El 'Homo sapiens' llegó a la península ibérica 5.000 años antes de lo que se pensaba

Excavación de los estratos con restos líticos de humanos modernos, en primer plano, y de neandertales, al fondo, en la cueva de Lapa do Picareiro (Portugal). JONATHAN HAWS

Millones de personas acuden cada año al Santuario de Fátima, en el centro de Portugal, para buscar respuestas a sus inquietudes. Es un lugar considerado milagroso porque tres niños aseguraron, hace un siglo, que habían visto allí a la Virgen María echando chorros de luz por las manos. La aparición les dijo a los chavales —tres pastorcillos pobres— que si aceptaban el sufrimiento y rezaban “muchos rosarios” irían al cielo, según el relato oficial. Los que no se conforman con este tipo de explicaciones, sin embargo, pueden caminar 10 kilómetros más, hacia el sur de Fátima, hasta la cueva de Lapa do Picareiro, un yacimiento en el que los científicos buscan respuestas a dos de las grandes preguntas de la humanidad: quiénes somos y de dónde venimos.

Hace unos 46.000 años, los Homo sapiens —los humanos modernos surgidos en África más de 200.000 años antes— llegaron a las puertas de Europa oriental. El continente estaba entonces dominado por los neandertales, otra especie humana más corpulenta y, sin duda, también inteligente. En unos pocos miles de años, no obstante, aquellos grupos de hombres y mujeres se extendieron desde los Balcanes siguiendo la cuenca del río Danubio y la costa mediterránea. Los Homo sapiens conquistaron fácilmente toda Europa hasta que, según la teoría clásica, se frenaron al llegar a la cuenca del río Ebro, que supuestamente se habría convertido en una frontera natural durante cinco milenios entre los humanos modernos, al norte, y los neandertales, al sur, hace entre 42.000 y 37.000 años. La península ibérica era entonces el último refugio de los neandertales, ya al borde de la extinción.

La cueva de Lapa do Picareiro no cuadra con este relato. Un equipo de investigadores, encabezado por el arqueólogo estadounidense Jonathan Haws (izquierda), ha encontrado allí herramientas de piedra características de los humanos modernos y con una antigüedad de entre 41.000 y 38.000 años, unos cinco milenios más de lo que se contemplaba hasta ahora en el occidente ibérico. Los Homo sapiens, afirman Haws y sus colegas, no se detuvieron ante el río Ebro, sino que se extendieron por la península ibérica como ya lo habían hecho por el resto de Europa, “en un abrir y cerrar de ojos desde el punto de vista geológico”.

"La evidencia de nuestro estudio -explica Haws- respalda definitivamente lo que ya se sugería en Bajondillo respecto a una llegada temprana de humanos modernos, aunque aún no está claro cómo llegaron a Picareiro. Puede que lo hicieran a lo largo de ríos que fluyen de este a oeste, pero aún es posible una ruta costera".

Los análisis genéticos muestran desde hace años que todas las personas con ancestros europeos tienen alrededor de un 2% de su ADN de origen neandertal. Las dos especies tuvieron hijos en común en algunos momentos, pero no hay ninguna evidencia de que eso ocurriera en la península ibérica. “Hasta ahora no hay pruebas claras de que los neandertales y los 'Homo sapiens' coexistieran en las mismas regiones de la península, ni de que se cruzaran y tuvieran hijos. Pero nuestros resultados muestran un escenario más complejo, con los Homo sapiens deambulando por el sur antes de lo que se pensaba”, explica la arqueóloga Sahra Talamo (derecha), la investigadora de la Universidad de Bolonia (Italia) que ha fechado los restos.

Los yacimientos atribuidos al 'Homo sapiens' de Lapa do Picareiro y Bajondillo contradicen la teoría de que el río Ebro hizo de frontera natural e impidió la entrada del 'Homo sapiens' a la península ibérica durante miles de años.

