Hallan una estela de guerrero en la ribera del río Gargáligas (Badajoz)

Estela decorada encontrada cerca de Navalvillar de Pela. :: ANP

El Museo Arqueológico Provincial de Badajoz expone una nueva estela decorada, también conocidas como estela de guerrero, que fue hallada el pasado 7 de noviembre junto a la ribera del río Gargáligas, en el término municipal de Navalvillar de Pela. Según el Consistorio peleño, los técnicos que analizaron la piedra determinaron la originalidad de las misma, pudiendo identificar algunos elementos particulares con respecto a las estelas conocidas en la región.

En ella hay ausencia de elementos habituales en este tipo de piezas como armas, escudos, espejos, peines o carros. La figura ha sido realizada con la técnica del piqueteado, y destaca la representación de una diadema que rodea la cabeza de una figura antropomorfa. La presencia de este elemento, unido a la ausencia de indicación sexual implícita, permite plantear la posibilidad de que se tratase de una figura femenina, según el Ayuntamiento.

Las estelas de guerreo son losas de piedra de forma irregular que tienen grabados en una de sus caras y que suelen representar a guerreros. El museo pacense tiene entre sus fondos una colección de estelas decoradas del siglo VIII al siglo V a.C.

Fuente: hoy.es | 27 de noviembre de 2019

Una pieza de hierro desenterrada en Turquía puede cambiar la historia sobre el origen de esta metalurgia

Pieza de hierro hallada en Kaman Kalehöyük, Turquía. Se considera que es la fabricación de hierro más antigua hallada en la región de Anatolia. Instituto Japonés de Arqueología de Anatolia.

Una pequeña pieza de hierro hallada en unas antiguas ruinas de Turquía puede alterar las creencias comunes sobre la historia de la fabricación del hierro, ya que tal reliquia ferrosa parece provenir de otro lugar. La pregunta es, ¿de dónde?

Un equipo de investigación japonés descubrió dicha reliquia -la más antigua de su clase relacionada con la fabricación de hierro- en una excavación arqueológica en la región de Anatolia, el área central del Imperio Hitita (1.400 a.C.-1.200 a.C.). El Imperio Hitita fue una gran potencia, junto con el Imperio Nuevo de Egipto, en el antiguo Oriente.


La reliquia en cuestión es un pequeño trozo en forma de peso con un diámetro de aproximadamente 3 centímetros y contiene una gran cantidad de hierro oxidado. El Instituto Japonés de Arqueología de Anatolia (JIAA), perteneciente al Centro de Cultura del Medio Oriente en Japón (MECCJ), lo descubrió en septiembre de 2017 en una capa geológica que data entre 2.500 a.C. y 2.250 a.C.
Kaman Kalehöyük y sus alrededores. Instituto Japonés de Arqueología de Anatolia.


El instituto se dedica a la investigación de las ruinas de Kaman Kalehöyük, en Turquía, desde 1986, las uales se encuentran en el área central del Imperio Hitita, el cual prosperó en el antiguo Oriente al utilizar carros ligeros de hierro como arma de guerra.

Se dice que el Imperio Hitita adquirió ventajas militares al adoptar la fabricación del hierro inventada por los pueblos indígenas. En aquellos días, tal fabricación se consideraba la tecnología más avanzada.

Después del colapso del Imperio Hitita la tecnología de fabricación del hierro se extendió a las regiones circundantes, y su proliferación se convirtió en un punto de inflexión hacia la Edad del Hierro, propiamente dicha.

Según el director del JIAA, Sachihiro Omura (izquierda), se cree que la reliquia desenterrada es la más antigua de su tipo en la historia de la fabricación de piezas de hierro, lo cual comúnmente se cree se originó en la región de Anatolia. Sin embargo, el análisis de la reliquia mostró que fue producida en un área diferente y traída posteriormente a la región.
Los productos de hierro del período inicial de la historia de su fabricación están procesados a partir de meteoritos de hierro. En consecuencia, el instituto le pidió a Takafumi Matsui (derecha), profesor emérito de planetología comparada en la Universidad de Tokio, que analizara la reliquia encontrada.

