El 'mercader de marfil' enterrado en Castilleja de Guzmán
Una investigación científica sobre las élites en las antiguas sociedades de la Edad del Cobre atribuye la fundación de "un importante linaje de prestigio e influencia a un gran mercader de marfil" enterrado en dicho periodo en el entorno del dolmen de Montelirio, enclavado en Castilleja de Guzmán (Sevilla), al ser descubierto su cadáver con "suntuosos efectos funerarios de marfil sin parangón" en toda la Península, lo que probaría su papel como "gran hombre" de la "historia social" del asentamiento calcolítico aljarafeño.
Dicho trabajo, titulado "Definiendo las élites: un análisis comparativo de la clasificación social en la Edad del Cobre ibérica", está firmado por Leonardo García Sanjuán, Marta Cintas-Peña, Martin Bartelheim y Miriam Luciañez Triviño, quienes advierten de que aunque el estudio de las cúpulas de las sociedades complejas previas a los estados y la formación de tales grupos sociales "ha sido uno de los asuntos clásicos en la antropología y la arqueología desde la mitad del siglo XX", en el caso de la investigación del Calcolítico ibérico "resulta llamativa su ausencia".
Por eso, el propósito de este estudio es "detectar expresiones arqueológicas de la diferenciación social" y la "jerarquización"en dicho periodo de la Prehistoria peninsular, a partir de enterramientos individuales encuadrados en la Edad del Cobre ibérica en los que fueron descubiertos objetos o efectos funerarios de carácter "especial".
Porque, como razonan los autores de este estudio recogido por Europa Press, "la distinción social de una persona de alto rango durante su vida probablemente se haya reflejado en un tratamiento funerario excepcional".
Piezas de marfil halladas en un yacimiento en Valencina de la Concepción (Sevilla). /UA
INDIVIDUOS "SOCIALMENTE EXCEPCIONALES"
Para esta investigación, estos científicos analizan una muestra de inhumaciones de individuos del Calcolítico ibérico "que parecen haber sido socialmente excepcionales". Se trata de ocho enterramientos pertenecientes a seis yacimientos arqueológicos o localizaciones relacionadas con la Edad del Cobre: Camino de las Yeseras y la Magdalena en Madrid, Valle de las Higueras en Toledo, La Vital en Valencia, y en la provincia de Sevilla la cueva de La Molina y el entorno prehistórico de Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán.
En ese sentido, el estudio presta especial atención a un enterramiento descubierto en las inmediaciones del dolmen de Montelirio, enclavado en Castilleja de Guzmán, hallado en 1998 y caracterizado por un corredor de unos 39 metros de longitud. Se trata del cadáver de un "joven adulto de entre 17 y 25 años" localizado en una estructura funeraria y "rodeado de una completa colección de artefactos, incluyendo un colmillo de elefante africano cuidadosamente colocado alrededor de su cabeza, un gran plato de cerámica situado a su espalda, 21 filos de sílex, una hoja de daga" de dicho mineral y junto a ella una pieza de ámbar que habría decorado la empuñadura del cuchillo.
Además, el ajuar mortuorio de este individuo incluía "dos recipientes de marfil", diversos fragmentos de dicho material y un pequeño puñado de cobre, siendo rociado el cadáver y su prolijo ajuar con un "pigmento de intenso color rojo".
"GRAN HOMBRE" DEL ASENTAMIENTO CALCOLÍTICO
La abundante presencia de efectos de marfil en esta inhumación condujo a los investigadores a tratar al individuo enterrado con el apodo de "marchante" o "mercader"de marfil, exponiendo este estudio que las pruebas bioarqueológicas y contextuales sugieren que este "vendedor de marfil pudo haber sido un trabajador duro engrandecido por sí mismo"hasta la categoría de "gran hombre" de la "historia social" del asentamiento calcolítico de Valencina y Castilleja de Guzmán.
