A la busca de los elefantes de Aníbal junto al Tajo

Vista de un meandro del río Tajo desde el yacimiento arqueológico de Caraca, en Driebes (Guadalajara). EQUIPO ARQUEOLÓGICO DE CARACA


El joven general cartaginés Aníbal Barca, de 27 años, debía volver a sus cuarteles de invierno en Qart Hadasht (actual Cartagena) tras arrasar Helmática (Salamanca). Corría la primavera o el verano del 220 a. C., y el militar se enfrentaba a dos obstáculos para lograrlo: la orografía –anchos ríos y elevadas montañas difíciles de cruzar por los 40 elefantes que lo acompañaban- y las belicosas tribus locales –carpetanos, vetones y olcades- que reclamaban venganza por la destrucción de sus campos y ciudades. Sin embargo, lo logró. Con solo 25.000 soldados derrotó a 100.000, aunque nadie sabe dónde se produjo con exactitud el desigual enfrentamiento, solo que fue a orillas del Tajo.

Ahora, el estudio interdisciplinar Datos históricos, arqueológicos y geológicos para la ubicación de la batalla de Aníbal en el Tajo (220 a.C), de los arqueólogos Javier Fernández (izquierda, equipo arqueológico Caraca-Driebes) y Emilio Gamo (Museo Nacional de Arte Romano) y los geólogos Miguel Ángel Rodríguez-Pascua, Andrés Díez-Herrero, María Ángeles Perucha y José Francisco Mediato del Instituto Geológico Minero de España (IGME), propone una hipótesis de dónde pudo darse la batalla: entre los municipios de Driebes e Illana, en Guadalajara.

Desde hace más de 200 años, los expertos han barajado diferentes ubicaciones (Toledo, Talavera de la Reina, Aranjuez, Colmenar de Oreja, Fuentidueña…) basándose en la descripción de la lucha que hicieron el griego Polibio de Megalópolis y el romano Tito Livio. En muchos casos sin corresponderse estos escenarios a las descripciones antiguas o evidencias arqueológicas.

Sin embargo, el nuevo estudio no solo tiene en cuenta estos relatos, sino también las características morfológicas del Tajo y el trayecto más lógico -el más corto y rápido- que debió emprender Aníbal para regresar a Cartagena.

Los autores del estudio están convencidos de que el general usó una antigua vía –luego mejorada por los romanos- que unía Complutum (Alcalá de Henares) con Cartago Nova (Cartagena) y que cruzaba el Tajo en las cercanías de Driebes, no lejos del oppidum (asentamiento fortificado) carpetano llamado Caraca. “La decisión de atacar ahí a Aníbal fue de los carpetanos, buenos conocedores del entorno y que les confería, además, el liderazgo dentro de la coalición con vacceos y olcades”, explica Emilio Gamo (derecha).

Pero los locales no tuvieron en cuenta la genialidad del invasor, que colocó sus tropas en los vados del río –los únicos lugares por donde se podía cruzar a pie-, con lo que los carpetanos tuvieron que concentrar sus guerreros en esos sitios y perdieron así su ventaja numérica: muchas tropas, pero poco espacio para combatir.

Para forzarles a cruzar, Aníbal construyó, además, una empalizada en paralelo al cauce. En los vados colocó fundamentalmente a la caballería y, tras la empalizada, a la infantería y a la mayor parte de los elefantes. Cuando los carpetanos intentaban atravesar el río, morían arrastrados por la aguas o abatidos por los jinetes cartagineses, que se sustentaban mejor en el lecho fluvial. La profundidad en las zonas vadeables pudo alcanzar el metro y medio y la velocidad de la corriente hasta un metro por segundo. Tito Livio lo confirmó en sus escritos: “Algunos, arrastrados en dirección al enemigo por la corriente llena de rápidos, fueron aplastados por los elefantes”, un fenómeno que se produce en zonas de meandro, “donde la trayectoria helicoidal del agua hace pasar un objeto flotante de una orilla a otra”.

