La tercera 'catedral' de Salamanca fue construida hace 2.600 años

Restos del edificio de la Edad del Hierro destinado al culto, cuya planta guarda similitud con templos de culturas del Mediterráneo Oriental. | ALMEIDA

El románico de San Martín, Santo Tomás Cantuariense y San Cristóbal rejuvenecen al pensar en un edificio destinado al culto con más de 2.600 años de historia. Su estructura rectangular de adobe que ya se podía observar en el Cerro de San Vicente, pero cuya función se desconocía hasta ahora, recuerda la planta de antiguos santuarios del Mediterráneo Oriental, incluso guarda similitud con el eje axial, la división en tres estancias acotadas y la elevación de los primeros templos griegos. Incluso en su entrada hay tres hoyos de poste, a modo de columnas.

La nueva campaña arqueológica que se está desarrollando este agosto en el parque arqueológico se ha topado con la que, hasta el momento, sería la primera construcción sacra de la ciudad de Salamanca, con la “catedral” del antiguo poblado de la primera Edad del Hierro.

Recreación digital de la aldea asentada en el Cerro de San Vicente en la primera Edad del Hierro.

Todo indica que “el culto, la religiosidad o los ritos que se llevaron a cabo en ella tenían una raigambre de naturaleza oriental”. Un año después de localizar en la casa contigua, en la cabaña del “patriarca” de esta aldea prehistórica del siglo VII y VI a.C., un amuleto de la diosa egipcia Hathor, así como otras piezas —cuentas de collar y fragmentos de cerámica de fayenza—, este nuevo trabajo refuerza la tesis de cómo, a través de las rutas comerciales, los primeros salmantinos recibían importantes influencias egipcias y fenicias. Un influjo que no solo afectaba al uso de determinados materiales y joyas, sino que también se percibe en la arquitectura y la religiosidad. Resultaría menos llamativo si este poblado estuviese más cerca de la costa mediterránea y de las rutas marítimas de aquella época. Pero, ahora está claro que los ecos de aquellas antiguas civilizaciones orientales llegaron hasta el interior de la península ibérica. Se expandieron hasta la prehistórica Salamanca.

“El hallazgo es importante porque nunca se había visto un edificio destinado al culto de estas características en el norte de la península ibérica”, explica el profesor de la Universidad de Salamanca Juan Jesús Padilla Fernández (izquierda), quien, junto al también profesor Antonio Blanco, y los arqueólogos Carlos Macarro (Ayuntamiento) y Cristina Alario, dirige esta excavación.

¿Es un santuario?

¿Un templo? “Puede cumplir la función de templo. Pero preferimos ser cautos”, apunta Padilla. “Hay que investigar más. Es un edificio en el que se realizaban un conjunto de actividades rituales, sacras, no domésticas, destinada a actos litúrgicos asociados a la comensalidad”, añade Cristina Alario, quien explicará los nuevos hallazgos a los cada vez más numerosos visitantes del Cerro.

Los arqueólogos ya sabían que no era una casa al uso. Para empezar es de planta rectangular. Aunque la mayoría de las que se han descubierto en el Cerro son de planta circular, hay alguna que también tiene esta forma, pero en el caso del edificio 3 —en el que se está investigando actualmente— la disposición no era la habitual con un vestíbulo y un hogar central. Durante la excavación —se ha profundizado más de dos metros, hasta llegar a la roca madre—, se ha encontrado una superposición de cenizales, separados por capas de arcilla, y todo ello rematado por un suelo de 'ladrillos' de adobe. “Se ve que ha habido una actividad de comensalidad muy importante en torno a esta zona”, apunta Padilla. “En el mundo antiguo la celebración y los ritos estaban vinculados a comer y beber”, aclara Carlos Macarro.

Foto: Cristina Alario, en primer plano, junto al grupo de arqueólogos y universitarios que participaron en la excavación del pasado verano.

¿Qué pruebas lo sustentan?

Entre esas capas de ceniza, restos de las numerosas hogueras y celebraciones que albergó ese lugar antes de levantar el edificio 'sacro' en torno al 654 y el 575 a.C., se han encontrado materiales procedentes del Mediterráneo Oriental, como engobes rojos fenicios —platos, cuencos y una jarrita— y varias cuencas de collar de fayenza, un material vinculado con la artesanía egipcia.

“Aparte de restos de fauna y cerámica de cocina común, nos encontramos una gran cantidad de vasos de consumo para poder beber o celebrar. Y, en muchas ocasiones, aparecen rotos ex profeso. Los han querido tirar al suelo”, describe Juan Jesús Padilla. Todo ello dataría de la primera Edad del Hierro. No es la única particularidad de este edificio del que solo se conservan los cimientos. Los restos de pizarra dispuestos en vertical a su alrededor, dan la sensación de un recubrimiento, poco habitual, que lo convertía en un espacio singular en el poblado.

Foto: Destacan los silos, para el almacenamiento de alimentos, y la casa de planta rectangular, destinada al culto ritual y de avanzada arquitectura para la época.

