El cambio climático causó la desaparición de las civilizaciones fluviales olvidadas de Asia central, no Gengis Kan

Una Investigación desafia la visión tradicional de que la caída de las civilizaciones fluviales de Asia Central fue determinada por la guerra y la destrucción de las infraestructuras de riego durante la invasión mongola. Crédito de la imagen: Biblioteca Nacional, Berlín.

Un nuevo estudio, publicado en PNAS, desafía la visión de largamente mantenida de que la destrucción de las civilizaciones fluviales medievales de Asia Central fue un resultado directo de la invasión mongola a principios del siglo XIII.

La cuenca del Mar de Aral en Asia Central y los principales ríos que fluyen a través de la región fueron el hogar de civilizaciones fluviales avanzadas que utilizaban el riego por inundación para cultivar. El declive de la región a menudo se atribuye a la devastadora invasión mongola de principios del siglo XIII, pero una nueva investigación sobre la dinámica de los ríos a largo plazo y las antiguas redes de riego muestra que el clima cambiante y las condiciones secas pueden haber sido la causa real.

"Si bien las grandes civilizaciones fluviales del Viejo Mundo han sido objeto de estudios arqueológicos y científicos durante más de un siglo, las antiguas culturas urbanas basadas en el riego que se desarrollaron a lo largo de los grandes ríos de Asia Central son prácticamente desconocidas", dijeron el Dr. Willem Toonen (izquierda), de la Universidad Vrije de Amsterdam (Holanda), y el Dr. Mark Macklin (derecha), de la Universidad de Lincoln (Inglaterra).

“En la década de 1950-60, los arqueólogos demostraron que los ríos Amu Darya y Syr Darya, que fluyen hacia el noroeste desde las montañas Pamir y Tien Shan y desembocan en el mar de Aral, fueron los centros de sociedades urbanas florecientes desde la prehistoria hasta finales de la Edad Media".

"Se estima que el área de 50.000 km2 de tierra irrigada por inundaciones era el doble que la de Mesopotamia. El estancamiento de la región al final del período medieval se atribuye generalmente a una combinación de la destructiva invasión mongola de principios del siglo XIII d. C. y el progresivo declive de la red comercial de la Ruta de la Seda".

"Sin embargo, los contextos hidroclimáticos e hidromórficos de estos cambios son en gran parte desconocidos y solo se han datado radiométricamente algunos sitios".

Geomorfología y arqueología de la cuenca del río Arys y el oasis de Otrar en Kazajstán: (A) las áreas de investigación y la cuenca del río Arys; (B) Oasis de Otrar con los principales canales de irrigación y sitios arqueológicos; (C) el río Arys con flujo bajo; (D) el río Badam durante la descarga máxima; (E) vista aérea de las bifurcaciones del canal de riego al sureste de Altyn; (F) vista aérea de Otrar; (G) bifurcación del canal de riego con un asentamiento fortificado; (H) antiguo canal de riego cerca de la ciudad de Arys; (I) canales abandonados (flechas blancas) y parcela agrícola abandonada (flechas negras) al este de Kuik Mardan. Crédito de la imagen: Toonen et al ., Doi: 10.1073 / pnas.2009553117.

Los investigadores se centraron en los sitios arqueológicos y canales de irrigación del oasis de Otrar, un enclave Patrimonio Mundial de la UNESCO que alguna vez fue un centro comercial de la Ruta de la Seda ubicado en el punto de encuentro de los ríos Syr Darya y Arys en el sur de Kazajstán.

Los investigadores llevaron a cabo un estudio de la región para determinar cuándo se abandonaron los canales de riego, al tiempo que se analizó la dinámica pasada del río Arys, cuyas aguas alimentaban los canales.

Los investigadores estudian un canal medieval abandonado en el oasis de Otrar, Kazajstán. Crédito de la imagen: Universidad de Lincoln.

Se descubrió que, a pesar de la destrucción documentada de asentamientos, muchos sitios en el oasis de Otrar persistieron hasta producirse una contracción relacionada con la sequía en el siglo IX d.C.

Sin embargo, la invasión mongola y la destrucción del oasis en 1219, se produjo después de más de 200 años de reducción de las lluvias, con evidencia de un abandono de los canales a gran escala.

“Nuestra investigación demuestra que fue el cambio climático, no Gengis Kan, la causa última de la desaparición de las civilizaciones fluviales olvidadas de Asia Central”, afirma el Dr. Macklin.

