La falta de patrones migratorios revelan un 'Edén' para humanos y animales antiguos en Sudáfrica durante el Pleistoceno

Representación de una comunidad en la Llanura Paleo-Agujas durante el Pleistoceno - Universidad de Colorado en Denver.

No muy lejos del cabo de las Agujas, la porción más meridional de África, hay un importante yacimiento arqueológico a apenas 100 metros del mar: la Cueva de Blombos. En esta caverna, explorada desde comienzos de los noventa, se han encontrado herramientas de hueso, cuentas y piezas de ocre de hasta 80.000 años de antigüedad que constituyen un interesante testimonio de la edad de piedra. Las evidencias más antiguas tienen hasta 140.000 años y apuntan a la presencia de marisqueo y quizás pesca.

Se cree que a medida que el clima de la Tierra fue cambiando y atravesando periodos glaciales e interglaciales el océano avanzó y retrocedió, pero que la cueva volvió a ser ocupada una y otra vez. Pero, ¿realmente estuvo desocupada en algún momento? Un estudio que se ha publicado recientemente en Quaternary Science Reviews, ha concluido que los alrededores de la Cueva de Blombos, que reciben el nombre de Llanura Paleo-Agujas (PAP, en inglés), en honor al cercano cabo de Agujas, tuvieron unas condiciones tan buenas, que el asentamiento probablemente estuvo ocupado de forma permanente y hasta los animales migratorios se establecieron allí. Es decir, en la zona existió un auténtico paraíso hoy totalmente perdido.

«La Llanura de Paleo-Agujas, cuando estaba expuesta, era un Serengueti del Sur y seguramente una de las costas más ricas del mundo», ha dicho en un comunicado Curtis Marean (izquierda), director del estudio e investigador en la Universidad del Estado de Arizona (EE.UU.). «La confluencia única de comida procedente de la tierra y el mar cultivó las complejas culturas reveladas por el registro arqueológico y proporcionó un refugio para los humanos durante los ciclos glaciales que hicieron emerger la llanura y que convirtieron gran parte del resto del mundo en un lugar poco acogedor para la vida humana».

La que antes fue fértil llanura hoy está sumergida bajo las frías aguas, frente a la costa de Sudáfrica. Lo que hoy son cuevas a unos cuantos metros del mar, en otro tiempo fueron refugios desde los que se dominaban las llanuras recorridas por ríos, lagos y todo tipo de animales.
«Hubo una enorme franja de tierra delante de las cuevas», ha dicho Jamie Hodgkins, primera autora del trabajo e investigadora de la Universidad de Colorado en Denver. «Creemos que es probable que los humanos y los carnívoros cazaran allí a los animales que migraban del este al oeste por la llanura».


La investigadora Jamie Hodgkins frente a las antiguas llanuras, ahora sumergidas, del cabo de las Agujas. Universidad de Colorado en Denver.

¿Migraban los animales?

Con la finalidad de comprobarlo, los investigadores recurrieron a un análisis que permite estimar los patrones de movilidad de los animales en la antigüedad, por su relación con la dieta: estudiaron el contenido en isótopos de carbono y oxígeno en el esmalte de dientes de antílopes y otros herbívoros hallados en la zona, hace unos 150.000 años. En teoría, los isótopos podrían indicar si los animales se movían del este al oeste, y viceversa, con el paso de las estaciones.
Después de analizar los dientes de 39 individuos, incluyendo alcéfalos, ñúes y gacelas saltarinas, descubrieron que los isótopos no evidenciaban la existencia de movimientos migratorios. Por ello, los investigadores han propuesto que las condiciones eran tan buenas que incluso los animales migratorios se quedaban allí de forma permanente.

Representación de las vistas desde la Cueva de Blombos hace 200.000 años (a la izquierda) y hoy (a la derecha) - Erich Fisher.

Un auténtico paraíso

«Sabemos que un importante sistema de ríos alimentaba la costa extendida, por lo que los animales no tenían que migrar», ha dicho Hodgkins. «Era una gran localización, muy rica en recursos».


