Hallan restos romanos de casi 2.000 años de antigüedad en Cortijo de Acebedo, Mijas (Málaga)

Hallan restos romanos de casi 2.000 años de antigüedad en Málaga (Josele González, alcalde de Mijas)

Restos arqueológicos de procedencia romana de casi 2.000 años de antigüedad han sido hallados en Mijas (Málaga) en las nuevas excavaciones que se realizan en el yacimiento Cortijo de Acebedo, que se suman a los restos ya hallados en este enclave desde 2017.

El alcalde de Mijas, Josele González, ha informado este martes de los nuevos restos hallados y ha explicado a los periodistas que en las últimas excavaciones "se han descubierto varias habitaciones que formaban parte de un gran edificio”.

González ha afirmado que se va a actuar sobre dos cuadrículas más y los trabajos que se realicen permitirán “obtener más información” sobre las distintas estancias que componían el edificio termal, donde se conoció la existencia de una piscina de agua fría y unas letrinas.


Foto: Cuchara de bronce aparecida en restos arqueológicos en Cortijo de Acebedo de MijasAYTO MIJAS

Entre los utensilios que han aparecido como resultado de las últimas excavaciones destacan una cuchara de bronce -de entre los siglos I y III-, una ánfora localizada en el interior de la zona termal -siglo IV-, monedas, y elementos cosméticos y decorativos para la mujer de época romana.

La directora de la excavación, Desireé Piñero, ha declarado que es posible que se descubra la continuidad del edificio termal con otras estancias, como pueden ser otras piscinas, un posible vestíbulo y un patio que distribuía las distintas habitaciones, algo que espera “obtener en los próximos meses”.


Foto: Ánfora localizada en el interior de la zona termal, siglo IV d.C.

La edil de Patrimonio Histórico, Laura Moreno, ha informado de que “estas excavaciones han sacado a la luz numerosas piezas de distintos materiales y tipos” y que sobre estos materiales de cerámica y metal “se han efectuado labores de restauración y consolidación para su óptima conservación”.

Desde 2017, el Departamento de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Mijas desarrolla los trabajos de sondeo arqueológicos en la localidad, que pusieron al descubierto dos de los hornos del alfar de dicho yacimiento, en magníficas condiciones de conservación.


Fuente: lavanguardia.com | 19 de noviembre de 2019

Las huellas ‘fantasma’ de los humanos de hace 12.000 años

Las huellas fantasma de hace 12.000 años han reaparecido en el desierto del White Sands National Monument, Nuevo México. EE.UU. (Scientific Reports).

Es bien sabido que el Homo Sapiens interactuó en el pasado con la megafauna. Pero las huellas de esa vida en común entre humanos y mamuts o perezosos gigantes no son tan fáciles de detectar como parece. Encontrar esas evidencias era extremadamente raro porque quizás no se estaba buscando en los sitios adecuados.

Investigadores de la Cornell University han revelado que los entornos de playa antiguos son espacios propicios para hallar esos registros arqueológicos, aunque las impresiones pueden no ser visibles , según explican en un un estudio publicado en la revista Scientific Reports. Son “huellas fantasma” que en su mayoría permanecen inexploradas.

Mapa que muestra el Monumento Nacional de White Sands, Alkali Flat y el sitio de estudio

Algunas de esas marcas invisibles han permanecido ocultas desde el final de la última Edad de Hielo, hace unos 12.000 años. Una vez descubiertas, utilizando un nuevo tipo especial de radar que logra “penetrar en el suelo”, a los científicos les ha sorprendido no solo las pisadas si no, sobretodo, lo que había debajo.

”Nunca pensamos mirar debajo de las huellas”, explicó el autor principal del artículo, Thomas Urban. “Pero resulta que el sedimento en sí mismo tiene una memoria que registra los efectos del peso y el impulso del animal de una manera asombrosa. Nos da una manera de entender la biomecánica de la fauna extinta que nunca antes habíamos tenido”, añade.

El radar GPR ideado por los investigadores de la Cornell University (Scientific Reports)

Su análisis se llevó a cabo en el White Sands National Monument en Nuevo México (Estados Unidos). Utilizando un radar de penetración en el suelo (GPR), pudieron resolver el 96% de las huellas humanas en el área que estaban investigando, así como todas las marcas pertenecientes a vertebrados más grandes.

“La técnica podría aplicarse a muchos otros sitios de huellas fosilizadas en todo el mundo, incluidos los sitios donde se sabe que hay registros fósiles de dinosaurios. Ya hemos probado con éxito el método de manera más amplia en múltiples ubicaciones dentro de White Sands“, señala en un comunicado Urban.

