El Museo Arqueológico de Badajoz acoge una conferencia sobre El epitafio perdido de Al-mansur

BADAJOZ, 30 Ene. (EUROPA PRESS) - El Museo Arqueológico Provincial de Badajoz acogerá mañana la conferencia "El epitafio perdido de Al-mansur. Avatares de una inscripción aftasí", a cargo de la doctora en Prehistoria y Arqueología por la Universidad Autónoma de Madrid, Isabel Rodríguez Casanova; y el profesor titular de Arqueología y Numismática de la Universidad Autónoma de Madrid, Alberto Canto García.

El epitafio del rey aftasí Almansur I es una de las más importantes inscripciones árabes del Museo de Badajoz. Se trata de una pieza encontrada en el siglo XIX en la Alcazaba de la ciudad. Sin embargo, con anterioridad al descubrimiento de esta lápida, se tenía noticia de la existencia de otra mucho más amplia en su contenido y que había desaparecido ya a mediados de aquel siglo.
La historia de esa inscripción perdida es la que se presentará en esta conferencia, remontándose en su búsqueda al siglo XVIII, cuando ya se conocen las primeras transcripciones y traducciones, hasta ahora inéditas, según informó la Junta en nota de prensa.
Durante la charla se abordará sus sucesivas publicaciones por autores extranjeros, a partir de las noticias que proporcionan los eruditos ilustrados españoles a principios del siglo XIX, publicaciones, sin embargo, que nunca serán conocidas ni citadas en España.
De este modo, los avatares que sufre la inscripción tanto físicamente hasta su total desaparición, como en su publicación, ilustran la evolución de la epigrafía árabe en España como disciplina histórica; desde un ambicioso y exitoso comienzo en el siglo XVIII con figuras como M. Casiri o F. Palomares; pasando por un desastroso paréntesis, a consecuencia de la Guerra de la Independencia.
En ese tiempo se pierde noticia de todo lo anterior, hasta su resurgir a partir de mediados del XIX, que tendrá su culminación a finales de siglo en los grandes arabistas E. Saavedra y F. Codera, quienes hacen renacer el arabismo español prácticamente desde cero, lo que prueba la publicación de la inscripción del Museo Arqueológico como inédita.

ALCAZABA PACENSE
Además, los nuevos detalles conocidos sobre el lugar de su descubrimiento contribuyen al mejor conocimiento de lo que pudo ser la Alcazaba de Badajoz en época musulmana y en concreto la zona de la actual iglesia de Santa María de Calatrava, sobre cuya identificación con una antigua mezquita parece fuera de toda duda.
Isabel Rodríguez Casanova es doctora en Prehistoria y Arqueología por la Universidad Autónoma de Madrid, especializada en Numismática; autora de diversas monografías, artículos y comunicaciones sobre numismática antigua y circulación monetaria. Participa en distintos proyectos de investigación emprendidos desde diversas universidades, Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Real Academia de la Historia.
Alberto Canto García es profesor titular de Arqueología y Numismática de la Universidad Autónoma de Madrid y uno de los grandes expertos en este campo en el panorama actual de la investigación nacional e internacional. Es autor de un gran número de publicaciones especializadas sobre numismática antigua y medieval hispánica, entre los que se incluyen los fondos numismáticos andalusíes del Museo Arqueológico Provincial de Badajoz.

El Museo Arqueológico de Badajoz acoge una conferencia sobre 'El epitafio perdido de Al-mansur'

