ARQUEOLOGÍA EN LA ISLA DE CORISCO



Centro Cultural de España en Bata



Arqueología en la isla de Corisco

Las excavaciones llevadas a cabo entre 2009 y 2012 por arqueólogos españoles en la isla de Corisco culminaron el día 20 de octubre con el acto de entrega  en el Centro Cultural de España en Bata de los materiales encontrados a las autoridades guineanas para su exposición en un museo.
En 2015 el CCEB trajo a dos arqueólogas de Patrimonio Nacional para la catalogación de los utensilios (410-640 D.C) y cerámicas (siglo XIX) encontradas en la isla y en el estuario del Rio Muni. Una de ellas, Emma García regresó para estar en la entrega de los materiales y aconsejar a las autoridades guineanas sobre su correcta conservación.
Las tres campañas de excavación (2009, 2011 y 2012) han sacado a la luz cerca de 40 tumbas y muchas estructuras

domésticas (fosas, basureros y agujeros de poste). La ocupación de los yacimientos está comprendida entre el 50 a. C. y el 1200 d. C. y ofrece una secuencia cultural completa para esta parte de África durante ese período.


GALICIA NACION CELTA






SE CELEBRÓ EN GIJÓN UNA "YINCANA" PARA CONOCER LA LABOR DE MARY BEARD





Ocho pruebas para acercar al público el
trabajo de la galardonada con el Princesa
de las Ciencias Sociales
Gijón ha dedicado hoy a la historiadora Mary Beard, Premio Princesa de Asturias de las Ciencias Sociales, una yincana en la que han participado más de 500 personas, según la Fundación.
En total, ocho pruebas para conocer más del mundo clásico, y acercar al público el trabajo de la galardonada.

Mañana Mary Beard tendrá su primer contacto con Asturias.




Concede una entrevista en la que muestra sus ganas de explorar Asturias
La académica Mary Beard prepara ya en Cambridge el discurso con el que agradecerá en el Campoamor el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales que le ha sido concedido este año.
A menos de un mes de su viaje a Asturias, ha recibido a TPA en su casa donde nos ha dicho que tiene la agenda repleta de actos para la semana que pasará en Oviedo.
Con Mary Beard hemos hablado de su visión de la historia clásica de Roma y Grecia que plasma de manera didáctica en sus libros y documentales pero también de Asturias, un lugar que tiene ya muchas ganas de explorar.
"Cuando esté en Oviedo voy a visitar algunos de los yacimientos romanos de allí, voy a ir al museo y voy a dar una conferencia en la universidad y estoy deseando conocer el lugar porque no he estado allí antes. Me he estado informando y parece impresionante. Tengo una agenda con muchas actividades, como encuentros con escolares y cosas así pero espero tener tiempo para explorar el lugar".
En la prestigiosa Universidad de Cambridge ha enseñado Mary Beard buena parte de su vida. Una excedencia le ha permitido ahora, a sus 61 años, detener su carrera docente para dedicarse a escribir sobre el pasado.
"Aprendemos del pasado a pensar en los problemas de otra manera, quiero entender que es una cuestión de lo que la gente llama tomar conciencia, el pasado te hace reflexionar sobre tí mismo".
Roma siempre ha estado en su punto de mira. Le ha dedicado más de 40 años de estudio. Y ésto le ha convertido en la divulgadora de la antigüedad clásica más popular del Reino Unido. Ahí encuentra inspiración para interpretar la actualidad, de la crisis de los refugiados al terrorismo yihadista.
"Si te remontas a la época romana verás que el terrorismo, brutal y horrible, era la reacción de gente que no tenía poder militar. Los romanos eran imbatibles. No nos damos cuenta de cómo nos ven desde fuera. Nos centramos en la historia de Occidente y no nos paramos a pensar en cómo nuestro poder es percibido por el resto del mundo". "No nos vamos a librar del terrorismo a no ser que tengamos en cuenta los factores que lo está causando".
Puntos de vista con perspectiva que no siempre han sido bien entendidos. Tampoco vencedores. En el Brexit, el gran tema del momento en el Reino Unido, milita en el bando de los perdedores.  
"Vivimos en un mundo en el que todo es global: la contaminación, el medio ambiente... son cuestiones internacionales. De alguna manera, tratar de volver hacia atrás...  imagino al Reino unido como un castillo medieval que cierra su puerta levadiza para aislarse. Sería horrible si sucediera."
A un mes de la ceremonia, Mary beard estudia español y prepara con ilusión su discurso ante los reyes, una reflexión sobre la aportación de Hispania al imperio.