Mapas:Las llanuras, al sur de la actual costa, estaban dominadas por dos tipos de vegetación. Los análisis del esmalte permiten analizar si los animales se movieron de unas franjas a otras - Universidad de Colorado en Denver

Si los herbívoros campaban a sus anchas por la Llanura Paleo-Agujas, es de esperar que tanto los carnívoros como los cazadores humanos también lo hicieran.

«Durante los periodos interglaciales, cuando la costa se acercaba a las cuevas, los humanos tenían marisco y otros recursos marinos», ha comentado Jamie Hodgkins. «Y cuando la costa se alejaba en periodos glaciales, los cazadores tenían acceso a un medio terrestre muy rico, y no necesitaban ser tan móviles con todos esos herbívoros vagando por la zona».

De hecho, anteriormente se han hallado pruebas de que hubo humanos en la zona hace 74.000 años, coincidiendo con la erupción del supervolcán Toba, que creó un «invierno nuclear» que duró seis años. Ahora han podido confirmar que esto fue posible gracias a los generosos recursos de esta porción de tierra situada al borde del mundo.

Fuentes: abc.es | phys.org | sciencedaily.com | 27 de mayo de 2020

Lo que una punta ósea, encontrada en Sudáfrica, revela sobre la inteligencia de nuestros antepasados

El origen de la caza con arco ha sido un tema muy debatido en arqueología durante las últimas dos décadas. Esto se debe a que saber su origen tiene el potencial de ofrecer información sobre el desarrollo de la cognición humana y el desarrollo temprano de la tecnología compleja.

Las puntas óseas de flechas o lanzas fueron utilizadas en gran parte del mundo durante los últimos miles de años. Pero los ejemplos hallados en Sudáfrica son anteriores a cualquier cosa similar encontrada en otras regiones en al menos 20.000 años. En la actualidad, la evidencia más temprana de la tecnología de caza con arco fuera de África proviene del sur de Europa (Grotta del Cavallo, sur de Italia), y data de hace unos 45.000 años. La evidencia no africana más temprana de puntas óseas ha sido descubierta en la isla de Timor y data de hace 35.000 años.


Punta de arpón ósea denominada "Matja Kuru 2" y hallada en la isla de Timor.

Debido a que los arcos y flechas se hicieron predominantemente con materiales orgánicos existen muy pocas evidencias arqueológicas de estas armas. Sin embargo, en varios lugares de Sudáfrica se han encontrado pequeños segmentos de piedra con un horizonte temporal de 60.000 años de antigüedad que se cree que alguna vez formaron parte como punta o púa de una flecha o lanza.
La tecnología del arco y la flecha (o lanzas) proporcionó a los cazadores una ventaja única sobre sus posibles presas. Les permitió cazar a distancia y desde una posición oculta. Esto, a su vez, aumentó el éxito de los cazadores individuales, además de otorgarles una cierta seguridad al acechar presas peligrosas como búfalos, cerdos salvajes o animales carnívoros.

El arco y la flecha constan de múltiples partes, cada una con una función particular y que operan juntas para hacer posible la caza. Este tipo de tecnología "simbiótica" requiere un alto grado de flexibilidad cognitiva: la capacidad mental de cambiar entre pensar acerca de diferentes conceptos y pensar acerca de múltiples conceptos simultáneamente.

Hasta ahora, la evidencia de la tecnología de caza con arco mediante el uso de material óseo se remonta a más de 60.000 años y se ha hallado en la región de KwaZulu-Natal en Sudáfrica. Y ahora, un examen en profundidad de un arma arrojadiza con una punta ósea ha sido encontrada en la provincia del Cabo oriental de Sudáfrica, con lo que se extiende la distribución conocida de esta tecnología más al sur, y un poco antes de lo que se pensaba.


El artefacto

El estudio, publicado en Quaternary Science Reviews, se centra en un artefacto de hueso puntiagudo, fino, largo y delicado, el cual fue encontrado en el entorno del río Klasies, a lo largo de la costa oriental del Cabo de Sudáfrica.