BADAJOZ, 30 Ene. (EUROPA PRESS) - El Museo Arqueológico Provincial de Badajoz acogerá mañana la conferencia "El epitafio perdido de Al-mansur. Avatares de una inscripción aftasí", a cargo de la doctora en Prehistoria y Arqueología por la Universidad Autónoma de Madrid, Isabel Rodríguez Casanova; y el profesor titular de Arqueología y Numismática de la Universidad Autónoma de Madrid, Alberto Canto García.
El epitafio del rey aftasí Almansur I es una de las más importantes inscripciones árabes del Museo de Badajoz. Se trata de una pieza encontrada en el siglo XIX en la Alcazaba de la ciudad. Sin embargo, con anterioridad al descubrimiento de esta lápida, se tenía noticia de la existencia de otra mucho más amplia en su contenido y que había desaparecido ya a mediados de aquel siglo.
La historia de esa inscripción perdida es la que se presentará en esta conferencia, remontándose en su búsqueda al siglo XVIII, cuando ya se conocen las primeras transcripciones y traducciones, hasta ahora inéditas, según informó la Junta en nota de prensa.
Durante la charla se abordará sus sucesivas publicaciones por autores extranjeros, a partir de las noticias que proporcionan los eruditos ilustrados españoles a principios del siglo XIX, publicaciones, sin embargo, que nunca serán conocidas ni citadas en España.
De este modo, los avatares que sufre la inscripción tanto físicamente hasta su total desaparición, como en su publicación, ilustran la evolución de la epigrafía árabe en España como disciplina histórica; desde un ambicioso y exitoso comienzo en el siglo XVIII con figuras como M. Casiri o F. Palomares; pasando por un desastroso paréntesis, a consecuencia de la Guerra de la Independencia.
En ese tiempo se pierde noticia de todo lo anterior, hasta su resurgir a partir de mediados del XIX, que tendrá su culminación a finales de siglo en los grandes arabistas E. Saavedra y F. Codera, quienes hacen renacer el arabismo español prácticamente desde cero, lo que prueba la publicación de la inscripción del Museo Arqueológico como inédita.
ALCAZABA PACENSE
Además, los nuevos detalles conocidos sobre el lugar de su descubrimiento contribuyen al mejor conocimiento de lo que pudo ser la Alcazaba de Badajoz en época musulmana y en concreto la zona de la actual iglesia de Santa María de Calatrava, sobre cuya identificación con una antigua mezquita parece fuera de toda duda.
Isabel Rodríguez Casanova es doctora en Prehistoria y Arqueología por la Universidad Autónoma de Madrid, especializada en Numismática; autora de diversas monografías, artículos y comunicaciones sobre numismática antigua y circulación monetaria. Participa en distintos proyectos de investigación emprendidos desde diversas universidades, Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Real Academia de la Historia.
Alberto Canto García es profesor titular de Arqueología y Numismática de la Universidad Autónoma de Madrid y uno de los grandes expertos en este campo en el panorama actual de la investigación nacional e internacional. Es autor de un gran número de publicaciones especializadas sobre numismática antigua y medieval hispánica, entre los que se incluyen los fondos numismáticos andalusíes del Museo Arqueológico Provincial de Badajoz.

EL CAAI LOCALIZA UN POSIBLE CAMPAMENTO CARTAGINÉS EN EL CAMPO DE BATALLA DE BAECULA

El Centro Andaluz de Arqueología Ibérica ha presentado hoy los resultados obtenidos del estudio que están realizando sobre la Batalla de Baecula, con el objetivo de averiguar cuál fue el lugar exacto en el que se desarrolló este acontecimiento bélico. En la última campaña han realizado dos nuevos descubrimientos, un horno de pan de grandes proporciones, y un nuevo campamento en el Cerro de las Albahacas, término municipal de Santo Tomé (Jaén).