(A) Las principales pistas y rastros observados en el sitio de estudio que se divide en Ubicación-1 y Location-2 (mostrado en la verdadera relación espacial). (B) Trozo de amplitud GPR (2,0 a 4,0 ns). Huellas humanas que fueron excavadas y que se utilizaron para el análisis se indican con (+), mientras que una línea de huellas de perezoso sin excavar (identificada en un trabajo de campo posterior) se indica con (x).

Más información

Estas huellas “fantasma” se pueden hacer visibles por un corto tiempo después de que caiga la lluvia sobre el lugar concreta y cuando las condiciones atmosféricas son las correctas. Pero ahora, utilizando métodos de geofísica, "se pueden registrar, rastrear e investigar en 3D para revelar interacciones, historia y mecánica animal y humana del Pleistoceno”, señala.

El GPR es un método no destructivo que permite a los investigadores acceder a información oculta sin necesidad de hacer una excavación sobre el terreno. El sensor, que es una especie de antena, se arrastra sobre la superficie y envía una onda de radio al suelo. La señal que se recupera da una imagen de lo que hay debajo de la superficie.

Las huellas de los humanos del Pleistoceno son casi imperceptibles a simple vista (Scientific Reports)

”La respuesta del radar sugiere que el sustrato que envuelve las impresiones contiene más humedad que el sedimento circundante, incluso en condiciones secas, algo que es evidente cuando se excavan las pistas”, escriben los autores. Estos efectos dan información sobre la presión y el impulso del pie y el cuerpo en las pistas, lo que da detalles sobre el tamaño y el movimiento del animal.

Además de datos biomecánicos, el GPR brinda a los investigadores una forma de aprender sobre lo que los humanos primitivos hicieron cuando no estaban en un espacio para acampar o cazar, los dos tipos de sitios arqueológicos más conocidos para este período de tiempo. ”Podemos ver cómo las personas rastrean animales o se mueven para otras tareas de la vida diaria”, concluyen.

Fuente: lavanguardia.com | 13 de noviembre de 2019

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Así cazaban los humanos a las grandes bestias del pleistoceno

Así cazaban los humanos a la megafauna del Pleistoceno (Science Advances / Wikipedia)

Los megaterios eran bestias fabulosas. Perezosos terrestres de gran tamaño que habitaron Sudamérica desde inicios del Pleistoceno (hace nos dos millones de años) hasta hace unos 8.000 años. Apoyándose sobre sus patas traseras, su altura -unos cinco metros- y volumen -podían alcanzar las cuatro toneladas- les convertían en una presa formidable, todo un desafío para los cazadores humanos y su rudimentario armamento.

Enfadado, moviendo sus enormes y peligrosas garras a un lado y a otro, no eran fáciles de atrapar. Hasta que alguien encontró una solución para obtener la ventaja definitiva en esa batalla entre el hombre y la bestia. El hambre agudiza el ingenio y la arqueología permite desentrañar secretos ocultos durante más de 10.000 años.

Porque fue por ese entonces cuando un grupo de cazadores se encontraban en lo que actualmente es el White Sands National Monument,en Nuevo México (Estados Unidos). Ese hermoso paraje, utilizado por los militares para desarrollar el programa espacial estadounidense o realizar innumerables pruebas con misiles, hay una gran playa de sal (lego seco) conocida como Alkali Flat y el campo de dunas de yeso más grande del mundo (en este sitio se han grabado películas como Transformerso, El Libro de Eli, por ejemplo).

En el apogeo de la Edad de Hielo, ese espacio estuvo ocupado por un gran Laho Otero. A medida que el clima se calentó, el lago se redujo. El lecho erosionado dio paso a las dunas y las salinas. La megafauna de esa época -entre la que s encontraba el perezoso gigante, dejó huellas en los sedimentos, igual que también hicieron los humanos que los cazaron.
Las marcas son notables y, aunque están situadas a escasos centímetros de la superficie, se han conservado de forma notable. Su estudio ha permitido a los investigadores narrar esta historia. Así fue como los seres humanos consiguieron cazar a los megaterios.

La zona estaba plagada de perezosos gigantes, mastodontes, mamuts, camellos o lobos horrendos (Canis dirus), muchos de los cuales se extinguieron al final de la Edad de Hielo. Los expertos no saben si la caza de estos presas fue exhaustiva, pero las huellas encontradas si indican algunos ejemplos de las técnicas que usaron para perseguir a estos animales gigantes.

El esqueleto de un megaterio (Wikipedia)

Un grupo específico de huellas humanas han aparecido junto a las impresiones de los megaterios. Los arqueólogos creen que esta era le técnica usada para acecharlos y finalmente matarles para comer. “También hemos identificado grandes ‘círculos agitados’ que indican que el perezoso se levantó sobre sus patas traseras y balanceando las delanteras, presumiblemente en un movimiento defensivo y de barrido para mantener a raya a los cazadores. A medida que se balanceaba, puso sus nudillos y garras hacia abajo para estabilizarse”, escriben.