"Descubrimos que Asia Central se recuperó rápidamente después de las invasiones árabes en los siglos VII y VIII d.C. debido a las favorables condiciones de humedad, pero la sequía prolongada durante y después de la posterior destrucción de los mongoles redujo la resistencia de la población local e impidió el restablecimiento de la agricultura basada en el riego a gran escala".

Fuentes: Universidad de Lincoln | sci-news.com | 15 de diciembre de 2020

Israel mostrará al público zonas antes prohibidas del palacio de Herodes I el Grande

En estas fechas muchos hogares, pueblos e instituciones lucen el clásico belén navideño. Figuras de pastores con sus rebaños, lavanderas y artesanos conviven durante unos días con los magos de Oriente, que se encaminan al pesebre donde le esperan el Niño Jesús, la Virgen María y San José, en una representación de lo que debió de ser Belén de Judea en tiempos del rey Herodes. Un pueblo imaginario en el que no faltan casitas, talleres, posadas, el portal y, cómo no, el castillo del rey Herodes. Pero ¿cómo era en realidad la morada del tiránico monarca?

Ubicado en una montaña en el desierto de Judea, a cinco kilómetros de Belén, en Cisjordania, se encuentra el sitio arqueológico y turístico del Herodión (o Herodium) el verdadero palacio-fortaleza mandado construir por el rey Herodes el Grande entre los años 23 y 20 a. C.

Vista aérea de la fortaleza de Herodium, con el sitio de la tumba del rey Herodes y el teatro construido por Herodes el Grande entre el 23 y el 15 a. C. en el desierto de Judea - MENAHEM KAHANA / AFP

Levantado en forma circular en la cima de un monte, que se eleva 60 metros por encima de sus alrededores, la fortaleza tenía originalmente unos 30 metros de altura, con siete pisos. Enormes torres emergían de los muros hacia el exterior por los cuatro lados. La oriental -la más alta- era una imponente torre redonda con varios pisos superiores que albergaba lujosas habitaciones, probablemente para el uso de la comitiva real. Las otras tres torres eran semicirculares, de 16 metros de diámetro, y sus pisos superiores servían como centros de almacenamiento y de áreas residenciales.

Para asegurarse el abastecimiento de agua construyeron cisternas debajo de la fortaleza que se llenaban con el agua de lluvia que era canalizada desde lo alto.

Las excavaciones del palacio-fortaleza de Herodes fueron iniciadas por monjes franciscanos a finales de la década de 1950 y continuaron desde 1972 por un equipo de arqueólogos israelíes dirigido por el profesor Ehud Netzer. En 2007, este profesor descubrió la tumba del rey debajo de los restos del palacio. Según los arqueólogos, el soberano había decidido al final de su vida enterrar su palacio -a fin de resaltar su tumba- con tierra extraída del pie del cerro, lo que tuvo el inesperado efecto de preservar su estructura.

Roi Porat, actualmente arqueólogo a cargo de las excavaciones, asegura: «El sitio ilustra la mentalidad del rey Herodes, a quien sólo le preocupaba una cosa: conservar su memoria para siempre. Este lugar es un laboratorio arqueológico sin igual».

El arqueólogo Roi Porat posando en diferentes estancias del Herodión.

Nuevos descubrimientos

Las autoridades israelíes están dispuestas a develar las estructuras anteriormente prohibidas dentro del palacio-fortaleza Herodium que el tiránico líder de la época romana enterró como su enorme parcela funeraria.

Tras años de excavaciones, el público podrá por primera vez subir a la amplia escalinata coronada por arcos que conduce al salón principal del palacio, cuyas paredes con frescos en tonos marrones, verdes y negros son representativas del estilo de la época. Los visitantes también podrán descubrir, al pie de las escaleras, un teatro de alrededor de 300 asientos, con su palco «VIP», donde Herodes una vez recibió al general romano Marco Agripa en el 15 a. C.

Según narra Roi Porat a AFP: «La visita de Agripa fue muy importante para Herodes, quien, en esta ocasión, hizo redecorar la logia pintando ventanas falsas y frescos que recuerdan la conquista de Egipto por Agripa».«Antes de esto, Herodes seguía la tradición judía que evitaba las imágenes de animales y personas, pero aquí, todo era posible», dijo Porat. El palacio, cuya entrada principal da a Jerusalén, «es una cápsula romana en Judea», asegura el arqueólogo.