Una ‘catedral’ con su ‘plaza’

Si aquel antiguo poblado tenía su 'catedral', una cabaña para ritos vinculados a la comida y la bebida, también tenía su particular 'plaza de Anaya'. Junto a este edificio se abría un espacio público, en el que "se han hallado los restos de “una gran parrilla, donde preparaban la comida”, señalan los expertos. A este lugar se llegaba por una 'calle', sobre la que hoy se encuentra la pasarela instalada para los visitantes. Y la nueva excavación ha sacado a la luz otra curiosa construcción cuadrada de uso incierto, que los arqueólogos confían en que depare nuevas sorpresas.

Las renovadas laderas del Cerro de San Vicente.

Fuente: lagacetadesalamanca.es | 23 de agosto de 2022

Hallan un diente de tiburón de hace 2700 años en el Cerro San Vicente

Diente de tiburón hallado junto a fragmentos de cerámica en un cenizal del poblado prehistórico.

Ss lo hubiesen hallado en la superficie, o en cualquier calle cercana, la explicación sería más sencilla. Pero, ¿qué hacía enterrado a 800 metros de altura sobre el nivel del mar, a más de 300 kilómetros de la playa más cercana y bajo una construcción del siglo VII-VI a.C. restos de un animal marino? “Lo que sí es seguro es que hemos encontrado un diente de tiburón fósil”, insistía el profesor del departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad de Salamanca, Juan Jesús Padilla, mientras sus compañeros de excavación los arqueólogos Cristina Alario y Carlos Macarro asentían.

Pero, ¿Cómo ha llegado hasta aquí? “No lo sabemos”. ¿Fosilizado? “Sí, puede ser. Lo tienen que mirar especialistas, pero es de tiburón fijo”, recalcan Macarro y Padilla. Entonces, ¿estaba en la roca madre, es decir, por debajo de los restos de este primer poblado que se asentó en Salamanca? “No. Estaba justamente en ese suelo. Puede ser un colgante. Estaba junto a fragmentos de cerámicas”. ¿Y cómo ha llegado hasta aquí? “Es posible que tenga que ver con esa comunicación tan fluida con el Mediterráneo Oriental que había en la primer Edad del Hierro”, explica el profesor Padilla. “Si es de esa época, pudo venir con los productos del mar que traía la gente”, añade el arqueólogo municipal dejando claro que aún queda mucho que investigar.

Un abalorio hallado durante la excavación.

Después del amuleto egipcio, cuyo hallazgo sorprendió el pasado verano y los restos de cerámicas de origen fenicio y de culturas mediterráneas orientales, el colmillo de escualo deja claro que, gracias a las rutas comerciales, para los primeros habitantes de Salamanca el mar no estaba tan lejos como cabría pensar ni tampoco vivían aislados de la influencia de las civilizaciones asentadas a orillas del Nilo o en los territorios que hoy ocupan Siria, Líbano y el Norte de Israel.

Pero, el de tiburón no es el único diente hallado este agosto en el Cerro de San Vicente. El pasado año, en la anterior campaña ya encontraron un diente humano en la casa de planta circular que perteneció a un miembro destacado de aquella aldea prehistórica, y este verano han descubierto otros tres más. “Puede que alguno de ellos sea también animal”, recalcan los expertos a la espera de que se realicen las pertinentes pruebas.

Durante estas tres semanas de excavación —aún les queda una y media—, en la que están colaborando 25 estudiantes de la Universidad de Salamanca, también se han topado con otro elemento curioso entre los 'desperdicios' que quedaron en los cenizales de aquel poblado que años después se trasladaría al teso de las catedrales para hacer crecer la ciudad de Salamanca. “Hemos encontrado restos de caparazón de tortuga, consumida. Bueno, que son del Tormes”, apunta Padilla.

Durante la excavación realizada en el singular edificio de adobe que, al parecer se destinó al culto y los rituales, se han 'desempolvado' también fragmentos de platos, cuencos y jarras de barniz rojo de origen fenicio, así como dos cuentas de collar de fayenza, propia de las culturas egipcia y del Mediterráneo Oriental.

Estos descubrimientos de piezas, que en muchas ocasiones tan solo miden unos centímetros, refuerzan la idea cada vez más evidente de que aquel poblado de la Cultura del Soto —que se desarrolló durante medio milenio, entre los siglos IX y V a.C. en la zona mesetaria de la cuenca del río Duero— no vivía aislada, sino que el comercio marítimo y las rutas terrestres que atravesaban la Península la hicieron permeable a la influencia de las grandes civilizaciones asentadas en lo que en la primera Edad del Hierro podía parecer el otro lado del mundo. Unos trabajos que añaden valor al parque arqueológico de Salamanca, lo convierten en fuente de información histórica y despiertan más interés turístico por el poblado.

Fuente: lagacetadesalamanca.es | 23 de agosto de 2022

Descubren una tumba prehistórica con 169 anillos de oro en Rumanía

Foto: Los anillos de oro fueron encontrados en el interior de una de las tumbas.

