Obtienen ADNmit denisovano en sedimentos de la cueva kárstica de Baishiya, en la meseta tibetana

La cueva kárstica de Baishiya (Tibet) donde se ha obtenido ADNmit denisovano. Crédito: Han Yuanyuan.

Un año después de la publicación de la investigación sobre la mandíbula de Xiahe, el primer fósil denisovano encontrado fuera de la cueva Denísova, el mismo equipo de investigación ha informado ahora del hallazgo de ADNmit denisovano en sedimentos de la cueva kárstica de Baishiya, en la meseta tibetana, donde se encontró la mandíbula de Xiahe. El estudio al respecto ha sido publicado en Science.

El equipo de investigación fue dirigido por el profesor Chen Fahu, del Instituto de Investigación de la Meseta Tibetana (ITP) de la Academia China de Ciencias (CAS), la profesora Zhang Dongju, de la Universidad de Lanzhou, la profesor Fu Qiaomei, del Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados (IVPP) de CAS, el profesor Svante Pääbo, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y el profesor Li Bo, de la Universidad de Wollongong.

Mediante la utilización de tecnología paleogenética de vanguardia, los investigadores extrajeron con éxito ADNmt denisovano de muestras de sedimentos del Pleistoceno tardío recolectadas durante la excavación en la cueva de Baishiya. Sus resultados muestran que este grupo humano estaba estrechamente relacionado con los últimos denisovanos de la cueva de Denisova, lo que indica que esta especie humana ocupó la meseta tibetana durante bastante tiempo y probablemente se habían adaptado a su entorno de gran altitud.

Foto: Mandíbula Xiahe hallada en la meseta tibetana

Los denisovanos fueron descubiertos e identificados por primera vez en 2010 por un equipo de investigación dirigido por el profesor Svante Pääbo. Casi una década después, se encontró la mandíbula Xiahe en la meseta tibetana. Al ser el primer fósil denisovano encontrado fuera de la cueva Denisova, confirmó que los denisovanos habían ocupado el techo del mundo a finales del Pleistoceno medio y estaban muy extendidos. Aunque la mandíbula de Xiahe arrojó nueva luz sobre los estudios de esta especie humana, sin ADN y sin un contexto estratigráfico y arqueológico seguro, la información que reveló sobre los denisovanos todavía está considerablemente restringida.

En 2010, un equipo de investigación de la Universidad de Lanzhou, dirigido por el profesor Chen Fahu, actual director de ITP, comenzó a trabajar en la cueva de Baishiya y en la cuenca de Ganjia, donde se encuentra. Desde entonces, se han encontrado miles de artefactos de piedra y huesos de animales. El análisis posterior indicó que los artefactos de piedra se produjeron principalmente utilizando tecnología simple de obtención de lascas de un núcleo. Entre las especies animales representadas, las gacelas y los zorros dominaban en las capas superiores, pero el rinoceronte, el buey salvaje y la hiena dominaban en las capas inferiores. Algunos de los huesos se habían quemado o tenían cortes, lo que indica que los humanos ocuparon la cueva durante bastante tiempo.

Artefactos de piedra afilados intencionalmente (se muestran ambos lados de cada herramienta) encontrados en la cueva de Baishiya pueden haber sido hechos por los denisovanos, parientes evolutivos del Homo sapiens. Crédito Han Yuanyuan, D. Zhang, Universidad de Lanzhou.

Para determinar cuándo la la cueva fue ocupaba, los investigadores utilizaron la datación por radiocarbono de los fragmentos óseos recuperados en las capas superiores y la datación por luminiscencia óptica de los sedimentos recolectados en todas las capas del perfil excavado. Dataron 14 fragmentos de huesos y aproximadamente 30.000 granos individuales de feldespato y minerales de cuarzo de 12 muestras de sedimentos para construir un marco cronológico robusto del lugar. Los resultados de la datación sugieren que los depósitos excavados más profundos contienen artefactos de piedra enterrados hace ~ 190.000 años, y se acumularon con el tiempo hasta hace al menos ~ 45.000 años o incluso más tarde.