Es más, los autores de este trabajo describen a este marchante de marfil como "el fundador de un importante linaje cuyo prestigio e influencia sobrevivió" más allá de él mismo "durante algún tiempo". Y es que en el marco de este mismo estudio y las ocho inhumaciones individuales analizadas, los investigadores atisban una "posible conexión social o de parentesco" entre este hombre y una mujer cuyo cadáver fue descubierto en la cueva artificial de La Molina, localizada en Lora de Estepa (Sevilla) y datada entre finales del IV milenio y la primera mitad del III milenio antes de Cristo.
Dicho posible vínculo deriva de que el ajuar funerario de esta mujer incluía "varios objetos de marfil" como una empuñadura para un cuchillo de pedernal, un colmillo de elefante colocado alrededor de su cabeza "casi exactamente del mismo modo"que en el caso del "mercader de marfil" de Montelirio, dos recipientes decorados, un objeto con forma de media luna y "otros fragmentos indistinguibles" de dicho material.
Puñal de hoja de cristal de roca y enmangue de marfil de Montelirio (Sevilla). M. A. Blanco; Grupo ATLAS, Universidad de Sevilla
"RIQUEZAS ESOTÉRICAS"
En paralelo, los autores de este estudio exponen que estos dos enterramientos presentaban "suntuosos efectos funerarios de marfil sin parangón" en el Calcolítico ibérico, argumentando que el acceso del "mercader de marfil" y la mujer de La Molina a "materiales exóticos" representa "el mejor ejemplo conocido" en la Península sobre la manera en la que "el uso de riquezas esotéricas con ideologías externas asociadas puede servir como marca definitoria de estatus y como popularidad política, usada para materializar relaciones políticas".
Y dado que este trabajo incluía también los cadáveres de dos mujeres enterradas en la cámara principal del dolmen de Montelirio, ambas interpretadas como posibles "sacerdotisas" y una de ellas hallada con vestigios de "una túnica muy elaborada" y colgantes de ámbar y marfil, estos expertos barajan la idea de que estas cuatro personas pudieran estar "conectadas dentro de una estructura social dominada por linajes en competencia".
"De hecho, dada su proximidad geográfica y posibles nexos sociales, se puede argumentar que estas cuatro personas fuesen parte de dinámicas sociales específicas acontecidas en el Valle del Guadalquivir en el comienzo del tercer milenio antes de Cristo", consideran García Sanjuán, Cintas-Peña, Bartelheim y Miriam Luciañez, quienes concluyen que en dicho periodo "la posición de las élites era inestable", extremo que probarían por ejemplo las fluctuaciones en la actividad funeraria del asentamiento calcolítico de Valencina y Castilleja de Guzmán.
A - Obsidiana en depósitos piroclásticos en Zayukovo (Baksan); B – C - rocas de obsidiana (“bombas volcánicas”) varían en color y forma.
Investigadores rusos han descubierto que tribus neandertales que habitaron el Cáucaso intercambiaban obsidiana entre sí hace unos 70.000 años a través de largas cadenas de contacto, según queda reflejado en un estudio publicado en la revista Journal of Archaeological Science.
Los especialistas estudiaron y compararon herramientas antiguas hechas de obsidiana o de vidrio volcánico, un tipo de roca ígnea, que fueron halladas en distintas zonas de la región del Cáucaso. Tras analizar la composición química de cada ejemplar de obsidiana, vieron que la mayoría de ellos provenía de un yacimiento situado en los alrededores de aldea Zayúkovo, en la república rusa de Kabardino-Balkaria.
Mapa en el que se muestra las ubicaciones de los principales yacimientos del Paleolítico Medio y Superior en el Cáucaso, así como algunas fuentes de obtención de obsidiana.
Dado que este recurso era extraído en las regiones centrales del Cáucaso, desde donde llegó al noreste y a otras zonas distantes situadas a 250-450 kilómetros, los especialistas concluyeron que los neandertales transportaron la obsidiana y la intercambiaron entre ellos.
Según los investigadores, la circulación de obsidiana empezó en el Paleolítico medio, llegando en ese periodo a más de 200 kilómetros desde el yacimiento mencionado, una distancia que después se amplió hasta los 450 kilómetros en el Paleolítico superior.