Durante los trabajos de construcción de una carretera que une la ciudad de Oradea, en el condado rumano de Bihor, con la autopista A3, un equipo de arqueólogos encontró numerosos yacimientos llenos de misterios. Tres de ellos pertenecen al periodo Neolítico, dos a la Edad del Bronce, otros dos al periodo romano y dos más de la Edad Media.

Entre todos ellos, una tumba llamó poderosamente la atención de los investigadores: los restos pertenecían a una mujer de la cultura de Tiszapolgár, que pobló la Gran Llanura Húngara entre los años 4.500 y 4.000 a.C.

Con numerosos yacimientos en Crișana, Transilvania, la parte oriental de Eslovaquia y el Oblast ucraniano de Zakarpattia, las informaciones sobre la cultura de Tiszapolgár son escasas y su modo de vida se conoce principalmente gracias a las tumbas dispersas por esta región centroeuropea, lo que recalca aún más, si cabe, la importancia de este descubrimiento.

UN HALLAZGO SORPRENDENTE

En una nota de prensa del museo Tarii Crisurilor de Oradea, en Rumanía, los arqueólogos detallan sus apreciaciones sobre el descubrimiento de la tumba de lo que parece ser una mujer de clase alta, pues fue encontrada sin armas, una característica definitoria de los enterramientos de los hombres de Tiszapolgár.

Sin embargo, lo que disipó las dudas sobre su estatus social fue su ajuar funerario: la mujer estaba enterrada con 169 anillos de oro que adornaban su pelo, un brazalete en espiral hecho a base de cobre, además de dos rosarios dorados y otros 800 pequeños rosarios fabricados a base de hueso.

En base a los estudios preliminares de la dentadura y la estatura de los restos encontrados todo parece indicar que la mujer enterrada perteneció a la clase alta de esta cultura centroeuropea perteneciente al Neolítico. Las muestras han sido enviadas a laboratorios en Rumanía y Países Bajos para obtener dataciones más precisas a través del análisis con carbono-14, además de su ADN y otros estudios antropológicos.

Dentro del marco de este proyecto que se llevó a cabo entre marzo y junio de este año, el equipo también encontró restos de dos viviendas cercanas a la localidad de Sântandrei (Rumanía) que contenían cerámicas pertenecientes al periodo comprendido entre el siglo 2 a.C. y el 2 d.C. El grupo de arqueólogos también identificó otro asentamiento sármata en las inmediaciones de Bijaria, además de un esqueleto femenino enterrado con numerosas joyas en la necrópolis del asentamiento.

Fuente: nationalgeographic.com.es | 17 de agosto de 2022

¿Solo venimos de África? Paleontólogos españoles cuestionan la trayectoria de nuestra especie

José María Bermúdez de Castro, codirector de Ataouerca. El 'Homo sapiens' salió de África, pero es probable que sus antecesores evolucionaran en Oriente Próximo, según una hipótesis que cambia el paradigma de la paleoantropología EFE/Santi Otero).

En los últimos días, José María Bermúdez de Castro se ha visto sorprendido por un aluvión de correos electrónicos de colegas paleoantropólogos de todo el mundo. No se lo esperaba, pero es lo que pasa cuando publicas una hipótesis bien fundamentada que puede revolucionar toda una disciplina científica. En este caso, el nuevo paradigma cambiaría un pilar fundamental de lo que creíamos saber sobre el linaje de nuestra especie. El Homo sapiens apareció en África, eso está claro, pero los expertos han dado por sentado que sus antecesores siempre pertenecieron a este continente y ahora algunos expertos se atreven a cuestionarlo.

Bermúdez de Castro, uno de los codirectores de las excavaciones de Atapuerca (los otros dos son Juan Luis Arsuaga y Eudald Carbonell), acaba de publicar junto a María Martinón-Torres, directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh, con sede en Burgos), un artículo en la revista Quaternary International que pone en duda las ideas actuales sobre el árbol genealógico de nuestra especie y, en particular, sobre la localización geográfica de sus antecesores. Al revisar el registro fósil, los autores no encuentran pruebas de que el continente africano fuera el hogar del último ancestro común de los sapiens y los neandertales (Homo neanderthalensis). En cambio, parece haber indicios que apuntan a Asia y, en particular, a Oriente Próximo.

"Vamos contra el paradigma actual que, por inercia, afirma que todo está en África. Lo que hacemos en este artículo es mover el cesto y hacer reflexionar a los colegas. En ciencia no hay nada resuelto, todo es dinámico y está sujeto a las evidencias que hay", explica Bermúdez de Castro en declaraciones a Teknautas. Cuando en los años 90 los investigadores de Atapuerca descubrieron y definieron la especie Homo antecessor, que vivió hace más de 800.000 años, la propusieron como ese ancestro común desconocido, pero precisamente la situación de la península ibérica, en el extremo más occidental de Europa, hizo que se descartara esta hipótesis. Parecía poco probable que las demás especies humanas se hubieran dispersado y hubieran evolucionado desde esta esquina tan aislada si vemos el mapa de Europa, Asia y África en conjunto.