Para determinar quién ocupaba la cueva, los investigadores utilizaron tecnología de ADN sedimentario en el análisis de 35 muestras recolectadas de modo especial durante la excavación. De este modo, capturaron 242 muestras de ADNmt de mamíferos y humanos, enriqueciendo así el registro genético relacionado con estos homínidos antiguos. Concretamente, detectaron fragmentos de humanos antiguos que coincidían con el ADNmt asociado con los denisovanos en cuatro capas de sedimentos diferentes depositadas hace ~ 100.000 y ~ 60.000 años.

Recolección de muestras de ADN de sedimentos (Yao Juanting y Chen Xiaoshan. Crédito: Han Yuanyuan.

Más interesante aún: encontraron que el ADNmt de un homínido de hace 60.000 años comparte una relación genética cercana con los denisovanos 3 y 4, es decir, con las muestras fósiles obtenidas en la cueva de Denísova, en Altai, Rusia. Por el contrario, el ADNmt que data de hace ~ 100.000 años muestra una separación del linaje que conduce a los denisovanos 3 y 4.

A través del ADN sedimentario de la cueva de Baishiya, los investigadores han obtenido la primera evidencia genética de que los denisovanos vivieron más allá de la cueva de Denisova. Este nuevo estudio apoya la idea de que los denisovanos tenían una amplia distribución geográfica, la cual no se limitaba a Siberia, y es posible que se hubieran adaptado a la vida en grandes altitudes y, en consecuencia, contribuido a que los humanos modernos se hayan adaptado a la altura de la meseta tibetana.

Preparación de muestras de sedimentos en sala limpia del IVPP (Fu Qiaomei. Crédito: Wang Xiao.

Sin embargo, todavía quedan muchas preguntas por realizar. Por ejemplo, ¿en qué momento dejaron los denisovanos de ocupar la cueva de Baishiya? Debido a la naturaleza refundida de las tres capas superiores, es difícil asociar directamente el ADNmit con la antigüedad de los depósitos, la cual es tan tardía como 30.000-20.000 años atrás. Por lo tanto, no está claro si estos últimos denisovanos se habrían encontrado con humanos modernos o no.

Además, basándonos solo en el ADNmt, todavía no conocemos la relación exacta entre estos denisovanos, los de la cueva de Denisova, en Siberia, y los tibetanos modernos. La obtención en un futuro de ADN nuclear en este enclave podrá proporcionar una herramienta eficiente para explorar más a fondo las respuestas a estas preguntas.

Fuentes: eurekalert.com | sciencenews.org | 30 de octubre de 2020

Hallan un nuevo yacimiento arqueológico en Ciudad Real con restos de la Edad del Bronce y de la Edad del Hierro

Los trabajos del nuevo yacimiento - Ayuntamiento de Brazatortas.

Un equipo de investigadores españoles ha localizado los restos de un nuevo yacimiento arqueológico en el término municipal de Brazatortas (Ciudad Real). Las excavaciones están sacando a la luz piezas y restos de la Edad del Hierro, aunque los científicos estiman que en otro punto se hallan restos de la Edad del Bronce. De momento, se han localizado huesos, grandes lienzos de muros y una posible torre que actuaría como bastión defensivo.

El proyecto, liderado por Víctor López Menchero, Alfonso Monsalve y David Oliver y financiado por el Ayuntamiento de Brazatortas, lleva por título «Pastores trashumantes, minería y sociedad en el Valle de Alcudia durante la Prehistoria reciente», y se desarrolla en la zona del Cerro de la Cruz de Mayo, junto al Museo de Atardeceres.

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Según ha informado el Consistorio, «los trabajos han permitido focalizar dos zonas temporalmente distintas en una especie de 'acrópolis'. En la superior se han encontrado una serie de estructuras de la Edad del Hierro, alrededor del siglo VII antes de Cristo, y en la ladera sur existen niveles del Bronce, todavía sin una cronología precisa, pero pensamos que puede oscilar entre el Bronce Medio y el Bronce Final», ha explicado Alfonso Monsalve, quien junto a sus compañeros deben determinar si ambos enclaves tan cercanos se superponen o son dos poblados distintos».

