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Reale Foundation y la Fundación Atapuerca apoyan un proyecto social para acercar la ciencia a las personas mayores a través de tecnología inmersiva


"Atapuerca, un paseo por la evolución" permite a personas mayores con movilidad reducida o dificultades cognitivas explorar los yacimientos de la sierra de Atapuerca sin salir de su residencia

Los primeros talleres del proyecto se celebran entre el 24 y el 27 de marzo en residencias de mayores de poblaciones de Valencia afectadas por las inundaciones de la DANA

Ibeas de Juarros, 25 de marzo de 2025. La Fundación Atapuerca y Reale Foundation han unido esfuerzos para impulsar "Atapuerca, un paseo por la evolución", un innovador proyecto social que busca transformar la manera en la que se comunica la ciencia a personas mayores con movilidad reducida o dificultades cognitivas. Gracias al uso de tecnología inmersiva, esta iniciativa permite a este colectivo "visitar" virtualmente los yacimientos arqueológicos de la sierra de Atapuerca (Burgos), guiados por Eudald Carbonell, vicepresidente de la Fundación Atapuerca, y Pedro Alonso, monitor arqueológico de la misma entidad.

El proyecto ha sido ideado por la asociación ‘Més que Ciència’ (Más que Ciencia), liderada por su fundador, Daniel Amatller, especializado en divulgación científica inclusiva. A través de visores de realidad virtual, la iniciativa acerca contenidos científicos y culturales a personas mayores que viven en residencias, permitiéndoles explorar uno de los enclaves arqueológicos más importantes del mundo.

Este programa forma parte del proyecto "Cultura con Impacto" de Reale Foundation, una iniciativa destinada a mejorar la calidad de vida de las personas a través de la cultura. En este caso, la

propuesta busca compartir conocimiento con el colectivo de personas mayores, usándolo como una herramienta terapéutica para mejorar su bienestar.

Los objetivos clave del proyecto incluyen estimular cognitivamente a las personas mayores y mejorar su bienestar integral; visibilizar las nuevas necesidades culturales y de conocimiento científico del colectivo de personas muy mayores, que cada vez está más culturalizado y con un mayor nivel de estudios; y transferir de manera real y efectiva el conocimiento generado en la sierra de Atapuerca a través de herramientas de comunicación inclusivas e inmersivas.

El proyecto contempla la realización de talleres en varios centros de mayores de la Comunidad Valenciana y Burgos, donde se emplearán visores de realidad virtual para que los participantes puedan experimentar una visita a los yacimientos de la sierra de Atapuerca sin salir de su residencia.

Los primeros talleres se realizarán la próxima semana (24, 25, 26 y 27 de marzo) en residencias valencianas afectadas por la DANA.

TALLERES DE REALIDAD INCLUSIVA E INMERSIVA EN LA COMUNIDAD VALENCIANA

24 de marzo, a las 10:30h - Centro de personas mayores Picanya. Grupo Novaedat.

25 de marzo, a las 10:30h - Centro de personas mayores Savia Albuixech (L’Horta Nord).

26 de marzo, a las 10:30h y 26 de marzo, a las 16:00h Centro de personas mayores Massanassa. Grupo Solimar. Centro de personas mayores Parqueluz de Catarroja.

27 de marzo, a las 10:30h y 27 de marzo, a las 17:00h Centro de personas mayores Sedaví (L’Horta Sud). Grupo Novaedat Centro de personas mayores Estivella. Grupo Novaedat.

TALLER DE REALIDAD INCLUSIVA E INMERSIVA EN BURGOS

En abril esta actividad se llevará a cabo en una residencia burgalesa, donde además del propio taller se incluirá una charla divulgativa a cargo de Eudald Carbonell, vicepresidente de la Fundación Atapuerca, y una demostración a cargo de una persona experta en arqueología experimental.

9 de abril, a las 12h - Residencia Cordia. Fundación Caja de Burgos.

