Estela de Mesha. El recuadro blanco marca la línea 31 objeto de interpretación (réplica de yeso del original en el Museo del Louvre).
El rey bíblico Balak (o Balac) podría ser una figura histórica. Un estudio de la Universidad de Tel Aviv cree haber identificado el nombre del líder moabita en una nueva lectura de la Estela de Mesha, una piedra de basalto negra con una inscripción del siglo IX a.C., descubierta en 1868 en las ruinas de la ciudad bíblica de Dibon, en Moab, actual Jordania.
Un grupo de expertos liderados por el profesor Israel Finkelstein (izquierda) analizó imágenes de alta resolución de la Estela de Mesha y propuso una lectura alternativa a la aceptada hasta el momento.
Un nombre en la línea 31 de la estela, que se pensaba que decía «Casa de David», diría en realidad «Balak», el rey de Moab al que se hace referencia en la historia de Balaam recogida en Números 22-24. Esta nueva investigación podría tener consecuencias para el estudio de la Biblia y la historia antigua de Israel.
La piedra, que se encuentra actualmente en el Louvre, es una pieza histórica significativa por poseer una inscripción que cuenta la historia de la expansión territorial del rey Mesha de Moab, mencionado en la Biblia. La estela se fracturó en el siglo XIX y faltan algunas partes, pero se conserva una copia inversa de la inscripción hecha antes de que se rompiera. Su estudio ha permitido obtener información importante del período.
Copia del texto de la estela de Mesha (Derecha).
«Este estudio es importante porque nos permite entender el territorio de Judá y de Moab y sus procesos de expansión, sumado a la historia de Jerusalén en el siglo IX a.C.», explicó a Efe Finkelstein.
Estudios previos habían establecido que uno de los nombres grabados en la piedra era el de la Casa de David, dinastía real que gobernó sobre el Gran Reino de Israel.
Sin embargo, el nuevo análisis de la Universidad de Tel Aviv refuta tal interpretación y propone que el nombre en cuestión, ubicado en un fragmento poco legible en la línea 31 de la inscripción, es el del rey Balak.
Según esta propuesta, «Balak puede haber sido una figura histórica: el rey de la región al sur del río Arnon hasta que Mesha conquistó su reino».
La línea 31 analizada en el estudio
De esta manera, Balak, quien también fue rey de Moab, pero que se creía había vivido en el siglo XIII a.C., pasaría a formar parte de la historia antigua de la región y específicamente del período del que data la Estela de Mesha.
Además, Filkestein agregó que esta nueva lectura aporta cierto grado de verificación de ese tiempo y que «al descartar la lectura de la Casa de David descartamos que el reino de Judá haya conquistado al de Moab, algo que puede ser significativo para la historia antigua de Israel».
La historia antigua de Israel marca, según la Biblia, que para ese entonces los judíos estaban radicados en territorios un poco más extensos que el actual Israel, en el llamado Reino Unido de Israel.
En el siglo X a.C. se produce una partición que lo divide entre el Reino de Israel, al norte, y el Reino de Judá, al sur, hasta que estos dos territorios son conquistados: los del norte por los asirios en el siglo VIII a.C. y los del sur por los babilonios en el siglo VI a.C.
Los judíos más tarde retornarían a esa tierra gracias a un decreto de Ciro el Grande, gobernante del Imperio Persa que había conquistado esa región.
Fuente: abc.es| 3 de mayo de 2019
La sala recién descubierta en la Domus Aurea de Nerón en Roma. EFE
Un equipo de arqueólogos ha descubierto una nueva sala de la «Domus Aurea», el inmenso complejo palaciego del emperador Nerón, una estancia ricamente decorada con una esfinge y centauros que ha permanecido oculta los últimos dos milenios.
Los expertos accedieron por primera vez a esta sala de la que solo puede apreciarse su parte alta, pues la inferior está enterrada por los sedimentos acumulados, informó hoy el Parque Arqueológico del Coliseo, en Roma, al que pertenece el yacimiento de la «Domus Aurea»
Posición en el plano de la nueva sala en la "Domus Aurea".
