Un nuevo estudio de ADN antiguo arroja luz sobre cómo se pobló el Caribe

lustración de uno de los primeros colonos del Caribe. Crédito: Tom Bjorklund.

El Caribe fue una de las últimas regiones de América en ser colonizada por los seres humanos. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Science arroja luz sobre cómo se asentaron en las islas hace miles de años.

Mediante el análisis de ADN antiguo, un equipo internacional de investigadores ha encontrado evidencias de al menos tres oleadas migratorias a esa región.
"Nuestros resultados dan una idea de la historia de las primeras migraciones al Caribe y conectan a esta región con el resto de las Américas", dice Hannes Schroeder (izquierda), profesor asociado del Globe Institute, Universidad de Copenhague, y uno de los autores principales del estudio. "Las evidencias del ADN se suman a los datos arqueológicos y nos permiten probar hipótesis específicas sobre cómo el Caribe fue colonizado por primera vez".

Más datos, más detalles

Los investigadores analizaron los genomas de 93 antiguos caribeños que vivieron entre hace entre 3200 (BP) y 400 años a través de restos óseos excavados en 16 yacimientos arqueológicos de todo el Caribe, pero debido al clima cálido de la zona el ADN de las muestras no estaba muy bien conservado. No obstante, mediante técnicas de enriquecimiento específicas, los investigadores lograron extraer información suficiente del genoma de los restos.

Los científicos extrajeron datos genómicos de restos antiguos recolectados en 16 sitios arqueológicos en el Caribe, que revelaron la historia de las personas que llegaron a las islas. Foto de Kathrin Nägele

"Los nuevos métodos y la tecnología nos han permitido aumentar el número de genomas antiguos del Caribe en casi dos órdenes de magnitud", dice Johannes Krause (derecha), director del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana, en Jena, Alemania, otro de los autores principales del estudio. "Con todos esos datos, hemos podido pintar una imagen muy detallada de la historia de las primeras migraciones al Caribe".

Los hallazgos de la investigación indican que ha habido al menos tres migraciones diferentes en el área caribeña: dos primeras dispersiones en el Caribe occidental, una de las cuales parece estar vinculadas a dispersiones de población ocurrida anteriormente en América del Norte, y una tercera ola, más reciente, cuyo origen procede de América del Sur.


Secuencia temporal y progresión geográfica de la colonización del Caribe


Secuencia temporal y progresión geográfica de la colonización del Caribe

Conexiones a través del Mar del Caribe

Aunque todavía no está del todo claro cómo los pobladores originarios llegaron a las islas, existe una creciente evidencia arqueológica de que, lejos de ser una barrera, el Mar del Caribe sirvió como una especie de "autopista acuática" que conectaba las islas con el continente y entre sí.

"Las grandes masas de agua son tradicionalmente consideradas una barrera para los humanos y las antiguas comunidades de cazadores y recolectores generalmente no se perciben como grandes navegantes. Sin embargo, nuestros resultados continúan desafiando esa visión, ya que sugieren que hubo una interacción repetida entre las islas y el continente", dice Kathrin Nägele (izquierda), estudiante de doctorado en el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana, en Jena, Alemania, autora también principal del estudio.

Diversidad biológica y cultural en el antiguo Caribe
"Los nuevos datos respaldan nuestras observaciones anteriores de que los primeros pobladores del Caribe eran biológica y culturalmente diversos, lo que agrega resolución a este antiguo período de nuestra historia", dice Yadira Chinique de Armas (derecha), profesora asistente de bioantropología en la Universidad de Winnipeg y co-director de tres excavaciones a gran escala en Cuba.

Los investigadores también encontraron que había diferencias genéticas entre los primeros colonos de América del Norte y los colonos procedentes de América del Sur, los cuales, según la evidencia arqueológica, llegaron a la zona hace unos 2.800 años.

Foto: Las investigadoras Yadira Chinique de Armas y Silvia Hernández Godoy trabajan en la excavación Canimar Abajo, como parte de la investigación publicada en Science y que recuerda que, tal y como habían avanzado los descubrimientos arqueológicos, las islas del Caribe fueron colonizadas por primera vez hace unos 8.000 años. EFE/ Esteban Grau González / Instituto De Biología Evolutiva.

"Aunque los diferentes grupos procedentes de América del Norte y del Sur llegaron a estar presentes en el Caribe al mismo tiempo, encontramos, sorprendentemente, poca evidencia de mezcla entre ellos. Al fin y al cabo, como en la mayoría de otros lugares del mundo, las personas se mezclan cuando se encuentran", agrega Cosimo Posth (izquierda), miembro del grupo en el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana y autor conjunto del estudio.