Mediante el aprovechamiento de las tecnologías más avanzadas del mundo en microfabricación y análisis de precisión, utilizados para examinar partículas finas procedentes del asteroide Itokawa, traído en 2010 por la sonda espacial Hayabusa, se llevó cabo un examen de las superficies de las partículas de hierro -con un diámetro de aproximadamente 0,1 milímetro- de que estaba compuesta la reliquia. Los resultados mostraron que la composición de tales partículas difería de la de los meteoritos de hierro.

Como el análisis mostró, además, una composición de círculos concéntricos que aparecen cuando se aplica calor artificialmente, se determinó que los humanos produjeron la pieza de mineral de hierro usando fuego.

El análisis también analizó la composición de una pequeña cantidad de plomo en la reliquia, y luego descubrió que la proporción de isótopos era diferente de la del mineral de hierro producido en la región.

Según los resultados del análisis, Matsui dijo: “La pieza es probablemente un producto semimanufacturado de mineral de hierro de la etapa intermedia de la Edad del Hierro. Alguien lo trajo de una región distante".


El equipo desenterró posteriormente varias piezas de hierro similares que se encontraban justo por encima de una capa de suelo chamuscado de un metro de espesor, a unos doce metros por debajo de la superficie del suelo. Huellas encontradas en la misma capa geológica que las piezas de hierro halladas mostraron que hubo personas que excavaron en el suelo quemado y construyeron cimientos de edificios mediante la instalación de materiales de madera y paredes de barro. Tal estilo de construcción difería del de la región, en la que se habían utilizado principalmente ladrillos secados al sol.
“Todo ello muestra que una antigua ciudad allí existente fue destruida a gran escala, y luego un grupo de personas llegó a un área en el sector norte que había sido arrasada por las llamas", expone Omura.

Añadió que en ese tiempo las tecnologías de fabricación del período inicial de la Edad del Hierro probablemente fueron llevadas al área mencionada.

Las huellas de los edificios en Kalehöyük se remontan a más de 4.000 años. Los materiales de madera, que sirvieron de base a los edificios, se quemaron y se fijaron al suelo rojo marrón. Se cree que los agujeros se usaban como almacenamiento. Instituto Japonés de Arqueología de Anatolia.


“Realizaremos más comparaciones de la reliquia hallada con el mineral de hierro de otras regiones, pues nos gustaría averiguar dónde se originó su fabricación y aclarar el papel clave que desempeñó Anatolia en la llegada de la Edad del Hierro", dijo.

Tatsundo Koizumi (izquierda), representante del Instituto de Educación Arqueológica de Mesopotamia, dijo: "Es un descubrimiento extremadamente importante que tiene un gran impacto, ya que propone un cambio en la interpretación de la historia mundial presentado por las autoridades europeas y estadounidenses".
Los desafíos, agregó, son determinar el lugar de origen de las piezas halladas y aclarar cómo se extendió y desarrolló la fabricación de hierro en Anatolia.

“Al mismo tiempo, para determinar quién invadió la región y quemó la ciudad, será necesario reunir más conocimientos sobre varias regiones de manera cuidadosa", concluye.

Fuentes: asahi.com | arkeofili.com | 25 de marzo de 2019

Una pieza de ajedrez de arenisca, hallada en Jordania, puede ser la más antigua del mundo (s. VII d.C.)

La pieza de ajedrez hallada. Imagen: © John Peter Oleson


El profesor y arqueólogo John Oleson (izquierda), de la Universidad de Victoria, ha informado que un pequeño objeto encontrado en Jordania, hecho de piedra arenisca, podría ser la pieza de ajedrez más antigua que se haya encontrado. En su presentación en las Escuelas Americanas de Investigación Oriental la semana pasada, habló sobre el objeto y lo que podría representar.

