Descubren en Alemania una columna de Júpiter con varias representaciones de deidades romanas

El montaje muestra a tres diosas representadas en el relieve de la columna: a la izquierda Juno, en el centro probablemente Némesis-Diana y a la derecha Minerva / Foto: Marcel ZanjaniLVR-Amt für Boddenkmalpflege in the Rhineland.

El Consejo Regional de Renania (LVR) descubrió un pozo romano con notables hallazgos en el borde de la mina a cielo abierto de Hambach, cerca de Kerpen-Manheim, en el distrito de Rhine-Erft. Dentro del pozo, que probablemente se utilizó desde el siglo II hasta el V d.C., el equipo de la LVR-ABR (Oficina de Renania para la Preservación de los Monumentos Arqueológicos) pudo descubrir partes de una columna de Júpiter que mostraba representaciones de varias deidades romanas.
Las deidades son, en primer lugar, el dios romano Júpiter, que, sentado en un trono, coronó la columna que lleva su nombre. De esta escultura, sólo se han conservado el trono y la parte inferior del cuerpo del dios. Es posible que un relieve muy dañado al pie de la columna, que alguna vez tuvo unos cinco metros de altura, también muestre a Júpiter.

En el pozo también se encontró la escultura dañada del supremo dios romano Júpiter, que coronó la columna que lleva su nombre / Foto: Marcel ZanjaniLVR-Oficina para la Preservación de Monumentos Arqueológicos en Renania.

Mejor conservado es otro relieve que muestra tres diosas femeninas: Juno, la esposa de Júpiter, Minerva, la diosa de la sabiduría, y muy probablemente Némesis-Diana, la diosa de la venganza justa.

"La representación de Némesis-Diana es algo especial en Renania", explica Erich Claßen, director del LVR-ABR. "Tenemos pocas pruebas de que fuera adorada en Renania en la época romana". La diosa puede ser reconocida en el relieve por la rueda del carro. Además, también lleva una túnica corta, que suele ser típica de Diana, la diosa de la caza. Esta representación como Némesis-Diana es muy poco frecuente.

Basándose en los fragmentos de cerámica encontrados en el relleno del pozo, el director de excavación Martin Grünewald pudo probar que seguía en uso hasta por lo menos el siglo V. "Un uso tan largo del pozo es extraordinario. Normalmente los pozos descubiertos hasta ahora fueron llenados con columnas de Júpiter ya en el siglo III o IV", dice el gerente de la excavación Martin Grünewald, de la sucursal de Titz del LVR-ABR.

El director de excavación Dr. Martin Grünewald (derecha) y el técnico de excavación Daniel Gansera de LVR-ABR discuten el relleno del pozo romano en la mina a cielo abierto de Hambach / Foto: Marcel ZanjaniLVR-Oficina para la preservación de los monumentos arqueológicos en Renania.

Esta circunstancia también podría proporcionar información sobre las condiciones religiosas en Renania durante el período romano tardío. Restos de columnas de Júpiter se encontraron en muchos pozos de villas romanas. En el curso de la cristianización, estas columnas de dioses, que se consideraban paganas, fueron tal vez deliberadamente arrojadas a los pozos.
Que esto no ocurrió en el caso de Kerpen-Manheim hasta el siglo V se demuestra por el culto a las deidades romanas que todavía se practicaba en el campo en esa época, mucho tiempo después de que se construyeran iglesias en Colonia y en otros lugares. Sin embargo, no se puede descartar que la columna fuera destruida durante una invasión de las tribus germánicas y terminara en el pozo. Desde el siglo III, los grupos tribales han invadido repetidamente el territorio romano a la izquierda del Rin.

Con la ayuda de una excavadora proporcionada por RWE, el pozo puedo ser descubierto paso a paso por la Oficina del LVR para la Preservación de los Monumentos Arqueológicos de Renania / Foto: Marcel ZanjaniLVR-Amt für Bodendenkmalpflege in the Rhineland.

Pero no sólo el contenido, sino también el propio pozo es revelador de un alto nivel de construcción y esfuerzo logístico. "Las areniscas que pesan varias toneladas tuvieron que ser transportadas varios kilómetros desde el norte del Eifel hasta la villa", dice Udo Geilenbrügge, jefe del LVR-ABR en Titz. "Sólo un propietario rico podría permitirse esto".

Sin embargo, aún no está claro cuándo se construyó. Los hallazgos del relleno del pozo, además de fragmentos de cerámica, también algunas monedas y un zapato de cuero, así como un tamiz de bronce, desafortunadamente no proporcionan ninguna información fiable sobre esto, ya que era más probable que llegaran al pozo hacia el final de su uso. Pozos similares de esta zona fueron construidos en su mayoría en los siglos II y III, por lo que también sería concebible para el pozo que ahora ha sido excavado. Geilenbrügge y sus colegas esperan que las investigaciones aún pendientes sobre la madera de la construcción del pozo proporcionen un conocimiento exacto sobre la época de su construcción.

