Hallan la tumba de un imponente señor de la guerra anglosajón de hace 1.400 años

El señor de la guerra de Marlow, cuyos restos se encontraron en el lugar, probablemente era "un guerrero formidable". Foto: Universidad de Reading.

En 2018, unos aficionados encontraban con sus detectores de metales unas antiguas vasijas de bronce en una colina aledaña a la rivera del río Támesis, cercana a la ciudad inglesa de Marlow (Buckinghamshire). Cuando los observaron de cerca, comprobaron que tenían unas características tan excepcionales que decidieron avisar a las autoridades británicas del hallazgo.

Los arqueólogos de la Universidad de Reading siguieron la pista del aviso y hace unos días comunicaban el descubrimiento: los restos de un importante jefe militar anglosajón del siglo VI, que fue enterrado hace 1.400 años junto a una gran cantidad de armas, entre las que destacan varias lanzas y una espada envainada.

Espada y vaina encontradas con los restos. Foto: Universidad de Reading.

A los especialistas les llamó la atención las dimensiones del guerrero, que superaba el 1,80 de altura, algo muy raro en la época, y también su complexión musculosa. «Habría sido alto y robusto en comparación con otros hombres en ese momento y habría tenido una figura imponente incluso hoy», ha afirmado Gabor Thomas (izquierda), especialista en arqueología medieval temprana de la citada universidad, en un comunicado.

Más allá de lo excepcional del físico, el denominado «Señor de la guerra de Marlow» ha dejado perpejos a los investigadores por el enclave de su entierro.

A diferencia de la mayoría de sus coetáneos que fueron enterrados en cementerios, el Señor de la Guerra de Marlow había sido sepultado solo, en una orientación norte-sur con vistas al río Támesis. Esto, junto a la riqueza de su ajuar funerario, indica que el hombre era un líder tribal, una conclusión que ofrece una nueva perspectiva sobre el área.

Vista aérea de la zona de excavación, en Buckinghamshire. Foto: Universidad de Reading.

«Esperábamos encontrar algún tipo de entierro anglosajón, pero lo que encontramos superó todas nuestras expectativas. Es la primera tumba de este tipo que se encuentra en la cuenca media del Támesis, que a menudo se pasa por alto en favor del Alto Támesis y Londres. Sugiere que los habitantes de esta región pueden haber sido más importantes de lo que los historiadores sospechaban anteriormente», continúa Thomas.

La extensión del Támesis que atraviesa Marlow y Maidenhead era una especie de zona fronteriza que fue disputada entre los reinos vecinos en varios períodos. «Lo que sugiere este entierro es que esta área tenía su propia identidad como una poderosa unidad tribal antes de que estos reinos se formaran», afirma este especialista a The Guardian.

Vasija encontrada en el sitio. Fotografía: Universidad de Reading.

Las vasijas de bronce y las puntas de lanza se exhibirán en el Museo del Condado de Buckinghamshire, en Aylesbury, donde se espera que los otros elementos de la tumba también se exhiban una vez que se hayan completado los trabajos de conservación y análisis. Para apoyar estos esfuerzos, el equipo de arqueólogos ha lanzado una campaña de financiación colectiva.

Los expertos también realizarán un examen más detallado del esqueleto para deducir la edad del hombre y explorar si tenía alguna enfermedad; ya se han encontrado signos tempranos de artritis, mientras que sus dientes muestran signos de desgaste.

Foto: La detectorista de metales, Sue Washington, que descubrió las vasijas de bronce, contempla el hallazgo del esqueleto enterrado.

La profesora Helena Hamerow (izquierda), de la Universidad de Oxford, que no participó en el trabajo, dijo que el descubrimiento es muy significativo. "Tenemos pocos o ningún entierro de ese período en la región central del Támesis que tengan tan rico ajuar funerario, especialmente en comparación con el bajo y el alto Támesis", dijo, y agregó que es probable que algunos de los objetoss hayan sido importados desde el norte de Francia o Renania.

"Tanto la ubicación como el ajuar funerario parecen estar diseñados para proyectar el poder y la importancia del individuo enterrado".

Fuentes: abc.es | theguardian.com | bbc.com | 7 de octubre de 2020

La arqueología descubre propagación de enfermedades infecciosas desde hace 4.000 años

Una nueva investigación bioarqueológica de una candidata al doctorado de la Universidad de Otago ha demostrado cómo ciertas enfermedades infecciosas podían propagarse hace 4.000 años, al tiempo que ha puesto de relieve los peligros de dejar que esas enfermedades se propaguen.

