Un juguete revela un curioso secreto de los antiguos romanos

Los carros de carreras incorporaban un elemento secreto para ganar estabilidad durante las competiciones.

Un físico ha descubierto que en la Antigua Roma algunos aurigas, los conductores de los carros de carreras, usaban un aro especial para fortalecer sus vehículos, según un artículo publicado en 'Journal of Roman Archaeology'.

El autor del hallazgo es Bela Sandor, de la Universidad de Wisconsin, que investigó un antiguo juguete que representa un carro de carreras. El juguete, hecho de bronce, se remonta a los siglos I-II de nuestra era y actualmente está en el Museo Británico.


El académico observó que la rueda derecha está equipada con un aro adicional. Según los cálculos con un modelo tridimensional generado por un ordenador, este detalle secreto aumentaría en un 80% las oportunidades de ganar del piloto que utilizara este ardid.


Las carreras se celebraban en una arena oval en sentido contrario a las agujas del reloj, por lo que los aurigas a menudo tenían que realizar giros bruscos a la izquierda. Como consecuencia, aumentaba la presión a la rueda derecha, de manera que un aro adicional la hacía más sólida y duradera. La rueda izquierda carecía de esta pieza, puesto que reduciría la velocidad del vehículo.


"Las ruedas básicas se hacían de madera, cola animal y cintas de cuero" que reforzaban las distintas partes, ha explicado Sandor. Según el científico, la incorporación de cualquier elemento de hierro habría provocado que el carro fuera más estable.

Fuente: RT, 17 de enero de 2017

La última comida de Ötzi, "el hombre de los hielos", fue tocineta seca de cabra

La última comida de Ötzi, la momia del Neolítico conocida como "el hombre de los hielos", fue una especie de tocineta seca de cabra montesa, según los últimos datos salidos del análisis de su estómago.

"Lo último que comió fue carne muy grasa y seca, quizá una especie de tocineta", declaró durante una conferencia en Viena, Albert Zink (izquierda), líder del equipo que investiga en Bolzano (norte de Italia) los restos del hombre que murió hace unos 5.300 años.

Los científicos analizaron la nanoestructura de la carne de cabra encontrada en el estómago de la momia y la compararon con otros tipos de carne preparada.
"La carne seca y cruda conserva sus fibras, que es lo que hemos encontrado en el estómago de Ötzi, mientras que esta estructura se pierde al cocinarla o asarla", señala Zink, según recoge la agencia de noticias APA.
La deshidratación de la carne y otros alimentos es una técnica que se usa desde hace miles de años para conservar la comida durante más tiempo. El análisis de las sustancias grasas halladas en el estómago también han demostrado que no se trata de queso u otros productos lácteos, tal como especulan algunos investigadores.

Los restos momificados de Ötzi, que tenía aproximadamente 46 años y medía 160 centímetros cuando murió de forma violenta, fueron descubiertos en 1991 en un glaciar en territorio italiano. Su excelente estado de conservación -a más de 3.000 metros de altura- lo convirtió en una sensación científica al aportar una enorme cantidad de datos biológicos e históricos sobre la Edad de Bronce.
Cuando fue encontrado "el hombre de hielo" vestía unas calzas de piel de cabra y sombrero, y junto a él había un hacha de cobre y un carcaj lleno de flechas.

Ötzi murió hace 5.300 años de forma violenta: tenía un profundo corte en la mano, fruto de un primer ataque, y después una herida de flecha, cuya punta ha sido encontrada bajo la axila derecha.
Los científicos aseguran que poco después de ser herido con la flecha, mientras se desangraba, recibió el definitivo golpe mortal en la espalda con un objeto contundente. EFE

Fuente: wrqdio.com.co | 19 de enero de 2017

El yacimiento neandertal de Vilafamés (Castellón)

Vista panorámica de la localidad de Vilafamés (Castellón). Fuente: Los viajes de Bevi. La Bellota Viajera.

