Las atarazanas de Barcelona escondían un ‘tesoro’ romano

La excavación en el Museo Marítimo ‘rejuvenece’ el edificio 300 años y localiza un mausoleo del siglo I


Es uno de los edificios más singulares de Barcelona y uno de los más antiguos, aunque ahora un poco menos. Los trabajos de reforma del edificio de las Reales Atarazanas han tenido un resultado que se podría calificar de sorprendente.
Por una parte —sorpresa número uno—, los trabajos de excavación en el interior de este edificio de 10.000 metros cuadrados, utilizado como arsenal de galeras de la Corona de Aragón, han permitido conocer que la construcción actual, que impresiona por la esbeltez de sus arcos apuntados, no es del siglo XIII como se creía hasta ahora, sino de finales del siglo XVI, y que tras el primer edificio se levantaron dos nuevos, con arcos cada vez más anchos para facilitar la construcción de barcos de mayor tonelaje, por lo que fue imposible aprovechar la primera construcción, que se derribó.
Por otra —sorpresa número dos—, el subsuelo escondía una pequeña joya romana: los vestigios de un mausoleo rectangular en el que han sido localizados restos de varios ciudadanos de Barcino que fueron incinerados en vasijas de cristal y que forman parte de una necrópolis de 36 individuos enterrados entre los siglos I y VI junto a la vía marítima de acceso a la colonia, lo cual aporta nuevos datos de la línea de costa.


El mausoleo romano del siglo I bajo las bóvedas de las atarazanas. / MARCEL.LÍ SÀENZ

Los responsables de la excavación y el director del museo han presentado los resultados de los trabajos que han puesto patas arriba el edificio —ha habido que envolver la galera real para protegerla— desde 2010 y que está previsto que concluyan a finales de este año. Las obras darán paso a la adecuación del edificio para que reabra como museo marítimo en la primavera de 2014.
La tercera sorpresa derivada de los trabajos arqueológicos realizados en el edificio de las atarazanas de Barcelona en los últimos dos años ha sido que la construcción medieval, que mandó levantar Pere II el Gran, estaba mucho más cerca del mar que la que se puede ver hoy. “Llegaba casi a la fachada del edificio de la Aduana”, aseguran los arqueólogos Iñaki Moreno y Esteve Nadal, que han realizado catas junto al paseo de Josep Carner que han demostrado que las naves góticas se prolongaban.
Barcelona, aunque pueda parecer extraño, no tuvo un puerto propiamente dicho hasta el siglo XV (tal como se ve en el magnífico dibujo de Wyngaerde de 1563). Su construcción alteró la línea de costa de tal modo que hizo que el edificio de las atarazanas, parte del cual estaba descubierto, sufriera los continuos embates del mar. Eso obligó a desplazar el conjunto hacia la montaña un siglo después y a construir unas instalaciones que acabaron sustituyendo a las primeras. “El problema fue que el sistema arquitectónico había funcionado tan bien que se copió y no ha habido forma de saber qué pertenecía a cada época”, apunta Moreno bajo uno de los arcos. “La nueva datación no devalúa el edificio, lo revaloriza”, explica el director del museo, Roger Marcet, durante la visita a las obras, que tienen un presupuesto de 17 millones de euros, 700.000 para la excavación, que pagan la Diputación, el Ayuntamiento y el Puerto de Barcelona. “Ahora conoceremos con precisión las fases de construcción y tendremos que variar el discurso histórico y su importancia”, aseguró.


