LA ARQUEOLOGIA PROFESIONAL EN ESPAÑA

DECONSTRUYENDO MITOS

http://www.temporamagazine.com/deconstruyendo-el-mito-de-indiana-jones-la-arqueologia-profesional-en-espana/

Hace varias semanas estuvo circulando por la red un artículo de Europa Press que hablaba de las consecuencias que la crisis económica ha tenido en la Arqueología Profesional. Básicamente, resumía algunas de las conclusiones a las que ha llegado un estudio que ha congregado a 21 países europeos dentro del denominado proyecto Descubriendo a los arqueólogos de Europa. En España, el encargado de dicha labor ha sido elINCIPIT–CSIC. Animo a aquellos interesados que todavía no lo conozcan a que le echen un vistazo, pues, humildemente, voy a dedicar los dos siguientes artículo a matizar la visión que nos da de la Arqueología Profesional en España.
Adelanto ya que a diferencia de los autores que han estudiado el caso español, no comparto su visión exageradamente optimista. No creo que estemos enfrentándonos a un problema coyuntural o de ‹‹desaceleración›› de un ‹‹sector›› que, en realidad, por la naturaleza y los intereses que guiaron su surgimiento y desarrollo, ha estado siempre en crisis. La Arqueología Profesionalnació muerta. Y la actual crisis económica, al igual que para otras tantas cosas, sólo ha hecho sacar a flote sus miserias y desenmascarar sus contradicciones.
Aviso también a algunos lectores que lo que a continuación podrán leer no se parece en nada a la visión de la arqueología romántica que desde siempre se nos ha vendido. Aquí no se hablará de si el futuro de la arqueología está en manos de ‹‹Indiana Jones o Lara Croft››, sino de la cruda y dura realidad, la de una Arqueología Profesional indigna, en la que todos y sin excepción, liderados por el manto supremo de las administraciones (des)competentes, hemos sido partícipes, voluntaria o involuntariamente, de la destrucción sistemática del Patrimonio Arqueológico. Y todo ello sin rozar por un instante los límites sociolaborales de la subsistencia, que, por encima de templos malditos, arcas perdidas y copas divinas, ha sido nuestro más ansiado y fallido descubrimiento.
La Arqueología Profesional surgió en España en los años ochenta del siglo pasado. Hasta ese momento, la actividad arqueológica había sido monopolizada por departamentos universitarios, museos y otras instituciones afines que practicaban toda una suerte de endogamia de elites intelectuales cuyos resultados, más allá de servir para realzar la gloriosa providencia de una supuesta historia nacional, pocas veces trascendían a otros niveles de la sociedad. Sin embargo, el desarrollo urbanístico hizo que comenzaran a aparecer multitud de yacimientos arqueológicos y los equipos de investigación universitarios, con medios materiales limitados, rápidamente se vieron desbordados para hacer frente a tal volumen.
Paralelamente, el ‹‹boom›› del turismo que se vivía en España hizo que las emergentes administraciones públicas empezaran a considerar elpotencial turístico y sobretodo económico que podían encerrar los restos arqueológicos. Al hilo de ello se desarrollaron las primeras legislaciones de Patrimonio, las cuales pregonaron a los cuatro vientos un supuesto valor ‹‹público›› de los restos arqueológicos, pero en realidad terminaron condenando a la actividad arqueológica a convertirse en un mero instrumento mediador, en un ‹‹intermediario técnico››, al servicio de los verdaderos intereses económico-turísticos que eran confundidos con ese ‹‹interés general›› de ‹‹lo público››.
Se trataba pues de una fórmula peligrosa —como así se ha demostrado— ya que se corría el riesgo de que todos aquellos restos arqueológicos que no pasaran por el filtro de ese ‹‹interés›› no fueran conservados y terminaran siendo destruidos o condenados al ostracismo en polvorientos almacenes de museos. Así nació la Arqueología Profesional. No por un interés científico, ni siquiera patrimonial, sino para dar cabida y sentido en clave de explotación económica y turística a toda esa serie de nuevos yacimientos que iban apareciendo como consecuencia del desarrollo urbanístico.
Por aquel entonces hacía falta alguien que definiera qué hacer, qué significaba ese ‹‹interés›› y cómo debía ser la práctica arqueológica. A la cita faltaron intelectuales y arqueólogos, perdiéndose así una oportunidad única para haber abierto un debate, para redefinir el terreno de la práctica arqueológica, para confrontar ciencia y profesión. Sin embargo, ese papel, como hemos dicho, vinieron a desempeñarlo lasnuevas consejerías autonómicas en materia de Patrimonio. Sociológicamente reprodujeron el rol que hasta entonces habían desempeñado los departamentos universitarios, y lejos de dinamizar la práctica arqueológica la convirtieron en una actividad todavía más endogámica mediante el despliegue de fuertes dosis de nepotismo.