Los investigadores manejan como hipótesis de partida que quienes vivieron hace miles de años en este lugar «lo hacían interesados por los pastos, pero también por los metales», tesis que respaldan hallazgos de ciertos materiales «que son foráneos aquí, que no se encuentran y que tuvieron que ser traídos a través del intercambio».

Los trabajos han permitido localizar grandes lienzos de muros y una posible torre que actuaría como bastión defensivo. También se ha encontrado material cerámico y metales como el plomo, el bronce y el hierro, así como un depósito con restos animales.

Todas las piezas que han sido extraídas, de tamaños y pesos muy diversos aunque proliferan las más pequeñas y ligeras, se están trasladando a unas salas de titularidad municipal, cedidas por el Ayuntamiento de Brazatortas, para el trabajo de laboratorio y catalogación que el equipo de especialistas prevé que se pueda prolongar hasta la Navidad.

El alcalde de Brazatortas, Pablo Toledano, ha subrayado la pretensión municipal de recuperar este tipo de enclaves a nivel científico, pero también cultural y turístico.

«La arqueología y el patrimonio arqueológico se tienen que poner también al servicio de la economía local, como otro medio más en la lucha contra el despoblamiento», ha señalado Toledano, que confía en que parte de los hallazgos en la «Cruz de Mayo» puedan formar parte del Centro de Interpretación del Valle de Alcudia que también ha construido el Ayuntamiento de Brazatortas.

Fuente: abc.es | 3 de noviembre de 2020

Merindades (Burgos), potencia de arte rupestre

"Me conozco a pies juntillas el terreno", bromea Eduardo Sainz-Maza. No es para menos después de la investigación que ha realizado en busca de arte rupestre en los alfoces de Santa Gadea y Bricia, el Valle de Valdebezana y la Merindad de Valdeporres (Burgos), y que ha concluido con el hallazgo de nada menos que 24 estaciones inéditas de arte rupestre, de ellas 13 prehistóricas, de la Edad de los Metales, es decir, de hace entre 5.000 y 3.000 años.

Graduado en Historia y Patrimonio por la UBU y a punto de finalizar el Máster de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Cantabria (UC), este joven de 24 años, natural de Santelices de Valdeporres, ha arrojado luz sobre un espacio de investigación, el de las pinturas postpaleoliticas, que quedó relegado por los hallazgos de las valiosas y famosas pinturas del Paleolítico, como las de las cuevas de Altamira o las de Ojo Guareña. Ha sido posible gracias a la financiación aportada por los cuatro ayuntamientos y la Diputación Provincial.

Sainz-Maza, quien ha dirigido esta investigación, y su equipo, que completan Diego Gárate (izquierda), doctor en Prehistoria de la UC y "uno de los principales investigadores de arte rupestre del mundo", junto con Alejandro García Moreno (derecha), como el primero miembro del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de la UC, asegura que "ahora Las Merindades se puede catalogar como una potencia de arte rupestre dentro de la provincia, porque si le sumamos Ojo Guareña no hay parangón". Incluso "también va a entrar a formar parte de los lugares con mayor concentración de la región", añade.

Yendo más allá, aseguran que esta investigación "va a colocar al noroeste de Burgos en el mapa del arte rupestre postpaleolítico peninsular, y establecerá el punto de arranque para futuras investigaciones en esta zona". Además, Sainz-Maza destaca que, a diferencia de las pinturas de Ojo Guareña o Atapuerca, que no son visitables y difícilmente lo serán en el futuro, por sus ubicaciones, las localizadas en su investigación, al aire libre, podrían ser un atractivo más en medio de un entorno de belleza natural indiscutible.

Un vacío sin explicación, pero qué llevó a este arqueólogo a realizar este trabajo. "En el sur de Cantabria, en la comarca de Campoo-Los Valles y, sobre todo, en el municipio de Valderredible, están apareciendo oleadas de arte rupestre, que los ciudadanos comparten en redes sociales u otros medios", relata. Si en este paraje vecino a los municipios del noroeste de la comarca investigados hay tanto arte rupestre y unos kilómetros al este, en Ojo Guareña hay tan buenas muestras, "pensé que en medio de ambos lugares debía de haber algo que todavía nadie conocía".