Contexto y necesidad del proyecto

La necesidad de este proyecto está respaldada por datos recientes. Según la Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología en España (2022), el interés por la ciencia disminuye con la edad, pasando del 17% en jóvenes de 15-24 años a solo un 7,4% en mayores de 64 años. Además, el acceso limitado a recursos digitales y actividades científicas refuerza esta brecha de conocimiento, especialmente en personas residentes en centros geriátricos.

Estudios científicos han demostrado que la estimulación cognitiva y el aprendizaje continuo pueden reducir el deterioro cognitivo en la vejez. Además, la realidad virtual ha mostrado su eficacia como herramienta educativa y terapéutica, facilitando el acceso a experiencias culturales y científicas para colectivos con movilidad reducida.

Con esta iniciativa, la Fundación Atapuerca y Reale Foundation refuerzan su compromiso con la divulgación científica inclusiva y la democratización del conocimiento, garantizando que la ciencia sea un derecho accesible para todos, sin importar la edad o las capacidades físicas.

Primera reunión transnacional del proyecto ‘From Past to Future’


Ibeas de Juarros, 18 de marzo 2025.
La Fundación Atapuerca ha acogido la primera reunión transnacional del proyecto europeo ‘From Past to Future’, un innovador programa que busca fomentar la inclusión, participación y empleabilidad juvenil en el ámbito del patrimonio arqueológico. Este encuentro es el primero de los tres previstos dentro del proyecto, que continuará en los demás países participantes.

Esta iniciativa, cofinanciada por el programa Erasmus+ de la Unión Europea, cuenta con la colaboración de reconocidas entidades europeas: Generazione Zero (Italia), Fundação Vall de Côa (Portugal), Redtree Making Projects (España), Centre Européen de Recherches Préhistoriques de Tautavel (Francia) y la Asociación Europa 2020 (España). La Fundación Atapuerca asume el papel de coordinadora general y responsable de su gestión.


En esta primera reunión, los socios han tenido la oportunidad de conocerse y conocer los principales objetivos y líneas de trabajo. La jornada ha comenzado en la sede de la Fundación Atapuerca, donde los participantes han sentado las bases del proyecto. Este encuentro marca un hito en la integración y acercamiento de los yacimientos arqueológicos y museos a la juventud, con especial atención a aquellos jóvenes que enfrentan barreras.

La colaboración internacional permitirá conectar el patrimonio cultural con las nuevas generaciones de manera innovadora y significativa. Como parte de la agenda, los asistentes han visitado los yacimientos de la sierra de Atapuerca y, por la tarde, han conocido el Museo de la Evolución Humana en Burgos.


El objetivo final de ‘From Past to Future’ es crear una red europea capaz de desarrollar una innovadora estrategia para jóvenes, en colaboración con yacimientos arqueológicos y organizaciones del tercer sector, con el fin de co-diseñar proyectos locales de inclusión, arte y cultura. Para ello, se creará el Grupo de Jóvenes Amigos del Yacimiento, cuyos miembros participarán activamente en el diseño de eventos y la promoción digital del yacimiento como embajadores, mientras la institución impulsa su inclusión a través de la educación no formal, la mejora de su empleabilidad, el fortalecimiento de su confianza y la oportunidad de vivir una experiencia única junto a expertos de prestigio.


El proyecto, que se desarrolla a lo largo de 24 meses, comenzó en septiembre de 2024 y finalizará en agosto de 2026. Durante este período, se emplearán herramientas innovadoras como la virtualización de visitas, estrategias digitales en redes sociales y actividades clave, entre ellas prácticas en el ámbito del patrimonio, iniciativas verdes e inclusivas, diálogos intergeneracionales, campañas de divulgación científica y cultural, eventos de promoción y el fortalecimiento de redes sociales para conectar con el público joven.

El proyecto está coordinado por la Fundación Atapuerca, que aporta su experiencia de más de 25 años en la gestión de proyectos y programas vinculados a los yacimientos arqueopaleontológicos de la sierra de Atapuerca, declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO en el año 2000.


