Nuevas obras en Valencina para completar la cubrición de las tumbas calcolíticas descubiertas en 2015

Nuevas obras en Valencina para completar la cubrición de las tumbas calcolíticas descubiertas en 2015 SEVILLA | EUROPA PRESS

Las nuevas obras consistirán en "un vallado final, un panel informativo y un bordillo de protección contra accidentes"

La Diputación de Sevilla ha contratado a la empresa Peninsular de Obra Civil y Edificación S.L., por 12.398 euros, para acometer la "fase final" de la cubrición y acondicionamiento de las tres tumbas calcolíticas halladas en 2015 en Valencina de la Concepción, con motivo de las obras destinadas a construir un carril bici entre dicho municipio y Castilleja de Guzmán.

Si bien fue en octubre de 2015 cuando la Diputación inició la cubrición de estos vestigios de la Edad del Cobre descubiertos en el marco de las obras del carril bici construido para conectar Valencina y Castilleja de Guzmán, fuentes de la institución provincial han informado a Europa Press de que tras ser los restos cubiertos mediante áridos inertes y materiales geotextiles, se ha contratado la "fase final" del soterramiento de las tumbas calcolíticas.

En concreto, las obras ahora contratadas por 12.398 euros consisten en "un vallado final, un panel informativo y un bordillo de protección contra accidentes" en el firme, toda vez que la actuación acometida en 2015 supuso ya a las arcas de la Diputación un desembolso de unos 40.000 euros.

MÁS HALLAZGOS EN VALENCINA

El descubrimiento de estos vestigios arqueológicos, recordémoslo, se encuadraba en la construcción del nuevo carril bici que conecta Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán, un proyecto promovido por la Diputación de Sevilla. Las obras, como se informó en su momento, supusieron el hallazgo de tres tumbas de la Edad del Cobre; una circular tipo 'tholos', otra de lajas y una tercera y última en forma de cueva artificial, todo ello en el tramo del nuevo carril bici más cercano a Valencina de la Concepción.

Y es que 779,16 hectáreas de los términos municipales de Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán, hay que tenerlo en cuenta, están declaradas como Zona Arqueológica, porque en este perímetro descansan numerosos yacimientos históricos y los famosos dólmenes de La Pastora, Matarrubilla, Ontiveros y de Montelirio, legados de las antiguas culturas calcolíticas que poblaron la zona hace milenios.

Ante este descubrimiento, en cualquier caso, las autoridades apostaron por desplazar el trazado del carril bici y la Diputación, como promotora de las obras, elevó a la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico un proyecto para proteger con un murete o pretil los restos megalíticos y cubrirlos mediante un acristalamiento.

LA COMISIÓN DE PATRIMONIO

Pero después de analizar el asunto, la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico ordenó la cubrición provisional del yacimiento arqueológico mediante "áridos inertes" y materiales geotextiles, a la espera de que las administraciones cosechen fondos para promover una investigación en profundidad sobre estos vestigios históricos de la Edad del Cobre.

Además, y según las fuentes consultadas por Europa Press, la comisión ordenaba la "retirada" de los arranques de muro o construcción acometidos prácticamente al lado de las tumbas megalíticas con motivo del proyecto del carril bici y abrir "un expediente informativo" sobre este aspecto concreto, la instalación de materiales de construcción en el perímetro del yacimiento arqueológico supuestamente al margen del procedimiento reglado que pesa sobre este tipo de actuaciones.

Finalmente, la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico aprobó el proyecto de actuación diseñado por la Diputación para la cubrición del yacimiento y para la demolición de los arranques de muro, aspecto que se completa con los trabajos contratados ahora a la empresa Peninsular de Obra Civil y Edificación S.L.

Fuente: La Información

Descubren un poblado protohistórico en El Espinar

Un arqueólogo de la localidad del Guadarrama segoviano descubre los restos inéditos de un poblado en la comarca de Campo Azálvaro

K. Navas/. El arqueólogo Iván Aguilera Diez, con larga trayectoria de campo y estudio de las cuencas altas de los ríos Moros y Voltoya, ha descubierto un asentamiento arqueológico en la comarca de Campo Azálvaro del que da cuenta en un su artículo ‘Ciudadela finícola: el asentamiento de Canto-Los Hierros’. El descubrimiento finaliza una investigación realizada tras un fortuito hallazgo cerámico en el año 2006.