Alicia Barea Lara

La batalla de Baécula se desarrolló en el año 208 a.n.e. en el marco de la Segunda Guerra Púnica y fue el inicio de la conquista romana del Valle del Guadalquivir. Polibio y Tito Livio narraron los acontecimientos y la secuencia de esta acción bélica y detallaron cómo, ante la llegada del ejército romano de Escisión, los cartagineses se retiraron a una altura protegida por un río, y que el general romano tomó la decisión de atacar a Asdrúbal Barca en su propio campamento. La batalla implicó también a otros colectivos como los iberos ilergetes que dirigían los príncipes Indibil y Mardonio, que concurrían del lado romano y los honderos baleáricos y los jinetes númidas de Masinisa, que lo hacían del lado púnico. En 2004 el Centro Andaluz de Arqueología Ibérica (CAAI) propuso que la batalla de Baécula sucedió en el Cerro de las Albahacas en Santo tomé y que el Cerro de los Turruñuelos fue el oppidum (ciudad fortificada) de Baécula. Desde 2006 se desarrolla un proyecto sistemático de investigación de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, al que se ha sumado en 2007 un segundo proyecto del Plan Nacional I+D+I del ahora Ministerio de Ciencia e Innovación. En el 2009 el proyecto ha alcanzado la mitad del tiempo de desarrollo de los trabajos, motivo por el que realizan una valoración de los resultados obtenidos y una reflexión sobre los pasos a dar en los años que restan hasta finalizar la investigación, lo que ocurrirá pasados tres años más de trabajo. Últimos resultados Tras realizar una prospección superficial y varios sondeos arqueológicos en el oppidum encontrado en los Turruñuelos, los investigadores del CAAI afirman que el oppidum se fundó en el siglo IV a.n.e. y no alcanzó el siglo II a.n.e., y que durante su existencia el asentamiento fue uno de los oppida más grandes del Alto Guadalquivir, pues superó las 20 has. Esta ciudad fortificada alcanzó durante su vida un fuerte desarrollo urbano, avalado por el cuidado tratamiento, con enlosados, de algunos espacios públicos o la construcción de un horno de pan de grandes proporciones, que ha ofrecido abundante información sobre la alimentación de los iberos. A pasar de todo, “el paso del tiempo ha arruinado algunas zonas de su interior por los trabajos de extracción de grava”, ha explicado Juan Pedro Bellón, encargado de la excavación en este lugar. Además, en 2006 realizaron una intervención con sondeos arqueológicos en el Cerro de las Albahacas, y desde entonces anualmente una microprospección. Desde este momento, comenta Francisco Gómez, se han prospectado 185.000 mtrs2, lo que supone un 4,6% del total de la superficie de la planicie superior donde se ubica el área letal de la acción de guerra. En total este espacio comprende un área de 400 has. Como consecuencia de este trabajo se han localizado 463 objetos de metal de los cuales 128 son armas ofensivas y el resto pertenecen a objetos de equipamiento. Además se ha recogido cerámica de 319 cuadrículas, con lo cual se comienza a tener una noción más precisa de las acciones desarrolladas en la zona letal de la batalla, gracias a la distribución georeferenciada de los materiales. “Hoy ya estamos en condiciones de establecer cuáles fueron los espacios que caracterizaron la zona donde se produjo el cuerpo a cuerpo o el frente desde donde se desplegó el ejército romano”, explica Francisco Gómez.

Algunos de los materiales encontrados durante la campañaEl último de los descubrimientos arqueológicos se ha producido en la campaña de 2008, donde ha aparecido la geomorfología de un segundo campamento, avalada por abundante material, que viene a sumarse al campamento encontrado en la campaña de 2006, con lo que ya son dos los existentes, cuestión que coincide con la información aportada por las fuentes escritas romanas. Las hipótesis que barajan en este momento es que este segundo campamento pertenezca a los cartagineses y el primero, estudiado ya, es el romano, explica Arturo Ruiz, director del CAAI. Objetivos futuros En los próximos años se continuará con la intervención en el Cerro de las Albahacas, ampliando el área de microprospección hasta el 10% de la superficie de la zona letal, lo que permitirá precisar con bastante detalle los acontecimientos de la acción de guerra. Del mismo modo se estudiará el nuevo campamento para establecer la relación temporal de éste con el anteriormente descubierto. En esta nueva etapa se realizarán los trabajos que definirán el camino de acceso al escenario de la batalla del ejército de Escisión y la localización del campamento romano inicial, gracias a la existencia de materiales como las tachuelas de las calligae (sandalias) de los legionarios romanos. Por último, se cerrará la macroprospección superficial de todo el territorio circundante, diez km en torno al cerro de las Albahacas, que se encuentra en un estado muy avanzado de cobertura. El objetivo final, según ha comentado Francisco Jiménez Nogueras, alcalde de Santo Tomé, es la realización de un museo en el que se puedan mostrar las piezas que han aparecido en este lugar, lo que proporcionará un nuevo aliciente turístico y cultural a la Sierra de Cazorla.