Fuentes: labrujulaverde.com | Landschaftsverband Rheinland | 14 de agosto de 2020

Descubren la manifestación artística más antigua del Reino Unido en la isla de Jersey (hace unos 15.000 años)

Una de las plaquetas grabadas halladas en Les Varines, Jersey.

Un equipo de arqueólogos ha analizado marcas antiguas hechas en un grupo de piedras planas descubiertas en Les Varines, Jersey, y creen que datan de finales de la Edad de Hielo, lo que representa la evidencia más temprana de expresión artística descubierta en las Islas Británicas.
Entre 2014 y 2018 se descubrieron diez fragmentos de piedras -conocidas como plaquetas- extensamente grabadas con diseños abstractos que se cree fueron hechas por un grupo de cazadores-recolectores hace unos 15.000 años. Desde entonces, un equipo de arqueólogos, compuesto por investigadores de la Universidad de York, la Universidad de Newcastle y el Museo de Historia Natural, ha estado analizando tales grabados prehistóricos, cuyos resultados han sido publicados en Plos One.



Cultura de cazadores recolectores

Es probable que las plaquetas hayan sido hechas por individuos de la cultura Magdaleniense, una de las primeras culturas de los cazadores recolectores que data de hace entre 23.000 y 14.000 años, dicen los investigadores.

La cultura Magdaleniense se caracteriza por un florecimiento de las manifestaciones artísticas, desde el arte rupestre y la decoración de herramientas y armas hasta el grabado en piedras y huesos.

Las piedras fueron descubiertas como parte de una serie de excavaciones bajo el paraguas de 'Ice Age Island' que ayudó a revelar detalles del pasado antiguo de la isla de Jersey.

Se han descubierto anteriormente ejemplos de plaquetas magdalenienses grabadas en yacimientos de Francia, España y Portugal. Aunque se sabe que existieron asentamientos magdalenienses tan al noroeste como Gran Bretaña, los fragmentos grabados hallados representan la primera evidencia de expresión artística realizada en las Islas Británicas e Irlanda, y es anterior, en principio, al arte rupestre y al hueso grabado encontrado anteriormente en Creswell Crags, entre Derbyshire y Nottinghamshire, Inglaterra.

Este fragmento original de una costilla humana, hallado en la 'Cueva de Robin Hood', en Creswell Crags en 1876, contiene la figura de un caballo que fue grabada hace aproximadamente 12.500 años.

Emocionante descubrimiento

El Dr. Andy Needham (izquierda), del Departamento de Arqueología de la Universidad de York, dijo: "Este es un descubrimiento emocionante, no solo por su ubicación geográfica, que amplía la gama conocida de plaquetas, sino también por su descubrimiento en una excavación muy controlada, la cual proporciona una gran profundidad de conocimiento contextual para apoyar la comprensión e interpretación de estos importantes objetos".

“El hallazgo plantea, además, la fascinante pregunta de por qué no hemos visto plaquetas grabadas durante el Magdaleniense en lugares más al norte y al oeste, como Inglaterra o Gales, dada su importancia en Les Varines, la cual que está geográficamente muy cerca”.
El equipo de investigación y excavación, que también incluyó a expertos de las universidades de St. Andrew's, Strathclyde, Liverpool, Gales, así como del Instituto de Arqueología del Colegio Universitario de Londres y del Museo Británico, analizó las piedras en busca de rastros sobre cómo se hicieron los grabados.

A la izquierda una de las piedraa y a la derecha un gráfico para delinear dónde están las marcas.

El análisis reveló que las plaquetas están grabadas con grupos de líneas finas, las cuales se cree que fueron hechas a propósito con herramientas de piedra. Los diseños geométricos están hechos de una combinación de líneas rectas, más o menos paralelas entre sí, e incisiones curvas más largas. El equipo de investigación dice que es probable que los dos tipos de marcas se hayan producido utilizando las mismas herramientas líticas, posiblemente por un mismo grabador y en breves sucesiones, lo que brinda una nueva visión de los procesos utilizados para crear estos diseños antiguos.

A. Fotografía y B. Dibujo de la placa 1. C. Dibujo de la placa 1 que distingue las incisiones rectas (líneas azules) de las sinuosas (líneas naranjas). Imágenes SEM de incisiones interrumpidas en el borde en D y E. Imágenes 3D de dos áreas diferentes. Las flechas blancas en F muestran ejemplos de bifurcación de la porción final de algunas incisiones rectas; las flechas negras en D muestran ejemplos de incisiones sinuosas superpuestas a incisiones rectas. La superposición de incisiones sinuosas sobre incisiones rectas también es visible en H. Una imagen 3D en I.