"Los resultados de esta investigación proporcionan otra capa de datos que destaca la complejidad y la naturaleza múltiple de las sociedades caribeñas precolombinas y sus conexiones con el continente americano. Ello se refleja en la arqueología de la región, pero es fascinante verlo respaldado por los datos biológicos", dice Corinne Hofman (derecha), profesora de arqueología en la Universidad de Leiden e investigadora principal del proyecto ERC Synergy NEXUS1492.

"Los datos genéticos proporcionan una nueva profundidad a nuestros hallazgos", concuerda Mirjana Roksandic (izquierda), profesora de la Universidad de Winnipeg e investigadora principal en el proyecto SSHRC. Los científicos esperan realizar análisis genómicos más precisos en el futuro para comprender mejor las interacciones entre los grupos caribeños y la gente del circuncaribe.

Fuente: Instituto Max Planck | phys.org | 4 de junio de 2020

La colonización del Caribe comenzó hace 8000 años y sucedió en varias oleadas

Los estudiantes de UWinnipeg, Zenia Michno y Stephanie Skelton, excavan el sitio de Canimar Abajo junto a Silvia Hernández Godoy y Yadira Chiniuqe de Armas (Fotografía: Esteban Grau González).

El trabajo, el primer estudio genómico global del Caribe, ha sido liderado por Hannes Schroeder, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y es una colaboración entre científicos del Instituto Max Planck de Historia Humana (Alemania), del Instituto de Biología Evolutiva (IBE) de Barcelona (España), y de distintos centros de Holanda, Cuba, Puerto Rico, Canadá y Estados Unidos.

La investigación, publicada este jueves en Science, recuerda que, tal y como habían avanzado los descubrimientos arqueológicos, las islas del Caribe fueron colonizadas por primera vez hace unos 8.000 años desde Trinidad (Antillas Menores).

Durante los milenios posteriores, estos cazadores-recolectores se dispersaron por el archipiélago y colonizaron progresivamente todas las islas del Caribe, desde las Antillas Menores hasta Cuba, La Española o Puerto Rico (Antillas Mayores), hasta que hace unos 2.800 años se produjo un gran cambio: la llegada de colonos con cerámica y agricultura, los llamados 'cerámicos'.

"Fue algo parecido a lo que sucedió en Europa, cuando los cazadores recolectores del Mesolítico fueron colonizados por los agricultores del Neolítico", explica a EFE Carlos Lalueza-Fox (izquierda), paleogenetista del IBE y coautor del estudio.
El trabajo analiza el genoma de 93 antiguos isleños localizados en yacimientos caribeños, principalmente de Cuba Bahamas, Puerto Rico y Guadalupe y Santa Lucía, dos islas de las Antillas Menores.
Más de la mitad de estos genomas (52) eran 'precerámicos' de hace entre 3.200 y 700 años de antigüedad y 41 'cerámicos' que poblaron las islas desde hace 1.500 hasta hace 400 años, después de la llegada de los colonizadores españoles.

El análisis del ADN revela que los pobladores antiguos, que estuvieron durante al menos 4.000 años en las islas, tenían coincidencias genéticas con grupos paleoindios de norteamérica, pero también de Sudamérica.

"Por eso pensamos que hubo al menos tres oleadas dentro del Caribe, pero las primeras, las de los cazado-recolennnnnnnnnn,nctores, son más difíciles de discernir porque son muy antiguas y no disponemos de suficientes genomas antiguos de Norteamérica y Sudamérica como para encontrar realmente con qué población tienen más afinidad".

Lo que sí desvela ese ADN es que en algún momento entre hace 8.000 y 5.000 años, en Cuba hubo contactos entre pobladores antiguos y personas de norteamérica que llegaron al Caribe tras una "difícil travesía", porque, aunque los territorios estén cerca, las corrientes complican los viajes desde América del Norte hacia Cuba, y un viaje así implica "una navegación sofisticada sorprendente" si se tiene en cuenta que pudo suceder hace 8.000 años, destaca Lalueza-Fox.

Mapa del Caribe con ubicaciones de procedencia de muestras de ADN antiguas (por Kathrin Nägele)

La otra migración, la de los cerámicos fue más reciente (hace 2.800 años) y es "más evidente" en el genoma de los caribeños.

"Los descendientes de esos cerámicos son los nativos que encontró Colón cuando llegó al continente. Todavía hoy hay gente en las islas cuyo genoma conserva rastro de estos ancestros que no se llegaron a extinguir del todo y que son la base no solo de la diversidad genética del continente, sino también lingüística, de hecho, conservamos algunas palabras suyas como cacique, huracán, barbacoa, tabaco...", detalla el paleogenetista catalán.

Los resultados del estudio también revelaron que, pese a haber coexistido durante siglos, existen claras diferencias genéticas entre los antepasados de los primeros colonos de la región y los llegados de América del Sur, lo que significa que entre ambos grupos de población no hubo mestizaje.

