El proceso evolutivo de las especies se refleja en el rostro


Rostros de primates machos adultos de América Central y del Sur. Los colores más fríos indican mayor complejidad en los patrones de color facial.
Las especies que se muestran son: (1) Cacajao calvus, (2) Callicebus hoffmansi, (3) Ateles belzebuth, (4) Alouatta caraya, (5) Aotus trivirgatus, (6) Cebus nigritus, (7) Saimiri boliviensis, (8) Leontopithecus rosalia, (9) Callithrix kuhli, (10) Saguinus martinsi, and (11) Saguinus imperator.
Credit: Stephen Nash

Vía: UCLA Newsroom| 11 de enero de 2012 (Traducción: G.C.C.)

¿Por qué los rostros de los primates son tan marcadamente diferentes los unos de los otros?

Biólogos de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA) han trabajado como "detectives de la evolución" y estudiado los rostros de 129 primates adultos de América Central y del Sur, ofreciendo algunas respuestas en una investigación publicada el pasado 11 de enero, en la edición online de la revista Proceedings of the Royal Society B. Las caras que ellos estudiaron han evolucionado, al menos, a lo largo de 24 millones de años, según informan.


“Si nos fijamos en los primates del Nuevo Mundo, usted estará inmediatamente impresionado por la gran diversidad de rostros”, dijo Michael Alfaro (izquierda), profesor de Ecología y Biología Evolutiva en la UCLA y autor principal del estudio.
“Usted ve brillante caras rojas, bigotes, mechones de pelo y mucho más. Hay preguntas sin responder sobre cómo los rostros han evolucionado y qué factores explican la evolución de los rasgos faciales. Estamos muy orientados visualmente y tenemos una gran cantidad de información sobre la cara”.

Algunas de las especies primates estudiadas son solitarias, mientras que otras viven en grupos que pueden incluir docenas o incluso cientos de individuos. Los científicos dividieron cada cara en 14 regiones; codificaron el color de cada parte, incluyendo el cabello y la piel, estudiaron los patrones y la anatomía de los rostros, y dieron a cada uno una puntuación de "complejidad facial".

Los investigadores estudiaron cómo la complejidad de las caras de los primates evolucionó con el tiempo a la vez que examinaron los sistemas sociales de los mismos. Para evaluar cómo los colores faciales están relacionados con los entornos físicos se analizaron las variables ambientales utilizando la longitud y latitud de los hábitats de los primates como referencia de su exposición al sol y a la temperatura. También utilizaron métodos estadísticos para analizar la historia evolutiva de los grupos de primates y cuando se separaron los unos de los otros.
“Hemos encontrado un fuerte apoyo a la idea de que las especies que viven en grupos más grandes sus rostros se vuelven más simples, más sencillos”, dijo una de las autoras del estudio, Sharlene Santana (izquierda), una alumna doctorada en Ecología y Biología Evolutiva en la UCLA y becaria en el Instituto de Sociedad y Genética de la UCLA. “Creemos que esto tiene que ver con su capacidad de comunicarse mediante expresiones faciales. Un rostro que es más sencillo podría permitir a los primates transmitir expresiones más fácilmente. Los seres humanos tienen caras bonitas desnudas, las cuales nos permiten ver las expresiones faciales con más facilidad que si, por ejemplo, tuvieramos muchos colores en la cara”.

Para los investigadores, encontrar que las caras más simples se hallan en grupos más grandes, fue una sorpresa.

"Al principio, pensamos que podía ser todo lo contrario", dijo Santana. "Se podía esperar que, en grupos más grandes, las caras que varían más y tienen partes más complejas permite a un individuo identificar cualquier miembro de ese grupo. Eso no es lo que encontramos. Las especies que viven en grupos más grandes y más cerca unos de otros tienden a usar más expresiones faciales que las especies que viven en grupos más pequeños y que son más dispersos. Estar más cerca ejerce una presión fuerte sobre el uso de las expresiones faciales".
"Este hallazgo sugiere que las expresiones faciales son cada vez más importante en grandes grupos", dijo la co-autora Jessica Lynch Alfaro (izquierda) directora asociada del Instituto de Sociedad y Genética de la UCLA. "Si eres muy social, entonces las expresiones faciales son más importantes que tener un patrón muy complejo en tu cara".