Desde entonces, nadie se ha atrevido a situar ninguna rama del linaje que desemboca en nuestra especie fuera de África, pero la realidad es que "sigue quedando la duda de dónde está el ancestro común" de los humanos modernos, con origen en el continente africano, y de los neandertales, vinculados tradicionalmente a Europa, pero también a Oriente Próximo, según estudios recientes. La mayor parte de los investigadores admiten que esa especie desconocida podría tener entre 550.000 y 765.000 años. Es difícil precisar más, porque la genética está basada en la tasa de mutación, que es variable, y no sirve para datar.

María Martinón-Torres, coautora del artículo y directora del Cenieh. (EFE).

La falta de evidencias en África

Su ubicación tampoco está clara y esta cuestión es la que ponen sobre la mesa Bermúdez de Castro y Martinón-Torres en el artículo de Quaternary International, que revisa todos los hallazgos relevantes de África. Para algunos autores, los fósiles del yacimiento de Jebel Irhoud (Marruecos), con 300.000 años de antigüedad, ya se podrían considerar de Homo sapiens. En cambio, otros afirman que los primeros fósiles con los rasgos que definen claramente a nuestra especie desde el punto de vista anatómico serían los de Omo Kibish (Etiopía), que tienen 230.000 años. En cualquier caso, el problema es que en este continente no se han encontrado registros que marquen una tendencia evolutiva hacia Homo sapiens. Más bien, al contrario, hay hallazgos que se alejan mucho de ese ancestro común que debería presentar características ya muy próximas a nosotros, por ejemplo, el cráneo de Bodo (también de Etiopía), de hace 600.000 años.

Cráneo de Bodo (Etiopía), datado en 600.000 años.

"Si nos vamos hacia atrás en el tiempo, no encontramos ninguna evidencia que nos diga que el ancestro común está en África, pero eso es lo que propone la mayor parte de la gente, simplemente, porque siempre hemos pensado que todo sale de este continente. Sin embargo, nosotros y otros colegas creemos que Eurasia también tiene un papel destacado en la evolución durante los últimos dos millones de años", comenta el paleoantropólogo. De hecho, además del Homo antecessor de Atapuerca, en Asia se han encontrado el Homo floresiensis, el Homo luzonensis y los desinovanos (aún no clasificados como especie o subespecie).

Estos ejemplos muestran que algunas especies humanas evolucionaron lejos de su origen africano, pero la cuestión es encontrar al misterioso pariente común que iba a dar lugar a los neandertales europeos y a los sapiens de África. ¿Dónde deberíamos buscarlo? "Nuestra propuesta es fijarnos en un punto intermedio. En Oriente Próximo hay fósiles de hace 300.000 o 400.000 años que se denominan mosaicos, es decir, tienen características que recuerdan a los europeos, a los asiáticos y a los africanos. Esto nos está diciendo que pueden estar relacionados con ese ancestro que nadie encuentra", aclara el experto, que también es investigador del Cenieh.

¿Por qué Oriente Próximo?

En ese sentido, "siempre se dice que hemos salido de África, desde las primeras especies humanas hasta nosotros; pero ¿y si volvimos a entrar?", se pregunta el experto. La paleoclimatología y la paleogeografía apoyan esta idea. Algunos trabajos explican que el paisaje del noreste de África y de la península arábiga ha sufrido transformaciones radicales. "Durante las fases interglaciares, las lluvias son abundantes y el Sáhara reverdece, así que los homínidos se pudieron mover con facilidad en estas condiciones", apunta Bermúdez de Castro. Además, hay yacimientos en la península arábiga, hoy desértica, que evidencian la existencia de fases tan húmedas como para albergar hipopótamos. En definitiva, en ciertos momentos del Pleistoceno, era un lugar propicio para el movimiento de especies. "Los humanos pueden haber salido de África, pero también pudieron regresar, porque en realidad Oriente Próximo no es más que es una prolongación de este continente o también una zona de transición o un cordón umbilical entre continentes", añade el experto.

Foto: Reconstrucción de los fragmentos del espécimen denominado Nesher Ramla, el cual vivió en la zona del actual Israel hace entre 400.000 y 130.000 años. (Universidad Complutense).

El puzle de la evolución humana es cada vez más complejo, pero los investigadores del Cenieh creen que si se encuentra la pieza del ancestro común en Oriente Próximo, encajaría perfectamente con todo lo que sabemos hasta ahora. "Sería una especie 'hermana del 'Homo antecessor' de Atapuerca, que probablemente habría coincidido o estaría muy próxima en el tiempo, pero no en la ubicación, y que habría evolucionado en esta zona para después migrar hacia África, ya convertida en 'Homo sapiens', y a Europa, como 'Homo neanderthalensis'".