Evidencia rara

La Dra. Chantal Conneller (derecha), profesora titular de la Universidad de Newcastle, dijo: “Estos fragmentos de piedra grabados proporcionan una evidencia interesante y rara de expresión artística en lo que era el extremo más lejano del mundo magdaleniense”.

Los diseños solo fueron vistos brevemente por sus creadores. El grabado en este tipo de piedras blandas crea un polvillo dentro de las incisiones que las hace visibles mientras se reakizan, pero este se dispersa rápidamente, lo que significa que los grabados solo son claros en el momento de su realización. "En este contexto, el acto o momento de grabar, fue más significativo que el objeto en sí", agrega la Dra. Conneller.

La Dra. Silvia Bello (izquierda), investigadora del Museo de Historia Natural de Londres, agregó: “El análisis microscópico indica que muchas de las líneas, incluidos los diseños curvos y concéntricos, parecen haberse hecho a través de incisiones en capas o de modo repetido, lo que indica que es poco probable que sean el resultado del empleo de herramientas de piedras con un propósito funcional. La mayoría de los diseños son puramente abstractos, pero otros pueden representar formas básicas como animales, paisajes o personas. Ello sugiere fuertemente que las plaquetas halladas en Les Varines fueron grabadas a propósito con una decoración artística".

Aunque Bello dijo que las plaquetas podrían haber sido piezas de práctica, precisó que era probable que sus artífices no tuvieran interés en el objeto final. “Para nosotros el arte es algo que ponemos en la pared, es algo que podemos admirar. Para ellos es más probable que el acto de producir el grabado fuera lo significativo”, dijo; y entre las evidencias de esto se encuentra que las líneas no eran fáciles de ver y las plaquetas se habían roto y descartado.

A. Fotografía y B. Dibujo de la placa. Dibujos que separan la secuencia de grabado: C. líneas rectas (líneas azules) y D. líneas rectas (líneas verdes) perpendiculares a las anteriores. E. Incisiones sinuosas, semicirculares concéntricas (líneas naranjas) y F. Incisiones sinuosas grandes y profundas (líneas rojas), la última en haber sido grabada. Interpretación tentativa de un posible bóvido en G.; un rostro humano en H.; y rasgos zoomorfos simplificados de un caballo y de 3 mamuts en I.

Paul Pettitt (derecha), profesor de arqueología paleolítica en la Universidad de Durham, dijo que el equipo había realizado argumentos convincentes para demostrar que los grabados eran marcas deliberadas. Si bien la datación de las plaquetas fue necesariamente imprecisa, los objetos contribuyen a la comprensión de lo que estaban haciendo los individuos de la época mientras se reunían alrededor de las fogatas de sus campamentos.

Pettitt añadió: "Basándonos en ejemplos encontrados en gran número en otros lugares, esperaríamos que estas marcas fueran probablemente representaciones de grandes herbívoros como ganado salvaje, ciervos y mamuts, los cuales formaron las presas de los magdalenienses, y quizás con menos probabilidades de ser rostros humanos, y posiblemente garabateados por individuos relajados a la luz del fuego. Arte en nuestro sentido moderno no lo es, pero es cultura visual, por fugaz y vaga que sea".

Dichas plaquetas descubiertas en Les Varines, en el sureste de Jersey, se encontraron en un área que se cree que fue utilizada como un hogar. Tres de los fragmentos habían sido recuperados en una zona de losas de granito que pudo haber servido como pavimento, poniendo de relieve que las mismas fueron grabadas en un contexto doméstico.

Fuentes: University of York | theguardian.com | dailymail.co.uk | 19 de agosto de 2020

Los Bronces de Riace: desvelan su asombrosa y fascinante historia

Detalle de los Bronces de Riace - ABC

Fue uno de los hallazgos arqueológicos más extraordinarios del siglo pasado. Altos, de casi dos metros; misteriosos, imponentes, de extraordinaria belleza… La máxima expresión de la escultura en bronce de la Antigua Grecia, del siglo V a.C., los Bronces de Riace (Reggio Calabria, Italia) han fascinado desde que fueron encontrados hace 48 años, a trescientos metros de la costa de Riace, a ocho metros de profundidad.

De todas las estatuas que nos han llegado del mundo antiguo, los dos Bronces de Riace están entre las que más impresionaron y emocionaron al público. Fueron rebautizados A y B por los expertos, el Joven (A) y el Viejo (B) por los más poéticos. Los dos Bronces fascinaron. A ello contribuyó el aura de misterio que los ha rodeado. Se convirtieron así en una leyenda, un mito al que han dedicado muchos años de investigación profesores de arqueología e historiadores. Para admirar estas maravillosas estatuas, millones de personas de todo el mundo siguen llegando hasta el Museo Arqueológico Nacional de Reggio Calabria, en cuyo mar fueron halladas.