El pian –una infección causada por la misma clase de bacterias responsable de la sífilis (Treponema pallidum)- es una enfermedad infantil que causa lesiones cutáneas altamente infecciosas. Se transmite por contacto de persona a persona y, en casos avanzados, puede dejar a los afectados con una severa deformación de los huesos. Aunque es fácilmente curable en sus primeras etapas, las desfiguraciones óseas son irreversibles.

La enfermedad ha sido erradicada en gran parte del mundo, pero todavía prevalece en el Pacífico occidental y afecta a unas 30.000 personas. Un intento mundial anterior de erradicar esta enfermedad tropical fracasó en el último momento en la década de 1950 y un nuevo intento se vio frenado por el brote de la COVID-19, según la candidata al doctorado en Anatomía de la Universidad de Otago, Melandri Vlok (izquierda).

Foto: Nódulos en el codo como resultado de una infección bacteriana de 'Treponema pertenue'.

Su investigación, publicada en Bioarchaeology International, utiliza la arqueología para arrojar luz sobre la propagación de enfermedades cuando diferentes poblaciones humanas interactúan por primera vez. Su interés específico está en lo que ella llama la "zona de fricción", allí donde los antiguos agricultores se encontraron con cazadores y recolectores.

En 2018 viajó a Vietnam para estudiar los restos óseos del yacimiento arqueológico de Man Bac. Situado en la provincia de Ninh Bình, en el norte del país, Man Bac fue excavado en 2005 y 2007 y ha proporcionado un tesoro de información a los arqueólogos gracias a su papel durante la transición de la etapa de cazadores-recolectores a la agricultura en el sudeste asiático continental.

Alojados actualmente en el Instituto de Arqueología de Hanoi, esos restos óseos están bien estudiados, pero no fueron nunca analizados en busca de pruebas de pian, dice la Sra. Vlok.

Su supervisora en Otago, la renombrada bioarqueóloga Hallie Buckley (izquierda), había visto lo que ella pensaba que podían ser síntomas de pian en una fotografía de los restos de Man Bac. La profesora Buckley viajó con la Sra. Vlok, y, junto con un apasionado equipo de expertos de Vietnam, confirmaron sus sospechas. Más tarde, Vlok encontró un segundo ejemplo de la enfermedad.

Esto fue significativo, ya que el yacimiento de Man Bac data de hace 4.000 años. Hasta ahora, no había evidencia fuerte de pian en el Asia prehistórica.

La investigación de sugiere que el pian se introdujo entre los cazadores-recolectores de la actual Vietnam a través de una población agrícola que se desplazó al sur de China. Esos grupos de cazadores-recolectores descendían de los primeros pueblos que salieron de África y entraron en Asia, los cuales también acabaron habitando en Nueva Guinea, las Islas Salomón y Australia.

Los agricultores habían estado en China durante al menos 9.000 años, pero no fue hasta hace unos 4.000 años que introdujeron la agricultura en el sudeste asiático. Es posible que este movimiento de personas trajera enfermedades, incluyendo el pian, al mismo tiempo.

Vlok dice que el tiempo que ha existido esta enfermedad en la región es relevante a la hora de abordar lo difícil que ha sido erradicarla.

Excavaciones en el yacimiento de Man Banc, Vietnam. Universidad de Otago.

"Esto importa, porque conocer más sobre esta infección y su evolución cambia la forma en que entendemos la relación que la gente tiene con ella. Nos ayuda a entender por qué es tan difícil de erradicar. Si ha estado con nosotros miles de años, probablemente se ha desarrollado para encajar muy bien con los humanos", dice Vlok.

"La pandemia de COVID-19 de este año ha centrado la atención de la gente en las enfermedades infecciosas, y hay lecciones que aprender del pasado", agrega.

"Una arqueología como esta es la única manera de documentar cuánto tiempo una enfermedad ha estado con nosotros y se ha adaptado en nuestro seno. Hoy entendemos, respecto a la COVID-19, lo fantástico que es que tal infección se adapte a los humanos. Y la 'Treponema' ha estado con nosotros durante mucho más tiempo".

