Los marineros de la Edad de Piedra que recorrieron 2.000 kilómetros para ir a cazar ballenas

Las nuevas tecnologías han revelado detalles ocultos en el arte rupestre de Tumlehed, en la costa suroeste de Suecia (Bettina Schulz Paulsson).

Tumlehed es la pintura rupestre mejor conservada y compleja de la costa suroeste de Suecia. Originalmente descubierta en 1974 en la isla de Hisingen, situada a apenas 15 kilómetros del centro de Göteborg, es una de las pocas que se encuentran en la parte occidental del país. Fue hecha con ocre rojo entre el año 4200 y el 2500 antes de Cristo, a finales de la Edad de Piedra.

Situado en un empinado acantilado, la representación artística abarca unos dos metros de alto por otros dos de ancho y muestra una serie de figuras, entre ellas cuatro barcos, cuatro peces, un gran ciervo, patrones ondulantes y algunas formas indeterminadas. Las nuevas tecnologías, sin embargo, han revelado una serie de motivos hasta ahora desconocidos porque no son visibles a simple vista, según un estudio publicado en el Oxford Journal of Archaeology .

El más importante de estos motivos recién descubiertos son los barcos con tallos de cabeza de alce. Esta es la primera vez que este tipo de embarcaciones se han documentado en el sur o el oeste de Escandinavia y proporcionan evidencias de los viajes marítimos de larga distancia realizados por los cazadores de la Edad de Piedra.
“Estas sociedades se movían largas distancias con sus botes para llegar a los campos de caza estacionales. No eran expediciones de gente local como se pensaba anteriormente”, explica a La Vanguardia la arqueóloga Bettina Schulz Paulsson (izquierda), investigadora de la Universidad de Göteborg.
Los estudiantes de arqueología de dicha universidad llevan años haciendo excursiones para visitar el suburbio de Torslanda y poder observar la pintura de Tumlehed. Fue en una de esas visitas cuando Schulz Paulsson decidió probar los métodos que quería usar para un proyecto que trazaba los orígenes de las tumbas megalíticas y cómo se extendieron por Europa, desde el noroeste de Francia hasta Gran Bretaña o la Península Ibérica.

“Los encontré (los nuevos motivos) por casualidad, era solo una prueba de los métodos que planeaba usar para mi último proyecto sobre arte megalítico en un sitio cercano y obtuvimos resultados espectaculares”, recuerda la experta. Los nuevos datos proporcionan una mejor base para identificar la organización del panel, la secuencia cronológica y los diferentes períodos en los que fue realizado.

La herramienta Dstretch permite mejorar digitalmente los símbolos del arte rupestre que ya no son visibles a simple vista (Bettina Schulz Paulsson)

Sorprendente descubrimiento

Lo más sorprendente de los detalles descubiertos fueron los barcos con tallos de cabeza de alce, motivos que antes solo se habían encontrado en Finlandia, Rusia, el noreste de Noruega y el norte de Suecia. “Los hallazgos más cercanos se encuentran a una distancia de entre 1.500 y 2.000 kilómetros a lo largo de las costas”, señala la arqueóloga a La Vanguardia.
”Estas sociedades venían para la caza estacional porque el archipiélago de Bohüslan era rico en fauna marítima (ballenas y focas) en ese momento como resultado de que los arroyos del oeste traían plancton”, añade. Los arqueólogos han interpretado que tres barcos con cabeza de alce están relacionados con una pequeña ballena, una foca y cuatro peces también representados.

La imagen obtenida con las nuevas tecnologías ha permitido ver los barcos con tallos de cabeza de alce (Bettina Schulz Paulsson)

Los análisis químicos del pigmento sugieren también que la pintura fue hecha en al menos dos episodios separados. Las nuevas tecnologías usadas incluyen el programa de mejora de imagen Dstretch, desarrollado originalmente por la NASA y se utiliza cada vez más en la investigación del arte rupestre para mejorar digitalmente los símbolos que ya no son visibles a simple vista.
La pintura rupestre de Tumlehed indica viajes marítimos similares durante la Edad de Piedra que están culturalmente conectados con los pueblos del este y el norte de Fennoscandia, un área que cubre Noruega, Suecia, Finlandia, la península de Kola y la Karelia rusa. “Ciervos, renos y alces son motivos representados con frecuencia en el arte rupestre fenoescandiano. Estas especies fueron importantes para la caza, pero también pueden haber tenido roles simbólicos y espirituales para estas sociedades”, concluyen los investigadores.