Tres investigadores de la Universidad de Winnipeg, fotografiados con su equipo de investigación internacional y miembros de la comunidad local, participaron en un estudio que arroja nueva luz sobre el poblamiento temprano del Caribe (Crédito de la foto: Luis Viera Sanfiel).

"En Europa, los estudios genéticos demuestran que los cazadores recolectores mesolíticos fueron absorbidos por los agricultores del Neolítico pero en este caso no encontramos la 'ancestralidad' (huellas genéticas) de los cazadores recolectores americanos en las poblaciones posteriores. No sabemos si los sustituyeron o los absorbieron; no tenemos datos suficientes para saber qué pasó", relata Lalueza-Fox.

"Los resultados del estudio respaldan nuestras observaciones anteriores de que los primeros pobladores del Caribe eran biológica y culturalmente diversos", afirma Yadira Chinique de Armas, directora de tres excavaciones en Cuba y profesora en la Universidad de Winnipeg (Canadá).
Además, "demuestran la complejidad y la naturaleza múltiple de las sociedades caribeñas precolombinas y sus conexiones con el continente americano antes de la invasión colonial". "Se reflejaba en la arqueología pero es fascinante verlo respaldado por la biología", destaca Corinne Hofman, de la Universidad de Leiden (Holanda).

Para Lalueza-Fox, "el Caribe, junto con Polinesia, es uno de los ejemplos más bonitos de colonización del ser humano, que se lanzó a colonizar una isla tras otra y avanzar en este modelo de dispersión por islas".

Fuente:latinxtoday.com | 4 de junio de 2020

Determinan que el maíz se incorporó a la dieta en Mesoamérica hace 4.700 años (BP)

Casi todos los supermercados están llenos de productos hechos de maíz en cada uno de sus pasillos: maíz fresco, maíz enlatado, cereal de maíz, tacos de maíz, totopos, palomitas de maíz, edulcorantes de maíz en cientos de productos, rellenos de maíz en alimentos para mascotas, en jabones y cosméticos, y la lista continúa.

El maíz es quizás la planta más importante jamás domesticada, superando los 1.000 millones de toneladas producidas en 2019, el doble que el arroz, según el profesor de antropología de la Universidad de Nuevo México (UNM), Keith Prufer (izquierda), investigador principal de un equipo que acaba de publicar un nuevo estudio que arroja luz sobre cuándo la gente comenzó a comer maíz.

La investigación, publicada recientemente por su equipo en la revista Science Advances, revela nueva información sobre cuándo el maíz, ahora omnipresente, se convirtió en una parte clave de la dieta de las personas. Hasta ahora, poco se sabía sobre el momento en que los humanos que vivían en los trópicos de América Central comenzaron a comer maíz. Pero el descubrimiento "incomparable" de antiguos esqueletos humanos, notablemente bien conservados, en refugios rocosos de Centroamérica han revelado el tiempo en que el maíz se convirtió en una parte fundamental de su alimentación.

"Hoy en día, gran parte de la popularidad del maíz tiene que ver con su alto valor en carbohidratos y proteínas como alimento para animales, así como por su contenido de azúcar, que lo convierte en el ingrediente preferido de muchas comidas y bebidas procesadas, tales como las bebidas azucaradas. Tradicionalmente también se ha utilizado como bebida fermentada en Mesoamérica. Dados sus humildes comienzos, hace 9.000 años en México, entender cómo se convirtió en la planta más dominante del mundo encuentra su beneficio al descifrarse qué fué lo que atrajo a las personas a este cultivo, para empezar. Nuestro artículo es la primera comprobación directa de la adopción del maíz como un alimento básico en los humanos", observa Prufer.

En este sentido, Prufer dijo que el equipo internacional de investigadores dirigido por la UNM y la Universidad de California, Santa Bárbara, está investigando a los primeros humanos de América Central y cómo se adaptaron, en el tiempo, a entornos nuevos y cambiantes, y cómo esos procesos han afectado a las historias y sociedades humanas.

Las excavaciones fueron dirigidas por el profesor de la UNM Keith Prufer junto con un equipo internacional de arqueólogos, biólogos, ecólogos y geólogos. Crédito: UNM

"Una de las cuestiones clave para comprender estos cambios, desde una perspectiva evolutiva, es saber cómo sucedió el tránsito de la caza y la recolección hacia el desarrollo de la agricultura, así como el ritmo y el 'tempo' de las nuevas estrategias innovadoras de subsistencia", dice Prufer. "La producción de alimentos y la agricultura estuvieron entre las innovaciones culturales más importantes de la historia humana, dado que la agricultura nos permitió vivir en grupos más grandes en el mismo lugar y desarrollar aldeas permanentes en torno a la producción de alimentos".

