El Museo Arqueológico Nacional se suma a la celebración de las Jornadas Europeas de Arqueología

El Museo, en colaboración con el CSIC, se une a esta iniciativa dedicada a la arqueología en Europa

El programa consta de 15 actividades diferentes, destinadas a acercar al público la Arqueología, sus métodos de investigación y la conservación del patrimonio arqueológico

30-mayo-2019.- El Ministerio de Cultura francés lleva encomendando desde 2010 al INRAP (Instituto Nacional de Investigaciones en Arqueología Preventiva) la coordinación y promoción de las Jornadas Nacionales de Arqueología (JNA). Con motivo de su décimo aniversario, la celebración de las jornadas se ha ampliado a todos los países europeos. El Museo Arqueológico Nacional, en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se une a este primer evento dedicado a la arqueología en Europa.

En las Jornadas, que tendrán lugar los días 14, 15 y 16 de junio, participan diferentes países europeos en los que los especialistas de la arqueología se movilizan para que el público descubra los tesoros del patrimonio y los entresijos de la disciplina. Una gran oportunidad para concienciar y familiarizar al público europeo con la arqueología y sus retos.

Durante los tres días que duran las Jornadas, el Museo acogerá un total de 15 actividades, con 42 sesiones, destinadas a acercar al público la Arqueología y sus métodos de investigación, a la conservación y difusión del patrimonio arqueológico. Están dirigidas tanto al público infantil como a jóvenes y adultos, para que todos puedan disfrutar de las experiencias del trabajo de campo y posterior estudio de los objetos hallados.

Las actividades se desarrollarán en los espacios expositivos y salas de conferencias del museo, así como en algunas áreas internas, a las que normalmente el público no tiene acceso. Además, en el jardín exterior se instalará una carpa que acogerá actividades al aire libre.

Entre la variedad de propuestas ofertadas en las Jornadas Europeas de Arqueología en el MAN, los asistentes tendrán la oportunidad de acercarse a espacios como la cámara acorazada del Gabinete de Numismática, o conocer de cerca el trabajo de conservación y restauración de las piezas en el museo. También podrán disfrutar de recorridos temáticos en las salas de exposición, así como adentrarse en la investigación arqueológica en nuestros encuentros con investigadores. Además, algunas de nuestras piezas abandonan su espacio en los almacenes del museo para que el público conozca de cerca la historia que hay tras ellas. Y los más pequeños podrán disfrutar de varios talleres que los transformarán en arqueólogos por un día.

Consulta el programa completo aquí:
Jornadas Europeas de Arqueología MAN

La caída de la fertilidad pudo provocar la extinción de los neandertales

Xavier ROSSI / Gamma-Rapho via Getty Images

Los neandertales, la especie humana más parecida a nosotros, habitaron Eurasia durante 300.000 años para desaparecer hace unos 40.000 por causas que aún son desconocidas. Su extinción ha sido explicada por diversos factores, como la presión del hombre anatómicamente moderno, enfermedades o cambios en el clima, aunque recientemente ha cobrado peso la hipótesis, elaborada a partir de datos de individuos de El Sidrón (Asturias), de que la endogamia, la unión de personas de ascendencia común o naturales de un pequeño espacio geográfico, pudo ser un factor decisivo.

Ahora, un nuevo estudio realizado por el equipo de Anna Degioanni (izquierda) de la Universidad Aix Marseille (Francia), apunta a un factor que quizás esté relacionado: la escasa natalidad. El informe, sostenido por modelos poblacionales, se ha publicado en la revista de acceso abierto PLOS ONE.

La falta de datos empíricos que permitan probar las hipótesis es uno de los mayores desafíos para los investigadores que estudian la extinción de los neandertales. Para probar escenarios hipotéticos alternativos, Degioanni y sus colegas han creado un modelo de población neandertal que les permite explorar factores demográficos que podrían haber provocado una disminución de las poblaciones y finalmente la extinción durante un período de 4.000 a 10.000 años (un marco de tiempo compatible con la historia conocida de estos homínidos).