Los biólogos evolutivos también encontraron que, cuando los primates viven en un entorno con más especies con las que están estrechamente relacionadas, sus rostros son más complejos, independientemente del tamaño del grupo. Este hallazgo es consistente con la necesidad de reconocer a los individuos de otras especies estrechamente relacionadas que viven en el mismo hábitat para evitar el entrecruzamiento, dijo Santana.

Alfaro, Santana y Lynch Alfaro, presentaron la primera evidencia cuantitativa que une el comportamiento social con la evolución de la diversidad y complejidad facial de los primates, y también muestran que la ecología controla los aspectos de los patrones faciales.

Tal como las especies que viven más cerca del ecuador, a las cuales la piel y el cabello alrededor de sus ojos se les oscurecen, según informan. También encontraron que las regiones de la cara alrededor de la nariz y la boca se oscurecen cuando las especies viven en ambientes húmedos y bosques más densos, y que el vello facial se hace más largo en las especies que viven más lejos del ecuador y el clima es más frío, lo que puede estar relacionado con la regulación de la temperatura del cuerpo.

"Este es un buen comienzo hacia la comprensión de la diversidad facial", dijo Alfaro. "No había una buena idea anterior acerca de qué aspectos de la cara fueron moldeados por la presión evolutiva. Sharlene Santana ha sido capaz de decir qué complejidad social, qué comportamiento social y qué ecología influye en los rostros".

En el futuro, Alfaro, Santana y Lynch Alfaro, piensan usar un programa o software de reconocimiento facial para ayudarse a cuantificar las caras de una forma más sofisticada. También planean estudiar las caras de los carnívoros, incluyendo los grandes felinos.

Estudios anteriores, señalaron los investigadorers, han encontrado que las especies de primates con bigotes y barbas (tales como el nº 11 y nº 9 en la imagen que encabeza el post) tienden a mirar con cara de póquer, no mueven mucho sus rostros cuando se comunican, en comparación con otras especies (como el nº 4).

Alfaro elogió la capacidad de Santana para responder a algunas de estas difíciles cuestiones evolutivas.

"Sharlene ha ensayado ideas que han sido prácticamente imposible de probar antes", dijo. "Ella ha encontrado una forma inteligente de implicar el grado de sociabilidad como una contribución a la diversidad de los rostros. El comportamiento social explica algunos aspectos de la diversidad facial".

Santana también ideó una forma de analizar una teoría que ha estado en la literatura biológica desde hace décadas, pero que nunca había sido probada antes. Cuando un linaje diverge las especies se acumulan, una serie de cambios en la coloración de la cara y la coloración del cuerpo emergen. La teoría que ella fue capaz de comprobar sugiere que una vez que una especie evoluciona para tener un color determinado, tal como el color del pelo, el cambio es irreversible y no puede evolucionar de nuevo a un color anterior a su linaje. Santana encontró que esta teoría es errónea.

"La idea en biología de que el cambio evolutivo es irreversible está rechazada fuertemente por nuestros datos", dijo Alfaro.

¿Lecciones para los rostros humanos?

¿El estudio tiene implicaciones para la evolución de los rostros humanos? Los resultados sugieren, dijo Alfaro, que un factor importante en la conformación de los rostros humanos es el premio que conlleva realizar expresiones faciales inequívocas.

"Los humanos no tienen todos estos adornos faciales elaborados, pero sí tenemos la capacidad de comunicarnos visualmente con expresiones faciales", aduce Alfaro. "¿Se reduce la complejidad de coloración creada en un paladar blanco en favor de expresiones visuales que se pueden transmitir con mayor facilidad? Esa es una idea que estamos probando", dijo finalmente

Amor y Sexo en el Arte Románico


Fornicadores, exhibicionistas, venerables ancianos que se masturban, fogosos amantes, falos solitarios… parecen extrañas imágenes para decorar una iglesia románica, en plena, oscura y represiva Edad Media. Se hallan sobre todos en los muros de los templos, pero también en pilas bautismales, en ciertas miniaturas e incluso en algún tapiz; acompañan a escenas bíblicas, a imágenes de guerreros de la propia época, a horóscopos, animales diversos –reales o fantásticos−, cacerías, labriegos en distintas ocupaciones, músicos o danzarines, todos tratados con esa humilde ingenuidad de la que nace el encanto. Pero si hay algo que verdaderamente llama la atención al visitante actual entre todas estas representaciones son ese grupo de motivos en los que el exhibicionismo y las prácticas sexuales pueden alcanzar incluso –según quien lo mire, claro− cotas escandalosas.