Una de las urnas de cristal aparecidas en el mausoleo romano del siglo I / JOSÉ LUIS BIEL

Que estos astilleros habían sido importantes se sabía, ya que aquí se construyó, entre otros muchos barcos que surcaron los mares durante varios siglos, la galera de Juan de Austria, que capitaneó la batalla de Lepanto en 1571 —de la que se exhibe una réplica a escala real—, pero lo que habrá que reconsiderar, a partir de los últimos datos, es el papel de esta instalación en la corte de los Austrias. “La remodelación profunda que se hizo en el siglo XVI de estas atarazanas las convirtió en las más importantes de la Península”, aseguró Marcet.
Los hallazgos han dado una última sorpresa: la localización de la estructura arquitectónica de una perforadora de cañones utilizada en el siglo XVIII —cuando en el edificio se fabricaban armas— que hasta ahora se conocía por dibujos.
De todo lo encontrado: ungüentarios de cristal y cerámicas romanas, fragmentos de mármol con inscripciones, 41 monedas romanas, medievales y modernas, los visitantes podrán ver, a partir de 2014, la gran atarazana del siglo XVI con los techos de madera y los sillares de piedra completamente restaurados; la base de algunos de los pilares medievales, lo que permitirá comprobar por dónde discurría el edificio del siglo XIII, y el mausoleo con algunas de las cinco urnas funerarias de vidrio, que se han conservado intactas después de 20 siglos, a menos de medio metro de ese suelo tan pisoteado.


..........................Detalle del gravado de Wyngaerden de 1563


Fuente: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/03/01/catalunya/1330639020_299848.html

Nuevas evidencias arqueológicas sugieren que los hombres de la Cultura Solutrense llegaron a Norteamérica



Vía: The Independent | David Keys | 28 de febrero de 2012 (Traducción: G.C.C.)

Nuevas evidencias arqueológicas sugieren que América fue descubierta por primera vez por gentes de la Edad de Piedra de Europa, 10.000 años antes de que los antepasados originarios de Siberia de los indios americanos pusieran un pie en el Nuevo Mundo.

Lowery Darrin examina los suelos y el pantano de turba en busca de evidencias de paisajes antiguos y de la elevación del nivel del mar en la isla Mockhorn, en Virginia. (Foto por Mike Hardesty, la universidad de Washington)

Una notable serie de varias docenas de herramientas de piedra de estilo europeo, las cuales datan entre 19.000 y 26.000 años atrás, han sido descubiertas en seis lugares a lo largo de la costa este de Norteamérica. Tres de los sitios se encuentran en la península de Delmarva, en Maryland, descubiertos por el arqueólogo Dr. Lowery Darrin (izquierda) de la Universidad de Delaware. Uno de ellos está en Pennsylvania y otro en Virginia. Un sexto fue descubierto por pescadores dragando vieras en el fondo del mar, a 60 millas de la costa de Virginia, en lo que, en tiempos prehistóricos, habría sido tierra seca.

Los nuevos descubrimientos se encuentran entre los más importantes hallazgos arqueológicos desde hace varias décadas, y suponen un avance sustancial en nuestra comprensión de la propagación de la humanidad por todo el mundo.

Foto: Puntas de proyectil de jaspe (A) y cuarzo (B) encontradas en emplazamientos de la costa del Atlántico Medio. (Imágenes cortesía de Darrin Lowery)

La similitud entre las tecnologías de las herramientas de piedra de la costa este de América y Europa ha sido señalada en el pasado. Sin embargo, todas herramientas de estilo americano y europeo, halladas antes de las recientemente descubiertas en la costa este de América, fueron realizadas hace alrededor de 15.000 años, mucho después de que los europeos de la Edad de Piedra (correspondientes a la cultura Solutrense de Francia y España) hubieran dejado de hacer estos artefactos. La mayoría de los arqueólogos habían rechazado, por lo tanto, cualquier posibilidad de una conexión. Pero los artefactos recientemente descubiertos, y datados como más antiguos, de Maryland, y otros de la costa este de América, tienen entre 26.000 y 19.000 años, y, por tanto, son contemporáneos y prácticamente idénticos con el material de Europa occidental.

Y, lo que es más, el análisis químico llevado a cabo el año pasado en un cuchillo de piedra de estilo europeo, hallado en Virginia en 1971, reveló que se hizo con pedernal originario de Francia.