Las dos esculturas expuestas en el Museo Arqueológico Nacional de Reggio Calabria.

El descubrimiento fue también novelesco, según cuenta el profesor Giuseppe Bragó (izquierda), investigador de arqueología, que ha dedicado toda su vida a los Bronces de Riace, con varias publicaciones: «Fue la mañana del 16 de agosto de 1972 cuando Cosimo Ali, un niño de 12 años y principiante en la pesca submarina, vio emerger del fondo del mar el brazo de una estatua. De regreso a la playa, Cosimo no dudó en pregonar a los cuatro vientos que había encontrado lo que él creyó que era una estatua romana. Los primeros en bucear con él fueron su hermano Antonio y dos compañeros, todos adolescentes.

La noticia recorrió rápidamente la playa y llegó a oídos del submarinista romano Stefano Mariottini que, según él mismo admitió, ya estaba buscando hallazgos arqueológicos en esas aguas. El yacimiento marino de antigüedades fue vigilado solo a partir del 20 de agosto de 1972. Las cuatro noches entre el descubrimiento y la intervención de las autoridades fueron más que suficientes para que Mariottini y sus amigos privaran a los Bronces al menos del equipo (escudos, cascos, lanzas)», según el profesor Giuseppe Bragó. Un casco que perteneció al bronce B se vendió al Museo Paul Getty de Los Ángeles.

Cosimo Ali (derecha) halló en 1972 una de las esculturas. ABC


Foto: Otro momento del hallazgo.

La historia de los dos bronces ha estado marcada por denuncias ante los tribunales. Mientras, arqueólogos e historiadores han investigado durante casi medio siglo para dar una identidad al Joven y al Viejo, porque en la Antigua Grecia ninguna estatua era anónima. Todas contaban un mito o una historia. ¿De donde procedían? ¿Se habían hundido en un naufragio? Muchos son los interrogantes. Al menos hay tres grandes misterios; el primero se refiere a cómo aparecieron los bronces en la antigüedad, dónde, cuándo y quién los hizo; el segundo es qué representaban y cuántos eran; el tercero, cómo y por qué terminaron en las aguas de Riace.

Foto


Veinte años para responder a estas preguntas, aclarar la leyenda y el mito ha dedicado Daniele Castrizio (derecha), profesor titular de Numismática griega y romana en la Universidad de Messina y miembro del comité científico del Museo Arqueológico de Reggio Calabria, donde las dos estatuas se exhiben al público.

«Los Bronces de Riace eran rubios y dorados y se fabricaron en Argos, en el Peloponeso griego, ambos a mediados del siglo V a.C., en el mismo taller pero por diferentes maestros», explica Castrizio, ilustrando análisis de los materiales, con ayuda de la tecnología. «En la época griega, las estatuas aparecían rubias y doradas, en la época romana eran de un negro brillante. Los bronces se exhibieron originalmente en Argos.

Después, fueron llevados a la capital y exhibidos allí al menos hasta el siglo IV d.C». Según fuentes literarias e iconográficas citadas por el profesor Castrizio, «los Bronces en origen eran cinco y no dos, y tienen un origen mitológico: formaban parte de un grupo estatuario que representaba el momento inmediatamente anterior al duelo fratricida entre Eteocles y Polinices, hermanos de Antígona, del mito de los 'Siete contra Tebas' relacionado con el de Edipo. A y B son Polinices y Eteocles, que se retan a duelo por el trono de Tebas», concluye el profesor Castrizio.

Una de las esculturas recuperadas del mar - ABC

Si eran cinco las estatuas, ¿qué sucedió con las otras tres? Según el profesor Castrizio, que colabora con los Carabinieri en la investigación de la supuesta desaparición de cascos, escudos, lanzas y otras estatuas del yacimiento arqueológico de Riace, los bronces, junto con otras obras de arte, iban camino de Constantinopla en el siglo IV d.C., porque Constantino quería adornar su nueva capital con ellos. Un evento adverso habría obligado a los marineros a desechar gran parte del cargamento o hundir el barco.

El profesor Castrizio publicará los resultados de sus estudios en un congreso en septiembre. Las investigaciones sobre los Bronces de Riace continuarán y dejarán de tener secretos, pero seguramente aumentará su mito y leyenda.

Fuentes: abc.es | facebook.com | ilreggino.it| 22 de agosto de 2020

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Cómo la extinción de los mamíferos de la Edad de Hielo puede habernos obligado a inventar la civilización

Caza de un mamut lanudo. Wikimedia Commons/Cloudordinary, CC BY-SA.