Se trata de una estancia abovedada, bien conservada y ricamente decorada, con recuadros en rojo sobre fondo blanco que contienen en su interior figuras mitológicas pintadas con intensos colores.
Guerrero armado con espada y una aljaba.
Una de ellas representa un guerrero armado con espada, escudo y una aljaba para transportar flechas que combate contra una pantera, y también aparecen representaciones de centauros y del fauno Pan, deidad silvestre y de los pastores en la mitología helénica.
El dios Pan.
En estos muros además constan criaturas acuáticas reales y fantásticas, un paisaje con pájaros, dibujos de columnas, todo decorado con motivos vegetales, guirnaldas, y estelas de colores como el verde, el amarillo o el rojo.
Decoración vegetal con un pájaro.
Pero la pintura más representativa es la que precisamente ha dado nombre a la habitación, una solitaria esfinge que se erige sobre lo que parece ser un «betilo«, un objeto sacro de forma cónica.
Esfinge sobre un betilo.
Son las típicas figuras con la que los romanos de aquella época decoraban las estancias y se repiten en otros lugares de la Domus, mandada construir por este emperador de la dinastía Julia-Claudia tras el destructor incendio del 64 d.C sobre la colina Opio de Roma.
Animales acuáticos.
La directora del yacimiento, Alfonsina Russo, celebró este descubrimiento pues considera que servirá para "narrar la atmósfera de los primeros años del principado de Nerón", uno de los emperadores más míticos de la Antigua Roma, sobre la que reinó hasta su muerte en el 68 d.C.
Fuentes: lasprovincias.es |ansa.it | 9 de mayo de 2019
El Museo Nacional de Arte Romano acoge la exposición «Dionysos-Baco. Un Dios para los humanos» de junio a diciembre.
La figura del Dios Dionysos griego, Baco para los romanos, está estrechamente ligada al universo de las representaciones teatrales. Numerosas obras tratan, desde distintas vertientes trágicas o cómicas, la mayoría de las ocasiones, a un dios que era el paradigma del placer y hedonismo para los humanos. Por ello, en esta edición 2019 del Festival, se ha elegido este mito como hilo conductor de la exposición temporal en el Museo Nacional de Arte Romano que patrocina el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, teniendo presente las obras propias y otras de la colección permanente del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, institución que participa por primera vez.
Del 16 al 17 de julio de 2019 se representará la obra "Dionisio" en el teatro de Mérida por la Compañía de Rafael Amargo.
Varias obras de cerámica ática griega, con temas dionisíacos en su decoración, inician el discurso expositivo, pues no en vano eran piezas utilizadas en banquetes, simposia. Objetos singulares que nos retrotraen a los siglos V y IV a.C., donde los humanos veneraban a Dionysos en sus encuentros públicos y privados.
También el mundo del teatro está muy presente con el relieve de ménade danzante (derecha), procedente del teatro emeritense, en el que se escenifica uno de esos cortejos y danzas orgiásticas que acompañaban a Baco en la sociedad romana. Piezas de la colección emeritense, domésticas, funerarias y suntuarias con el motivo de Baco en sus distintos pasajes vitales.
El mosaico de Baco y Ariadna, plasmando su encuentro amoroso en la isla de Naxos, nos muestra una pieza doméstica de fines del siglo IV d.C. como colofón de los ciclos paganos ante un nuevo mundo cristiano.
Mosaico de Baco y Ariadna. 376=425 (Fin. s. IV d.C. - principios s. V.d.C.). Museo Nacional Romano. Mérida.
Las pinturas de la Casa del Mitreo, con temas y ciclos báquicos, ponen de manifiesto este símbolo en ambientes domésticos dedicados al placer del encuentro y banquete. Se presenta por vez primera este conjunto pictórico, uno de los mejores y más singulares de la Península Ibérica.
Dionysos – Baco acompañará a nuestros visitantes y le revelará, con las elocuentes imágenes de nuestras colecciones, nuevas visiones de aquel universo mitológico del mundo clásico.