"Ello nos demuestra lo que sucede cuando no tomamos medidas contra estas enfermedades. Es una lección de lo que las enfermedades infecciosas pueden hacer a una población si dejas que se propaguen ampliamente. Resalta la necesidad de intervenir, porque a veces estas enfermedades son muy buenas a la hora de adaptarse y extenderse entre nosotros".

Fuentes: noticiasdelaciencia.com | eurekalert.com | 26 de septiembre de 2020

Descubren en la necropolis de Saqqara (Egipto) nuevos pozos funerarios con más de 80 sarcófagos intactos de hace 2.500 años

El primer ministro egipcio Mustafa Madbuli (izquierda) junto al ministro de Turismo y Antigüedades, Jaled al Anani (centro) y secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades Mustafa Waziri, contemplando uno de los sarcófagos recién descubiertos - Reuters.

Las autoridades egipcias han anunciado el hallazgo de una nueva colección de sarcófagos que datan de hace más de 2.500 años en la zona arqueológica de Saqqara, situada al sur de El Cairo, después de que a principios de mes anunciaran el descubrimiento de otros 59 ataúdes en la misma área.

El Ministerio de Antigüedades egipcio ha detallado que los ataúdes, «coloreados y sellados desde hace más de 2.500 años», proceden de tres nuevos pozos. Los detalles de este nuevo descubrimiento, realizado por un equipo de arqueólogos egipcios, se desvelarán «en las próximas semanas en una rueda de prensa en la zona arqueológica de Saqqara, tras completar la documentación arqueológica y fotográfica», se apunta en la nota.

Foto: Pozo de treinta metros excavado en el centro de un antiguo taller de momificación al sur de la pirámide de Unas, en el sur de la necrópolis de Saqqara / EFE.

El secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Mustafa Waziri, ha afirmado desde su cuenta de Facebook que «el número de sarcófagos en el lugar del hallazgo supera los 80, aproximadamente» y están en mejores condiciones que los encontrados recientemente, de acuerdo con Efe. También han dado cuenta de varias estatuillas de madera doradas.

Mustafa Madbuli, primer ministro egipcio, visitó junto al ministro de Turismo y Antigüedades, Jaled al Anani, y Mustafa Waziri, la necrópolis de Saqqara para “hacer un seguimiento a este nuevo hallazgo", de acuerdo con el comunicado.

Tras bajar los fosos recién escrutados, a fin de apreciar el trabajo del equipo de árqueólogos, Madbouli elogió la labor de los mismos, no sólo por permanecer y continuar con su trabajo en el lugar pese al calor abrasador del desierto y a los azotes de la Covid-19, sino también, subrayó con orgullo, por ser una labor exclusivamente egipcia.

El primer ministro egipcio Mustafa Madbuli (izquierda) junto al ministro de Turismo y Antigüedades, Jaled al Anani contemplando estatuillas de madera dorada halladas en uno de los fosos.

Waziri hizo referencia al pasado 3 de octubre, cuando tras el parón por la pandemia del coronavirus, Egipto presentó el primer descubrimiento de envergadura de los pasados meses: 59 sarcófagos de madera en perfectas condiciones con sus momias, que datan de 2.600 años atrás. Los sarcófagos pertenecen al Periodo tardío y, en concreto, a la dinastía XXVI (664-525 a.C), la última antes de la conquista persa.

El primer ministro egipcio Mustafa Madbuli (izquierda) junto al ministro de Turismo y Antigüedades, Jaled al Anani abriendo un sarcófago.

Egipto busca anunciar hallazgos arqueológicos en un esfuerzo por reactivar el sector turístico en el país, uno de sus principales renglones de ingreso que se recuperó tras verse afectado por la Primavera Árabe en 2011, pero que ha tocado fondo por la pandemia del coronavirus.

El yacimiento de Saqqara forma parte de la antigua capital de Egipto, Memphis, que incluye las famosas pirámides de Giza y la pirámide escalonada de Zoser, la más antigua de la historia, así como las pirámides más pequeñas de Abu Sir, Dahshur y Abu Ruwaysh. Las ruinas de Memphis fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en la década de 1970.