‘From Past to Future’
forma parte del área de proyectos de la Fundación Atapuerca, creada en 2023 para impulsar iniciativas alineadas con su lema "Evolución Responsable, Progreso Consciente". Con esta propuesta, la Fundación reafirma su compromiso con la construcción de una sociedad más inclusiva y conectada, en la que la juventud desempeñe un papel protagonista en la preservación y valorización del patrimonio cultural europeo.

Promoviendo Campañas de Excavación más sostenibles en la sierra de Atapuerca


Ibeas de Juarros, 17 de marzo de 2025.
La Fundación Atapuerca ha dado un nuevo paso en su compromiso con la sostenibilidad al sumarse al proyecto Motor Verde de Fundación Repsol. A través de la reforestación en el bosque Caminomorisco II (Cáceres), de la mano de Fundación Repsol, se compensará el CO₂ equivalente a las emisiones generadas durante la campaña de excavación de 2024 en los yacimientos de la sierra de Atapuerca.

Este es el segundo año consecutivo en que la Fundación participa en esta acción. El bosque de Caminomorisco forma parte de Motor Verde, un ambicioso proyecto de reforestación impulsado por Fundación Repsol, patrono mecenas de la Fundación Atapuerca, y la empresa de ingeniería forestal Sylvestris. Hasta la fecha, esta iniciativa ha reforestado más de 5000 hectáreas en distintos puntos de la Península Ibérica y aspira a recuperar más de 70000 hectáreas de terrenos baldíos o incendiados en los próximos años, fomentando el empleo inclusivo y el desarrollo económico en las comunidades donde opera.

Esta acción se enmarca en el plan estratégico de la Fundación Atapuerca, cuyo objetivo es fomentar una conciencia crítica en la sociedad y contribuir al equilibrio del planeta. Además, refuerza su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), alineándose con sus metas de sostenibilidad ambiental y social.

La Fundación Atapuerca en la campaña de excavación

La Fundación Atapuerca complementa la financiación de la campaña de excavación, que principalmente corre a cargo de la Junta de Castilla y León, asumiendo ámbitos como la seguridad, organización de documentación, logística, relaciones institucionales, comunicación, etc. Durante este periodo, más de 300 investigadores e investigadoras participan en las excavaciones de los yacimientos de la sierra de Atapuerca. Para garantizar el buen desarrollo de la campaña, autobuses y vehículos especializados se desplazan diariamente a la zona, transportando al equipo de investigación y cubriendo otras necesidades logísticas esenciales.

La Fundación Atapuerca, fiel a su lema "Evolución responsable, progreso consciente", y en colaboración con el Equipo Investigador de Atapuerca (EIA), impulsa cada año la implementación de nuevas medidas de sostenibilidad. Entre las acciones llevadas a cabo en los últimos años destacan la instalación de placas solares, la reducción del uso de plásticos al mínimo indispensable y la mitigación de la huella de carbono generada durante las excavaciones.


En su compromiso continuo con el medio ambiente, la Fundación y el EIA tienen previsto adoptar nuevas iniciativas sostenibles en las próximas campañas, avanzando hacia una mayor responsabilidad ecológica en el ámbito de la investigación arqueológica.

Fuente: Fundación Atapuerca

El arqueólogo Eudald Carbonell dona su archivo personal y científico a la Fundación Atapuerca


Ibeas de Juarros, 26 de febrero de 2025.
Eudald Carbonell, vicepresidente de la Fundación Atapuerca y director del Centro de Investigación Emiliano Aguirre (CIEA), ha donado su archivo personal y científico a este Centro para su conservación, estudio y difusión. Este valioso fondo documental, fruto de décadas de investigación, se incorpora a la "Memoria del Sistema" de la Fundación Atapuerca.