¿Cómo sería exactamente esa especie aún no encontrada? Algunos investigadores tratan de resolver la cuestión mediante algoritmos matemáticos. El resultado une las características que encontramos en fósiles de neandertales y en 'sapiens' antiguos y actuales, pero hay expertos que consideran que la realidad sería diferente. Por ejemplo, el británico Chris Stringer considera que el ancestro común debe ser un mosaico con caracteres arcaicos y modernos, pero no una mezcla intermedia. "Nosotros estamos totalmente de acuerdo. Por ejemplo, la cara de 'Homo antecessor' es moderna y podría ser una característica común", apunta Bermúdez de Castro.

Una especie muy próxima a Atapuerca

De hecho, considera que el ancestro común podría parecerse mucho a esta especie de Atapuerca. Un trabajo publicado por Nature en 2020 avala esta idea. Los investigadores lograron secuenciar proteínas del esmalte de un diente de Homo antecessor de 800.000 años y encontraron que tenían una estrecha relación con Homo sapiens, neandertales y denisovanos. A pesar de que la península ibérica es un lugar muy aislado, rodeada por el mar y los Pirineos y apartada del meollo de la evolución, hasta aquí habría llegado este grupo emparentado con el antepasado de los humanos modernos que aún no ha aparecido.

¿Por qué aún no se han encontrado los fósiles clave en Oriente Próximo? "Estoy seguro de que hay numerosos yacimientos por explorar, que nos darían muchas pistas", comenta el codirector de Atapuerca. Sin embargo, apenas se ha explorado esta posibilidad. Aunque en Israel se está excavando mucho, en otras zonas de la región es mucho más difícil debido a los conflictos bélicos o a problemas económicos. "Son lugares muy complicados", lamenta, pero tarde o temprano, la única manera de confirmar o refutar la hipótesis de los paleoantropólogos españoles será que aparezcan nuevos fósiles que encajen en el edificio de la evolución humana.

Mientras tanto, Bermúdez de Castro sigue revisando la bandeja de entrada de su correo. Los expertos internacionales han acogido de forma bastante favorable su planteamiento. "Al menos, no están en desacuerdo, no hay reacciones adversas", comenta. "La mayoría coincide en que el paradigma actual está un poco anquilosado". Por eso, si en el futuro los hallazgos confirman la nueva hipótesis, "estaré encantado de haber levantado la liebre".

Fuente: elconfidencial.com | 20 de agosto de 2022

La vestimenta y los adornos del Paleolítico lucen en el Centro Tito Bustillo de Ribadesella (Asturias)

La vestimenta y los adornos y colgantes que utilizaron los grupos de cazadores-recolectores que poblaron Ribadesella en el Paleolítico Superior centran el nuevo bloque expositivo de la muestra De la oscuridad a la luz. La cultura material de las cuevas de Ribadesella en los fondos del Museo Arqueológico de Asturias en el Centro de Arte Rupestre de Tito Bustillo.

Esta mañana el director general de Política Llingüística, Antón García, ha visitado la exposición acompañado, entre otros, por Luis Fuentes, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Ribadesella y las concejalas Belén Fernández y Cristina Cerra; y los guarda-guías de Patrimonio Cultural Santiago Calleja y Miguel Polledo, que han elaborado el contenido de la muestra.

El trabajo de la piel y el utillaje básico para la vestimenta paleolítica o los más de 200 objetos de adorno documentados en las cuevas de Ribadesella, un 89% en Tito Bustillo con piezas destacadas como el conjunto de colgantes en hueso hiodes, son algunos de los aspectos que se abordan en este tercer bloque temático de la muestra.

Además de paneles informativos, el público puede ver desde hoy y hasta el 16 de octubre objetos de adornos y colgantes procedentes de la Cueva de Tito Bustillo como los fabricados con conchas de moluscos o con dientes y huesos hioides de animales. También se podrán observar distintas herramientas empleadas para la confección de la vestimenta, también halladas en Tito Bustillo, como punzones, espátulas y agujas.

El Centro Tito Bustillo organiza un programa de actividades paralelas relacionadas con el contenido de la muestra. Para el público familiar se realizarán dos talleres: Prehisto-maestros de la costura, para aprender a manejar la aguja al estilo de nuestros antepasados y conocer el trabajo que realizaban con las pieles para fabricar ropa y piezas textiles, los sábados y domingos del 20 de agosto al 18 de septiembre; y Adornos ancestrales, para realizar un collar con abalorios similares a las que utilizaban los grupos de cazadores-recolectores paleolíticos, los fines de semana del 24 de septiembre al 16 de octubre.

Además Esteban Álvarez, profesor de la Universidad de Salamanca y uno de los directores del proyecto de investigación centrado en la zona de la antigua entrada de la Cueva de Tito Bustillo, ofrecerá una conferencia sobre el arte mobiliar, vestimenta y adornos en la Prehistoria en la comarca del Sella el 10 de septiembre. También habrá visitas guiadas a la muestra temporal el 27 de agosto y 24 de septiembre de la mano de Miguel Polledo y Santiago Calleja, en la que explicarán los detalles más relevantes de este bloque expositivo, y un taller de arqueología experimental con Aurelio Munúa el 10 de octubre.