¿Por qué tardamos tanto en inventar la civilización? El Homo sapiens moderno evolucionó por primera vez hace aproximadamente entre 350.000 y 250.000 años. Pero los pasos iniciales hacia la civilización -la cosecha y luego la domesticación de las plantas de cultivo- comenzaron hace solo unos 10.000 años, surgiendo las primeras civilizaciones hace unos 6.400 años.
Durante el 95% de la historia de nuestra especie, no cultivamos, pero creamos grandes asentamientos o jerarquías políticas complejas. Vivíamos en pequeñas bandas nómadas, cazando y recolectando. Pero, entonces, algo cambió.

Pasamos de la vida de cazadores-recolectores a la cosecha de plantas, luego al cultivo y, finalmente, a las ciudades. Sorprendentemente, esta transición ocurrió solo después de que desapareciera la megafauna de la Edad de Hielo (mamuts, perezosos terrestres gigantes, ciervos gigantes y caballos). Las razones por las que los humanos comenzaron a cultivar aún no están claras, pero la desaparición de los animales de los que dependíamos para nuestra alimentación pudo haber obligado a nuestra cultura a evolucionar.

Los primeros humanos eran lo suficientemente inteligentes como para cultivar. Todos los grupos de humanos modernos tienen niveles similares de inteligencia, lo que sugiere que nuestras capacidades cognitivas evolucionaron antes de que estas poblaciones se separaran hace unos 300.000 años, y luego cambiaron poco. Si nuestros antepasados ​​no cultivaban plantas, no es porque no fueran lo suficientemente inteligentes. Algo en el medio ambiente se lo impidió, o simplemente no era necesario.

Los seres humanos cazaban ganado salvaje, caballos y ciervos en Francia hace 17.000 años. Wikipedia.

El calentamiento global al final del último período glacial, hace unos 11.700 años, probablemente facilitó la agricultura. Las temperaturas más cálidas, las temporadas de cultivo más largas, las mayores precipitaciones y la estabilidad climática a largo plazo, hicieron que más áreas fueran adecuadas para el cultivo. Pero es poco probable que la agricultura haya sido imposible en todas partes. Aunque la Tierra vio muchos eventos de calentamiento de este tipo -hace 325.000, 200.000, 125.000 y 11.700 años- los eventos de calentamiento anteriores no estimularon los experimentos en la agricultura. El cambio climático no pudo haber sido el único impulso.

La migración humana probablemente también contribuyó. Cuando nuestra especie se expandió desde el sur de África por todo el continente africano, hacia Asia, Europa y luego las Américas, encontramos nuevos entornos y nuevas plantas alimenticias. Sin embargo, la gente ocupó estas partes del mundo mucho antes de que comenzara la agricultura. En cambio, la domesticación de plantas retrasó la migración humana por decenas de milenios.

Si ya existían oportunidades para inventar la agricultura, entonces la invención tardía de la misma sugiere que nuestros antepasados ​​no necesitaban ni querían cultivar.

Centeno, uno de los primeros cultivos. Wikipedia.

La agricultura tiene desventajas significativas en comparación con la búsqueda de alimento. Requiere más esfuerzo y ofrece menos tiempo libre y una dieta inferior. Si los cazadores tienen hambre por la mañana, pueden tener comida en el fuego por la noche. La agricultura requiere mucho trabajo hoy en día para producir alimentos meses después, o no producir nada. Es necesario el almacenamiento y la gestión de los excedentes alimentarios temporales para alimentar a las personas durante todo el año.
Un cazador que tiene un mal día puede volver a cazar a la mañana siguiente o buscar terrenos de caza más ricos en otro lugar, pero los agricultores, atados a la tierra, están a merced de la imprevisibilidad de la naturaleza. Las lluvias que llegan demasiado pronto o demasiado tarde, las sequías, las heladas, las plagas -como las langostas- pueden provocar malas cosechas y hambruna.

La agricultura también tiene desventajas militares. Los cazadores-recolectores son móviles y pueden viajar largas distancias para atacar o retirarse. La práctica constante con lanzas y arcos los convertía en luchadores letales. En cambio, los agricultores están arraigados a sus campos, sus horarios dictados por las estaciones. Son objetivos predecibles, estacionarios, cuyas reservas de alimentos tientan a los extranjeros hambrientos.

Y habiendo evolucionado hacia este modo de vida, a los humanos simplemente les encantaba ser cazadores nómadas. Los indios comanches lucharon a muerte para preservar su estilo de vida basado en la caza. Los bosquimanos del Kalahari del sur de África continúan resistiéndose a ser convertidos en agricultores y pastores. Sorprendentemente, cuando los agricultores polinesios se encontraron con las abundantes aves no voladoras de Nueva Zelanda, abandonaron en gran medida la agricultura, creando la cultura maorí de cazadores de moa.

La agricultura tiene muchas desventajas sobre la caza. Wikipedia.

