Desentierran en Ecuador dos bebés con 'cascos' hechos de cráneos de otros niños

La cabeza humana fue un símbolo importante para muchas de las antiguas culturas sudamericanas. A menudo, se incluían cráneos aislados en los entierros, representando enemigos, personas importantes o “semillas” simbólicas. Pero en Salango, un sitio ritual ubicado en la costa central de Ecuador, se rizó el rizo.

Hace poco más de 2.000 años, alrededor del 100 antes de Cristo, los miembros de la cultura Guangala sepultaron un bebé de entre seis y nueve meses con su cabeza encerrada por un ‘casco’ formado por los huesos del cráneo de otro niño de entre dos y 12 años. Y ese no fue el único caso. Cerca de allí, había otro pequeño de unos 18 meses que llevaba otro ‘casco’ de un niño entre 4 y 12 años.

En ambos casos, los gorros de hueso -”únicos en el mundo”, según detallan los arqueólogos- probablemente se colocaron antes del entierro y podrían haber estado destinados a proteger las almas de los niños que los usaban, según detallan los investigadores de la Universidad de South Carolina en Charlotte en un un artículo publicado en la revista Latin America Antiquity.

En el caso de los dos bebés, los 'gorros' de hueso se colocaron probablemente antes del entierro (Latin American Antiquity)

Las excavaciones realizadas en Salango durante el periodo 2014–2016 revelaron dos montículos funerarios en el perímetro norte del santuario. Allí se encontraron 11 entierros distintos, entre los que destacaban los de los dos bebés. Todos los cráneos hallados presentaban lesiones asociadas con la malnutrición y las enfermedades infecciosas.

La cultura Guangala incluía una serie de “señoríos” que ocuparon el territorio del norte de Manabí, a lo largo de la costa hasta el puerto de Chanduy en la península de Santa Elena. Forma parte del periodo conocido como Desarrollo Regional, que tuvo lugar entre los años 500 a.C. y 500 d.C.
"En el caso del pequeño de 18 meses el cráneo modificado de un segundo juvenil se colocó en forma de casco alrededor de la cabeza del primero, de modo que la cara del individuo primario miraba a través y fuera de la bóveda craneal del segundo”, escriben los autores de esta investigación.

Parte de los restos del cuerpo de los bebés enterrados en Salango (Latin American Antiquity)

Al estudiar los entierros infantiles, los arqueólogos descubrieron que había muy poco espacio entre los esqueletos primarios y sus ‘cascos’ de hueso, “lo que sugiere el entierro simultáneo del individuo primario y el cráneo adicional”. La sepultura la completaban figurillas de piedra “que podrían haber potenciado aún más las medidas de protección para estos individuos fallecidos prematuramente”.

Cráneos aislados acompañando entierros se han encontrado a menudo en contextos mortuorios sudamericanos, aunque generalmente pertenecían a adultos que habían sido víctimas de la guerra o eran antepasados ​​del muerto al que ‘escoltaban’ hasta el otro mundo. En el caso de los niños, quienes los enterraron se tomaron “más tiempo y cuidado para sepultarlos de forma especial”.
Los especialistas esperan que los futuros análisis de ADN aporten nueva información para comprender quiénes eran los niños y si estaban relacionados con las personas cuyas cabezas se convirtieron en sus ‘cascos’ de cráneo.

Fuente:lavanguardia.com | 19 de noviembre de 2019

El Museo Arqueológico de Asturias inaugura la exposición "Migravit. La muerte del príncipe en la Edad Media"

El Museo Arqueológico de Asturias inaugura este viernes la exposición "Migravit. La muerte del príncipe en la Edad Media", una muestra cuyo objetivo es dar a conocer, desde perspectivas múltiples y complementarias, el proceso de la muerte y sus implicaciones para las élites dirigentes de la sociedad medieval, englobadas bajo el apelativo de príncipe. También visibilizará una de las piezas más interesantes de la epigrafía funeraria medieval asturiana, la lauda de Greodo, datada en el año 1099.
Lauda de Greodo

La exposición se plantea como medio de divulgación de los resultados del proyecto Migravit. La muerte del príncipe en Francia y en los reinos hispánicos (siglos XI-XV). Modelos de comparación, y está organizada por el propio equipo de investigación del proyecto, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y la Casa de Velázquez, en colaboración con el Museo Arqueológico y con el apoyo de la Universidad de Oviedo.