El acto de cesión ha tenido lugar esta mañana en el laboratorio Reina Sofía del CIEA y ha contado con la presencia de Antonio Miguel Méndez Pozo, presidente de la Fundación Atapuerca; Eudald Carbonell i Roura, vicepresidente de la Fundación; Victoria Moreno Lara, responsable de la “Memoria del Sistema”; y Eva Manrique Martínez, directora general de la Fundación Atapuerca.

Un legado científico de gran valor

Eudald Carbonell es doctor en Geología del Cuaternario por la Universidad Pierre et Marie Curie (París) y en Geografía e Historia por la Universidad de Barcelona, además de catedrático emérito de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. Ha sido codirector del proyecto Atapuerca y de las excavaciones en los yacimientos de la sierra de Atapuerca durante más de 30 años. A lo largo de su trayectoria, ha reunido un extenso archivo documental sobre evolución humana, tecnología prehistórica y metodología arqueológica, reflejado en su producción bibliográfica desde 1976.


Su donación, compuesta por 20 cajas, incluye una biblioteca científica, libros de divulgación desde 1993, revistas, boletines y prensa especializada. También reúne documentación académica desde 1976, como memorias de actividades, excavaciones, congresos y conferencias. Destacan las numerosas tesis doctorales que dirigió, muchas en Francia y otras sobre los yacimientos de la sierra de Atapuerca. Además, el fondo cuenta con publicaciones en medios, agendas, CDs, DVDs y objetos personales. Por último, destacan más de 130 cuadernos de bitácora, algunos presentados en la rueda de prensa de hoy.

Este legado se suma al archivo de Emiliano Aguirre, primer director de las excavaciones en Atapuerca, quien tras su jubilación en 1990 donó sus libros a la localidad de Ibeas de Juarros. Es la primera vez que ambos archivos se encuentran en un mismo espacio con carácter permanente.

Jornadas de Puertas Abiertas para acercar el CIEA a la sociedad

Para dar a conocer el Centro de Investigación Emiliano Aguirre y su labor, la Fundación Atapuerca ha organizado unas Jornadas de Puertas Abiertas con el objetivo de acercar este espacio a la comunidad. Las jornadas están dirigidas principalmente a habitantes de la zona, pero, por supuesto, están abiertas a todas las personas interesadas:

Sábado 15 de marzo: visita para vecinas y vecinos de Ibeas de Juarros.

Sábado 5 de abril: visita para las localidades cercanas a la Sierra.

Sábado 26 de abril: visita para la ciudadanía de Burgos.

Estas jornadas permitirán mostrar las instalaciones, la importancia del archivo y el trabajo que se realiza en el CIEA en la conservación y estudio del patrimonio de Atapuerca.

Centro de Investigación Emiliano Aguirre: un espacio para la memoria y la investigación

El Centro de Investigación Emiliano Aguirre, cofinanciado por el Patronato de la Fundación y la Junta de Castilla y León, está dedicado a la recopilación y preservación de los trabajos científicos del proyecto Atapuerca. Alberga el Laboratorio Reina Sofía, equipado con el apoyo de la Fundación Reina Sofía, y espacios destinados a la investigación, además de un archivo y la Biblioteca Gonzalo Santonja.

Este Centro se concibe como un espacio abierto a la sociedad, donde será posible consultar, en formato físico y digital, documentos, publicaciones y artículos científicos relacionados con la investigación del Cuaternario y los hallazgos en los yacimientos de la sierra de Atapuerca. Además, está llamado a contribuir a la memoria internacional del estudio de la evolución humana, ya que aceptará documentación de colegas que hayan tenido un papel relevante en la investigación de la prehistoria durante los siglos XX y XXI.


Su creación forma parte del proceso de expansión de la Fundación Atapuerca a través de dos enfoques estratégicos: la retrospectiva, que se desarrolla en este centro en Ibeas de Juarros, y la prospectiva, que se llevará a cabo en el antiguo Hospital de Peregrinos de Atapuerca, con el respaldo de la Diputación Provincial de Burgos.

