Itálica se viste de romana para reivindicarse

Romanos en Itálica / JOSÉ ÁNGEL GARCÍA

El conjunto arqueológico de Itálica, enclavado en Santiponce (Sevilla), es hoy domingo el escenario de una concentración de al menos 127 figurantes ataviados con atuendo romano, así como de recreaciones históricas a manos de los mismos, para celebrar el "Día de la Romanidad" y apoyar el proyecto de candidatura de estas ruinas romanas a la declaración de Patrimonio de la Humanidad.
Mientras la celebración del denominado Día de la Romanidad se promueve para el día 4 de septiembre con motivo de la efeméride correspondiente a la desaparición del Imperio Romano de Occidente allá por el año 476 después de Cristo, la Centuria Romana de Santiponce, colectivo promotor de esta iniciativa, ha programado para este domingo esta concentración con vestimenta romana para secundar los actos programados en otras ciudades.


Día de la romanidad

"Queremos contribuir a la promoción del patrimonio local, a la máxima difusión del Día de la Romanidad en toda España el 4 de septiembre y poner así nuestro granito de arena en el proyecto lanzado para conseguir que Itálica sea Patrimonio de la Humanidad", expone el colectivo en un manifiesto recogido por Europa Press.

La organización cuenta así con 127 figurantes ataviados con indumentaria romana, que a las 10:30 horas del domingo han hecho su entrada en el recinto arqueológico de Itálica, para ser recibidos por el director del conjunto, Fernando Panea. A partir de ahí, los diferentes grupos de figurantes, que incluyen legionarios romanos, se han distribuido por los espacios del recinto arqueológico, como el anfiteatro, el cardo máximo o la Casa de los Pájaros, representando diversas escenas relacionadas con las tradiciones y la vida habitual en la antigua Roma.

Romanos en Itálica / JOSÉ ÁNGEL GARCÍA

Camino a la Unesco

El asentamiento romano de Itálica fue fundado por Publio Cornelio Escipión 'El Africano' allá por el año 206 antes de Cristo y fue la cuna de los emperadores Trajano y Adriano, toda vez que las ruinas de la antigua ciudad, conocidas por su espectacular anfiteatro, fueron declaradas monumento nacional allá por 1912.

La aún no lejana rehabilitación del antiguo teatro ha constituido un importante revulsivo para el conjunto arqueológico, que en su remozado espacio escénico acoge actualmente los espectáculos del Festival Internacional de Danza de Itálica y las funciones del ciclo Teatros Romanos de Andalucía.
Pero aunque Itálica vivió hace poco una visible revitalización con frecuentes jornadas y actividades, dicha etapa quedó parcialmente ensombrecida por aspectos como los cierres parciales sufridos a cuenta de las vacantes sin cubrir en su plantilla de vigilantes.

Un proyecto recuperado que nació hace 4 años

La propuesta de candidatura de Itálica a la declaración de Patrimonio Mundial, de cualquier manera, nació en el verano de 2014 y se fundamentaba especialmente en el papel de este asentamiento como "ensayo" del proyecto político de la antigua Roma, al tratarse de la primera ciudad creada por Roma fuera de la Península Itálica, siendo además "la cuna de los emperadores Trajano y Adriano".

Al respecto, la idea inicial era intentar que la Unesco debatiese la candidatura en la sesión de 2017 de su comité de Patrimonio Mundial, para coincidir con el 1.900 aniversario de la muerte del emperador Trajano y de la llegada al poder del emperador Adriano, ambos procedentes de Itálica. No obstante, la iniciativa fue "frenada" al objeto de revisarla.

En ese sentido, el profesor de Geografía Humana de la Universidad Hispalense, Víctor Fernández Salinas, opinaba allá por 2014 que "la propuesta es muy difícil de culminar porque España tiene muchos bienes declarados Patrimonio de la Humanidad, hay muchas ruinas romanas y la idea no es demasiado innovadora".

Finalmente, el proyecto fue recuperado de la mano de la Asociación Cívica del Sur, Civisur, que el pasado mes de junio de 2017 formalizaba el lanzamiento oficial de la candidatura, y prevé entregar estos días al Ministerio de Cultura el formulario o expediente de la candidatura, en demanda de que sea incluido en la lista indicativa estatal de monumentos susceptibles de ser presentados ante la Unesco como candidatos a la declaración de Patrimonio de la Humanidad.

Fuente: diariodesevilla.es | 2 de septiembre de 2018

Arqueólogos descubren el posible lugar donde Jesús realizó su primer milagro

Las excavaciones realizadas cerca del mar de Galilea dejan claro que la veneración a Kafr Kanna, como escenario de las bodas de Caná, se debía a una confusión.