Su investigación, publicada en la revista PNAS, plantea que los humanos modernos quizá se encontraron a su paso con algunos grupos de neandertales residuales, pero la mayor parte de la península estaría ya vacía, posiblemente por cambios climáticos. El territorio se habría convertido así, durante unos pocos milenios, en una especie de mosaico, con zonas ocupadas por neandertales y otras habitadas por Homo sapiens, según los autores.

El arqueólogo portugués João Zilhão (izquierda), padre de la teoría de la frontera del Ebro en 1991, no acepta los nuevos datos y afirma que pronto publicará “una refutación detallada”. Su hipótesis sigue siendo que el río y las montañas del Sistema Ibérico funcionaron como una barrera que impidió el intercambio de personas, de sexo y de ideas entre los sapiens y los neandertales. Las respuestas siempre son más sencillas en el Santuario de Fátima que en la ciencia.

Pese a las reticencias de Zilhão, investigador de la Universidad de Barcelona, la cueva de Lapa do Picareiro no es el único yacimiento que pone en duda la hipótesis del Ebro. El año pasado, un equipo español publicó el hallazgo en la cueva malagueña de Bajondillo de herramientas características de los humanos modernos, con una antigüedad de unos 44.000 años. Otros científicos mostraron entonces su incredulidad, pero los autores de aquel descubrimiento se ven ahora reforzados. “El río Ebro era una frontera ficticia. Hay que desechar esa idea”, propone la prehistoriadora María Dolores Simón (derecha), de la Universidad de Sevilla.

Artefactos líticos de los niveles de transición del Paleolítico Medio al Superior en la cueva de Lapa do Picareiro (Portugal). (A) Núcleos de pedernal y tableta de núcleo del nivel DD. (B) Lascas de cuarcita del nivel FF. (C) Raspadores de extremos / núcleos y láminas carinados auriñacienses tempranos del nivel GG. (D) Núcleo y lascas del Paleolítico Medio.

Simón, investigadora de la cueva de Bajondillo, asegura que pronto se conocerán más yacimientos de humanos modernos de épocas similares en Granada y Guadalajara. “Hay que estudiar cómo se relacionaron los sapiens con los neandertales en la península ibérica. La hibridación entre las dos especies está muy clara en Próximo Oriente. Allí no hubo un conflicto bélico, hubo un contacto cordial, más cordial imposible: tuvieron descendencia juntos. Pero eso ocurrió en Próximo Oriente, aquí no se ha visto. Quizá no se llegaron a encontrar nunca en la Península, porque los neandertales ya se habían extinguido”, hipotetiza la prehistoriadora.

Antes de Bajondillo y Lapa do Picareiro, los yacimientos sapiens más antiguos en la Península —el murciano Abrigo de la Boja y la alicantina Cova de les Cendres— no superaban los 37.000 años. “Con los datos que había anteriormente, la hipótesis de la frontera del Ebro era plausible. Ya no se mantiene”, coincide Francisco José Jimenez (izquierda), un paleoclimatólogo del CSIC en el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra.

Jiménez, también investigador en la cueva de Bajondillo, cree que ese yacimiento malagueño sugiere que los humanos modernos utilizaron la ruta mediterránea para avanzar por la Península. “Una vez que te has adaptado a la vida costera, la costa es como una autopista”, reflexiona. “El problema es que entonces el nivel del mar estaba más bajo y ahora esos yacimientos que nos permitirían conocer la expansión costera estarán 100 metros bajo el agua”, lamenta Jiménez.

La arqueóloga italiana Sahra Talamo insta por su parte a “intensificar” la búsqueda de yacimientos a lo largo del río Tajo y el interior de la Península. “Expandir el área de investigación aumentará las posibilidades de encontrar más lugares visitados por los 'Homo sapiens' durante su temprana expansión hacia Portugal”, opina.