Distribución espacial y ubicación de las 3 subpoblaciones neandertales consideradas en el estudio. El sur de Europa (etiquetado A en verde), el norte de Europa (etiquetado B en amarillo) y el este de Europa (etiquetado C en púrpura). El modelo demográfico completo que se utilizó para simular la dinámica de la población neandertal estaba compuesto por tres submodelos correspondientes a cada una de las subpoblaciones identificadas. Incluimos un parámetro de migración (señalado con ψ) para permitir que los individuos se muevan de una subpoblación a otra. Los investigadores crearon parámetros demográficos de referencia para su modelo de extinción neandertal (por ejemplo, supervivencia, migración y tasas de fertilidad) basados en datos de observación sobre grupos de cazadores-recolectores modernos y grandes primates existentes, así como en datos paleogenéticos y empíricos neandertales disponibles de estudios anteriores. Los autores definieron las poblaciones como extintas cuando caían por debajo de 5.000 individuos.


Haciendo variar los parámetros e incorporando lo poco que se sabe sobre estos antiguos humanos, los autores concluyen que algunas hipótesis son improbables: por ejemplo, un aumento de la mortalidad infantil o de adultos relacionada con conflictos o epidemias.

«¡Esto lleva a una desaparición demasiado rápida de la población neandertal!», escribió a la agencia AFP Silvana Condemi (izquierda), antropóloga de la Universidad de Aix Marsella y coautora del estudio. «En cambio, una disminución muy leve de la fertilidad, pero exclusivamente en las mujeres más jóvenes (menores de 20 años), permite llegar a la desaparición de la población en los tiempos conocidos», explicó. «Esta baja en la fertilidad es muy pequeña, pero es suficiente durante un tiempo largo para hacer desaparecer al neandertal».

«Un ligero descenso exclusivamente para las mujeres más jóvenes hace posible obtener la desaparición de la población en los tiempos conocidos». Tal vez la llegada del Homo sapiens haya provocado una paulatina presión sobre los alimentos disponibles para los neandertales. «Una reducción de los alimentos, y por lo tanto de calorías, es perjudicial para el embarazo», dijo Condemi.

Hembras jóvenes

De esta forma, observaron que en su modelo, la extinción hubiera sido posible en 10.000 años con una disminución en las tasas de fertilidad de las hembras jóvenes (menores de 20 años) de solo el 2,7%; si la tasa de fertilidad disminuía en un 8 %, la extinción ocurría dentro de 4.000 años. Si esta disminución en la fertilidad se viera amplificada por una reducción en la supervivencia de los bebés (niños menores de un año) de tan solo un 0,4%, podría haber llevado a la extinción en 10.000 años.

Los autores intentaron explorar posibles escenarios de extinción neandertal en lugar de plantear una explicación definitiva. Sin embargo, señalan que este estudio es el primero en utilizar datos empíricos para sugerir que cambios demográficos relativamente menores, como una reducción de la fertilidad o un aumento de la mortalidad infantil, podrían haber conducido a la extinción del neandertal.

«Este estudio no intenta explicar por qué desaparecieron los neandertales, sino identificar cómo pudo haber ocurrido», explican los investigadores. «Los resultados sugieren que una reducción muy pequeña de la fertilidad puede explicar la desaparición de la población neandertal, pero esta disminución no afectó a todos los neandertales femeninos, sino a las más jóvenes (menores de 20 años)».

«Nuestros resultados abren el camino a eventos no catasróficos como explicaciones plausibles para la extinción del neandertal», concluyen los investigadores.

Fuentes: abc.es | elcomercio.com | independent.co.uk| 29 de mayo de 2019

Los animales en la Hispania romana, protagonistas en La Olmeda (Palencia)

Una exposición que descubre el papel que tuvieron los animales en el asentamiento romano de Hispania nse desarrollará en la villa romana de La Olmeda, en Pedrosa de la Vega (Palencia), organizada por la Diputación de Palencia y el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida.