El discurso expositivo de Migravit, que está comisariada por Maite López de Guereño e Isabel Ruiz de la Peña, se plantea como un itinerario de la muerte en la Edad Media que se desarrolla en diversas secciones: la última voluntad, el acto de la muerte, el cuerpo, la ritualización de la muerte, el reposo, el desentierro y la memoria del príncipe.
El Museo Arqueológico, que aporta al recorrido de la muestra varios elementos funerarios pertenecientes a su exposición permanente, dará a conocer una de las piezas más interesantes de la epigrafía funeraria medieval asturiana, la lauda de Greodo, procedente de la iglesia de San Salvador de Cibuyo (Cangas del Nancea). La pieza forma parte de las reservas del museo.

En torno a la muestra, que permanecerá abierta hasta el 12 de enero de 2020, se han programado una visita guiada por las comisarias y un ciclo de tres conferencias.
application/pdf icon folleto MIGRAVIT Oviedo-v3.pdf

Fuente: lavanguardia.com | 21 de noviembre de 2019

Hallan en Saint-Memmie (Francia) un hipogeo neolítico con restos de hasta 50 individuos en un estado de conservación excepcional

Inicio de la búsqueda en Saint-Memmie: aparición de los primeros huesos del hipogeo.

Un equipo de arqueólogos del Inrap (Institut national de recherches archéologiques préventives) está llevando a cabo una excavación en Saint-Memmie (Marne), a las afueras de Chalons-en-Champagne, Francia, en un terreno en el que se va a construir un supermercado LIDL. Repartida en un área de 5.000 m², esta excavación ha proporcionado un descubrimiento excepcional: un hipogeo que data del periodo Neolítico, alrededor de 3.500 a 3.000 años a.C.

Los hipogeos, monumentos funerarios, están particularmente representados en el departamento del Marne: 160 han sido identificados a lo largo de los siglos, pero la mayoría han sido abiertos y vaciados sin haberse realizado estudios arqueológicos. Hoy, solo cinco de estos monumentos han sido debidamente documentados. La excavación actual en Saint-Memmie, que se beneficia de los últimos métodos y tecnologías de la arqueología preventiva, permitirán renovar profundamente el conocimiento sobre esta práctica funeraria y la arquitectura de este tipo de sepultura.

Vista de la arquitectura del monumento funerario en Saint-Memmie antes del descubrimiento de los huesos. Desde la entrada, a la izquierda, un corredor de 3,8 metros conduce a una antecámara con un ancho de 1,4 metros por 1 metro de longitud, la cual da acceso, a través de una especie de puerta de ojo de buey a la cámara funeraria de 6 m2 donde están enterrados los cuerpos.

UNA CÁMARA FUNERARIA DE MÁS DE 5000 AÑOS

Los hipogeos son tumbas excavadas en el suelo (o en la ladera de una colina) que consisten en un corredor que conduce generalmente a una cámara única. A menudo, excavado directamente en la tierra, el hipogeo toma la forma de una cueva o una gruta, y está muy particularmente representado en la zona de Champagne, entre Epernay y las marismas de Saint-Gond.

La excavación en Saint-Memmie consiste en una entrada que se abre a un corredor inclinado de 3,80 metros de largo. El mismo conduce a una antecámara que permite el acceso a la cámara funeraria a través de una abertura estrecha por la que solo puede pasar un hombre agachado. Esta cámara, de 6 m², es característica de los hipogeos del Marne, pero la entrada del monumento intriga a los arqueólogos: ¿era parte del monumento elevado, accesible desde el nivel del suelo de la época, o la tumba estaba en su totalidad bajo tierra?