El abandono de la caza

Sin embargo, algo cambió. Desde hace unos 10.000 años en adelante, los humanos abandonaron repetidamente el estilo de vida de los cazadores-recolectores por la agricultura. Puede ser que después de la extinción de los mamuts y otra megafauna de la época del Pleistoceno, y de la caza excesiva de animales, el estilo de vida del cazador-recolector se volviera menos viable, lo que empujó a la gente a cosechar y luego cultivar plantas. Quizás la civilización no nació de un impulso por el progreso, sino del desastre, ya que la catástrofe ecológica obligó a las personas a abandonar sus estilos de vida tradicionales.

Cuando los humanos abandonaron África para colonizar nuevos territorios, los grandes animales desaparecieron en todos los lugares donde pisamos el suelo. En Europa y Asia la megafauna como los rinocerontes lanudos, los mamuts y los alces irlandeses desaparecieron hace entre 40.000 y 10.000 años. En Australia, los canguros gigantes y los wombats desaparecieron hace 46.000 años. En América del Norte, los caballos, camellos, armadillos gigantes, mamuts y perezosos terrestres, disminuyeron y desaparecieron hace entre 15.000 y 11.500 años, seguidos de extinciones en América del Sur hace entre 14.000 y 8.000 años. Después de que la gente se expandiera a las islas del Caribe, Madagascar, Nueva Zelanda y Oceanía, su megafauna también desapareció. Las extinciones de la misma inevitablemente siguieron a los humanos.

La caza mayor de caballos, camellos y elefantes, produce un mejor rendimiento que la caza menor de conejos. Pero los animales grandes como los elefantes se reproducen lentamente y tienen poca descendencia en comparación con los animales pequeños como los mencionados conejos, lo que provoca que sean vulnerables a la sobreexplotación. Y así, en todos los lugares a los que fuimos, nuestro ingenio humano (cazar con lanzas, arrear animales con fuego y arrojarlos en estampida sobre un acantilado) significó que cosechábamos animales grandes más rápido de lo que ellos podían reponer su número. Podría decirse que fue la primera crisis de la sostenibilidad.

Con nuestras presas de caza desaparecidas, nos vimos obligados a inventar la civilización. WitR / Shutterstock

Con la antigua forma de vida en situación no viable, los humanos se habrían visto obligados a innovar, aplicándose cada vez más en recolectar y luego en cultivar plantas para sobrevivir. Esto permitió que las poblaciones humanas se expandieran. Comer plantas en lugar de carne es un uso más eficiente de la tierra, ya que la agricultura puede mantener a más personas en una misma área que la caza. Además, la gente podía establecerse de forma permanente, construir asentamientos y luego civilizaciones.

Los registros arqueológicos y los fósiles nos dicen que nuestros antepasados ​​podían haber practicado la agricultura, pero solo lo hicieron después de que tuvieran pocas alternativas. Probablemente habríamos continuado cazando caballos y mamuts durante mucho tiempo, pero éramos demasiado buenos en eso, y es muy posible que hubiéramos terminado con nuestro propio suministro de alimentos.

La agricultura y la civilización pueden haber sido inventadas no porque fueran una mejora con respecto a nuestro estilo de vida ancestral, sino porque no tuvimos otra opción. La agricultura fue un intento desesperado por arreglar las cosas cuando habíamos tomado más de lo que el ecosistema podía suministrar y sostener. De este modo, nos vimos abocados a abandonar la vida de los cazadores de la Edad del Hielo para crear el mundo moderno, no con previsión e intención, sino por accidente, debido a la catástrofe ecológica que creamos hace miles de años.

Fuente: theconversation.com | 3 de enero de 2020

Autor del artículo:
Senior Lecturer, Paleontology and Evolutionary Biology
University of Bath

Rastrean la llegada y propagación del cultivo del mijo común y el cambio agrícola en la Europa prehistórica

La arqueobotánica Wiebke Kirleis cosechando mijo común, 'Panicum miliaceum', en el museo al aire libre 'Archäologisch-Ökologisches Zentrum Albersdorf (AÖZA)', en el norte de Alemania. Crédito: Angelika Hoffmann, UFG Kiel

No solo metales, sociedades jerárquicas y asentamientos fortificados: un nuevo alimento también influyó en las transformaciones económicas de la Edad del Bronce hace unos 3.500 años. Así lo demuestran los frecuentes descubrimientos arqueológicos de restos de mijo común (Panicum miliaceum), un cereal de granos pequeños y redondeados.

En este sentido, se ha publicado en la revista Scientific Reports un importante estudio realizado por el Collaborative Research Center 1266 de la Universidad de Kiel (CAU), Alemania. En el mismo se muestra cómo el mijo común llegó al menú de las gentes de la Europa de la Edad del Bronce. Las intensas redes de comercio y comunicación facilitaron la propagación increíblemente rápida de este nuevo cultivo originario del Lejano Oriente.