Con un modelo predictivo basado en patrones de distribución mediante un meticuloso proceso de observación de los yacimientos ya conocidos, y con el empleo de herramientas SIG, los investigadores acudieron a lugares similares en un radio de 20 kilómetros cuadrados que especialmente Eduardo pateó de cabo a rabo escuadriñando rocas. Lo que a ojos de cualquier ciudadano de a pie hubiera pasado muchas veces desapercibido, este joven con vocación de investigador ha logrado identificarlo con claridad.

Su descubrimiento, además de las propias pinturas y grabados, ha sido que todas se caracterizan por hallarse tanto en Cantabria como en Merindades cerca de corrientes de agua, en roca arenisca, orientadas al sur y en escarpes o riscos con una acceso medianamente difícil. "Estamos contentos, porque el modelo predictivo que hemos usado ha dado resultados y estas pinturas coinciden con el mismo patrón de las de Cantabria", destaca. "Estos lugares no fueron elegidos al azar", a juicio del investigador que cree que este modelo permitirá más hallazgos en la Montaña Cantábrica Oriental.

En la estación de arte rupestre de mayor valor, ubicada en Santa Gadea y que muestra las imágenes de este reportaje, el espacio que rodea el farallón de roca, es de extraordinaria belleza y reúne todas las características del patrón una a una. El hallazgo de estas pinturas de caballos y jinetes -hasta nueve están claramente identificados- fue una de las mayores alegrías de Sainz-Maza, dado su valor. A falta de nuevas investigaciones, los data entre la Edad del Hierro y Edad Media, al haber pinturas superpuestas. Otra de gran valía es la de los orantes localizados en el Alfoz de Bricia, similares a los petroglifos de la región de Bohuslän (Suecia). En Santa Gadea también destacan orantes similares a los hallados en León o Lleida y que ubica entre la Edad del Bronce y la del Hierro.

El investigador prefiere mantener los nombres de los lugares donde se han realizado los hallazgos en secreto. "Hay que ser cautos ante los posibles daños que puedan sufrir". Lo primero es comunicar las ubicaciones a la Junta de Castilla y León y tratar de que las proteja antes de dar a conocer las ubicaciones y facilitar así su visita.

Santa Gadea y Bricia han resultado ser los municipios de mayor concentración de arte rupestre, mientras que en Valdebezana y Valdeporres disminuye sensiblemente. No obstante, un altar donde se cuentan medio centenar de cazoletas -hendiduras circulares hechas por el hombre- es una joya que nadie hasta ahora había investigado y que se encuentra en Valdebezana. "En Galicia, a estas altares con muchas menos cazoletas se les da una gran relevancia", apostilla. Las marcas, hechas por la mano del hombre, están unidas por canales, por los que discurría el líquido que se recogía en un receptáculo más grande de la parte superior de la roca. "Las interpretaciones van desde temas astrales a cultos y ritos femeninos", explica Sainz-Maza. "Son muchas las teorías, desde ritos con animales o incluso con personas", añade.

Con todo lo hallado y que pronto formará parte del Catálogo Arqueológico Provincial de Burgos, nunca se podrá perder un patrimonio que por estar al aire libre es sumamente frágil. Además, la investigación ha servido para realizar levantamientos fotogramétricos, una reconstrucción en 3D, que permite recoger las pinturas y grabados de forma fidedigna y así poder conservarlas para siempre.

Fuente: diariodeburgos.es | 17 de octubre de 2020

Hallado un castro en Abegondo (La Coruña) con restos del Imperio Romano y la Edad de Hierro

El proyecto arqueológico impulsado por el Ayuntamiento de Abegondo (La Coruña) en el Castro de Cerneda ha descubierto restos que confirmarían, según los estudios preliminares, que hubo pobladores en la zona desde finales de la Edad de Hierro, hace más de 2.000 años, hasta el Imperio Romano, entre los siglos III y V después de Cristo.