Estas fotos (arriba y abajo), muestran un tesoro de artefactos y sarcófagos antiguos que los arqueólogos egipcios han descubierto en vasta necrópolis de Saqqara, al sur de El Cairo. (Ministerio de Turismo y Antigüedades vía AP)

Fuentes: abc.es | phys.org |foxnews.com | 20 de octubre de 2020

El cambio climático pudo causar la extinción de las especies humanas anteriores al 'Homo sapiens'

Crédito: CC0 Public Domain

De las seis o más especies diferentes de humanos primitivos que han surgido a lo largo de los tiempos, todas pertenecientes al género Homo, solo nosotros, Homo sapiens, hemos logrado sobrevivir. Por el camino quedaron incluso los inteligentes y sofisticados neandertales de Eurasia, a quienes se les atribuye cualidades tan valiosas como el pensamiento simbólico o la piedad. No fueron suficientes. Qué provocó estas extinciones aún está por esclarecer, pero un nuevo estudio publicado en la revista «One Earth» cree haber dado con una causa común: los cambios climáticos, aumentos o descensos bruscos de temperatura a los que nuestros antiguos ancestros no lograron adaptarse.

«Nuestros hallazgos muestran que a pesar de las innovaciones tecnológicas que incluyen el uso del fuego y herramientas de piedra, la formación de redes sociales complejas y, en el caso de los neandertales, incluso la producción de puntas de lanza pegadas, ropa ajustada y una buena cantidad del intercambio cultural y genético con el 'Homo sapiens', las especies de 'Homo' del pasado no pudieron sobrevivir al intenso cambio climático», explica Pasquale Raia (izquierda), de la Universidad Federico II en Nápoles. «Se esforzaron mucho; se dirigieron a los lugares más cálidos a su alcance cuando el clima se enfrió, pero al final no fue suficiente», concluye.

Nicho climático

Para arrojar luz sobre extinciones pasadas de especies como Homo habilis (hace 1,65 millones de años), Homo ergaster (hace 1,4 millones de años), Homo erectus (hace 117.000 años), Homo heidelbergensis (hace 200.000 años) y Homo neanderthalensis (hace unos 40.000 años), los investigadores utilizaron un simulador climático de alta resolución, que proporciona la temperatura, precipitaciones y otros datos de los últimos 5 millones de años. También buscaron una extensa base de datos de fósiles que abarca más de 2.750 registros arqueológicos para modelar la evolución del nicho climático de esos Homo a lo largo del tiempo.

El objetivo de los investigadores era determinar el nicho climático de cada especie, vale decir el conjunto de condiciones, incluidas la temperatura y las precipitaciones, que resultan óptimas para la supervivencia y la amplitud de la distribución del área del nicho a lo largo del tiempo.

Según los científicos, los resultados ofrecen evidencias sólidas de que tres especies, H. erectus, H. heidelbergensis y H. neanderthalensis, perdieron una parte significativa de su nicho climático justo antes de extinguirse. Esta reducción coincidió con cambios bruscos y desfavorables en el clima global.

«Nos sorprendió la regularidad del efecto del cambio climático», dice Raia. «Fue muy claro, para las especies extintas y solo para ellas, que las condiciones climáticas eran demasiado extremas justo antes de la extinción y solo en ese momento en particular».

El vórtice de extinción es el conjunto de procesos por los que pasa una población hasta que finalmente se extingue.

«Las especies son buenas para sobrevivir cuando tienen un área grande a su disposición para vivir, pero cuando las áreas habitables disminuyen y el resultado son pequeños parches que están geográficamente aislados entre sí, las especies entran en lo que se conoce como un vórtice de extinción», agrega Raia.

Las reducciones en el área habitable fueron el resultado de cambios climáticos repentinos, encontró el equipo. El H. erectus, por ejemplo, se extinguió durante el último período glacial, que comenzó hace unos 115.000 años. Los investigadores sugieren que este fue el período más frío que la especie haya experimentado.

El equipo descubrió que para los neandertales, la competencia con el H. sapiens también fue un factor negativo, pero que, incluso sin la presencia de nuestra especie, el efecto del cambio climático por sí solo pudo haber sido suficiente para llevarlos a la extinción. Incluso las especies con la capacidad de controlar su entorno local, como vestirse con ropa o hacer fuego, eran susceptibles a los efectos del cambio climático, dice Raia.

¿Se extinguió el 'Homo erectus' por el cambio climático? Museo de Historia Natural / Alamy


Advertencia «atronadora»

El investigador cree que estos hallazgos pueden servir como una especie de advertencia para los arrogantes humanos que hoy poblamos el planeta, ya que «nos enfrentamos a cambios climáticos sin precedentes».