El Centro de Arte Rupestre ofrece además el taller Arte en familia en el que conocer las técnicas y materiales con las que pintaron cuevas como la de Tito Bustillo los miércoles, jueves y viernes de este mes y el taller infantil Pequeños artistas de la Prehistoria todos los días de apertura en agosto y los fines de semana de septiembre.

Se puede consultar información ampliada de las actividades en la web centrotitobustillo.com. El Centro de Arte Rupestre, dependiente de la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo, está gestionado por la Sociedad Pública de Gestión y Promoción Turística y Cultural del Principado de Asturias.

Actividades y talleres en el Centro Tito Bustillo

  • Taller Arte en familia, los miércoles, jueves y viernes de julio y agosto, a las 16:00 horas.
  • Taller Pequeños artistas de la Prehistoria, todos los días de apertura en agosto y fines de semana de septiembre, a las 12:00 horas.
  • De la oscuridad a la luz. La cultura material de las cuevas de Ribadesella en los fondos del Museo Arqueológico de Asturias. Tercer bloque expositivo sobre vestido, adornos y colgantes en el Paleolítico Superior. Del 17 de agosto al 16 de octubre, de miércoles a domingo, en el horario de apertura del Centro.
  • Taller Prehisto-maestros de la costura, el 20, 21, 27, 28, de agosto y 3, 4, 8, 10, 11, 17 y 18 de septiembre, a las 16:00 horas.
  • Visita guiada a la exposición De la oscuridad a la luz, el 27 de agosto y 24 de septiembre, a las 12:00 horas.
  • Taller Adornos ancestrales, 24 y 25 de septiembre y 1, 2, 8, 9, 15 y 16 de octubre, a las 16:00 horas.
  • Taller de Arqueología experimental con Aurelio Munúa, el 10 de octubre, de 10:00 a 14:00 horas.
  • Conferencia Arte mobiliar, vestimenta y adorno en la prehistoria del Sella a cargo de Esteban Álvarez, el 10 de setiembre, a las 12:00 horas.

Fuente: asturiasmundial.com | 18 de agosto de 2022

Descubierto en Sabadell el segundo acueducto romano subterráneo más importante de Cataluña

Zona conservada del' cuniculus' de Sant Pau de Riu-sec en Sabadell /ACN / ALBERT SEGURA.

Las obras para construir un centro comercial en el entorno de Sant Pau de Riu-sec en Sabadell (Vallés Occidental) han dejado a cuerpo descubierto un cuniculus, un acueducto romano subterráneo que, con 150 metros de longitud, es el segundo más importante localizado nunca en Catalunya.

Su aparición pone de manifiesto la importancia que el agua tenía en un entorno del Vallés donde se tienen registrados diferentes núcleos habitados durante la época romana, y que podría servir para regar campos, servir a negocios de alfarerías o a los hogares. Ahora se trabajará de manera conjunta con la propiedad de los terrenos para conservar unos 20 metros de la estructura y hacerla accesible al público, la segunda de estas características que se encuentra en la capital vallesana.

El entorno de la localización

El entorno de Sant Pau de Riu-sec se encuentra en plena transformación desde principios de siglo. Los campos que gobernaban este espacio están dejando paso poco a poco a un polígono en expansión, en que empresas de diferentes sectores, como por ejemplo el tecnológico, de la construcción o del mueble se están instalando gracias a las buenas comunicaciones viarias con el país.

Precisamente, este criterio es el que se había utilizado dos mil años atrás para crear núcleos habitados, aprovechando la proximidad con la Vía Augusta, que recorría la costa de la península ibérica de norte a sur, de los Pirineos a Cádiz, pasando por lo que hoy conocemos como el Vallés.

Por este motivo, los espacios donde se ha ido construyendo las tiendas de Sant Pau de Riu-sec forman parte de un entorno considerado área de expectativa arqueológica. De hecho, ya en 2007 se hizo una campaña alrededor de la antigua iglesia de Sant Pau de Riu-sec para delimitar el yacimiento ya existente y que reúne restos que se remontan a la época romana republicana del siglo II a. C.

El hallazgo

Con el movimiento de tierras previo al levantamiento de un nuevo centro comercial del sector de la construcción, se ha hecho el último hallazgo en este entorno, situado entre la autopista C-58 y el Aeropuerto de Sabadell. Los estudios geológicos previos permitieron localizar un espacio soterrado que todo hacía apuntar que se trataba de una galería, momento en que se empezó a trabajar para dejar a cuerpo descubierto la estructura.

"Se trataba de un 'cuniculus', el cual tenía la función especifica de llevar agua limpia procedente de una fuente, un río o una riera a un destino, como por ejemplo una villa romana situada no sabemos muy bien dónde", explica Genís Ribé (izquierda), técnico del Museo de Historia de Sabadell (MHS).

De hecho en el entorno de Sabadell se tiene constancia de diferentes espacios donde los romanos se instalaron, como el mismo Sant Pau, el entorno de Castellarnau, el espacio donde actualmente está la zona comercial de Sant Quirze del Vallés o la villa romana de la Salud, todo un referente.