El profesor Dennis Stanford (izquierda), de la Smithsonian Institution, en Washington DC, y el profesor Bruce Bradley (derecha), de la Universidad de Exeter, los dos principales arqueólogos que han analizado todas las pruebas, han propuesto que gentes de la Edad de Piedra de Europa occidental emigraron a América del Norte en tiempos de la Edad del Hielo, desplazándose (por encima de la superficie del hielo y/o en barcas) a lo largo del borde de la parte congelada del Atlántico Norte. Ellos han presentado sus pruebas detalladas en un nuevo libro, "A través del hielo Atlántico", publicado este mes.

En el apogeo de la Edad del Hielo, alrededor de tres millones de kilómetros cuadrados del Atlántico Norte estaban cubiertos de un hielo espeso durante todo el año o parte del mismo.

No obstante, la zona de cambio estacional, donde el hielo finalizaba y comenzba el océano abierto, habría sido extremadamente rica en recursos alimenticios: elefantes marinos migratorios, aves, peces, y los ahora extintos pingüinos del hemisferio norte y otras especies afines como el Gran Auk.

Stanford y Bradley han sostenido durante mucho tiempo que los seres humanos la Edad de Piedra eran perfectamente capaces de hacer el viaje de 1500 millas a través del hielo del Atlántico, pero hasta ahora las pruebas eran relativamente escasas para apoyar su pensamiento.

Sin embargo, el nuevo material descubierto en Maryland, Virginia, y otros lugares de la costa este de América, así como las pruebas químicas del cuchillo de pedernal hallado en Virginia, han comenzado a transformar la situación. Ahora los arqueólogos están empezando a investigar media docena de nuevos lugares en Tennessee, Maryland, e incluso en Texas, y se espera que estos lugares proporcionen más pruebas.

Otro de los argumentos clave para la propuesta de Stanford y Bradley es la ausencia total de cualquier actividad humana en el noreste de Siberia y Alaska antes de alrededor 15.500 años atrás. Si las gentes de Maryland y de otras partes de la costa este, de hace 26.000 a 19.000 años atrás, habían llegado de Asia, y no de Europa, el primer material, datado con 19.000 años, debería haber aparecido en las dos zonas del norte, pero ninguno ha sido encontrado.

Aunque los europeos de la cultura Solutrense bien pudieron haber sido los primeros americanos, tenían una gran desventaja en comparación con los indios originarios de Asia, quienes entraron en el Nuevo Mundo a través del estrecho de Bering o a lo largo de la cadena de las Islas Aleutianas después de 15.500 años atrás.

Mientras que los autores de la cultura Solutrense sólo habrían
tenido una ventana en la Edad del Hielo a lo largo de 4500 años para llevar a cabo su actividad migratoria, los indios originarios de Asia tuvieron unos 15.000 años para hacerlo. Es más, los dos últimos tercios de ese período de 15 milenios fue climatológicamente mucho más favorable y un número sustancialmente mayor de asiáticos fueron, por lo tanto, capaces de migrar.

Como resultado de estos factores, las gentes del Solutrense nativo de América (de origen europeo) fueron o bien absorbidos en parte por los recién llegados, o bien borrados sustancialmente por ellos, ya sea físicamente o a través de la competencia por los recursos.

Algunos marcadores genéticos de la Edad de Piedra de los europeos occidentales simplemente no existen en el noreste de Asia, pero sí en pequeñas cantidades entre algunos grupos de indios norteamericanos. Las pruebas científicas sobre ADN antiguo extraído de esqueletos de 8000 años de antigüedad, procedentes de Florida, han puesto de manifiesto el alto nivel de una clave de probable origen europeo en un marcador genético. También hay un pequeño número de grupos aislados de nativos americanos cuyas lenguas no parecen estar relacionados de ninguna manera con indios americanos originarios de Asia.

Pero la mayor cantidad de pruebas es probable que provenga de debajo del mar: la mayoría de las áreas donde el Solutrense podría hallarse están ahora 100 millas mar adentro.