“Estos restos deberían suponer un giro radical para el Plan General de Ordenación Urbana” de este municipio, en tramitación en la actualidad, opinan desde el Colectivo Azálvaro, ya que según la ONG, afectará al apartado de patrimonio y “puede solventar la ‘urticaria’ del ayuntamiento frente a la demanda reiterada de generar una carta arqueológica local con fines turísticos y culturales”.

Localización  del  despoblado de Canto-Los  Hierros (GRIS).

El asentamiento presenta varias líneas de muralla y casi un centenar de edificaciones. Aparte de interesantes restos del frente nacional y del pastoreo trasterminante, que lo definen como uno de los paradigmas históricos en tierras segovianas.

“Parece insostenible que a día de hoy en el entorno de El Espinar, con sus más de 21.000 hectáreas y su estratégica localización caminera, existan tan solo tres yacimientos catalogados”, afirman desde el Colectivo Azalvaro, que se ha hecho eco de la noticia y ha colgado la investigación en su web para todo aquel interesado en consultarla.

Fuente: El Guadarramista

El egiptólogo José Miguel Parra cree que puede quedar alguna pirámide aún por descubrir en Egipto

En primer plano, algunas de las tumbas de trabajadores que participaron en la construcción de la pirámide del faraón Keops (al fondo) - EFE

Ni todo está dicho sobre el Antiguo Egipto, ni todo lo que se dice tiene fundamento. Basta buscar en Google información sobre las pirámides para toparse con insólitas teorías sobre cómo fueron construidas. El doctor en Historia Antigua con una tesis sobre las pirámides egipcias José Miguel Parrase ha encontrado con todo tipo de casos. «Hace unos meses me saltó un anuncio en el correo de que alguien me había puesto un "loquefuera" en Facebook y me mencionaba. Me acerqué. Estaban hablando de pirámides», relata el egiptólogo español, que se detuvo a explicar cómo «en 2013 se descubrieron unos papiros con el diario del jefe de un grupo de trabajadores de la Gran Pirámide llamado Merer donde cuenta qué es lo que hizo durante tres meses». Creía que el relato en primera persona de este capataz al mando de unos 200 hombres, aderezado con enlaces a artículos científicos donde su interlocutor podía comprobar sus palabras, disiparía las dudas. Ni aún así. «Ah, no. Esto no ha salido en los telediarios, así que es mentira», le respondió.

«Resulta más divertido pensar que hay un misterio en cómo se construyeron, pero hay 110 pirámides en Egipto y todas son diferentes. Las más grandes son las de Guiza, pero tenemos pirámides del Reino Medio que están construidas con ladrillos. Eso no tiene ningún misterio», señala Parra.

¿Desmontar esos falsos enigmas es lo que le ha llevado a escribir el libro «Eso no estaba en mi libro de Historia del Antiguo Egipto» (Almuzara, 2016)?


En parte, sí. Recuerdo que a mi padre le gustaban mucho los libros de Erich von Däniken, el de “los astronautas vinieron en la antigüedad”, y yo me los leía interesado. Como soy curioso, me puse a leer la otra parte que él llama "ortodoxa" entre comillas, como si fuera algo malo, y empecé a ver que lo que decía, eso de que las pirámides las construyeron los extraterrestres, no tenía ni pies ni cabeza. Otros han defendido que las pirámides contienen en sus dimensiones un calendario de eventos mundiales y yo qué sé, pero cuando alguien investiga, comprueba que es mentira. Hubo un señor llamado Charles Piazzi Smyth que midió la Gran Pirámide y dijo que estaba hecha con una unidad llamada la pulgada piramidal, pero otro, Flinders Petrie, se pasó dos años midiéndola y llegó a la conclusión de que no había dado una. Eso se sabe desde 1883 y aún así la gente sigue dándole vueltas. Es sorprendente.

¿Cuántas teorías existen sobre las pirámides?

Uff, ni me preguntes... Las pirámides han sido el edificio más alto del mundo hasta el siglo XIX. Los griegos pasaron a verlas, también los romanos… y siempre han suscitado preguntas. ¿Cómo construyeron algo así? ¿De verdad solo hay una habitación dentro? ¿Y todo esto para una pequeña habitación? Aún nos siguen fascinando. Cuando ves esa barbaridad de altura desde kilómetros de distancia, te sorprendes. Luego te pones a sus pies y pierdes la perspectiva. Parece una montaña. Es impresionante.