El rey, apodado por algunos «Herodes el Cruel» por su legendaria crueldad y su obsesión por las tramas, también era famoso por sus obras monumentales: amplió notablemente el segundo templo judío en Jerusalén, construyó la ciudad portuaria de Cesarea y los palacios de Masada y Jericó.

Fuentes: abc.es | las provincias.es | 12 de diciembre de 2020

Una muerte violenta en la Cova Foradada de Calafell (Tarragona) hace unos 5.000 años

Gracias al análisis de los factores intrínsecos de la fractura, como las propiedades biomecánicas del hueso y el patrón de fracturación, ha sido posible extraer conclusiones sobre el arma utilizada, la dirección del golpe y la posición del atacante respecto a la víctima. - IPHES.

Los traumatismos observables en el esqueleto humano constituyen la evidencia más directa de los episodios de violencia interpersonal y son frecuentemente documentados en el registro arqueológico, puesto que nos han acompañado todos los periodos de nuestra historia. Los primeros casos se han datado en el Paleolítico, pero es a partir del Neolítico cuando este comportamiento se incrementa exponencialmente. Golpes con objetos contundentes, impactos de proyectiles o marcas de corte son algunos ejemplos de las lesiones vinculadas a eventos violentos. Sin embargo, determinar el tipo de objeto que fue utilizado como arma no siempre es posible.

Un nuevo estudio publicado estos días en el International Journal of Paleopathology, realizado por personal investigador del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA), de la Universidad Rovira i Virgili (URV) y de la Universidad de Barcelona (UB), ha identificado un caso de traumatismo craneal en el yacimiento de Cova Foradada (Calafell, Tarragona). Se trataría de un individuo de unos 50 años de edad que habría muerto de forma violenta por el impacto de una azuela de piedra, un tipo de azada, hace unos 5.000 años.

(A) Ubicación de Cova Foradada en la Península Ibérica, y (B) Vista exterior desde la entrada inferior.

Miguel Ángel Moreno-Ibáñez, investigador predoctoral en el IPHES-CERCA y autor principal del artículo, señala que "el patrón de fractura observado en el cráneo ha permitido inferir el tipo de objeto que se utilizó para provocar la muerte de este individuo, así como la dirección del golpe”. El cráneo fue encontrado en 1999 durante una excavación de urgencia en la Cova Foradada, en Calafell (Tarragona), pertenece a un hombre de unos 50 años y forma parte de un enterramiento colectivo del Neolítico Final – Calcolítico (5060 – 4400 años antes del presente).

Trauma perimortem craneal. (A) Vista general de cráneo (lateral y superior) con fractura en el parietal derecho. (B) Imagen micro-CT 3D del cráneo. Marcado en rojo está la delimitación de la fractura y las fisuras asociadas. Los extremos en forma de V del lado de delineación recta están marcados en negro. (C) Fractura en detalle: vista ectocraneal (izquierda) y endocraneal (derecha). La flecha indica delaminación endocraneal. (D) Medidas de ángulos de fractura de secciones transversales sagital (izquierda) y coronales (derecha).

La fractura ha sido analizada tanto con lupa binocular como con microtomografía computarizada (micro-CT), se encuentra en el parietal derecho y no muestra ninguna evidencia de curación.

“Las fisuras en disposición radial, algunas de ellas con una considerable apertura, la descamación interna y los ángulos de fractura agudos nos informan de que se trata de un traumatismo 'perimortem', es decir, en torno al momento de la muerte del individuo”, comenta Moreno-Ibáñez (izquierda).

Además, este individuo presenta dos lesiones antemortem en el occipital y en el temporal derecho, completamente curadas, y una fractura postmortem en la zona inferior del occipital. Por lo tanto, en este mismo cráneo es posible observar la diferencia entre traumatismos antemortem, perimortem y postmortem.

“Los traumatismos craneales son de un interés particular, ya que la cabeza constituye el objetivo principal cuando la intención es matar al individuo, por lo que frecuentemente este tipo de lesiones están asociadas a la causa de muerte”, añade Miguel Ángel Moreno-Ibáñez.

“El patrón de fractura resultante indica que se utilizó un objeto contundente con un filo recto y apuntado (“traumatismo contundente-cortante”), como las hachas y azuelas de piedra pulimentada”, asegura.

Hacha de piedra recuperada de Cova Foradada.

Fuente: IPHES | 7 de diciembre de 2020

Recuperan los restos de un antiguo guerrero griego y un casco de estilo ilirio en una tumba excavada en Croacia

Un antiguo casco de guerra ilirio ha sido descubierto en la tumba de un guerrero griego que fue enterrado hace más de 2000 años, en algún momento del siglo IV a. C.