El transporte de obsidiana facilitó los contactos culturales entre los neandertales en estas regiones y confirma sus movimientos migratorios, desde el sur al norte en el comienzo del Paleolítico superior.
1.- Vista de la gruta de Saradj-Chuko (Fanduko); 2–9. - Herramientas de obsidiana de la capa 6B, obtenidas en excavaciones realizadas en 2017.
Fuente: actualidad.rt.com| 27 de noviembre de 2018
Uno de los atáudes. MINISTERIO DE ANTIGÜEDADES EGIPCIO
En tonos azules, marrones y verdes el cartonaje del sarcófago aún guardaba intacta la cara de quien habitó el ataúd durante cerca de tres milenios. Una misión de arqueólogos egipcios acaba de hallar ocho sepulturas con sus respectivas momias alojadas en cajas que han conservado sus colores con la vivacidad del primer día.
El último descubrimiento de la egiptología se ha producido bajo las arenas de la necrópolis real de Dahshur, un perímetro salpicado de pirámides ubicado a unos 40 kilómetros al sur de El Cairo y que -junto a las de Abusir, Saqara y Giza- son Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Las tumbas se han localizado precisamente al noreste de la pirámide negra del faraón Amenemhat II durante las labores de excavación.
"Los enterramientos contenían ocho sarcófagos de caliza con momias en su interior, tres de las cuales se hallan en un muy buen estado de conservación", relata Mustafa al Waziri (izquierda), secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades. Encajados en la piedra, los sarcófagos antropomorfos lucen un cartonaje exquisitamente adornado con el retrato del difunto y diferentes escenas religiosas que se extienden por todo su cuerpo.
Los esqueletos desempolvados del cementerio, cuya identidad aún se desconoce, encontraron reposo eterno en sus confines durante el período tardío o baja época, una etapa de la historia egipcia que transcurre desde el 664 hasta el 332 a.C. y en el que los últimos monarcas locales reinan una tierra que acaba en manos de Alejandro Magno y la dinastía ptolemáica.
Su presencia en Dahshur es una huella del uso a lo largo del tiempo de la necrópolis que levantó el faraón Seneferu (2614-2579 a. C.), padre de Keops y precursor de la auténticas pirámides. En su árida geografía se ubican las pirámides romboidal -con su doble inclinación causada por las modificaciones sufridas a mitad de obra- y la imponente roja, la primera de caras lisas que allanó el camino para que la técnica acariciara la perfección en los poliedros de la meseta de Giza.
Vista de la necrópolis real de Dahshur, donde se hallaron las momias M. DE ANTIGÜEDADES EGIPCIO
El cementerio faraónico, próximo a un cuartel de ejército y víctima de episodios de expolio en 2012, sigue proporcionando sorpresas. El año pasado asomó una cámara funeraria de la hija de un faraón que durante 3.700 años había permanecido lejos de los focos, un mes después de que se localizaran los restos de la pirámide de su padre, el monarca de la XIII dinastía Ameny Qemau. En la estancia, se halló una caja con los restos de la princesa: el hígado, el intestino, el estómago y los pulmones.
Las autoridades barruntan destinar los sarcófagos recién descubiertos -tras su preceptivo por el quirófano, el examen minucioso de sus achaques y su limpieza- a algunos de los nuevos museos que se construyen a orillas del mar Rojo, en las ciudades turísticas de Sharm el Sheij y Hurgada.
La máscara fue recuperada a comienzos de 2018, en circunstancias todavía desconocidas, por la Unidad de Prevención de Robos de la Autoridad de Antigüedades de Israel. Foto: Antiquities Theft Prevention Unit, Israel Antiquities Authority
Sin duda es uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del año: una misteriosa máscara de piedra de 9.000 años de antigüedad, del Neolítico, esto es, de la época de la revolución agrícola, recuperada a comienzos de 2018, en circunstancias todavía desconocidas, por la Unidad de Prevención de Robos de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA).