La muestra, titulada "Animalia Inter Emeritenses", se enmarca en las actividades del programa Cultura a la Romana que cada año la Diputación de Palencia desarrolla en el yacimiento arqueológico de Pedrosa de la Vega, y se podrá visitar desde el próximo sábado 1 de junio hasta el 30 de noviembre, según ha informado la institución en un comunicado.


Esta exposición, que ya se ha podido contemplar en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida (MNAR), está centrada en el papel de los animales en la antigua colonia Augusta Emerita, en los utensilios vinculados a su interacción con el ser humano y en vestigios y huellas directas de su presencia en el entorno de la antigua ciudad.

Los animales han estado presentes en el devenir de la humanidad desde siempre y en distintas facetas de la vida tan variadas como la alimentación, el trabajo y la compañía.


De esta relación han quedado abundantes testimonios en época romana y en este caso se muestra el ejemplo de la colonia Augusta Emerita.

Debido a su interés y la profunda interacción de algunas de estas facetas con el ámbito rural que define el yacimiento de La Olmeda, se ha decidido exhibir gran parte de su contenido en el espacio museístico de esta villa romana.

La muestra que podrá verse en La Olmeda incluirá las especies conocidas y su figuración en un apartado, los usos que el hombre hacía de los animales bajo otro epígrafe y los restos físicos o huellas de los animales en una tercera clasificación. EFE


DESCARGAR DÍPTICO EXPOSICIÓN

Fuentes: lavanguardia.com | 29 de mayo de 2019

Descubren una curiosa figura de marfil con forma de cierva, un "diente de cachalote" y una pieza de ídolo en Valencina (Sevilla)

Las excavaciones arqueológicas incluidas en el proyecto de la nueva biblioteca de Valencina de la Concepción (Sevilla), saldadas con el descubrimiento de un gran foso de 6,6 metros de anchura flanqueado por restos arquitectónicos de estructuras quizá de carácter defensivo, --vestigios todos asociados a una "gran obra civil" acometida en el asentamiento humano que poblaba esta zona del Aljarafe durante la Prehistoria--, incluyeron además el hallazgo de diversos "elementos singulares" como una pieza de marfil con forma de "pequeña cierva".

Así queda de relieve en la memoria preliminar redactada sobre los resultados de dicha investigación arqueológica de carácter preventivo, un documento en el que se detalla que además de la localización de las mencionadas estructuras, novedosas como "primeros elementos constructivos con rocas de gran tamaño" descubiertos en el antiguo asentamiento calcolítico de Valencina y Castilleja de Guzmán al margen del ámbito funerario, fueron recuperados una serie de elementos singulares.
Entre estos elementos singulares, según se precisa en esta memoria preliminar recogida por Europa Press, los arqueólogos destacan "una pieza de hueso/marfil representando a una pequeña cierva, un fragmento de ídolo-placa, una curiosa roca grabada o un buen ejemplar de diente de cachalote".

MÁS DE MEDIO CENTENAR DE CAJAS DE VESTIGIOS HISTÓRICOS

"La abundancia de material arqueológico ha sido una constante durante toda la excavación, de modo que se ha podido contabilizar un total de 2.504 bolsas de materiales que suponen en torno a 60 cajas o contenedores", figura en la memoria preliminar del proyecto de investigación, abundando que en el caso de las cerámicas, los fragmentos recogidos están marcados por "una fuerte componente clásica del Calcolítico de Valencina con los típicos platos de borde almendrado o los recipientes cerrados globulares", si bien "junto a ellos se identifican materiales de factura muy cuidada con decoraciones pintadas, bruñidas o con aplicación plástica y sobre formas con mayor abundancia de carenas o de menor espesor, entre otras características diferenciadoras".

Esta investigación arqueológica de carácter preventivo, como ha sido señalado, se encuadra en el proyecto promovido por el Ayuntamiento de Valencina de la Concepción para construir un nuevo edificio que albergue las instalaciones de la biblioteca municipal.

Estructuras halladas en Valencina. JUAN MANUEL VARGAS

El lugar elegido para ello es el recinto del antiguo instituto Las Encinas, enclavado en entre las calles Trabajadores y Alegría, desalojado tiempo atrás a cuenta del estreno en 2007 de un nuevo complejo para el instituto en la calle Federico Garcia Lorca, pero recuperado a partir del curso 2009/2010 para su uso original, dado el creciente número de alumnos del municipio que desembarcaba en la educación secundaria.