¿Esa fascinación que suscitan es lo que les ha salvado de la destrucción a lo largo de la Historia?

En realidad, hasta la Edad Media estaban mejor conservadas. Lo que pasa es que en la Edad Media hubo un terremoto que acabó con la capital y entonces se construyó lo que ahora es El Cairo viejo. Muchos de sus palacios se levantaron con piedras de las pirámides, con las del revestimiento, la piedra más blanca y más llamativa.

¿Cómo eran originalmente?

Tenemos una pequeña idea de cómo eran por el tercio superior de la pirámide de Kefrén, que tiene ese capuchón que todavía mantiene. Y la pirámide romboidal que está en Dashur, al sur de Guiza, que todavía conserva mucho revestimiento.

¿La forma piramidal tenía algún simbolismo?

Retrocedamos en el tiempo. Hasta los años 60, Egipto quedaba inundado una vez al año. Cuando esas aguas comenzaban a retirarse, lo primero que sobresalían eran esas colinas donde empezaba a surgir la vegetación, venían los pájaros… Los egipcios consideraron que el montículo era un símbolo de renacimiento, de vida, que desde allí todo nacía. Al mismo tiempo, cuando empezaron a enterrar a sus muertos, al cubrir el cuerpo con la arena, siempre queda un montículo. A ello se sumaba que las tumbas fueron objeto de robo desde antiguo, porque al muerto se le enterraba con un pequeño ajuar: con un vaso o un peine de marfil, alguna figurilla, o alguna ofrenda. Si había pasado algún tiempo, se encontraban con que el cuerpo estaba momificado. Parecía estar vivo. Los antiguos egipcios juntaron esos dos simbolismos en las pirámides. Porque esa es una costumbre de los antiguos egipcios, que nunca se deshacían de lo que les había valido ideológicamente.

Primero hicieron las mastabas, como una colina. En un momento dado, Zoser quiso que la suya fuera más grande y ordenó construir la primera pirámide escalonada. La tumba se convirtió en una colina para subir al firmamento, porque el rey tenía que reunirse en el más allá con los dioses, que eran las estrellas circumpolares, las que nunca desaparecen del firmamento. El jeroglífico que significa ascender tiene la forma de una pirámide escalonada. Y cuando en la IV dinastía la religión pasó de ser estelar a solar (el dios Ra), se pusieron las paredes lisas porque la pirámide se convirtió en una especie de rayo de sol petrificado.

Además la forma de pirámide es lo más sencillo de construir mecánicamente en altura sin que se te caiga encima. Por eso es una forma tan común en muchas culturas. Esa es la relación, nada de que cruzaron el océano para ir a México y cosas de esas extrañas que dice la gente.

En tu libro explicas que no fueron construidas por esclavos.

No eran esclavos. Esta idea puede tener más explicación porque al pensar en el mundo antiguo, nos viene a la cabeza el mundo antiguo griego o romano, que eran sociedades esclavistas. Cuando Heródoto llega a Egipto y ve las pirámides, no puede imaginar otro modo de hacerlas que no fuera con esclavos. No se le ocurre que cuando se construyeron las pirámides éstas eran una necesidad vital desde el punto de vista ideológico, y también económico porque puso en marcha circuitos económicos que una vez en marcha se mantenían a través de construir más pirámides. Ideológicamente era muy importante porque en el Reino Antiguo, que es cuando se construyeron las grandes pirámides de Guiza, solo el faraón llegaba al más allá y con él, sus súbditos conseguían revivir en el más allá también. Por eso todo el mundo tenía interés en que el faraón tuviera su pirámide.

Las pirámides de Guiza- AFP

Sabemos que los trabajadores de las pirámides no eran esclavos, porque tenían suplementos de proteína animal, algo que no era lo normal entonces. Los antiguos egipcios tenían una dieta sobre todo vegetal, comían muy poca carne (solo la nobleza y la familia real) y estaban siempre en el borde de la inanición. Sabemos que había centros de producción en el delta que se dedicaban a abastecer de carne a los trabajadores. Se han encontrado restos de cordero, de buey… Era un buen trabajo construir las pirámides, aunque duro, difícil y peligroso. Hay un cementerio en Guiza con unas 600 tumbas de trabajadores y al examinar sus restos nos encontramos que tienen las deformaciones en los huesos propias de gente que trabaja trasladando grandes pesos, con la columna machacada, con roturas en los antebrazos y los brazos, pero sabemos que estaban bien tratados porque esas roturas están bien alineadas. Había gente que sabía de medicina que les entablilló bien las roturas.