Sin embargo, “la dinámica fluvial en ríos meandriformes está caracterizada por la alta variabilidad [del cauce] en el tiempo”, indica el estudio. ¿Cómo se sabe, por tanto, que la batalla fue en las cercanías Driebes e Illana y no en otro lugar, si los meandros han podido cambiar en 2.200 años? El informe explica que “en Driebes los condicionantes tectónicos y geomorfológicos” han determinado sobremanera la “dinámica fluvial” del tramo. La clave está en la conjunción de distintos factores geológicos que posibilitan la persistencia de los vados, por ejemplo la existencia de fallas con actividad tectónica cuaternaria (últimos dos millones y medio de años). “Estos factores hacen posible que los vados que vemos ahora sean probablemente los mismos, o en parecida situación, que los existentes en época de Aníbal”, indica el informe.

Cerro de la Virgen de la Muela visto desde el noreste, se observa el trazado de la vía Cartago Nova-Complutum.


Además, la investigación geomorfológica realizada en torno a Caraca “revela la existencia de una estructura cuadrangular posiblemente de origen antrópico [humano]”, que podría corresponder a la empalizada de Aníbal, mientras que un surco delante de ella sería su “foso frontal”. Igualmente, se ha determinado “un elemento geográfico que pudo tener un papel importante en la batalla: el cerro de El Jardín, al sureste de la empalizada, y desde donde el general pudo observar todo el escenario de la batalla, así como el 'oppidum' de Caraca y usar el montículo para ocultar a los ojos del enemigo su escolta y la caballería ligera”.

Con las tropas carpetanas ya desorganizadas y diezmadas en el cauce del Tajo, Aníbal decidió pasar a la ofensiva, como describe Polibio: “Al final cruzó el río él mismo con su escolta, atacó a los bárbaros y puso en fuga a más de cien mil hombres”.

Este estudio se inserta en una serie de investigaciones realizadas en la ciudad carpetano-romana y que ha sido posible gracias a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Diputación de Guadalajara y los ayuntamientos de Diebes, Illana y Brea de Tajo, así como la Asociación de Amigos del Museo de Guadalajara.

El estudio interdisciplinar anuncia, además, que en futuras campañas arqueológicas se tiene la intención de realizar “una prospección sistemática del entorno para poder localizar evidencias del paso del ejército cartaginés”, incluidos las osamentas de los elefantes, aunque las fuentes clásicas no mencionan que hubiese muerto ninguno. Por eso, señala Gamo, “de momento, nuestra propuesta es una hipótesis de trabajo”.

UNA AVENIDA, UN ACUEDUCTO Y 27 MANZANAS


Las primeras prospecciones arqueológicas sobre la ciudad carpetano-romana de Caraca se llevaron a cabo a principios de los años ochenta del siglo pasado. El hallazgo fortuito en 1945 del llamado Tesoro de Driebes –un conjunto de joyas y objetos de plata carpetanos de casi 14 kilogramos- dio lugar a esta primera investigación. Pero no fue hasta 2016 cuando se retomó el proyecto de forma sistemática y se determinó, mediante técnicas geofísicas, que la ciudad en época altoimperial romana (siglos I-II d. C.) se extendía ocho hectáreas. Se concluyó que tuvo foro y termas y que el suministro de agua le llegaba mediante un canal de unos tres kilómetros, de los que solo se conservan 113 metros, según el estudio Las termas públicas de Caraca y su contexto urbano, de los arqueólogos Emilio Gamo y Javier Fernández Ortea.

La ciudad, desde el siglo I, se estructuraba en torno al Cardo Maximus (una gran avenida), que la atravesaba en sentido noreste-sureste y la dividía en dos. En esta gran vía desembocaban 18 decumani (perpendiculares), con lo que la ciudad se estructuraba en 27 manzanas. Los expertos han podido determinar así que el número de habitantes se aproximaba a los 1.800 y que cada uno de ellos disponía de 61,6 litros de agua diarios provenientes del acueducto, aunque sólo parte del agua se destinaba al consumo humano. Igualmente, el equipo de investigación ya ha calculado las dimensiones del foro (1.330 metros cuadrados). Era de planta rectangular y tras él había un edificio, posiblemente la basílica. Al este del foro, se ha localizado un edificio público de dos alturas con un pórtico y dos tabernas. Al sur, el georradar marca una estructura de unos 25 metros cuadrados, posiblemente un pequeño templo orientado hacia el Cardo Maximus.