Por un lado desarrollaron lo que se conoce como Arqueología Sistemática o de Investigación, en clara continuidad con lo que había sido la práctica arqueológica hasta entonces. Se pretendía que los departamentos universitarios siguieran acaparando los yacimientos en los que ya trabajaban y, a cambio de importantes subvenciones, que también dedicaran esfuerzos a la búsqueda de ese ‹‹interés›› e investigaran cómo podían ser explotados económicamente. Fue la época en la que empezó el ‹‹boom›› de las musealizaciones y las puestas en valor con el fin de atraer a la mayor cantidad posible de turistas. Pero lo más llamativo fue que la administración se reservó ‹‹derecho de admisión››, es decir, que dictaminaba quién podía o no investigar y sobretodo intervenir en un yacimiento. El mercadeo de permisos de autorización hizo que se dispararan unas redes clientelares transversales entre universidades y delegaciones de patrimonio y que aparecieran así los monopolio que unos cuantos han mantenido sobre los ‹‹grandes conjuntos arqueológicos››. Los arqueólogos que no se sumaron a esta práctica, o peor, la cuestionaron, directamente fueron condenados y apartados.
En cualquier caso esta práctica fue minoritaria. Para hacer frente a todo aquello que escapaba o no interesaba al marco de la Arqueología Sistemática, es decir, para encargarse de aquellos yacimientos que aparecieron o podían aparecer como consecuencias del aumento de los proyectos de edificación y de obra civil, surgió la (mal)llamada ‹‹Arqueología Preventiva››. El término está copiado de la Salvage Archaeology que se practica en otros países, pero por desgracia en España no se adoptó su naturaleza. Mediante planeamientos y evaluaciones prospectivas en las que intervienen de forma integral los distintos agentes sociales implicados, la Arqueología Preventiva (a la que dedicaremos el final de la segunda parte de este artículo) persigue el beneficio y el interés social-humanístico mediante la investigación, laconservación y la difusión de los restos arqueológicos. Por el contrario, la practicada en España, al estar subordinada exclusivamente al beneficio económico y la explotación turística, ha sido una Arqueología ad hoc,sustantiva e improvisada, que, por desgracia, la mayor parte de las veces ha terminado por convertirse en subexplotación y destrucción del Patrimonio al quedar casi siempre relegada a un papel secundario frente a otros intereses económicos más poderosos.
En mi opinión ¿cuál ha sido realmente, en la práctica, la fórmula seguida por esta Arqueología Profesional-Preventiva Básicamente la suma de tres elementos: liberalización en el mercado, nepotismo y entendimiento del Patrimonio en clave de explotación y beneficio económico directo. Analicemos que han supuesto cada elemento para los arqueólogos:
Desde el inicio, se nos hizo creer que las administraciones públicas no estaban en condiciones de financiar un volumen de actividades arqueológicas cada vez mayor. La solución fue liberalizar la práctica en el mercado de trabajo y hacer recaer los costes sobre los promotores de las obras que ocasionaban o podían ocasionar la aparición de restos arqueológicos. Rápidamente, el panorama se llenó de arqueólogos autónomos y a sueldo desperdigados por las innumerables obras españolas. Se trató pues, de convertir la Arqueología en una profesión liberal; sin embargo, esto nunca ha llegado a materializarse en la práctica. Resulta curioso además que las intervenciones pasaran a ser costeadas por aquéllos que más interesados estaban en que no existieran restos arqueológicos o en que los que aparecieran fueran destruidos para así proseguir con sus menesteres. Somos muchos los que hemos vivido con asombro y denunciado constantemente esta contradicción, pero las administraciones, todavía hoy, siguen apostando por ella y viéndola como la única alternativa posible.
En cualquier caso, se perfiló un escenario lamentable en el que los arqueólogos profesionales llevamos la peor parte. Por un lado nuestrotrabajo es visto, y en consecuencia retribuido, como una intromisión por parte de promotores. Surgió aquí el famoso tópico de ‹‹los que paran las obras››, que nos ha granjeado la enemistad y el odio de todos los que en ellas participan. Por otro lado, también hemos sido tildados por ‹‹arqueólogos de gabinete›› de universidades y administraciones, de ‹‹mercenarios››, de vendernos al servicio de promotores y lucrarnos de la destrucción sistemática de los yacimientos arqueológicos.