Fuente: http://blogs.elpais.com/papeles-perdidos/2012/01/sexo-y-arte-romanico.html
Por Jaime Nuño, historiador y director del Centro de Estudios del Románico de la Fundación Santa María La Real.

Desde personajes que simplemente están besándose, hasta parejas copulando, aparecen hombres desnudos a modo de antiguos atlantes, parejas que se miran entre sí o miran al espectador mientras muestran ostensiblemente sus respectivos sexos, hombres en evidente actitud de obscena solicitación hacia la mujer, onanistas en actitud reflexiva e incluso alguna escena de grupo -como la que se halla en la iglesia zamorana de Santiago de los Caballeros− que nos parece un tanto tórrida, claro que también puede ser nuestra inclinada imaginación.

En las islas británicas es peculiar una figura grotesca, denominada en gaélico sheela-na-gig, que sonríe al espectador mientras con ambas manos, casi garras, se abre la vagina, siendo la más conocida la inglesa de Kilpeck; ocasionalmente aparece también algún perro lamiéndose el sexo, como ocurre en Mauriac (Francia), o dos conejos en actitud de perpetuar la especie, como se ve en Cervatos (Cantabria). Y es precisamente la iglesia de San Pedro de Cervatos el hito más conocido de este tipo de representaciones y lo es tanto por su abundancia como por su evidencia, con ejemplos que además encuentran réplica por otros del entorno, tanto en Cantabria como en Palencia, lo cual ha conducido tradicionalmente a pensar que era un fenómeno casi exclusivo de la comarca de Campoo.

Nada más lejos de la realidad, aunque hay que reconocer cierta preferencia por este tipo de representaciones entre los antiguos escultores campurrianos. Hoy las conocemos repartidas con mayor o menor intensidad por todo el norte peninsular –al menos desde Zaragoza hasta Portugal, pasando por Segovia−, por Francia, Irlanda, Reino Unido, Italia o Alemania y muy posiblemente el listado se vaya enriqueciendo con nuevos descubrimientos. Si curioso e interesante podría resultar hacer un recorrido por todo este repertorio de poses, posturas y países, creemos que más interesante aún es tratar de explorar sus motivos y significados.

Que son imagen del pecado es la primera y más fácil explicación que se nos puede ocurrir. Los doctrinarios y penitenciales eclesiásticos de la Edad Media están llenos de admoniciones contra los diferentes pecados, pero con especial inquina se amonesta la avaricia y la lujuria, de modo que avarientos y lujuriosos se hallan con especial presencia en las representaciones de los castigos infernales. La Biblia es prolija en disposiciones acerca de las relaciones sexuales, a las que considera al menos impuras, condenando abiertamente la homosexualidad y el bestialismo, práctica esta que castiga incluso con la muerte, aunque a mediados del siglo XII el clérigo francés Aymeric Picaud cuenta que es una de las prácticas más comunes entre los lujuriosos navarros, y lo describe con cierto detalle.

Frente a la liberalidad del mundo grecorromano, en el que los falos se llevan como colgante o aparecen como indicativo viario, donde escenas sexuales decoran estancias o aparecen frecuentemente en los candiles de cerámica y donde se celebran fiestas de alto contenido erótico, consagradas a dioses lúbricos, la tradición judía es mucho más casta y en ella bebe san Pablo, el máximo exponente de la primitiva doctrina cristiana. Para san Pablo el sexo es pecado. “Ningún lujurioso, impío o avaro –que es lo mismo que un idólatra− ha de heredar el reino de Cristo”, dice en una de sus cartas, y cuatro siglos más tarde Boecio concluye: “¿Quieres llevar una vida de placer? Pero, ¿quién no mirará con desprecio la cosa más vil y deleznable, su propio cuerpo?”, abriendo así de par en par la senda del ascetismo, la castidad y la renuncia que serán esenciales en el cristianismo.