Fuente: elpais.com | 22 de marzo de 2020

Las hienas prehistóricas y los humanos comparten patrones de migración

Los humanos prehistóricos abandonaron África por primera vez hace unos 2 millones de años. Ahora, una nueva investigación revela que las hienas aparentemente hicieron el mismo viaje, según publican investigadores daneses y alemanes en la revista Science Advances.

"Nuestro nuevo estudio muestra que los humanos y las hienas prehistóricas abandonaron África aproximadamente al mismo tiempo. Y al igual que los humanos, las hienas manchadas han tenido una migración extensa y compleja entre continentes. Podemos observar repetidos eventos de flujo de genes entre África y Eurasia", explica Michael Westbury (izquierda), autor correspondiente y postdoctorado en el Instituto GLOBE de la Universidad de Copenhague.

Los investigadores colaboraron con investigadores de la Universidad de Potsdam y secuenciaron genomas completos tanto de hienas manchadas modernas en África como de subfósiles de la hiena de cueva extinta de Europa y Asia.

LINAJES SEPARADOS

Anteriormente se creía que los dos tipos de hiena, la manchada y la de caverna, formaban un linaje evolutivo estrechamente relacionado. Los análisis de ADN publicados hace 15 años mostraron que los dos tipos de hiena estaban genéticamente entremezclados.

Hoy, sin embargo, gracias a los avances tecnológicos, los investigadores han podido obtener muchos más datos genéticos y muestran que esta mezcla genética es limitada. El nuevo estudio revela así una antigua separación.

Hiena representada en la Cueva de Chauvet (Francia)

"Los resultados ilustran muy bien el poder de los análisis de paleogenoma. La relación de las hienas manchadas y de la cueva no se pudo resolver utilizando datos de secuencias de ADN mitocondriales cortas o morfológicas y en realidad se discutió de manera bastante controvertida durante década", señala el profesor Michael Hofreiter, de la Universidad de Potsdam.
Si bien las hienas prehistóricas muestran algunas similitudes con los humanos en sus patrones de migración transcontinentales, los investigadores también encontraron signos de que los humanos modernos de la especie Homo sapiens tuvieron un impacto perjudicial en las hienas.

"El tamaño histórico de la población de hienas manchadas parece correlacionarse negativamente con el de los humanos después de hace aproximadamente 100.000 años, haciendo eco de resultados similares que encontramos para los herbívoros", apunta Rasmus Heller (izquierda), profesor asistente del Departamento de Biología de la Universidad de Copenhague.

Además, explica que se cree que los humanos han jugado un papel en la extinción de las hienas de las cavernas alrededor del final de la última Edad del Hielo.

Mapas: eventos de dispersión de las hienas

Eso significa que la coexistencia entre humanos y hienas, como la que existe entre humanos y otros mamíferos grandes, puede haber cambiado de ser relativamente benigna a perjudicial a medida que los humanos se hicieron más avanzados.

Los investigadores sostienen que su estudio revela nuevos aspectos de cuándo y cómo los animales se movieron a través de los continentes en la prehistoria.

"Nuestros resultados se ajustan a la hipótesis de que la migración animal puede haber ocurrido en pulsos durante los cuales varias especies migraron más o menos al mismo tiempo, posiblemente como respuesta al cambio climático. No obstante, se necesita más trabajo comparativo para confirmar esta hipótesis", señala Michael Michael Westbury, postdoctorado en el Instituto GLOBE.

Fuentes: bolsamania.com | cronicasdefauna.blogspot.com | 13 de marzo de 2020

Descubren en una cueva de Marruecos restos de consumo animales de hace 700.000 años

Ubicación de la Gruta de los Rinocerontes y aspecto de su entrada.

Un grupo de investigadores franco-marroquí descubrió en la Gruta de los Rinocerontes, a unos 30 kilómetros al sur de Casablanca, restos fósiles de animales de hace 700.000 años con marcas de dientes humanas, según publicó este lunes la revista científica Nature en un artículo que hoy recoge la prensa marroquí.

Se considera que este hallazgo es el vestigio más antiguo de consumo de animales en una cueva que se ha encontrado en el continente africano, según se ha podido comprobar mediante la datación de los dientes de los herbívoros.