La arqueóloga Carolina Mallol (derecha) cree que el nuevo estudio sobre Lapa do Picareiro es “valioso”, pero es muy cautelosa. “Es una cueva. Y las cuevas son muy problemáticas estratigráficamente. Tienes una sucesión de estratos, pero es posible que uno de esos estratos sea el mismo que el que está debajo, solo que procede de una esquina de la cueva: vino un aguacero, trajo un montón de lodo con piedras y lo puso encima”, advierte Mallol, de la Universidad de La Laguna (Santa Cruz de Tenerife).

Otro de los problemas, subraya la arqueóloga, es que en Lapa do Picareiro no hay restos humanos, solo herramientas de piedra. “La gran asunción es que esa industria lítica está hecha por 'Homo sapiens', pero no está demostrado”, advierte. Mallol hace un llamamiento a abrir la mente: “La evidencia genética ya apunta a que hubo contacto entre Homo sapiens y neandertales. Es un hecho. Lo que falta es evidencia arqueológica de ese encuentro. En la península ibérica no hay un yacimiento en el que se demuestre que hubo contacto social entre ambas especies. ¿Dónde y cómo fue ese contacto? ¿Cómo estamos tan seguros de que los últimos neandertales de la península ibérica no estaban desesperados y cuando entraron los 'Homo sapiens' se conocieron y hubo unos siglos de contacto en los que aprendieron tecnología nueva? ¿Cómo puedes descartar eso?”.

Fuentes: elpais.com | abc.es | 28 de septiembre de 2020

Los neandertales tenían mayor semejanza genética con los ‘Homo sapiens’ que con los denisovanos

Recreación de un Homo neanderthalensis (izquierda) y un Homo sapiens.

El análisis del ADN fósil ha cambiado nuestra manera de entender la historia evolutiva humana. La existencia de flujos genéticos entre diferentes especies humanas, incluidas las existentes entre neandertales y humanos modernos, se ha revelado como un factor clave para el estudio del árbol evolutivo humano.

“Hace unos 100.000 años había varias especies diferentes de humanos, incluidos los humanos modernos, los neandertales y los denisovanos”, explica Antonio Rosas (izquierda), investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC). “El estudio del genoma confirmó que los neandertales eran el grupo humano hermano de la especie humana actual (H. sapiens)”, añade.

A su vez, el hallazgo de una nueva variante de ADN en los restos de la cueva de Denisova, en Siberia, desveló la existencia de un nuevo tipo humano, estrechamente relacionado evolutivamente con los neandertales, con quien compartieron su último antepasado hace unos 350.000 de años.

Sin embargo, el análisis del ADN mitocondrial de los fósiles de la Sima de los Huesos de Atapuerca, de unos 400.000 años de antigüedad y antepasados directos de los neandertales, reveló algo que no cuadraba en el esquema.

“El ADN mitocondrial encontrado en los restos de la Sima de los Huesos se asemeja más al de los denisovanos que al de los neandertales, a pesar de que neandertales y denisovanos compartan un antepasado que vivió mucho tiempo antes de que los linajes de 'Homo sapiens' y neandertal se separaran”, indica el investigador del CSIC.

Este modelo ha sido confirmado ahora en un estudio, publicado en la revista Science, donde se ha estudiado el cromosoma Y (cromosoma sexual masculino). Los investigadores, con participación del MNCN-CSIC, la Universidad de Oviedo y el Instituto de Biología Evolutiva (IBE), centro mixto de la Universidad Pompeu Fabra y el CSIC, han analizado las secuencias genéticas de dos homínidos denisovanos y tres neandertales, uno de ellos procedente del yacimiento de El Sidrón situado en Asturias.

“Al igual que sucede con el ADN mitocondrial, el cromosoma Y revela una mayor similitud entre el hombre de neandertal y el 'Homo sapiens', lo que indica que ambos están muy próximos genéticamente, mientras que el cromosoma Y de los denisovanos parece tener una raíz más antigua”, añade Rosas. Los investigadores calcularon que el ancestro común más reciente de los cromosomas Y humanos modernos y neandertales vivió hace unos 370.000 años, mucho más recientemente de lo que se pensaba.