Fuente: lavanguardia.com | 24 de abril de 2018

Descubren los fragmentos de cuerda trenzada de hace unos 13.000 años en Alicante

a – c Fragmentos de cordaje de Cuevas de Santa María (Alicante)

Un equipo de la Universidad de Valencia (UV) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha demostrado el uso de fibras vegetales durante el final del Paleolítico en las cuevas de Santa María (Alicante), con la datación más antigua de Europa para un objeto fabricado sobre fibras trenzadas: 12.700 años antes del presente.

Se trata de fragmentos de cuerda trenzada y de improntas de cestería sobre arcilla. Los investigadores también han dado a conocer las primeras evidencias sobre el uso de contenedores fabricados a partir de cestos recubiertos de arcilla.

Cuevas de Santa María (Alicante)

El trabajo, publicado en la revista académica Vegetation History and Archaeobotany, analiza tanto la especie utilizada para obtener cuerdas trenzadas, su tratamiento y preparación, como su uso para fabricar artefactos más complejos como cestas y contenedores, detalla la universidad en un comunicado.

Estos materiales, datados de hace unos 13.000 años, se han utilizado ampliamente entre las sociedades históricas, pero se desconocía su uso en la Prehistoria. Por tanto, es una aportación importante al conocimiento del uso de materiales perecederos entre las sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras del Paleolítico europeo, destaca J. Emili Aura, catedrático del departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la UV.

J. Emili Aura (izquierda) en las cuevas de Santa María (Alicante).

La conservación de fibras vegetales de esta antigüedad requiere de unas condiciones de preservación particulares, como la de los fragmentos de arcilla con improntas de cestos cuya exposición al fuego ha posibilitado su conservación. Son contenedores con una antigüedad que supera en 5.000 años la de las primeras cerámicas neolíticas del Mediterráneo occidental.

El análisis de las fibras vegetales ha permitido identificar los restos como pertenecientes a una monocotiledónea, probablemente del grupo de las gramíneas y muy similar al esparto. Sus hojas fueron trenzadas para fabricar cuerdas con las que se pudieron elaborar un gran número de artefactos de varios usos.
Impresiones de fibra trenzada sobre arcilla de Santa Maira a la izquierda y una ilustración a la derecha. Debajo se muestra la estructura de torsión.

CORREGIR UN SESGO HISTÓRICO

"Los datos de Santa María permiten empezar a corregir un gran sesgo: Pensar que sólo los materiales que se conservan mejor, como la piedra, el hueso o la concha, fueron los más usados es un error. Estas evidencias demuestran que otros materiales y técnicas debieron tener un uso amplio y aplicaciones diversas: cestas, mochilas o calzado”, explica el también director del proyecto de excavaciones.

Este sesgo también afecta a la importancia atribuida a estas técnicas durante el Paleolítico. También incide en el carácter de la actividad de trenzar cuerda y sus posibles autores, ya que “en sociedades históricas fue una tarea estacional desarrollada en gran medida por mujeres”.
Fragmentos de arcilla cocida con improntas de fibras trenzadas

En concreto, los materiales analizados indican la fabricación de objetos de cestería mediante cuerdas, sin descartar la posible elaboración de tejidos. Los fragmentos de barro con improntas permiten plantear la hipótesis de que se trata de cestos que fueron recubiertos con barro, que pudieron ser utilizados para la conservación de líquidos o para la cocción.
Su descubrimiento abre así preguntas como la relación de las cuerdas y contenedores con el resto de técnicas y materiales encontradas en el yacimiento o con la paleoeconomía de estos grupos y sus sistemas de asentamientos.

El equipo está formado por Aura, Yolanda Carrión (investigadora del Ramón y Cajal), Guillem Pérez (CSIC y UV), Carles Miret y C. Carlos Verdasco, investigadores formados en la Universidad. Además de Jesús F. Jordá, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), y Joan R. Seguí (Museo Valenciano de Etnología).

La investigación se ha realizado dentro de un proyecto financiado por la Consejería de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital de Valencia, en el proyecto ‘AICO 2018-125’.

Fuentes: elperiodic.com | larazon.es | 13 de noviembre de 2019

Reconstruyen por primera vez la cara de una joven guerrera vikinga que murió hace 1.000 años en Solør, Noruega

La sangrante herida de la frente de esta guerrera vikinga fue causado por el golpe de una espada (National Geographic)

Cuando la espada cayó sobre su cabeza, la cuchilla la cortó hasta los huesos. Los científicos que estudian el cráneo fracturado de la mujer vikinga 1000 años después todavía no están seguros de si el golpe realmente la mató; sin embargo, el tesoro de armas enterradas con ella deja en claro que, no obstante, murió como una guerrera.