Análisis en curso durante la búsqueda de huesos en la cámara funeraria. La vista le permite ver la arquitectura del monumento con la antecámara y el corredor de acceso. © Estelle Bénistant, Inrap

MÁS DE CINCUENTA FALLECIDOS EN MUY BUEN ESTADO DE CONSERVACIÓN

La excavación de la cámara funeraria reveló varios niveles de huesos entrelazados, particularmente junto a las paredes y en la parte del fondo del monumento. Más de cincuenta cráneos han sido ya contabilizados y huesos de una treintena de individuos han sido identificados y están en curso de estudio por los antropólogos. En la zona más densa, los arqueólogos encontraron muchos huesos quemados. En la excavación de primer nivel, los antropólogos han constatado que la cámara incluía hombres y mujeres, así como bebés, niños y adolescentes.

Vista de la cámara funeraria y excavación de la primera capa de difuntos © Inrap

El método de excavación utilizado permitirá comprender los movimientos de los cuerpos, desde su depósito hasta su estado actual. Gracias a esta excavación, los se podrá obtener información relacionada con la descomposición de los cuerpos y su reorganización durante los depósitos progresivos realizados en la cámara funeraria. Los análisis de laboratorio determinarán el número de individuos enterrados y la composición de esta población, así como una estimación de su edad, determinación del sexo, ADN, y estado de salud de los mismos.

Vista de cuentas de piedra caliza de un collar usado por un difunto. © Simon Loiseau, Inrap

Además, también se encontraron adornos de los fallecidos: cuentas de collar, colgantes hechos de caninos de animales perforados, herramientas de sílex, etc. Estos objetos, también en muy buen estado de conservación, enriquecerán la información sobre la población de este período y su organización, principalmente formada por clanes.

Canino de un animal perforado correspondiente a un elemento de collar. © Simon Loiseau, Inrap

Fuente: inrap.fr | 19 de noviembre de 2019

Descubren un campamento militar romano del siglo I en el recinto universitario madrileño de Somosaguas

Excavación del yacimiento del III milenio a. de C., en el campus de Somosaguas. GEA ARQUEÓLOGOS

Donde ahora se levanta el campus universitario de Somosaguas (Pozuelo de Alarcón, Madrid), hace 2.000 años pudo haberse erigido un campamento militar romano (castrum), en el hoy denominado yacimiento de Las Cabeceras. Se trataría de una fortificación estable rodeada de un foso de más de 2,25 metros de profundidad en forma de uve. Los expertos la hallaron en marzo pasado durante la ejecución de las obras de un nuevo colector para los edi... El informe sobre el hallazgo, realizado por la consultora Gea Arqueólogos, señala que el campamento habría sido construido entre los arroyos de Cabeceras y de Antequinas, manteniéndose activo hasta entre la segunda mitad del siglo I y el II después de Cristo.

El foso tenía una anchura máxima de 3,43 metros y correspondía a un tipo de estructura defensiva (fossa fastigata), del que hay otros ejemplos en diferentes puntos de la Península. Estaría rodeado por una empalizada de madera, un camino de ronda y quizá una muralla. Además del foso, se han recuperado 20,5 kilos de materiales cerámicos, incluyendo 86 fragmentos elaborados por ceramistas indígenas de la Meseta.

“Se puede indicar que la presencia de ajuar cerámico definiría el posible recinto militar permanente, ya que en los campamentos de campaña [temporales] el material es muy escaso y en su mayoría transportable, sin apenas restos de cerámica”, explica Víctor Cantalapiedra (izquierda), codirector de las excavaciones.

Las instalaciones militares de campaña se construían solo para una acción militar concreta o para el descanso de las tropas tras una jornada de marcha, por lo que no incluían las edificaciones permanentes. Acabada la misión, se abandonaban.

Este tipo de fortificaciones seguía el modelo de una planta rectangular con dos grandes vías que se cruzaban: el cardo maximus (de norte a sur) y el decumanus maximus (de este a oeste). Al final de cada una de ellas, las puertas de acceso. En el centro de la instalación se situaba el foro y el mando. Tradicionalmente se había dado por supuesto que si el campamento era estable, se construía con piedra y si el recinto era temporal (podían ser levantados incluso para un solo día) se usaba madera; no obstante esta asociación no siempre se cumple. Los legionarios tardaban entre 2 y 5 horas en construir los campamentos.