Molar superior de un neandertal masculino (Spy 94a) de Spy, Bélgica analizado en el estudio. © I. Crevecoeur.

Mayor hibridación entre neandertales y Homo sapiens

Los científicos han propuesto que la mayor similitud del ADN del Homo sapiens y los neandertales, en comparación con los denisovanos, podría deberse a una hibridación entre ambos. El modelo plantea que hubo un encuentro entre ambas especies hace unos 300.000 años, cuando algunos homínidos relacionados con el linaje del Homo sapiens trasfirieron ciertos genes a los neandertales en una fase antigua de su evolución.

En otras palabras, “los neandertales más primitivos debieron portar originalmente un ADN mitocondrial similar al de los denisovanos, el cual, posteriormente, fue reemplazado a través de flujo génico desde un linaje relacionado con el 'Homo sapiens'”, indica el experto.

Este reemplazo de los linajes genéticos durante la evolución de los neandertales podría deberse a los efectos del azar en el seno de poblaciones pequeñas y aisladas, algo que confirma la observación de pequeñas anomalías esqueléticas con base genética, debido probablemente a la endogamia o al cruzamiento entre familiares próximos.

“Es en un contexto de grupos con pocos individuos y dispersos en el territorio, en los que se suaviza mucho la selección purificadora, donde puede entenderse el proceso de sustitución del ADN mitocondrial y del cromosoma Y”, añade Rosas.

"El análisis de los linajes paternos es una de las pocas incógnitas sobre los neandertales que quedaban por resolver, en parte porque la mayoría de las muestras bien conservadas son de mujeres”, explica Carles Lalueza Fox (izquierda), investigador del IBE (UPF-CSIC).

“Con este estudio, no solo descubrimos una nueva migración de África a Europa hace unos 300.000 años, sino que podemos hacer una predicción: los cromosomas Y anteriores a esta fecha serán más parecidos a los de los denisovanos que a los de los propios neandertales”, concluye el científico.

Fuentes: agenciasinc.es | Max Planck Gesellschaft | 24 de septiembre de 2020

Hallan un complejo funerario en Alemania de un posible príncipe germánico con restos de seis mujeres y un valioso ajuar funerario

El complejo funerario ha sido desenterrado en Sajonia-Anhalt, cerca de Brücken-Hackpfüffel (Alemania). Los expertos han mantenido su ubicación exacta en secreto.

Un complejo funerario de un gran jefe o príncipe germánico que vivió hace 1.500 años, durante el periodo de las invasiones bárbaras, ha sido desenterrado en Sajonia-Anhalt, cerca de Brücken-Hackpfüffel (Alemania).

Los expertos consideran que es el hallazgo arqueológico más importante ocurrido en este país desde hace 40 años y han mantenido en secreto la ubicación exacta de la excavación para evitar cualquier expolio. Las excavaciones comenzaron después de que se hubiera limpiado el terreno donde se ubica el complejo funerario para construir una nueva granja de pollos y se tropezaran con el mismo.

Sin embargo, los investigadores todavía tienen que localizar los restos del personaje de alto estatus, los cuales, se especula, son cenizas que pueden estar dentro de un caldero de bronce depositado en la tumba central, que tiene forma de montículo y mide alrededor de 4x4 metros.

El caldero, situado en el punto focal de dicha tumba central, está además rodeado de los restos de seis mujeres. Los investigadores dicen que pueden haber sido concubinas o viudas pertenecientes al eximio personaje de la tumba, pero es todavía un misterio saber si ya estaban muertas cuando fueron enterradas conjuntamente o si fueron sacrificadas para tal fin.