"Una investigación reveló el sitio arqueológico probable en el que se encontró la máscara inicialmente, en la región de Pnei Hever al sur de Har Hebron. Sus características, además de otros hallazgos en los contextos en que fue descubierta, demuestran que la máscara tiene 9.000 años de antigüedad, data del Neolítico precerámico B", explica la IAA en un comunicado que ha emitido hoy mismo.
Actualmente se conocen 15 máscaras en el mundo que datan de este periodo y sólo dos de ellas fueron descubiertas en un contexto arqueológico claro, que puede ser estudiado. "El sitio puede ayudarnos a entender la cultura material, la vida cotidiana durante la cual fue producida la máscara, probablemente como un objeto de culto", señala la IAA.
La última máscara de gran relevancia que se descubrió en Israel fue anunciada en marzo de 2015: una máscara romana de bronce que representa a Pan, el dios de los pastores y de los rebaños, que se convirtió en uno de los 10 hallazgos arqueológicos inolvidables ... para National Geographic España (abajo).
Esta nueva máscara descubierta en Israel "esun hallazgo único en el mundo arqueológico", según Ronit Lupu, de la Unidad de Prevención de Robos de la IAA. Está hecha de piedra caliza, de un color rosado amarillento, tiene una forma delicadamente ovalada y representa un rostro humano: dos cuencas profundas e inexpresivas, una nariz poco pronunciada y, sobre todo, una boca inclasificable, con los dientes marcados y una extraña sonrisa a la vez. Cuatro agujeros fueron perforados a lo largo del perímetro de la máscara, probablemente con la finalidad de ajustarla en la cara de un ser viviente o quizá para amarrarla a un poste o a otro objeto con el fin de mostrarla.
"La transición de una economía basada en la caza y en la recolección a la antigua agricultura y domesticación de plantas y animales estuvo acompañada de un cambio en la estructura social y de un fuerte aumento de las actividades rituales y religiosas. Los hallazgos rituales de este periodo incluyen las figurillas talladas con forma humana, los cráneos enyesados [como por ejemplo el enigmático cráneo de Jericó] y las máscaras de piedra", afirma Omry Barzilai, jefe del Departamento de Investigación Arqueológica de la IAA.
La máscara probablementefue producida como parte de un ritual que pretendía retener la apariencia de los antepasados familiares. "Esto llevó a enyesar los cráneos, a moldear las características faciales e incluso a insertar conchas en sustitución de los ojos. Las máscaras de piedra, como la de Pnei Hever, son similares en tamaño al rostro humano, por lo que los estudiosos tienden a relacionarlas con estas prácticas de culto", agrega.
García Moreno en el Aula Magna de la Universidad de Oviedo.
El avance incontenible de las huestes musulmanas no encontró apenas resistencia en toda la Península Ibérica hasta que en el 718, siete años después de la invasión, las tropas astures acaudilladas por Pelayo vencieron a los árabes en Covadonga. Ese es, grosso modo, el relato comúnmente aceptado del origen del Reino de Asturias. Pero son muchos los historiadores que discrepan, en todo o en parte, de ese relato.
Luis Agustín García Moreno, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Alcalá de Henares y miembro de la Real Academia de Historia, desgranó ayer, durante su intervención en el congreso "Nuevas visiones del Reino de Asturias", las circunstancias sociopolíticas que rodearon el declive del reino de Toledo y la invasión omeya, y planteó una hipótesis sobre el origen de la monarquía asturiana que exige retrasar la fecha de la batalla Covadonga cerca de dos décadas.
"Si hay una batalla en 718, o incluso en 722, ¿qué se hizo hasta que se consolidó el reino? Pero si retrasamos esa gran victoria cristiana hasta mediados del siglo VIII, todo cuadra. De ser en esos años, la rebelión bereber explicaría que ni hubiese réplica de los omeyas", reflexionaba ayer García Moreno, en una abarrotada Aula Magna de la Universidad de Oviedo.