Fuente: lavanguardia.com | 8 de noviembre de 2019

El misterio de la Acrópolis de Gla, la mayor de todas las acrópolis micénicas

Acrópolis de Gla / foto Museo Arqueológico de Tebas

Cinco nuevos edificios o complejos del siglo XIII a.C. fueron descubiertos durante la reciente temporada de excavaciones en la acrópolis de Gla, situada en un islote de lo que antiguamente era el Lago Copaide (desecado a finales del siglo XIX) en Beocia, y cuyo tamaño excede con creces el de las más conocidas ciudades contemporáneas de Micenas y Tirinto.

En un comunicado el Ministerio de Cultura griego describió a Gla como uno de los proyectos más impresionantes y de mayor envergadura de la prehistoria griega. Se trata de la mayor acrópolis micénica -supera en siete veces el tamaño de Micenas- y la fortaleza constituyó un importante centro económico y agrícola, base para las obras de drenaje que la arqueología ha demostrado que los micénicos realizaron en el lago.


Sin embargo, a pesar de su ubicación estratégica, con acceso al golfo de Eubea al norte y a la ruta principal entre Tebas y las Termópilas a tan solo 2 kilómetros, las evidencias no han podido probar que Gla desempeñara el papel que otros centros micénicos sí desempeñaron, con sus palacios de múltiples secciones, numerosos archivos de escritura Lineal B o de una acrópolis micénica en el sentido normal del término.

Como de las excavaciones anteriores se deduce que la totalidad de la acrópolis no fue ocupada ni siquiera durante la cúspide de la cultura micénica (hacia 1250 a.C.), el papel que desempeñó el yacimiento sigue siendo desconocido, lo que condujo a la reanudación de las excavaciones en 2018, tras un paréntesis de veinte años. La evidente cobertura de los restos edificatorios de sólo el 30 por ciento de la acrópolis, frente a sus inmensas proporciones de 20 hectáreas, ha creado varias preguntas sobre la naturaleza y el papel que desempeñó en el entorno político de los complejos palaciegos del norte de Beocia, especialmente su relación con Tebas y Orcomenos.


Los cinco nuevos edificios encontrados, denominados temporalmente M, N, O, P y Q, son simétricos y comparten el mismo eje. Los hallazgos son representativos de la época micénica, incluyendo vasijas, fragmentos de pinturas murales, estatuillas de plomo, estatuillas micénicas antropomorfas, lo que demuestra la existencia de la tradición cultural y artística conocida y común de la era micénica.

Entre los hallazgos inusuales se encuentran láminas y grandes piezas de plomo, vasijas de arcilla con decoraciones y un hacha doble de cobre completa, posiblemente escondida antes de la caída de los palacios micénicos y el abandono de todos los edificios del lugar a finales del siglo XIII a.C., por razones aún desconocidas. Parece que los residentes se llevaron la mayor parte de su cultura material, siguiendo el destino de palacios micénicos similares.


Gla sigue siendo único entre los yacimientos contemporáneos. A diferencia de otras grandes acrópolis micénicas, que muestran una continua actividad de reconstrucción, Gla muestra una planificación arquitectónica unificada, clara desde el punto de vista estético y poco común. De esta manera, los muros y edificios de la acrópolis se construyeron bajo un único proyecto constructivo y pertenecen, con pequeñas desviaciones, a una cronología común, de posiblemente mediados del siglo XIII a.C.