¿Qué opinas de las anomalías de la pirámide de Keops detectadas por el proyecto Scan Pyramids, que dicen que podrían ser cavidades?

No es la primera vez que se estudia con muones. Luis Álvarez, premio Nobel de Física, hizo exactamente eso. Él escaneó el 20% de la pirámide de Kefrén y no descubrió ningún hueco. Ese mismo sistema se está empleando ahora en la Gran Pirámide y dicen que les ha dado positivo en una zona donde unos arquitectos franceses ya sospechaban que, desde el punto de vista arquitectónico, podía haber alguna cavidad. Utilizando un escaner como en la cámara de Tutankamon, los japoneses de la universidad de Waseda descubrieron, teóricamente, un corredor de 30 metros de lado que va paralelo al corredor de acceso a la cámara de la reina y eso es muy interesante. Los franceses a los que les dejaron hacer un pequeño agujero para introducir un endoscopio, encontraron debajo una cámara pequeñita. ¿Por qué hicieron esta segunda capa de habitaciones? La pirámide romboidal, que fue construida por Snefru, el padre de Keops, tiene dos entradas y dos cámaras independientes. No tiene nada de raro que Keops que era su hijo copiara el sistema. Sería esa dualidad, que puede ser ideológica, para referirse al norte y al sur de Egipto. No se ha dado aún con el acceso. Ojalá lo encontremos. Estoy deseando que tengan razón.

Como también estarás deseando que exista una cámara oculta en la tumba de Tutankamón como sostiene Reeves.

Puede ser tan divertido… El estudio teórico de Reeves es muy sólido. La forma más sencilla de comprobarlo es hacer un pequeño agujero en la cámara del tesoro, que no tiene ninguna decoración y que se supone que daría al hueco, pero es un monumento tan emblemático que no se quiere alterar. Si resulta que existe una cámara interior y está decorada, se podría dañar la pintura. Pero el agujero sería de apenas un centímetro de diámetro, sería casualidad que rompiera una zona valiosa. Creo que van a retomar ahora los estudios o dentro de unos meses.

¿Quién crees que podría estar allí sepultado? ¿Nefertiti? ¿Meritaton?

Eso no se puede saber. Teóricamente sí, podría ser Nefertiti, pero también otro. Puede ser una tumba terminada, o como la de Horemheb, a medio hacer. Ojalá esté intacta. Y puestos a soñar, me encantaría que el señor o señora que estuviera allí enterrado fuera un amante de la literatura y se hubiera llevado su arcón-biblioteca allí y de repente aparecieran allí cien textos nuevos de literatura egipcia. Eso sería magnífico.

¿Más aún que la propia momia?

La momia estaría muy bien, pero momias tenemos muchas. Si está intacta, sería muy interesante porque tendríamos otro de ese periodo, pero no sería el único.

Canon de Turín- WIKIPEDIA

¿Qué otros enigmas quedan aún por resolver?

Nos falta por saber cuáles son todos los faraones egipcios y cuánto reinaron. Los egipcios consideraban que cada vez que con cada faraón empezaba un ciclo de nuevo, así que no tienen un punto fijo. Se ha encontrado recientemente una fecha en unos papiros hallados en el Mar Rojo que ha alargado el reinado de Keops cuatro años. Es un ejemplo, pero hay muchísimos. En el año 1952 se encontró una pirámide, la de Sejemjet, al lado de la de Zoser, y no se sabía que este faraón había existido.

Nos falta por saber cuáles son todos los faraones egipcios y cuánto reinaron

Para ponernos los dientes largos, a mediados del s.XIX se descubrió un papiro, el canon de Turín, que es una de esas listas que tenían en los archivos los egipcios con una lista de los faraones y sus años de reinado. Ese papiro se encontró casi intacto, en muy buen estado, pero lo envolvieron tan mal que en el traslado se convirtió casi en una papilla. Hay una lista muy completa, pero faltan muchos datos. De vez en cuando alguien logra encajar las fibras, ordena los pedacitos y hace una pequeña lectura que aporta algún dato. Conocer todos los faraones de Egipto sería uno de los descubrimientos top ten.