El historiador construye esa hipótesis de trabajo sobre la crónica del Anónimo Mozárabe, de 754. En ese texto se refiere una expedición de Abd Al-Malik Ibn Qatan contra las montañas pirenaicas que, a su juicio, refleja la batalla de Covadonga.
García Moreno ya había esbozado esta teoría en un artículo científico, "Covadonga, realidad y leyenda", publicado en el Boletín de la Real Academia de la Historia. En ese texto precisa que la fecha probable de la batalla sería el 737, justo el año en el que se fija la muerte de Pelayo. Apenas dos años después, los bereberes se levantaron contra los omeyas en el Magreb y Al-Ándalus, en lo que se conoce como la "gran revuelta bereber". Este conflicto interno, que se prolongó más de tres años, sería a juicio de García Moreno la clave que explicaría la falta de respuesta por parte de los musulmanes a la victoria cristiana en la cordillera cantábrica.
La fecha de 718 para fijar la fecha de la batalla se debería a la coincidencia con otro suceso memorable: el 7 de junio de ese año se produjo un eclipse de sol visible desde buena parte de la península.
Durante esos veinte años que tradicionalmente se consignan como el gobierno de Pelayo, García Moreno considera que el noroeste peninsular podría haberse sometido al poder omeya mediante un pacto similar al que pudo sellar Agila II con los musulmanes para mantener su dominio en la zona nororiental.
La ponencia de García Moreno, sugerente y bien hilada, fue recibida con animosos aplausos por los asistentes al congreso, que se habían quedado sin poder ver a Roger Collins, de la Universidad de Edimburgo, en la conferencia inaugural. El historiador británico no pudo acudir a Oviedo por cuestiones personales, aunque remitió su conferencia, "El Reino de Asturias en la Europa de los siglos VIII a X", que fue leída por María Soledad Beltrán. Una sugerente ponencia en la que Collins analizaba cómo el reino de Asturias va tomando conciencia de sí mismo, y las relaciones políticas y económicas con otros reinos cristianos. Las sesiones se reanudan hoy, a las 9.00 horas, con una conferencia de María Josefa Sanz: "La escritura en el reino de Asturias".
Fuente: lne.es | 27 de noviembre de 2018 ----------------------------------------------------------------------------------------
«Apenas hay media docena de documentos» sobre los inicios del Reino de Asturias
De izquierda a derecha, Wenceslao López, Vicente Domínguez, Carlos Freire, Ángel Moraleda, Francisco José Borge, María Soledad Beltrán, Álvaro Solano Fernández-Sordo, María Álvarez Fernández y Javier Rodríguez Muñoz, en la inauguración del congreso sobre el Reino de Asturias. / PABLO LORENZANA.
El Reino de Asturias, desde el siglo VIII hasta el X, mantuvo relaciones con otras regiones europeas, como el litoral Atlántico francés o el Imperio Bizantino. Esa es la conclusión «más sugerente» que el Comisario del Principado de Asturias en los Actos del XIII Centenario, Javier Rodríguez Muñoz, destacó de la conferencia 'El reino de Asturias en la Europa de los siglos VIII a X', escrita por el investigador de la Universidad de Edimburgo, Roger Collins.
Ayer comenzó en el edificio Histórico de la Universidad de Oviedo el Congreso Internacional 'Nuevas visiones del Reino de Asturias'. La inauguración corría a cargo de Collins, que no pudo asistir por motivos familiares. María Soledad Beltrán Suárez (derecha), miembro del Comité Científico, leyó la ponencia de Collins quien, basándose en distintas fuentes, mantiene que, pese a la creencia de que Asturias era una región periférica y aislada, el incipiente reino asturiano mantuvo contactos con distintas regiones europeas. «Evidentemente tenemos muy poca documentación, pero de la poca que tenemos empezamos a ver que esa sensación de aislamiento no es cierta», indicó tras la conferencia Rodríguez Muñoz.
Este nuevo congreso supone «poner al día» todo lo que en los últimos años se ha investigado acerca del Reino de Asturias. «Muchas veces se avanza en determinadas parcelas y es conveniente reunir investigadores de distintos ámbitos y compartir los hallazgos que cada uno ha hecho», indicó el Comisario.
