Encontrado el oro de Djehuty en su tumba en Tebas
Un equipo español halla piezas de joyería en la excavación
La gran aventura egiptológica española en la antigua necrópolis tebana de Dra Abu el Naga (Lúxor) ya brilla con el destello del oro. El equipo bajo la dirección del madrileño José Manuel Galán, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que excava la tumba del noble Djehuty y la zona adyacente desde 2002 ha descubierto piezas de joyería en su última campaña, que concluyó el pasado 22 de febrero. en concreto, han desenterrado siete pendientes de oro, dos de ellos desparejados, lo que hace prever que aún puedan aparecer otros dos.
Pese a la conmoción de la palabra oro asociada con el antiguo Egipto, Galán recalcó anoche a este diario: "Como dice la canción de Manu Chao, no sólo lo que brilla es oro". Y es que, subrayó, se ha hallado algo tan valioso como el noble metal: una cámara decorada con textos y pinturas. Todo parece indicar que los objetos son parte del ajuar funerario de Djehuty, alto funcionario de la reina Hatshepsut, o de algún familiar. Fue durante su época cuando los nobles egipcios adoptaron la costumbre nubia de llevar pendientes. Djehuty, cuya momia y ajuar busca desde hace ocho años el equipo español que excava, restaura y publica las numerosas estructuras y objetos del área, vivió durante la XVIII Dinastía, hace unos 3.500 años. El nombre de Djehuty es emblemático de la egiptología española. El proyecto que Galán y su equipo desarrollan en Dra Abu el Naga, a la entrada del Valle de los Reyes y del templo de Deir el Bahari, en una de las zona de excavaciones más exclusivas del mundo, no ha cesado de reportar grandes hallazgos. Baste con mencionar la Tabla del Aprendiz, con un insólito retrato frontal de un faraón, el enterramiento del arquero Iqer o el ataúd de la Dama Blanca (que será una de las piezas estelares de la exposición sobre las misiones españolas en Egipto que se inaugurará a principios de abril en el Museo Egipcio de El Cairo).
Esta campaña tenía que ser la del encuentro con Djehuty pues se iba a excavar su cámara funeraria, al final de un pozo en el interior del sepulcro, un trabajo que ha debido irse aplazando por los inesperados hallazgos en otras zonas -como el tan fructífero patio de la tumba- y la necesidad de consolidar estructuras para evitar peligrosos derrumbamientos. Las joyas han aparecido en el umbral en una ignota segunda cámara funeraria que estaba detrás de la conocida, tras un pozo de tres metros. Ese nuevo recinto está decorado en dos de sus paredes con textos del Libro de los Muertos y luce en el techo una pintura de la diosa Nut.
Ni el sarcófago ni la momia de Djehuty están en la cámara aunque queda por desescombrar buena parte. Galán cree que la momia pudo ser quemada. En la actual campaña se han producido otros hallazgos notables como luna pierna, con faldellín, de la estatua de un faraón en granito rosa. Las joyas estaban en una cámara funeraria con pinturas.
Pese a la conmoción de la palabra oro asociada con el antiguo Egipto, Galán recalcó anoche a este diario: "Como dice la canción de Manu Chao, no sólo lo que brilla es oro". Y es que, subrayó, se ha hallado algo tan valioso como el noble metal: una cámara decorada con textos y pinturas. Todo parece indicar que los objetos son parte del ajuar funerario de Djehuty, alto funcionario de la reina Hatshepsut, o de algún familiar. Fue durante su época cuando los nobles egipcios adoptaron la costumbre nubia de llevar pendientes. Djehuty, cuya momia y ajuar busca desde hace ocho años el equipo español que excava, restaura y publica las numerosas estructuras y objetos del área, vivió durante la XVIII Dinastía, hace unos 3.500 años. El nombre de Djehuty es emblemático de la egiptología española. El proyecto que Galán y su equipo desarrollan en Dra Abu el Naga, a la entrada del Valle de los Reyes y del templo de Deir el Bahari, en una de las zona de excavaciones más exclusivas del mundo, no ha cesado de reportar grandes hallazgos. Baste con mencionar la Tabla del Aprendiz, con un insólito retrato frontal de un faraón, el enterramiento del arquero Iqer o el ataúd de la Dama Blanca (que será una de las piezas estelares de la exposición sobre las misiones españolas en Egipto que se inaugurará a principios de abril en el Museo Egipcio de El Cairo).
Esta campaña tenía que ser la del encuentro con Djehuty pues se iba a excavar su cámara funeraria, al final de un pozo en el interior del sepulcro, un trabajo que ha debido irse aplazando por los inesperados hallazgos en otras zonas -como el tan fructífero patio de la tumba- y la necesidad de consolidar estructuras para evitar peligrosos derrumbamientos. Las joyas han aparecido en el umbral en una ignota segunda cámara funeraria que estaba detrás de la conocida, tras un pozo de tres metros. Ese nuevo recinto está decorado en dos de sus paredes con textos del Libro de los Muertos y luce en el techo una pintura de la diosa Nut.
Ni el sarcófago ni la momia de Djehuty están en la cámara aunque queda por desescombrar buena parte. Galán cree que la momia pudo ser quemada. En la actual campaña se han producido otros hallazgos notables como luna pierna, con faldellín, de la estatua de un faraón en granito rosa. Las joyas estaban en una cámara funeraria con pinturas.
Fuente: http://www.elpais.com/