También puede haber alguna pirámide aún por descubrir. Unos franceses estudiaron en los años 90 una tapa de un sarcófago, que había sido reutilizada de una lista de reyes del Imperio Antiguo y descubrieron a otro faraón del que no se sabía nada hasta entonces. Y no se sabe cuánto tiempo reinó, si llegó a construirse una pirámide...

Pero una pirámide se vería...

Después de 5.000 años, la arena cubre todo muy rápido. Si es grande, evidentemente sí, pero pueden quedar muy ocultas y si no la llegó a construir del todo, o la convirtió en una mastaba, como Neferefre, ésa se cubre con facilidad. Y como eso, muchas cosas faltan por descubrir.

¿Es cierto que apenas se ha descubierto un 30%?

Sí, esa es una cifra que repetimos, pero no podemos calcular. Si el primer faraón empezó a reinar hacia el 3.100 a.C. y el último en el 332, cuando Alejandro Magno conquistó Egipto, hay 3.000 años de historia en los que muchísimas cosas que han quedado ocultas. Ahora nos estamos dando cuenta de que el desierto estaba mucho más transitado de lo que podíamos pensar y más allá de los márgenes del Valle del Nilo se están realizando muchos hallazgos interesantes, como los papiros del Mar Rojo, esa zona minera del desierto líbico... Se están excavando los oasis y se está avanzando mucho aunque quedan muchos sitios por excavar, y ahora lo hacemos mucho más lento, entre multitud de especialidades, y con más seguridad. La arqueología es una ciencia destructiva. Aunque tengas el máximo cuidado, lo que excavas lo destruyes, así que se intenta que esa destrucción sea la menor posible y que toda esa información quede recogida.

Tu libro arranca precisamente con una prosaica descripción de cómo es una excavación real. ¿Es una manera de desmitificar la profesión, donde uno no se siente cada día Indiana Jones?

Lo escribí para la gente que me pregunta cómo es excavar. Por eso he querido mostrar cómo son seis días en una excavación. La realidad cotidiana es mucho trabajo. Tuve una parte de Indiana Jones que fue maravillosa, cuando se descubrió la cámara pintada de Djebuti. Me tocó fotografiar el momento junto con José Manuel Galán. Nos metimos por un pozo de 8 metros y medio, por una gatera, y de repente nos encontramos con una habitación llena de arena y piedras. Me arrastré entre los escombros con la cámara, descubriendo algo maravilloso, y es genial. Haces de verdad de Indiana Jones. Te asomas, está oscuro, metes la linterna y ves que está todo pintado… También descubrimos una tumba pequeña que daba acceso a una especie de catacumba. Entramos varios para documentarlo y cuando nos dimos cuenta llevábamos ocho horas en las que no habíamos salido para nada, tan alucinados que estábamos. Pero eso pasa el 1% de las veces.

No teníais miedo de resultar alcanzados por ninguna antigua maldición...

No, qué va, qué va... Sí hay maldiciones, pero no como la supuesta maldición de Tutankamón. Las tumbas egipcias están hechas para ser vistas. El muerto no está allí, sino por debajo, en un pozo. Hay relieves y textos, sobre todo en la cámara funeraria. Como los egipcios creían que todo lo que se leía cobraba vida, cuando leían la lista de ofrendas, pensaban que se las daban al difunto. Al mismo tiempo se sabe que las tumbas se robaban. De ahí que también haya llamadas de advertencia a los que pasan, pero no es una maldición en plan "dentro de 4.000 años vendrán a esta tumba y morirán en horribles sufrimientos". Es ridículo. Hace no muchos años un epidemiólogo, M.R. Nelson, estudió los fallecidos por la supuesta maldición de Tutankamón como si fueran una epidemia. Hubo 44 personas que participaron en el descubrimiento de la tumba, la apertura y el desvendado de la momia. Según los libros de los propagadores de la supuesta maldición, 25 de ellos murieron. La edad media a la que fallecieron era de 70 años y su muerte tuvo lugar una media de 28,9 años después del descubrimiento. Ni Howard Carter ni lady Evelyn, la hija de Lord Carnarvon, que participó en todos los pasos, fueron alcanzados por esta supuesta maldición. Esta última murió octogenaria en 1980. Y si investigas las muertes, no fallecieron como se cuenta. Cuando lo estudias, todo se derrumba como si fuera un azucarillo.