«Es preocupante descubrir que nuestros antepasados, que no eran menos impresionantes en términos de poder mental en comparación con cualquier otra especie de la Tierra, no pudieron resistir el cambio climático», argumenta. «Y nuestra propia especie está cortando la rama en la que estamos sentados causando el cambio climático. Personalmente, tomo esto como un mensaje de advertencia atronador. El cambio climático hizo al género 'Homo' vulnerable y desventurado en el pasado, y esto puede estar simplemente sucediendo de nuevo», señala.

Teoría no compartida

Sin embargo, determinadas lagunas en los datos pueden comprometer la certeza de la conclusión de que el cambio climático fue el principal impulsor de la extinción, dicen investigadores que no participaron en el estudio.

«Aparte de los neandertales, apenas hay evidencia fósil de las otras especies estudiadas», dice Bernard Wood (izquierda), de la Universidad George Washington, en Washington DC. «Los individuos que pertenecen a estos taxones vivieron en momentos y lugares no muestreados por el registro fósil existente», dice.

«Además, la datación de la primera aparición de un taxón casi con certeza subestima cuándo apareció, y su última fecha de aparición casi con certeza subestima cuando ese taxón se extinguió», añade.

«A medida que las especies se acercan a la extinción, independientemente de la causa, ya sea la competencia, la caza o problemas de reproducción, su rango necesariamente disminuye», dice Corey Bradshaw (derecha), de la Universidad Flinders en Australia. «Si el rango de una especie ya estaba en declive, eso podría dar la falsa impresión de que el área del nicho climático también estaba disminuyendo».

«Ninguna especie que conozcamos se ha extinguido jamás por un solo mecanismo. Siempre es una combinación», dice Bradshaw. «Por ejemplo, en el caso de muchas especies de megafauna en el Pleistoceno tardío, está saliendo a la luz que hubo muchos efectos de interacción entre la caza humana y el cambio climático».

Fuentes: abc.es | newscientist.com | phys.org | 16 de octubre de 2020

El Museo Arqueológico de Cartagena exhibe la belleza de las ruinas a través de la exposición ‘El fin de una civilización’ de Fernando Peñalva

El Museo Arqueológico de Cartagena ‘Enrique Escudero de Castro’ acoge desde el 13 de octubre, y hasta el 10 de enero, la exposición ‘El fin de una civilización’, que agrupa cerca de una veintena de dibujos arqueológicos del artista ceheginero Fernando Peñalva, describiendo pormenorizadamente la belleza de una ruina o de una escultura realizada en la antigüedad.

La exposición está compuesta por obras de dimensiones y técnicas diversas, acuarela, lápices, carbón, cera… donde se encuentran detalles del relieve del Ara Pacis, ruinas del Templo de Olimpo, el busto de Antínoo o el de Atenea Leimna e incluye un dibujo de capiteles corintios de ruinas del teatro romano de Cartagena.

A la inauguración de ‘El fin de una civilización‘ han asistido el concejal del área de Cultura del Ayuntamiento de Cartagena, David Martínez Noguera, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Cehegín, Juan Martínez, por Francisco Peñalver, comisario de la exposición y director del Museo Arqueológico Municipal de Cehegín y por el pintor y creador de los cuadros, Fernando Peñalva. La muestra está coordinada por el Museo Arqueológico de Cehegín, ha pasado por el Museo Arqueológico de Murcia y ahora se exhibe en el de Cartagena.

«Estamos ante un pintor siempre realista, que por su sólida formación como arquitecto demuestra una excepcional virtud de la técnica del dibujo, en la que el color se supedita a su gran dominio del dibujo. No estoy cualificado para desmenuzar o destacar trazos, colores, luces o sombras. Pero si quiero decirles que cuando descubran y miren las obras de Fernando Peñalva, reparen que son una muestra de algunas de las obras antiguas más señaladas que atesora el ser humano» ha señalado el concejal de Cultura, David Martínez.

TEATRO ROMANO DE CARTAGENA

Y es que en la exposición se pueden observar obras que muestran las ruinas del templo de Zeus en Olimpia, del templo de Isis en Sabratha (Libia), o del templo de Bely, el arco triunfal de Palmira (Siria), así como algunas esculturas del Partenón, de Fidias, del friso del altar de Pérgamo.

«Una obra de temática arqueológica, que nos descubre a través de la belleza de la ruina, monumentos de un pasado esplendoroso, algunos de los cuales por desgracia han desaparecido, y que ya no son más que historia y recuerdos» ha añadido Martínez Noguera.