EL CAAI LOCALIZA UN POSIBLE CAMPAMENTO CARTAGINÉS EN EL CAMPO DE BATALLA DE BAECULA

El Centro Andaluz de Arqueología Ibérica ha presentado hoy los resultados obtenidos del estudio que están realizando sobre la Batalla de Baecula, con el objetivo de averiguar cuál fue el lugar exacto en el que se desarrolló este acontecimiento bélico. En la última campaña han realizado dos nuevos descubrimientos, un horno de pan de grandes proporciones, y un nuevo campamento en el Cerro de las Albahacas, término municipal de Santo Tomé (Jaén).

Alicia Barea Lara

La batalla de Baécula se desarrolló en el año 208 a.n.e. en el marco de la Segunda Guerra Púnica y fue el inicio de la conquista romana del Valle del Guadalquivir. Polibio y Tito Livio narraron los acontecimientos y la secuencia de esta acción bélica y detallaron cómo, ante la llegada del ejército romano de Escisión, los cartagineses se retiraron a una altura protegida por un río, y que el general romano tomó la decisión de atacar a Asdrúbal Barca en su propio campamento. La batalla implicó también a otros colectivos como los iberos ilergetes que dirigían los príncipes Indibil y Mardonio, que concurrían del lado romano y los honderos baleáricos y los jinetes númidas de Masinisa, que lo hacían del lado púnico. En 2004 el Centro Andaluz de Arqueología Ibérica (CAAI) propuso que la batalla de Baécula sucedió en el Cerro de las Albahacas en Santo tomé y que el Cerro de los Turruñuelos fue el oppidum (ciudad fortificada) de Baécula. Desde 2006 se desarrolla un proyecto sistemático de investigación de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, al que se ha sumado en 2007 un segundo proyecto del Plan Nacional I+D+I del ahora Ministerio de Ciencia e Innovación. En el 2009 el proyecto ha alcanzado la mitad del tiempo de desarrollo de los trabajos, motivo por el que realizan una valoración de los resultados obtenidos y una reflexión sobre los pasos a dar en los años que restan hasta finalizar la investigación, lo que ocurrirá pasados tres años más de trabajo. Últimos resultados Tras realizar una prospección superficial y varios sondeos arqueológicos en el oppidum encontrado en los Turruñuelos, los investigadores del CAAI afirman que el oppidum se fundó en el siglo IV a.n.e. y no alcanzó el siglo II a.n.e., y que durante su existencia el asentamiento fue uno de los oppida más grandes del Alto Guadalquivir, pues superó las 20 has. Esta ciudad fortificada alcanzó durante su vida un fuerte desarrollo urbano, avalado por el cuidado tratamiento, con enlosados, de algunos espacios públicos o la construcción de un horno de pan de grandes proporciones, que ha ofrecido abundante información sobre la alimentación de los iberos. A pasar de todo, “el paso del tiempo ha arruinado algunas zonas de su interior por los trabajos de extracción de grava”, ha explicado Juan Pedro Bellón, encargado de la excavación en este lugar. Además, en 2006 realizaron una intervención con sondeos arqueológicos en el Cerro de las Albahacas, y desde entonces anualmente una microprospección. Desde este momento, comenta Francisco Gómez, se han prospectado 185.000 mtrs2, lo que supone un 4,6% del total de la superficie de la planicie superior donde se ubica el área letal de la acción de guerra. En total este espacio comprende un área de 400 has. Como consecuencia de este trabajo se han localizado 463 objetos de metal de los cuales 128 son armas ofensivas y el resto pertenecen a objetos de equipamiento. Además se ha recogido cerámica de 319 cuadrículas, con lo cual se comienza a tener una noción más precisa de las acciones desarrolladas en la zona letal de la batalla, gracias a la distribución georeferenciada de los materiales. “Hoy ya estamos en condiciones de establecer cuáles fueron los espacios que caracterizaron la zona donde se produjo el cuerpo a cuerpo o el frente desde donde se desplegó el ejército romano”, explica Francisco Gómez.