Este es un sitio arqueológico extremadamente importante. Tiene el conjunto más prolífico de restos de Homo sapiens de toda el África subsahariana, y abarca los últimos 120.000 años. Su arqueología provocó las primeras discusiones sobre la probabilidad de que el comportamiento humano complejo y la cognición sofisticada estuvieran ya presentes en el África subsahariana mucho antes de aparecer en Eurasia.

El artefacto estudiado, que proviene de depósitos que datan de hace más de 60.000 años, se parece mucho a miles de flechas o lanzas con puntas óseas utilizadas por los cazadores-recolectores indígenas de los siglos XVIII al XX. Fue recuperado en la década de 1960, pero su importancia sólo ha sido reconocida hasta hace poco, debido a la confusión que rodeaba su antigüedad.


El estudio del artefacto ha seguido un enfoque combinado, al incorporar el análisis microscópico de la superficie ósea, la micro-tomografía computarizada de alta resolución (TC) y el análisis químico no destructivo. La investigación encontró pequeñas cantidades de un residuo negro y orgánico distribuido sobre la superficie de la punta ósea de manera que sugiere ser un artefacto envenenado, tal como se realizan en la actualidad. La química de la sustancia negra indica que consta de muchos ingredientes, al igual que las recetas de veneno y pegamento empleadas por el pueblo San (bosquimanos), y, aunque todavía no se sabe exactamente qué compuestos orgánicos entran en la receta de la sustancia negra, el trabajo futuro sobre su química esclarecerá esta cuestión.


El análisis microscópico de la punta ósea indica que fue unida a la sección de una flecha o lanza, probablemente a un eje de madera. Esto se realizó después de aplicar el residuo negro. La micro-CT permitió observar dentro de la punta ósea y ver el daño estructural de la misma a escala microscópica (deerecha). Los resultados mostraron que el artefacto había experimentado iguales tensiones mecánicas que los proyectiles lanzados a una alta velocidad, tal como sucede con las flechas.


El análisis demuestra que la punta ósea hallada en el río Klasies fue manipulada, y seguramente sumergida en veneno y utilizada de forma similar a las puntas óseas idénticas empleadas en contextos más recientes. El artefacto también encaja con lo que sabemos sobre la cognición y las habilidades de los antiguos Homo sapies del sur de África.

Desde hace al menos 100.000 años, los Homo sapiens del sur de África combinaban múltiples ingredientes para formar pastas de colores, posiblemente como ornamento y protección para la piel. Hace 70.000 años, fabricaban pegamentos y otros adhesivos compuestos utilizando una amplia gama de ingredientes combinados en una serie de pasos complejos. Estos pegamentos pueden haber sido utilizados, entre otras cosas, para ensartar pequeñas piezas de piedra o de hueso en flechas o lanzas.
La presencia de estos elementos técnicos en la Edad de Piedra Media del sur de África (aproximadamente el equivalente al periodo del Paleolítico medio eurasiático) indica una capacidad cognitiva avanzada. Eso incluye nociones de pensamiento abstracto, razonamiento analógico, multitarea y fluidez cognitiva, o la capacidad de "pensar fuera de la caja".

Fuentes: theconversation.com | 17 de mayo de 2020

Ocupación de los últimos grupos neandertales de la región cantábrica

Cueva de Amalda I en el valle de Alzolaras (Guipúzcoa, País Vasco)

Científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), han participado en un estudio publicado hoy en la revista Scientific Reports sobre los patrones de asentamiento de los últimos grupos de neandertales de la región cantábrica en la cueva de Amalda I (Guipúzcoa), que desvela la organización de las actividades desarrolladas en la cueva y la alternancia de su ocupación por parte de humanos y carnívoros.

A través de los análisis de los hallazgos, como los llevados a cabo en el Laboratorio de Cartografía Digital y Análisis 3D y en el Laboratorio de Tecnología Prehistórica del CENIEH, se ha podido comprobar que, en la zona más próxima a la entrada de la cueva, los neandertales llevaron a cabo labores de procesado de presas medianas y de talla lítica, en lo que parecen actividades que se desarrollaron de manera simultánea.