Esa vikinga, que vivió y murió alrededor del año 900, fue excavada por primera vez en una granja en Solør, Noruega, en 1900. Su cabeza descansaba sobre un escudo, un esqueleto de caballo con bridas yacía acurrucado a sus pies, y su cuerpo fue encajonado por una espada, lanza, hacha de batalla y flechas. Cuando un análisis rápido reveló que el esqueleto era femenino, se interpretó de inmediato como el primer ejemplo físico de una doncella-escudo: una guerrera mítica de las que solo se hacían referencias en textos medievales.

Ahora, por primera vez, los investigadores de la Universidad de Dundee, en Escocia, han utilizado la tecnología de reconstrucción facial para recrear la apariencia de esa doncella, incluida la herida que pudo haber terminado con su vida.

Ella Al-Shamahi se encuentra cara a cara con el cráneo de la mujer vikinga. Fotografía: Eloisa Noble / National Geographic

Los resultados, que puedes ver arriba y en el nuevo documental de National Geographic, "Viking Warrior Women", muestran a una mujer de unos 18 o 19 años con una mandíbula fuerte, ojos hinchados y una frente que ha visto mejores días. Según el análisis del equipo, el cráneo de la mujer guerrera sufrió una grave lesión en la cabeza realizada con un golpe de espada. Sin embargo, la herida mostró signos de curación y puede no haber sido su causa principal de su muerte.

Ya sea que la herida fuera fatal o no, la reconstrucción facial sugiere que "Este esqueleto puede ser la primera evidencia que se ha encontrado de una mujer vikinga con una lesión sufrida en una batalla", dijo a The Guardian la arqueóloga Ella Al-Shamahi, anfitriona del nuevo documental.

Foto: Ella Al-Shamahi examinando huesos vikingos en el Museo de Historia de Suecia en Estocolmo. (National Geographic / Eloisa Noble).

"Estoy muy emocionada, porque esta es una cara que no se ha visto en 1.000 años ... De repente se ha vuelto muy real", dijo la experta en restos humanos antiguos. "El esqueleto siempre fue identificado como femenino, pero nunca como una guerrera, a pesar de que su tumba estaba completamente llena de armas", agregó Al-Shamahi. "Podría haber sido una comandante militar", aunque algunos expertos aún se resisten a la idea de que las mujeres podrían haber sido tales guerreras.

Si bien reconoce Al-Shamahi que las mujeres corrían el riesgo de ser dominadas en el combate cuerpo a cuerpo, argumenta que podrían haber sido buenas combatientes a larga distancia, disparando flechas mortales a caballo, convirtiéndolas en "igual de eficaces que los hombres".
Es este un aspecto interesante, especialmente para los investigadores que intentan anular la suposición centenaria de que los guerreros vikingos eran exclusivamente hombres. Este estereotipo recibió su propio golpe en 2017, cuando se demostró que un esqueleto vikingo, hallado en Birka (Suecia), y del que se presumió durante los últimos 70 años como perteneciente a un hombre (porque había sido enterrado con un tesoro de armas), era de una mujer después de haberse realizado un análisis de su ADN.

Dibujo de la tumba arqueológica encontrada y etiquetada Bj 581 por Hjalmar Stolpe en Birka, Suecia, publicado en 1889.

Al igual que la doncella-escudo de Solør, esta mujer fue enterrada con una gran variedad de armas y caballos, además de un conjunto de piezas de juego que sugerían una aptitud táctica acorde con un oficial militar de alto rango, según manifestaron en un estudio los investigadores que hicieron su descubrimiento. No solo es probable que ella fuera una guerrera, sino que también podría haber sido una general militar.
"Nuestros resultados advierten contra interpretaciones radicales basadas en ... ideas preconcebidas", escribieron los investigadores en su artículo de 2017. "Nuestros resultados ... sugieren que las mujeres vikingas, de hecho, pudieron ser miembros plenos de las esferas dominadas por los hombres".

El profesor Neil Price (izquierda), experto en vikingos y consultor arqueológico en el proyecto, cree que los hallazgos desafían los supuestos anteriores: "Hay tantos otros entierros en el mundo vikingo ... que no me sorprendería en absoluto si encontráramos más mujeres guerreras”.

Si desea rendir homenaje a la doncella-escudo de Solør, puede encontrar su cráneo lesionado y sus gastadas armas en una exposición del Museo de Historia Cultural de Oslo, Noruega, hasta el próximo 22 de noviembre del actual año.

En la exposición VÍKINGR, se exhibe el cráneo Nordre Kjølen con sus armas. Foto: Ellen C. Holte / KHM

Fuentes: livescience.com | theguardian.com/uk | khm.uio.no | 9 de noviembre de 2019

El cambio climático alimentó el ascenso y la desaparición del Imperio Neo-asirio, la superpotencia del mundo antiguo

Asurbanipal, el último gobernante importante del Imperio Neo-asirio, no pudo evitar los efectos del cambio climático que sufrió. Crédito: Museo Británico, CC BY-ND.