El resultado fue el descubrimiento de un acueducto subterráneo de 60 centímetros de ancho y un metro de alto, espacio suficiente para que sus constructores trabajaran la cavidad de manera manual. Se ha descubierto el inicio, pero no el final, dado que las construcciones que se han hecho en otras épocas pueden haber destruido la continuidad lineal, si bien no se descarta que haya más tramos más adelante.

"En el trazado hemos encontrado varios pozos que servían tanto para facilitar su construcción como para garantizar que el agua circulara correctamente sin que colapsara", explica Ribé. En estos agujeros se ha encontrado los espacios que servían para colocar los listones de madera que hacían las funciones de escalones, y de su interior se ha extraído dolium y tègula romana, que ahora se analizarán para intentar datar con exactitud la época en que el cuniculus estuvo en funcionamiento.

El segundo más importante del país

El hallazgo de la estructura frenó las tareas de construcción para poder hacer los estudios arqueológicos correspondientes. Su dimensión, 150 metros de longitud, lo convierten en el segundo más importante encontrado nunca en Cataluña, por detrás del de Tarragona, correspondiente a la capital imperial, y del cual se han localizado unos 300 metros.

Sabadell es tierra prolífica en el ámbito arqueológico, como mínimo en cuanto a cuniculus. En 2004, en el marco de las excavaciones que se llevaron a cabo en el entorno de Can Gambús para convertirlo en barrio, se localizó uno de 128 metros de longitud, y de los cuales se conservan unos 80 metros y que lo sitúan como la tercera estructura de sus características localizada nunca en el país.

Una vez documentado y constatado que posiblemente daba servicio a la antigua villa romana de Can Feu, situada a medio kilómetro del lugar, se va museizar para hacer visitable una parte del acueducto. Es el mismo que se quiere hacer con el extremo que se ha acordado conservar en Sant Pau de Riu-sec, una vez se culmine la construcción de la nueva tienda.

A pesar de que todavía está por definir el proyecto, se prevé ubicar en el espacio destinado al aparcamiento del centro comercial, con el objetivo de garantizar el acceso a todo aquel quien lo quiera ver desde fuera, y abriéndolo de manera acordada a visitas.

Fuentes: elperiodico.com | diaridesabadell.com | 16 de agosto de 2022

La Roca de los Bueyes (Lérida) aporta nuevos restos sobre los neandertales que pasaron hace 60.000 años

Panorámica del yacimiento arqueológico Roca de los Bueyes (Roca dels Bous), Lérida.

La nueva campaña de excavaciones en la Roca de los Bueyes (Roca dels Bous), en Sant Llorenç de Montgai (Noguera, Lérida), pone el foco en las ocupaciones más antiguas de este yacimiento del Paleolítico Medio. Los trabajos se centran en los hogares ocupados por los neandertales que pasaron hace 60.000 años. Las cenizas conservadas aportan información a los investigadores para conocer aspectos como la vegetación del momento, el combustible que usaban o los motivos que los llevaban a encender hogueras.

La investigación la lleva a cabo el Centro de Estudios del Patrimonio Arqueológico de la Prehistoria de la Universidad Autónoma de Barcelona (CEPArq-UAB). En esta edición, participan una docena de estudiantes de diferentes universidades del Estado y de otros países como Francia o Australia.

El yacimiento de la Roca de los Bueyes, situado en la zona del Prepirineo catalán, se adscribe al periodo del Paleolítico Medio. Es un yacimiento clave para la investigación arqueológica y conocer la forma de vida y actividades que llevaban a cabo los neandertales que pasaron por la zona. Hace entre 60.000 y 50.0000 años, aquellos homínidos solían hacer una parada en este abrigo, en el transcurso de su viaje entre el Pirineo y el llano de Lérida. Los particulares procesos geológicos que se dan en el riscal han hecho posible la preservación de numerosas huellas de estas visitas de los neandertales.

Detalle de uno de los hogares hallados.

Esta campaña de excavaciones en la Roca de los Bueyes, que empezó al principio de agosto y se alargará todo el mes, se centra al acabar la unidad arqueológica N14, que es la más alta, y también en unidades inferiores.

Restos de los hogares

Los hallazgos más destacados, tanto de este año como anteriores, son restos de los hogares. "Estamos con neandertales y lo habitual es que los hogares no se conserven, sino el impacto térmico que han tenido sobre el sedimento", explica Rafael Mora Torcal (izquierda), catedrático de Prehistoria de la UAB. "La Roca de los Bueyes, sin embargo, tiene unas condiciones especiales de conservación por su ubicación y se conservan, incluso, las cenizas, que es lo primero que desaparece porque se las lleva el viento, y también aparece el impacto térmico, algunos de los cuales están llenos del material que han utilizado para la combustión" remarca el investigador.