Los historiadores creen que el juego del ajedrez se originó en la India hace aproximadamente 1.500 años, aunque también se cree que su nombre, reglas y denominación de las piezas, han cambiado con el tiempo. Desde su invención, el juego se ha extendido por todo el mundo. En su resumen para la conferencia, Oleson señaló que las referencias al juego de ajedrez en el mundo islámico se remontan al siglo VII d.C., y aparentemente fue un pasatiempo muy popular.

En su presentación, Oleson describió el objeto conformado por dos puntas y manifestó que ha sido datado (usando el contexto) en hace aproximadamente 1.300 años. El mismo fue encontrado en 1991, tiene una forma rectangular y Oleson afirma que se parece mucho a otras piezas de ajedrez islámicas tempranas, específicamente a una torre.

Este juego de ajedrez iraní, creado en el siglo XII, presenta cuatro torres de piedra con dos cuernos puntiagudos cada una, que representan carros tirados por caballos. El diseño es casi idéntico a la "torre" descubierta en Humayma. (Crédito de la imagen: Museo Metropolitano de Arte).


Señaló que otros objetos identificados como torres, y hallados en Jordania y otros lugares del Próximo Oriente, ya sea en madera, piedra o marfil, son casi idénticos a esta pieza de arenisca. En los juegos de ajedrez modernos, la torre se mueve horizontal o verticalmente a través de cualquier número de casillas desocupadas. En épocas anteriores, la torre fue diseñada para parecerse a un carro de dos caballos, lo que puede explicar el aspecto doble de las primeras figuras islámicas.
La historia de las piezas de ajedrez en territorios islámicos ha sido muy estudiada. Según distintas fuentes, el juego aparece en textos islámicos antiguos y posteriormente se mostraron partidas de ajedrez entre musulmanes y cristianos, inicialmente en la etapa de Al Andalus. Hay que recordar que el ajedrez llego a Europa a través de la península ibérica de la mano del cantor persa Ziryab (789-857), procedente de Bagdad y quien recaló en Córdoba en la corte de Abderramán II (792-886).

Imagen: el ajedrez reunió a personas de diferentes creencias religiosas. En esta imagen del siglo XIII se representa a un judío y un musulmán jugando ajedrez en al-Andalus


La pieza de ajedrez fue encontrada en un sitio llamado Humayma, que Oleson señala se encuentra a lo largo de lo que fue la concurrida Via Nova Traiana, una ruta comercial entre Arabia y el Próximo y Medio Oriente. Parece probable que el juego de ajedrez se expandió a lo largo de esta ruta. Humayma fue un puesto comercial controlado por el califato abásida. Oleson señala que dicho califato se mantenía al día con lo que estaba sucediendo en Irak y Siria a través del enclave de Humayma.
En conjunto, la evidencia sugiere que el hallazgo sea posiblemente el diseño más antiguo de una pieza de ajedrez. No obstante, se requiere más trabajo para verificar que el objeto sea, de hecho, una pieza de ajedrez, antes de que pueda ser designado como tal con total seguridad.

Fuentes: phys.org | livescience.com | periodistas-es.com | 27 de noviembre de 2019

La misteriosa civilización que precedió a la egipcia

La historia del antiguo Egipto todavía alberga muchos enigmas sin resolver, pero si de algo se sabe menos aún es de la civilización anterior, la precursora de la que después sería una de las culturas más conocidas e importantes del mundo.

Un grupo internacional de científicos ha descubierto cementerios que datan de esta etapa de la que tan poco se sabe. Forman parte de una antigua población neolítica (alrededor del 9300 al 4000 a.C) que existió en el desierto de Libia.

El florecimiento de estas enigmáticas civilizaciones, sus estilos de vida y las innovaciones culturales fueron los que proporcionaron la base para que el antiguo Egipto y los siguientes avances pudieran desarrollarse. Una de las razones por las que se sabe tan poco sobre ellas es porque a menudo los lugares son inaccesibles o se encuentran bajo las llanuras que el Nilo inunda o en los desiertos periféricos.

Extensión del paleo-lago Gebel Ramlah y ubicación de los cementerios neolíticos (dibujo: J. Kabaciński).