¿Y qué hay de la noche que dicen que pasó Napoleón en la Gran Pirámide?


¡Qué noche! Estuvo un rato. Creo que efectivamente les pidió a los soldados que le dejaran un momento solo. La leyenda dice que cuando salió le preguntaron: "general, ¿qué habéis visto?" y él respondió que si se lo contaba, no se lo iban a creer. Napoleón se quiso hacer el interesante. Además, mientras el Estado Mayor trepaba hasta la cima de la Gran Pirámide, él se quedó abajo y se entretuvo calculando que con esas piedras se podía rodear la frontera de la Francia revolucionaria con un muro de más de 3 m de altura y 30 cm de anchura.

Llaman la atención en el libro los apartados dedicados a la vida cotidiana en el Antiguo Egipto y, sobre todo, a sus costumbres sexuales.

No es que los egipcios fueran muy dados a representar el ejercicio físico del sexo de forma explícita, al contrario de los romanos o los griegos, pero hay textos en las tumbas, donde no hay ninguna representación sexual, pensados para generar tensión sexual que permita que se engendre de nuevo al difunto y renazca en el más allá. Eso lo encontramos en escenas tan conocidas como ese señor que está en un barquito arponeando. Lanzar el arpón tiene la misma estructura triconsonántica que el verbo engendrar. Es muy divertido. En otros casos, los dibujantes cogían un trozo de piedra o una lasca de cerámica y dibujaban algo que les apetecía. Ahí es donde nos encontramos algunos bocetos pornográficos.

¿Es verdad que Ramsés II tuvo 100 hijos?

Sí, y lo sabemos porque los egipcios lo escriben todo. Ramsés venía de una familia en la que su padre y su abuelo solo habían tenido un hijo o dos. Teniendo en cuenta la facilidad con que se moría en el mundo antiguo, convenía que se tuvieran muchos. Por eso antes incluso de que se convirtiera en faraón, su padre le puso un harén. (Los harenes egipcios no eran como los otomanos. Era una parte administrativa dedicada al sostén de los hijos y las esposas del faraón, explica). Se calcula que aproximadamente tuvo unos 50 hijos y unas 50 hijas con muchas esposas. Y llegó hasta los 95 años. Tenía el pelo pelirrojo (un color relacionado con el poderoso Seth, el dios teóforo de su padre, el faraón Seti) y era un señor alto para la época, de unos 1,75 metros de altura, unos diez centímetros por encima de la media. Debía de tener un aspecto bastante gallardo. Vivió muchos años, pero estoy seguro de que hubiera querido morirse antes. Su momia nos dice que no podía andar por una terrible artritis anquilosante en la cadera, que tenía arteriosclerosis, que tenía los dientes destrozados, abscesos tremendos, le debía de doler todo, pero era gente resistente. Pepi II también reinó muchísimos años.

¿Fue Sinuhé un espía?

Esa es una teoría que no es mía, pero que puede ser una posibilidad. La gente conocé a Sinuhé por el libro de Mika Waltari, pero Sinuhé es un personaje muy curioso en el cuento egipcio original. Era un alto funcionario del harén y estaba de campaña junto al hijo del faraón en el desierto luchando contra los libios cuando escucha una conspiración en el harén por la que se entera que han matado al faraón y ve salir disparado a su hijo (El que organizaba el funeral se convertía de facto en su sucesor, de ahí la importancia que tenía para el hijo estar allí). Entonces Sinuhé piensa que o bien le cortan la cabeza por haber participado, o por no habere enterado siendo uno de los jefes del harén. Por eso huye a la costa de Siria-Palestina, al reino de Retenu, y se asienta en un lugar de paso de las caravanas donde él mismo cuenta de que era informado por todos los que por allí pasaban.

Y sobre Akenatón, ¿fue tan trascendental su revolución en la época?

Consiguió que la nobleza y la corte le siguieran en su monoteísmo, pero no la gente del pueblo, que siguió llevando sus amuletos de toda la vida. Mandó borrar el nombre de Amón allá donde estuviera, pero no el del resto de los dioses, así que es cierto que fue revolucionario, pero no tanto como llegamos a pensar en un principio. Son cosas que vamos descubriendo poco a poco a través de nuevos hallazgos. De repente aparece un texto, como el Papiro del Mar Rojo... Estamos de uñas deseando que el que lo ha descubierto publique el resto del estudio. Sus conclusiones van a ser muy interesantes. Estamos expectantes.