Por otro lado, como explica la autora principal del estudio Laura Sánchez-Romero (izquierda), del Human Evolution Research Center (HERC) de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.), “los carnívoros también habitaron la cueva, pero en momentos posteriores a los humanos y en zonas más interiores, acumulando presas de menor tamaño”.

La alternancia en la ocupación de las cuevas se ha observado en otros yacimientos, pero en el caso de Amalda I resulta especialmente interesante porque se ha podido constatar con precisión los momentos de ocupación del yacimiento por parte de neandertales y carnívoros. Además, se ha podido ahondar en el tipo de estructuración tanto del espacio como de las actividades a desarrollar, percibiéndose un alto grado de organización social y de grupo.

Modificaciones antropogénicas identificadas dentro del conjunto de fauna no identificable del Nivel VII en Amalda I. (A) Metáfisis de mamíferos de gran tamaño con marcas de corte. (B) Metapodial de Cervus elaphus con rotura antrópica fresca y marcas de corte (C) Radio proximal de Equus sp. con marcas de corte oblicuo en el lado craneal. Imagen: Lucía Agudo.

Este trabajo, en el que también ha participado la Universidad de Cantabria, se enmarca en un proyecto financiado por la Diputación Foral de Gipuzkoa, que coordina el arqueólogo del CENIEH Joseba Rios Garaizar. Su objetivo es evaluar las ocupaciones neandertales en la parte oriental de la región cantábrica, investigando la cronología, los patrones de movilidad y ocupación del territorio, así como las formas de organización económica de estos grupos.

Fuente: cenieh.es | 26 de mayo de 2020

La tecnología inicial del Paleolítico Superior llegó al norte de China hace aproximadamente 41.000 años

Ejemplos de artefactos de piedra de T3, SDG2: 1–3 núcleos, 4–6 piezas retocadas, 7 lascas.
Una nueva ola de tecnología en el Paleolítico Superior tardío habría llegado al norte de China hace unos 41.000 años, según un estudio en la revista de acceso abierto PLOS ONE realizado por Fei Peng, de la Universidad Minzu de China, Beijing, y sus colegas.

Hace unos 40.000 años, el continente asiático vio la difusión de nuevas formas de tecnología asociadas con lo que se conoce como el Paleolítico Superior Inicial. Este cambio trajo una nueva tecnología de cuchillas junto con materiales simbólicos como cuentas y colgantes, y se cree que marcan la propagación de los humanos, posiblemente nuestra propia especie Homo sapiens, en todo el continente. Pero el momento exacto y la ruta de esta dispersión han sido difíciles de determinar en estudios anteriores.

La estrella roja indica la ubicación del complejo arqueológco de Shuidonggou.

Shuidonggou es un yacimiento arqueológico en el norte de China que proporciona los ejemplos más meridionales de la tecnología del Paleolítico superior inicial en el norte de Asia. En este estudio, Peng y sus colegas proporcionan dataciones mediante radiocarbono de 18 muestras de collares de cáscara de huevo de avestruz y de carbón vegetal procedentes de múltiples capas estratigráficas del yacimiento de Shuidonggou 2. Sus resultados indican que esta nueva ola de tecnología había llegado a la región hace entre 43.000 y 39.000 año, es decir, un poco más tarde que las dataciones obtenidas en yacimientos más al norte.
SDG2 T3 estratigrafía. A la izquierda, la columna esquemática resume la característica general del sedimento y la distribución de restos arqueológicos de la secuencia estratigráfica del sitio. A la derecha, las fotografías y los dibujos esquemáticos muestran una vista en primer plano de las diferentes partes de la secuencia estratigráfica. La distribución de los tres tipos principales de restos arqueológicos recuperados (líticos, restos de fauna y fragmentos de cáscara de huevo de avestruz) correspondientes a las secciones fotografiadas se superponen en los dibujos esquemáticos. La división de las siete capas culturales (CL1a-7) se denota al lado de los dibujos esquemáticos. Crédito: Peng et al, 2020 (PLOS ONE) CC BY

Los resultados respaldan hipótesis anteriores de que la difusión de esta tecnología del Paleolítico Superior Inicial se originó en la región de Altai, en Rusia, hace unos 47.000 años, antes de extenderse hacia el este y el sur de Asia. Si bien será necesario realizar más dataciones para delimitar aún más el momento de este evento, este estudio muestra de manera importante que, incluso en una región con condiciones desfavorables para preservar los materiales, la selección cuidadosa y el tratamiento de las muestras pueden arrojar resultados fiables sobre múltiples fuentes de datos que lo corroboran.