El único sitio submarino que ha sido identificado -gracias al dragado y pesca de vieiras- estará listo para ser examinado con mayor detalle este verano, o bien con buzos de profundidad o bien con mini submarinos operados por control remoto y equipados con cámaras y brazos de agarre.

Las autoridades turcas recuperan del contrabando una Biblia de 1.500 años de antigüedad


Imagen de la Biblia hallada. (Photo: AA)

Vía: TODAY'S ZAMAN | FATMA DİŞLİ ZIBAK| 23 de febrero de 2012 (Traducción: G.C.C.)

El ministro de Cultura y Turismo confirmó el pasado jueves los informes de los medios de prensa que han sugerido que una Biblia de 1.500 años de antigüedad, descubierta por la policía turca durante una operación contra el contrabando en el año 2000, en el sur deTurquía, se conserva hoy en Ankara. La misma mantiene su originalidad y muchas huellas de la época en la que se realizó

La banda, según se informa, fue condenada por contrabando de varios objetos incautados durante la operación, incluyendo la Biblia. Dichos objetos fueron depositados en una caja fuerte de un tribunal de justicia de Ankara. La Biblia, que se habría mantenido en dicho tribunal durante años, fue recientemente entregada al cuidado del Museo de Etnografía de Ankara.

El ministro de Cultura y Turismo, Ertuğrul Günay, dijo que el ministerio ha recibido el ejemplar de la Biblia desde el tribunal de justicia de Ankara; la misma se remonta a hace 1.500 años y se cree que ha sido escrita en arameo, la lengua de Jesús. Añadió que Biblia necesita ser restaurada y será mostrada al público después de llevarse a cabo la misma.

Los informes de los medios de comunicación turcos también dijeron que el Vaticano había solicitado que Turquía le permita examinar esta Biblia; sin embargo, la embajada del Vaticano en Ankara negó esta eventualidad.


Foto: San Bernabé (Wikipedia)

La Biblia, encuadernada en piel, y de la que se dice puede valer 40 millones de libras turcas, fue escrita en hojas de cuero, y ahora está bajo protección al ser considerada como un bien valioso. Incluso las fotocopias de las páginas del libro valdrían tanto como 3 ó 4 millones de libras turcas, según se ha estimado.

Algunos reportes de prensa dijeron, así mismo, que el ejemplar de la Biblia de Ankara puede ser una copia del muy cuestionado Evangelio de Bernabé, del cual los musulmanes afirman es un evangelio original que fue suprimido posteriormente; las copias más antiguas de este Evangelio datan del siglo XVI y est.... Sin embargo, el Evangelio de Bernabé no está incluido con los cuatro evangelios -de Mateo, Marcos, Lucas y Juan- que actualmente componen el Nuevo Testamento canónico.

El Evangelio de Bernabé contradice el relato del Nuevo Testamento canónico de Jesús y su ministerio, pero tiene fuertes paralelos con la visión islámica de Jesús. Gran parte de su contenido y temática es afín a las ideas islámicas, e incluye una predicción de Jesús de que el profeta Mahoma vendrá a la tierra.

Ömer Faruk Harman, profesor de teología, dijo que los exámenes científicos pueden revelar si la Biblia de Ankara es el Evangelio de Bernabé, el cual dijo que cumple con los mensajes del libro sagrado musulmán del Corán y es considerado por los musulmanes como la copia más original de la Biblia. Adujo que, de acuerdo con la creencia islámica, el Evangelio de Bernabé trata a Jesús como un ser humano y un profeta, no como un Dios, rechaza la trinidad y la crucifixión de Jesús, e incluye una predicción sobre el Profeta Mahoma de que vendrá a la Tierra.

Acerca de las perspectivas de si esta Biblia puede ser el Evangelio de Bernabé, Ihsan Özbek (izquierda) un pastor protestante, dijo que esto es improbable, dado que San Bernabé vivió en el siglo I y fue uno de los Apóstoles de Jesús, pero la Biblia de Ankara, dijo, es del siglo V ó VI.