¿Quiénes eran?

Los miembros de la Combined Prehistoric Expedition, con permiso del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto (SCA), han estado estudiando estos sitios de entierro del Neolítico Final (4.600-4.000 a.C.) a lo largo de las antiguas orillas de un lago estacional extinto cerca de un lugar llamado Gebel Ramlah y han proporcionado nuevos datos para resolver cómo y quiénes eran estos pobladores.

En el estudio, publicado en African Archaeological Review, se asegura que el clima desértico de aquella época era mucho más húmedo, lo que permitió a los antiguos agricultores poblar aquel área. Esta civilización se caracterizó por el cultivo de ganado y la creación de estructuras megalíticas, santuarios e incluso círculos que servían como calendarios, similares a Stonehenge.


Durante la parte final del período Neolítico, la gente comenzó a enterrar a sus muertos en cementerios. Los esqueletos proporcionan información reveladora sobre su salud, las relaciones, la dieta e incluso sus experiencias psicológicas.

Gebel Ramlah. Mapa del cementerio para recién nacidos (dibujo: K. Juszczyk y J. Kabaciński)

Cementerio de niños

De las seis zonas de enterramiento neolíticas finales investigadas hasta la fecha, solo una de ellas no tiene precedentes, no solo en el norte de África sino también a nivel mundial en una fecha tan temprana. Por poco menos de 200 años sirvió exclusivamente para la inhumación de bebés que murieron al nacer o poco después. Treinta y dos fosas funerarias contenían restos de esqueletos de 39 individuos, no solo bebés, sino también al menos dos mujeres adultas acompañadas de neonatos.

Según los resultados del análisis, estas personas eran bajas, había un alto grado de mortalidad infantil y tenían una corta esperanza de vida. Además, descubrieron herramientas cosméticas, armas de piedra, cerámica ornamentada, conchas, joyería y cáscaras de huevo de avestruz.

Gebel Ramlah. Cementerio para recién nacidos. Entierro 33 (foto: A. Czekaj-Zastawny)


Al reflexionar sobre las razones de las tremendas diferencias en los cementerios, los investigadores exponen una serie de teorías. Es posible que algunos sitios estén destinados a personas de un alto estatus social, mientras que otros fueron para la clase trabajadora.

Aseguran que pueden ser de las "primeras evidencias de estratificación de clases de Egipto". "Estas personas, con su arquitectura ceremonial y tecnológica, mostraron un alto nivel de sofisticación más allá de los pastores comunes de los distintos ganados", añaden.

Fuente: elconfidencial.com | 2 de noviembre de 2019

Exhiben en Egipto momias de cachorros de león muy poco comunes, así como de otros animales

Las vitrinas que tenían mayor expectación eran la de los cachorros de león y la de un escarabajo gigante.

Por primera vez, Egipto exhibe una gran colección de animales momificados que fueron encontrados en una necrópolis cerca de El Cairo. Los arqueólogos descubrieron el tesoro el año pasado cerca de la Pirámide Escalonada de Saqqara, al sur de la capital.

Encontraron cientos de artefactos, entre los que se encuentran máscaras, estatuas y gatos, cocodrilos, cobras y pájaros momificados. Las autoridades egipcias dieron a conocer los descubrimientos en una exposición cerca de la necrópolis de Saqqara el pasado fin se semana.
El Ministerio de Antigüedades informó que están realizando análisis a dos momias de animales para comprobar si se trata de cachorros de león. A diferencia de los gatos momificados, que los arqueólogos encuentran con frecuencia, el descubrimiento de leones intactos se considera raro.


Los arqueólogos creen que dos de los animales momificados pueden ser cachorros de león.