Esta fotografía aérea muestra la tumba central del entierro. Aquí se muestran los restos de 11 animales, incluido el ganado. caballos y perros

Hay muchas especulaciones sobre el motivo de la extraña disposición de los cuerpos femeninos, y los investigadores dicen que es también demasiado pronto para hablar de un posible culto ritual. El complejo funerario alberga además los restos de once animales, entre bovinos, caballos y perros. Estos animales fueron enterrados ulteriormente y es una indicación más de que el lugar fue creado para honrar a una persona de alto rango social.

Asimismo, más allá de la tumba central, hay en su alrededor otras 60 tumbas en las que se enterraron, posteriormente, otros individuos para honrar igualmente al señor de alto estatus social.

El caldero, que se cree que es fundamental para la historia de la tumba, se levantó del suelo (en la foto) y se analizará cuidadosamente en un laboratorio.

El caldero, que se cree que es fundamental para conocer la historia de la tumba, ya ha sido extraído y se analizará cuidadosamente en un laboratorio.

"Todavía no hemos encontrado los restos del difunto príncipe, pero tal vez sus cenizas estén en el caldero de bronce", dijo la arqueóloga Susanne Friederich (izquierda), del Landesmuseum Halle. Y agrega: "Es evidente que estos hallazgos únicos sugieren que aquí fueron enterradas altas personalidades de sociedad a la que pertenecían".

En este sentido, se cree que la cámara funeraria central habría sido parte de una tumba en forma de montículo, y las docenas de tumbas circundantes se agregaron más tarde.

Las estimaciones iniciales datan el sitio entre el 480 y el 530 d.C., un período de tiempo posterior a la caída del Imperio Romano, en el que muchas tribus germánicas, como los hunos, invadieron territorios que ya no estaban bajo la protección romana.

Este cuenco de vidrio muy bien conservado se encuentra en el taller del Landesmuseum für Vorgeschichte para un examen más detenido.

El arqueólogo Arnold Muhl, también perteneciente al Landesmuseum Halle, dijo: "En las tumbas, entre otras cosas, se ha hallado un cuenco de vidrio decorado, una fusayola de vidrio, varios broches de plata dorada para túnicas, una espada y un escudo de hierro, así como una moneda de oro del emperador romano de oriente Flavio Zenón de en torno al año 480. Las piezas de vidrio provienen de los talleres galo-romanos que estaban ubicados a lo largo del Rin, los cuales solo ellos dominaban esta técnica".

El arqueólogo Arnold Muhl muestra broches artísticos para vestiduras en su taller. Los objetos tienen unos 1.500 años y provienen de 60 tumbas intactas halladas junto a la tumba del supuesto príncipe germánico.

Esta moneda de oro presenta la cabeza del emperador de Roma Flavio Zenón, que vivió alrededor de 480 y fue encontrada en el lugar del entierro.

Otros hallazgos incluyen un inmaculado vaso de vidrio adornado con ranuras curvas que habría albergado una lámpara de mecha flotante y otros broches para ropa. Estos tipos de broches, que incluyen piezas de tela enganchada, indican su pertenecia a una tribu germánica, ya sea los longobardos, alamanes o turingios.

Broche muy elaborado con restos de tela enganchada.

El complejo funerario está en perfectas condiciones debido a su especial ubicación y disposición, la cual, inadvertidamente, lo protegió de posibles daños. De hecho, estaba en un depresión natural que, con el tiempo, fue cubierta por 1,20 metros de sedimentos que le proporcionaron una capa protectora. Esto impidió que fuera dañado por cualquier arado y a la vez lo ocultó de la vista de los cazadores de tesoros o ladrones de tumbas.

Se cree que esta estatuilla de un dios germánico tiene alrededor de 1.800 años. Es probable que la misma haya sido un objeto sagrado y fuera enterrada junto con su dueño.

Mediante el análisis de los huesos y los artefactos encontrados, los científicos esperan obtener más información detallada sobre la vida de las personas enterradas en el complejo funerario.