La antigua Mesopotamia, la tierra legendaria entre los ríos Tigris y Éufrates, fue el centro de mando y control del Imperio Neo-asirio. Esta antigua superpotencia fue el imperio más grande de su tiempo, el cual duró del 912 a.C. al 609 a.C., en el territorio de lo que hoy es Irak y Siria. En su apogeo, el estado asirio se extendía desde el Mediterráneo y Egipto, en el oeste, hasta el Golfo Pérsico y el oeste de Irán, en el este.
Luego, en una sorprendente inversión de su fortuna, el Imperio Neo-asirio se desplomó paulatinamente desde su cenit (alrededor del 650 a. C.) hasta completar su colapso político en el lapso de solo unas pocas décadas. ¿Que pasó?

Imperio Neo-asirio a la muerte de Asurbanipal. En verde oscuro el pahitu / pahutu (provincias). En amarillo el matu (reinos de sujeto). En color crema el reino de Babilonia. Los puntos amarillos muestran otros reinos de sujeto. Los puntos negros muestran el pahitu / pahutu (provincias) del reino de Babilonia, y las provincias de letras marrones que existían previamente.

Numerosas teorías intentan explicar el colapso asirio. La mayoría de los investigadores lo atribuyen a la gran expansión imperial, las guerras civiles, los disturbios políticos y a la derrota militar asiria a manos de una coalición de fuerzas babilónicas y medas en el 612 a.C. Pero cómo exactamente estos dos pequeños ejércitos pudieron aniquilar lo que entonces constituía la fuerza militar más poderosa del mundo ha desconcertado a los historiadores y arqueólogos durante más de cien años.
Nuestra nueva investigación, publicada en la revista Science Advances, arroja luz sobre estos misterios. En la misma mostramos que el cambio climático fue la proverbial espada de doble filo que primero contribuyó al ascenso meteórico del Imperio Neo-asirio y luego a su precipitado colapso.

La visión de un artista del interior de un palacio asirio, basada en dibujos realizados en 1849 por Austen Henry Layard en el sitio de excavaciones del siglo XIX. Colecciones digitales de la biblioteca pública de Nueva York, CC BY-ND

En auge hasta su inesperada ruina

El estado Neo-asirio era una potencia económica. Su formidable máquina de guerra contaba con un gran ejército permanente con caballería, carros y armamento de hierro. Durante más de dos siglos, los poderosos asirios emprendieron campañas militares implacables con una eficacia despiadada. Conquistaron, saquearon y subyugaron a las principales potencias regionales de todo el Próximo y Medio Oriente, al tiempo que cada rey asirio intentaba eclipsar a su predecesor.
Asurbanipal, el último gran rey de Asiria, gobernó este vasto imperio desde la antigua ciudad de Nínive, cuyas ruinas se encuentran al otro lado del río Tigris en el moderno Mosul, Irak. Nínive fue una metrópolis en expansión de un tamaño y grandeza sin precedentes, llena de templos y complejos de palacio, con jardines exóticos que eran regados por un extenso sistema de canales y acueductos.
Y luego todo terminó en unos pocos años. ¿Por qué?

Nuestro grupo de investigación quería investigar las condiciones climáticas durante los pocos siglos en que el Imperio Neo-asirio prosperó y finalmente colapsó.

(A) Observación de noviembre a abril (NA) de precipitaciones anómalas (con respecto a 1901-1980) durante uno de los episodios más graves de sequía de varios años (2006 / 7-2008 / 09) en el Mediterráneo oriental y Oriente Medio (EMME) (~ 30° a 40° N y 30° a 50° E). La extensión espacial del imperio asirio en su apogeo (~ 670 a.C.) (línea discontinua), el corazón asiria tradicional (triángulo), y las ubicaciones de las ciudades modernas de Mosul (antigua Nínive) y Erbil (círculos amarillos ) se muestran junto con la ubicación de la cueva de Kuna Ba (estrella).
(B) Las regiones sombreadas muestran el área delimitada entre las isoyetas de 200 y 300 mm para los períodos de sequía (2007–2009), húmedo (2009–10, 2013) y climatología media (1980–2010).
(C a E) Series temporales de noviembre a abril de anomalías de precipitación (% de desviación desde el periodo 1901–1980) en el en el Mediterráneo oriental y Oriente Medio y el norte de Iraq (~ 33° a 38° N y 41° a 46° E) y desde los puntos de la cuadrícula más cercanos a Mosul (~ 36.5° N y 43.1° E) y la cueva de Kuna Ba (~ 35° N y 45° E).