De poco han servido que los casos de negligencia hayan sido mínimos y que la mayoría de los atentados que se han realizado sobre el Patrimonio hayan sido con el beneplácito de las administraciones (des)competentes, las cuales casi siempre han terminado plegándose ante los intereses económicos de los promotores cuando no atisbaban un interés económico–turístico en los restos sacados a la luz por los arqueólogos profesionales. Nadie en su sano juicio podría negar que las políticas patrimoniales de conservación arqueológica han constituido hasta la fecha una verdadera ‹‹chapuza››. No obstante, es común que en nuestra sociedad siempre se culpe de ello a la parte más débil de todas las implicadas, y que el caso Cercadilla de Córdoba haya convertido a todos los arqueólogos profesionales en mercenarios al tiempo que se exime de culpa a las administraciones.
Pero además, a la hora de hacer estos juicios, las administraciones no han tenido en cuenta las condiciones laborales y materiales que rodeaban al trabajo de los arqueólogos. De hecho, se puede afirmar, contrariamente a lo expuesto en el artículo de Europa Press, que en España no ha existido en sentido estricto un verdadero ‹‹sector de la Arqueología››, de ahí que haya que dudar de esa cuantificación tan optimista que hacen del mismo. Me baso en que burocráticamente sí se ha regulado todo, pero en lo que a cuestiones sociolaborales y empresariales se refiere no. No existen convenios laborales específicos(salvo los casos excepcionales y muy recientes de Cataluña y Galicia con nula o dudosa aplicación). No se sabe quién es un arqueólogoqué hacequé tipos de arqueólogos pueden habercuáles son sus funciones o cuál es su jornada de trabajo. Es también llamativo que una actividad tan especializada haya estado regulada por convenios tan dispares y alejados como el de la construcción, la jardinería, las minas abiertas o el ambiguo estatuto general de los trabajadores. Si pidiéramos la vida profesional de un arqueólogo veríamos que éste nunca ha trabajado como tal, sino como peón de la construcción, jardinero, oficial de primera… y sólo en muy raras ocasiones se le ha aplicado una categoría en términos formativos similar como la de geógrafo, topógrafo o arquitecto.
Esta indefinición se ha traducido en explotación laboral, jornadas abusivas, sueldos miserables y una cobertura social todavía más deplorable. Al no existir unos mínimos socioprofesionales ni un código deontológico —condición sine qua non para hablar de profesión liberal— las leyes de mercado han terminado por desbordar la propia naturaleza de la práctica arqueológica. A los promotores nunca les ha interesado contar con un estudio arqueológico de calidad, eso del I+D+I, sino buscar a arqueólogos que ejecutaran las intervenciones en el menor tiempo posible y a muy bajo costeLa competencia ha sido demencial y como es lógico ha sido inversamente proporcional al surgimiento de una auténtica Arqueología Profesional y unas condiciones socioprofesionales dignas. Por poner un ejemplo, el estudio de los restos arqueológicos ha sido nulo, ya que los promotores no iban a costear una investigación que fuera más allá de los informes de gestión que les certificaban poder proseguir con sus obras. Consecuentemente,podemos afirmar que lo que se ha practicado ha sido una violencia sistemática que ha atentado contra el Patrimonio y los propios pilares científicos del conocimiento arqueológico.
En resumen, se vislumbra una profesión que no se parece en nada al mito de Indiana Jones ni a la lectura que nos presenta el artículo de Europa Press. ¿Pero por qué las administraciones de Patrimonio no han hecho nada por mejorar esta realidad, empezando por la indefinición socioprofesional de los arqueólogos? La respuesta, que sé que no gustará a muchos, la reservo para el siguiente artículo, aunque adelanto ya que nunca ha interesado por ser contradictorio con el nepotismo institucional practicado.
Bibliografía|
ALMANSA SÁNCHEZ, J. (Eds), “El futuro de la Arqueología en España“, JAS Arqueología SLU, Madrid, 2011.
CRIADO BOADO, F., BARREIRO MARTÍNEZ, D. Y AMADO REINO, X., “Arqueología y Obras Públicas ¿excepción o normalidad?”. II Congreso Internacional de Ingeniería Civil, Territorio y Medio Ambiente, pp. 1707-1730, Asociación de ingenieros de caminos, canales y puertos, Santiago de Compostela, 2004.
CRIADO BOADO, F. Y CABRJAS DOMÍNGUEZ, E., “Obras Públicas e Patrimonio: estudo arqueolóxico do Corredor do Morrazo”. TAPA 35, pp. 1-220, Instituto de Investigación Tecnológica: Laboratorio de Arqueología y Formas Culturales, Santiago de Compostela, 2005.