Uno de los objetivos del peregrinaje cristiano a Israel, el lugar donde Jesús de Nazaret transformó el agua en vino según el Evangelio de Juan, probablemente no esté donde lo buscaban y veneraban en los últimos siglos. A eso apuntan las últimas excavaciones realizadas en la región de Galilea por el arqueólogo Tom McCollough y su equipo.

El científico, citado por Daily Mail, sostiene que el sitio más probable del primer milagro de Jesús, producido durante bodas de Caná, no es la ciudad de Kafr Kanna sino el antiguo asentamiento judío de Khirbet Qana. Este segundo punto geográfico tiene ahora el aspecto de una ladera polvorienta situada a 8 kilómetros al norte de la mencionada ciudad, pero fue habitada entre los años 323 a.C. y 324 d.C.


Los arqueólogos han descubierto una serie de pistas convincentes de que era exactamente ese lugar. Entre ellas McCollough destacó “un gran conjunto de cuevas de veneración cristiana, que fue utilizado por los peregrinos cristianos que llegaban para venerar el milagro del agua y el vino”. Este complejo, dijo, estaba en uso a finales del siglo V o a principios del siglo VI y volvió a ser utilizado por los peregrinos en la época de los cruzados, en el siglo XII.

Los arqueólogos han descubierto varias pistas convincentes en el antiguo sitio de Khirbet Qana, una aldea judía entre los años 323 aC y 324 d.C. El contorno de una sinagoga está representado en el lugar.

Pruebas persuasivas

Otros tres sitios arqueológicos también ‘compiten’ de forma creíble por ser la Caná de Las Escrituras, admitió el profesor británico. “Pero ninguno tiene un conjunto de pruebas como Khirbet Qana”, aseguró.

Como parte de su evidencia, el Dr. McCollough señala el trabajo del historiador judío del siglo I, Flavio Josefo.

Las referencias a Caná en Flavio Josefo se alinean geográficamente con la ubicación de ese antiguo asentamiento y se alinean lógicamente con sus movimientos, y lógicamente con los desplazamientos de Jesús. La mención en el Nuevo Testamento y en los textos rabínicos indica que la aldea era judía, se encontraba cerca del mar de Galilea y en la región de Baja Galilea. “Khirbet Qana cumple con todos estos criterios”, valoró McCollough.

Se han encontrado inscripciones griegas en los túneles, incluidas cruces y una bendición

Las excavaciones del grupo demostraron que esta era una próspera aldea judía. Cobijaba una red de túneles utilizados para el culto cristiano, donde las paredes llevan cruces y referencias al Señor en griego. También había un altar y un estante con los restos de una jarra de piedra, al estilo de aquellas que contenían el vino convertido por Jesús.


Las excavaciones allí revelaron una red de túneles utilizados para el culto cristiano, marcados con cruces y referencias a Kyrie Iesou, una frase griega que significa Señor Jesús.

Mientras tanto, la ciudad de Kafr Kanna, que no fue reconocida como un lugar de peregrinación hasta el siglo XVIII, pudo ostentar ese privilegio debido a una confusión. Desde allí los monjes franciscanos manejaban la peregrinación cristiana y aseguraban el paso fácil a Nazaret, que está a pocos kilómetros al sudoeste, y otros sitios de Tierra Santa.

Durante cientos de años, los peregrinos han creído que el sitio del milagro es Kafr Kanna, una ciudad en el norte de Israel, donde visitan la 'Iglesia de la Boda' del siglo XX (en la foto).

El Dr. McCollough cree que los descubrimientos en Khirbet Qana podrían incluso reforzar el caso de la historicidad del Evangelio de Juan.

El Dr. McCollough dijo que las excavaciones en el sitio (en la foto) han demostrado que 'esto fue de hecho una próspera aldea judía ubicada en el corazón de gran parte de la vida y el ministerio de Jesús'.

Él dijo: "Nuestras excavaciones han demostrado que esta era de hecho una próspera aldea judía ubicada en el corazón de gran parte de la vida y el ministerio de Jesús".
"Para el Evangelio de Juan, Cana es, de alguna manera, el lugar seguro de Jesús o el centro operativo. Es un lugar donde él y sus discípulos vuelven cuando encuentran resistencia en Judea".
"Argumentaría que nuestras excavaciones justifican al menos una reconsideración del valor histórico de las referencias de Juan a Caná y a Jesús".

Fuentes: el-lorquino.com | Daily Mail | biblicalarchaeology.org | 1 de septiembre de 2018

Descubren una ciudad milenaria con una pirámide y restos de sacrificios humanos en China

La pirámide de Shimao - Zhouyong Sun/Jing Shao

La meseta de Loes o Loess es un altiplano que cubre un área de unos 640.000 km² en el curso alto y medio del río Amarillo, en China. Durante años se pensó que esta tierra polvorienta, famosa por las cuevas usadas como vivienda en las que Mao Zedong ubicó su cuartel general en la década de 1930, no fue más que un terreno baldío en una zona con fríos inviernos y calurosos veranos.