«El león desempeñó un papel importante en la iconografía del antiguo Egipto», cuenta Conni Lord, egiptóloga del Animal Mummy Research Project del Museo Nicholson de la Universidad de Sídney. «El león era un símbolo de autoridad real, [pero] el imaginario de los leones también se empleaba en objetos de la vida cotidiana, como sillas y camas. Quizá fueran puramente decorativos, pero es probable que tuviera un significado mágico relacionado con la protección».
Como las representaciones de leones eran tan habituales en el antiguo Egipto, los investigadores se han preguntado durante años por qué solo habían descubierto una sola momia de león hasta la fecha entre los millones de animales momificados que enterraron los antiguos egipcios. Ahora, un equipo de arqueólogos dirigido por el Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto ha revelado cinco momias de león más, probablemente cachorros, descubiertas en la necrópolis de Bubasteion —literalmente, una catacumba de momias de gatos— en Saqqara.

Las vendas dobladas parecen el collar de un gato, pero el animal que contienen estas envolturas elaboradas no era una mascota. Lo mataron partiéndole el cuello —una radiografía reveló la causa de la muerte— para poder momificarlo y ofrecerlo junto a la plegaria de un peregrino en un templo.
FOTOGRAFÍA DE RICHARD BARNES, NAT GEO IMAGE COLLECTION.

Se cree que los cachorros de león momificados, que miden casi un metro de largo, tenían ocho meses. Los encontraron todos juntos con un gran conjunto de estatuas de madera y bronce de gatos y otros animales momificados, como cobras y cocodrilos. El Consejo Supremo de Antigüedades declaró que es probable que los artefactos pertenecieran a la XXVI Dinastía (664-525 a.C.) de Egipto.
El león ocupaba una posición privilegiada en el antiguo Egipto, considerado el guerrero salvaje más feroz y un símbolo de peligro y protección. Se sabe que los faraones participaban en cacerías de leones para demostrar su propia supremacía, entre ellos Amenofis III, que dijo haber matado 102 leones en la primera década de su reinado.

Posible cachorro de león de unos ocho meses cuando fue momificado.

Los grandes felinos también se mantenían como mascotas en complejos reales y tanto Ramsés II como Tutankamón fueron ilustrados con un león sentado. El autor griego Eliano escribió que, cuando visitó Saqqara, vio leones en templos a los que alimentaban con bueyes y a los que cantaban mientras comían.

Con todo, el león nunca se vinculó a una sola deidad como el ibis a Tot o el chacal a Anubis. Según Lord, es probable que las momias halladas en Saqqara estuvieran relacionadas con la diosa gata Bastet y su hermana Sejmet, la diosa guerrera con cara de leona.

Cinco estatuas de madera y bronce de felinos forman parte del hallazgo.

En una conferencia de prensa el pasado sábado, un funcionario egipcio señaló una gran estatua de escarabajo como uno de los descubrimientos más importantes.
"Este escarabajo es el descubrimiento más encantador entre cientos", dijo Mostafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto. "Es el escarabajo más grande del mundo", afirmó.

La estatua de un escarabajo fue considerada como "el descubrimiento más encantador".

Saqqara es un antiguo cementerio que sirvió como la necrópolis de Memphis, la capital del antiguo Egipto durante más de 2000 años.

Ubicada a unos 30 kilómetros al sur de El Cairo, Saqqara fue un cementerio activo durante más de 3.000 años y ha sido designado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
En los últimos años, Egipto ha aumentado la promoción de sus hallazgos arqueológicos en un intento por revivir su industria turística, que ha sufrido recientemente.

Este cocodrilo momificado también se halló hace poco en Saqqara. FOTOGRAFÍA DE KHALED DESOUKI, AFP/GETTY

Este babuino contiene un secreto que ayuda a identificarlo como mascota: una radiografía reveló que le faltaba un canino y es probable que se lo extrajeran para impedir que mordiera a la realeza.
FOTOGRAFÍA DE RICHARD BARNES, NAT GEO IMAGE COLLECTION

Fuentes: bbc.com| dw.com| National Geographic| 24 de noviembre de 2019

El misterio de los millones de ibis momificados en Egipto

La insólita cubierta de una momia votiva de ibis —una cáscara de lino y yeso— reproduce el pico largo y la cabeza del animal con cuentas de cristal por ojos. En Egipto se dedicaron millones de momias de ibis votivas durante el primer milenio a.C. FOTOGRAFÍA DE RICHARD BARNES, NAT GEO IMAGE COLLECTION