"El castro tiene un nivel de conservación notable y un contexto arqueológico muy interesante", ha explicado el director, David Fernández Abella (izquierda), en la presentación de los hallazgos, afirmando que lo encontrado hasta ahora "justifica continuar" los trabajos. "Sabemos mucho, pero nos quedaría mucho más", defendió. El proyecto, desarrollado desde hace un mes, solo ha excavado un 0,6% del total de superficie en tres sondeos arqueológicos en los que han aparecido hasta 40 bolsas de vestigios. "Son restos de mucho interés y tenemos un edificio que tiene interés especial para saber qué es y, por lo que parece, vamos a poder recuperar el espacio entero", añadió.

El inmueble, expuso el responsable del proyecto, sería de "tamaño excepcional" y dataría de la época galaicorromana. "Habría estado cubierto con una gran estructura de madera y con teja encima, de las que quedan restos y se desconoce si la forma completa de la estructura sería totalmente circular u ovalada, o si sería propiedad de un alguien con poder económico o sería de tipo comunal".

Comparación con el castro de Elviña

"A nivel de tamaño parece excepcional", expuso el arqueólogo, que reconoce que hay pocos castros excavados en la comarca y que este dato hace pensar que moraban allí antiguamente entre 500 y 1.000 personas. Con respecto al de Elviña, en La Coruña, apunta que los muros miden 30 centímetros más, hasta medir un metro de ancho, lo que, dice, "sobrepasa lo habitual".

En su interior encontraron un trozo de vidrio de un vaso, una varilla de bronce de la que los expertos desconocen su finalidad y restos de cerámica proveniente del norte de África. Estos restos, junto con los demás, serán objeto de "estudio" los próximos meses y se definirá con exactitud la cronología a través del análisis de radiocarbono.

En los próximos días habrá una jornada de puertas abiertas en el castro y se realizará un modelo tridimensional con drones y un documento topográfico para después tapar "de manera preventiva" los restos y "pensar qué hacer". Además, se colocará cartelería explicativa en la zona y se lanzará una web del castro.

Edad de Hierro

En otra de las zonas excavadas, los arqueólogos encontraron una entrada al castro, de "paso", y una parte de lo que sería un espacio habitacional hecho con "material perecedero", como madera o paja, que no se conserva. Sí que encontraron un trozo de un ánfora que contenía vino y que procedía del valle del Guadalquivir, en Sevilla.

Con estos indicios consideran que la época más antigua en la que el castro fue habitado es en la Edad del Hierro, hace más de 2.000 años, entre los siglos I y II antes de Cristo. Otra de los lugares excavados, de hasta un metro de profundidad, demostró que durante los últimos siglos fue un lugar "en el que se trabajó agrícolamente".

El propio castro, señaló el arqueólogo, tiene unas dimensiones "excepcionales" que triplicarían a otros de la comarca. Los ártabros, el pueblo que habitaba la comarca das Mariñas, vivían en una extensión de 8.000 metros cuadrados, y tenían alrededor otras tres hectáreas de elementos defensivos, compuestos por dos murallas y un foso.

Era, indicó el experto, una "aldea fortificada" en la que los habitantes eran agricultores y ganaderos que cultivaban y llevaban a los animales fuera del propio castro. El lugar, entre dos valles y un lugar de paso, era óptimo, dijo, para "controlar el territorio y vigilar otros castros".

Fuente: elespañol.com | 31 de octubre de 2020

Los rasgos del cráneo de Florisbad (Sudáfrica) refuerzan la hipótesis de una evolución humana en mosaico

Cráneo de Florisbad. Crédito: E. Bruner et al

Emiliano Bruner (izquierda), paleoneurólogo del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), en colaboración con Marlize Lombard, de la Universidad de Johannesburgo, acaba de publicar un estudio en la revista Journal of Anthropological Sciences que describe los rasgos del neurocráneo de Florisbad, un fósil encontrado en Sudáfrica en 1932, y sus similitudes con otras especies como Homo sapiens, Homo neanderthalensis y Homo heidelbergensis.