Recientes estudios arqueológicos, sin embargo, han revelado que alrededor del año 2000 antes de Cristo, en plena Edad de Bronce, la ciudad de Shimao -conocida como el ‘pantano del norte’- fue el hogar de una sociedad compleja que actuaba como el corazón político y económico de China. Los hallazgos desafían la creencia de que la civilización china se desarrolló en la región central.


Mapa de Shimao

“Importantes símbolos de la Edad de Bronce que se han asociado con la región central habían sido creados mucho antes en Shimao”, escriben los autores del estudio publicado en la revista Antiquity . “Las narraciones antiguas han subestimado la centralidad de la meseta del Loess y los nuevos hallazgos nos ayudan a romper con los estereotipos previos de esta región”, añaden.
Shimao siempre se ha visto como una zona periférica y pasiva entre las llanuras centrales y la estepa. La antigua ciudad se encontraba en terreno montañoso al norte de la provincia de Shaanxi y muy al norte de las Planicies Centrales, que se encuentran principalmente en las modernas provincias meridionales de Shanxi y Henan.

Los historiadores sinocéntricos (la perspectiva que considera a China como el centro) consideraron que el área que bordea la región esteparia era una tierra de “bárbaros”. Y esa visión se mantuvo hasta que recientemente se ha descubierto un enorme asentamiento prehistórico amurallado en Shimao que data de finales del tercer y principios del segundo milenio antes de Cristo.

a) Vista aérea de la puerta oriental (fotografía cortesía de Zhouyong Sun y Jing Shao) b) Reconstrucción de la puerta oriental c) Sección de la torre norte d) Plan de bastiones cerca de la puerta este (imagen cortesía de Zhouyong Sun y Jing Shao). (Antiquity).

El complejo tenía un área de más de 400 hectáreas en su época de mayor apogeo. No solo fue el asentamiento amurallado más grande de su época en la antigua China, sino también uno de los centros más grandes del mundo. Sus palacios se construyeron con piedra, lo que requirió una importante inversión en mano de obra.

El centro del palacio, construido alrededor del 2300 a.C. y que tiene forma de pirámide escalonada de unos 70 metros, fue el primer monumento que se estableció. “La construcción extremadamente sofisticada y la alta inversión laboral sugieren que el centro del palacio estaba asociado con la residencia de las élites gobernantes”, señalan los investigadores liderados por Li Jaang, de la Universidad de Zhengzhou.



Pero no solo eso. La mano de obra empleada en la construcción en Shimao superó significativamente la de cualquier asentamiento de la misma época en las Planicies Centrales. “Extraer, transportar, preparar y usar los bloques de piedra arenisca en la construcción requirió planificación, supervisión y trabajo a gran escala y sofisticado”, señalan los expertos.

En Shimao, además, se emplearon grandes vigas de madera colocadas entre bloques de piedra como refuerzo, una técnica que no ha aparecido en ningún otro asentamiento en China, más allá de la montaña que rodean la meseta de Loess. “Todas estas infraestructuras de Shimao requerían una población mucho más grande que la de cualquier otro asentamiento en China”, indican.
“Los hallazgos recientes indican que el altiplano de Loess era el corazón económico de una extensa red de intercambio y comercio que involucraba artefactos altamente valorados y no solo un lugar de paso entre la estepa y las llanuras centrales, como se creía bajo el estereotipo sinocéntrico”, apuntan los arqueólogos.


Los investigadores creen, además, que importantes centros de la región central como Erlitou tomaron a Shimao como ejemplo. “Shimao se convirtió, por ejemplo, en un importante centro de jade (símbolo central del poder político y religioso) que pronto se adoptó en una esfera muy grande que se extendía desde las llanuras centrales hasta la costa este de China y de la costa sur hasta el norte de Vietnam”, indican.

Las excavaciones han revelado que objetos de jade como hachas y cetros fueron colocados entre los bloques de piedra de los monumentos de la ciudad. Los arqueólogos han recuperado miles de artefactos. El sacrificio humano a escala masiva es otra característica de Shimao. En la entrada oriental de la muralla exterior se han encontrado seis pozos con cabezas humanas decapitadas.

Pozos con cabezas decapitadas.

La influencia de Shimao no se circunscribió en la meseta de Loess, si no que se alargó hasta la meseta de Ordos, el desierto de Maowusu y las llanuras de Hetao. Del sitio de Zhukaigou (en Ordos) procedían muchas de las víctimas sacrificadas que se han hallado en la puerta oriental de la muralla exterior.