¿Fueron los autistas una parte del éxito evolutivo de la especie humana?

Pistas sobre rasgos autistas se pueden encontrar en el arte parietal. Detalle de pinturas de la cueva de Chauvet (Francia). Crédito: Universidad de York

Hace 100.000 años, sucedió un sutil cambio en nuestra historia evolutiva como especie que permitió a las personas que pensaban y se comportaban de forma diferente (como sucede con aquellos que tienen autismo) integrarse en la sociedad. Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de académicosde la Universidad de York, en el Reino Unido.

El cambio se produjo con la aparición de la moralidad o ética colaborativa, una inversión en el bienestar de todos los del grupo, e implicó que las personas que mostraban rasgos autistas no solo fueran aceptadas sino que posiblemente fueran respetadas por sus capacidades únicas, ya que a veces las personas con autismo poseen habilidades extraordinarias en campos específicos.
Es probable que algunos de nuestros antepasados tuvieran autismo, dado que la genética sugiere que el trastorno posee una larga historia evolutiva.

Pero en vez de ser dejados de lado, o como mucho tolerados, todo apunta, según el equipo de investigación, a que bastantes desempeñaron papeles importantes en su grupo social debido a sus habilidades y talentos especiales.

El equipo de Penny Spikins (izquierda) de la Universidad de York, sostiene que la diversidad, la variación entre las personas, fue probablemente más significativa en el éxito evolutivo humano que las características comunes. Spikins cree que fue la diversidad entre personas la que llevó al éxito humano y que esta es particularmente importante dado que nos proporciona papeles especializados. Una de las conclusiones del estudio es que fue el surgimiento de la moralidad colaborativa lo que hizo posible ampliar la diversidad de la personalidad humana.
Hay personas con autismo que tienen habilidades de memoria excepcionales, una percepción aumentada en la visión, el sabor o el olfato, y una mejor comprensión de los sistemas naturales como el comportamiento de animales.

La incorporación de algunas de estas habilidades a una comunidad prehistórica habría tenido sin duda un papel vital en el progreso de la misma a través del desarrollo de especialistas.

A modo de ejemplo contemporáneo, un estudio etnográfico realizado en 2005 sobre un anciano pastor de renos en Siberia le reveló como poseedor de una memoria asombrosa gracias a la cual recordaba detalladamente el parentesco, el historial médico y el carácter de cada uno de sus 2.600 animales. Este hombre se sentía más cómodo en compañía de los renos que de los humanos, pero la gente de su entorno le respetaba mucho y llegó a tener esposa, hijos y nietos. De haber vivido en la prehistoria, la presencia de este hombre "raro" en una comunidad habría sido muy beneficiosa para el progreso de la misma.