"La copia de Ankara podría haber sido escrita por uno de los seguidores de San Bernabé, y puesto que hay alrededor de 500 años entre San Bernabé y la escritura de la copia de esta Biblia, los musulmanes pueden quedar decepcionados al ver que esta copia no incluye cosas que les gustaría ver y que podría no tener relación con el contenido del Evangelio de Bernabé", dijo Özbek.
Aydogan Vatandaş (izquierda) un periodista de Today's Zaman y que ha escrito dos libros sobre el Evangelio de Bernabé, dijo que no hay indicios de que la Biblia que se menciona en la prensa turca se remonte a hace 1.500 años, pero dijo que es seguro que el Evangelio de Bernabé había sido escrito en el lenguaje arameo y alfabeto siríaco.

"Sólo hay un evangelio que coincide exactamente con esta definición: el Evangelio de Bernabé que se encontró en una cueva en Uludere, en Hakkari [ahora Sirnak], a principios de la década de 1980 por los lugareños, y de lo cual yo relaté la historia por primera vez en 2005 en un guión para un proyecto cinematográfico, y luego en mi novela de 2007, 'El secreto del Evangelio de Bernabé' y en mi libro de periodismo de investigación, 'Apócrifos' en 2008".

Como resultado de su investigación, Vatandaş dijo que él halló que este Evangelio estaba, en realidad, custodiado por una unidad de inteligencia de las Fuerzas Armadas Especiales en la década de 1990, y que algunas partes de este Evangelio fueron traducidas por un experto en lenguaje arameo, el Dr. Hamza Hocagil, bajo el control de la unidad de inteligencia. Añadió que al Dr. Hocagil se le pidió, por parte de las Fuerzas Armadas Especiales, que dejara de traducirlo cuando se descubrió que había compartido información confidencial con los periodistas de la época.

"Desde entonces no sabíamos dónde estaba este evangelio. Después de mi libro sobre la historia completa de este Evangelio, y los incidentes criminales que lo rodean, el interés del público y la curiosidad se han incrementado, y el ejército turco ha sido objeto de varias preguntas sobre el caso. Por lo tanto, creo que la aparición de nuevo de este Evangelio es muy oportuna", dijo.
Vatandaş también afirmó que otras tres copias de este Evangelio escrito por San Bernabé se ocultan en diferentes lugares de la región, por lo que el Evangelio de Ankara podría ser uno de éstos.

En la edición de Today's Zaman del día 24 de febrero se amplía la noticia informando que tal Biblia contiene una representación de la última cena de Jesús con sus doce apósteles. También aparece una imagen de la crucifixión, un símbolo del sol y una cruz, así como otra imagen de una cueva y gran roca de la que se piensa que puede ser una representación de la tumba de Jesús.

Secuencian el genoma de Ötzi 'El Hombre de los Hielos'


La momia de Ötzi, el 'Hombre de los hielos'. | Nature

Un equipo de científicos ha logrado secuenciar el genoma completo de Ötzi, el 'Hombre de los hielos', un individuo de hace 5.300 años cuyo cuerpo se halló congelado en los alpes italianos en 1991.
La investigación, publicada por la revista 'Nature Communications', ha revelado que tenía los ojos marrones, su grupo sanguíneo era O, era intolerante a la lactosa y tenía una predisposición genética a padecer enfermedades cardiovasculares.

Además, el análisis de su ADN también ha comprobado que estaba más emparentado con los habitantes actuales de Córcega y Cerdeña que con las poblaciones de los Alpes, donde se descubrió su cadaver.
En 2008, se logró secuenciar el ADN mitocondrial de Ötzi (que sólo se transmite por vía materna), pero ahora la nueva secuenciación del genoma nuclear ha desvelado con mucho más detalle cómo era este mítico personaje.

Albert Zink, del Instituto Eurac en Bolzano (Italia), que encabezó la investigación, ha explicado que el análisis del ADN nuclear representa un gran avance para conocer a fondo una de las momias naturales más estudiadas por la comunidad científica.