Fuente: lavanguardia.com | sabado.pt | 27 de agosto de 2018

Sir Douglas y la enigmática lápida celta de Álora. Un ‘Braveheart’ en tierras españolas

Juan José Acedo (Museo de Álora)

Un historiador sostiene que es la estela funeraria del caballero escocés que llevaba el corazón de Braveheart y que murió en la conquista del castillo de Teba.

Un vecino de Álora que buscaba una piedra donde descansar durante las largas horas de espera que se le presentaban aquel día de caza de 2003 reparó de pronto en una lisa de un montón que encontró a unos 11 kilómetros de la localidad, en la zona de las obras de construcción del AVE de Antequera a Málaga. Pensó que era perfecta para sus propósitos, pero al sacarla de entre las demás y darle la vuelta, descubrió con sorpresa que había sido tallada con una cruz celta y extrañas figuras. «Se la llevó a su casa y cuando abrió el museo, nos la trajo», relata la arqueóloga María José Sánchez, responsable del Museo municipal de Álora.

Era una estela celta medieval, de eso no había duda, pero ¿cuándo y por qué había llegado hasta allí? El historiador antequerano Isidoro Otero cree haber dado con la solución del enigma. A su juicio, es la lápida funeraria de sir James Douglas, también conocido como Douglas el Negro, un caballero escocés con un papel protagonista en la verdadera historia de Braveheart.
Aunque Mel Gibson atribuyó el nombre de «corazón valiente» a William Wallace en su película, el auténtico Braveheart fue Robert the Bruce, el primer rey de la Escocia independiente. Antes de fallecer de lepra en 1329, el monarca, que no había podido participar en ninguna cruzada, dio orden de que a su muerte le extrajeran el corazón, lo embalsamaran y lo llevaran hasta la iglesia del Santo Sepulcro. El encargado de tan delicada misión fue su mano derecha, sir Douglas, que con el corazón del rey colgado a su cuello en un relicario, partió hacia Tierra Santa acompañado por un puñado de sus mejores hombres.

Sir Douglas, Robert the Bruce y William Wallace- WIKIPEDIA
Camino de Jerusalén, la expedición escocesa se detuvo a apoyar a Alfonso XI en la toma del castillo de la Estrella, en Teba. Así fue como el corazón de Roberto I participó por fin en una cruzada. Cuentan que antes de morir en el combate, víctima de una maniobra envolvente de la caballería nazarí, sir Douglas se arrancó el relicario del cuello y arrojándolo hacia delante gritó: «Adelante, corazón valiente (Braveheart), yo te seguiré o moriré».

Otero, que relató estos hechos en su libro «James Douglas y la cruzada de Braveheart» (2015), cree que los escoceses que sobrevivieron a la contienda y que regresaron a Escocia con el corazón del rey Roberto, al no poder llevarse el cuerpo de sir Douglas, porque se les descompondría por el camino, lo descarnaron. Trasladaron sus huesos y su corazón embalsamado hasta el panteón familiar en la capilla de St. Bride (Santa Brígida) en Douglas y los demás restos, continúa el historiador, «los enterraron en esa zona de frontera, esa tierra de nadie», entre el castillo cristiano de Teba y el musulmán de Álora. «Fue el lugar escogido por los escoceses en el que dejar el testimonio en piedra de un guerrero que siempre quiso estar en primera línea de combate», dice.

Tumba de sir Douglas en Escocia - ISIDORO OTERO

Allí cree que colocaron esta singular lápida de autor anónimo («posiblemente un miembro de la expedición de la cruzada de James Douglas o un cantero local asesorado por los escoceses»), realizada en la piedra caliza de la zona. «Es una cruz de camino, puesta para conmemorar a unos soldados que murieron en una batalla», explica.

Varias claves de la estela funeraria le han llevado a Otero hasta esta conclusión. Aunque carece de epigrafía, en la lápida sobresale una cruz celta con nudos («el vínculo permanente que no se puede deshacer», explica) y «se aprecian varios Triskel», esas triples espirales celtas que simbolizan el ciclo solar. A la izquierda, una figura zoomorfa, tallada de forma muy esquematizada, amamanta a una cría. En la escena de la derecha, «hay una imposición de manos», según el historiador. Un personaje principal, de mayor tamaño, coloca sus manos sobre la cabeza de lo que parece ser un caballero y «le entrega un torque, un anillo para el cuello, un collar... del que puede colgar un objeto troncocónico», describe el historiador. A su juicio, es una representación del regente escocés durante la infancia del rey David, encomendando a sir Douglas la misión de llevar la reliquia con el corazón del rey Roberto I a Jerusalén.