La Dra. Spikins dijo "El registro arqueológico no nos proporciona datos sobre el autismo, pero lo que sí hace es darnos pistas sobre individuos que ostentaban diferencias y cómo fueron integrados".

Otros indicios se pueden encontrar en el arte parietal de las cuevas y en artefactos.
"Ha habido un largo debate sobre la identificación de rasgos autistas en el arte parietal del Paleolítico Superior. No podemos decir sobre el mismo si fue dibujado por alguien con autismo, pero hay rasgos que son identificables con alguien que podía tener autismo. También fue más o menos en ese momento en el que vemos cómo emerge una moral de colaboración".

Fuente: noticiasdelaciencia.com | Phys. Org | 17 de noviembre de 2016

Descubren una segunda pirámide oculta dentro del templo de Kukulkán en Chichén Itzá (México)


Antes de que el cielo lo abandonase y cayera en el olvido, allí se adoró a los primeros dioses mayas. Oculto en el interior de la pirámide de Kukulcán, enclavada en el vasto complejo arqueológico de Chichén Itzá (Yucatán), los investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México se han topado con una inesperado hallazgo: una pirámide más pequeña y muy anterior a su gran hermana. El descubrimiento, un auténtico tifón al tratarse de uno de los monumentos más conocidos del planeta, retrotrae la historia espiritual de la portentosa Kukulcán a épocas muy anteriores a las que hasta ahora se manejaban.

No es la primera vez que este enigmático sitio depara una sorpresa. En los años treinta ya se encontró una estructura intermedia, y en 2014 el Instituto de Geofísica de la UNAM constató que la pirámide se alza sobre un cenote de 25 metros de diámetro. Estos estanques subterráneos, nacidos de la erosión de la roca caliza, fueron para los mayas lugares sagrados, destinados en muchas ocasiones a los sacrificios humanos.

Sobre ese espacio de culto, no resulta extraño que se hubiese edificado un templo. En un principio se pensó que se trataba de la gran pirámide escalonada. Pero ahora se ha descubierto que justo encima del cenote, lo que se erigió primero fue una estructura anterior y más reducida, de 10 metros de altura y una base de 12 por 18. Y que sólo con el paso del tiempo, se levantó Kukulcán. “Es como las muñecas rusas, dentro de una hallamos otra”, dice el coordinador del proyecto arqueológico, René Chávez (izquierda).

Esta primera construcción corresponde a la época de los llamados mayas puros, entre 550 y 800 después de Cristo. Un periodo oscuro y convulso en la península yucateca que el hallazgo puede ayudar a descifrar, sobre todo en lo referente a la evolución de Chichén Itzá, uno de los grandes centros ceremoniales de América. "Los mayas puros forman el grupo cultural original, sin apenas contacto con otras civilizaciones; es a partir del siglo VII empezaron recibir influencia de las culturas del centro de México", explica Chávez.

La estructura primigenia, descubierta gracias a tomografía eléctrica tridimensional, mantiene intactas sus maravillas. En la parte más elevada cuenta con un adoratorio, de unos tres metros de altura, así como escalinatas, muros y columnas. También se ha detectado un área hueca que posiblemente corresponde a una marquesina derrumbada.

Tomografías eléctricas tridimensionales indican que la subestructura mediría 13 metros de alto, por 12 en dirección sur-norte y 18 en dirección este-oeste. UNAM

Pese a la riqueza del hallazgo, los arqueólogos consideran que aún les queda mucho por estudiar. No sólo de la pequeña pirámide sino de todo Kukulcán. Pero les atenaza la falta de medios. Ahora mismo tienen más datos que capacidad en sus ordenadores y el proyecto ha tocado a su fin. "Nos falta un 40% por investigar", dice Chávez. “Es un tiempo del que se tiene muy poca información, si se pudiese seguir trabajando se aprendería mucho”, indica la arqueóloga Denisse Lorenia Argote.