Dra. Trinidad Nogales. Comisaria de la exposición. Directora del MNAR.
Fuente: Infoprovincia.net | 5 de mayo de 2019
La ubicación perfectamente medida de la pata de oso (en la imagen), sugiere que se había colocado allí a propósito, en lugar de ser desechada después de un banquete.
Una tumba de la Edad de Piedra hallada en Polonia contenía una pata de oso de 4.500 de antigüedad. Lo notable es que, aun cuando los enterramientos prehistóricos suelen incluir ofrendas animales, los arqueólogos de aquel país nunca habían encontrado restos de oso en una tumba.
Según informes de Science in Poland (PAP), un equipo de científicos está examinando el enterramiento, el cual fue descubierto hace unos años cuando un residente de la población de Święcica excavaba una entrada para su cochera. Al explorar el sitio, los investigadores encontraron una amplia cavidad de acceso que conduce a una cámara mortuoria donde, en su opinión, es muy probable que hayan tenido lugar ritos funerarios. En dicha cámara descubrieron dos esqueletos desmembrados -un hombre adulto y un infante muy joven-, además de vestigios de fuego y una quijada de cerdo que pudo haber tenido significación ritual.
“Resulta que al fondo de la cavidad de acceso, justo antes del nicho funerario, hallamos un único resto óseo de ganado y una pata de oso casi completa. Dicha pata es un descubrimiento muy singular para una tumba del Neolítico tardío”, informó Elżbieta Sieradzka, candidata doctoral del Instituto de Arqueología de la Universidad de Rzeszów, en entrevista con PAP.
La pata mantenía su distribución anatómica natural, lo cual sugiere que la extremidad se encontraba intacta y que fue depositada de manera deliberada en la tumba, en vez de desecharla después de un banquete.
Restos de la pata de oso de 4.500 años de antigüedad encontrada en la tumba junto a restos desmembrados de un hombre y un niño pequeño.
El análisis óseo corrió a cargo de la Dra. Mirosława Zabilska-Kunek y el profesor Daniel Makowiecki, miembros de la facultad del Instituto de Arqueología de la Universidad de Rzeszów. Estos científicos señalaron que, si bien las tumbas del periodo suelen contener huesos de ganado vacuno y porcino, el hallazgo de este enterramiento proporciona información valiosa en cuanto a los rituales que se llevaban a cabo hacia el final de la Edad de Piedra.
“La pata de oso pudo haber sido una ofrenda para los difuntos”, prosiguió Sieradzka. “Hay numerosos casos que apuntan al significado simbólico de los restos animales. Por ejemplo, los habitantes de Feno Escandinavia [en el extremo sur de la península escandinava] creían que los colmillos, las garras, el báculo [hueso del pene] y las patas de oso poseían poderes curativos, protegían el ganado de los depredadores, y conferían al propietario los sentidos y la fuerza del animal”. Sieradzka añadió que, en ocasiones, creaban amuletos con patas de oso, tal vez en la creencia de que ahuyentaban el mal.
Restos óseos humanos hallados en la tumba junto a una vasija.
Aunque no han esclarecido por qué los esqueletos estaban desmembrados, los arqueólogos polacos señalan que muchos otros enterramientos europeos de la Edad de Piedra han producido restos mutilados. Por ejemplo, hay pruebas de que, hace 6,000 años, las comunidades de las islas Orcadas de Escocia sepultaban a sus muertos intactos. Sin embargo, con el paso de tiempo, desmembraban los cadáveres de manera sistemática.
Tumba en Irlanda donde se descubrió que los cuerpos habían sido desmembrados como parte de un ritual funerario.