"Hemos estado estudiando al Hombre de los hielos durante 20 años. Sabemos muchas cosas sobre él -dónde vivió, cómo murió-, pero muy poco sobre su genética", afirma Zink, en declaraciones a la BBC.

El análisis de su ADN sugiere que sus antepasados probablemente emigraron de Oriente Próximo, en una época en la que la agricultura se estaba expandiendo. Los científicos creen que este periodo de transición a una sociedad agraria podría explicar su intolerancia a la lactosa.

"Lo que estamos descubriendo es muy emocionante, pero es sólo el principio de un estudio mucho más exhaustivo. Creemos que podremos aprender mucho más de los datos que hemos recopilado, no hemos hecho más que empezar", asegura Zink.

Ötzi fue descubierto por dos turistas alemanes en 1991 en los Alpes italianos, a pocos metros de la frontera con Austria. Los científicos determinaron desde un primer momento que había sido el frío perenne en esa zona el factor que hizo posible la conservación de todos los tejidos finos de su organismo e incluso de sus órganos internos.

Estaba totalmente vestido, con capa y zapatos de cuero impermeables, y tenía su equipo muy a mano: un hacha de cobre, un cuchillo de pedernal, un aljaba llena de flechas, puntas de pedernal, un arco, un hongo de yesca para hacer fuego y setas que debía utilizar en caso de enfermedad.

Su cuerpo, momificado por las bajas temperaturas de la alta montaña desde hace entre 5.300 y 5.100 años, ha sido escudriñado desde entonces por los investigadores para saber, no sólo cómo murió, sino cómo era su vida.

Se sabe, por ejemplo, que debía medir 1,59 metros, pesaba unos 50 kilos y tenía 46 años cuando murió tras recibir un flechazo en el hombro izquierdo, posiblemente en el transcurso de una batalla. También se ha comprobado que falleció desangrándose lentamente, pero no sin antes herir a algunos de sus atacantes con sus propias flechas, pues algunas de ellas se encontraron a su lado manchadas de sangre ajena.

La Biblioteca Nacional expone biblias manuscritas de los judíos en la España medieval

Bellas biblias manuscritas que elaboraron y leyeron los hebreos de la España medieval pueden contemplarse en la Biblioteca Nacional en una exposición presentada hoy lunes y cuyo fin es "hacer visible un legado poco conocido debido a la expulsión de los judíos en 1492", destaca Javier del Barco, doctor en Filología Hebrea y comisario de la exposición. Biblias de Sefarad: las vidas cruzadas del texto y sus lectores reúne medio centenar de piezas, de las que unas 40 son manuscritos. Son sobre todo biblias que en su mayoría se exhiben por primera vez y que en su origen estaban en las bibliotecas de la comunidad judía hispana. Los judíos llamaban Tanakh a ese conjunto de libros sagrados y fueron los cristianos los que cambiaron el orden de esos libros, les añadieron otros y lo llamaron el Antiguo Testamento.

Según Del Barco, en toda España "hay una veintena de estas biblias judías que se conserven completas y luego hay otras muchas incompletas. Es un número pequeño si se compara con Italia, Inglaterra o Francia". Este experto del Centro de Ciencias Humanas y Sociales, del CSIC, subraya que "los ejemplares españoles se han conservado en general bien gracias al coleccionismo", aunque lamenta que "buena parte de los que se realizaron en aquella época se conservan fuera". Hay que tener en cuenta que tras la orden de expulsión de los judíos por los Reyes Católicos, los manuscritos se dispersaron por media Europa, y otros fueron escondidos o requisados en la Península. En todo el globo, de los manuscritos que vieron la luz en aquel periodo, "solo se ha conservado la décima parte".