Las excavaciones de Gla se llevan a cabo por la Sociedad Arqueológica de Atenas bajo la dirección de la Dra. Elena Kountouri (jefa de la Dirección de Antigüedades Prehistóricas y Clásicas del Ministerio de Cultura), en estrecha colaboración con el Eforado de Antigüedades de Beocia.

Fuentes: labrujulaverde.com | Ministerio de Cultura de Grecia | Greek Reporter | 8 de noviembre de 2019

José Farrujia y Alfredo Mederos critican la composición del comité de expertos sobre el origen de los guanches

José Farrujia, con su último libro, ‘Identidad canaria’. | FRAN PALLERO

La creación del comité de especialistas para rastrear el origen de los guanches no pasó inadvertida desde que se anunció y, al poco, el historiador José Farrujia ya dejó claras sus discrepancias en las páginas de este periódico en un amplio artículo. En él, discutía sobre todo la composición del equipo y que se dejara fuera a museos o investigadores que apuntan a que, antes de las tribus bereberes, en Canarias, al menos en ciertas islas y por los descubrimientos más recientes, hubo asentamientos de otras civilizaciones. Por eso, censura que no se haya integrado a profesores como Carmen del Arco (catedrática de Prehistoria de la ULL que investiga restos arqueológicos en el islote de Lobos), Pablo Atoche (homólogo en la ULPGC) o Alfredo Mederos, de la Universidad Autónoma de Madrid.

En declaraciones a EL DÍA, Alfredo Mederos (izquierda), señaló el pasado viernes que la composición del equipo obedece a "algo normal, que es que la directora de Patrimonio busque a gente con la que ha colaborado en sus publicaciones". No obstante, remarca que es especialista en arte rupestre y que sobre el origen de los guanches o los primeros poblamientos de canarias hay otras visiones distintas a la de que fueron traídos por los romanos a finales del siglo I a.C. o principios del I d.C. Asimismo, subraya que muchas de estas tesis del equipo de Antonio Tejera Gaspar son meras hipótesis no contrastadas, como que los guanches desconocieran la navegación.

Mederos subraya que, en las dos últimas décadas, han aparecido pruebas de que se dieron poblamientos desde el siglo VI y en el III, al menos, en islas como Lanzarote y Tenerife, "sin descartar incluso etapas previas". No especifica si fueron fenicios, cartagineses o púnicos, pero sí subraya que hubo poblaciones de estas civilizaciones en distintos puntos del norte de África, también en Marruecos, en esos siglos. "No es que vinieran de Italia", recalca.

Eso sí, aclara también que ambas tesis no se anulan ni invalidan. "Esos poblamientos pudieron fallar y tiene lógica que, en islas como Tenerife y Gran Canaria, que son más ricas en recursos, hubiera más. Enfrente está esa tesis de investigadores que llamo aislacionistas, que creen que solo hubo una población que se asentó, en lo que yo llamaría modelo patera desde el Sáhara o Marruecos. Sin embargo, está constatado que, quizás con la duda de La Palma, en la etapa romana, en el siglo II y III d.C., ya estaban el resto de islas pobladas, pero, además, existen pruebas en Lanzarote desde el siglo VI a.C. y, en Tenerife, del III a.C. sin que hubiera imperio romano".

En su opinión, el problema actual es que, "desde 1993, el Gobierno regional dejó de dar dinero para investigaciones arqueológicas por inacción de CC y pese a su nombre. Cedieron las competencias a los cabildos, que sí tienen partidas, o daban dinero de forma discrecional. Además, ha faltado regularidad porque se pidió que los profesores que investigaran tenían que publicar sus resultados. Tejera Gaspar, por ejemplo, y aunque ha escrito libros de divulgación, no los ha hecho de investigación de campo y su única excavación es de los años 80 en el yacimiento de Rubicón (Lanzarote)".

Por eso, reclama al nuevo Gobierno, "y más con este cambio que ha habido, que reanude una política de publicaciones específicas sobre Canarias y financie excavaciones de manera regular, ya que, desde 1993, muchas han sido de emergencia y sin gran interés científico, bien porque una carretera iba a afectar a un yacimiento o por motivos así, pero en sitios que fueron utilizados durante muchos siglos, como pasó con la cueva de Bencomo".