Fuente: dailymail.co.uk | 22 de septiembre de 2020

Hallan la armadura romana más antigua y completa en el sitio de la batalla de Teutoburgo

Varias de las piezas ya restauradas de la armadura romana hallada en el sitio de la batalla de Teutoburgo. Museo de Kalkriese

En el año 9 d.C., tres legiones al mando de Publio Quintilio Varo, el legado del princeps Augusto, partieron hacia el norte de Germania para sofocar una rebelión que se estaba gestando entre las tribus locales. Sin embargo, en el bosque de Teutoburgo, al pie de la actual colina de Kalkriese, en el sur de Sajonia, el poderoso contingente romano fue masacrado en su totalidad: no sobrevivió apenas nadie de las tres legiones enteras de la fuerza militar más formidable del planeta. Muchos cayeron atravesados por las lanzas de los bárbaros o ahogados en el cenagoso terreno; otros, como el general, optaron por suicidarse antes que caer prisioneros y ser sacrificados en terribles rituales.

La armadura fue descubierta por arqueólogos en Kalkriese, donde se cree que fue el sitio de la Batalla del Bosque de Teutoburgo en el 9 d.C.

La batalla de Teutoburgo es uno de los episodios más oscuros del Imperio Romano, una terrible derrota que sería respondida con nuevas campañas militares para pacificar —a sangre y fuego— la región y recuperar las águilas de las legiones, sus insignias. Un fascinante acontecimiento histórico que ahora regresa a la actualidad: un equipo de arqueólogos alemanes ha hallado en el yacimiento de Kalkriese, escenario del gran triunfo germánico, la armadura romana más antigua y completa jamás descubierta, que probablemente perteneció a un legionario ejecutado por los bárbaros al término del enfrentamiento.

Reconstrucción de la armadura de un legionario romano. Museo de Kalkriese

El elemento desenterrado es una coraza casi entera de la lorica segmentata utilizada por los legionarios, es decir, una parte de su armadura compuesta de dos placas para proteger el pecho y la zona abdominal y la espalda. Los arqueólogos, al identificar un objeto de metal en el suelo, obtaron por retirar un bloque de tierra de unos 500 kg y luego analizarlo con un escáner de rayos X. Cada pieza —hay unas treinta en total, de las cuales se han perdido cuatro o cinco— se ha ido retirando y restaurando de forma individual. Las bisagras, hebillas y herrajes de bronce son claramente visibles y también se han encontrado restos de cuero.

Stefan Burmeister (izquierda), director del Museo de Kalkriese, ha señalado que al lado de la coraza romana, en la zona de los hombros, se ha documentado un "violín de musaraña", una especie de esposas de hierro que se cerraban en torno al cuello y que inmovilizaban las muñecas justo delante de la cara. Una pista de que el soldado pudo ser sacrificado después de la batalla.

"La armadura no es tan solo un descubrimiento arqueológico único, sino también parte de una escena trágica aquí representada. Por primera vez vemos un destino individual en el sitio de Kalkriese que muestra el lado terrible de la guerra", ha señalado el arqueólogo a The Times.

Violín de musaraña romana que se usaba para bloquear las manos de una persona cerca de su cuello.

Otra prueba en este sentido es que la armadura, un objeto muy valioso, fue abandonada en el campo de batalla. "Quizá nos encontremos ante un contexto de ritual. De ser así, el cuerpo del legionario y su equipamiento habrían sido tabú para los germanos y se habrían dejado ahí", ha explicado Burmeister. Los historiadores romanos describieron todo tipo de macabras escenas: cabezas de centuriones clavadas en los árboles, fosas de huesos o prisioneros ahogados en la ciénaga donde el barro era más profundo.

Una restauradora trabajando para recuperar las piezas de la armadura. Museo de Kalkriese

La masacre en Teutoburgo se produjo principalmente por una traición: Arminio, un caudillo germánico que había sido reclutado como auxiliar del ejército romano —no solo había alcanzado la ciudadanía, sino también el rango de ecuestre—, condujo a las legiones de Varo a una emboscada, donde fueron aniquiladas. Él conocía a la perfección el modus operandi romano y armó una operación de hostigamiento en una zona pantanosa, donde las pesadas defensas individuales de los invasores jugasen en su contra, que se prolongó durante cuatro días.