¿Sería ahora mismo la investigación más esperada?

Para mí, sí. Es lo más parecido que tenemos a una fotografía de cómo se construyeron las pirámides de la época de Keops. Es un capataz que se encargaba de un equipo de unas 200 personas y de su recuento dependía que los demás cobraran su sueldo.

Templo de Debod.- ABC

Preguntado sobre el templo de Debod de Madrid, con el que Egipto agradeció a España su aportación en el rescate de Abu Simbel y los templos de Philae, José Miguel Parra advierte de que «no está del todo bien conservado». «En los 45 años que lleva aquí ha sufrido más que el tiempo que estuvo en Egipto. No se está cayendo a pedazos, pero hay que actuar», sostiene.

Por MÓNICA ARRIZABALAGA
Fuente: ABC

معركة وادي لكة وبداية فتح الأندلس


Un nuevo libro analiza el patrimonio indígena del Archipiélago Canario y su difusión

El patrimonio arqueológico de las Islas Canarias. Arqueología y gestión desde los márgenes es el título del último libro del investigador canario José Farrujia de la Rosa y del fotógrafo Tarek Ode. Esta obra analiza cómo las políticas del pasado, la herencia colonial o la peculiar realidad geográfica de las Islas condicionan la actual gestión del patrimonio arqueológico en Canarias. La monografía pone en valor el modelo patrimonial desarrollado en islas como Gran Canaria, en donde se ha apostado por una recuperación integral del pasado indígena.

La génesis de este trabajo se publicó en 2014 en Nueva York, por la prestigiosa editorial Springer. Así, la investigación desarrollada por Farrujia de la Rosa e ilustrada con fotografías de Tarek Ode, analiza los efectos del colonialismo y del etnocentrismo en la gestión del patrimonio arqueológico canario, factores que han propiciado la recuperación de determinado tipo de yacimientos y la consiguiente recreación de la identidad guanche. El libro recoge procesos similares en otros contextos del planeta, donde el patrimonio indígena está igualmente infrarepresentado. Sin embargo, el caso canario presenta especificidades y, en palabras del autor, "la gestión actual del patrimonio arqueológico canario se desarrolla en un contexto muy específico e inusual, dado que el Archipiélago se localiza en los márgenes de Europa, pertenece a España y por tanto a la Unión Europea, pero geográfica y arqueológicamente es parte de África".

Este trabajo presenta distintas propuestas para poner en valor el patrimonio arqueológico de las Islas, así como para propiciar la participación activa de la comunidad local y del turismo en el disfrute y en la difusión del patrimonio. Asimismo, la investigación aborda cuestiones relacionadas con la protección del patrimonio guanche a partir del estudio de diferentes parques arqueológicos y explica cuál es la tendencia actual en la gestión del patrimonio en las Islas y cuál es el marco legal en el que se inserta.

La monografía destaca y analiza también el caso de Gran Canaria, donde las actuales políticas patrimoniales sí han propiciado la recuperación integral del pasado indígena, a diferencia de lo que sucede, por ejemplo, en Tenerife o en Fuerteventura. En estas Islas, además, la especulación patrimonial ha puesto en peligro el legado indígena, tal y como se pone de manifiesto en el municipio de La Laguna, en donde el patrimonio no elitista, el indígena, no forma parte de los valores que definen su identidad. Por su parte, en la Montaña de Tindaya, sus petroglifos corren el peligro de verse afectados ante el desarrollo del proyecto de Eduardo Chillida.

La investigación de Farrujia (izquierda) considera el Archipiélago como parte de una problemática que no es única sino que presenta paralelismos con otros casos como el canadiense o el australiano, en los que también está infravalorado el patrimonio de las sociedades indígenas. En este sentido, otra de las aportaciones del libro estriba en insertar el caso canario en el contexto internacional. José Farrujia afirma que "el libro refleja cómo el curso de la historia y de las políticas del pasado tienen una importante influencia en la forma en que el patrimonio arqueológico se interpreta y gestiona hoy en día. En definitiva, la investigación analiza la realidad de un archipiélago como el canario, emplazado en los márgenes de Europa y reflexiona sobre cuál es la finalidad y el rol de la arqueología en la actualidad".