"Estos cambios, finalmente, llevaron al área de asentamientos mayas al desarrollo de las ciudades-estado del Período Clásico, entre 3.000 y 1.000 años atrás Sin embargo, hasta la realización de este estudio, no sabíamos cuándo los primeros mesoamericanos se convirtieron en agricultores, o qué tan rápido aceptaron el nuevo cultivo del maíz como un ingrediente estable de su dieta. Ciertamente, tuvieron mucho éxito en sus anteriores actividades de forrajeo, caza y horticultura, antes del desarrollo agrícola, por lo que es de considerable interés comprender el momento y los procesos subyacentes", agrega.

La datación mediante radiocarbono de los restos esqueléticos hallados muestra la transición de una dieta pre-maíz de los cazadores-recolectores, con un consumo de plantas y animales silvestres junto con la paulatina introducción y creciente dependencia del maíz. De este modo, el maíz representa menos del 30 % de la dieta de las personas en el área hace 4.700 años, llegando al 70 % después de 700 años.

El maíz fue domesticado a partir del teosinte, una planta herbácea silvestre que crece en los tramos más bajos del valle del río Balsas, en el centro de México, hace unos 9.000 años. Hay evidencias de que el maíz se cultivó por primera vez en las tierras bajas mayas hace unos 6.500 años, aproximadamente al mismo tiempo que aparece a lo largo de la costa del Oceáno Pacífico de México. Pero no hay evidencias de que el maíz fuera un cereal básico en ese momento.


El primer uso de maíz puede haber sido para realizar una forma temprana de licor

"Presumimos que el jugo del tallo de maíz pudo haber sido el uso original de las primeras plantas de maíz domesticadas, cuando las mazorcas y las semillas eran demasiado pequeñas para tener mucha importancia dietética. Los seres humanos son realmente buenos para fermentar líquidos azucarados y convertirlos en bebidas alcohólicas. Esto cambió a medida que la selección de plantas de maíz con semillas cada vez más grandes coincidió con cambios genéticos en las propias plantas, lo que eventualmente condujo a mazorcas de mayor tamaño y con más semillas más grandes", explica Prufer.

Para determinar la presencia de maíz en la dieta de los individuos antiguos, Prufer y sus colegas midieron los isótopos de carbono en los huesos y dientes de 52 esqueletos de hombres y mujeres adultos y niños, los cuales proporcionaron una muestra holística de la población. Los esqueletos más antiguos datan de hace entre 9.600 y 8.600 años hasta hace aproximadamente 1.000 años.

El análisis mostró que los restos óseos más antiguos pertenecían a personas que habían comido plantas silvestres, palmeras, frutas y nueces, las cuales se encuentran en los bosques tropicales y las sabanas, así como carne de animales de caza terrestres.
Hace 4.700 años (BP), las dietas se habían vuelto más diversas, y algunas individuos muestran un primer consumo de maíz. La firma isotópica de dos infantes lactantes muestra que sus madres estaban consumiendo cantidades sustanciales de este cereal. Los resultados exhiben un consumo creciente de maíz durante el próximo milenio, a medida que la población hizo la transición a la agricultura sedentaria.

Prufer señala: "Podemos observar directamente en los isótopos de los huesos cómo el maíz se convirtió en un cereal básico en las primeras poblaciones que estamos estudiando. Sabemos que estas personas habían estado experimentando con el ancestro salvaje del maíz, el teosinte, y con el primer maíz temprano durante algunos miles de años, pero no parece haber sido un cereal básico hasta hace aproximadamente 4.000 años (BP). Después de eso, la gente nunca dejó de comer maíz, por lo que se convirtió en el cultivo alimentario más importante de las Américas y luego en el resto del mundo".

Mapa que muestra la ubicación de los refugios rocosos MHCP y ST en relación con sitios arqueológicos de Mesoamérica con maíz temprano, sitios mayas del Período Clásico con inscripciones datadas y secuencias paleoambientales.

Las secuencias paleoambientales se muestran como triángulos verdes de la siguiente manera: (A) San Andrés, Tabasco (36); (B) SOC05-2 (19); (C) Lago Puerto Arturo (11); (D) región de los lagos de Petén (57); (E) Pantano de mazorca (38); (F) Pantano Pulltrowser (38); y (G) Lago Yojoa (58). Los sitios arqueológicos con maíz temprano se muestran como puntos rojos: (1) Cuevas de Ocampo (59), (2) Xihuatoxtla (3), (3) El Riego (60), (4) San Marcos (60), (5) Coxcatlán (60), (6) Guilá Naquitz (5) y (7) Caye Coco (25).

Las excavaciones fueron dirigidas por Prufer junto con un equipo internacional de arqueólogos, biólogos, ecologistas y geólogos. Numerosos estudiantes de posgrado y de pregrado de la UNM participaron en la investigación de campo, así como colaboradores del equipo en la cogestión de áreas protegidas, una ONG beliceña y el Fondo de Conservación Ya'axche.