Fei Penga (izquierda) agrega: "Hemos llevado a cabo un análisis sistemático mediante radiocarbono de las muestras de cáscara de huevo de avestruz y de carbón vegetal obtenidas den la excavación 2014-2016 a lo largo de toda la secuencia del yacimiento de Shuidonggou 2. Con base en el modelo bayesiano sobre la cronología, hay dos fases: una primera que oscila entre los 43.0000 y 35.000 antes del presente, y segunda una fase posterior entre hace 35.000 y 28.000. Este resultado respalda la interpretación de que la tecnología de cuchillas apareció en esta región hace por lo menos ~ 41.000 años".

Fuente: phys.org | 27 de mayo de 2020

Niño israelí halla una pequeña tablilla de hace 3.500 años que representa una lucha de poderes

Pieza de arcilla cananea de 3.500 años de antigüedad encontrada en Tel Gama (la ciudad cananea de Yarza). Autoridad de Antigüedades de Israel.

Un niño excursionista de seis años que paseaba con su familia antes del cierre por el coronavirus en marzo encontró una representación única de 3.500 años de antigüedad de un prisionero cananeo desnudo y humillado junto a su vencedor.
La escena, impresa en una tablilla de arcilla cuadrada por un maestro cuyas huellas dactilares aún pueden verse en el reverso de la misma, fue encontrada por Imri Elya, de seis años de edad, durante un paseo en el Tel Jemmah (también llamada Tel Gama) cerca de la frontera con Gaza, según un comunicado de prensa emitido por la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) el pasado lunes. El niño recibió un certificado de buena ciudadanía por entregar el artefacto a la AAI.

La tablilla de arcilla, que mide 2.80 x 2.80 centímetros, era probablemente un recuerdo de una victoria, similar a una insignia de honor o una medalla, dijo Saar Ganor (izquierda), un arqueólogo de la AAI, a Times of Israel. Dado que la tablilla fue creada a partir de un molde, dijo que muchas pueden haber sido creadas y distribuidas. Podrían haber sido usadas como adornos, quizás añadidas a otros objetos como cinturones o muebles, los cuales mostrarían la completa victoria de sus dueños.

Ganor cree que el escenario está compuesto por dos individuos cananeos. Las manos del prisionero, desnudas y delgadas, están tan atadas detrás de él que su espalda está recta. Está cautivo por un vencedor vestido, ligeramente más gordo, con el pelo rizado y la barba cortada. Ambos son cananeos, dijo Hanor, pero en términos generales se refiere a una mezcla ecléctica de lugareños de diferentes tribus, en las que “todos estaban luchando por lo mismo que luchamos hoy en día: agua y tierra”.

“El artista que creó esta tablilla parece estar influenciado por representaciones similares conocidas en el arte del Próximo Oriente Antiguo. La forma en que el cautivo está atado se ha visto anteriormente en relieves y artefactos encontrados en Egipto y el norte del Sinaí”, dijo Ganor y los investigadores de la IAA Itamar Weissbein y Oren Shmueli en el comunicado de prensa.

Imri Elya, de 6 años, del Kibbutz Nirim, descubrió la pieza de arcilla cananea, de 3.500 años de antigüedad, mientras caminaba con sus padres por el Tel Gama (la ciudad cananea de Yarza) en marzo de 2020. (Autoridad de Antigüedades de Israel).

Mediante la comparación y el contraste de su hallazgo con otros ejemplos del mundo antiguo, los investigadores de la AAI datan el artefacto a finales de la Edad del Bronce (entre los siglos XII y XV a.C.). Ganor dijo que la Edad del Bronce tardía es una de las capas más representadas las excavaciones del lugar donde se encontró.