La exposición, que podrá verse hasta el 13 de mayo y cuenta con el patrocinio del European Research Council, la ha inaugurado el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert. En ella hay ocho secciones en las que se enseña cómo era la vida cultural y religiosa del judaísmo en la Península, el territorio al que llamaban Serafad. En esa vida la Biblia era "el eje central", dice Del Barco, que escoge entre las joyas de la muestra la llamada Biblia de Alba, que pertenece a la Casa de Alba y reposa en el palacio de Liria, en Madrid. "Es un manuscrito excepcional del segundo cuarto del siglo XV que pasó por la Inquisición y por el conde duque de Olivares". La Biblia de Alba es una de las pocas traducciones completas al castellano que se conservan de la Edad Media. La tradujo un judío que trabajó al unísono con dos monjes cristianos. Pero si hablamos de curiosidades de la exposición, Del Barco señala un pequeño libro de oraciones para fiestas que "contiene poesías sobre las comunidades judías medievales, entre ellas las de Madrid".

Libros de texto

Aquellas biblias no solo servían para leer los escritos sagrados y rezar , también las utilizaban los judíos para aprender su idioma, eran "como los libros de texto" de hoy. Y de ellas surgieron obras como el Compendio de gramática hebrea, con traducción latina de Alfonso de Zamora, un códice de 1523. Otro de los apartados de Biblias de Sefarad es el del "ámbito litúrgico", que incluye ejemplares de los rollos que se leían en las sinagogas, como el llamado "rollo de Esther", datado en los siglos XIV-XV y que, conservado en ese formato, se encuentra en el Archivo Histórico Nacional. Del Barco también valora la presencia en la sala Hipóstila de la Biblioteca Nacional de una copia en hebreo de la Guía de perplejos, de 1380, que había escrito en árabe una figura clave de la filosofía judía, el cordobés Maimónides (1135-1204).
Parte de los ejemplares exiliados durante siglos regresaron poco a poco.

Los ejemplares exiliados durante siglos regresaron poco a poco a España como legados eclesiásticos o en colecciones particulares, aunque una parte importante quedó en manos de la Inquisición que, como se muestra en la Biblioteca Nacional, las llegó a reutilizar como cartivanas para encuadernar los libros que daban cuenta de los procesos. Las que no se quedó el Santo Oficio las acogió, en su mayoría, el rey Felipe II en la biblioteca de El Escorial. El resto se perdió en el camino de vuelta. Dan cuenta de esa inmensa riqueza los inventarios de obras requisadas a judíos.

Pero no solo de biblias se alimenta la exposición. Una talla de madera policromada del siglo XIII, la Alegoría de la sinagoga, ilustra las disputas religiosas entre judíos y cristianos. En esa escultura, la casa en la que se juntaban a rezar los hebreos es representada como una mujer con una venda en los ojos porque es incapaz de ver la auténtica verdad, la católica. La acompañan amuletos, anillos y fragmentos de muros con versículos bíblicos... Y casi al final del recorrido nos encontramos con un manuscrito que tuvo un uso que nadie podría imaginar: una biblia del siglo XIV que se empleó como parapeto en las trincheras de la Guerra Civil en la Ciudad Universitaria y que, a pesar de los destrozos sufridos, pudo ser restaurada.

Vía: http://www.elpais.com/

La Biblioteca Nacional expone biblias manuscritas de los judíos en la España medieval

Bellas biblias manuscritas que elaboraron y leyeron los hebreos de la España medieval pueden contemplarse en la Biblioteca Nacional en una exposición presentada hoy lunes y cuyo fin es "hacer visible un legado poco conocido debido a la expulsión de los judíos en 1492", destaca Javier del Barco, doctor en Filología Hebrea y comisario de la exposición. Biblias de Sefarad: las vidas cruzadas del texto y sus lectores reúne medio centenar de piezas, de las que unas 40 son manuscritos. Son sobre todo biblias que en su mayoría se exhiben por primera vez y que en su origen estaban en las bibliotecas de la comunidad judía hispana. Los judíos llamaban Tanakh a ese conjunto de libros sagrados y fueron los cristianos los que cambiaron el orden de esos libros, les añadieron otros y lo llamaron el Antiguo Testamento.