La inteligencia superior es fruto de una pequeña mutación genética

La sustitución de una sola letra en el ADN alumbró la inteligencia superior.© MPI f. Molecular Cell Biology and Genetics.

Una pequeña mutación genética fue la que permitió la emergencia de las funciones cognitivas superiores propias del Homo Sapiens, según un estudio publicado en Science Advances. La mutación, identificada por un equipo del Instituto Max Planck de Alemania, consistió en la sustitución de una base nucleica denominada citosina por una guanina, en el seno del gen conocido como ARHGAP11B, informa el citado instituto en un comunicado.
Las bases nucleicas son compuestos orgánicos que constituyen la base de los ácidos nucleicos. Se organizan formando largas cadenas, algunas de millones de nucleótidos encadenados. Existen dos tipos básicos de ácidos nucleicos, el ADN (ácido desoxirribonucleico) y el ARN (ácido ribonucleico), que se diferencian entre sí, entre otras cosas, por las diferentes bases nitrogenadas de citosina y guanina.

Las bases nucleicas desempeñan un papel fundamental en el almacenamiento, expresión y transmisión de información genética en virtud de su capacidad para formar estructuras complementarias. También son indispensables para el metabolismo energético de las células.
Los investigadores observaron que la mutación de la nucleobase citosina por guanina está presente no sólo en todos los humanos modernos actuales, sino también en los neandertales, cuyo cerebro es tan voluminoso como el nuestro, así como en los denisovanos, una posible nueva especie de Homo que vivió entre un millón y 40.000 años atrás en áreas geográficas en las que también vivían neandertales y sapiens.

Según los investigadores, la mutación de la citosina por guanina ocurrió en el seno del gen ARHGAP11B, que apareció cerca de la línea evolutiva de los homínidos cuando se separaron de los chimpancés.

El gen ARHGAP11B que contiene la sutil mutación es el único gen conocido hasta ahora que codifica la síntesis de una proteína específicamente humana. Este gen aumenta la proliferación de células madre o progenitoras neurales, las cuales se transforman en neuronas del neocórtex durante el desarrollo del embrión. El neocórtex es la capa externa de los hemisferios cerebrales implicada en las funciones cognitivas, como el lenguaje y la conciencia.

Los investigadores descubrieron que el gen ARHGAP11B procede de la duplicación del gen ARHGAP11A presente en todo el mundo animal. Cuando se produjo la duplicación, hace alrededor de cinco millones de años, el gen ARHGAP11B perdió 55 nucleótidos, si bien fue la sustitución de una nucleobase (C por G) ocurrida más recientemente la que le otorgó la potestad de producir células madre neurales, y en consecuencia su capacidad de procurar la expansión del neocórtex.


Prueba experimental

Para confirmar el papel del gen ARHGAP11B y de su mutación en la corticogénesis, los investigadores inocularon este gen humano en embriones de ratones. Constataron entonces que el gen introducido aumentaba la producción de células madre neurales, que formaban a su vez nuevas neuronas.

En consecuencia, la superficie del neocórtex de los ratones aumentó, así como la circunvolución cerebral, elevaciones tortuosas de la superficie del cerebro producidas al plegarse la corteza sobre sí misma. Cada circunvolución controla la actividad del músculo esquelético que ocupa el lado opuesto del organismo.

Esto es importante porque el córtex de ratas y ratones es liso, mientras que el aumento significativo de su superficie en los mamíferos superiores más evolucionados produjo la formación de pliegues para acomodarlo a la caja craneal, con volumen todavía restringido.

Es muy probable sin embargo que esta pequeña mutación sea una entre otras muchas que dieron a los seres humanos su inteligencia, resaltan los investigadores.

Fuente: tendencias21.net | 21 de diciembre de 2016

Un calendario solar de hace 4.500 años en la Cueva del Toril (Jaén)

Foto: EXPECTACIÓN. El arqueólogo Manuel Serrano explica a los asistentes cómo la luz solar iluminaba el pentasemicírculo que marca el solsticio de invierno.