Imagen del clima hace 2.600 años

A fin de obtener datos sobre los patrones de lluvia en el norte de Mesopotamia, recurrimos a la cueva Kuna Ba, ubicada cerca de Nínive, donde nuestros colegas recolectaron muestras de las estalagmitas. Estas son estructuras en forma de cono que apuntan hacia arriba desde el piso de la cueva. Crecen lentamente, desde cero, a medida que el agua de lluvia cae del techo de la cueva, depositando minerales disueltos.

El agua de lluvia contiene isótopos pesados y ligeros de oxígeno, es decir, átomos de oxígeno que tienen diferentes cantidades de neutrones. Las variaciones sutiles en las relaciones de isótopos de oxígeno pueden ser indicadores sensibles de las condiciones climáticas en el momento en que cayó originalmente el agua de lluvia. A medida que crecen las estalagmitas, fijan en su estructura las proporciones de isótopos de oxígeno del agua que se filtra en la cueva.
De modo minucioso hemos reconstruido la historia climática del norte de Mesopotamia mediante una perforación cuidadosa de las estalagmitas a través de sus anillos de crecimiento, que son similares a los de los árboles. En cada muestra, pudimos medir las relaciones de isótopos de oxígeno y construir una línea de tiempo sobre cómo cambiaron las condiciones climáticas. Eso nos dio un orden de eventos, pero no nos decía la cantidad de tiempo que transcurrió entre ellos.

Afortunadamente, las estalagmitas también atrapan uranio, un elemento que siempre está presente en pequeñas cantidades en el agua infiltrada. Con el tiempo, el uranio se descompone en torio a un ritmo predecible. Entonces, los expertos en datación de nuestro equipo hicieron mediciones de uranio y torio de alta precisión en las capas de crecimiento de las estalagmitas.
Estos dos tipos de mediciones nos permiten anclar el registro climático a un calendario preciso de años.

Las capas de una estalagmita registran las condiciones climáticas de la época en que fueron creadas.
Ashish Sinha, CC BY-ND
Período húmedo inusual, luego una gran sequía

Ahora era posible realizar una comparación directa del registro climático derivado de las estalagmitas con los registros históricos y arqueológicos de la región. Queríamos ubicar los eventos clave de la historia neo-asiria en el contexto de largo plazo de nuestra reconstrucción climática.
Descubrimos que la fase de expansión más significativa del estado Neo-asirio se produjo durante un intervalo de dos siglos de clima anómalamente húmedo, en comparación con los 4.000 años anteriores. Llamado período megapluvial, este periodo de lluvias inusualmente altas fue seguido inmediatamente por otro de grandes sequías entre principios y mediados del siglo VII a.C. Estas condiciones de sequía fueron tan severas como las recientemente acontecidas en Irak y Siria, pero aquéllas duraron décadas. El período que marca el colapso del Imperio Neo-asirio se produjo dentro de ese espacio de tiempo de sequías graves.
Teniendo en cuenta la advertencia de que tal correlación no implica causalidad, estábamos interesados en comprobar cómo este cambio climático salvaje -con un período inusualmente lluvioso que terminó en sequía- pudo haber influido en el imperio.
Si bien el estado Neo-asirio fue enorme en sus últimas décadas, su núcleo económico siempre se limitó a una región bastante pequeña. Esta área relativamente reducida del norte de Mesopotamia sirvió como fuente principal de ingresos agrícolas y posibilitó las campañas militares asirias.

Argumentamos que casi dos siglos de condiciones inusualmente húmedas en esta región semiárida permitieron que la agricultura floreciera y dinamizara la economía asiria. El clima actuó como un catalizador en la creación de una densa red de asentamientos urbanos y rurales en las zonas inestables que anteriormente no habían sido capaces de impulsar la agricultura.
Nuestros datos muestran que este período húmedo terminó abruptamente y el péndulo se balanceó hacia el otro lado. En medio de grandes sequías recurrentes, el núcleo asirio y sus tierras interiores habrían estado envueltos dentro de una "zona de incertidumbre", un corredor de tierra donde la lluvia era muy errática y cualquier agricultura de secano conllevaba un gran riesgo de fracaso de los cultivos.
Tales repetidos fracasos en los cultivos probablemente exacerbaron los disturbios políticos en Asiria, paralizando su economía y empoderando a los estados rivales adyacentes.


Clima incierto, crecimiento insostenible

Nuestros hallazgos tienen implicaciones actuales. En los tiempos modernos, la misma región que una vez constituyó el núcleo asirio ha sido, en tiempos recientes, golpeada repetidamente por sequías de varios años. La catastrófica sequía de 2007–2008 en el norte de Irak y Siria, la más severa en los últimos 50 años, provocó la pérdida de cosechas de cereales en toda la región.
Semejante sequía ofrece una idea de lo que los asirios sufrieron a mediados del siglo VII a.C. Y el colapso del Imperio Neo-asirio ofrece una advertencia a las sociedades actuales.
El cambio climático llegó para quedarse. En el siglo XXI las personas tienen lo que los neo-asirios no tenían: el beneficio de la retrospectiva y muchos datos de observación. El crecimiento insostenible en regiones políticamente volátiles y con escasez de agua es una experiencia probada para el desastre.