En la presentación de la muestra, el autor, Fernando Peñalva, ha destacado que «he estado tres años realizando estos dibujos, perfeccionando la técnica del dibujo para remover conciencias y que la gente se dé cuenta de que hay que tener respeto hacia el patrimonio de la humanidad, y llamar la atención sobre la destrucción que están sufriendo los monumentos artísticos en los últimos tiempos».

HORARIO DE LA EXPOSICIÓN:

De martes a viernes: de 10:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:00 horas.
Sábados y domingos: de 11:00 a 14.00 horas.


Cerrado lunes y festivos.
Entrada gratuita.

Fuente: cartagenaactualidad.com | 13 de octubre de 2020

Morales Hervás: «Alarcos fue uno de los poblados más importantes de toda la meseta sur en la época prerromana»

El doctor en Historia por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Javier Morales Hervás. / Clara Manzano.

María del Rosario García Huerta, doctora en Prehistoria y profesora titular de esta materia en la Universidad de Castilla-La Mancha; Francisco Javier Morales Hervas, doctor en Historia por la Universidad de Castilla-La Mancha, y David Rodríguez González, doctor en la Universidad de Castilla-La Mancha, acaban de publicar el libro, "El cerro de Alarcos: Formación y desarrollo de un oppidum ibérico”, en el que, tras 22 años de excavaciones, ofrece una radiografía sobre como eran los primeros pobladores que había en Alarcos en torno al primer milenio antes de Cristo a la vez que presenta el paisaje de Alarcos en aquella época. Lanza ha entrevistado a Francisco Javier Morales Hervás para que nos explique cuáles son los entresijos de este minucioso trabajo.

Pregunta: Recientemente habéis publicado el libro "El cerro de Alarcos: Formación y desarrollo de un oppidum ibérico”¿En qué consiste este trabajo y qué periodo comprende?

Respuesta: El libro es una síntesis de los trabajos que comenzamos en 1997 hasta el año 2019, ya que este 2020 no se ha podido llevar a cabo la campaña como consecuencia de la Covid-19. El estudio se ha realizado prácticamente de manera ininterrumpida durante más de 20 años y se ha trabajado principalmente en Alarcos, con alumnos o con colaboradores externos. Han sido casi 200 los alumnos que han pasado por este campus de trabajo de la Universidad de Castilla-La Mancha, ya que para nosotros era igual de importante la investigación como la formación de arqueólogos. Gracias a todo ello, habíamos conseguido tener una información muy amplia cuyo estudio hemos venido diseñado año tras año en el laboratorio de arqueología de la Facultad de Letras. Y es que la campaña de excavaciones no se limitaba únicamente a las dos o tres semanas en las que se realizaba el campo de trabajo, sino que luego, durante el curso, los alumnos participantes también acudían al laboratorio de arqueología para clasificar materiales, estudiar, inventariar y dibujar. Y todo ese trabajo lo teníamos ahí. Es cierto que habíamos hecho algunos estudios de carácter específico sobre cuestiones concretas, pero éramos conscientes que hacía falta un estudio de síntesis que es el que hemos elaborado con este libro.

P: ¿Qué etapas o periodos aparecen comprendidos en este trabajo?

R: La parte fundamental del estudio de este libro hace referencia al mundo ibérico, es decir, lo que sería la segunda Edad del Hierro. Pero las excavaciones llevadas a cabo desde 1997 nos permitieron dar a conocer algo que prácticamente no era conocido en Alarcos como son los periodos anteriores, es decir, los llamados periodos preibéricos: la Edad del Bronce final y la primera Edad del Hierro. Estaríamos hablando de los siglos IX, VIII y VII antes de Cristo. Este aspecto quizá sea el más novedoso y nos ha permitido dar a conocer una época del poblamiento de Alarcos de la que hasta ahora se tenían muy pocas referencias. De esta manera, podríamos decir que Alarcos fue poblado de forma casi ininterrumpida durante todo el primer milenio antes de Cristo hasta la llegada de los romanos, cuando se produce el abandono del cerro, aunque la población se dispersó por los alrededores. Luego hubo un periodo de abandono hasta que en la época medieval volvió a ser poblado. Nosotros, en este trabajo, nos hemos centrado en el periodo más antiguo del poblamiento de Alarcos, ese primer milenio antes de Cristo.