A partir de los esqueletos de varios mamíferos que se han descubierto, los científicos han podido constatar que los homínidos de esa época se dedicaban a cortar, manipular y morder a los animales dentro de la cueva.


En total se han analizado un total de 37 huesos de animales con restos de carne, la mayoría de la familia de los bóvidos, como gacelas o antílopes, además de rinocerontes y también especies carnívoras, junto las que también se ha encontrado un diente de un homínido.


Foto: diente hallado de un homínido.

La particularidad de este descubrimiento es que se ha hecho dentro de una gruta, mientras que todos los hallazgos anteriores en el continente africano que indicaban la presencia de dichas actividades se habían hecho en espacios al aire libre.

De hecho, la Gruta de los Rinocerontes es uno de los únicos sitios arqueológicos del continente africano correspondiente al período temporal del Pleistoceno Medio (770.000 - 126.000 a.C.) -junto con unas cuevas en Sudáfrica-, que no están a cielo abierto.

En esta misma cueva, descubierta en 1991, ya se habían encontrado utensilios de piedra y rastros de actividad humana, un hecho que estaría directamente relacionado con la práctica de consumo de carne.

Marcas de dientes humanos en restos de herbívoros.

En 2017 ya se produjo en Marruecos un importante descubrimiento arqueológico en la cueva de Jebel Irhoud, que sacó a la luz los que se consideran los restos más antiguos de Homo sapiens encontrados hasta la fecha.

El hallazgo de la Gruta de los Rinocerontes data de 400.000 años antes y refuerza las evidencias sobre la presencia de homínidos, ancestros de los Homo Sapiens, en el norte de África. EFE

Fuente: lavanguardia.com | 19 de marzo de 2020

Revelan el origen Paleolítico de pinturas halladas en una gruta del País Vasco que no se corresponden con otras conocidas

Representación de un cérvido encontrado en la cueva de Danbolinzulo, Zestoa, Guipúzcoa.

Los expertos siempre se hacían la misma pregunta. ¿Por qué el arte premagdalensiense era tan escaso en el País Vasco, una etapa que se extendió entre hace al menos 20.000 y 30.000 años, a pesar de la existencia de numerosos yacimientos de la misma época al otro lado de los Pirineos y en Cantabria?
Un vacío que nadie parecía poder responder. Ahora el estudio Filling the void: a new Palaeolithic cave art site at Danbolinzulo (Rellenando el hueco: un nuevo yacimiento de arte rupestre), realizado por las universidades de Durham (Reino Unido), País Vasco, y la Complutense de Madrid, ha encontrado dos posibles respuestas.

Para lanzar sus hipótesis los expertos han analizado las pinturas recién halladas en la cueva de Danbolinzulo (Zestoa, Guipúzcoa), con 35 grafías. Sus conclusiones son las siguientes: el área del País Vasco era una zona disputada entre sus vecinos del norte y del oeste, por lo que los artistas locales decidieron marcar la zona con su propio estilo autóctono, o quizás gente que vino del norte terminó plasmando en las paredes de sus grutas los dibujos típicos de su zona. Así llenaron las cuevas de ciervos, cabras, puntuaciones, triángulos (vulvas) o cuadrados mientras las otras culturas próximas se inclinaban por mamuts, bisontes, leones u osos.

Ubicación de la cueva de Dambolinzulo y apectos de la misma.


La cueva de Danbolinzulo fue descubierta en 1980 en las lomas del monte Ertxiña (Zestoa, Guipúzcoa) por el grupo local Antxieta Arkeologi. Los arqueólogos la exploraron y encontraron restos de cerámica y fauna, que dataron entre los periodos Neolítico (7000 al 4000 a. C.) y Edad de Bronce (1700 al 800 a. C). Pero no fue hasta 2014 cuando volvió a ser explorada, bajo la dirección de María José Iriarte (Fundación Ikerbaske), detectando las primeras representaciones gráficas cuyo significado ha desvelado ahora el estudio firmado por Blanca Ochoa, Marcos García-Díez e Irene Vigiola-Toña. En resumen, se trataba de pinturas y grabados sobre la piedra realizados durante el Paleolítico Superior (entre hace 45.000 y 13.000 años) por cazadores-recolectores.