"El trigo, el maíz y el arroz dominan ahora nuestros cultivos de cereales. El mijo se considera un nicho de cultivo adecuado principalmente como alpiste", explica la profesora Wiebke Kirleis (izquierda), del CRC 1266. "Sin embargo, como este cereal está experimentando, una vez más, una atención cada vez mayor como alimento sin gluten, hace que los resultados del estudio sean aún más interesantes", agrega.

El mijo fue domesticado en el noreste de China alrededor del año 6000 a. C., y rápidamente se convirtió en un cultivo básico. Es un cereal de crecimiento rápido, tolerante a la sequía, y rico en minerales y vitaminas. Con un tiempo de crecimiento de solo 60 a 90 días, desde la siembra hasta la cosecha, fue cultivado tanto por agricultores como por pastores, y consumido tanto por humanos como por animales domésticos. Durante miles de años, los grupos de pastores extendieron el mijo desde el este de Asia hacia el oeste. El mijo más antiguo de Asia Central proviene de sitios arqueológicos en Kazajstán, Tayikistán, Turkmenistán y el Valle de Cachemira, y está datado alrededor del 2.500 a. C.

"En Europa, curiosamente, el mijo común se ha encontrado en muchos yacimientos neolíticos que datan entre los años 6.500 y 2.000 a. C., dependiendo de la región", dice Kirleis.

¿Es posible que el mijo se domesticara en China aproximadamente al mismo tiempo? El trigo, la cebada y nuestros animales domésticos solo se introdujeron en Europa miles de años después de que fueran domesticados en el "Creciente Fértil", una región que se extiende desde el Golfo Pérsico a través del norte de Siria hasta Jordania. ¿Hubo una relación especial con China? Las dudas sobre esta hipótesis surgieron luego de realizarse una datación por radiocarbono (14-C) de algunos granos de mijo en 2013. Estos diminutos granos se habían infiltrado en capas arqueológicas más antiguas a través de los canales de las raíces y la actividad de las lombrices. Se desconocía cuándo había aparecido por primera vez el mijo y se llevó a cabo su cultivó en Europa.


Ejemplos de granos de mijo común sueltos y fusionados y datados en diferentes sitios de Europa: (1) Altenrheine; (2) Vráble; (3) Pécel; (4) Teleac; (5) Ipf; (6) Binningen; (7) Königshofen; (8) Oštrovi; (9) Maszkowice; (10) Lavagnone; (11) Santa Giulia; (12) Soví převis; (13) Meidling-im-Thale; (14) Stillfried; (15) Wismar; (16) Custoza; (17) Hagnau; (18) Kalakača.

Pero un grupo de investigadores del Centro de Investigación Colaborativa "Escalas de transformación" (CRC 1266), dirigido por Wiebke Kirleis, se propuso responder a esta pregunta. Investigaron no solo la expansión del cultivo de mijo en Europa, sino que también centraron su atención en la aceptación de este cereal exótico por parte de la población prehistórica y examinaron qué fenómenos agrícolas y sociales estaban asociados con esta innovación.

Como el mijo madura dentro de los tres meses posteriores a la siembra, se puede cultivar como cultivo intermedio entre la cosecha de verano y la siembra de trigo o cebada en invierno en el centro y sur de Europa. Más al norte, probablemente sirvió como cultivo de reserva si las heladas tardías habían destruido los cultivos sembrados en primavera. El grano excedente de la cosecha adicional de este cereal aumentó la seguridad alimentaria y sostuvo a una población en constante crecimiento.

Mientras trabajaban con casi treinta instituciones de investigación en toda Europa, las arqueobotánicas Dragana Filipović (izquierda) y Marta Dal Corso (derecha), del equipo dirigido por Wiebke Kirleis, junto con John Meadows, del Laboratorio Leibniz de Datación Radiométrica e Investigación de Isótopos Estables en la Universidad de Kiel y el Centro de Arqueología para el Báltico y Escandinavia (ZBSA), en Schleswig, Alemania, dataron mediante radiocarbono mijo de 75 yacimientos prehistóricos (siglos VI-I a. C.). Los resultados muestran que el cultivo del mijo no comenzó en la Edad de Piedra Temprana, sino que se introdujo por primera vez alrededor del 1500 a. C., y que el nuevo cultivo se extendió increíblemente rápido por gran parte de Europa Central hace 3.500 años.

"Esto indica que hubo extensas redes comerciales y de comunicación durante la Edad del Bronce. Pero el estudio también muestra que el mijo fue rápida y ampliamente reconocido como un añadido versátil a una cocina dominada entonces por la cebada y el trigo farro, también denominado 'emmer'”, concluye Kirleis.

Extendiéndose como la pólvora: primeros hallazgos y propagación del mijo común en Europa. Crédito: Carsten Reckweg, Janine Cordts y Dragana Filipović, UFG Kiel.