El casco, característico de la antigua Iliria, cuenta con su icónico diseño de cara abierta, el cual se desarrolló por primera vez en la región del Peloponeso, en Grecia, durante los siglos VIII y VII a. C.

La tumba fue construida en la ladera de una montaña en Zakotarac, en la península de Pelješac, en el sur de Dalmacia, Croacia.

Los arqueólogos también han descubierto un tesoro de armas antiguas y desenterrado otro conjunto de restos de una mujer con un brazalete de bronce alrededor de la muñeca.

El descubrimiento fue realizado por arqueólogos de la Universidad de Zagreb, en colaboración con el Museo de Dubrovnik, y que creen que la tumba fue utilizada por un miembro de élite del ejército griego.

El casco ilirio fue utilizado por primera vez por los antiguos griegos, etruscos y escitas, y más tarde adoptado por los ilirios, lo que le valió su conocido nombre. Este tipo de casco también se hizo popular en Italia, donde se construyó con marfil.

Sin embargo, esta clase de casco quedó obsoleto en la mayor parte de Grecia a principios del siglo V a. C., y su uso en Iliria terminó en el siglo IV a. C.

Además de encontrar el casco utilizado durante las guerras greco-persas, el equipo descubrió una serie de ajuares funerarios enterrados junto con los cadáveres.

Unas quince fíbulas de bronce y plata, diez agujas o alfileres, varios adornos en espiral y pinzas de bronce, así como varios cientos de cuentas de pasta de vidrio y ámbar, las cuales formaron una vez partes de un collar.

El Dr. Domagoj Perkić (izquierda), conservador del Museo de Dubrovnik, dijo: "Hasta la fecha, se han definido más de treinta recipientes diferentes, principalmente de procedencia griega, probablemente de los principales talleres del Ática e Italia".

"Hay que enfatizar que estos eran los tipos más caros de vasijas de la época, y que la población local las ponía junto a los difuntos como ajuar funerario para su vida más allá de la tumba".

"No se puede saber si estas vasijas fueron compradas o saqueadas durante actos de piratería, pero quienes las emplearon en las tumbas sabían sin duda su valor".

El guerrero, según las investigaciones, fue enterrado con el casco, ya este se encontró junto a su cráno, el cual se ha deteriorado bastante a lo largo del tiempo.

El equipo encontró la tumba mientras restauraba túmulos funerarios dañados en el área, que se estima fue alguna vez vista como un lugar sagrado.

El montículo del guerrero tiene más de 2,70 metros de profundidad y 1,80 metros de ancho, y el cuerpo fue enterrado en dirección oeste-este.

Fuentes: dailymail.co.uk | thesun.co.uk | 9 de diciembre de 2020

El INAH encuentra el resto de la mítica torre de cráneos humanos Huei Tzompantli de Tenochtitlan, México

Foto: Twitter INAHmx

Arqueólogos mexicanos localizaron en el centro de la Ciudad de México el extremo este y la fachada externa del Huei Tzompantli, una torre circular de cráneos humanos dedicada al dios mexica Huitzilopochtli en la antigua ciudad de México-Tenochtitlan, informó este viernes el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

“Este 2020, resultado del seguimiento que el Instituto brinda a los trabajos de remodelación del edificio histórico de la calle República de Guatemala 24, los arqueólogos localizaron el extremo este y la fachada externa de aquella torre o muro circular de cráneos humanos, de 4.7 metros de diámetro”, detalló el organismo en un comunicado.

Hace cinco años, el INAH ya había localizadolos vestigios del extremo noreste de esta gran plataforma que los mexicas dedicaron a Huitzilopochtli, la principal deidad de este pueblo mesoamericano y que representaba al sol.

Con el nuevo hallazgo se han visualizado superficialmente 119 cráneos humanos de la sección este de la torre, los cuales se suman a los 484 identificados anteriormente.

“El Huei Tzompantli es, sin duda, uno de los hallazgos arqueológicos más impactantes de los últimos años en nuestro país, pues es un importante testimonio del poderío y grandeza que alcanzó México-Tenochtitlan”, comentó la secretaria de Cultura de México, Alejandra Frausto (izquierda), según recoge el comunicado.

Hasta el momento, los arqueólogos han descendido 3,5 metros bajo tierra y estiman que los hallazgos se remontan a la época del tlatoani (gobernante mexica) Ahuízotl, quien gobernó México-Tenochtitlan entre 1486 y 1502.