Ya en pleno período románico la exaltación de la continencia sexual, siguiendo el ejemplo de Cristo tal como se relata en los cuatro evangelios canónicos, es una constante en los escritos que emanan desde las élites eclesiásticas, para quienes la mujer aparece como amenaza constante, según lo expresa Bernardo de Morlaas: “Abismo de sensualidad, instrumento del abismo, boca de los vicios, no retrocede ante nada y concibe de su padre y de su hijo. Mujer víbora, no ser humano, sino bestia feroz. Mujer pérfida, mujer fétida, mujer infecta”. Incluso en las Partidasde Alfonso X se dice claramente que “castidad es una virtud que ama Dios y que deben amar los hombres”.



Acompañando a este ideario, en la práctica, por ejemplo, se intentan regular también los días en que dentro del matrimonio –el único estado en que es permitido– puede haber contacto sexual entre los cónyuges, y se hace con tal severidad que Oronzo Giordano ha llegado a calcular que, bajo ciertas circunstancias, podía haber más días de prohibición que los que tiene un año; y es que ya había dicho Gregorio de Tours, allá por el siglo VI, que “los monstruos, los tullidos, todos los niños enclenques son, como bien es sabido, concebidos el domingo por la noche”.

Los penitenciales eclesiásticos condenan ciertas prácticas sexuales, especialmente la sodomía, pero también casi todas las posturas amorosas, puesto que se entiende que no van orientadas a la estricta procreación, sino al lascivo goce. Incluso la legislación civil entra en estos campos de las relaciones entre hombres y mujeres, donde, curiosamente, el estamento eclesiástico suele estar muy presente como sujeto activo. Y siempre es sabido que cuando algo requiere legislación es porque el supuesto delito se comete con cierta frecuencia; por qué si no iba a tener el Fuero de Sepúlveda un artículo titulado Del que se asiere a teta de mujer?

Penitenciales y códigos civiles en realidad constatan hechos, e incluso a veces llegan a aceptar con benevolencia ciertas prácticas consideradas pecaminosas: “Barraganas defiende Santa Eglesia que non tenga ninguno cristiano porque viven con ellas en pecado mortal. Pero los sabios antiguos que hizieron las leyes consintiéronles que algunos las pudiesen aver sin pena temporal porque tovieron que era menos mal de aver una que muchas, e porque los hijos que nascieren dellas fuesen más ciertos”, se reconoce en las Partidas.
La presencia de una iconografía de marcado carácter sexual en el arte románico, y que en cierto modo pervive en época gótica, puede parecernos en principio un jocoso juego de canteros humildes, que dejan libremente su impronta popular en los rincones más recónditos de algunos templos, opinión manifestada entre otros por García Guinea. Es una de las explicaciones más aceptadas para esta –a nuestros ojos– irreverente presencia. Claro que entonces resulta complicado explicar por qué algunas de las escenas más llamativas se encuentran en importantes iglesias monásticas –donde cabe suponer un mayor control– o, por qué figuran por ejemplo en el famosísimo Tapiz de Bayeux, que decoraba los muros interiores de la catedral de esa ciudad y que fue elaborado directamente por las mujeres de la familia del duque de Normandía, Guillermo, para conmemorar su conquista de Inglaterra. Y difícil de entender sería igualmente el contenido de ciertas canciones escritas, y reconocidas públicamente, por otro Guillermo, esta vez duque de Aquitania –uno de los estados más importantes del momento–, en las que sin tapujos habla de sus correrías sexuales o expresa reflexiones tan llamativas como “Señor mi Dios, que eres caudillo y rey del mundo, / ¿cómo no cayó fulminado quien primero vigiló el coño?”.

Otras teorías, como la de Ángel del Olmo, sostienen que estas imágenes son una incitación a procrear, por la necesidad permanente de población, pero en realidad el problema no era la falta de nacimientos, sino la supervivencia de los niños ya que, aunque los datos son muy escasos y las conclusiones controvertidas, se estima que al menos un 35% no alcanzaba los diez años, aunque hay quien como Pounds sostiene que cuatro de cada diez menores no superaban el primer año.

