.000 años especializado en la caza de ciervos.

Uno de los hallazgos más antiguos de Cataluña

El 19 de agosto se recuperaron una serie de restos óseos recubiertos, y, después de limpiarlos y analizarlos por parte de diversos especialistas, se determinó que correspondían a un cráneo parcial de neandertal: concretamente, el fragmento de cráneo conserva parte de los huesos parietales, temporal y cigomático. La técnica restauradora del Iphes-Cerca ha llevado a cabo un trabajo de restauración y conservación de estos restos humanos para que puedan ser manipulados para su posterior estudio.

Foto: Irene Cazalla restaurando los fragmentos del cráneo de neandertal encontrados durante esta campaña de excavación en el Abric Romaní.

Además, estos días se están tomando muestras geológicas de los hogares asociados a los restos y que serán procesados posteriormente en los laboratorios del Iphes. También serán importantes los trabajos de análisis de la industria lítica y los restos de fauna asociados a los restos humanos.

La determinación de las especies fósiles de vertebrados obtenidos en este nivel proporcionará a los investigadores una imagen muy precisa de las condiciones climáticas y del ecosistema en el que vivieron estas comunidades neandertales en Cataluña.

Arqueólogos trabajando en las excavaciones del Abric Romaní. ACN.

En la presentación, Carbonell aseguró que el nuevo descubrimiento puede aportar datos sobre la comunicación de los neandertales ya que "cada hueso nos explica unas cosas y los temporales son los que tienen más información de tipo mecánico y del lenguaje" pese a que también hallaron 'roto' un conductor auditivo. Además, los restos servirán para saber más de un grupo de neandertales, de entre seis y doce miembros, que se asentaron en esta zona hace 60.000 años. "Lo primero es determinar el sexo y la edad del sujeto al que pertenecen los huesos y buscar más en la excavación. Es una caja de pandora", dijo Carbonell quien confía en que "esperemos que no sean las últimas, sino las primeras".

El yacimiento será declarado bien cultural de interés nacional

Durante más de 40 años, el arqueólogo Eudald Carbonell y su equipo han sacado a la luz un yacimiento "excepcional, único", y la consejera de Cultura de la Generalidad, Natàlia Garriga, ha explicado en rueda de prensa que el Abric Romaní y la Cinglera del Capelló serán declarados bien cultural de interés nacional (BCIN). El Ayuntamiento de Capellades ha impulsado la tramitación, que supondrá más protección y reconocimientos para el conjunto y que el Gobierno de Cataluña prevé aprobar a finales de este 2022.

El alcalde, Salvador Vives, ha celebrado la importancia del descubrimiento y la futura declaración como BCIN del mismo, y, tanto él como la consejera, han agradecido el trabajo del equipo de investigadores por sus 40 años de excavaciones continuas.

A lo largo de estos años, se ha excavado una superficie de 300 metros cuadrados con múltiples capas y niveles arqueológicos, y ha llegado a rebajar la superficie hasta 10 metros de profundidad.

En todos estos niveles arqueológicos se han recuperado miles de restos de animales y herramientas de piedra, así como centenares de hogares y negativos de madera en buen estado, lo que ha llevado a considerar el yacimiento del Abric Romaní "uno de los más importantes para entender el comportamiento neandertal".

Fuentes: niusdiario.es | elconfidencial.com | elmundo.es | 25 de agosto de 2022

Ni lujo ni exotismo en los banquetes funerarios de la Barcelona romana

Tumbas de dos adultos en la necrópolis Villa de Madrid de Barcelona. MHCB, CC-BY 4.0

Una tumba no es una tumba hasta que no se sacrifica un cerdo sobre ella, decía Cicerón. En el Imperio Romano los ritos funerarios eran una cuestión de ley, que estipulaba ofrendas y banquetes para los difuntos, aunque no todo el mundo (sobre todo libertos y esclavos) podía permitírselo.

El último estudio de la necrópolis romana de la Villa de Madrid (siglos II y III), en el centro de Barcelona, y publicado en Plos One, arroja nueva luz sobre los menús funerarios de las clases populares gracias a la combinación de las nuevas técnicas de arqueología molecular con la arqueozoología y antropología tradicionales.

"Los romanos celebraban al difunto y su paso al más allá con banquetes y libaciones que vertían en la tumba, a veces a través de conductos y agujeros que se han encontrado en otros yacimientos. Ésta es una necrópolis de clases populares y no se hacían ritos con comidas exóticas: los alimentos eran los básicos y económicos del día a día, sobre todo cerdo, ternera y cabra. Hemos podido demostrar que la gente común no siempre cumplía la ley en cuanto a fiestas funerarias", explica el arqueólogo biomolecular Domingo C. Salazar-García (izquierda), de la Universidad de Valencia.