Como anuncié a primeros de enero, quiero presentar en este blog un inventario de la mayoría de los yacimientos españoles del Pleistoceno Superior con restos neandertales. En este post presento un yacimiento localizado a las afueras de Vilafamés, en Castellón.
En los inicios de los años 1980s, cuando apenas comenzaba mi carrera como científico, contactó con nuestro grupo de trabajo en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) el entonces director del Museo Arqueológico de Castellón, Francesc Gusi. Tenía interés por el estudio de un par de restos fósiles aparecidos en una pequeña cueva del bonito pueblo de Vilafamés. Curiosamente, ni mi colega Juan Luis Arsuaga ni yo mismo, que realizábamos la tesis doctoral en el mismo Departamento de la UCM, sabíamos que el responsable de la excavación de aquella cueva era Eudald Carbonell ¿Guiños del destino? Es posible.

Los fósiles consistían en la mitad inferior de un húmero, que todavía tenía adheridos los restos de un sedimento carbonatado muy endurecido, y un pequeño fragmento de hueso coxal. Nos dijeron que podía tratarse de restos neandertales, aunque la cronología del yacimiento tan solo se había estimado mediante los fósiles de animales recuperados hasta entonces. Tuvimos ocasión de verlos por primera vez en 1982 en nuestra visita al Museo de Castellón. Francesc Gusi tenía noticias por nuestra directora común de tesis, la Dra. Pilar Julia Pérez, de que Juan Luis Arsuaga realizaba su tesis sobre la evolución de la pelvis, mientras que quién escribe estas líneas había desarrollado su trabajo final de carrera sobre la anatomía de los huesos largos humanos. Así que teníamos algo de experiencia para abordar el estudio. No era sencillo, porque en aquella época apenas había restos fósiles en España. La bibliografía disponible era muy limitada y se trataba de nuestra primera aproximación a un estudio de tanta responsabilidad.


Reproducción del húmero neandertal de Vilafamés. Foto del autor.

Con la osadía que da la juventud nos pusimos manos a la obra, buscando información sobre otros fósiles neandertales. Finalmente fuimos capaces de redactar un trabajo muy digno, que se publicó en 1983 en una revista española. En aquella época los expertos en arqueología y paleontología de nuestro país todavía no se prodigaban en las revistas extranjeras. Aun estábamos en la prehistoria de la Prehistoria.

Ese mismo año, tras nuestra primera campaña de verano en la sierra de Atapuerca, visité el yacimiento de Vilafamés durante el mes de septiembre. Me recibieron con entusiasmo el propio Eudald Carbonell y su pequeño grupo de excavadores. Pude comprobar entonces las enormes dificultades que entrañaba la intervención de aquel lugar, con un sedimento tan endurecido por el carbonato cálcico, que solo podía excavarse mediante martillo y cincel. No es de extrañar que pronto se abandonara la excavación, que contaba con muy poco medios. Ni tan siquiera existen fotografías del yacimiento y de la excavación a disposición de la comunidad científica.

Andreu Ollé, un alumno aventajado del propio Eudald Carbonell, retomó la excavación hace poco tiempo y aparecieron nuevos restos fósiles, incluyendo un canino humano de leche. En los próximos meses comenzaremos un estudio sistemático de todos los fósiles, que contempla la posibilidad de obtener ADN y de utilizar las técnicas más avanzadas de la actualidad para la investigación. Si todo va bien, en 2108 puede haber noticias científicas importantes de los fósiles de este yacimiento tan prometedor. Su actual responsable cuenta con un buen equipo y medios razonables. El yacimiento de Vilafamés puede ser fuente de nuevos descubrimientos sobre la población neandertal que habitó la península Ibérica durante el Pleistoceno Superior.

Fuente: quo.es | 19 de enero de 2017

Arqueólogos descubren una tumba aqueménida en el norte de Irak

Un grupo de arqueólogos descubre en el norte de Irak una tumba, con esqueletos de al menos seis individuos, perteneciente al imperio aqueménida (330-550 a.C.)

Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Boston, liderado por Michael Danti, que se había desplegado en la zona halló accidentalmente la tumba de 2400 años de antigüedad durante las labores de construcción de una carretera.