No se trata de una búsqueda baldía. Kukulcán es reflejo de una edad áurea en Mesoamérica. La expansión y fortalecimiento de la civilización maya, de la que esta pirámide fue testigo fiel, trajo consigo el esplendor arquitectónico. Los templos crecieron como nunca antes y se convirtieron en gigantescas maquinarias astronómicas, dedicadas a fines agrícolas y sagrados. Fue en ese contexto que la primera estructura quedó pequeña y, como era habitual en las culturas mesoamericanas, se edificó sobre ella una mayor y luego otra aún más grande, posiblemente entre el siglo XI y XII. Esa fue la que quedó para la historia.

Llamada por los conquistadores El Castillo, Kukulcán no ha dejado de irradiar su fuerza desde entonces. En su exterior dispone de cuatro enormes escalinatas y un observatorio, con tantos escalones como días tiene el año. Y en su interior oculta dos escalofriantes cámaras de sacrificios. Pero su gran singularidad procede de la luz. Durante los equinoccios brinda un espectáculo único: tres horas antes del ocaso, el sol va formando una combinación de luces y sombras que recuerdan el descenso de la serpiente emplumada, de Kukulcán, el dios que llegó de poniente.

Icono de la civilización maya, la gran pirámide, como el resto de Chichén Itzá, fue abandonada siglos antes de la llegada de los españoles. Aunque nunca se ha apagado la discusión sobre la fecha y los motivos, la historiografía tradicional sostiene que a finales del siglo XII las luchas intestinas asolaron ese espacio sagrado. Fue entonces cuando Kukulcán quedó vacía de ofrendas. La selva no tardó en cubrirla de olvido.

Fuente: elpais.com | 17 de noviembre de 2016

¿Podríamos sobrevivir a un invierno nuclear?




Excavan una extraordinaria y opulenta villa romana en Francia


Una opulenta villa romana, con amplios baños privados, ha salido a la luz en Langrolay-sur-Rance, en la Bretaña francesa, según ha anunciado el Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas (INRAP).


Las excavaciones arqueológicas comenzaron el pasado mes de julio y ocupan una planicie de 2,3 hectáreas junto al río Rance y entre viviendas modernas con tejados de pizarra y mansardas. La extensa villa romana, construida en el siglo I d.C. y en uso al menos hasta el siglo IV d.C., contiene elementos habituales de nuestra época: piscinas, monedas e incluso una llave, probablemente perteneciente a un armario o un cofre.

Llave de bronce, probablemente perteneciente a un armario o un cofre.

La propiedad galo-romana tenía tres partes diferenciadas, rodeadas de jardines: una vivienda con un patio central porticado, una zona privada de baños y un establo. La zona de baños se ha conservado de forma excepcional: se distinguen claramente las piscinas de agua fría y agua caliente y un pediluvium para el lavado de los pies o simplemente para relajarlos.

Restos bien conservados de la piscina de agua fría.

En la piscina de agua caliente se conserva una parte de la suspensura, un pavimento suspendido situado sobre el hypocaustum, la zona por donde circulaba el aire caliente, es decir, un sistema de calefacción del suelo que se utilizaba en la época. Los arqueólogos creen que la villa perteneció a un personaje ilustre que ostentaba un cargo político, probablemente del pueblo galo de los coriosolites.

Las monedas romanas han permitido fechar la construcción en el siglo I d.C.

Fuente: National Geographic | 16 de noviembre de 2016

Las misteriosas construcciones de piedra junto al Mar Caspio de los hunos

Fueron erigidas hace 1.500 años y están acompañadas de llamativos relieves

Siempre asociamos a los pueblos nómadas con construcciones ligeras, desmontables, y que se pueden transportar de un lugar a otro. Pero lo cierto es que de vez en cuando aparecen lugares erigidos para perdurar por estos mismos pueblos. En Kazajistán, en las cercanías del Mar Caspio, se ha localizado un gran complejo de construcciones en piedra, algunas de ellas decoradas con relieves de armas y animales, que parece relacionado con los Hunos, y que dataría de la época en que comienzan a desplazarse hacia el oeste, desplazando a gran cantidad de pueblos a su paso. Entre estas construcciones de hace 1.500 años se han encontrad también los restos de una silla de montar finamente decorada con placas de plata en relieve, que representan a distintos animales. La razón por la que la silla fue depositada en este lugar aún es una incógnita.