En Egipto, los arqueólogos han desenterrado a lo largo de los años millones de momias de ibis que fueron enterradas en catacumbas especiales destinadas a acoger los cuerpos momificados de estas bellas aves. La mayoría se han encontrado, por ejemplo, en Tuna el-Yebel, en el Egipto Medio, donde se han hallado cuatro millones de estas momias, o en la necrópolis de Dra Abu el-Naga, en el Alto Egipto, donde también se han descubierto miles de ibis momificados. Pero ¿de dónde salió una cantidad tan ingente de ibis? Eso es lo que se ha preguntado un equipo de investigadores liderado por la paleogenetista Sally Wasef, del Centro Australiano de Investigación para la Evolución Humana de la Universidad de Griffith, en Australia. Y creen haber dado con la respuesta. Los resultados de este estudio acaban de publicarse en la revista PlosOne.

¿Eran cazados a gran escala?

Entre los años 650 y 250 a.C., los antiguos egipcios sacrificaron millones de ibis –de la especie Threskiornis aethiopicus, el ibis africano– que fueron posteriormente momificados para ser ofrecidos a Thot, una divinidad representada a menudo con cuerpo humano y cabeza de ibis que era el poderoso patrono de los escribas y dios de la escritura. Estas momias se ofrecían a Thot para pedirle salud, una larga vida o, simplemente, para que velara por el oferente.

Algunos textos antiguos parecen indicar que los egipcios criaban ibis a escala industrial, en instalaciones destinadas al efecto –de un modo similar a las modernas granjas de pollos– para satisfacer la enorme demanda de momias de estas aves por parte de los templos, que los vendían a los peregrinos, lo cual constituía un lucrativo negocio. Así lo indica, por ejemplo, un documento del siglo II a.C. en el que un sacerdote y escriba de la población de Sebenitos, en el delta del Nilo, llamado Hor, cuenta que alimentaba regularmente a miles de ibis "con trébol y pan".
Pero hasta la fecha, los investigadores no han tenido constancia del modo en que los antiguos egipcios lograron reunir una cantidad tan enorme de estas aves. Así, para intentar resolver el enigma, el equipo de Sally Wasef ha analizado los genomas de 14 momias de ibis sagrados de dos mil quinientos años de antigüedad procedentes de seis catacumbas egipcias (entre ellas Saqqara y Tuna el-Yebel) y los de 26 especímenes modernos de toda África para compararlos.


Miles de momias de ibis han sido localizadas en la necrópolis de Saqqara, pero sobre todo en Tuna el-Yebel. Esta pertenece a la Baja Época (715-332 a.C.). Foto: Museo Egipcio de Barcelona

Diversidad genética

Para su sorpresa, vieron que la diversidad genética de las aves antiguas era casi la misma que la de las modernas. Si las aves hubieran sido criadas en granjas especiales, la diversidad genética debería haber sido muy baja debido a la endogamia. Wasef cree que esto demostraría "con toda probabilidad que los sacerdotes domesticaban poblaciones silvestres mediante técnicas como tentarlos con comida dentro de sus hábitats naturales, como los lagos o humedales cercanos a los templos. Este estudio arroja luz sobre un ritual practicado durante mucho tiempo por los antiguos egipcios y cómo los sacerdotes obtuvieron millones de ibis sagrados para sacrificarlos anualmente". En consecuencia, según este estudio, la cría a gran escala de ibis quedaría, de este modo, descartada.

"Una gran fábrica de momias"

Pero no todos los investigadores están de acuerdo con estas conclusiones. El arqueólogo Francisco Bosch-Puche, de la Universidad de Oxford, que no ha participado en el estudio, cree que las aves sí eran criadas en cautividad, tal como recogen algunos textos antiguos. Una de las pruebas que esgrime son las señales de fracturas curadas y enfermedades infecciosas observadas en algunas de las momias de ibis, que son muy similares a las que se documentan en las modernas poblaciones de animales en cautividad que presentan poca diversidad genética. Según el investigador, estas aves enfermas no habrían podido cazar o huir de los depredadores en estado silvestre, por lo que muy probablemente recibieron cuidados.