Los cráneos corresponden a hombres y mujeres, así como al menos a tres niños, reconocidos por tener dientes en desarrollo. Además, “se aprecian también modificaciones cefálicas”, lo que indica que era una práctica cultural de los mexicas.

Los primeros cráneos fueron detectados el pasado marzo bajo el nivel del suelo durante las obras de reparación de un muro de un edificio histórico ubicado en la calle República de Guatemala, junto a la Catedral de la Ciudad de México y el complejo arqueológico del Templo Mayor de la antigua México-Tenochtitlan.

“Una vez caída la ciudad de México-Tenochtitlan en manos de los soldados españoles y sus aliados indígenas, se dio paso a la destrucción de la mayor parte de la última etapa constructiva del Huei Tzompantli, por lo cual se arrasó con los cráneos de la torre, cuyos fragmentos dispersos han sido recuperados y analizados por el equipo de antropología física”, informó el INAH.

El organismo informó que "en Mesoamérica se practicaban rituales de sacrificio bajo la creencia de que así se mantenía con vida a los dioses y, por ende, se daba continuidad a la existencia del universo”.

El Gobierno de México está preparando un conjunto de eventos para conmemorar en 2021 los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlan (1321), los 500 años de la caída de la ciudad por la conquista de Hernán Cortés (1521) y los 200 años de la independencia de México (1821).

Templo Mayor, Ciudad de México

Fuentes: forbes.com.mx | safeshadow.com | 11 de diciembre de 2020

Terminan de restaurar el excepcional vaso decorado hallado en el poblado ibérico del Cabeçó de Mariola (Alicante)

En los últimos meses está efectuándose el análisis detallado de los hallazgos y evidencias de las excavaciones realizadas entre 2013 y 2019 en el poblado ibérico del Cabeçó de Mariola (Alfafara y Bocairent) en Alicante. Estas actuaciones han sido llevadas a cabo por parte del Instituto de Arqueología-INAPH de la Universidad de Alicante y el Museo Arqueológico Camilo Visedo de Alcoy.

Entre estos objetos arqueológicos destacan algunas piezas excepcionales como una gran jarra pintada con figuras humanas que componen una composición de alto valor artístico y documental. Las paredes del vaso se diferencian en dos caras a partir de las asas y muestran cada una de ellas un séquito de mujeres que están realizando una ofrenda al sonido de la música.

Se trata de una pieza parecida al “Vas dels Guerrers” del yacimiento de La Serreta (Alicante) que se expone en las vitrinas del museo, pero con una escena muy diferente que muestra una actividad ritual. Estas obras artísticas de los íberos son muy esporádicas, hay que remontarse a 1956 cuando fue descubierto el ‘Vas’ de la Serreta.

Imagen del “Vas dels Guerrers" o "Vaso de los Guerreros"

La jarra fue encontrada en el interior de una casa del poblado que había sido destruida por un potente incendio que hizo que todas las piezas aparecieran muy fragmentadas y deterioradas por los efectos del fuego. Esto ha hecho que esta excepcional jarra decorada haya perdido una parte de la decoración y esté fragmentada en centenares de trozos. Ahora se ha concluido la restauración arqueológica de la pieza por parte de la técnica Eva Mendiola con una subvención de la Consellería de Educación, Cultura y Deporte. También se ha desarrollado el registro fotogramétrico para elaborar una réplica digital que permitirá reconstruir virtualmente la escena, investigación a cargo de Patrimonio Digital de la UA. Todo esto, mientras finaliza el análisis del vaso con la lectura de los detalles, los paralelos y el significado ritual.

La investigación comporta el estudio detallado de un barrio del poblado con casi unos veinte departamentos y la evaluación de miles de piezas cerámicas que componían las vasijas domésticas que empleaban los habitantes cuando el poblado fue atacado y destruidoa inicios del siglo I a.n.e. por los romanos.

Según el concejal de Cultura, Raül Llopis, «al concluir el estudio, la pieza formará parte de una monografía que en la actualidad se prepara por parte de Josep Maria Segura i Ignasi Grau. Prevemos que las piezas destacadas, como la ahora presentada, sean expuestas en el Museo Arqueológico. Esta investigación ofrecerá una imagen detallada de las formas de vida de los últimos íberos que habitaron estas comarcas justo antes del dominio romano. Quiero dar la enhorabuena a todo el equipo que ha trabajado en esta investigación por la gran labor que han realizado».

Fuente: elperiodic.com | 14 de diciembre de 2020