Aunque hay quien sostiene que “nunca pasa nada” y es una constante en los personajes de Javier Marías relativizar “lo que vemos y oímos” porque “es solo cuestión de tiempo, o de que desaparezcamos”, que acaben por “asemejarse y aun igualarse con lo que no vimos ni oímos”, ayer, algo más de un centenar de personas asistieron, en Otíñar, a un “momento histórico”. Coincidiendo con el solsticio de invierno, celebraron el año nuevo casi como debían hacerlo los pobladores del valle, 2.500 años antes de nuestra era: con las miradas clavadas en los petroglifos de la Cueva del Toril. Unos grabados que, después de tres años de estudio intenso y altruista por parte de arqueólogos, entre los que se encuentran Manuel Serrano, Narciso Zafra y el arqueoastrónomo César Esteban, se han revelado como un calendario solar único en el mundo. Al menos —puntualizó Serrano en la charla explicativa que ofreció a los asistentes—: “Con estas características no hay registrado nada en bibliografía”.

“Hemos descubierto que, aparte de los cultos al sol, al agua y a la fertilidad —que Eslava Galán describió, por primera vez, en 1983—, tiene una función clara de medir el tiempo”. Y el primer hito del ciclo solar, el solsticio de invierno, está nítidamente marcado con un grabado distinto al resto: cinco semicírculos atravesados por una línea vertical que, cuando recibía la luz solar en el ocaso del invierno, anunciaba a estos habitantes de la Edad del Bronce que el ciclo de la vida renacía de nuevo. Y era “inmutable”. De ahí, también su sentido mágico. Antes de hacer esto, Serrano explicó que el chamán o el astrónomo primitivo que grabó estos círculos concéntricos en la Cueva del Toril “sabía lo que hacía”. Por el estudio de las estrellas, debía conocer cuándo se producía el solsticio de invierno. Y, para adelantarse a ese renacimiento del Sol que se repetía año tras año como única certeza en un mundo de incertidumbres, buscaron un barranco, como el de la Tinaja, “enfocado como una mirilla” hacia la posición en la que se pone el sol en invierno. Después, en la pared de la Cueva del Toril, marcaron, como si de un sancta sanctorum se tratara, el lugar exacto sobre el que incide la última luz del día anunciando, en un juego de sombras, que el ciclo de la vida empieza de nuevo. Pero, ¡ojo!, ni está grabado únicamente el solsticio de invierno (también está localizado el de verano y otras fechas concretas), ni el pentasemicírculo marca un solo día. “Para no correr el riesgo de perder la noción del solsticio, el conteo empieza 10 días antes y hay otros 10 de vuelta”, señaló Serrano, resaltando la sofisticación de este calendario solar y llamando la atención a los asistentes para que supieran que, cuando los egipcios empezaron a construir sus famosas pirámides, “aquí”, en Jaén, “había gente que sabía medir el tiempo”.

Fotos de Francisco Miguel Laguna. (Aquí)

El fenómeno no se pudo comprobar porque una nube se puso por delante. Pero subrayó la presidenta de “Iniciativas, andamios para las ideas”: “Es un descubrimiento de primer orden”. Marina Heredia resaltó que el de ayer era el primer acto cultural en Otíñar después de la declaración de la titularidad pública del paraje. Ahora —reclamaron la activista y el arqueólogo—, es el momento de que las administraciones públicas pasen a la acción con la protección “efectiva” de un yacimiento arqueológico en campo abierto que está expuesto al vandalismo y al saqueo, pese a haber sido el primer BIC de Andalucía que se declaró “zona patrimonial”.

Fuente: Nuria López Priego | Diario Jaén, 22 de diciembre de 2016

La colina de Sangiran

Mandíbula Sangiran 6. Imagen tomada de una publicación de nuestros colegas Jeffrey Schwartz & Ian Tattersall.