P: ¿Podría decirse que quizá de forma indirecta los trabajos de excavaciones llevados a cabo durante este periodo han servido también para dar a conocer un periodo menos conocido de Alarcos?

R: Hasta los años 90 era evidente que en Alarcos había dos fases bien diferenciadas, como eran la fase medieval y la fase prerromana e ibérica. Pero lo que no estaba tan claro es si había habido un poblamiento importante de época anterior. Y estas excavaciones nos han permitido, y así aparece reflejado en el libro, que conozcamos cuáles eran las características de ese poblamiento, que era un poblamiento bastante importante. Gracias a este estudio podemos decir que Alarcos fue uno de los poblados más importantes de toda la meseta sur en la época prerromana.

P: ¿Qué tipo de restos arqueológicos aparecen recogidos en el libro?

R: Aparecen restos de todo tipo que son muy importantes. Los más característicos son las viviendas, las cuáles se pueden caracterizar muy bien, aunque ya eran conocidas anteriormente por otros trabajos que se habían publicado. En el libro también se hace mención a mucho material cerámico, porque Alarcos fue uno de los grandes productores alfareros de la meseta sur, y hemos podido caracterizar muy bien las cerámicas que se producían.

También aparece reflejado mucho material de importación, sobre todo de cerámica griega, (lo cual nos permite corroborar que Alarcos mantenía relaciones comerciales con todo el ámbito mediterráneo), así como mucho material de hierro y de bronce. Y es que Alarcos también era un lugar donde se producían armamentos y herramientas de ambos metales.

Y, lo más curioso, y lo que puede llamar más la atención del lector, son los aspectos que hacen referencia a todo ese material que nos ha permitido reconstruir el paisaje de Alarcos, es decir, cómo era Alarcos hace 2.500 años. Porque cuando visitamos Alarcos hoy en día pensamos que los que habitaban Alarcos en la época citada veían el mismo paisaje que vemos nosotros en la actualidad. Y, en realidad, no era así, ya que se trataba de un paisaje distinto, más adehesado, con más encinares, menos arrasado y menos humanizado que hoy en día.

Este trabajo también nos ha permitido conocer qué era lo que comían los habitantes de la época, ya que había cereales (como trigo y cebada), frutales y bastante ganadería como ovejas, cabras, cerdos y caballos. Asimismo, dentro de la fauna doméstica, en aquel periodo tenían perros y gatos. De otro lado, también hemos podido caracterizar los animales que cazaban en aquella época como podían ser jabalíes, ciervos, liebres, etc. Pero también pescaban, pues hemos encontrado espinas de barbo, una especie de almejas de río, etc. Y es que entonces el río por la zona llevaba bastante más agua de lo que lo hace ahora.

Es definitiva, este estudio nos ha permitido conocer cómo era el día a día de un ibérico hace 2.500 años.

Yacimiento arqueológico del Cerro de Alarcos (Ciudad Real - España), restos del asentamiento íbero (siglos V - III antes de Cristo).

P: ¿Resulta arriesgado indicar qué población podía tener Alarcos durante el periodo anteriormente citado?

R: Mediante nuestro trabajo hemos podido corroborar cómo el poblado de Alarcos llegó a tener más de 20 hectáreas ocupadas. Y eso probablemente pudo dar cabida a una población de entre 2.500 y 3.000 personas, lo que para aquella época correspondería a un poblado de grandes magnitudes. Además, se trataba de un poblado muy jerarquizado, pues había unas jefaturas que se encargaban de organizar todo el poblado. Y, a su vez, del poblado de Alarcos dependían pequeños asentamientos que se encontraban a unos 5 o 6 kilómetros alrededor de Alarcos. Asimismo, Alarcos mantenía unas vías de comunicación que hemos podido rastrear y que permitían sacar los productos que se recolectaban en Alarcos transportándolos incluso hacia la costa. De hecho, uno de los grandes elementos que hemos encontrado es un edificio que constituía un gran almacén de cereal el cual se utilizaba no solamente para administrar el cereal a los habitantes de Alarcos, sino que, debido a que tenía una gran capacidad de almacenamiento, también servía para redistribuir a fenicios e íberos. Y a cambio de eso se podían obtener cerámicas griegas y fenicias.

P: ¿Qué importancia tiene el trabajo que han realizado desde el punto de vista arqueológico?