Durante esta época, la zona de Tel Jemmah fue testigo de feroces batallas entre Egipto y los reyes de esta ciudad/estado que llegó a gobernar, así como entre los propios reyes locales. Asimismo, los nómadas llamados Habiru también asaltaron la zona, situada a orillas del arroyo Besor, una de las principales fuentes de agua del Néguev, y cerca de un antiguo camino utilizado para llegar al puerto de Gaza, a unos 10 kilómetros de distancia.
Tel Jemmah es identificada por algunos arqueólogos como la ciudad cananea de Yurza (también llamada Yarza). Otros arqueólogos sitúan el sitio de Yurza en otro lugar de la región.

Vista aérea de Tel Jemmah/Tel Gama, la ciudad cananea de Yarza. (Valdick Lipshitz / AAI)

Yarza es uno de los sitios cananeos mencionados en tres cartas dentro de un tesoro de 350 misivas acadias entre el faraón egipcio y los reyes cananeos descubiertas en la ciudad egipcia de Tell el-Amarna, antigua capital egipcia del faraón Akhenatón, quien la fundó alrededor de 1350-1330 a.C. También está registrado en los anales de Tutmosis III como el extremo sur de Canaán y se menciona en la frase “Desde Yurza hasta los confines de la tierra”.

Dado que la tablilla no fue encontrada en una excavación científica y estratificada, su datación es difícil de asegurar. Los arqueólogos la compararon con otros artefactos similares, siendo el más cercano un relieve muy similar de arcilla de la Edad del Bronce tardío descubierta en el norte del Sinaí hace 100 años, en una excavación dirigida por el pionero arqueólogo británico Flinders Petrie, dijo Ganor.

Según Ganor, la escena representada en la tablilla de arcilla tiene elementos parecidos de varios otros artefactos de finales de la Edad del Bronce, incluyendo una inscripción de marfil encontrada en Tel Megiddo, así como en representaciones de prisioneros de la batalla de Qadesh que se encuentran en los relieves del Templo de Abu Simbel, en Egipto, bajo Ramsés II.

Aunque de tamaño diminuto, los investigadores de la AAI creen que "la escena impresa en la tablilla abre una ventana visual para entender la lucha por el dominio en el sur del país durante el período cananeo”.

Fuente: israelnoticias.com | 25 de mayo de 2020

Hallan en Australia arte rupestre a pequeña escala muy 'inusual' en el mundo

Representaciones artísticas rupestres halladas en el enclave de Yilbilinji, en el Parque Nacional de Limmen, Australia. Fotos: L. M. Brady.

Una investigación reciente en la región del Golfo de Carpentaria, en el norte de Australia, identificó un conjunto de motivos antropomorfos, miniaturas a pequeña escala con apenas unos diseños lineales. A simple vista no parecían gran cosa, pero un análisis más detallado permitió los arqueólogos descubrir que tanto el tamaño como las formas de ese arte rupestre eran realmente “inusuales”.

Tan raros eran esos hallazgos que, tras una serie de estudios, se ha concluido que solo hay otros dos lugares del mundo en los que se haya identificado la técnica pictórica utilizada, según explican en un artículo publicado en la revista Antiquity. Y, evidentemente, están a centenares de kilómetros de distancia. Pero mejor, comencemos por el principio.

Las representaciones artísticas del refugio rocoso de Yilbilinji, en el Parque Nacional Limmen, se hallaron hace apenas tres años. El sitio, lugar ancestral del pueblo aborigen Marra, se conocía desde hace décadas. Aún así, nadie se había percatado del arte en miniatura. Una vez documentado completamente, en el año 2017, sorprendió a los especialistas que las imágenes descubiertas eran “demasiado pequeñas”.