En declaraciones concedidas el viernes a International Business Times, Danti expresó su preocupación por daños que podría haber ocasionado la obra al sitio histórico y un posible robo del material que se encuentra en la tumba mientras no se traslade a un museo.


Aún se desconoce la identidad de los individuos en la sepultura, sin embargo, los expertos descartan que pertenecieran a los estratos bajos de la sociedad. Los artefactos encontrados incluían una pulsera decorada con dos cabezas de serpiente y vasijas de cerámica.

De los restos de esqueletos mezclados, los arqueólogos entendieron que la tumba era abierta cada vez que moría una nueva persona y empujaban el cuerpo momificado dentro de la tumba para crear más espacio.

Arqueólogos chinos descubren un misterioso sótano de hace 2400 años

Un grupo de arqueólogos descubrió un raro sótano y una chimenea en las ruinas de un palacio de hace 2400 años en el noroeste de China, 16 de enero de 2016.

La habitación de cinco metros de largo y cuatro metros de ancho fue construida casi un metro abajo del piso en lo que fuera la ciudad de Yueyang, capital del estado Qin durante el Periodo de los Estados Guerreros del 476 al 221 antes de Cristo.


Los expertos creen que el sótano, donde también se hallaron bases de pilares de piedra y ladrillos cuadrados, era un almacén donde se guardaban las pertenencias de las concubinas del gobernante.

Entre las ruinas también se descubrió una chimenea, una característica que sólo se veía en palacios residenciales de los gobernantes durante ese periodo.


Una famosa reforma política tuvo lugar en la ciudad hace cerca de 2300 años, cuando el estadista de Qin, Shang Yang, impulsó una serie de reformas que condujeron a la fundación del sistema legal de China. Esas reformas convirtieron a Qin en el estado más fuerte durante el periodo agitado, lo que preparó el camino para que el emperador Qinshihuang estableciera la Dinastía Qin y uniera a China en el año 221 a.C.

Arqueólogos encuentran el collar de Ana Frank

El collar fue encontrado en el campo de exterminio nazi y ahora investigan el grabado que contiene el colgante

Las investigaciones no cesan. Un grupo de arqueólogos ha encontrado un collar idéntico al de la pequeña Ana Frank en el campo de exterminio nazi Sobibor (Polonia). La pieza ha sido encontrada junto a otras pequeñas joyas en el denominado “camino al cielo”, donde las víctimas eran obligadas a desvestirse y a afeitarse la cabeza antes de entrar en las cámaras de gas.

Los hallazgos han sido publicados por The Jerusalem Post, que señala que las excavaciones arqueológicas, fruto de una colaboración entre el Centro de Investigación del Holocausto en Polonia y el Instituto Internacional Yad Vashem para la investigación del Holocausto, empezaron en 2007, con el objetivo de establecer un museo y un memorial para las víctimas en el campo de exterminio.

Entre las piezas encontradas (un collar con la estrella de David, un reloj de mujer y un colgante con un grabado de Moisés sosteniendo las tablas con los diez mandamientos), ha llamado la atención de los arqueólogos el citado colgante, ya que es muy parecido al que perteneció a Anna Frank, famosa por el diario en el que narraba su día a día durante la ocupación nazi de Amsterdam.

En él aparecen grabadas las palabras hebreas «Mazal Tov», y «Hei», en el otro lado, así como tres estrellas de David.

De acuerdo con este medio, los especialistas buscaron en la base de datos de deportados de Yad Vashem (paneuropea y online) y hallaron que la pieza podría haber pertenecido a Karoline Cohn, que fue deportada de Frankfurt a Minsk cuando contaba con apenas doce años. Se desconoce si sobrevivió, pero su colgante llegó Sobibor, entre noviembre de 1941 y septiembre de 1943

Ahora, los investigadores se centran averiguar si ambas llegaron a conocerse. Las dos nacieron en Frankfurt, y las investigaciones se dirigen ahora a localizar posibles lazos familiares.