Reconstrucción facial de una aborigen guanche a partir de los restos de un cráneo, textiles y de otras costumbres, como las trenzas. El Día

Mederos también cuestiona que se le dé tanta importancia a la parte genética. No le quita relevancia, pero considera que con los estudios genéticos nunca se podrá saber el origen de las primeras poblaciones en las Islas de manera definitiva o, por ejemplo, si esas poblaciones previas de las que hablan se mezclaron o permanecieron hasta las de origen bereber.

Reconoce que, en el islote de Lobos o en los yacimientos que apuntan a otras civilizaciones en Lanzarote o Tenerife, no han encontrado restos humanos, "pero es imposible determinar si se dio esa mezcla o no. Los fenicios y púnicos estuvieron en Tánger y Cartago, por ejemplo. La cerámica encontrada en Lobos procede del puerto de Cádiz y eso tiene mucha lógica porque era un puerto adonde llegaba gente de muchas procedencias diferentes, pero no basta con la genética, sino que se necesitan estudios históricos mucho más amplios".

"Las ánforas romanas encontradas, a las que no suele dársele mucha importancia, nos indican que hubo barcos que llegaron a las Islas entre el II y el VI d.C., ya en etapa bizantina, pero ¿cómo se puede demostrar que los guanches desconocían la navegación? ¿Por qué los trajeron los romanos y no se quedaron o asentaron? Son solo hipótesis que tratan de fijar que solo hubo un poblamiento y esos éramos nosotros, pero hubo muchos contactos en esa etapa y tampoco se le da relevancia a los hallazgos de cerámica romana".

A su juicio, y frente a Tejera Gaspar, sí que se produjo una involución entre los guanches, pero se produjo, sobre todo, desde el 600 d.C., "cuando se produce la conquista de los árabes del norte de África. Hubo un claro retroceso tecnológico y, desde entonces, el desarrollo es mucho más local o, incluso, insular, pero no hasta entonces".

Para este historiador, y en línea con Farrujia en su artículo, aún se está a tiempo de que, si existe voluntad real, el equipo de expertos creado por la Dirección de Patrimonio sea mucho más plural y quepa el disenso. Además, advierte de lo innecesario que resultaría un intento de buscar un consenso sobre una especie de "historia oficial" porque eso, al final, lo diluye la fuerza de los hechos y pruebas. De ahí que insista en que aún se está a tiempo y, sobre todo, insista en que el nuevo Gobierno debe reimpulsar las investigaciones arqueológicas y publicaciones de este tipo en las Islas para paliar la parálisis de los últimos 26 años, justa y curiosamente con gobiernos sucesivos de CC.

Fuente: eldia.es | 4 de noviembre de 2019

------------------------------------------------------------------------------------------------

¿Cabe una única visión del origen de los guanches?

Que las ciencias sociales (y cualquier otra) son producto de la historia y que lo que prima en cada momento son ciertos paradigmas científicos, pero cambiantes y alejados de verdades absolutas está bastante asentado, aunque, por pura intracoherencia, también esto resulta permeable a la crítica. La teoría de Thomas Kuhn sobre esos cuerpos de leyes, premisas y conclusiones no ha perdido vigor, pero, a la mínima, surgen situaciones que alimentan la polémica.

Hace pocos días, el Gobierno regional sorprendía al anunciar, desde la Dirección de Patrimonio, que creaba un comité de expertos integrado por 7 profesores bajo la dirección de Antonio Tejera Gaspar (izquierda) para un "ambicioso" proyecto investigador que dé respuestas al origen, etapas y evolución del poblamiento guanche de las Islas. La noticia chirriaba porque, en 32 años de cogobiernos con CC, no se había dado este paso, pero, además, ya han salido algunas voces críticas con la composición del equipo y porque temen que se parta de una única tesis para corroborarla casi como "historia oficial" sin que quepa el disenso.