Sin embargo la teoría más divulgada y aceptada es que tales imágenes son una abierta condena de prácticas pecaminosas y que por tal motivo se hallan en el exterior de los templos, trasunto de la vida terrena, estando ausentes en el interior, donde habita lo divino. Pero tampoco es así: por ejemplo, en la iglesia cántabra de Villanueva de la Nía, una mujer exhibicionista mira a los feligreses desde el arco triunfal y otra al sacerdote, mientras que en Santillana del Mar, también dentro del templo de esta importantísima colegiata, hay una clara escena en que la mujer acaricia el pene de descomunales proporciones de su amante. Si fuese una condena del pecado, como mantienen Serrano Fatigati o Lampérez, coincidimos más con lo que dijo Caro Baroja, que “más producen curiosidad por el vicio que respeto por la virtud”, e incluso habría que entender como autoinculpación de pecador la del cantero que trabajó en San Quirce de Los Ausines (Burgos) y que representa a una mujer desnuda citada por un excitado varón bajo cuyo erecto miembro se lee IO, o sea, yo.
En uno de los trabajos críticos más interesantes escritos sobre el tema, Inés Ruiz Montejo ya planteaba sus dudas sobre estas ideas y se preguntaba si tales imágenes no serían más bien "la expresión de unos condicionantes de vida típicos de la cultura popular en la que el artista se desenvuelve", aunque parece no atreverse a ir más allá. Sin embargo es en esta idea donde creemos nosotros que habría que explorar.



Desde nuestro punto de vista el hombre medieval está más imbuido de la antigua tradición popular grecorromana de lo que podemos pensar. Para juzgarlo en realidad sólo disponemos de los escasos escritos emanados desde las élites eclesiásticas, que parecen expresar lo contrario, al menos en cuanto a cultura sexual se refiere, sin embargo los propios penitenciales recogen también otra serie de prácticas abiertamente heredadas del paganismo, que el hombre del común –o no tanto– vive diariamente y que incluso llega a revestir de religiosidad. Baste leer el Cantar de Mío Cid para ver la importancia de los agüeros, condenados también por la Iglesia.

En la plástica románica –pero también en la gótica– se mantienen iconos heredados del mundo antiguo, como espinarios, atlantes o sirenas. El falo, símbolo profiláctico en muchas culturas, sigue presente en templos cristianos medievales, a veces como única decoración en todo el edificio e incluso hallándose en el interior. Otras imágenes, como el personaje que se masturba mientras se acaricia la barba o la desnuda barbilla, aparecen ya en la escultura ibérica de Porcuna y se replican en canecillos, como el magníficamente conservado de San Martín de Elines (Cantabria), donde el onanismo parece coincidir con la gravedad del reflexivo pensador.

Por otro lado, para el hombre medieval el sexo no podía ser algo críptico, escondido, privado, como lo puede ser para nosotros, entre otras cosas porque la inmensa mayoría de las familias vivían en humildes chozas divididas por la mitad, con un ámbito para el ganado y una sola estancia para toda la familia, donde toda la parentela dormía junta y donde la privacidad sencillamente era imposible, por eso tampoco resulta extraño cómo algunas representaciones del mes de febrero muestran a un hombre y una mujer calentándose al fuego mientras se enseñan mutuamente sus partes.

El sexo formaba parte de la vida cotidiana y así se representa en el románico, donde las mujeres, salvo alguna excepción –como la segoviana de Fuentidueña–, son casadas (cubiertas con la toca), y la postura la única ortodoxa, como Dios manda. Fue sobre todo a partir del siglo XV cuando las casas empiezan a tener más habitaciones y la privacidad es posible, a lo que podemos sumar el calado que va tomando la paciente labor de la Iglesia imponiendo sus doctrinas, mejor divulgadas ahora con esa gran herramienta que es la imprenta. A mediados del siglo XVI, tanto la Reforma como la Contrarreforma inciden en la importancia de la castidad y la vigilancia del pecado; será a partir de entonces, paradójicamente coincidiendo con el nuevo redescubrimiento –otro más– de las artes antiguas, cuando los últimos rescoldos de la cultura pagana tradicional desaparezcan. Herederos de esta Contrarreforma somos nosotros y con nuestros ojos intentamos entender el motivo de aquellas viejas representaciones.

España contará con su propia Mona Lisa


Según la publicación digital "The Art Newspaper", el Museo del Prado contaría entre sus fondos con una copia "gemela" de la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci, pintada en la misma época que el original que cuelga de las paredes del Louvre.
Vía: http://www.larazon.es/ / http://www.historiayarqueologia.com/

La dieta de los homínidos de Atapuerca y Bolomor fue muy variada hace 300.000 años


a) incisiones sobre una diáfisis medial de Oryctolagus cuniculus procedente del subnivel XVIIc de la Cova del Bolomor (Tavernes de la Valldigna, Valencia); b) diáfisis medial de un húmero de córvido procedente del subnivel TD10-1 de Gran Dolina (Sierra de Atapuerca, Burgos); c) marcas de corte sobre una mandíbula de Oryctolagus cuniculus procedente del subnivel XVIIc de la Cova del Bolomor; d) visión estereoscópica de las estrías antropogénicas sobre un húmero y la cara ventral del caparazón (placa lateral) de Testudo hermanni procedente del nivel IV de la Cova del Bolomor. Imagen: IPHES.