De hecho, hace poco, un equipo que trabaja en el noroeste de Irlanda encontró una tumba de 5.000 años de antigüedad que contenía esqueletos desmembrados, lo cual indica que los habitantes realizaban ritos funerarios muy complejos. “Hallamos huellas de cortes practicados con herramientas de piedra en las inserciones tendinosas y ligamentosas de las articulaciones más importantes, como hombro, codo, cadera, y tobillo”, informa en un comunicado del Dr. Jonny Geber, arqueólogo y antropólogo biológico del Departamento de Anatomía de la Universidad de Otago, Nueva Zelanda. “Esto parece indicar que los parientes y la comunidad ‘procesaban’ los cadáveres de varias maneras, incluidas la incineración y el desmembramiento. Es muy posible que lo hicieran con la finalidad de que las almas de los difuntos alcanzaran la siguiente etapa de su existencia”.
Fuentes: newsweekespanol.com | scienceinpoland.pap.pl | archeowiesci.pl | 3 de mayo de 2019
Emiliano Bruner, paleoneurólogo del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) acaba de publicar un artículo de perspectiva en la revista Journal of Comparative Neurology, sobre el estudio de la forma cerebral en la evolución humana, en el que se considera la relación evolutiva entre los humanos y el resto de los primates.
La neuroanatomía evolutiva debe integrar dos fuentes de información diferentes: fósiles y de especies vivas. Los fósiles suministran datos sobre el proceso de evolución, mientras que las especies vivas lo hacen sobre el producto de la evolución. Desafortunadamente, el registro fósil es parcial y fragmentado, y con frecuencia no puede respaldar validaciones para hipótesis evolutivas específicas. Las especies actuales pueden proporcionar indicaciones más completas, pero no representan grupos ancestrales o formas primitivas.
En concreto, en este artículo se revisan las limitaciones en los estudios de neuroanatomía evolutiva y las diferentes aportaciones de los análisis sobre primates actuales y homínidos extintos. Por ejemplo, los grandes simios todavía se interpretan como modelos biológicos primitivos, aunque son especies evolucionadas e independientes del camino evolutivo del género humano. “Los macacos o chimpancés se usan frecuentemente como sustitutos de las condiciones ancestrales humanas, a pesar de ser linajes divergentes y especializados, con sus propias características biológicas”, afirma Emiliano Bruner (izquierda).
En cuanto a los fósiles pueden aportan informaciones más directas sobre el proceso evolutivo, pero las limitaciones de las muestras no permiten a menudo una valoración científica de las hipótesis, generando excesivas especulaciones. En este sentido, como explica Bruner, “los linajes independientes, como los neandertales, no deben confundirse con las etapas humanas ancestrales modernas”.
Moldes endocraneales
El artículo introduce además los métodos más recientes de análisis geométrico computarizado y de imágenes biomédicas, describiendo las principales variaciones de cerebros y moldes endocraneales en los humanos actuales y en los homínidos extintos, así como la relación espacial entre cerebro y cráneo en el género humano.
Finalmente, plantea la integración de las informaciones anatómicas y culturales con los conocimientos en neurobiología para formular hipótesis sobre evolución cognitiva. Un ejemplo sería la evolución de la corteza parietal y de sus esquemas de conexiones cerebrales.
Este artículo, titulado Human paleoneurology: shaping cortical evolution in fossil hominids se ha publicado en un volumen dedicado a la evolución de la corteza cerebral, editado por Verónica Martínez-Cerdeño y Stephen Noctor, de la Universidad de California en Davis (EE.UU.).
Fuente: cenieh.es | 30 de abril de 2019
Después de una elección de 'dar' por el perro de la derecha, el perro de laizquierda fue recompensado. Una puerta transparente entre los dos recintos permitía a los perros ver si una pareja era recompensada por sus acciones o no, así como comprobar la identidad de tal pareja.
Hace unos 15.000 años algunos lobos dejaron de serlo. Se convirtieron en animales dóciles y leales a su nueva compañía, la humanidad. Durante ese proceso de domesticación, lobos asiáticos y europeos comenzaron a acompañar a las personas en sus asentamientos gracias a su capacidad para adaptar su dieta a las basuras que desechaban. Además, tenían una gran comprensión de los comportamientos sociales humanos y a estos les venían de perlas durante sus cacerías. Poco a poco, se fue asentando esa amistad hasta que los lobos se transformaron en perros domésticos. Y al jurar fidelidad a sus nuevos compañeros, perdieron el sentido de la solidaridad con su propia especie.