El primer especialista que ha mostrado su malestar no con la idea, pero sí con los especialistas elegidos y esa supuesta "única verdad" es el historiador José Farrujia de la Rosa (ULL), quien en un artículo publicado el 26 de octubre en EL DÍA discutía buena parte de lo ocurrido con esta iniciativa. A su juicio, hay motivos para discrepar de la idea principal del equipo de Gaspar Tejera: que los guanches eran tribus bereberes del Norte de África que desconocían la navegación y que fueron traídos a las Islas (que tampoco se veían desde su ubicación en África) por los romanos entre el año 25 antes de Cristo y 25 d.C. En su opinión, "se confunde política, arqueología y pensamiento institucionalizado" al descartar posibles incursiones previas de fenicios u otras civilizaciones (cartagineses, púnicos...).


El equipo lo componen Juan Francisco Navarro (arqueólogo y profesor de la ULL que se encargará de la cronología); Rosa Fregel (profesora, entre otras materias, de Genética de la ULL); Irma Mora, fundadora de la Cátedra Cultural de Estudios Bereberes de la ULL; el arqueólogo y conservador del Museo de Arqueología de Tenerife, José Juan Jiménez; Juan Antonio Belmonte, doctor en Astrofísica y estudioso de la lengua jeroglífica egipcia, así como Antonio Chausa, profesor y experto en África continental de la ULL.

Indígena de La Gomera, según ilustración de Leonardo Torriani (1596). ELDÍA

En declaraciones a EL DÍA, Tejera Gaspar insiste en que esos integrantes los ha elegido él y la directora de Patrimonio, María Antonia Perera, para cuestiones muy concretas a analizar "en la primera etapa del proyecto, pues habrá otras luego. Se puede discutir si debe estar uno u otro, pero se sabe que, en todas las acciones humanas, eso es así. Están los que consideramos oportunos y seguramente habrá incorporación de otras personas". Según recalca, "en todo acto humano hay siempre disensión y críticas porque, felizmente, no hay pensamiento único, que se deja para gente como Franco. Los que estamos no opinamos todos igual, pero creo que las críticas deberían hacerse más cuando el trabajo ya esté terminado".

Eso sí, a su juicio resulta innegable el origen bereber de los guanches coincidente con el imperio romano. "Para mí, no hay ninguna duda. Hay otras personas con otra opinión, pero, desde hace 400 años, ya los cronistas e historiadores hablaron de los orígenes africanos de las Islas porque se habla el bereber, lengua emparentada con lo que hoy llamamos bereber o amazigh, escriben con la misma escritura, están emparentados y relacionados con los romanos... Es decir, hay una serie de hechos históricos, arqueológicos, culturales y antropológicos evidentes. Por supuesto que se puede opinar lo contrario, pero por eso hay una genetista o gente que estudia las escrituras líbico bereberes, un especialista en el África romana y otro en las cronologías". A su juicio, el objetivo de los romanos no se puede asegurar con rotundidad, pero indica que solían desterrar a poblaciones y preparar otros territorios para facilitar una posible expansión posterior, "como hicieron los portugueses con negros del Senegal en Cabo Verde".

"Desde que entré en la universidad en 1966 -ahonda-, aprendí que toda investigación es felizmente abierta y todo el mundo puede opinar. Nosotros, por ejemplo, publicamos el libro 'Bereberes contra Roma' y algunos han dicho que no interesa nada, pero otros lo creen estupendo". Sobre si hay dirección y fines políticos, se muestra tajante en el no. "Si le quieren buscar patas políticas, que lo hagan. Llevo trabajando sobre esto treinta y pico años. El impulso político lo da la directora, que es una arqueóloga interesada en esto desde hace muchísimo, pero, desde luego, no hay ninguna orientación política ni de ella ni del equipo. En absoluto".