Vía: IPHES | 30 de enero de 2012

Saber cuándo empezaron los homínidos a tener una dieta diversificada, y qué factores intervinieron para que esto se produjese, es uno de los principales temas zooarqueológicos de discusión actual en Europa. Una tesis doctoral presentada recientemente Universidad Rovira i Virgili de Tarragona demuestra que hace más de 300.000 años el menú de los homínidos que habitaban Atapuerca (Burgos) y especialmente Bolomor (Valencia) incuía una gran variedad de animales. Así, se ha visto que su menú era muy amplio, ya que procesaban especies de gran tamaño, como elefantes o rinocerontes, y otras más pequeñas, caso de los conejos, aves y tortugas. La adaptación al medio, el patrón ocupacional y la diversidad comportamental favorecieron esta capacidad.

En la mesa, Ruth Blasco, el día de la defensa de su tesis en la URV, Foto: Jordi Mestre | IPHES

La autora del estudio, Ruth Blasco, investigadora del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social) y de la URV, propone la existencia de una amplitud temprana de la dieta humana a partir del análisis zooarqueológico de diferentes conjuntos arqueológicos del Pleistoceno medio peninsular (concretamente desde los 400.000 a los 120.000 años antes del presente).

La Zooarqueología como disciplina pretende establecer las relaciones que existen entre los grupos humanos y los animales en el pasado, a partir de los elementos esqueléticos que aparecen en los yacimientos, pues los homínidos, al igual que otros predadores, acumulan restos de sus presas en refugios temporales o en campamentos. “El estudio de estas acumulaciones faunísticas, de sus pautas de formación, naturaleza y composición, constituye una base fundamental para conocer el comportamiento humano del pasado”, apunta Ruth Blasco.

Variedad de piezas y de formas de caza

Los materiales estudiados en dicha tesis, un total de 45.000 restos faunísticos, proceden del subnivel TD10-1 de Gran Dolina, en Atapuerca, con una antigüedad aproximada de 300.000 años, y de los niveles XVII, XI y IV de la Cova del Bolomor, con una cronología que abarca desde los 350.000 años a los 120.000 antes del presente. La muestra incluye tanto restos de pequeños animales (aves, tortugas, conejos) como grandes, medios y pequeños ungulados (elefantes, rinocerontes, caballos, ciervos, etc.), al igual que carnívoros (leones, zorros o linces).

“Los datos obtenidos han permitido observar una diversidad comportamental relevante entre los grupos humanos tanto de TD10-1 como de la Cova del Bolomor. Estas variaciones quedan reflejadas no sólo en el espectro de presas que los homínidos son capaces de explotar, sino también en la variedad de estrategias de obtención que son capaces de ejercer”, observa Ruth Blasco. “Estas estrategias van desde el carroñeo hasta la caza compleja, pasando por la obtención individual de ungulados y la posible captación en masa, en el caso de los lagomorfos, de algunos niveles de Bolomor”, añade.

“Tanto las ocupaciones cortas como las relativamente prolongadas en el tiempo, parecen contener una diversidad mayor de especies como resultado de los múltiples eventos que reflejan la espontaneidad de los altos en el camino o, por el contrario, como resultado de la amplitud de recursos que conlleva la permanencia de un grupo en un mismo enclave”, apunta Ruth Blasco.

Excavaciones en el nivel TD10 de Gran Dolina, en Atapuerca. Foto: Jordi Mestre | IPHES

Transformaciones en la dieta
La misma investigadora considera que, en este sentido, es posible que existan numerosas transformaciones en la dieta de los grupos humanos que podrían arrancar desde momentos muy tempranos. A partir de los datos obtenidos en esta tesis, los cambios en la alimentación no parecen ser lineales en el tiempo y en el espacio, sino que parecen estar condicionados por la diversidad comportamental, el patrón ocupacional y las características propias del medio donde se desenvuelven los diferentes grupos humanos del territorio europeo.