El ibis, animal asociado a Toth, personificó el poder mental del dios solar Re, la sabiduría, las ciencias y las letras. El de la imagen es del período ptolemaico.


Bosch-Puche va más allá y afirma que entre los siglos VII y III a.C. todo Egipto era una gran "fábrica de momias". Según él, "incluso había crías de animales que no tuvieron tiempo de alcanzar la edad adulta [y que fueron momificadas] porque se necesitaban grandes cantidades de momias". Bosch-Puche sí considera, sin embargo, que la comida de las granjas de ibis habría atraído a miles de aves silvestres que habrían sido cazadas para completar la demanda de momias. Aunque para el arqueólogos no sería la caza la técnica principal para conseguir estas aves."Hablamos de millones de animales en lugares diferentes en todo Egipto, así que no me convence que dependieran sólo de la caza de ejemplares silvestres", zanja el arqueólogo.

De lo que no cabe duda es de que los resultados de este estudio genético contradicen las ideas tradicionales sobre cómo los egipcios sacrificaron y momificaron a millones de ibis. Pero las investigaciones sobre el ADN de estas aves también podrían responder a la pregunta de porqué se extinguió el ibis sagrado en Egipto a mediados del siglo XIX. Hasta ahora se ha argumentado que la pérdida de sus hábitats tradicionales podía haber sido la causa principal, pero no parece ser ésta la única respuesta, ya que estas aves son muy adaptables. Tal como afirma Salima Ikram, egiptóloga y especialista en momias animales de la Universidad Americana de El Cairo, "forma parte de un enigma superior que tiene que ver con las interacciones entre humanos y animales y su impacto en el medio ambiente".

Fuente: National Geographic | 19 de noviembre de 2019

Llega a Madrid la exposición "Tutankhamón: la tumba y sus tesoros"

Ninguna civilización se ha tomado tantas molestias como la egipcia por preparar a sus difuntos para el más allá. No sabemos si existe esta eternidad espiritual pero la huella del Antiguo Egipcio ha llegado hasta nuestros días con una estrella indiscutible: Tutankamón.


Más de tres mil años después de su muerte y casi cien desde que se descubrió su tumba, la figura de este faraón sigue atrayendo la atención de expertos y aficionados. Su célebre máscara de oro se ha convertido en emblema de Egipto y principal reclamo para los turistas. No en vano ocupa una sala predominante en el Museo Egipcio de El Cairo. En ella, las fotografías están prohibidas y los visitantes se agolpan para apreciar la joya de la corona de un patrimonio histórico y cultural inabarcable.


Los amantes de la egiptología en nuestro país tienen ahora la oportunidad de ver de cerca este y otros objetos relacionados con Tutankamón de una manera mucho más cómoda. A partir de este 23 de noviembre se puede visitar «Tutankamón: La Tumba y sus Tesoros», una muestra compuesta por más de 1.000 réplicas de los cerca de 6.000 objetos que acompañaban al faraón en su viaje a la vida eterna. El lugar elegido para esta exhibición organizada por la empresa de eventos Semmel y la productora Sold Out es el Espacio 5.1 de Ifema, en Madrid.

El montaje de la exposición recrea la disposición de estos objetos en la cámara funeraria cuando fue descubierta por el arqueólogo británico Howard Carter en 1922. «Los visitantes van a experimentar lo que vio el equipo de arqueólogos, una tumba que nadie había visto hasta entonces, donde se sucedía una sorpresa tras otras», explica Rafael Giménez, socio director de Sold Out.