La santa patrona de los Douglas

En la lápida no hay rastro del escudo heráldico de los Douglas con las tres estrellas, «quizá porque sus restos fueron enterrados junto a los demás escoceses muertos en la batalla», pero una coincidencia apunta directamente a sir Douglas. «En las cercanías de Álora existió un haza llamada de Santa Brígida», donde el primer cura que llegó a la población después de la Reconquista fundó una capellanía. «El topónimo ya aparece en los libros de repartimiento», destaca Otero, por lo que «pudo ser anterior». Quizá el lugar era conocido por albergar esa estela de sir Douglas, cuya patrona era la mencionada santa, conjetura.

La diosa pagana irlandesa Brighid, que según la leyenda fue alimentada por una vaca blanca de orejas rojas (¿la figura zoomorfa de la estela?), fue cristianizada como Santa Brígida y su culto llegó a tierras andaluzas durante la Edad Media. La hipótesis de Otero es que fue traída por esa expedición de caballeros escoceses que luchó en Teba.

El historiador andaluz, que avanzó el resultado de sus pesquisas durante una conferencia en Teba con motivo de los Douglas Days, publicará próximamente su investigación en la Revista de Estudios Antequeranos de la Real Academia de Nobles Artes de Antequera, de la que es miembro.


Placa en la tumba de sir Douglas- I.OTERO

«Creo que es un hallazgo bastante importante y que posiblemente tenga razón», valora el alcalde de Álora, algo contrariado porque Otero no les explicara a ellos sus conclusiones antes de darlas a conocer en Teba. José Sánchez Moreno fue quien contactó con él, tras acudir a varios arqueólogos e historiadores, sin éxito. «Yo tenía mucho interés por saber de dónde venía y por qué, ya que una pieza de este tipo es un poco anormal aquí», añade el regidor, que esperará a que se publique la investigación para intentar corroborar esta hipótesis con otros expertos.

«Aunque Otero es el máximo experto en este personaje, pueden quedar lagunas por discernir, que pueden ser desveladas por otros investigadores, ya sean arqueólogos expertos en la Edad Media, en materiales que den claves de la técnica que se ejecutó en su momento...», apunta la directora del Museo de Álora, que anima «a todos los interesados a que se acerquen a ver la pieza y a intentar sacar sus conclusiones».

Según resalta Sánchez, el lugar donde se encontró la estela dista unos nueve kilómetros de Santa Brígida, y aquella zona, donde actualmente se encuentra la estación del AVE, «fue musulmana hasta 1484». Pero estas dudas no desaniman a Otero. «La estela no fue descubierta en una excavación, por lo que pudo haber sido trasladada en algún momento del lugar donde se colocó, entre el castillo de Álora y el de Teba», razona el historiador y se pregunta: «¿Por qué esa zona se llama Santa Brígida? El topónimo existe allí desde esa época y tuvo que ser traído por unos escoceses. No hay otra referencia ni ningún otro hecho que lo justifique».

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Un ‘Braveheart’ en tierras españolas

La directora del Museo Arqueológico de Álora, María José Sánchez, muestra la estela funeraria. Juan José Acedo

Braveheart nunca sucedió. O al menos, no como se relata en la película ni con Escocia como es.... El historiador Isidoro Otero sostiene que Hollywood se apropió de unas palabras, las de corazón valiente, que realmente fueron pronunciadas en 1330 en Teba (Málaga) por sir James Douglas, caballero de confianza de Robert Bruce, primer rey de Escocia. Douglas comandaba un pequeño regimiento que tenía la misión de llevar hasta Tierra Santa el corazón embalsamado de Robert. De camino a Jerusalén se detuvo para ayudar al rey castellano a conquistar Andalucía, en manos de los musulmanes, pero se dejó la vida en el intento.

Douglas nunca luchó junto a William Wallace, protagonista de la superproducción dirigida y protagonizada en 1995 por Mel Gibson. Era muy joven para ello. Quizás, ni siquiera conoció al héroe que guió a su pueblo contra la ocupación inglesa. Tras poner en jaque a la todopoderosa armada de Eduardo I durante una década, Wallace fue capturado el 5 de agosto de 1305 en Glasgow, juzgado y condenado a muerte por traición. Lo desnudaron y arrastraron por Londres. Después de ser ahorcado enviaron sus extremidades a las cuatro esquinas de Gran Bretaña como advertencia, pero no tuvo el efecto deseado. Robert Bruce se proclamó rey un año más tarde, pero no conseguiría la independencia definitiva hasta 1314, tras la batalla de Bannockburn.


Robert reinó Escocia hasta su muerte, en 1329. Su última voluntad fue que depositaran su corazón embalsamado en el Santo Sepulcro. Tenía clavada una espina por no haber acudido a las cruzadas. Douglas aceptó la encomienda y embarcó junto a otros caballeros en Melrose. Llegó a Brujas y de ahí a Sevilla. Al conocer que el monarca castellano Alfonso XI luchaba contra los infieles, se sumó. “El castillo de la Estrella, en Teba, estaba sitiado. James cayó en una maniobra envolvente”, apunta Otero. El caballero escocés portaba el corazón de su rey, que el monarca musulmán recuperó y envió a Alfonso XI. Hoy se encuentra a salvo en la Abadía de Melrose, al sur de Edimburgo.