“Hasta ahora, los elementos utilizados para explicar el cambio en la dieta humana, a partir del Paleolítico superior en Europa y Próximo Oriente, se habían relacionado subsecuentemente con el Comportamiento Humano Moderno y, por tanto, con Homo sapiens”, asegura Ruth Blasco. Sin embargo, varios de estos elementos parecen observarse en algunos conjuntos europeos del Pleistoceno medio e inicios del superior (pre-neandertales y neandertales). En este sentido, los elementos faunísticos que definen la “modernidad” en el comportamiento humano podrían estar presentes desde momentos tempranos en Europa.


Trabajos de excavación en Bolomor en una imagen de archivo. Imagen cedida por el equipo de investigación de Bolomor.

Breve perfil
Ruth Blasco se licenció en Historia por la Universidad de Valencia en junio de 2003. Durante los años de universidad no sólo participó en yacimientos valencianos, como la Cova del Bolomor (dirigida por el Dr. José Fernández Peris del Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputació de Valencia), sino que comenzó sus excavaciones sistemáticas en la Sierra de Atapuerca.

Posteriormente, cursó el doctorado de Cuaternario y Prehistoria en la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona y obtuvo el Diploma de estudios avanzados y licenciatura con grado en 2006, para diciembre de 2011 defender dicha tesis doctoral.

Como investigadora del IPHES participa en diferentes proyectos de investigación relacionados con el comportamiento de los homínidos del Pleistoceno medio liderados por el arqueólogo Eudald Carbonell, director de este centro. También forma parte del equipo de investigación de Bolomor, adscrito al SIP (Servicio de Investigación Prehistórica dela Diputació de Valencia), Atapuerca, Cuevas del Toll-Teixoneres, Qesem Cave y Gibraltar.

Ha realizado numerosas publicaciones relacionadas con la Zooarqueologia y la Tafonomía que van desde la experimentación y su aplicación arqueológica hasta la documentación e interpretación de las estrategias de subsistencia de los grupos humanos del Pleistoceno medio en revistas no sólo de ámbito local sino también internacional como Journal of Human Evolution , Journal of Archaeological Science, Quaternary Science Review, Quaternary International, Cuentas Rendus Palevol, etc.

Ha realizado sus estudios predoctorales como becaria del programa FI de la Generalitat de Cataluña financiado con Fondo Social Europeo y con la ayuda económica para estancias fuera de Cataluña BE-DGR 2007.

Peter Lindberg quiere desvelar el misterio del OVNI del Báltico

El descubridor de una extraña forma circular que parece haber sido arrastrada bajo las aguas del Báltico quiere volver al lugar para descifrar el misterio

El pasado mes de agosto, el investigador sueco Peter Lindberg anunciaba un descubrimiento sin igual. La aparición, en el fondo del mar Báltico, de una extraña forma circular de unos 18 metros de diámetro. El hallazgo suscitó todo tipo de especulaciones, ya que la imagen parece revelar un objeto artificial que ha sido arrastrado, aunque este punto todavía está por esclarecer. Ahora, este cazador de tesoros ha anunciado que en primavera volverá al lugar donde detectó el gran círculo para recoger más datos, según informa la CNN. Si obtiene la financiación suficiente -los gastos pueden ser mareantes-, su deseo es recuperar la misteriosa estructura de las aguas o, al menos, conseguir esclarecer el enigma.

Linberg, famoso por encontrar los restos del Jönköping, un carguero sueco hundido por un submarino durante la primera guerra mundial, realizaba una exploración oceánica cuando el sonar de su embarcación capturó una increíble imagen a más 80 metros bajo la superficie del golfo de Botnia, entre Finlandia y Suecia. Pronto corrió la voz de que el equipo acababa de descubrir un objeto volador no identificado (OVNI), una idea descabellada pero no tan extraña cuando se trata de algo inexplicable y la imaginación vuela.
En realidad, la imagen resulta de lo más inquietante, ya que el objeto, de unos 18 metros de diámetro, parece haber sido arrastrado otros 400. Suficiente para que nazca la idea de una nave de origen extraterrestre que se estrelló en el mar y dejó un rastro en el fondo antes de detenerse, como llegaron a especular algunos medios. El equipo de Lindberg cree que el objeto es demasiado grande para haber caído de un barco o ser parte de un desastre marítimo. «Hemos escuchado un montón de explicaciones diferentes, desde que es una especie de Halcón Milenario hasta que es una puerta a un mundo interior», afirma Lindberg a la CNN, «pero no lo sabremos hasta que hayamos estado allí»