Aunque la armadura de placas, normalmente de hierro, fue un elemento característico del ejército romano durante siglos, los hallazgos en este sentido han sido escasos. Una de las piezas de lorica segmentata más importantes salió a la luz en Corbridge, Northumbría: en 1964 (derecha) se identificaron seis medias unidades superiores y otras tantas inferiores datadas en el siglo II. La identificada recientemente en Kalkriese se remonta a principios del siglo I, y los arqueólogos señalan que habrá que revisar el desarrollo del equipamiento militar, al ser esta coraza más refinada de lo que se creía para la época.

Fuentes: elespañol.com | dailymail.co.uk | 27 de septiembre de 2020

Descubren en el sur de Suecia restos de un perro de más de 8.400 años de antigüedad enterrado junto a hombre de la Edad de Piedra

Restos del perro hallado en el yacimiento de Ljungaviken cerca de la localidad de Sölvesborg, en el sur de Suecia.

Enterrado a un costado de un hombre de la Edad de Piedra, un grupo de arqueólogos encontraron los restos de un perro de hace más de 8.400 años en unas excavaciones realizadas en Ljungaviken cerca de la localidad de Sölvesborg, en el sur de Suecia, de acuerdo a lo informado el jueves pasado por el Museo Blekinge.

Los arqueólogos indicaron que en la tumba de la Edad de Piedra también encontraron varios artilugios funerarios, objetos con valor material o sentimental que se colocaban con los muertos en sus sepulturas.

"Los restos del perro están bien conservados y el hecho de que esté enterrado en medio de un asentamiento de la Edad de Piedra es único. Constituye uno de los hallazgos de tumbas de perros más antiguos del país", aseguró Ola Magnell (izquierda), osteólogo del Museo Blekinge.

"Es difícil decir qué tipo de perro era. En la actualidad, no hay ninguna raza con la que realmente se le pueda comparar, pero se parecería mucho a un galgo más poderoso", agrega.

El director del proyecto del Museo de Blekinge, Carl Persson, explicó que el yacimiento, que antiguamente estuvo habitado por cazadores-recolectores, quedó cubierto bajo una capa de lodo provocada por un repentino y violento aumento del nivel del mar.

Carl Persson informando a la prensa de los hallazgos que se están realizando en el yacimiento de Ljungaviken.

Tal situación, agregó, permitió que grandes cantidades de pedernal, chimeneas y restos de 51 estructuras de casas se hayan conservado en buen estado.

"Un hallazgo como este te hace sentir aún más cerca de las personas que vivían aquí. Que un perro haya sido enterrado muestra de alguna manera lo similares que somos a través de los milenios en cuanto a los sentimientos como la pena y la pérdida", señaló.

Panorámica del yacimiento de Ljungaviken cerca de la localidad de Sölvesborg, en el sur de Suecia.

El investigador subrayó que este tipo de descubrimientos representa un mayor acercamiento a las personas que habitaron el lugar en el pasado.

Añadió que una vez concluyan los trabajos de investigación, que se han extendido debido a la gran cantidad de hallazgos, se planea que encima de los terrenos que ocupa el sitio arqueológico se construya un área residencial.

"Hallazgo único"

Christoffer Sandahl (izquierda), director de las colecciones del Museo Blekinge, está abrumado por el gran interés que ha suscitado en los medios informativos el descubrimiento de los restos del perro.

"Es absolutamente fantástico. Sabíamos que este era un hallazgo especial y único. Pero es increíble que nos pongan en el mapa de esta manera con este proyecto. He visto una selección de los medios internacionales que lo recogieron, pero han sido muchos", dice Christoffer Sandahl.