Algunos de los materiales encontrados durante la campañaEl último de los descubrimientos arqueológicos se ha producido en la campaña de 2008, donde ha aparecido la geomorfología de un segundo campamento, avalada por abundante material, que viene a sumarse al campamento encontrado en la campaña de 2006, con lo que ya son dos los existentes, cuestión que coincide con la información aportada por las fuentes escritas romanas. Las hipótesis que barajan en este momento es que este segundo campamento pertenezca a los cartagineses y el primero, estudiado ya, es el romano, explica Arturo Ruiz, director del CAAI. Objetivos futuros En los próximos años se continuará con la intervención en el Cerro de las Albahacas, ampliando el área de microprospección hasta el 10% de la superficie de la zona letal, lo que permitirá precisar con bastante detalle los acontecimientos de la acción de guerra. Del mismo modo se estudiará el nuevo campamento para establecer la relación temporal de éste con el anteriormente descubierto. En esta nueva etapa se realizarán los trabajos que definirán el camino de acceso al escenario de la batalla del ejército de Escisión y la localización del campamento romano inicial, gracias a la existencia de materiales como las tachuelas de las calligae (sandalias) de los legionarios romanos. Por último, se cerrará la macroprospección superficial de todo el territorio circundante, diez km en torno al cerro de las Albahacas, que se encuentra en un estado muy avanzado de cobertura. El objetivo final, según ha comentado Francisco Jiménez Nogueras, alcalde de Santo Tomé, es la realización de un museo en el que se puedan mostrar las piezas que han aparecido en este lugar, lo que proporcionará un nuevo aliciente turístico y cultural a la Sierra de Cazorla.

El Museo del Prado según Google

Espectacular proyecto de Google que por primera vez en la historia digitaliza obras del Museo del Prado a una resolución altísima para que podamos ver los cuadros desde nuestra casa y con un nivel de detalle incluso superior al que se podría alcanzar mirando las pinturas en pleno directo. La tecnología digital propone matrimonio al arte con mayúsculas, convirtiendo el visionado de las obras en una fiesta de los sentidos. ¡Vivan los novios!

El Museo del Prado ofrece, a partir de hoy, a los internautas de todo el mundo la posibilidad de admirar los detalles imperceptibles de 14 grandes obras maestras, gracias a una herramienta de Google Earth que permite apreciar imágenes con una nitidez 1.400 veces mayor de la que se obtendría con una cámara digital de unos 10 megapíxeles. El jardín de las Delicias, Las Tres Gracias o El Caballero de la Mano en el Pecho pueden ser observados con una calidad microscópica que permite ver cosas que ni observando los cuadros a simple vista se conseguiría. “Una imagen no sustituye a la experiencia de la obra en directo, pero estas reproducciones a tamaño natural aportan un realismo prodigioso", ha reconocido Miguel Zugaza, director del Museo del Prado, quien se ha mostrado realmente ufano por ser la primera pinacoteca del mundo que ha llevado sus obras a Internet en esta iniciativa pionera de Google. "Es una visión única. En un el museo no nos podemos acercar tanto al cuadro o necesitaríamos una escalera de tres metros para obtener estas visiones", ha explicado durante la presentación de este nuevos servicio Clara Rivera, responsable de geolocalización de Google España y promotora de este proyecto que se le ocurrió poner en marcha en ese 10% de tiempo que el buscador deja libre a sus empleados para que indaguen en nuevas ideas.