En realidad la imágenes de un sonar de barrido lateral no son lo suficiente fiables como para determinar si se trata de una formación geológica natural o algo completamente diferente. Lindberg planea regresar en primavera al mar Báltico para investigar su hallazgo. Su objetivo es poder esclarecer el misterio y, aunque el objeto no se pueda recuperar -una empresa extremadamente cara y arriesgada que quizás no sirva para nada- explotarlo de alguna manera, por ejemplo, con turistas que quieran verlo de cerca.

¿Cazaban los Neandertales mamuts precipitándolos por los acantilados?



Vía: BBC News | 26 de enero de 2012

Los arqueólogos están investigando la verdad que hay detrás de la historia de que los neandertales de la Era de Hielo, en Jersey, Inglaterra, empujaban a los mamuts a los acantilados de St. Brelade para conseguir alimento.

Hace unos 30 años las evidencias sugerían que los primeros residentes de lo que hoy es la isla de Jersey cazaban mamíferos gigantes en los acantilados de La Cotte de St. Brelade, en Ouaisne.

El Dr. Geoff Smith (foto a la izquierda), analista del Archivo de Jersey, dijo: "Fue en los años 70 y 80 cuando la hipótesis fue planteada, respecto a que los neandertales agrupaban manadas de mamuts y rinocerontes lanudos para conducirlos a los acantilados y matarlos".

Él está utilizando ahora nuevas tecnologías para ver si esa teoría es correcta o no.

El Dr. Smith dijo: "Nadie lo ha cuestionado nunca realmente, y por lo tanto estamos volviendo a evaluar y a analizar la cuestión, y ver si podemos obtener nueva información para darle un mayor apoyo o incluso refutarla un poco.

Nosotros no lo sabemos, nunca vamos a entenderlo por completo, pero queremos ver si podemos conseguir más datos y comprender a los neandertales aún mejor".

En la cueva de La Cotte, en la bahía de Ouaisne, los arqueólogos han encontrado, en los últimos años, herramientas, huesos y dientes fosilizados de rinocerontes y mamuts lanudos, osos de las cavernas y renos.

Estos restos datan de una época en que la vista desde Ouaisne no era el mar, sino una vasta tierra sin árboles que se extendía hasta lo que hoy es Saint Malo.

Grupos de pueblos nómadas se movían hacia el norte en primavera, siguiendo a los animales al dirigirse a sus pastos de verano, al lugar donde Inglaterra es hoy en día.

En los acantilados de Ouaisne se pensaba que estas gentes nómadas cazaban furtivamente animales de pastoreo provocándoles una estampida sobre el borde de los mismos.

Foto: Acantilado de la La Cotte de St. Brelade, en Ouaisne

Un mamut habría sido del tamaño de un elefante africano, con un peso de hasta 6.000 kg.

El jefe de la comunidad educativa del Patrimonio de Jersey, Doug Ford, dijo: "Si usted está frente a un mamut peludo de seis pies de alto y usted está armado con un palo afilado, usted tiene que tener un poco de ventaja".



Foto: El equipo del Dr. Smith recogiendo muestras en el acantilado.

El Dr. Smith está trabajando con su equipo en Jersey registrando elementos de los restos fósiles de mamuts y rinocerontes para descubrir si la teoría común de la estampida es correcta.

Él declaró a BBC News: "Una vez que tenga esto registrado, tomaré fotografías de alta definición digital muy claras para obtener primeros planos de las patologías interesantes y así comprobar cómo de saludables estaban los animales".

"Puedo registrar sus edades y ver si ellas se corresponden con muertes naturales o si son indicativas de su caza por parte de los humanos o de otros carnívoros".

El Dr. Smith dijo que no había forma de saber si los mamuts podrían haber sobrevivido hasta nuestros días, si no hubiera habido un exceso de su caza.

"¿O fue un cambio climático tan severo que los obligó a refugiarse en algún lugar en el cual se convirtieron en una población tan pequeña que no pudieron sobrevivir? Todavía no lo sabemos, nuevas teorías están saliendo todos los días", dijo.