EL LEGADO CALCOLÍTICO DE VALENCINA Y GUZMÁN

A la hora de encuadrar estos hallazgos, no sobra recordar que 779 hectáreas de Valencina y Castilleja de Guzmán están declaradas como zona arqueológica, al albergar múltiples vestigios del gran asentamiento humano que, durante la Edad del Cobre, habría poblado con mayor o menor frecuencia este entorno de la cornisa aljarafeña.

No en vano, Valencina y Castilleja de Guzmán albergan los dólmenes de La Pastora, Matarrubilla Montelirio y Ontiveros, así como otros numerosísimos vestigios de su pasado calcolítico, toda vez que un estudio publicado en la revista científica Journal of World Prehistory y recogido por Europa Press exponía que con una extensión de unas 450 hectáreas, el asentamiento Calcolítico de Valencina y Castilleja de Guzmán "es de lejos el mayor asentamiento de la Edad del Cobre" en toda la Península Ibérica y "posiblemente uno de los mayores de Europa occidental en la Prehistoria tardía".

Fuente: 20minutos.es | 3 de junio de 2019

ADN antiguo cuenta la historia de los primeros pastores y agricultores del este de África

Los pastores mueven cabras a través de la cuenca de Engaruka en el valle del Rift, en el norte de Tanzania. El ADN antiguo muestra que esta forma de vida se extendió por África oriental a través de múltiples movimientos de población. Crédito: Katherine Grillo

Un estudio de colaboración dirigido por arqueólogos, genetistas y conservadores de museos proporciona respuestas a preguntas no resueltas sobre la vida en el África subsahariana hace miles de años. Los resultados fueron publicados en línea en la revista Science el jueves 30 de mayo.
Investigadores de instituciones norteamericanas, europeas y africanas analizaron el ADN antiguo de 41 esqueletos humanos conservados en los Museos Nacionales de Kenia y Tanzania, y en el Museo Livingstone de Zambia.

«Los orígenes de los productores de alimentos en el este de África siguen siendo difíciles de alcanzar debido a las lagunas en el registro arqueológico», dijo la coautora Mary Prendergast, profesora de antropología y catedrática de humanidades en el campus de la Universidad de Saint Louis en Madrid.

La coautora y autora primera, Mary Prendergast, Ph.D., es profesora de antropología y catedrática de humanidades en el campus de la Universidad de Saint Louis en Madrid, España. Crédito: Mary Prendergast

La investigación ofrece una mirada a los orígenes y movimientos de los primeros productores de alimentos africanos. «Este estudio utiliza el ADN para responder preguntas que no se pueden resolver sobre cómo se movían e interactuaban las personas», agregó Prendergast.
La primera forma de producción de alimentos que se extendió por la mayor parte de África fue el pastoreo de ganado vacuno, ovino y caprino. Esta forma de vida continúa ayudando a millones de personas que viven en las praderas áridas que cubren gran parte del África subsahariana.

«Hoy en día, África oriental es uno de los lugares con mayor diversidad genética, lingüística y cultural del mundo», explica Elizabeth Sawchuk (izquierda), bioarqueóloga en la Universidad de Stony Brook y coautora del estudio. «Nuestros hallazgos remontan las raíces de este mosaico a varios milenios. Distintos pueblos han coexistido en el Valle del Rift durante mucho tiempo».

Investigaciones arqueológicas anteriores muestran que el Gran Valle del Rift de Kenia y Tanzania fue un sitio clave para la transición del forrajeo al pastoreo. Los pastores de ganado aparecieron por primera vez en el norte de Kenia hace unos 5.000 años, asociados con elaborados cementerios monumentales, y luego se extendieron hacia el sur en el Valle del Rift, donde se desarrollaron las culturas del neolítico pastoral.