Autores:

. Profesor de Ciencias de la Tierra y el Clima, Universidad Estatal de California, Dominguez Hills


Profesora Asociada de Cambio Ambiental Global, Universidad Xi'an Jiaotong

Fuente: theconversation.com | 13 de noviembre de 2019

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Adam Schneider durante el trabajo de campo en Jordania. Crédito: Adam Schneider / CIRES

Entrevista con Adam Schneider, de la Universidad de Colorado, y coautor del trabajo de investigación

P: ¿Qué papel jugó el Imperio Asirio en la historia global?
R: Hay gente en la comunidad arqueológica que dicen que el Imperio Neo-Asirio fue la primera superpotencia en la historia del mundo. El Imperio Neo-asirio (912-609 a.C.) fue la tercera y última fase de la civilización asiria. Era, con mucho, el imperio más grande de la región hasta ese momento, controlando gran parte del territorio que va desde el Golfo Pérsico hasta Chipre. Los asirios eran básicamente como el 'Imperio' de la película Star Wars, eran la máquina que todo lo devora.
También ostentaban una increíble habilidad como hidroingenieros. Los asirios fueron en gran parte responsables de la forma en que ahora funciona el drenaje de la cuenca del río Tigris, pues rehicieron por completo los flujos naturales de agua de ese paisaje utilizando acueductos y otras infraestructuras hidráulicas. Sorprendentemente, algunas de estas características todavía funcionan hoy.

P: ¿Cómo provocó una cultura este poderoso colapso?
R: En las últimas décadas del Imperio Neo-asirio, su civilización estuvo plagada de inestabilidad política, guerras civiles e invasión por ejércitos externos. Nuestro estudio muestra que los factores relacionados con el clima subyacen a todo esto.

El Imperio Neo-asirio fue construido durante una época de fuertes precipitaciones y cosechas exitosas. Pero ahora podemos decir, a partir de los registros climáticos, que dicha civilización experimentó una serie de grandes sequías que probablemente desencadenaron su colapso, al debilitarse la agricultura y amplificarse el conflicto. El impacto de las sequías en esta región dependía de dónde estaban ubicados los asirios en el norte de Irak. El río Tigris está tan profundamente recortado en el suelo circundante que no se podía practicar el riego a gran escala. Es por eso que las lluvias eran tan cruciales para sus vidas. Los asirios eran mucho más vulnerables a los impactos de una sequía prolongada y severa que las personas que vivían río abajo.

P: ¿En qué se diferencian estos hallazgos de investigaciones anteriores?
R: Nuestro equipo analizó el agua de goteo que se fosilizó en dos estalagmitas en la cueva de Kuna Ba, en el norte de Irak. Debido a que la composición de isótopos de oxígeno y carbono en diferentes capas de las formaciones de cuevas se puede usar para inferir cambios en la precipitación a una resolución temporal alta, hemos obtenido un conjunto de datos mucho mejor que cualquier otra cosa que hayamos tenido anteriormente. Y debido a que el registro de isótopos llega hasta 2007, hemos podido correlacionar las relaciones estables de isótopos de carbono y oxígeno con la información climática instrumental moderna de la región. Esto nos ha permitido comparar los datos de isótopos modernos con los de capas antiguas. Ahora sabemos que las sequías asirias comenzaron décadas antes de lo que habíamos pensado anteriormente, y también que el período anterior al inicio de las sequías fue uno de los más húmedos en toda la secuencia de aproximadamente 3800 años.

Sargón II (a la derecha) con su hijo el príncipe Senaquerib en un bajorrelieve de Dur-Sharrukin (Museo del Louvre).

Por ejemplo: el rey Senaquerib, que gobernó desde 705 hasta 681 a.C., era conocido por construir canales masivos y otras estructuras. En nuestro trabajo anterior sobre la cuestión de las sequías en la antigua Asiria, yo y mi colega, el Dr. Selim Adali, lo habíamos visto inicialmente como un gobernante miope que había perseguido objetivos políticos a corto plazo a expensas de la resistencia a la sequía a largo plazo, y puso en marcha una cadena catastrófica de eventos como resultado. Pero con estos nuevos datos, ahora creemos que Senaquerib probablemente ya estaba experimentando sequías severas cuando era rey, y de hecho puede haber estado tratando de hacer algo con respecto a esta calamidad ambiental. ¡Así que mis colegas y yo bromeamos acerca de emitir una carta de disculpas a Sennacherib por el malentendido!