Igual de contundente es sobre si se busca una especie de historia oficial: "Estoy acostumbradísimo a esto desde hace mucho. No sé qué es lo que llaman historia oficial; sé lo que es historia buena o mala. Además, si hay comentarios en contra y oposición, estupendo, pues eso significa que hay mucha gente interesada". En este sentido, remarca que lo que buscan en esta etapa es "comparar los hechos culturales muy característicos de la población canaria y el Norte de África. No entran cuestiones de organización social, antropológicas o religiosas, que quedan para otro momento".
"Vamos a las cosas más evidentes, contrastables y objetivas. Por ejemplo, comparar la escritura, la genética de ambas zonas y lo que queda hoy, las antiguas hablas y lo que ha permanecido. Asimismo, nos centraremos en la incidencia de los romanos en el Norte de África desde el 146 a.C. en el poblamiento de Canarias, que Alicia García y yo estudiamos en ese libro. Y más adelante se entrará, con otra gente, en estudios comparativos sobre costumbres, religión, organización social y otras manifestaciones arqueológicas".

"No hubo involución y sí guanches muy aislados"

El profesor también tiene claro que los guanches no conocían la navegación, que no sufrieron una involución por aislamiento, sino una adaptación a un medio muy difícil y que, eso sí, quizás cambiaron el metal por material lítico. Tras la conquista, remarca que los hubo casi sin contactos con los castellanos, al menos en el XVI, sobre todo en zonas "que interesaban poco" del Sur. También recalca que está "comprobadísimo" la continuidad de indígenas en documentos de matrimonios, que ya Colón se llevó a varios en su segundo y tercer viaje a América y que se vendió a muchos en la Península.

"El poblamiento se dio en no más de un siglo"

En lo que dice no tener ninguna seguridad es en si fue un poblamiento homogéneo o escalonado. "Sí creo que se dio en no más de un siglo por las cronologías, y trajeron las cabras, ovejas, cochinos y perros. Hay diferencias culturales entre las Islas porque ya en el Norte de África son enormes. Tampoco se sabe por dónde se dio primero, si por una isla u otra. También se especula sobre si hubo contactos entre los pobladores de las distintas islas, aunque está claro que desde Tenerife se ve Gran Canaria, La Gomera... O que el Teide se ve desde todas y hay hechos arqueológicos por muestras religiosas".

"Sin vínculos neolíticos de 2.000 o 3.000 años"

Tejera Gaspar considera que uno de los principales errores o mitos falsos sobre los guanches es que se trata de una población muy antigua. "Se les vinculó con culturas neolíticas de hace 2.000 o 3.000 años o con los míticos clásicos griegos, las islas de las Hespérides, la Atlántida... Felizmente, esto se ha superado desde hace tiempo, aunque, de alguna forma, todavía se mantienen estas viejas ideas entre alguna gente. Pero no, los griegos no, Platón no, ni Homero. Sostenemos que el poblamiento se dio entre el año 25 a.C. y 25 d.C., y esto ya lo dijeron investigadores como Álvarez Delgado".

Fuente: eldia.es | 4 de noviembre de 2019

Esta es la muralla romana más grande de Lérida

La excavación del Hort del Cavaller que quedó al descubierto parte de la muralla romana y la puerta de acceso a la ciudad. (ACN)

Una semana de excavación ha sido suficiente para confirmar la presencia de una de las puertas de la muralla de la ciudad romana de Isona, en Lérida. El hallazgo está en “buen estado de conservación en un extenso tramo”, según la directora de la excavación, Cristina Belmonte.

La construcción data del siglo I a.C., y convierte la muralla de Isona en la más grande de Lérida, tanto en extensión como en altura, según Ignacio Garcés, profesor de la Universidad de Barcelona (UB). Los arqueólogos también han descubierto la presencia de numerosas construcciones de viviendas como estancias o alcantarillado de la época altoimperial (siglos I-II d.C.) que son el resultado de la ampliación fuera muralla de la ciudad.

Ver vídeo en este enlace.