El hueso frontal de este individuo, datado en alrededor de 260.000 años, tiene una forma completamente moderna, lo cual sugiere una relación espacial entre cara y bóveda muy similar a la de Homo sapiens, aunque los lóbulos frontales son particularmente anchos, como en Homo neanderthalensis. Sin embargo, el hueso parietal presenta una anatomía muy parecida a especies más arcaicas, como Homo heidelbergensis.

“El cráneo de Florisbad puede ser clave para investigar el origen de nuestra especie. Podría tratarse de una población muy temprana de 'Homo sapiens' o de un grupo extinto perteneciente a otro linaje humano independiente y paralelo”, señala Emiliano Bruner.

Fósiles con una mezcla de caracteres más evolucionados en la cara y más primitivos en las regiones posteriores del cráneo se han encontrado también en Europa y en Asia, lo que corrobora que la evolución humana no ha sido un proceso lineal sino en mosaico.

Fuente: cenieh.es | 30 de marzo de 2020

Una investigación del ADN del perro antiguo rastrea la diversidad canina hasta la Edad del Hielo

Pintura rupestre (5000-2000 a.C) en Libia de un cazador y sus perros persiguiendo una cabra o un antílope.

El estudio Origins and Genetic legacy of Prehistoric dogs, publicado por la revista Science, recoge el trabajo del equipo de investigación que ha secuenciado el AND antiguo de 27 perros, algunos de los cuales vivieron hasta hace casi 11.000 años en Europa, Oriente Próximo y Siberia.

Según los datos recogidos, en ese punto en la historia, justo después de la Edad del Hielo y antes de que cualquier otro animal fuera domesticado, ya existían al menos cinco tipos diferentes de perros con distintas ascendencias genéticas.

Ese hallazgo revela que la diversidad observada hoy entre perros en diferentes partes del mundo se originó cuando todos los humanos aún eran cazadores y recolectores. Según explica Pontus Skoglund (izquierda), líder de grupo del laboratorio de Crick's Ancient Genomics, "algunas de las variaciones que se ven entre los perros que caminan por la calle hoy en día se originaron en la Edad del Hielo. Al final de ese período, los perros ya estaban muy extendidos por todo el hemisferio norte".

El estudio de la genómica antigua implica extraer y analizar AND del material esquelético. "Proporciona una ventana al pasado, lo que permite a los investigadores descubrir cambios evolutivos que ocurrieron hace muchos miles de años", ha apuntado.

El equipo investigador ha demostrado que "durante los últimos 10.000 años esos primeros linajes de perros se mezclaron y se movieron para dar lugar a los perros que conocemos hoy". Por ejemplo, "los primeros perros europeos eran inicialmente diversos y parecían provenir de dos poblaciones muy distintas, una relacionada con los perros de Oriente Próximo y otra con los perros siberianos, pero en algún momento esa diversidad se perdió, ya que hoy no está presente en los canes europeos".

"Si miramos hacia atrás hace más de cuatro o cinco mil años, podemos ver que Europa era un lugar muy diverso en lo que respecta a los perros", ha afirmado Anders Bergström (derecha), investigador postdoctoral en el laboratorio de Genómica Antigua en Crick, quien ha destacado que "aunque los perros europeos que vemos hoy tienen una variedad extraordinaria de formas, genéticamente se derivan de un subconjunto muy estrecho de la diversidad que solía existir".

Caza de jabalíes: fresco fechado entre los siglos XIV y XIII a.C. Museo Arqueológico Nacional de Tirinto. Atenas. Grecia.

Evolución paralela

Los investigadores también compararon la evolución en la historia del perro con los cambios en la evolución humana, los estilos de vida y las migraciones. En muchos casos, se produjeron cambios comparables, ya que "los humanos llevarían a sus perros con ellos mientras migraban por todo el mundo", señala la Universidad pública vasca.

Sin embargo, la pérdida de diversidad que existía en los perros en la Europa temprana "fue causada por la propagación de un solo ancestro de perro, que reemplazó a otras poblaciones".