Hay animales, incluido ibex, representados en los dibujos de la cueva.


Para adentrarse en esta oquedad de solo 12 metros de profundidad hay que atravesar una entrada de solo dos metros de anchura por 0,8 de altura. Se cree que inicialmente el hueco era mayor, pero deslices del terreno lo redujeron. Nada más entrar, se accede a una cámara de 25,5 metros de ancho, 10 de longitud y 7 de altura. En el medio, se distingue una columna que divide en dos el espacio.
La mayor parte de los dibujos fue silueteado y luego rellenado de color rojo. El estado de las representaciones gráficas no es bueno, porque la cueva nunca ha estado cerrada, las pinturas fueron ejecutadas con materiales inorgánicos y jamás fueron cubiertas con ninguna capa protectora. De hecho, para su estudio han tenido que ser resaltadas mediante programas informáticos.

“Definir cronológicamente estas representaciones es un reto a causa de la carencia de pruebas de datación directa, ya que las imágenes se pintaron con pigmentos inorgánicos no datables”, admite Blanca Ochoa (izquierda), del Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la Universidad del País Vasco. “Por ello, fechamos las imágenes en base a los análisis comparativos y estilísticos, siendo conscientes de las limitaciones inherentes e inciertas del trabajo”. Así, y gracias al estudio comparativo se estableció que correspondían al estilo premagdaleniense, entre hace al menos 20.000 y 30.000 años.

Los yacimientos arqueológicos del País Vasco se sitúan entre los del actual suroeste de Francia y la región cantábrica, lo que convirtió a la zona en un área de interacción y en la principal ruta de comunicaciones entre la península ibérica y el resto del continente. Su estilo se caracteriza por la alta frecuencia de signos abstractos, como puntos, líneas, nubes de puntos, rayas paralelas, triángulos, rectángulos y huellas de manos. Los temas giran en torno a cérvidos, équidos, caprinos y excepcionalmente figuras con forma humana. Estas se representan con cuerpos grandes de pequeñas cabezas, abultadas tripas, miembros curvados y casi sin detalles.


“Una zona de transición, donde se producen las interrelaciones culturales y de comunicación entre comunidades y que son expresadas, normalmente, con similares estilos gráficos”. "El área que ocupa ahora el País Vasco actuó como pivote de la zona y, posiblemente, fuese poblada por gente de ambos lados", relata Blanca Ochoa. La guerra entre premagdalenienses de ambas partes del territorio se alargó miles de años. Finalmente, ganaron los franceses e impusieron su estilo en las siguientes cuevas que habitaron.

Fuente:elpais.com | dailymail.co.uk | 7 de febrero de 2020

El cráneo de 'Little Foot' revela cómo vivió este ancestro humano de más de 3 millones de años

Imágenes del cráneo 'Little Foot'. La vista desde la parte inferior (derecha) muestra la posición original de la primera vértebra cervical aún incrustada en la matriz. Crédito: RJ Clarke.

El escaneo micro-CT de alta resolución del cráneo del espécimen fósil conocido como Little Foot (Pie Pequeño) ha revelado algunos aspectos de cómo vivía esta especie de Australopithecus hace más de 3 millones de años.

La meticulosa excavación, limpieza y escaneo del cráneo del espécimen fósil de ~ 3,67 millones de años ha revelado la primera vértebra cervical adulta de Australopithecus más completa encontrada hasta ahora.

En Scientific Reports se ha publicado una descripción de esta vértebra realizada por los investigadores de la Universidad de Wits, la Dra. Amélie Beaudet y el equipo de las cuevas de Sterkfontein. Este programa de investigación es apoyado por el Centre of Excellence in Palaeosciences, el Scientific Palaeontological Trust, la National Research Foundation, University of the Witwatersrand y el French National Centre for Scientific Research a través del French Institute of South Africa.