14 obras maestras son puestas a disposición del público
Google ha financiado enteramente este proyecto que le ha llevado a fotografiar, en colaboración de la compañía madrileña Mad Pixel, las 14 obras maestras del Prado en mega alta resolución para después componer todo el cuadro como si se tratase de un puzzle digital. En total se han realizado 8.200 fotografías (1.600 fotos sólo para El Jardín de las Delicias). Este sistema permite navegar por la obra, acercarse y seleccionar el detalle que se pretende ampliar gracias a los 14.000 megapíxeles de resolución de las imágenes. Con semejante precisión se pueden observar cosas como la costura en el lienzo de "Las Meninas" de Velázquez, los detalles escondidos en "El Jardín de las delicias" de El Bosco, las lágrimas prácticamente imperceptibles de San Juan en "El Descendimiento" de Roger Van der Weyden o la abeja que se posa en una flor de "Las tres Gracias" de Rubens. La toma de las fotografías necesitó más de 3 meses de trabajo, que realizaron los fotógrafos por las noches. Otros 4 meses fueron necesarios para tener lista la navegación a través de Google Earth.
"No hay mejor manera que rendir tributo a los grandes maestros que universalizar su arte y hacerlo accesible al mayor número de personas", ha reflexionado Zugaza quien ha querido aclarar que el criterio de selección de las obras ha respondido a un elemento didáctico. "Son las 14 obras imprescindibles en la visita del Museo del Prado, aunque en mi opinión podrían incluirse las 1.000 que están expuestas", ha añadido el director del museo. Por ahora, Google no planea realizar proyectos similares en otros museos del mundo. Ni siquiera ha desvelado el coste de esta magnífica iniciativa pero aseguran que si tiene buena acogida pensaran en próximas incorporaciones. O sea, que el Museo del Prado, hoy por hoy, es un autentico privilegiado. Y nosotros por poder verlo.

La Boella: del mamut al hombre

El Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social busca el reconocimiento científico internacional del yacimiento de La Canonja, considerado uno de los más importantes de Europa

Científicos procedentes de diversos países europeos y asiáticos como Francia, Inglaterra, Suiza y Siria visitaron ayer el yacimiento paleontológico de La Boella (La Canonja), considerado uno de los tres más antiguos de la Península Ibérica y uno de los más importantes de Eurasia.
El grupo está formado por cerca de veinticinco investigadores que estos días participan en un encuentro organizado por el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES), interesados en este yacimiento que contiene evidencias del Cuaternario.
El objetivo que persigue este encuentro es «presentar el resultado de la investigación a la comunidad científica universitaria», informó el director del yacimiento, Josep Vallverdú.
Una de las metas que se ha marcado el IPHES es alcanzar el reconocimiento internacional de los restos localizados en La Boella, un yacimiento equiparable en antigüedad a los de Atapuerca y Orce, los que conservan los restos más ancestrales hallados hasta ahora en Europa.
Vallverdú afirmó que con la presencia de investigadores sobre el territorio donde está enclavado el yacimiento «queremos validar su importancia y que haya un acuerdo científico sobre los restos que hemos encontrado en La Boella».
Segunda emigración
La primera emigración de homínidos africanos hacia Eurasia tuvo lugar hace dos millones de años. En La Boella se investiga la presencia de restos correspondientes a la segunda emigración, que se produjo entre hace 800.000 y un millón de años. «Pensamos que aquí puede estar bien reflejada», comentó Vallverdú.
El hallazgo de restos relacionados con la presencia humana «ha sido la sorpresa más interesante que ha deparado el yacimiento, puesto que cronológicamente lo sitúan en el mismo período que Atapuerca y Orce».
Frente a un muro de tierra de ocho metros, en los que hay marcas de los paleontólogos en los primeros cuatro, el científico del IPHES explicó a sus colegas europeos y asiáticos los restos localizados en La Boella, entre los que destacan una colección de defensas de mamut, y que hace miles de años la planicie que rodea La Canonja estaba inundada por agua, puesto que este espacio estaba bajo la influencia del río Francolí.
Vallverdú informó que «a partir de la presentación de la excavación, se evaluará cómo su registro arqueológico puede proporcionarnos una perspectiva complementaria a los sedimentos continentales y marinos que ya se conocen, para precisar el límite y las características del cambio ambiental de hace unos 800.000 años».
El siguiente paso será dotar al yacimiento de la necesaria infraestructura, para proteger los restos que se encuentran en las paredes del Barranc de La Boella y que están a la intemperie, circunstancia que podría implicarles daños de producirse lluvias torrenciales o un corrimiento de tierras.
El director del IPHES, Eudald Carbonell, dijo por su parte que «la reunión que tiene lugar en el Castell de Masricard es muy significativa, porque supone la incorporación de personal investigador vinculado al Institut y al INQUA (Asociación Internacional para el Estudio del Cuaternario), que sirve para colocar La Boella y sus estudios entre los yacimientos de primer orden ante la comunidad internacional, para profundizar en el conocimiento de las primeras ocupaciones humanas».