Foso defensivo, de 2,25 metros de profundidad, del campamento romano de Somosaguas. GEA ARQUEÓLOGOS

Entre los elementos metálicos hallados en la instalación militar de Somosaguas, destacan dos fíbulas de bronce, de unos 15 gramos de peso, clavos para sujetar tiendas de campaña, un aro, una varilla plana, una posible hoja de cuchillo de forma curva, una aguja y un pondus o pesa de telar de origen íbero.

La instalación se construyó no muy lejos de un asentamiento del III milenio antes de Cristo, ocupado durante el Calcolítico y principios de la Edad del Bronce, del que se han encontrado cabañas, silos y otros restos, incluidas cerámicas y herramientas talladas en sílex. El análisis faunístico, realizado por el CSIC, ha demostrado la presencia entre el III y el II milenio de animales de granja como ovejas, cabras, vacas y cerdos, pero también de caza mayor, como ciervos, équidos y uros.

Elementos metálicos hallados en el campamento de Somosaguas. En el centro, el cuchillo. GEA ARQUEÓLOGOS

Los especialistas, que apenas han hallado ejemplares jóvenes de cerdos, creen que “la presencia de hembras seniles y adultas junto a la práctica ausencia de crías permite plantear la hipótesis de que el ganado estuviera dedicado a la producción de lechones que pudieran ser intercambiados con otras comunidades. Esta proposición implica la existencia de redes comerciales entre diferentes asentamientos” de la zona.

También al norte del posible foso del campamento, se encontraron estructuras de época altomedieval, entre ellas un enterramiento infantil con posible ofrenda y ajuar rituales.

La construcción del Campus de Somosaguas de la Universidad Compljtense de Madrid en 1968, alteró y destruyó parcialmente el yacimiento, sobre todo al norte de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología. La topografía original del sitio donde están hoy las facultades, y donde descansaba parte del yacimiento, fue desmontada para nivelar el terreno, así como para las obras de construcción de una conducción de gas y de la carretera M-508.

El hallazgo de otros materiales descontextualizados en esta zona invita a pensar a los arqueólogos en la existencia de un hábitat tardorromano con necrópolis, probablemente desaparecido por la urbanización de esta parte del municipio pozueleño.

Fuente: elpais.com | 20 de noviembre de 2019

Fijan en los Alpes la procedencia de un "excepcional" hacha prehistórica entregada en 2010 en Valencina

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Sevilla, del Museo de Valencina de la Concepción y del Instituto de Ciencias de Materiales, fija en la cordillera de los Alpes la procedencia de un "excepcional" hacha prehistórica de piedra verde pulimentada. Esta herramienta fue donada en 2010 al mencionado museo, tras su localización probablemente en el entorno natural de Sierra Morena.

Este trabajo de investigación se titula "El hacha pulimentada de jade de la colección Tubino" y, en concreto, está firmado por los miembros del departamento de Prehistoria de la Universidad Hispalense, Leonardo García Sanjuán y Carlos P. Odriozola; el arqueólogo municipal de Valencina de la Concepción y responsable del museo local, Juan Manuel Vargas; y el especialista del Instituto de Ciencias de Materiales, José María Martínez-Blanes.

El estudio gira alrededor de un hacha de piedra verde pulimentada, la cual fue donada en 2010 por los herederos del "pionero de la arqueología española" Francisco María Tubino y Oliva (1833-1888) al Museo de Valencina.

El hacha se donó en 2010 al Museo de Valencina

Los términos municipales de Valencina y Castilleja de Guzmán albergan vestigios de un asentamiento humano que durante la Edad del Cobre habría abarcado una extensión de unas 450 hectáreas. Estos investigadores advierten de que no hay "certeza documental" de la procedencia concreta de este "hacha de piedra verde pulimentada", dado que Tubino y Oliva no la menciona entre los materiales que recogió del dolmen de La Pastora, uno de los principales monumentos megalíticos del extenso yacimiento prehistórico de Valencina y Castilleja de Guzmán.