R: Se trata de una síntesis muy demandada por todos los expertos en el mundo ibérico. Alarcos es muy conocido, pero hacía falta una síntesis que englobara todos los aspectos del día a día y de la vida de Alarcos. Y poderlo comparar con los de los otros grandes poblados conocidos del mundo ibérico, sobre todo los de la zona de Andalucía y la costa mediterránea española. El objetivo es que la gente comprenda que en el interior de la península ibérica también existían poblados de gran entidad. Hemos tenido la suerte de contar con la colaboración de la editorial británica de Oxford Archaeopress, ya que tiene una gran distribución, circunstancia que nos va a permitir que este trabajo no solo sea conocido por la gente de Ciudad Real y su comarca (que para nosotros es fundamental), sino también en toda España y en parte de Europa. Y eso, a la larga, puede ser un aliciente para visitar este gran yacimiento que tenemos en Ciudad Real.

P: El libro ya se puede adquirir a través de la editorial Oxford. ¿Cuándo está previsto que llegue a las librerías?

R: A través de la página web de Archaeopress ya se puede adquirir la publicación. Asimismo, en cualquier librería especializada de las que tenemos en Ciudad Real, solicitando el libro por el título o por sus autores, también se puede adquirir en pocos días.

P: Este libro viene a complementar un trabajo anterior basado en un estudio sobre los enterramientos en Alarcos. ¿De qué manera se encuentran relacionados estos trabajos entre sí y qué aportan cada uno de ellos por separado?

R: Hace un par de años los mismos autores publicamos otro libro de Alarcos sobre la necrópolis (derecha) en un cementerio de la época ibérica que también se excavó hace unos años. Con estos dos libros ahora podemos reflejar el ámbito de los vivos y el de los muertos. En el cementerio pudimos comprobar cuáles eran las características de los enterramientos, así como la jerarquización social. Y ahora hemos sacado a la luz cómo era su día a día, cómo vivían, de qué vivían, cómo se organizaban y cómo se estructuraban las viviendas. Además, aparte de ese equipamiento urbano y de esas viviendas, hemos comprobado como había un urbanismo organizado en Alarcos y que existían edificios de gran importancia.

P: El libro sobre Alarcos que acaba de ver la luz, ¿se trata de un proyecto íntegro de la Universidad de Castilla-La Mancha o habéis contado con la colaboración de otras administraciones o instituciones?

R: La financiación fundamental de este proyecto corresponde a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que es la que año a año va sacando una serie de convocatorias a las que acudimos y que nos permiten poder excavar e ir formando a alumnos. También hay alguna colaboración económica por parte de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), y que también nos cede toda la estructura y el equipamiento para realizar el estudio y las investigaciones. Y luego algún año, de manera puntual, hemos contado con alguna aportación del Ayuntamiento de Ciudad Real.

P: ¿En qué año comenzaron las excavaciones que aparecen reflejadas en este trabajo?

R: En el cerro de Alarcos las excavaciones empezaron en 1984, pero, en concreto, el proyecto de la Universidad de Castilla-La Mancha desarrollado en Alarcos comenzó a partir de 1997, cuando los tres profesores que firmamos este trabajo iniciamos esta andadura. Se trata de un proyecto que nació con una doble finalidad: por un lado, investigar el poblamiento de Alarcos, sobre todo en su parte más antigua, porque la parte medieval era más conocida. Y, por otro lado, pretendía formar a futuros arqueólogos. Y hay que decir que una gran cantera de los arqueólogos que hoy en día trabajan en nuestro ámbito territorial se ha formado en este yacimiento.

P: ¿Por qué motivo han pensado que este año era el momento ideal para sacar a la luz esta publicación?

R: Todos los veranos hacemos una síntesis de los trabajos que hemos realizado durante ese periodo. Y siempre disponíamos de material con el que seguir investigando. De hecho, a lo largo de estos veinte años habremos publicado unos diez u doce artículos en revistas de impacto tanto nacionales como internacionales. Pero faltaba refundir todo eso en una síntesis que tuviera, por un lado, un carácter científico, porque creemos que muchos investigadores de otras universidades tienen interés en conocerlo. Pero también buscábamos su vertiente divulgativa. Por ello hemos buscado que el lenguaje sea lo mas asequible posible para que cualquier entusiasta o cualquier persona amante de la historia de nuestra ciudad pueda leerlo y entender y comprender perfectamente lo que en este libro se expone.

Fuente: lanza digital.es| 28 de septiembre de 2020