"Increíblemente frágil"

Después de más de 8.400 años en su tumba, los restos del perro han sido levantados del suelo para ser trasladados al Museo Blekinge, en Karlskrona, para su estudio.

"El esqueleto es extremadamente sensible y frágil y los hueos de las piernas muy quebradizos. Se ha levantado cuidadosamente junto con la tierra y la arena del entorno circundante en una caja de metal. Es estupendo que haya ido todo tan bien", dice Christoffer Sandal.

Foto: La tumba del perro se levantó del suelo con la ayuda de una caja de metal especialmente construida al efecto. Foto: Museo Christoffer Sandahl / Blekinge.

Dar más respuestas

Ahora continuarán las investigaciones del hallazgo. El resultado dará más respuestas a lo que era un perro que vivía en una sociedad de la Edad de Piedra en el Sölvesborg actual y que después de su muerte obtuvo un enterramiento que se ha conservado a lo largo de los milenios.

"Espero que los análisis de ADN puedan dar más información sobre los restos del perro hallado", concluye Christoffer Sandahl.

Ver vídeo sobre el hallazgo en este enlace.

Fuentes: elimparcial.com | blekingemuseum.se | svt.es | svt.es 1 | 25 de septiembre de 2020

Los trabajos del MARQ en el yacimiento de Cabezo del Molino descubren un ‘complejo industrial’ del periodo ibérico

Restos hallados en el yacimiento rojaleño

La tercera campaña de excavaciones del MARQ en el yacimiento del Cabezo del Molino, en Rojales (Alicante) , ha concluido con el hallazgo de varios hornos ibéricos que podrían evidenciar la existencia de un importante complejo industrial datado entre los siglos IV y III a.C.

Tres semanas de trabajos de campo en la sierra de la Bernarda han permitido añadir una nueva fase de ocupación, inédita hasta hoy, a la compleja secuencia arqueológica del yacimiento ya conocida. Los hornos documentados han sido hallados en el mismo lugar en el que cerca de mil años después se instalaría la ya conocida necrópolis de época bizantina.

Además, el hallazgo pone de manifiesto la importancia estratégica que tuvieron en la Antigüedad las lomas y cerros más cercanos a los ríos, en este caso al Segura, al ser éstos puntos clave, no solo por su alta capacidad productiva, sino por haber constituido también vías de comunicación fluvial a través de las cuales los asentamientos más cercanos accedían a materias primas tan poco comunes en su entorno como el plomo.

Los trabajos, que también han continuado su labor de investigación en relación a la populosa necrópolis que desde 2018 está en proceso de excavación, ha sido codirigidos por Mª Teresa Ximénez de Embún y Juan Antonio López Padilla.

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La vicepresidenta y diputada de Cultura, Julia Parra, ha felicitado a todo el equipo “por los descubrimientos en este yacimiento incluido en el Plan de Excavaciones del Museo Arqueológico Provincial que impulsa la Diputación de Alicante y en el que se ha invertido ya un total de 38.000 euros para la investigación del conjunto arqueológico”.

La rigurosa documentación arqueológica de este tipo de contextos funerarios le ha valido al MARQ el liderazgo de un proyecto europeo relacionado con el estudio de los procesos migratorios y la movilidad de personas durante el final del mundo tardío y la Alta Edad Media. E

l proyecto, denominado Population dynamics of Late Roman and Medieval in Alicante del que son responsables el director del museo alicantino, Manuel Olcina, Mª Teresa Ximénez de Embún, de Fundación CV-MARQ, y el doctor Johannes Krause del Instituto Max Plank de Jena (Alemania), pone el foco de atención en la caracterización genética de poblaciones, a través de la reconstrucción de los genotipos de ochenta individuos localizados en varias necrópolis de la provincia de Alicante, entre las que destacan el propio Cabezo del Molino o la Maqbara islámica del Tossal de Manises.

Fuente: diariodealicante.net | 18 de septiembre de 2020