La mayor parte del arte rupestre estampado en todo el mundo se realizó utilizando dimensiones completas (o de tamaño natural), ya fuera para inmortalizar partes del cuerpo humano o animal, objetos e incluso materiales vegetales. Sin embargo, muchas de las plantillas de Yilbilinji son demasiado pequeñas para haber sido hechas usando partes u objetos reales como modelo.
Los investigadores de la Flinders University argumentan que "los motivos se crearon con una técnica de stencilling (estarcido) que no se había descubierto hasta ahora y que utilizaría plantillas en miniatura y en pequeña escala esculpidas a partir de cera de abejas”, escriben. “Esta cera y otras resinas maleables y adhesivas pueden haber jugado un papel más importante en la creación de motivos estampados de lo que se pensaba anteriormente”, añaden.

Solo hay otros dos ejemplos conocidos de este tipo en todo el mundo: uno se encuentra en Nielson’s Creek, en Nueva Gales del Sur; y el otro está en la isla Kisar, en Indonesia. "Ambas representan figuras humanas, lo que hace que la muestra australiana constituya la concentración más grande y diversa encontrada de este tipo de arte”, dice Liam Brady (izquierda), autor principal del artículo.

El Dr. Liam Brady agregó que “las figuras representadas probablemente no tengan más de 400-500 años de antigüedad, pero esto es sólo especulativo y requiere un trabajo más detallado al respecto”.
El equipo de arqueólogos y antropólogos, ayudados por los Marra y los guardabosques de la zona, recopilaron un total de 17 imágenes hechas con estas plantillas de entre las más de 300 encontradas en Yilbilinji. Representaban una amplia gama de motivos: humanos, animales, objetos como bumeranes y también formas geométricas.



Para averiguar cómo se hicieron tuvieron que echar mano de sus dotes detectivescas. Una pista provenía de la forma de las figuras, que indicaban que estaban hechas de algo que podía ser fácilmente moldeado y pegado a la roca. Otro detalle apareció a partir de otra investigación que registró a niños aborígenes jugando con cera de abejas para hacer artículos en miniatura. Los aborígenes australianos también la han utilizado como adhesivo para reparar lanzas y arpones ya que es maleable, pegajosa y está disponible en toda región.

Los expertos sumaron A y B y probaron si el método era efectivo. Comenzaron experimentando cómo calentar y dar forma a la cera y luego la estamparon sobre una losa de roca para confirmar que este material era “excelente para hacer plantillas en miniatura”.


Los investigadores crearon sus propios moldes simulando las imágenes encontradas en Yilbilinji para estudiar el resultado a la hora de utilizarlos en la roca (Antiquity)

En algunos grupos aborígenes, la cera de abejas tiene un significado espiritual, ya que se asocia con seres ancestrales o la bujería, razón por la cual el equipo de investigación estima que las imágenes podrían estar asociadas con la magia y la hechicería. Por otra parte, el hecho de que los niños fueran los que habitualmente jugaban con esta materia ha llevado también a los investigadores a considerar la posibilidad de señalar a los más jóvenes de la comunidad como responsables de este inusual arte rupestre, ya fuera como práctica para su futuro artístico o como copia de las figuras más grandes que hacían los adultos. El Dr. Brady reveló, además, que “este arte rupestre no es un fenómeno aislado, ya que prece estar ligado a muchos aspectos diferentes de la vida de los Marra como el intercambio, la interacción social y el recuerdo de sus antepasados.”

El arte aborigen australiano representa la tradición ininterrumpida más larga del mundo, ya que sus primeras evidencias se remontan a hacen al menos 28.000 años. Para sus obras, usaron sus manos, sus bumeranes e incluso los pies de los emús (un ave no voladora nativa de Australia, el único miembro viviente del género Dromaius).

“Desde que finalizamos este trabajo, ya hemos descubierto tres nuevos motivos en miniatura: una figura humana, una tortuga de agua dulce y un equidna (un mamífero de apariencia similar a los erizos)”, concluye el doctor Brady.

Refugio rocoso con arte rupestre aborigen en Yilbilinji, Parque Nacional Limmen. (L. M. Brady / Antiquity)

Fuentes: lavanguardia.com | ancient-origins.net | sciencemag.org | 26 de mayo de 2020