Otero llegó a Teba en 1991. Era el primer destino de un joven profesor de Historia que, desde el principio, se sintió atraído por la figura de Douglas, un personaje desconocido hasta entonces para la historiografía española. Dos años antes de su llegada, Lord Selkirk, descendiente del caballero medieval, dio a conocer la participación de su pariente en la toma del castillo árabe de la Estrella, uno de los que mejor se conservan en la provincia de Málaga. Lo cuenta Otero en su libro James Douglas y La cruzada de Braveheart, presentado en 2015 durante la Douglas Day, unas jornadas que cada agosto, desde hace 12 años, conmemoran la hazaña.

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Durante un fin de semana, cientos de escoceses desembarcan en Teba, de 4.000 habitantes. La fiesta nació en 2006 después de que una delegación de tebeños visitará a James Douglas Hamilton, descendiente del caballero escocés, en el mismísimo Parlamento británico. Entre ellos Otero que, en la edición de este año, ha dado a conocer su último hallazgo: una estela funeraria que podría haber presidido el enterramiento de Douglas. La pieza tiene cruces celtas y es similar a las que custodiaban las tumbas de estos caballeros en la época medieval en Gran Bretaña. No hay nada parecido en España, por lo que el descubrimiento tiene un “gran valor histórico”.

La estela, una piedra tallada de 88 centímetros de alto y 48 de ancho, fue hallada durante las obras del AVE entre Teba y Álora. María José Sánchez, directora del Museo Municipal de Álora, donde llegó la pieza en 2003, sostiene que fue un cazador quien la recuperó. “Otero es el máximo especialista sobre Douglas, pero aún hay lagunas que quizás puedan ser desveladas por otros especialistas”, reconoce Sánchez. Otero afirma que la lápida fue realizada por un miembro de la expedición para localizar la carne enterrada del caballero y sus acompañantes, ya que sus huesos fueron enviados a Escocia, tal y como marcaba la tradición. A Douglas le lleva la figura principal del relieve, que impone sus manos sobre la cabeza de un caballero al que encomienda una misión, quizás la de portar el corazón del rey a Tierra Santa.

En dicha escena la imagen prominente entrega un objeto al caballero. Para Otero es la pista definitiva para relacionar la piedra con Douglas, que recoge un torque, un colgante circular que aparece mucho en la iconografía celta y en dónde podría haber transportado el corazón de Robert. “Si lo llevara en la mano, Douglas nunca habría podido entrar en combate. Esto lo cambia todo”, confiesa el historiador. En las próximas semanas presentará su tesis en una revista especializada. En ella incluirá la zona en la que pudo ser enterrado Douglas, un haza de tierra de Álora conocida desde época medieval como Santa Brígida, la religiosa que da nombre a la iglesia donde reposan los huesos y el corazón de Douglas en Escocia.

Dessobriga, en la Vía de Aquitania

Estudiantes de arqueología, en una de las parcelas del yacimiento de Dessobriga. / MANUEL BRÁGIMO


La vía de Aquitania se trata de una calzada romana de 400 kilómetros que, en el siglo II a. C., conectaba las ciudades francesas de Narbona y Burdeos. Como muchos caminos principales, la vía de Aquitania se bifurca en otras sendas, y en este caso, una travesía secundaria enlazaba la ciudad de Burdeos con Astorga, en León. En esta calzada alternativa, Pallantia (Palencia) cobra relevancia en el recorrido, al convertirse Dessobriga en un punto de referencia en el comercio entre los pueblos vacceos y, a la vez, en un espacio para el abastecimiento de las legiones romanas.

«La vía de Aquitania es muy amplia y como toda calzada principal tiene tentáculos. Equivale a un esquema viario que viene desde Italia hasta Hispania (España). Posiblemente se trata de una idea de Augusto para permitir transportar el vino de Italia a la Galia», precisa Margarita Torrione (izquierda), historiadora de origen palentino y catedrática de la Universidad de Saboya, autora y directora científica del proyecto Dessobriga.

El territorio arqueológico de Dessobriga se localiza en la zona centro-oriental del término municipal de Osorno la Mayor, sobre el altozano de Las Cuestas, plataforma a 880 metros de altitud, y se adentra por el este en el municipio burgalés de Melgar de Fernamental, donde ocupa una superficie no inferior a 194 hectáreas. Es uno de los yacimientos actualmente mejor documentados mediante prospección geofísica y fotografía aérea y posee una necrópolis de incineración ubicada en una ladera del 'oppidum' (protociudad vaccea), que se remonta a la Primera y Segunda Edad del Hierro.