El arqueólogo Howard Carter examina la momia de Tutankamón - EFE

Las fotografías de Harry Burton, que formaba parte de aquel equipo, sirvieron para dar testimonio del descubrimiento y de todo lo que allí había. Gracias a ellas se ha podido reconstruir la puesta en escena de la tumba. La egiptóloga y conservadora del Museo Arqueológico Nacional, Esther Pons, halaga la calidad y el rigor de estas réplicas: «Se aprecia sobre todo en los rostros, que son lo más difícil de replicar». Al cargo de los preparativos de la muestra ha estado un equipo multidisciplinar de científicos que ha trabajado durante cinco años. «Tiene mucho de show», valora Giménez, «está todo muy cuidado para que sea una experiencia casi de película, más que puramente informativa o divulgativa».

La exposición viene con el marchamo de haber triunfado en ciudades como Múnich, París y Seúl. De hecho, esta muestra repite en nuestro país, donde ya estuvo hace una década. Pero, ¿qué convierte a Tutankamón en un personaje tan atractivo para el público? ¿Qué tiene de especial este faraón? El último miembro de la XVIII Dinastía ha sido más importante tras su muerte de lo que lo fue en vida. «Tutankamón como faraón no llegó a hacer mucho, ya que reinó pocos años, desde los 9 hasta los 18, y murió muy joven», explica Esther Pons. La egiptóloga destaca un hecho de relevancia política y religiosa que ocurrió durante su reinado, la recuperación del poder religioso por parte de los sacerdotes de Amón después de que la revolución de Akenatón impusiera el culto al dios solar Atón.


Quizás no fuera el faraón más importante ni su tumba la más imponente, ahí está la de Seti I, pero sí la que se descubrió en mejor estado, prácticamente intacta y con el ajuar funerario más completo. Su hallazgo, convertido ya en leyenda, revitalizó las exploraciones en Egipto. «A partir de entonces, aunque ya se habían descubierto más tumbas, el Valle de los Reyes quedó abierto para descubrir qué más nos podía contar», apunta Pons. Cinco años había estado buscando en aquel lugar el arqueólogo británico Howard Carter, con la colaboración del aristócrata y mecenas Lord Carnarvon y de todo su equipo. Cinco infructuosos años de meticuloso trabajo que, como en los buenos guiones de cine, encontraron la recompensa cuando estaban a punto de abandonar su empresa. Por fin, dieron con los escalones que conducían hasta la cámara funeraria.


En su interior había casi seis mil objetos tales como camas funerarias, cofres con joyas, la máscara mortuoria, un ataúd de oro de más de cien kilos de peso… Algunos elementos desvelan aspectos poco conocidos del faraón. «Se encontraron unos 160 bastones porque tenía problemas de movilidad», detalla Pons, «también un carro que no era un carro de guerra, porque parece que nunca llegó a participar en ninguna guerra» Y, por supuesto, la momia de Tutankamón, a cuya fama contribuyó un hecho inesperado. Algunos de los descubridores de su tumba comenzaron a morir en extrañas circunstancias, lo que avivó el relato de que existía una maldición contra los «profanadores». El microbiólogo Raúl Rivas sugiere una explicación científica en su libro «La maldición de Tutankamón y otras historias de la microbiología» (editorial Guadalmazán). Según sus conclusiones, es factible que tanto la cámara real como la momia de Tutankamón portaran esporas del hongo Aspergillus, lo que pudo infectar a los primeros visitantes que las inhalaron.

Expertos trabajan en la restauración del sarcófago del faraón Tutankamón - FACEBOOK / Ministry of Antiquities

«Cuando encontramos algo a todo el mundo le da satisfacción. Como arqueólogos nos impresiona y nos sentimos muy felices», reconoce Pons, que no cree en maldiciones y admite sentirse «como una niña con zapatos nuevos» cada vez que viaja a Egipto, a pesar de que lleva tres décadas excavando. Es de suponer que Howard Carter sentía una sensación similar. Dos años después del hallazgo que dio la vuelta al mundo, Carter se desplazó por primera vez a Madrid, invitado por el entonces Duque de Alba. Ahora, su legado vuelve a España a través de las réplicas de aquellas «cosas maravillosas» que vio al asomarse al interior de la tumba de Tutankamón.

Fuente: abc.es | 21 de noviembre de 2019