En la Antigua Roma, la muerte era toda una ceremonia: empezaba con la cena funeralis del día del sepelio y terminaba al noveno día con la cena novendiales, además de seguir celebrando el día del cumpleaños del fallecido o de los cultos en las fiestas de la parentalia (febrero), lemuria (mayo) o rosalia (cuando se depositaban rosas sobre la tumba).

Aunque Cicerón, Plinio, Petronio, y demás fuentes literarias, hablan de pomposas comidas y sacrificios de animales para el difunto (al que se reservaba su propia porción de comida y bebida), el pueblo llano no se permitía grandes dispendios.

Un enterramiento de la necrópolis. Domingo C. Salazar-García.

"Es importante estudiar a los muertos para saber cómo se vivía e ir más allá de las fuentes escritas. El dinero es dinero, y cualquiera que sea la importancia del más allá en la antigua sociedad romana, claramente la prioridad eran las personas vivas. Las microrresistencias a las reglas no razonables ya estaban presentes en ese momento", señala Salazar, que, junto a otros investigadores de la Universidad de Vic y el Instituto Catalán de Arqueología Clásica ha analizado isótopos de carbono y nitrógeno en alimentos animales y huesos humanos para averiguar qué comían y cuáles eran los banquetes posmortem. En las ofrendas funerarias se ha documentado cerdo (30%), ternera (27,1%), cabra (24,3%), pollo (10%), zorro (4,3%) y una testimonial presencia de corzo, conejo y liebre (1,4% en cada caso).

Descubierta en los años 50, la necrópolis de la Villa de Madrid es una de las mejor conservadas de la época imperial en Barcino. Se trata de una collegia funeraticia, una asociación privada, cual mutua, en la que se pagaba una cuota para ser enterrado. En las excavaciones de los años 2000-2003, se encontraron 66 entierros (59 inhumaciones y siete cremaciones), además de fosas con caballos y perros que acompañaban a sus dueños al más allá.

Vista general del conjunto de la 'Vía Sepulcralis' de la plaza de la Villa de Madrid de Barcelona. Fotografías realizadas por la profesora Elena Conesa Sánchez.

¿Diferencias sociales en el más allá?

Es bien sabido que en la Antigua Roma había diferentes estratos sociales, y que la riqueza y el estatus político eran de primordial importancia en la jerarquía social. En la necrópolis de la Villa de Madrid, los humanos enterrados eran principalmente personas con un poder adquisitivo limitado. “Esto lo sabemos tanto por la sencilla tipología de los entierros, como por el estudio antropológico que indicaba una esperanza de vida muy baja en esta población”, dice Xavier Jordana Comín (izquierda), antropólogo físico y profesor asociado de la UVIC-UCC, que analizó las restos esqueléticos humanos.

Es difícil extrapolar al sitio si la jerarquía social se tradujo al mundo simbólico del más allá al que fueron transportados los difuntos una vez muertos. Sin embargo, el estudio documenta un alto consumo de carne por parte de los hombres adultos durante su vida y una mayor presencia de ofrendas en los entierros de hombres adultos.

Por tanto, “estas diferencias en el ritual y la dieta probablemente muestran desigualdades sexuales durante la vida que podrían extrapolarse al más allá a través de los rituales funerarios. Es evidente que una de las maneras en la sociedad romana de expresar las diferencias económicas y sociales entre los individuos era a través de los rituales de comida funeraria”, dice la autora principal Lídia Colominas (derecha), investigadora Ramón y Cajal del Instituto Catalán de Arqueología Clásica.

"También queríamos profundizar en si las desigualdades de género en la sociedad romana se extrapolaban a los ritos funerarios", agrega Salazar. Pero, al tratarse de clases populares, el consumo de alimentos era más reducido, independientemente del sexo. "Sí destacan dos individuos masculinos con un mayor consumo proteico a lo largo de su vida: ¿por ser hombres? ¿O tal vez venían de otra región, nacieron en los Pirineos y murieron en Barcino? Es lo que estudiaremos ahora a través de un análisis del isótopo de los dientes para saber dónde pasaron su infancia", cuenta Salazar.

Inscripción en una tumba de la plaza de la Villa de Madrid de Barcelona. Fotografía realizada por la profesora Elena Conesa Sánchez.

Las nuevas técnicas de análisis biomolecular permiten obtener información hasta ahora inédita a partir del sarro. "Antes, en arqueología se desechaba el sarro, hace apenas 10 años que podemos analizarlo y encontrar nuevos datos", destaca el arqueólogo.

Fuentes: elmundo.es | Universidad de Valencia | 24 de agosto de 2022