P: ¿Cómo acabaste en esta área de investigación: en esta encrucijada entre el clima y la historia?
R: La arqueología ha sido mi pasión desde que era un niño pequeño. Del ángulo climático yo no quería formar parte porque ese era el negocio familiar: mi padre era climatólogo y yo no quería competir él. Pero en el verano de 2010 falleció repentinamente. En ese momento no tenía un proyecto de disertación claro y comencé a repensar la idea de observar los impactos climáticos en los pueblos antiguos. Así es como comenzó todo, como un homenaje a mi padre. Terminé yendo a un centro de investigación en Turquía y me enganché. De hecho, rápidamente me gané el sobrenombre de "el chico del clima", ya que los historiadores venían a preguntarme si su investigación tenía alguna base climática.

P: ¿Ha habido otros momentos en la historia, en otros lugares, donde los eventos climáticos afectaran a la estructura política como en Asiria?
A: La Revolución Francesa es un ejemplo. En los dos años anteriores a la Revolución Francesa, el mal tiempo provocó una serie de malas cosechas, las cuales, junto con otros factores, ayudaron a disparar el precio del pan, especialmente en París. Otro ejemplo es el US Dust Bowl en la década de 1930. Vimos una migración masiva como resultado de factores climáticos y económicos durante la Gran Depresión, causando grandes cambios, pues impulsó el desarrollo y la agricultura en el sur de California. La pregunta no es: "¿Tuvo impacto el clima?", sino: "¿Cómo, por qué y qué tan importante es el clima junto con los otros factores?".

P: ¿Qué pasa en la actualidad?
R: Si nos fijamos en el registro, las grandes sequías que sufrió el Imperio Neo-asirio, y que he llamado la fase seca asiria tardía, es uno de los dos períodos más extremos de condiciones secas en toda una secuencia de 3.800 años para el norte de Iraq. El otro periodo se constituye en la actualidad. Nuestra hipótesis de trabajo es que este último está siendo impulsado, al menos en parte, por el cambio climático antropogénico.

Obviamente, hoy Iraq es un lugar muy diferente de lo que fue en 700 a.C. Pero no es difícil mirar a las dificultades de ese país,respecto de su estabilidad política interna y su lucha sectaria, y pensar que el inconveniente adicional de la sequía puede causar más problemas en esa región.

Fuente: Universidad de Colorado | 13 de noviembre de 2019

Hallan en Japón un fragmento de cerámica con la representación de una chamana

Un fragmento de cerámica en el que se representa a un chamán con senos ha sido encontrada por en una excavación en Japón, arrojando luz sobre el papel religioso que desempeñaban las mujeres en la agricultura antigua.

La figura del artefacto, que data del siglo I a.C., tiene los brazos levantados en lo que parece ser una pose para implorar cosechas abundantes.

Dicho trozo de cerámica fue desenterrado en el enclave arqueológico de Shimizukaze, a caballo entre Tawaramoto y Tenri, en la prefectura de Nara, Japón, donde también se han encontrado restos funerarios y de viviendas del período de la Cultura de la Cerámica Yayoi (300 a. C.-300 d. C.).

Mientras que figuras que extienden o alzan los brazos aparecen en algunas de las más de 40 pinturas de barro del período Yayoi, este descubrimiento es especialmente significativo porque indica que los individuos en tales poses son invariablemente mujeres.

La junta educativa de Tawaramoto dijo que se cree que la pieza de barro, que mide unos 16 centímetros de ancho y 12 cm de largo, forma parte de la sección entre la boca y el centro de una olla grande.

Fue descubierto en un antiguo lugar de un río de mediados del período Yayoi, cuando se supervisó un área de 40 metros cuadrados en los pasados meses de mayo y junio.

La figura tiene mangas en forma de alas, y la cara ha sido ilustrada con ojos, cejas, nariz y boca.

Extender ambos brazos se conoce como la pose de "tamafuri", la cual, se dice, ayuda a revitalizar y revivir el alma para implorar por buenas cosechas al dar vitalidad a las plantas de arroz.


Yoshiki Fukasawa, profesor visitante de arqueología en la Universidad de Tenri, señaló la posibilidad de que la mujer representada sirviera como chamán, al igual que la reina Queen Himiko, mencionada en el "Gishi Wajinden" de China (Relatos del pueblo Wa, registros de Wei).

"El artefacto fue creado 300 años antes de la era de Himiko, la cual ofició como sacerdotisa", dijo Fukasawa. "El descubrimiento de este fragmento de cerámica muestra que existía una tradición en el archipiélago japonés donde las mujeres desempeñaban un papel en los servicios religiosos, y que Himiko surgió en este contexto histórico"

Fuente: asahi.com | 31 de octubre de 2019