Las condiciones no fueron fáciles para los equipos de excavación, refiere Prufer: "Hicimos cinco años de trabajo de campo en dos sitios remotos rocosos de la Reserva Natural Bladen, en las montañas mayas de Belice, una vasta área silvestre que supone, para llegar a ella, una caminata de dos días desde la carretera más cercana. Al trabajar en esta área, tuvimos que acampar sin electricidad y agua corriente, e incluso sin servicio teléfónico móvil durante un mes cada año".
Ahora que se ha publicado la investigación, el equipo avanzará a la siguiente etapa. "Las nuevas tecnologías nos permitirán profundizar aún más en el análisis molecular a través de estudios de ADN antiguo y análisis isotópico de aminoácidos individuales que están involucrados en convertir los alimentos en tejidos humanos y energía. Ya tenemos estudiantes de doctorado trabajando en la ampliación del trabajo para la próxima generación de análisis", concluye Prufer.

El trabajo de investigación y análisi fue realizado en la Universidad Penn State, el Centro UNM para isótopos estables, la Universidad de Califormia, Santa Bárbara (UCSB) y la Universidad Exeter del Reino Unido, el Laboratorio de Identificación Central del Ejército de EE. UU., la Universidad de Mississippi, la Universidad del Norte de Arizona y el Ya'axche Conservation Trust, en Belice. Prufer fue el director del proyecto junto con su colega Doug Kennett, de UCSB.

Fuentes: Universidad de Nuevo México | 3 de junio de 2020

Un radar desvela cómo era Falerii Novi, una antigua ciudad romana enterrada

Ubicación de la ciudad Falerii Novi y radar de parte de la ciudad a la derecha. Imagen: Lieven Verdonck Alessandro Launaro et al

En muchos lugares de Italia, cualquier obra tiene posibilidades de toparse con restos arqueológicos de su glorioso pasado que han quedado enterrados con el paso de los siglos. Gran parte del legado de la Antigua Roma nunca será recuperado, bien porque son yacimientos demasiado grandes o porque han quedado atrapados en medio de construcciones e infraestructuras modernas. Sin embargo, gracias a la tecnología de radar, que permanezcan bajo tierra ya no es un obstáculo para estudiar en profundidad esos tesoros arqueológicos. La antigua ciudad de Falerii Novi es un buen ejemplo.
Los arqueólogos ya conocían este antiguo enclave situado a unos 50 kilómetros al norte de Roma porque conservaba sus murallas y no se había construido encima de sus ruinas, pero ahora han podido conocer en profundidad cómo era sin necesidad de hacer ninguna excavación. Un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge y la Universidad de Ghent ha trazado por primera vez el mapa completo de una ciudad romana utilizando exclusivamente un avanzado radar de penetración en el suelo (en inglés, ground penetrating radar o GPR) que les ha mostrado sorprendentes detalles que estaban bajo tierra. Esta tecnología les permite mirar lo que hay a diferentes profundidades, de modo que pueden estudiar la evolución de un asentamiento a lo largo de los siglos.

Detalle de un templo descubierto en la antigua ciudad romana de Falerii Novi. L. Verdonck

Así, han localizado un complejo balneario, un mercado, un templo, un tipo de monumento diferente a lo que habían visto hasta ahora y la extensa red de tuberías de agua de esta ciudad que era la mitad de grande que Pompeya, la localidad sepultada por las cenizas y piedras del Vesubio en el año 79 d.C. Falerii Novi tuvo una vida más larga. Los arqueólogos creen que fue ocupada por primera vez hacia el 241 a.C y sobrevivió hasta la Edad Media (hacia el año 700).

"La ciudad fue abandonada en los inicios de la Edad Media, tras el declive del poder romano y la paulatina pérdida de población", explica a este diario Martin Millet (izquierda) el investigador de la Universidad de Cambridge que lidera este estudio, publicado esta semana en la revista Antiquity. En su periodo de esplendor, añade, "probablemente contaba con unos 3.000 habitantes, pero nuestro análisis podrá clarificar esto en el futuro".

UNA TÍPICA CIUDAD ROMANA

Falerii Novi, dice Martin Millet, era una típica ciudad del Imperio Romano, y precisamente ahí radica, desde su punto de vista, su valor: "Es un ejemplo de una ciudad romana bastante ordinaria", señala el arqueólogo, que lleva trabajando en este proyecto desde 2015. Su objetivo, explica, es "ofrecer la mayor cantidad posible de información de Falerii Novi sin realizar ninguna excavación".