La interpretación de los fósiles humanos del yacimiento de Sangiran, en la isla de Java, ha sido desde siempre muy compleja y apasionante. La diversidad de opiniones sobre estos fósiles ha quedado registrada en multitud de artículos científicos, desde que el investigador Gustav H.R. von Koenigsvald presentó sus hallazgos en los años 1930s. La excavación en la colina de Sangiran se interrumpió durante la segunda guerra mundial y pasó mucho tiempo hasta que pudieron reanudarse las excavaciones. En 1996 la UNESCO incluyó este yacimiento entre los bienes del patrimonio de la humanidad.
Uno de los problemas más importantes de este lugar ha sido la determinación de su cronología. Este hecho nos resulta familiar a todos los que trabajamos en yacimientos. Los métodos de datación han ido mejorando desde mediados del siglo XX, pero los problemas para conseguir fechas fiables dependen de muchos factores. La geocronología es un ámbito de la ciencia en continuo progreso. Muchos piensan que tan solo se trata de tener buenos equipamientos para determinar la antigüedad de los yacimientos mediante métodos como la termoluminiscencia, ESR, núclidos cosmogénicos, etc. Nada más lejos de la realidad. El talento de los científicos es la mejor “herramienta” para conseguir resultados. Además, los prejuicios y los paradigmas de una época determinada pueden forzar los resultados de las analíticas, hasta que los buenos especialistas hacen valer sus resultados.
Ese último problema causó no pocas incertidumbres en la interpretación de los fósiles de Sangiran. Este yacimiento está formado por varias capas geológicas superpuestas de manera inclinada. No es sencillo situar en el espacio estas capas, que han quedado expuestas tras la erosión de la colina original. Las capas más antiguas con fósiles fueron fechadas de finales del Pleistoceno Inferior (unos 900.000 años), asumiendo que la primera expansión de los homininos fuera de África había sucedido hace un millón de años. La morfología de las mandíbulas encontradas por von Koenigsvald no cuadraba con esta cronología. Su estudio siempre llevaba a los paleoantropólogos a conclusiones contradictorias. El aspecto tan arcaico de algunos fósiles era comparable al de los australopitecos. El propio von Koenigsvald asignó una de las mandíbulas, Sangiran 6, al género Meganthropus, mientras que otros investigadores llegaron a proponer que esta mandíbula perteneció a un tipo de orangután extinguido. Esta última conclusión ha lastrado la investigaciones de otros yacimientos de Indonesia e incluso de China.

Para entender el registro de Sangiran y el de otros yacimientos de Indonesia tenemos que considerar dos aspectos esenciales. El primero es la cronología. Cuando se supo que los primeros eurasiáticos podían tener un mínimo de 1,8 millones de años (yacimiento de Dmanisi, República de Georgia) los expertos respiraron aliviados. Quizá los fósiles de Sangiran eran más antiguos de lo que se había pensado. Así fue como fueron llegando uno tras otro nuevos estudios de la geocronología de la colina de Sangiran. La mejora de los métodos, la profesionalidad de los científicos y el nuevo paradigma sobre la colonización de Eurasia obraron un “milagro”. Los fósiles de Sangiran se envejecieron hasta 1,5 millones de años. Otros yacimientos de la isla llegaron incluso hasta cifras similares a las del yacimiento de Dmanisi. Los expertos se dieron cuenta de que habían estado dando vueltas a un problema, que se resolvía en parte mediante la nueva cronología.
Cráneo Sangiran 2, obtenido por G.H.R. von Koenigsvald en los años 1930s. La colección de homininos obtenida por este investigador está depositada en el Instituto Senkenberg de Fraknfurt am Main (Alemania).

Por descontado, todavía quedaron cuestiones sin resolver. Las primeras poblaciones que salieron de África pudieron llegar en un tiempo relativamente breve a regiones tropicales y subtropicales de Eurasia sin necesidad de adaptaciones a un clima muy diferente al de las regiones de las que procedían. Pero no debemos olvidar que estas poblaciones se alejaron de su fuente original y quedaron aisladas durante muchos miles de años. La variabilidad que se observa en los restos fósiles de Java puede ser consecuencia de ese aislamiento. Por último, no se nos pasa por alto que en el yacimiento de Dmanisi también se observa una notable variabilidad. Algunos hemos interpretado esa variabilidad como la evidencia de que Eurasia fue colonizada por especies o subespecies distintas. Si esta hipótesis se mantiene con nuevas evidencias, la variabilidad de Sangiran y de otros yacimientos del Pleistoceno Inferior del Sudeste de Asia podría entenderse como la migración hacia el este de grupos de homininos distintos. Mi opinión es que el debate del registro humano de Java y de Sangiran en particular seguirá abierto durante muchos años.

Fuente: quo.es | 22 de diciembre de 2016