El principal problema con el que se encuentran los investigadores es la falta de documentos, sobre todo de los inicios del Reino de Asturias. «La historia se hace con textos, con documentos», apostilló. A su juicio, muchos de los escritos que se conservan son copias con modificaciones. «La documentación que se conserva es muy poca, y que esté limpia es difícil». Rodríguez Muñoz calcula que del siglo VIII no debe haber «ni media docena» de originales. Sin embargo, de la época del Reinado de Alfonso III «hay muchos más».
El congreso, que se prolongará hasta el jueves, se centrará en los documentos de la época. Para el Comisario, este es el primero dedicado íntegramente a la historia del Reino de Asturias desde 2001. «Es el tercer congreso que se celebra este año. Los dos que precedieron a este se hicieron desde otra perspectiva. El primero se centró en la arqueología y el segundo en el contexto europeo en el que surge el Reino de Asturias», explicó. La idea que manejan es condensar toda la información de los tres congresos celebrados. «Se publicarán las actas porque si no se plasma en el papel no tiene la circulación necesaria», añadió.
El profesor de la Universidad de Alcalá, Luis A. García Moreno, ofreció la charla 'El fin del Reino visigodo y la invasión árabe, desde las Asturias'. Según su investigación, la conquista del Reino Godo por los ejércitos musulmanes«fue muy violenta». Sin embargo, en el noroeste se produjo una conquista por pacto. «Una sumisión que permitió la conservación de élites locales. Eso explica la consolidación del Reino de Asturias».
Fuente: elcomercio.es| 27 de noviembre de 2018
Una investigación debajo de la Basílica de San Juan de Letrán ha revelado la aparición de la primera catedral del mundo y las notables transformaciones que precedieron a su construcción. La imagen es reconstrucción digital de la misma durante los días de Constantino, en la que se muestra la nave principal y sus numerosas fuentes de luz, las cuales se puede encender o apagar virtualmente para proporcionar un sentido de lo que realmente suponía visitar la primera catedral del mundo. Crédito: Proyecto Lateranense.
Respaldado por la Escuela Británica de Roma, un equipo de arqueólogos, formado por la Universidad de Newcastle, las Universidades de Florencia y Ámsterdam y los Museos del Vaticano, ha logrado sacar a la luz el esplendor de las sucesivas transformaciones de una zona de la antigua ciudad de Roma.
La iglesia, propiamente la catedral del Papa, San Juan de Letrán, fue originalmente construida en el siglo IV d.C. por Constantino, el primer emperador romano en convertirse al cristianismo. Situada en la colina de Celio, la iglesia habría dominado el horizonte romano en aquel momento.
Sin embargo, tal como revela la investigación, el lugar ya había estado en uso durante siglos. Para construir su magnífica catedral, Constantino había barrido la denominada Castra Nova (Nueva Fortaleza), la lujosa sede de la guardia de caballería imperial (equites singulares Augusti) construida más de un siglo antes por el emperador Septimio Severo. Del mismo modo, Severo había destruido previamente las casas palaciegas de algunos de los residentes más poderosos de Roma para dar paso a la impresionante fortaleza de la guardia de caballería imperial.
Sobre la base de las estructuras conocidas, se puede proponer una reconstrucción de toda la base militar de la 'Castra Nova'.
Esta reconstrucción de una de las oficinas en la sede de la Castra Nova se basa en las huellas supervivientes del yeso de las paredes y del mosaico del piso.
Este proceso continuo de construcción en el sitio significó que durante cientos de años se fueran estableciendo encima capas de la historia romana, en gran parte reflejando las cambiantes fortunas y prioridades del Imperio.
Al excavar muy por debajo de las modernas calles de Roma, el equipo del Proyecto Lateranense ha traído a la vida la primera imagen holística de cientos de años de historia romana mediante el uso de cartografía digital, el radar de penetración terrestre y técnicas de visualización en 3D.