"Nuestros hallazgos ciertamente sugieren que los perros perdieron cierta prosocialidad entre ellos, en comparación con los lobos", explica Rachel Dale (izquierda), del Wolf Science Center en Viena, especializada en el comportamiento animal. Su equipo acaba de publicar los resultados de su trabajo con estos dos grupos de animales y su sentido de la solidaridad. El estudio, publicado en PLOS One, muestra que los lobos mantienen con salud de hierro esta camaradería, mientras que los perros parecen haber perdido la propensión a ayudar al compañero. "Esto sugiere que durante la domesticación, los perros perdieron cierta confianza mutua y, por lo tanto, ya no necesitan tener tanta consideración por las necesidades de los perros como los lobos", concluye Dale.
Los investigadores realizaron una serie de pruebas con perros y lobos para medir esa "prosocialidad" de la que habla Dale, como una acción voluntaria de la que se beneficia un tercero. En la prueba, a la que los cánidos estaban habituados, tenían la oportunidad de accionar un mecanismo que le regalara una pieza de comida a un compañero en una estancia contigua. Tanto lobos como perros realizaban la prueba junto a miembros de su manada, es decir, congéneres con los que se han criado y conviven. Los lobos tuvieron un comportamiento notablemente solidario hacia sus compañeros de grupo y les proporcionaban comida muy por encima de los escenarios de control establecidos por los científicos.
"Los perros no", zanja el estudio, "en esta prueba, los perros no mostraron ninguna respuesta prosocial hacia su compañero". Incluso accionaban más veces el mecanismo para enviar comida a la otra estancia cuando estaba vacía que cuando había otro perro. Todos los animales conocían perfectamente el mecanismo y las consecuencias del mismo. Cuando los perros tenían la oportunidad de enviarse comida a sí mismos, recuperaban el interés en la prueba.
Sin embargo, los lobos mantuvieron siempre un robusto interés en lo que hacían, aunque fuera enviar premios a otro camarada. Los lobos también dejaron claro que la suya no era una generosidad universal: solo mandaban comida a lobos de su manada. Con los lobos de otro grupo, aunque los conocieran, no mostraban esa fraternidad.
¿Hemos convertido en egoístas a los perros por medio de la domesticación? "Como científica, es difícil para mí ser tan directa como decir que los perros pueden ser más egoístas que los lobos. No hemos demostrado que le quitarían activamente la comida a otros", advierte Dale. "Sin embargo, puedo decir que a través de nuestra serie de estudios hemos demostrado que tienen menos probabilidades que los lobos de donar alimentos a otros de su propia especie", resume esta experta del vienés Instituto de Etología Konrad Lorenz.
Los lobos dependen de la cooperación en gran medida para muchos aspectos de su vida, incluida la reproducción, la caza y la defensa del territorio. Los perros criados en libertad, explican en el estudio, cooperan menos que los lobos, usualmente alimentándose solos y criando en soledad, aunque en algunos estudios se ha visto que los perros tienen ese sentido de la solidaridad hacia otros perros de su entorno.
Hasta ahora, algunas hipótesis sobre la domesticación sugerían que su relación con los humanos los llevó a desarrollar este comportamiento prosocial, mientras que otros planteamientos argumentan que este rasgo es solo una herencia de sus antepasados, que ya tenían estas aptitudes sociales. "Estos resultados sugieren que los comportamientos prosociales que están presentes en las poblaciones de perros mascota probablemente se deriven de rasgos ancestrales", concluye el estudio.
"Desde una perspectiva evolutiva, nuestros hallazgos refuerzan el vínculo que algunos han sugerido entre la cooperación y el comportamiento prosocial, lo que mejora nuestra comprensión del altruismo y la cooperación", afirma Dale. Es decir, que los perros tienen cierto carácter solidario gracias a su origen lobuno, pero que seguramente ha quedado muy reducido por sacarlos de sus manadas y meterlos en nuestras casas durante miles de años.
Fuente: elpais.com | 2 de mayo de 2019