Belmonte ha explicado que han encontrado cerámica ibérica en esta misma zona que hace pensar en un asentamiento íbero bajo la ciudad romana. Garcés, investigador principal del proyecto, destaca la “suerte” que tiene Isona de tener “un yacimiento extraordinario” de una ocupación ibérica, la antigua ciudad de Aeso, y encima una ciudad romana que experimenta un crecimiento urbanístico fuera de la muralla durante los siglos I-II d.C. La campaña del mes de octubre así lo ha podido corroborar.

Garcés también explicó que más allá del descubrimiento actual, lo importante es poder tener, a poco más de un kilómetro, una ciudad romana (Aeso), y una villa romana (Llorís). Asimismo, ha afirmado que “pocos lugares en Cataluña disponen de estos dos asentamientos en un espacio tan cercano y en este grado de conservación tan extraordinario”.



"Este hallazgo aportará el conocimiento de una ciudad romana a los pies de los Pirineos y su entorno y que hasta ahora no había sido estudiada” según Garcés. Esto hará que los próximos años atraiga investigadores nacionales y extranjeros, según de investigador.

Belmonte explicó que trabajos anteriores, de 1992 y 2015, ya apuntaban la conservación de un tramo de muralla romano republicana (inicios siglo I a.C.) así como la puerta oeste de la ciudad. La campaña arqueológica llevada a cabo entre los días 21 y 31 de octubre en la parcela del Hort del Cavaller, propiedad del Ayuntamiento de Isona y Conca, así lo han confirmado.

Fuente:lavanguardia.com | 5 de noviembre de 2019

Marcas de corte y fractura en fósiles de la Cuenca de Orce permiten conocer cómo se alimentaban los primeros europeos

Vista de la superficie de excavación del yacimiento de Fuente Nueva-3 durante la campaña del año 2013. Supervisando los trabajos aparece, en último término y en pie, la profesora M. Patrocinio Espigar.

Un equipo de científicos pertenecientes a la Universidad de Málaga, al Instituto de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) de Tarragona y al Museo de Historia Natural de Los Ángeles (California, EEUU), liderado por la profesora del Departamento de Ecología y Geología de la UMA, María Patrocinio Espigares, ha identificado y cuantificado las modificaciones de origen humano conservadas en los restos fósiles de grandes mamíferos de los yacimientos de Barranco León y Fuente Nueva-3, en Orce (Cuenca de Baza, Granada), datados en 1,4 millones de años.

Estas localidades arqueopaleontológicas conservan las evidencias sobre restos óseos de presencia humana más antiguas conocidas, por el momento, en Europa occidental, incluido un diente humano de leche. Su análisis ha permitido conocer mejor la alimentación de los primeros europeos.

Marca de corte en un fragmento de hueso exhumado en el yacimiento de Fuente Nueva-3 durante la campaña de excavaciones del año 2014.

Consumo de cadáveres

Durante este trabajo se han analizado unos 15.000 huesos fósiles. Según los expertos, se ha registrado 227 restos con modificaciones producidas por grupos humanos primitivos, consistentes en diferentes tipos de marcas de corte (incisiones, aserrados, raspados y tajos), originadas durante el despellejamiento, desarticulación, descarnación y evisceración de los cadáveres; así como marcas de fractura (muescas, extracciones de lascas de hueso, puntos de impacto y roturas espirales), producidas durante la fracturación de los huesos para acceder al tuétano de su interior.

“Estas marcas se efectuaron con piedras de sílex y caliza, bien representadas en ambos yacimientos. Además, pero ya en menor proporción, algunos restos presentan también marcas ocasionadas por la dentición de grandes carnívoros, como hienas, y de roedores, incluyendo puercoespines”, explica la profesora de la UMA (izquierda).

Así, la experta asegura que la presencia de abundantes marcas de corte y de fractura realizadas con herramientas de piedra, pone de manifiesto el consumo de los cadáveres de animales por parte de los primeros europeos.

Fuente: uma.es | 28 de octubre de 2019

Descubren «la primera ciudad de Gran Bretaña» cuyos habitantes construyeron el Stonehenge

La trinchera de la terraza, que se muestra en primer plano, proporcionó la mayoría de las dataciones mediante radiocarbono en el V milenio a.C., ayudando a cerrar la brecha entre los períodos Neolítico y Mesolítico en el área de Stonehenge. (Foto: Tom Lyons).