«Las excavaciones de este año se han centrado en documentar un gran edificio de unos 50 metros longitudinales, del período vacceo (siglos IV a I a. C.) reutilizado ulteriormente por los romanos a finales de la República o comienzos del Principado de Augusto», explica Torrione. «No sabemos aún con exactitud si se tratan de edificios con actividad funcional, económica, administrativa o incluso viviendas», señala Román Rodríguez (derecha), arqueólogo del yacimiento de Dessobriga.

El Proyecto Dessobriga se inició en 2013 con una amplia prospección geomagnética que, sumada a varias campañas de fotografía aérea entre 2013 y 2016, más las tomadas con dron en 2018, han permitido obtener una documentada radiografía del subsuelo y desvelar el acceso al 'oppidum' y 'mansio' romana de Dessobriga del ramal de la Vía Aquitana. Estos sondeos sirvieron para ubicar las viviendas vacceas y romanas, necrópolis de incineración en la periferia de la ciudad y un almacén de grano. La presencia de este almacén permitió deducir que Dessobriga se trataba de un poblado comerciante, como señalan las monedas encontradas y la cantidad de cereal acumulada en dicho local.


Dessobriga aparece citada en un texto romano, el 'Itinerario de Antonino', catálogo de rutas del Imperio Romano compilado hacia finales del s. III d. C. Desde su posición, de marcado carácter estratégico, se domina un amplio panorama de llanura y se controlan los caminos naturales de comunicación. Estas privilegiadas condiciones y el material militar y monetario recuperado sugieren la posibilidad de que Dessobriga desempeñara un papel estratégico en los prolegómenos de las Guerras Cántabras (29-19 a. C.) y en la consecutiva etapa de pacificación del territorio.

Dessobriga permite trabajar a estudiantes de arqueología en el yacimiento de Osorno la Mayor. También cuenta con un laboratorio donde transportan los hallazgos para su limpieza. Esta labor arqueológica no sería posible de no ser por la financiación que recibe por parte del Ayuntamiento de la localidad o la Junta, que ha invertido 7.260 euros en el proyecto Dessobriga.

Además, la sala de exposiciones del Centro Cultural de Osorno contará con una exposición hasta finales de agosto que abarca todos los yacimientos de la provincia de Palencia, desde cuevas de la prehistoria hasta ciudades romanas de la Edad Antigua.


Fuente: elnortedecastilla.es | 17 de agosto de 2018

El ‘hombre de Albalá’ cazaba, hace 100.000 años, elefantes en la ribera del Guadiana del actual Poblete, Ciudad Real

Cuesta imaginarlo pero el río Guadiana ya existía hace más de 100.000 años, claro que nadie lo llamaba así. Los homínidos que frecuentaban sus praderas en busca de agua y alimento no tenían la capacidad de hablar, pero no eran completamente animales. Lo demuestra el hallazgo este pasado mes de agosto de hachas de piedra pulidas (achelenses) a pocos metros del cauce actual, en Poblete (Ciudad Real), junto a fósiles de elefantes y ciervos mastodónticos, en la primera campaña de excavación sistemática en el yacimiento de Albalá.

En dos semanas –del 13 al 26 de agosto- especialistas en evolución humana han encontrado más de dos mil restos en una de las trincheras abiertas de lo que hoy forma parte de una finca agrícola, la mayoría hachas, pero también fósiles de elefante y huesos largos de un animal por especificar con fracturas frescas, abiertas para comerse el tuétano.

“Fuera de una cueva es raro encontrar algo más que herramientas líticas, lo relevante aquí ha sido el hallazgo de fósiles”, señala Ignacio de la Torre, del Instituto de Arqueología del University College London, codirector de una excavación que tenía en mente desde 2011, pero que la crisis y los recortes han retrasado siete años.

Mucha espera que según dice ha merecido la pena. En las cuencas manchegas de los ríos Guadiana y Jabalón ha habido hallazgos esporádicos de materiales prehistóricos en superficie, lo importante en Poblete es que se han topado con piezas en posición estratigráfica (capas de sedimento que se han ido acumulando), algo raro en yacimientos paleolíticos.

Los codirectores de la campaña en Albalá, Ignacio de la Torre y Rafael Mora, con el aparato que permite medir las coordenadas del lugar en el que aparece cada objetoLa primera campaña arqueológica en el yacimiento Paleolítico de Albalá (Poblete, Ciudad Real) se cierra con el hallazgo de fósiles de elefante y hachas de piedra de homínidos del tipo de Atapuerca de más de 100.000 años.

Un terreno con pocas alteraciones

¿Qué significa eso?, que en el terreno apenas hay alteraciones. “Hemos encontrado un nivel más antiguo, separado por diez centímetros de espesor, en la trinchera que hemos excavado esta campaña. La idea es continuar trabajando en ella y abrir otras dos más, tenemos un terreno muy amplio para actuar”.