"Este hecho permite a los arqueólogos poder conocer aspectos como la vegetación de aquel momento o el tipo de combustible que utilizaban aquellos neandertales. También, aporta información en relación con el uso que hacían de los hogares, es decir, si sólo eran espacios térmicos para resguardarse del frío de la noche o bien si eran lugares para transformar el alimento de la actividad cotidiana", expone Mora.

"En la Roca de los Bueyes no hay una ocupación estable si no que "son acontecimientos muy puntuales. Los neandertales bajan por el río Segre hacia la depresión central, en dirección a la plana de Lérida, y podían quedarse un mes, una semana o unos días", explica el investigador de la UAB. "Hemos encontrado los restos de aquellas ocupaciones que quedan, de aquellas estancias tan cortas, y, por eso, los hogares se sobreponen las unas en las otras e indican los diferentes momentos de ocupación", añade Rafael Mora. Esta superposición, sin embargo, complica la tarea de los arqueólogos.

Vista exterior del yacimiento la Roca de los Bueyes.

Estudio de los estilos de vida de los neandertales

El objetivo principal del proyecto de investigación que lleva a cabo el CEPArq-UAB en la Roca de los Bueyes, yacimiento declarado Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN), es el estudio de la dinámica de la población y los estilos de vida de finales del Paleolítico Medio, así como aumentar el conocimiento sobre las poblaciones neandertales. Las excavaciones que se llevan a término desde el 2001 han permitido identificar materiales arqueológicos característicos de los neandertales, sobre todo productos y utensilios de cuarcita característicos del periodo musteriense.

Las excavaciones forman parte de un proyecto más amplio en el que trabaja el CEPArq-UAB, y que se centra entre la Noguera Pallaresa y la Noguera Ribagorçana y, además de la Roca de los Bueyes, se estudian otros yacimientos cómo es el caso de la Cova Gran, en Santa Linya (Noguera), y el Abric Pizarro, en Àger (Noguera, Lérida), en el cual también están excavando este días.

Fuente: segre.com | 19 de agosto de 2022

Descubren que el 'Homo sapiens' vivió y sobrevivió en el desierto de Kalahari hace más de 20.000 años.

Excavaciones en el refugio rocoso de Ga-Mohana Hill North, Kalahari,Sudáfrica.

Un equipo de arqueólogos ha descubierto que el Homo sapiens vivió y sobrevivió en el desierto de Kalahari hace más de 20.000 años.

La arqueóloga de la Universidad de Griffith, la Dra. Jayne Wilkins, dijo que la suposición general es que el Kalahari es un entorno hostil, y, por tanto, no era adecuado para la supervivencia humana temprana. Sin embargo, el hecho es que vivieron allí y prosperaron.

"Nuestra investigación muestra que durante algunos períodos en el pasado el desierto del Kalahari era exuberante y mucho más húmedo que hoy", dice la Dra. Wilkins (izquierda).

"Hemos comprobado que los humanos podían prosperar en el Kalahari en esas condiciones húmedas, y que, incluso, también lo hicieron durante los periodos de sequía hace 20.000 años, lo que nos da una idea de cómo los cambios climáticos han impactado en la evolución humana".

"Esta investigación llevamos realizándola durante años, ya que he estado viajando al Kalahari desde 2015. Nuestro sitio principal de exploración es Ga-Mohana Hill, una estructura rocosa que se alza sobre un paisaje de sabana en el sur de Kalahari, Sudáfrica, un área que tiene un fuerte significado espiritual para las comunidades locales".

El refugio rocoso de Ga-Mohana en el desierto de Kalahari de Sudáfrica. Hace más de 100.000 años, la gente usaba este emplazamiento para actividades rituales.

"En colaboración con un equipo de la Universidad de Ciudad del Cabo, hemos estudiado los depósitos de toba que son manantiales, cascadas o estanques que, con el tiempo, se han convertido en roca merced a que el agua se precipita y deja carbonato de calcio, el cual se puede perforar y datar, proporcionándonos información sobre cuando las condiciones climáticas eran más húmedas en el pasado".

En su proceso de investigación arqueológica, la Dra. Wilkins descubrió en Ga-Mohana Hill algunas pruebas muy antiguas sobre comportamientos tecnológicos innovadores.

"Hemos hallado muchas herramientas de piedra y restos de huesos de una comida que habían consumido los 'Homo sapiens' de hace 20.000 años", declara.

Algunos de los cristales de calcita recuperados.

"Sin embargo, un hallazgo significativo fueron cristales de calcita, es decir, trozos de cristal transparente que no tienen un valor funcional, pero que probablemente se recolectaron por razones sentimentales, como un coleccionista de sellos, o tal vez por razones rituales".

"Nuestra investigación muestra que el 'Homo sapiens' no trataba solo de sobrevivir en el desierto de Kalahari, sino que pudo prosperar llevando a cabo iniciativas con conocimiento de su entorno, al tiempo que elaboraba tecnologías avanzadas que le permitieron acceder a los recursos que necesitaba para sobrevivir en condiciones secas".

Una de las herramientas de piedra hallada en el yacimiento. Jayne Wilkins.

Fuente: Griffith University | 17 de agosto de 2022