Los nuevos resultados genéticos revelan que esta propagación de la manada en Kenia y Tanzania involucró a grupos con ascendencia derivada del noreste de África, que aparecieron en la zona oriental y se mezclaron con recolectores locales entre 4.500-3.500 años atrás. Anteriormente, los orígenes y el momento de estos cambios poblacionales no estaban claros, y algunos arqueólogos plantearon la hipótesis de que los animales domésticos se propagaban a través de redes de intercambio, en lugar de a través del movimiento de personas.

Después de hace unos 3.500 años, los pastores y los forrajeros se aislaron genéticamente en el este de África, a pesar de que continuaron viviendo lado a lado. Los arqueólogos han planteado la hipótesis de una interacción sustancial entre los grupos de forrajeo y pastoreo, pero los nuevos resultados revelan que existían barreras sociales fuertes y persistentes que duraron mucho después de los encuentros iniciales.


El ganado pasta en el lago Manyara en el valle del Rift de Tanzania. El ADN antiguo está arrojando luz sobre los primeros pastores de África oriental. Crédito: Mary Prendergast

Otro importante cambio genético ocurrió durante la Edad del Hierro hace alrededor de 1200 años, con el movimiento hacia la región de pueblos adicionales tanto del noreste como del oeste de África. Estos grupos contribuyeron a los perfiles de ancestros antiguos similares a los de muchos africanos del este de hoy. Este cambio genético es paralelo a dos grandes cambios culturales: la agricultura y el trabajo del hierro.

El estudio proporcionó información sobre la historia de África oriental como un centro independiente de evolución de la persistencia de la lactasa, que permite a las personas digerir la leche hasta la edad adulta. Esta adaptación genética se encuentra en altas proporciones entre los pastores de Kenia y Tanzania en la actualidad.

Fuentes: phys.org | theconversation.com | 30 de mayo de 2019

Dos estudios arrojan luz sobre las complejas migraciones y cruces genéticos en el poblamiento de Norteamérica

El análisis de ADN antiguo ilumina la evolución de la población en América del Norte hace unos 5.000 años. (Foto: Kerttu Majander, diseño de Michelle O'Reilly)

Hace 12.000 años, durante el Pleistoceno superior, Siberia y Alaska estaban conectadas por un puente de tierra. Poblaciones de cazadores y recolectores llegados desde Asia podían atravesar esa región natural -llamada Beringia- rumbo al este. Durante mucho tiempo el límite de ese viaje estuvo marcado por dos gigantescas capas de hielo que se elevaban por encima de 2.000 metros y cubrían la mayor parte de lo que hoy es Canadá. En Beringia convivieron con la megafauna local -que incluía mamuts, rinocerontes lanudos y bisontes- hasta que, una vez que el hielo comenzó a derretirse, esos pioneros pudieron por fin aventurarse hacia el sur.

El ADN nos ofrece ahora una ventana para entender esos acontecimientos remotos. Las huellas genéticas de los primeros pobladores de Siberia y Norteamérica aparecen detalladas este miércoles en sendos artículos de la revista Nature, en los que los autores identifican sus vínculos con las comunidades modernas y sugieren cómo los eventos climáticos marcaron su evolución. En el primer trabajo, un grupo de investigadores de varios países ha comparado el genoma de habitantes (pasados y presentes) de Alaska, Siberia, las Islas Aleutianas y Canadá.

Los primeros humanos en alcanzar Norteamérica llegaron desde Asia hace 14.500 años, aunque no pudieron atravesar el sur de Alaska hasta 3.000 años después, cuando por fin apareció un corredor libre de hielo.
"Estas gentes tenían una estructura genética que hoy en día ya no está presente en Siberia", señala Stephan Schiffels (izquierda), investigador del Instituto Max Planck de Historia de la Ciencia. "Se trata de individuos en los que, aproximadamente, la mitad de su herencia genética se origina en Asia oriental y la otra mitad en Eurasia, por lo que también están emparentados con los actuales europeos del norte".