Quince días de mañanas de trabajo de campo y tardes de investigación en el laboratorio (en Valenzuela) no han dado para más. Quedan incógnitas por resolver, la principal es saber quiénes fueron esos homínidos o más bien a qué ‘preneardentales’ se parecía ‘el hombre de Albalá’.
“Por los restos sabemos que los homínidos que venían aquí tenían más de 100.000 años, pero tendremos que investigar al menos un año más para datarlo”, asegura el arqueólogo.

Decir que eran contemporáneos al hombre de Atapuerca, emparentados por cronología, no es exacto, “en el yacimiento burgalés están secuenciados homínidos de entre un millón y ochocientos mil años, los nuestros son de ese tipo pero no sabemos si de cien mil o de doscientos mil años”.
De la Torre, que ha dirigido la excavación junto a Rafael Mora (Universidad Autónoma de Barcelona) y Alfonso Benito (Centro Nacional de Investigación de la Evolución Humana), confía en conseguir financiación del Gobierno de Castilla-La Mancha para el año que viene (esta campaña la ha financiado la Junta en su oferta 2018), y recurrirán a otras fuentes de ingresos para "planear una campaña más larga y con más gente”.


Estudiantes de universidades andaluzas

Este verano han excavado en Albalá unas veinte personas, la mayoría estudiantes de historia de universidades andaluzas, porque, curiosamente, cuando Susana Vega, la técnica de laboratorio de la Autónoma de Barcelona, que hizo el llamamiento en busca de voluntarios, del centenar de solicitudes ninguna llegó de Castilla-La Mancha.

Tres hachas de más de veinte centímetros

Fran Capilla, estudiante de Historia de la Universidad de Málaga, es uno de esos voluntarios. La de Albalá ha sido su segunda campaña arqueológica y está encantado. “Están saliendo piezas muy interesantes”. Lo dice con un hacha bifaz acabada en punta y pulida por las dos caras, de las más grandes del yacimiento, que ha encontrado la misma mañana del reportaje.

“Me interesa la rama de prehistoria y arqueología porque es la más desconocida de la historia y queda mucho por investigar. En estos días he aprendido muchas cosas que desconocía, se me ha abierto un mundo completamente nuevo”, afirma.

Tecnología africana

Otros dos estudiantes más han encontrado hachas tan grandes como la suya y el resto algún elemento lítico relevante. “No esperábamos tanta densidad”, subraya Carmen Ramos, que prepara su doctorado en el University College bajo la dirección de De la Torre sobre el periodo achelense en Tanzania (hace un millón y medio de años), “curiosamente la tecnología que estamos encontrando aquí se parece mucho a la de África, más que a otros yacimientos europeos”, resume la doctoranda.
Relacionado con el Homo heidelbergensis (homínido anterior al neardental y al Homo sapiens) el yacimiento de Albalá hay que situarlo en el Paleolítico Inferior, el periodo más antiguo de la presencia humana en la Tierra. El Paleolítíco Superior se corresponde con el humano moderno, tipo Altamira; en medio encontramos presencia de homínidos más antiguos que los de Altamira, pero de menos de 100.000 años: los neandertales. Albalá estaría en ese Paleolítico más alejado de nosotros, el Inferior, de hace más 100.000 años, en el periodo de Atapuerca, pero aún no se sabe cuánto más antiguo.


Caza pieza interesante para la investigación se fotografía y topografía, se guarda en bolsitas con su correspondiente numeración que después se examinan y analizan con detalle en el laboratorio. En cuanto finalice el trabajo y el equipo de arqueólogos saque sus conclusiones lo remitirá al Museo de Ciudad Real, custodio del patrimonio provincial, que en última instancia decide si se expone o almacena.

¿Podrían aparecer restos de homínidos?

¿Podrían aparecer restos de homínidos en Albalá? “Ojalá”, responde con una amplia sonrisa el arqueólogo, que sabe que de ocurrir algo así tendría relevancia internacional. “El hombre Paleolítico se refugiaba en cuevas que no hay por aquí, lo que sí tenemos claro es que a esta terraza del Guadiana venían con mucha frecuencia para beber y cazar”.

La campaña de excavación en este yacimiento se planeó en 2011 y se ha preparado con prospecciones previas en los años 2016 y 2017.

Fue un alumno de Ciudad Real el que despertó el interés de Ignacio de la Torre por este yacimiento, “Nosotros trabajamos mucho con evolución humana, este estudiante me mostró materiales que venían de Albalá, y hace siete años decidimos investigar más. Cuando prospectamos nos encontramos con un lugar más interesante del que esperábamos encontrar y aquí estamos, esperamos volver el próximo verano”.

Fuente: lanzadigital.com| 1 de septiembre de 2018