Comparación de la primera vértebra cervical casi intacta de 'Little Foot' y otros dos Australopithecus de Sterkfontein, en Sudáfrica, y en Hadar, Etiopía, que muestran cuán completo es 'Little Foot' en comparación con el resto del registro fósil. Crédito: Amélie Beaudet / Universidad de Wits

La primera vértebra cervical (o atlas) juega un papel crucial en la biología de los vertebrados. Además de actuar como la conexión entre la cabeza y el cuello, el atlas también juega un papel sobre cómo se suministra sangre al cerebro a través de las arterias vertebrales.
Al comparar el atlas de Little Foot con otros fósiles del sur y este de África, así como con humanos y chimpancés actuales, el equipo de la Universidad de Wits muestra que este Australopithecus era capaz de realizar movimientos de cabeza que difieren de los humanos modernos.

"La morfología de la primera vértebra cervical, o atlas, refleja múltiples aspectos de la vida de un organismo", dice Beaudet, autor principal del estudio (izquierda). "En particular, el atlas casi completo de 'Little Foot' tiene el potencial de proporcionar nuevas ideas sobre la evolución de la movilidad de la cabeza y el suministro arterial al cerebro en el linaje humano".

La forma del atlas determina el rango de movimientos de la cabeza, mientras que el tamaño de las arterias que pasan a través de las vértebras hasta el cráneo es útil para estimar el flujo sanguíneo que irriga el cerebro.
"Nuestro estudio muestra que este Australopithecus era capaz de movimientos de la cabeza que difieren de nosotros. Esto podría explicarse por la mayor capacidad que tenía para trepar y moverse en los árboles. Sin embargo, un espécimen de 'Australopithecus' del sur de África más reciente que 'Little Foot' en aproximadamente 1 millón de años, pudo haber perdido parcialmente esta capacidad y haber pasado más tiempo sobre el suelo, tal como nosotros".


Comparación basada en superficie de los atlas completos de 'Little Foot' y muestras de los ejemplares de Homo, Pan, Gorilla y Pongo existentes.


Las dimensiones generales y la forma del atlas de Little Foot son similares a las que ostentan los chimpancés actuales. Más específicamente, las inserciones de los ligamentos (que podrían inferirse de la presencia y la configuración de los tubérculos óseos) y la morfología de las articulaciones facetarias que unen la cabeza y el cuello, sugieren que Little Foot se movía regularmente en los árboles.

Debido a que Little Foot está tan bien conservado, el suministro de flujo sanguíneo al cerebro también pudo estimarse por primera vez, utilizando evidencias derivadas del cráneo y las vértebras. Estas estimaciones demuestran que el flujo sanguíneo, y por lo tanto la utilización de glucosa por el cerebro, fue aproximadamente tres veces menor que en los humanos modernos, y más cercano al de los chimpancés actuales.

"La baja inversión de energía en el cerebro de este 'Australopithecus' podría explicarse tentativamente por un cerebro relativamente pequeño (alrededor de 408 cm3), una dieta de baja calidad (escasa proporción de productos animales), o a los altos costos de otros aspectos de su biología (como caminar erguido). En cualquier caso, esto podría sugerir que el sistema vascular del cerebro humano surgió mucho más tarde en nuestra historia".

Fuente: phys.org | 17 de marzo de 2020

Los genomas humanos globales revelan una rica diversidad genética conformada por una compleja historia evolutiva

Un nuevo estudio ha proporcionado el análisis más completo de la diversidad genética humana hasta la fecha, después de la secuenciación de 929 genomas humanos llevada a cabo por científicos del Instituto Wellcome Sanger, la Universidad de Cambridge y sus colaboradores. El estudio revela una gran cantidad de variaciones genéticas no descritas anteriormente y proporciona nuevos conocimientos sobre nuestro pasado evolutivo, destacando la complejidad del proceso a través del cual nuestros antepasados ​​se diversificaron, migraron y se mezclaron en todo el mundo.
El estudio, publicado en Science, es la representación más detallada de la diversidad genética de las poblaciones mundiales hasta la fecha. Está disponible gratuitamente para todos los investigadores para estudiar la diversidad genética humana, incluidos los estudios de susceptibilidad genética a las enfermedades en diferentes partes del mundo.