Una imagen bidimensional radicalmente reducida derivada del modelo digital, a tamaño completo, del proyecto de excavaciones de la archibasílica de San Juan de Letrán. El modelo, generado mediante escaneo láser, facilita la investigación de las relaciones entre diferentes partes de su vasto complejo interior.
Merced al trabajo conjunto con algunos de los mejores especialistas en visualización, el equipo de arqueólogos ha podido reconstruir el esplendor de los edificios. Es uno de los primeros proyectos del mundo que ha utilizado el escaneo con láser terrestre en un área tan grande a fin de impulsar la investigación arqueológica.
El trabajo realizado también ha permitido estudiar cómo evolucionaron los diferentes edificios que ocupaban el enclave, cómo se relacionaban los diferentes elementos entre sí, y ha proporcionado una idea de la escala que cubría la zona de cuatro hectáreas.
Una residencia de élite romana con restos de frescos todavía fijados en sus muros se encuentra dentro de una cuadrícula de estancias de la época del emperador Severo, tal como ha capturado el láser terrestre del equipo de investigación. La investigación llevada a cabo por el Proyecto Lateranense aparece en la última edición de Current World Archaeology. Al hablar exclusivamente sobre esta publicación, el profesor Ian Haynes (izquierda), codirector del Proyecto Lateranense y profesor de Arqueología en la Universidad de Newcastle, Reino Unido, dijo: "Existe una gran área debajo de la catedral en la que es posible caminar o gatear a su través. Los restos arqueológicos se encuentran a distintos niveles por debajo: a una profundidad de 8,5 metros de la superficie moderna. Para acceder a algunos de los espacios hemos contado con la colaboración de un grupo llamado Roma Subterránea, el cual está especializado en trabajar en sitios bajo el suelo y que usa exactamente el mismo equipo y técnicas que los espeleólogos. En algunos lugares fue necesario rotar a los equipos cada media hora, dado que el entorno se volvía, simplemente, sofocante".
El equipo, incluido el codirector Ian Haynes (en la parte superior), tuvo que profundizar a través de espacios subterráneos y pasajes excavados que, por diversas razones, diferían considerablemente en tamaño.
La construcción de la catedral fue realizada en un momento crucial, el cual marcó el inicio de los principales edificios cristianos que llegaron a definir Roma y fue un potente símbolo de los militares que abrieron paso a la religión cristiana.
En el año 312 d.C., el ejército de Constantino libró la batalla del Puente Milvio, y, tras la misma, se destruyó la antigua base de los guardias de caballería y varios edificios cercanos. La tierra fue entregada a la Iglesia y proporcionó el lugar perfecto para que Constantino expusiera su nueva visión de Roma.
Elementos estructurales de la catedral levantada por Constantino revelan cuán temprano fueron desarrolladas características que hoy en día se consideran estándar. Estos bloques se hallaban encajados en la nave constantiniana durante la década de 1930.
El profesor Haynes comentó a Current World Archaeology: "El solar pudo haber sido entregado a la Iglesia a las pocas semanas de la batalla mencionada. La decisión fue, ciertamente, tomada poco después, y el trabajo de edificación de la catedral comenzó algunos años antes de que se comenzara la basílica de San Pedro. La basílica fue reconstruida en la década de 1650, pero todavía se observa la fábrica original de los muros levantados por Constantino, al tiempo que los cimientos originales están expuestos debajo de la iglesia. Se han realizado varios esfuerzos, desde entonces, en su reconstrucción, por lo que hemos querido reunir toda esta información a fin de crear una catedral digital por la que puedas 'caminar'. Al trabajar conjuntamente con colegas de la Universidad de Amsterdam y con los especialistas en visualización de New Visions, con sede en Newcastle, hemos incorporado información de las excavaciones anteriores, y también hemos creado un modelo más simple para probar la acústica y tratar de entender cómo habrían funcionado los sonidos en la basílica".
(O bordeaban las naves de Salomón África para llegar a Tarsis) Publicamos un titulo para negar que las naves de Salomón recorrieren el Atl...
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