Para Greger Larson (izquierda), director de la Red de Investigación en Paleogenómica y Bioarqueología de la Universidad de Oxford, "el perro es nuestro compañero animal más antiguo y cercano. El uso de AND de perros antiguos nos muestra cuán atrás se remonta nuestra historia compartida y, en última instancia, nos ayudará a comprender cuándo y dónde comenzó esa relación profunda".

Si bien este estudio proporciona nuevos conocimientos importantes sobre la historia temprana de las poblaciones de perros y sus relaciones con los humanos y entre sí, aún quedan muchas preguntas. En particular, los equipos de investigación todavía están tratando de descubrir dónde y en qué contexto cultural humano, los perros fueron domesticados por primera vez.

Ascendencia de los perros globales en la actualidad. (A) Para cada población actual, se muestran las proporciones de ascendencia estimadas por el modelo qpAdm de mejor ajuste, restringido a modelos que contienen hasta cuatro de las siete fuentes seleccionadas. Las poblaciones para las que un solo componente representa ≥98% de la ascendencia se colapsan en círculos más pequeños. Las imágenes de perros se obtuvieron de Wikimedia bajo la licencia CC BY-SA 3.0 (B) Ilustraciones de historias de población inferidas en tres regiones del mundo.

Aritza Villaluenga (derecha) es profesor adjunto en el Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la UPV/EHU y miembro del Grupo Consolidado de investigación en Prehistoria (IT-1223-19) en el campus de Álava, y ha contribuido a la investigación con la identificación de restos de cánidos desde el Paleolítico Superior hallados en yacimientos arqueológicos de Guipúzcoa.

"Se trata en total de 32 ejemplares, de los cuales sólo uno resultó ser un perro y el resto pudieran ser lobos (Canis lupus) o cuones (Cuon alpinus). Este trabajo ha analizado el origen de la domesticación del perro (Canis familiaris), comenta. Ese tema ha tenido un gran debate y es la primera vez que se considera a escala global, incluyendo animales hallados en contextos arqueológicos desde hace 10.000 años en Asia, África, América y Europa".

Según indica Aritza Villaluenga, los nuevos resultados muestran que hay distintos tipos de perros que se fueron expandiendo con los diferentes grupos humanos. Y cuando aparecían otros grupos de personas, las antiguas razas de canes desaparecían.

Para reconstruir el puzle, el equipo secuenció 27 genomas completos de perros antiguos de hasta casi 11.000 años de antigüedad de Europa, Oriente Próximo y Siberia. El análisis mostró que el menos cinco de los principales linajes de perros ya se habían diversificado y extendido en todo el mundo dentro de ese periodo temporal. A partir de ellos, fueron apareciendo diferentes razas.

Cráneo de perro Mesolítico (izquierda) comparado con el de un lobo actual del centro de Rusia. Crédito: EE Antipina

En estos animales no se encontraron genes de lobos. Al revés, sí. Había lobos de la misma época con genes de perros. “El ser humano es el que está controlando este proceso”, dice Villaluenga. Y es que una posible explicación de semejante asimetría supone que fueron las personas las que se aseguraron de que sus perros ya no se juntaran con los lobos. Tal vez la mezcla generara animales más agresivos. En cambio, si algún perro se escapaba, sí podría volver a mezclarse con los lobos.

El único animal que ha podido ser incluido en el estudio proviene de la cueva de Marizulo (Urnieta). Esa cueva fue excavada por J.M. Barandiaran ente 1962 y 1967, y en dicha excavación fue hallado un enterramiento en el que se encontró el esqueleto de un hombre joven, junto al esqueleto de un perro y un cordero. Ese animal ha sido incluido en el presente estudio, revelando una antigüedad de entre 6.173 y 6.287 años antes del presente.

Genéticamente, era del tipo de perros del Neolítico, los cuales habían reemplazado a los primeros canes del Paleolítico y que, a su vez, serían posteriormente suplantados por los perros de la Edad del Bronce, antecesores de los actuales perros europeos, entre ellos el Euskal Artzain Txakurra (perro pastor vasco).

Perro de Carelia (Wikipedia).

Perro de Carelia