Un equipo de científicos ha descubierto recientemente más de 70.000 herramientas de piedra, así como una intrigante plataforma ceremonial que sugiere que el área tenía importancia ritual, en un lugar llamado Blick Mead, situado a tan sólo unos dos kilométros del famoso círculo de piedra de Stonehenge y que estuvo habitado hace 10.000 años, según informa el diario The Sun.


Quién es responsable de construir Stonehenge es un misterio que los arqueólogos han deseado responder. Se cree que el monumento fue construido entre 3.000-2.000 a.C., pero su propósito y la forma en que las personas prehistóricas pudieron construirlo ha desconcertado a los eruditos durante siglos.

Aunque las poblaciones de cazadores-recolectores rara vez se asientan en un solo lugar, el profesor David Jacques (izquierda), de la Universidad de Buckingham, cree que el sitio pudo haber sido un campamento permanente donde vivían al menos los niños, ancianos y enfermos, según cuenta The Telegraph.

De hecho, los arqueólogos llaman ahora a Blick Mead la «cuna del Stonehenge». Este profesor se preguntaba: «Cuando miras a Stonehenge, piensas "¿dónde estaba la gente?". Y tiene sentido que si quieres encontrar a las personas que lo construyeron, la idea obvia es buscar dónde está el agua».

«En Blick Mead descubrimos un montón de cosas. Hasta 2006 solo se habían recuperado 30 hallazgos de este período y ahora tenemos más de 70.000, por lo que ha sido un cambio total» comenta Jacques. Los arqueólogos creen que la proximidad de Blick Mead al agua y los buenos pastos para el pastoreo de ganado lo convirtieron en el lugar perfecto para un asentamiento permanente.

El yacimiento de Blick Mead se encuentra a pocos metros de la autopista A303, el cual se muestra a la izquierda de la misma.

«Estamos hablando de un área muy pequeña a la que la gente venía una y otra vez y creo que probablemente era algún tipo de asentamiento permanente, por lo que todas nuestras ideas sobre cómo los cazadores recolectores se mueven en comunidades dispersas necesitan ser revisadas», añade Jacques.

«Esto hace que Stonehenge sea más interesante, puesto que le da una historia más larga, vinculándolo con gentes del Mesolítico. Blick Mead es realmente la cuna de Stonehenge».
En la actualidad Blick Mead es un pequeño curso de agua, pero durante el período Mesolítico estaba en el centro de una llanura de inundación, y un enorme río corría a través de la misma, proporcionando agua durante todo el año. Una alga rara llamada hildenbrandia crece en primavera, convirtiendo las piedras en rojas, lo que aumenta su atractivo mágico.

La antigua fuente con el mismo nombre de Blick Mead en todo su esplendor. (Foto: Universidad de Buckingham


Y en un momento en que la mayor parte de Gran Bretaña estaba cubierta por bosques densos, las muestras de polen de los últimos 8.000 años nos dicen que era una zona abierta en la que deambulaban los extintos uros.

Los arqueólogos piensan que los antiguos británicos se asentaron en el área porque era donde estaban dichos uros, y consideraban que estos animales eran sagrados y cruciales para la alimentación. Solo un uro macho habría alimentado a 300 personas, y el análisis de las capas mesolíticas del suelo de 8.000 años muestra esporas de hongos que crecen con el estiércol del ganado.

Los cráneos y huesos de uros también se colocaron deliberadamente en zanjas en Stonehenge, lo que sugiere que sus constructores los consideraban animales eran sagrados, y los mismo proporcionan un vínculo entre la gente de Blick Mead y los constructores del monumento megalítico.
Los resultados de las excavaciones recientes se presentarán en un nuevo documental de la serie Ciudades Perdida con Albert Lin, del canal National Geographic.


Fuentes: abc.es | www.archaeology.co.uk |telegraph.co.uk | dailymail.co.uk | 4 de noviembre de 2019