Un complejo constructivo monumental construido hace unos 1.500 años por tribus nómadas ha sido descubierto cerca de la orilla oriental del Mar Caspio, en Kazajistán.

El recinto contiene numerosas estructuras de piedra diseminadas a lo largo de unas 120 hectáreas, tal y como ha recogido el equipo arqueológico en un artículo publicado en la revista Ancient Civilizations from Scythia to Siberia.

"Cuando se examinó la zona en detalle, se identificaron diversos tipos de estructuras de piedra", escriben en su artículo los arqueólogos Andrey Astafiev de la Reserva Cultural e Histórica Estatal de Mangistaus, y Evgeniï Bogdanov del Instituto de Arqueología y Etnografía del Departamento de Siberia de la Academia Rusa de las Ciencias.


Las estructuras de menor tamaño apenas tienen 4x4 metros, mientras que las de mayores dimensiones alcanzan los 34x24 metros.

Estas construcciones están "hechas con bloques de piedra insertados verticalmente en el suelo", escriben. Algunas de las piedras presentan grabados de armas y criaturas en su superficie.
Uno de los hallazgos más espectaculares consiste en los restos de una silla de montar hecha parcialmente de plata y cubierta con imágenes de jabalíes, ciervos y "bestias de presa" que podrían ser leones, como recogen en su texto Astafiev y Bogdanov. Las imágenes aparecen en relieve, sobresaliendo del fondo de plata.


La decoración en relieve fue impresa en la superficie frontal. Ambos investigadores piensan que los antiguos artesanos diseñaron las imágenes sobre cuero y las pegaron sobre una superficie de madera. "Finalmente, las placas de plata se colocaban sobre las formas en relieve y se ajustaban en su sitio.

El dueño de la silla de montar Aún queda mucho trabajo por hacer para excavar y estudiar los restos del complejo de piedra, según los arqueólogos. "Ciertas características de la construcción y detalles formales de los recintos [de piedra] en Altÿnkazgan nos permiten asumir que fueron dejados allí por tribus nómadas", escriben Astafiev y Bogdanov.
El diseño y las decoraciones de la silla de montar de plata indican que data de un momento en que el imperio romano estaba en descomposición, y los Hunos estaban desplazándose a través de Asia y Europa. "El avance de los Hunos llevó a varios grupos étnicos de las estepas euroasiáticas a moverse desde sus asentamientos originarios".

La persona propietaria de la silla sería probablemente alguien de considerable riqueza y poder, ya que los arqueólogos han identificado símbolos llamados "tamgas" grabados en las placas de plate sobre las cabezas de los predadores, algo que puede ser "una indicación del estatus privilegiado de su propietario". Estos signos también pueden representar una relación "con el clan al que pertenecía dicho tamga", reflejan Astafiev y Bogdanov.

No está totalmente claro por qué la silla de plata estaba depositada en la estructura de piedra, aunque pudo haber sido creada para un propósito ritual o como parte de un ajuar funerario, como sugieren los investigadores. Ellos hallaron los restos de un esqueleto enterrado bajo la estructura de piedra. Sin embargo, el esqueleto podría datar de siglos después de que la silla hubiera sido depositada allí.

Las investigaciones continúan en Mangÿshlak, y Bogdanov ha declarado que él y su equipo preparan la publicación de un nuevo artículo sobre la silla de montar de plata que será publicado en 2017.

Vía: Paleorama en Red

La dieta de nuestros antepasados era más variada y rica de lo que se pensaba

 Comparación de mandíbulas de Paranthropus boisei (izquierda) y Homo sapiens (derecha), encontradas en África. |PNAS

La dieta de nuestros antepasados más remotos fue mucho más rica y variada de lo que se pensaba hasta ahora, lo que demuestra que en el largo proceso de evolución humana nuestros ancestros se adaptaron a hábitats distintos para obtener recursos en todos ellos.

Esta es una de las conclusiones de un estudio publicado en la revista PLoS One y realizado por investigadores españoles de la Universidad de Barcelona (UB) y de la Universidad de Washington.
La alimentación es uno de los factores diferenciadores más importantes entre los primates. La manera de obtener recursos y de procesar los alimentos son aspectos que explican los rasgos anatómicos del esqueleto y de los dientes que distinguen a los distintos linajes de homínidos: son el resultado de la necesaria adaptación al entorno.