Según Del Barco, en toda España "hay una veintena de estas biblias judías que se conserven completas y luego hay otras muchas incompletas. Es un número pequeño si se compara con Italia, Inglaterra o Francia". Este experto del Centro de Ciencias Humanas y Sociales, del CSIC, subraya que "los ejemplares españoles se han conservado en general bien gracias al coleccionismo", aunque lamenta que "buena parte de los que se realizaron en aquella época se conservan fuera". Hay que tener en cuenta que tras la orden de expulsión de los judíos por los Reyes Católicos, los manuscritos se dispersaron por media Europa, y otros fueron escondidos o requisados en la Península. En todo el globo, de los manuscritos que vieron la luz en aquel periodo, "solo se ha conservado la décima parte".

La exposición, que podrá verse hasta el 13 de mayo y cuenta con el patrocinio del European Research Council, la ha inaugurado el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert. En ella hay ocho secciones en las que se enseña cómo era la vida cultural y religiosa del judaísmo en la Península, el territorio al que llamaban Serafad. En esa vida la Biblia era "el eje central", dice Del Barco, que escoge entre las joyas de la muestra la llamada Biblia de Alba, que pertenece a la Casa de Alba y reposa en el palacio de Liria, en Madrid. "Es un manuscrito excepcional del segundo cuarto del siglo XV que pasó por la Inquisición y por el conde duque de Olivares". La Biblia de Alba es una de las pocas traducciones completas al castellano que se conservan de la Edad Media. La tradujo un judío que trabajó al unísono con dos monjes cristianos. Pero si hablamos de curiosidades de la exposición, Del Barco señala un pequeño libro de oraciones para fiestas que "contiene poesías sobre las comunidades judías medievales, entre ellas las de Madrid".

Libros de texto

Aquellas biblias no solo servían para leer los escritos sagrados y rezar , también las utilizaban los judíos para aprender su idioma, eran "como los libros de texto" de hoy. Y de ellas surgieron obras como el Compendio de gramática hebrea, con traducción latina de Alfonso de Zamora, un códice de 1523. Otro de los apartados de Biblias de Sefarad es el del "ámbito litúrgico", que incluye ejemplares de los rollos que se leían en las sinagogas, como el llamado "rollo de Esther", datado en los siglos XIV-XV y que, conservado en ese formato, se encuentra en el Archivo Histórico Nacional. Del Barco también valora la presencia en la sala Hipóstila de la Biblioteca Nacional de una copia en hebreo de la Guía de perplejos, de 1380, que había escrito en árabe una figura clave de la filosofía judía, el cordobés Maimónides (1135-1204).

Parte de los ejemplares exiliados durante siglos regresaron poco a poco.

Los ejemplares exiliados durante siglos regresaron poco a poco a España como legados eclesiásticos o en colecciones particulares, aunque una parte importante quedó en manos de la Inquisición que, como se muestra en la Biblioteca Nacional, las llegó a reutilizar como cartivanas para encuadernar los libros que daban cuenta de los procesos. Las que no se quedó el Santo Oficio las acogió, en su mayoría, el rey Felipe II en la biblioteca de El Escorial. El resto se perdió en el camino de vuelta. Dan cuenta de esa inmensa riqueza los inventarios de obras requisadas a judíos.

Pero no solo de biblias se alimenta la exposición. Una talla de madera policromada del siglo XIII, la Alegoría de la sinagoga, ilustra las disputas religiosas entre judíos y cristianos. En esa escultura, la casa en la que se juntaban a rezar los hebreos es representada como una mujer con una venda en los ojos porque es incapaz de ver la auténtica verdad, la católica. La acompañan amuletos, anillos y fragmentos de muros con versículos bíblicos... Y casi al final del recorrido nos encontramos con un manuscrito que tuvo un uso que nadie podría imaginar: una biblia del siglo XIV que se empleó como parapeto en las trincheras de la Guerra Civil en la Ciudad Universitaria y que, a pesar de los destrozos sufridos, pudo ser restaurada.

Vía: http://www.elpais.com/