La visión consensuada de la historia humana nos dice que los antepasados ​​de los humanos actuales se separaron de los neandertales y denisovanos hace unos 700.000-500.000 años, antes de la aparición de los humanos 'modernos' en África en los últimos cientos de miles de años.
Hace unos 70.000-50.000 años, algunos humanos se expandieron fuera de África y poco después se mezclaron con grupos arcaicos de Eurasia. Después de eso, las poblaciones crecieron rápidamente, con una gran migración y mezcla, ya que muchos grupos hicieron la transición de cazadores-recolectores a productores de alimentos en los últimos 10.000 años.
Este estudio es el primero en aplicar la última tecnología de secuenciación de alta calidad a un conjunto tan grande y diverso de humanos, cubriendo 929 genomas de 54 poblaciones geográficas, lingüísticas y culturalmente diversas de todo el mundo. La secuenciación y el análisis de estos genomas, que forman parte del panel del Proyecto de Diversidad del Genoma Humano (HGDP): CEPH, proporciona ahora detalles sin precedentes de nuestra historia genética.

Estructura de la variación genética en las poblaciones humanas de todo el mundo. Se muestra una ilustración esquemática de las cantidades aproximadas de cuatro clases diferentes de variación genética encontradas en diferentes regiones geográficas. Los orígenes de las poblaciones incluidas en el estudio están indicados por puntos.

El equipo de investigación encontró millones de variaciones de ADN previamente desconocidas que son exclusivas de una región geográfica continental o principal. Aunque la mayoría de las mismas eran raras, incluían variaciones comunes en ciertas poblaciones africanas y oceánicas que no habían sido identificadas en estudios previos.

Tales variaciones pueden influir en la susceptibilidad de las diferentes poblaciones a las enfermedades. Sin embargo, los estudios de genética médica se han realizado hasta ahora predominantemente en poblaciones de ascendencia europea, lo que significa que no se conocen las implicaciones médicas que semejantes variaciones podrían tener. La identificación de las mismas representa un primer paso para expandir completamente el estudio de la genómica a poblaciones subrepresentadas.

No se encontró ninguna variación de ADN en el 100 por 100 de los genomas en alguna región geográfica importante, si bien ello está ausente en todas las demás regiones. Este hallazgo subraya que la mayoría de la variación genética común se encuentra en todo el mundo.


El Dr. Anders Bergström (izquierda), del Instituto Francis Crick y un ex alumno del Instituto Wellcome Sanger, dijo: "El detalle que ofrece este estudio nos permite profundizar en la historia humana, particularmente en África, donde actualmente se sabe menos sobre la escala de tiempo de la evolución humana. Encontramos que los ancestros de las poblaciones actuales se diversificaron a través de un proceso gradual y complejo principalmente durante los últimos 250.000 años, con grandes cantidades de flujo de genes entre estos linajes tempranos. Pero también vemos evidencias de que pequeñas partes de esos ancestros humanos se remontan a grupos que se diversificaron todavía mucho antes".

Hélène Blanché (derecha), directora del Centro de Recursos Biológicos del Centre d'Etude du Polymorphisme Humain (CEPH) en París, Francia, dijo: "El recurso del Proyecto de Diversidad del Genoma Humano ha facilitado muchos descubrimientos nuevos sobre la historia humana en las últimas dos décadas. Es emocionante ver que con la última tecnología de secuenciación genómica, estos genomas continuarán ayudándonos a comprender nuestra especie y cómo hemos evolucionado".

El estudio también proporciona evidencias de que la ascendencia neandertal de los humanos modernos puede explicarse por un solo evento de mezcla importante, que probablemente involucre a varios individuos neandertales que entraron en contacto con humanos modernos poco después de que éstos se hubieran expandido fuera de África. En contraste, se identificaron varios conjuntos diferentes de segmentos de ADN heredados de los denisovans en personas de Oceanía y Asia Oriental, lo que sugiere al menos dos eventos de mezcla distintos.

El descubrimiento de pequeñas cantidades de ADN de neandertal en personas de África occidental, que probablemente reflejen un reflujo genético posterior en África desde Eurasia, destaca aún más cómo la historia genética humana se caracteriza por múltiples capas de complejidad. Hasta hace poco, se pensaba que solo las personas fuera del África subsahariana tenían ADN neandertal.