Evidentemente, el mijo se extendió a lo largo de las rutas comerciales establecidas para obtener objetos de bronce (incluidas armas), oro y ámbar. Estos procesos de transformación de las estrategias alimentarias y sus dimensiones sociales son un tema clave para CRC 1266. La investigación futura en CRC 1266 examinará qué dinámicas sociales se asociaron con la introducción de este nuevo alimento en este periodo de agitación en la prehistoria europea, ya que el altamante productivo y conectado mundo de la Edad del Bronce también fue un escenario de conflicto. La evidencia de batallas y numerosas fortificaciones son testimonio de ello.

Fuente: phys.org | 19 de agosto de 2020

Establecen que lo que causó la extinción del rinoceronte lanudo no fue el exceso de caza

Esqueleto de un rinoceronte lanudo. Extinto en época prehistórica desde alrededor de 8.000 a.C.

La extinción del rinoceronte lanudo Coelodonta antiquitatis hace aproximadamente 14.000 años probablemente no se debió a una excesiva caza por parte de los humanos, sino a un cambio climático en el extremo noreste de Eurasia, según determinó un estudio publicado en la revista Current Biology.

Los autores llegaron a esta conclusión después de realizar un meticuloso análisis de los genes extraídos de los restos de 14 ejemplares del desaparecido herbívoro extraídos del permafrost en dos regiones de Lejano Oriente ruso. El ADN de cada ejemplar se pudo recuperar solo parcialmente, pero el de su pariente vivo más próximo, el rinoceronte de Sumatra (que se encuentra actualmente en grave peligro de extinción), ayudó al equipo internacional de científicos a reconstruir sus genomas en su integridad.

Recreación del rinoceronte 'Coelodonta antiquitatis' con fragmentos de lana y piel preservados. Albert Protopopov/ AFP

La comparación de información genética permite tanto esclarecer el origen de las especies como determinar, dentro de cada una, lo numerosa que era su población y si esta tuvo oportunidad de cruzarse con otras poblaciones.
El estudio se enfocó en esta diversidad genética y estableció que el tamaño de la población del rinoceronte lanudo vivió una expansión hace aproximadamente 29.700 años y permaneció constante desde entonces hasta la época del nacimiento del último individuo secuenciado. Fueron identificados también dos linajes separados de estos animales que coexistieron hasta varios cientos de años antes del supuesto evento de extinción.

El tamaño de la población es proporcional a su nivel de diversidad genética y grado de endogamia (la práctica de mezclarse entre individuos de ascendencia común), explicó en declaraciones a AFP el genetista sueco Love Dalén (izquierda), quien dirigió la investigación.

El genoma más completo correspondía a un rinoceronte que vivió hace 18.500 años, un tiempo en el que la endogamia de la especie era baja y su diversidad alta. Este ejemplar "pertenecía a una gran población y sus antepasados también debieron haber pertenecido a una gran población", estimó el científico.

Entre la caza y el calentamiento

La caza del rinoceronte era uno de los temas reflejados en las pinturas rupestres, algo que hizo desde hace décadas relacionar la extinción del Coelodonta antiquitatis con un exceso de caza por parte de los humanos. Así, los arqueólogos encontraron en el siglo XX varios asentamientos en las regiones rusas de Sajá (Yakutia) y Chukotka que evidenciaban una presencia humana en la zona exactamente en la época en la que se produjo el fin del rinoceronte lanudo, hace 14.000 años.

No obstante, los hallazgos más recientes permitieron revisar la fecha de la llegada del Homo sapiens a la región: los primeros yacimientos con indicios de ocupación humana tienen cerca de 30.000 años. A partir de esta fecha, se puede observar cuántos milenios duró la coexistencia humana con los rinocerontes en esos territorios subárticos sin que la diversidad de la población de la especie se viera afecta.

Rinoceronte lanudo representado en la cueva de Chauvet, Francia.

"Los resultados demuestran más probable que los cambios climáticos que ocurrieron hace unos 14.000 años sean el principal impulsor de la extinción, en lugar de los humanos", resumió Dalén, refiriéndose al calentamiento ocurrido en la fase final de la última Edad de Hielo, hace entre 14.700 y 12.900 años.

El rinoceronte lanudo, un animal de gran tamaño con un peso que alcanzaba hasta las dos toneladas, estaba bien adaptado al frío y a los vientos subárticos. El estudio genómico puso al descubierto varias mutaciones que le ayudaron a adaptarse mejor a este clima extremo, como una que le proveyó de un receptor especial en la piel para medir la temperatura del ambiente. No obstante, según concluyó el equipo científico, a la especie le resultó mucho más difícil adaptarse al cambio que supuso el repentino aumento de las temperaturas globales.

Fuente: actualidad.rt.com | 14 de agosto de 2020