Desde el punto de vista gráfico, el libro cuenta con un apartado fotográfico de Tarek Ode en el que se recogen distintos yacimientos arqueológicos de las Islas. Las imágenes contribuyen, así, a poner en valor el legado indígena de todo el Archipiélago, con especial hincapié en el caso de Gran Canaria. Tarek Ode aseguro que "las imágenes del libro acercan el legado indígena al gran público, a partir de fotos con un importante valor estético en las que, no sólo se pone en valor el apartado arqueológico, sino también el entorno medioambiental que acoge los yacimientos".

Fuente: ocio.laopinion.es | 22 de diciembre de 2016

El misterio de las ánforas de Tomares

Dos de las ánforas de Tomares, que se exponen en el Arqueológico. / BELÉN VARGAS

No podían sospechar los profesionales que trabajaban en la canalización del suministro eléctrico, en la zona del Olivar del Zaudín, en Tomares, que aquel mediodía de abril su labor acabaría llamando la atención de medios de comunicación de todo el mundo. Que aquella zanja que abrían, por azar, les conectaría con un pasado remoto como el de la época del emperador Diocleciano, el período en el que se acuñaron las monedas que se ocultaban en las 19 ánforas de aceite que encontraron. Aquellos operarios, y más tarde el personal del Museo Arqueológico, donde llegaría ya en la tarde ese cargamento de más de 500 kilos, tardaron en dar crédito al alcance del material desenterrado. De la perplejidad y el asombro iniciales y los pasos que se siguieron luego para conservar y analizar ese impresionante hallazgo, también del misterio que rodea aún ese dinero escondido, deja constancia Descubriendo el tesoro de Tomares, una muestra que alberga el Arqueológico hasta el mes de septiembre.


La exposición, que inauguraron ayer la directora del museo Ana D. Navarro y la viceconsejera de Cultura, Marta Alonso, detalla las líneas de trabajo desarrolladas con este tesoro. Ocho meses después del revuelo que supuso su descubrimiento, se calcula que esa remesa que llegó al Arqueológico se compone de unas 53.000 monedas, aunque esta cantidad se confirmará cuando se analicen las 11 ánforas que permanecen cerradas. El equipo no descarta una sorpresa en su diagnóstico: "Una de las vasijas, por ejemplo, tiene mayor peso a pesar de que posee el mismo tamaño", informa Navarro sobre una investigación "a la que le quedan, al menos, dos años. Se sabe cuándo se empieza pero no cuándo se termina".


Por el momento, ya se han inventariado 22.474 monedas de bronce que los estudios atribuyen al periodo de la Tetrarquía, que se inició con Diocleciano en el año 293 d. c. En la muestra se pueden contemplar piezas acuñadas por los nueve emperadores que ocuparon el poder en los 20 años que se prolongó este sistema de gobierno. Se trata de dinero de uso corriente: la información facilitada apunta que con 16 de esas monedas "se podrían comprar 5 lechugas, 4 huevos o 25 higos secos". Como observa Pablo Quesada, conservador del Arqueológico, "individualmente, estas monedas no tenían mucho valor. Es la cantidad que se ha conservado y que ha llegado a nuestros días, esa acumulación, lo que vuelve tan importante este tesoro", comparado en la muestra con otros célebres de Seaton Down (Reino Unido) o Misurata (Libia).


La misma fascinación con la que valoran el hallazgo desde el museo se aprecia en los arqueólogos que investigan sobre el terreno, en el Olivar del Zaudín. ¿Con qué propósito se ocultaron esas monedas, en algún momento del siglo IV, en lo que parece el sótano de una nave industrial o un almacén? "El contexto arqueológico es como la escena de un crimen: cualquier indicio puede ser decisivo", se lee en una de las cartelas de la muestra. Las pesquisas ya han descartado una de las hipótesis que se barajó inicialmente. "En un principio se dijo que era un depósito destinado a pagar a soldados, pero estamos casi seguros de que eso no es. En una época de guerras civiles", sostiene Pablo Garrido, de Atlas Arqueología, "se nos antoja que una familia pudo ocultar este tesoro y que más tarde sus integrantes desaparecieran".


Fuente: diariodesevilla.es | 22 de diciembre de 2016