El Dr. Chris Tyler-Smith (izquierda), recientemente retirado del Instituto Wellcome Sanger, dijo: "Aunque este estudio es solo el comienzo de muchas vías de investigación, ya podemos vislumbrar varias ideas tentadoras sobre la historia humana. Será particularmente importante para una mejor comprensión de la evolución humana en África, al tiempo que facilitará la investigación médica de la diversidad total de los ancestros humanos".

Fuentes: Trust Sanger Institute | phys.org | 19 de marzo de 2020

Las poblaciones humanas de ascendencia africana tienen mayor diversidad genética que las de ascendencia europea

Un estudio a gran escala del ADN revela cuán entrelazados están los linajes humanos antiguos
Las antiguas poblaciones humanas en África probablemente se mezclaron mucho más de lo que pensábamos anteriormente. Esa es solo una de las revelaciones sobre nuestra historia genética que ha sido descubierta al secuenciar los genomas de personas de poblaciones previamente subrepresentadas en estudios genéticos humanos.

"Identificamos muchas variaciones genéticas que no se habían encontrado antes", dice Anders Bergstrom, del Wellcome Sanger Institute, en Cambridge, Reino Unido.
Bergstrom y sus colegas secuenciaron los genomas de 929 personas de 54 poblaciones diferentes en todo el mundo, incluso en Europa, Medio Oriente, África, América, Asia Central y del Sur, Asia Oriental y Oceanía. Descubrieron cientos de miles de nuevas variantes genéticas que eran comunes en muchas de las poblaciones que estudiaron, pero que previamente se habían perdido, debido a la falta de secuencias de ADN de personas de ascendencia no europea en los conjuntos de datos existentes.

Malla de ramas

Entre los nuevos descubrimientos que hicieron Bergstrom y sus colegas se encontró el hallazgo de que probablemente había mucha más mezcla entre las diferentes poblaciones humanas antiguas de África que lo sugerido por estudios anteriores. En lugar de un árbol genealógico divergente, encontraron evidencias de mucho más flujo de genes entre diferentes poblaciones. "Es más como una especie de malla entrelazada de ramas", dice Bergstrom.

"Esto sugiere cómo los antiguos humanos emigraron de África. En lugar de una población que se separa en dos y nunca se vuelve a ver, la gente probablemente continuó moviéndose entre grupos de una manera mucho más compleja", agrega.

El equipo también encontró evidencias más detalladas de que nuestros ancestros humanos antiguos se aparearon con otros homínidos. Ya sabíamos que nuestros antepasados ​​se aparearon con grupos humanos arcaicos, incluidos los neandertales y los denisovanos, pero hasta ahora no estaba claro con qué frecuencia había ocurrido esto y si se aparearon con algunos grupos más que con otros.
Bergstrom y su equipo pudieron demostrar que las personas de muchas poblaciones diferentes en todo el mundo tienen hoy los mismos segmentos de ADN neandertal en sus genomas, pero los segmentos de ADN denisovano difieren entre las personas de diferentes poblaciones. Ello sugiere que nuestros antepasados ​​probablemente se aparearon con un solo grupo de neandertales, pero en cambio lo hicieron con múltiples denisovanos después de emigrar de África.

Muchos estadounidenses primitivos

El análisis de los nuevos datos, en los que se incluyeron secuencias completas del genoma de personas con ascendencia nativa americana, también insinúa que pudo haber habido muchos más humanos primitivos en las Américas hace unos 15.000 años de lo que se pensaba anteriormente.
Bergstrom dice que todos estos descubrimientos demuestran el enorme valor de secuenciar el ADN de poblaciones subrepresentadas en todo el mundo. "Esto no es el final de la historia", dice. "Necesitamos secuenciar más".

"Nuestros estudios e infraestructura genética actuales son muy eurocéntricos", dice Alicia Martin (izquierda), del Broad Institute en Massachusetts. "Para garantizar una traducción equitativa de las tecnologías genéticas y comprender mejor la historia humana y la antropología, necesitamos que la diversidad humana esté representada en nuestros estudios".

Estos hallazgos también destacan que hay muchas más variaciones genéticas humanas no catalogadas en diversas poblaciones, incluidas muchas variantes genéticas que pueden estar asociadas con enfermedades, dice Alicia Martin.

Fuente: newscientist.com | 19 de marzo de 2020