Sí han encontrado algunas particularidades. Por ejemplo, el diseño de Falerii Novi estaba menos estandarizado que muchas otras ciudades bien estudiadas, como Pompeya. El templo, el edificio del mercado y el complejo de baños descubierto presentan una arquitectura más compleja de lo que se esperaría en una ciudad pequeña como ésta.
En un distrito del sur, justo dentro de los muros de la ciudad, el radar mostró un gran edificio rectangular conectado a una serie de tuberías de agua que conducen al acueducto. Sorprendentemente, estas tuberías se pueden rastrear a través de gran parte de Falerii Novi. El equipo cree que esta estructura era una piscina o piscina al aire libre, que forma parte de un importante complejo de baños públicos.


a) Las paredes marcadas en naranja en una proyección 2D (el suelo en verde). b) Representación 3D de lo anterior. Imagen: Lieven Verdonck Alessandro Launaro et al

Más les sorprendió identificar cerca de la puerta norte de la ciudad un par de grandes estructuras enfrentadas dentro de un porticus duplex (un pasadizo cubierto con una fila central de columnas). No conocen ningún paralelismo directo, pero su hipótesis es que formaban parte de un impresionante monumento público.

Tras ser abandonada, las ruinas de Falerii Novi fueron poco a poco cubriéndose de vegetación y distinto material hasta que quedó enterrada en los siglos siguientes. Ahora, con el GPR, están estudiando los cambios que experimentó la ciudad sepultada; por ejemplo, han encontrado pruebas de que se robaron piedras.

Imagen: Lieven Verdonck Alessandro Launaro et al

EL RADAR GPR

Por lo que respecta a la tecnología de radar GPR, Millet señala que se usa en arqueología desde hace más de 20 años: "La diferencia fundamental es la intensidad de los muestreos, con lecturas cada 6,5 centímetros a lo largo de la ciudad que ofrecen imágenes con una resolución increíblemente alta de lo que está enterrado. Esto es posible utilizando múltiples antenas, topografía de alta precisión y computación inteligente".


Cortes de tiempo de GPR de un complejo de baño, a una profundidad estimada de a) 0,40-0,45 b) 1,30-1,35 m; c) resultado de la detección asistida por computadora de paredes (rojo) y pisos (verde). Las líneas continuas y discontinuas indican áreas para las cuales los valores de los parámetros se configuraron por separado; d) Representación 3D que muestra el mismo resultado (imagen de L. Verdonck).

El equipo se instala en un vehículo terrestre, similar a un quad, que ha ido barriendo las 30,5 hectáreas que ocupaba este antiguo enclave romano. "La antena de radar envía una señal de radio pulsada al suelo y escucha los ecos. Los ecos son proporcionales a la profundidad, por lo que el software puede mapear lo que hay a diferentes profundidades a través del suelo", explica Millet, que anteriormente había usado esta tecnología para mapear la colonia romana Interamna Lirenas, en el centro de Italia, y a menor escala, Aldborough, en North Yorkshire, Inglaterra.

Tal y como señalan los autores, "esta tecnología podría revolucionar nuestro conocimiento sobre antiguos asentamientos". Millet cree que con ayuda del GRP podrían abarcar antiguas ciudades de mayor tamaño, como Mileto, en Turquía, Nicópolis en Grecia o Cirene, en Libia porque "aún nos queda mucho por aprender sobre la vida urbana de los romanos".

Fuentes: elmundo.es | xataka.com | 9 de junio de 2020

Identifican por fin los orígenes de la entrada (Arco de Wilson) al Monte del Templo de Jerusalén

Fieles rezando dentro del Arco de Wilson. Wikipedia.

El Monte del Templo (o Explanada de las Mezquitas), ubicado dentro de la Ciudad Vieja de Jerusalén, ha sido venerado como un sitio sagrado durante miles de años. El Arco de Wilson (nombre moderno que se le ha dado a una estructura ubicada a la izquierda del Muro de las Lamentaciones) es la única construcción intacta y visible que queda del complejo elevado durante el Segundo Templo (entre el 530 a.C. y el 70 d.C.), destruido por los romanos.

Se encuentra muy por encima de los cimientos del Muro de las Lamentaciones y es el último de toda una serie que una vez constituyeron un gigantesco puente, denominado la gran calzada, que llevaba hasta la explanada religiosa desde el oeste.

Muro de las Lamentaciones con la entrada al Arco de Wilson a la izquierda. Wikipedia.

La datación del Arco de Wilson siempre ha sido objeto de un gran debate académico, y se le adjudican fechas que varían hasta setecientos años unas de otras, desde la época de Herodes el Grande, la colonización romana, o incluso el período islámico temprano en Jerusalén.

Ahora, un equipo del Instituto Weizman de Ciencias de Israel, liderado por Johanna Regev (izquierda), ha aplicado sobre él técnicas de radiocarbono y microarqueología para lograr una datación mucho más precisa.

En el estudio, que se ha publicado en Plos One, los especialistas usaron un enfoque integrador en la excavación. Allí mismo llevaron a cabo la datación por radiocarbono de 33 muestras de material de construcción (en su mayoría materia orgánica, como semillas o palos presentes en el mortero), así como análisis de la roca y microarqueológicos.
Con ello, los investigadores han conseguido acotar las fechas de construcción de la estructura inicial del puente de la gran calzada, entre 20 a. C. y 20 d. C., lo que coincide con el reinado de Herodes el Grande o poco después de su muerte.