La isla Aleutiana de Attu, Alaska. Poco después de que los paleo-esquimales llegaran a Alaska hace unos 5.000 años, se mezclaron con personas cuya composición genética se parecía a la de los grupos indígenas más meridionales. Los ancestros de los isleños aleutianos provienen directamente de esta mezcla de los dos grupos. © Jason Rogers

PALEOESQUIMALES

La siguiente corriente genética no llegaría hasta hace unos 5.000 años, gracias a un pueblo que los científicos catalogan como paleoesquimales. "Eran, en su mayoría, parientes lejanos de los actuales habitantes de Chukotka y Kamchatka (noreste de Siberia), y presentan una ascendencia asiática más clara", explica Schiffels.

La historia de los pueblos nativos americanos habría sido moldeada por el intercambio de genes entre paleoesquimales y los primeros americanos en diferentes periodos, un intercambio que dio origen a las actuales poblaciones de habla esquimo-aleautiana (presentes desde Alaska a Groenlandia) y de lengua na-dené (que se encuentran dispersas desde Alaska hasta la frontera norte de México).

"Si bien los paleoesquimales son genéticamente muy diferentes a los primeros americanos, sabemos que se mezclaron entre sí en dos ocasiones diferentes: una para dar lugar a la población fundadora de los atabascas y otros grupos de habla na-dené, y otra de la que resultan los ancestros de los actuales inuits".

ESLABÓN PERDIDO

El segundo trabajo que se publica en Nature se centra en los pueblos del noreste de Siberia, una región habitada por Homo sapiens desde hace al menos 40.000 años. En él se describe cómo el hallazgo de dos dientes de leche en un yacimiento junto al río Yana (Rusia) ha revelado la existencia de un pueblo hasta ahora desconocido, que vivió allí durante el final del último periodo glacial.
"Creemos que la gente de Yana se separó de los primeros eurasiáticos hace cerca de 38.000 años", afirma Martin Sikora (izquierda), científico del Centro de GeoGenética de la Fundación Lundbeck en la Universidad de Copenhague. "Este grupo representa un nuevo linaje de humanos primitivos, con una relación muy lejana con los siberianos actuales".

Los científicos descubrieron dientes de leche humanos en un yacimieno cerca del río Yana en Siberia. El ADN que contenían es el material genético más antiguo que se ha recuperado de Siberia. Crédito: Sikora et al.

De manera que, al igual que ocurre con los primeros americanos, este misterioso pueblo tiene una relación genética más estrecha con los antiguos pobladores de Eurasia occidental que con pueblos del extremo oriente, más cercanos geográficamente, "lo que sugiere una dispersión temprana en la región desde el oeste", afirma Sikora.

Los científicos creen que estos primitivos siberianos del norte proporcionan el "eslabón perdido" para comprender la evolución genética de los indígenas americanos y sostienen que ese grupo emigró por primera vez a Beringia en algún momento hace entre 30.000 y 15.000 años. Como prueba presentan los restos de un individuo encontrado en un yacimiento cerca del río Kolimá, en Siberia, que presentan una particular mezcla de ADN con rasgos de esa población previamente desconocida y de pueblos de Asia oriental, una combinación muy similar a la que presentan los actuales americanos.

Un fragmento de cráneo de hace 9.800 años recuperado cerca del río Kolima en Siberia. Su ADN reveló que una población desconocida, los paleo-siberianos, pueden haber sido los antepasados ​​de los nativos americanos vivos. Crédito: Elena Pavlova.

Además, se trata de la primera vez que se descubren restos humanos tan estrechamente relacionados con las poblaciones americanas fuera de ese continente. Los hallazgos apuntan dinámicas complejas en la región siberiana a lo largo de diferentes periodos, incluyendo al menos tres grandes eventos migratorios: la aparición inicial de esos primitivos pueblos del norte, una segunda oleada de pueblos de Asia oriental (que da lugar a los antiguos paleoesquimales) y una tercera migración, ya en el Holoceno, de pueblos de Asia oriental, a los que se suele denominar neosiberianos y de los que descienden más directamente los actuales habitantes de la región.

Fuentes: elmundo.es | nytimes.com | genomeweb.com | sciencedaily.com | mpg.de | 5 de junio de 2019