No obstante, los autores del estudio exponen que las "referencias" escritas del mencionado arqueólogo del siglo XIX reflejan que él mismo habría "recogido varias hachas procedentes de Sierra Morena y Jerez de la Frontera", entregando las piezas al Museo Nacional de Arqueología salvo en el caso de un "hacha de jade" o piedra verde pulimentada que habría conservado para él mismo.

Dado que entre las piezas entregadas por Tubino al Museo Nacional de Arqueología figuraría "un fragmento de hacha de jade recogido en las inmediaciones de El Pedroso", estos investigadores señalan que aunque "no existe constancia documental de la procedencia de esta excepcional pieza", en referencia a la donación de 2010, "los indicios del relato de Tubino apuntan a la posibilidad de que sea pareja del fragmento de hacha de El Pedroso y por tanto proceda de algún yacimiento arqueológico de esa zona".
Fotomontaje del área analizada por XRD de la muestra; b. análisis no destructivo mediante DCμRS

"Es posible afirmar que la pieza debe proceder de Los Alpes"

A tal efecto, los investigadores argumentan que tal extremo abre la posibilidad de que el hacha de piedra verde entregada en 2010 en el Museo de Valencina sea la pieza que Tubino "decidió no donar" al Museo Nacional.

El hacha de piedra verde o de jade depositada en 2010 en el Museo de Valencina fue sometida a una difracción de rayos X y a una espectometría de dispersión Raman. Esto se hizo para determinar el origen de tal pieza.

La aplicación de estas técnicas científicas, según los investigadores, arroja un resultado según el cual el hacha de piedra verde de la colección Tubino "ha sido definida mineralógicamente como jade-jadeita, con lo que es posible afirmar que la pieza debe proceder de Los Alpes, dado que las únicas fuentes de esta roca se encuentran en esta región" de la Europa Central.

Finalmente, estos investigadores explican que mientras en España "el registro de hachas alpinas documentado hasta la fecha es extremadamente bajo", lo cierto es que esta "excepcional" hacha de piedra verde pulimentada sería "la más meridional de ellas con mucha diferencia, además de una de las más alejadas de las fuentes alpinas a escala europea, en concreto unos 1.900 kilómetros".

Fuente: diariodesevilla.es| 21 de noviembre de 2019

Encuentran una tumba de barco vikingo dentro de otra tumba de barco vikingo, con 100 años de diferencia

Reproducción de la tumba del hombre y las armas con las que fue enterrado (Norwegian University of Science and Technology)

En la segunda mitad del siglo IX, una mujer de alto rango falleció en una granja situada en Vinjeøra, en lo que actualmente es el centro de Noruega. Su mortaja tenía, en la parte delantera, dos grandes broches de bronce dorado en forma de concha junto con otro que parecía un crucifijo. La colocaron dentro de un bote de unos ocho metros de largo y la enterraron junto a un collar de perlas, dos tijeras, un huso en espiral y una cabeza de vaca.

El suelo en el área que fue excavada no era bueno para preservar restos humanos. En consecuencia, los arqueólogos se llenaron de alegría cuando encontraron partes del cráneo de la mujer en la tumba del bote superior. Ph oto: Astrid Lorentzen, Museo de la Universidad NTNU

Visto así, no deja de ser la típica sepultura vikinga. La cuestión es, sin embargo, que la tumba tenía algo debajo que está intrigando a los arqueólogos de la Norwegian University of Science and Technology (NTNU). En lugar de cavar una nueva fosa, lo que hicieron fue aprovechar cuidadosamente el espacio de otro entierro que tuvo lugar 100 años antes.

El barco del siglo VIII es más grande, probablemente de unos diez metros de largo, y contiene el cuerpo de un guerrero junto con una serie de armas. El bote con la mujer se colocó cuidadosamente dentro de la barca del hombre, y luego ambos fueron enterrados.