Área de excavación del Arco de Wilson:
(A) Mapa de la ciudad vieja de Jerusalén y la ubicación del Arco de Wilson. Derechos de autor: Autoridad de Antigüedades de Israel, 2020. (B) Una reconstrucción artística del Monte del Templo en la época de Herodes el Grande (siglo I d. C.). La flecha apunta al arco conocido hoy como el Arco de Wilson. Derechos de autor: Ritmeyer Archaeological Design, 2020. (C, D) Fotografías del sitio. La barra de escala en D tiene 1 metro de longitud. (E, F) Una reconstrucción 3D del sitio. Crédito: Regev et al, 2020.

También han descubierto una segunda etapa de edificación. Entre los años 30 y el 60, después de finalizar el arco de Wilson, el puente duplicó su tamaño. En ese periodo, ya bajo el dominio romano, se llevaron a cabo muchos proyectos de construcción alrededor de Jerusalén, incluido un acueducto que suministraba agua al Monte del Templo.

«La cronología de alta resolución por radiocarbono de los restos carbonizados da nueva forma a la historia de Jerusalén y resuelve un debate de larga duración sobre la entrada a su sitio más sagrado: el Monte del Templo», afirman los autores del estudio que piensan que estas técnicas pueden ser aplicadas a otros restos para determinar con más exactitud la datación en las ciudades antiguas.

Fuente: abc.es | 4 de junio de 2020

Un estudio revela que el TDAH era más frecuente en los neandertales

La frecuencia de variantes genéticas asociadas al trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) ha disminuido de forma progresiva (estaba aún más presente en los neardentalesen) en el linaje evolutivo humano desde el Paleolítico hasta la actualidad, según un artículo publicado en la revista Scientific Reports.

El nuevo estudio genómico compara diversas variantes genéticas asociadas con el TDAH descritas en poblaciones europeas actuales para evaluar su evolución en muestras de la especie humana modernas y antiguas (Homo sapiens) y en muestras arcaicas de neandertales (Homo neanderthalensis). Según las conclusiones, la tendencia a la baja que se observa en poblaciones europeas no se podría explicar ni por la mezcla genética con poblaciones africanas ni por la introgresión de segmentos genómicos neandertales en nuestro genoma.

La investigación está dirigida por Bru Cormand, catedrático de la Facultad de Biología y miembro del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona (IBUB), el Instituto de Investigación Sant Joan de Déu (IRSJD) y el CIBER de Enfermedades Raras (CIBERER), y por el investigador Òscar Lao, del Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG), integrado en el Centro de Regulación Genómica (CRG). En el trabajo, cuya primera autora es la investigadora del CNAG-CRG, Paula Esteller —actualmente estudiante de doctorado en el Instituto de Biología Evolutiva (IBE, CSIC-UPF)—, también participan grupos de investigación de la Universidad de Aarhus (Dinamarca) y de la Universidad Estatal de Medicina de Nueva York, en Estados Unidos.

Foto: los expertos Paula Esteller, Bru Cormand y Òscar Lao.

El TDAH: ¿un valor adaptativo en el linaje evolutivo de los humanos?
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es una alteración del neurodesarrollo que puede tener un gran impacto en la vida de los afectados. Caracterizado por la hiperactividad, la impulsividad y el déficit de atención, es muy frecuente en las poblaciones actuales —tiene una prevalencia del 5 % en niños y adolescentes— y se puede alargar hasta la edad adulta.
Desde un punto de vista evolutivo, se esperaría que algo que es perjudicial tienda a desaparecer. Para explicar que no haya sido así, se han propuesto varias hipótesis naturales, especialmente centradas en el contexto de la transición del Paleolítico al Neolítico, como la llamada teoría del desajuste (mismatch theory).

«Según esta teoría, los cambios culturales y tecnológicos que se han producido durante los últimos miles de años nos habrían permitido modificar el entorno para adecuarlo a corto plazo a nuestras necesidades fisiológicas. Ahora bien, a largo plazo, estos cambios habrían propiciado un desajuste respecto al entorno en que nuestros ancestros cazadores-recolectores evolucionaron», apuntan los autores.

Así pues, determinados rasgos como la hiperactividad o la impulsividad —que son característicos de personas con TDAH— podrían haber sido selectivamente favorecidos en ambientes ancestrales dominados por un estilo de vida principalmente nómada. En cambio, los mismos rasgos podrían haber devenido no adaptativos en otros entornos asociados a los tiempos más recientes (es decir, mayoritariamente sedentarios).

Según el estudio, algunos rasgos como la hiperactividad o la impulsividad podrían haber sido seleccionados favorablemente para la supervivencia en ambientes ancestrales dominados por un estilo de vida nómada.