Por eso, caracterizar la dieta y las adaptaciones ecológicas de los homínidos del Pleistoceno en el África Oriental es esencial para conocer los hábitats en los que evolucionaron nuestros antepasados.
El estudio analiza dientes fósiles hallados en yacimientos de Kenia, Tanzania y Etiopía, y de varias especies de homínidos de entre cuatro y un millón de años de antigüedad.

Para ello estudia la microestriación dental, una técnica que analiza las estrías o marcas que los alimentos dejan en el esmalte dental y que permite deducir si la dieta era muy dura y abrasiva (propia de hábitats abiertos o sabanas) o blanda, basada en alimentos blandos como la fruta (típica de bosques), ha explicado a Efe el director del equipo científico y coautor del trabajo, Alejandro Pérez-Pérez (izquierda).

Trabajos anteriores sobre las formas más robustas de australopitecos, los parantropos, habían arrojado resultados contradictorios sobre la alimentación de estos primeros homínidos.

Los que estaban basados en la técnica de isótopos sostenían que los linajes de esta familia de homínidos tenían una dieta blanda, basada en plantas próximas a cursos de agua, con brotes y tallos tiernos, mientras que los análisis de microestriación dental en las superficies masticatorias de los dientes apuntaban a una dieta muy dura, una tesis que además parecía más acorde con el gran tamaño de las piezas dentales de esta especie.

El nuevo estudio publicado hoy es "mucho más completo", porque incluye también las especies gráciles de Australopitecos ("Australopithecus anamensis" y "Australopithecus afarensis"), de unos cuatro a tres millones de años de antigüedad, y compara los resultados con estudios anteriores.
Además, analiza las formas robustas de parantropos, las especies "Australopithecus aethiopicus" y "Australopithecus boisei", "que son los dos taxones más robustos que hay en África del este", y dos tipos de Homo, el "Homo habilis" y el "Homo erectus" (de entre dos y un millón de años de antigüedad).


Foto: Superficies bucales con microdesgastes que permiten evaluar el número de estrías.

El trabajo concluye que los parantropinos (homínidos adaptados a ambientes áridos de la sabana africana), tenían una dieta más blanda que la de los chimpancés, que actualmente viven en un ambiente de bosque tropical, por lo que cabe la posibilidad de que comieran proteínas de origen animal (como cangrejos, que tienen un caparazón duro pero una carne blanda).
Este resultado es "sorprendente" sobre todo si se tiene en cuenta la anatomía de estos homínidos, que tenían dientes de hasta 3 centímetros de diámetro.

En los análisis "esperábamos obtener una densidad de estrías mayor" pero si lo normal para un ser humano actual es tener entre 50 y 100 estrías por cada 0,5 mm2 de esmalte en el diente, los parantropinos tenían entre 20 y 30, "una observación que sugiere que lo que masticaban era blando", puntualiza el investigador.

El trabajo plantea, no obstante, una hipótesis para explicar el gran tamaño de los dientes de estas especies robustas: los usaban para romper cosas duras con un interior blando, como frutos secos o crustáceos.

Para los parantropinos (A. aethiopicus y A. boisei), de uno a dos millones de antigüedad, los resultados son consistentes: su alimentación era blanda en ambas especies, basada mayoritariamente en frutos maduros, sin descartar el consumo de proteínas de origen animal.

En la última parte del estudio, los resultados del análisis de la dieta de "Homo habilis" y "Homo erectus", difieren: H. habilis tiene menos marcas dentales que H. erectus, lo que sugiere que pudo ser más carroñero y tener una dieta más carnívora que su descendiente el H. erectus.

"El patrón de microestriación sugiere una gran variabilidad alimentaria de un humano que ya estaba muy adaptado a desplazarse por diversos entornos y que coincide además con un cambio climático en África del Este hacia un clima más árido. Homo erectus se adaptó a este ambiente y supo obtener todo tipo de recursos", concluye Pérez-Pérez.

Fuentes: teinteresa.es | Science Daily | 16 de noviembre de 2016