Los arqueólogos noruegos desenterraron ambas tumbas en octubre, durante la excavación de un cementerio de una de las granjas de la Era Vikinga, en unos trabajos vinculados a una serie de mejoras que se están realizando en la autopista E39. Casi toda la madera de los botes se había podrido y apenas quedaba un poco en la quilla del más pequeño.

Aún así, los remaches del bote seguían todavía en sus posiciones originales, lo que permitió a los investigadores determinar que habían encontrado dos barcos en uno. ”Había oído hablar de varias tumbas de botes enterradas en un túmulo, pero nunca de una barca enterrada en otra”, indica en un comunicado Raymond Sauvage (izquierda), arqueólogo del NTNU.

La realidad, sin embargo, es que ya se habían encontrado algunas sepulturas dobles en la década de 1950 en Tjølling, en el sur del condado noruego de Vestfold. Aún así, hay tan pocas referencias de este tipo que el fenómeno sigue siendo desconocido.

Aunque las propiedades del suelo no son las adecuadas para preservar los restos óseos, se hallaron partes del cráneo de la mujer. Los especialistas ya tienen previsto someterlos a un análisis de ADN para obtener más información sobre ella e incluso hacerse una idea de cuál podía ser su aspecto físico.

Por ahora, los arqueólogos se han centrado en el broche en forma de crucifijo, que da detalles de la comunidad de la que formaba parte. ”La decoración y el diseño nos dicen que (la pieza) llegó de Irlanda y que alguna vez formó parte del ajuste de un arnés”, explica Aina Heen Pettersen (derecha), experta en artefactos irlandeses y británicos que llegaron a Noruega durante la Era Vikinga.

“Era común entre los vikingos dividir los accesorios decorativos del arnés y reutilizarlos como joyas. Se conservaron varios cierres en la parte posterior de este broche y se usaron para sujetar correas de cuero al arnés. Los nuevos propietarios nórdicos colocaron un alfiler en una de las fijaciones para poder usarlo como broche“, apunta.

Los broches de este tipo probablemente eran bastante exclusivos, lo que sugiere que los accesorios del arnés se distribuyeron entre las personas que participaron en los viajes o ayudaron a organizarlos. “Fueran incursiones o expediciones comerciales o de otro tipo, esos viajes eran centrales en la sociedad nórdica y era importante participar en esta actividad”, añade Pettersen.

Este broche en forma de crucifijo fue encontrado en la tumba de la mujer. Foto: Raymond Sauvage, NTNU Vitenskapsmuseet

Llevar objetos procedentes de estas incursiones, como podían ser las joyas, marcaba una clara diferencia dentro de la sociedad vikinga, dando un estatus superior a los que habían participado en los viajes, señalan los investigadores.
Por su parte, el hombre enterrado en el bote más grande fue sepultado junto a una lanza, un escudo y una espada de un solo filo. Estas armas permitieron a los arqueólogos fechar con confianza la tumba en el siglo VIII gracias a que los estilos que se usaban para las espadas cambian con el paso del tiempo. Esta, por ejemplo, forma parte de la era merovingia temprana, una época de la que hay pocos hallazgos arqueológicos.

Los investigadores creen que los dos entierros estaban relacionados de alguna manera y que los vikingos de Vinjeøra tenían una idea clara sobre quién eran tanto el hombre como la mujer. “La familia era muy importante en esa sociedad, tanto para marcar el estatus y el poder como para consolidar los derechos de propiedad”, señalan.


La primera legislación sobre derechos de asignación en la Edad Media decía que había que demostrar que la familia había sido propietaria de la tierra durante al menos cinco generaciones. Si había alguna duda sobre el derecho de propiedad, se tenía que poder rastrear hasta los haug og hedni, es decir, los túmulos funerarios.

”En este contexto, es razonable pensar que los dos fueron enterrados juntos para marcar la propiedad de la granja de la familia en una sociedad que en su mayor parte no anotaba las cosas”, considera Sauvage. Ambas tumbas, además, estaban situadas en el borde del montículo más grande del cementerio, justo al borde de un acantilado y con vistas al fiordo.

Fuentes: lavanguardia.com | es.gizmodo.com | norwegianscitechnews.com | 21 de noviembre de 2019