¿Por qué es uno de los trastornos psiquiátricos más comunes en la infancia y adolescencia?
El nuevo trabajo, basado en el estudio de 20.000 personas afectadas por TDAH y 35.000 controles, revela que las variantes genéticas o alelos asociados al TDAH tienden a encontrarse en genes intolerantes a las mutaciones que ocasionan pérdidas de función, lo que indica la existencia de una presión selectiva sobre este fenotipo.

Tal como apuntan los autores, la elevada prevalencia actual del TDAH podría ser consecuencia de una selección favorable que se habría producido en el pasado. A pesar de ser un fenotipo desventajoso en el nuevo contexto ambiental, la prevalencia seguiría siendo elevada porque no ha habido suficiente tiempo para que disminuya. Sin embargo, debido a la ausencia de datos genómicos disponibles para el TDAH, ninguna de las hipótesis ha podido contrastarse empíricamente hasta ahora.

«Así pues, los análisis que hemos realizado avalan la presencia de presiones selectivas que habrían estado actuando desde hace mucho tiempo en contra de las variantes asociadas al TDAH. Estos resultados son compatibles con la teoría del desajuste, pero sugieren que las presiones selectivas negativas habrían comenzado mucho antes de la transición entre el Paleolítico y el Neolítico, hace unos 10.000 años», concluyen los autores.

Fuente: ub.edu | 27 de mayo de 2020

Los cazadores europeos de la Edad de Hielo comían carne de lobo y de grandes depredadores, dicen arqueólogos de Polonia

Marcas de corte en restos óseos de zorros, lobos y glotones. Journal of Anthropological Archaeology .

Mientras realizaban excavaciones en las aldeas de Pavlov y Dolní Věstonice, cerca de Brno, en la República Checa, arqueólogos de este país habían descubierto anteriormente miles de artefactos de sílex, numerosas herramientas y decoraciones hechas de materiales como huesos de reno, dientes de zorros árticos y colmillos de mamut, así como decenas de miles de otros fragmentos de huesos de animales diseminados entre restos de chozas.

El Dr. Piotr Wojtal (izquierda), del Instituto de Sistemática y Evolución de los Animales de la Academia de Ciencias de Polonia, en Cracovia, que ha estado reexaminando los restos, dijo: "Hasta ahora, los científicos estaban convencidos de que los lobos y otros depredadores eran un objetivo de caza, principalmente por sus pieles, y no como fuente de carne. Sin embargo, durante el examen de sus huesos, hemos encontrado en docenas de especímenes rastros de corte claramente visibles".

"Los cazadores paleolíticos dejaron algunas marcas al quitar las pieles a los lobos, pero también hay otras que se pueden asociar con dividir la carne en porciones más pequeñas".

"Los huesos de herbívoros generalmente dominan dentro de los asentamientos humanos a partir de este período, porque probablemente fueron consumidos con mayor entusiasmo. Pero parece comprensible que, en el caso de cazar un lobo, descartar su carne fuera estimado como una pérdida considerable, especialmente durante los períodos de menor disponibilidad de alimentos. Por lo tanto, parece que se usaron todas las partes del cuerpo de los depredadores".


a - Serie de colgantes de incisivos superiores e inferiores y premolares de 'Canis lupus' (Pavlov I SE); b - Colgantes hechos de incisivos superiores de 'Ursus spelaeus' (Pavlov I SE); c - Colgantes de 'Ursus arctos' hechos de incisivos superiores (Cracovia Spadzista); d - Mandíbula adornada por una serie de muescas en la parte lingual de un cuerpo mandibular de un 'Gulo gulo' (Pavlov I SE); e - Esculturilla de león cavernario hecha de marfil (Pavlov I SE); f - Cabeza de león cavernario hecha de arcilla cocida (cerámica) (Dolní Věstonice I), e, f - foto de M. Frouz.

En Pavlov, además de restos de animales depredadores pequeños y medianos, los investigadores también encontraron huesos y dientes de depredadores más grandes de la estepa del mamut pleistocénico: el león cavernario y el oso pardo.

Wojtal dijo: “Aunque los restos de leones y osos no son muy numerosos, también tienen rastros que confirman que los cazadores de esa época usaban los cadáveres de carnívoros muertos. Como en el caso de los lobos, glotones y zorros, los rastros de los cortes en los huesos de los leones y los osos también indican la eliminación de las pieles y la división de la carcasa", señala el investigador.

"Por lo tanto, la carne de estos grandes depredadores también la comían los cazadores paleolíticos".

Los últimos resultados de la investigación sobre restos de depredadores de los yacimientos Gravetienses de Europa Central han sido publicado en el Journal of Anthropological Archaeology .

Fuente: scienceinpoland.pap.pl | 21 de mayo de 2020