Fuente: Fundación Atapuerca

La reina emérita Doña Sofía inaugura el Centro de Investigación Emiliano Aguirre


Foto: Susana Santamaría / Fundación Atapuerca

Ibeas de Juarros (Burgos), a 10 de diciembre 2024. Como colofón a los actos conmemorativos del 25 aniversario de la Fundación Atapuerca, Su Majestad la Reina Doña Sofía inauguró hoy el Centro de Investigación Emiliano Aguirre (CIEA), un espacio destinado a custodiar, preservar y difundir la memoria documental del Proyecto Atapuerca, junto con la promoción de la investigación en evolución humana. Durante su visita, Su Majestad recorrió las instalaciones del centro y tuvo la oportunidad de conocer parte del legado del Profesor Emiliano Aguirre. 


Foto: Susana Santamaría / Fundación Atapuerca

Antes de la inauguración, S.M. la Reina Doña Sofía presidió el Patronato extraordinario de la Fundación Atapuerca. Durante la sesión, el presidente de la Fundación, Antonio Miguel Méndez Pozo, entregó a Su Majestad un medallón que reproduce un fósil emblemático hallado en la Sima del Elefante (Pink), en homenaje a los hallazgos de la sierra de Atapuerca. Asimismo, Eudald Carbonell, vicepresidente de la Fundación, hizo entrega de un ejemplar de la edición Sierra de Atapuerca. Una mirada botánica, editado en colaboración con Fundación Caja de Burgos, en el marco del 25 aniversario de la Fundación Atapuerca.


Foto: Susana Santamaría / Fundación Atapuerca

Previamente tuvo lugar la sesión del Patronato ordinario, en el que se hizo un balance de las actividades realizadas con motivo del 25 aniversario de la Fundación. Además, se aprobó el presupuesto para 2025 y se definieron las principales líneas del plan de actuación para el próximo año. Además, el Patronato nombró a Eudald Carbonell, vicepresidente de la Fundación Atapuerca y figura clave en los trabajos realizados en los yacimientos de la sierra de Atapuerca, director del Centro de Investigación Emiliano Aguirre.

Centro Investigación Emiliano Aguirre


Foto: Susana Santamaría / Fundación Atapuerca

El Centro de Investigación Emiliano Aguirre (en adelante CIEA) se enmarca en el proceso de crecimiento de la Fundación Atapuerca a través de dos enfoques estratégicos: la retrospectiva, que será desarrollada en este nuevo Centro de Ibeas de Juarros, y la prospectiva, que se llevará a cabo más adelante con el respaldo de la Diputación Provincial de Burgos, en el antiguo Hospital de Peregrinos de la localidad de Atapuerca.

Foto: Susana Santamaría / Fundación Atapuerca

El CIEA custodiará la Memoria del Sistema, esencial para comprender la evolución del proyecto Atapuerca y su proyección futura. Este Centro se plantea como un espacio para analizar y preservar los hitos que han convertido a los yacimientos de la sierra de Atapuerca en un referente internacional en el estudio de la evolución humana.


Foto: Susana Santamaría / Fundación Atapuerca

El archivo documental del CIEA incluye la información generada desde el inicio del proyecto Atapuerca. Se ha comenzado con la clasificación de la documentación de Emiliano Aguirre, cedida por la Fundación Paleontológica Emiliano Aguirre en 2018 y actualmente en proceso de catalogación, proceso que desde 2019 cuenta con el apoyo de las Fundaciones Círculo e Ibercaja. La digitalización de toda la documentación permitirá un acceso global, igualmente se conservarán los formatos físicos para consultas presenciales. 

Además, se continuará documentando las aportaciones de los codirectores del proyecto Atapuerca: Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell. Cabe destacar que próximamente, Juan Luis Arsuaga donará al CIEA su colección de libros de evolución humana (en palabras de Arsuaga, “una de las más completas de España, si no la que más”) y su colección de réplicas de alta resolución de fósiles humanos, que se cuenta entre las mejores del mundo. De este modo el Centro empezará su andadura con un importante patrimonio al servicio de la comunidad científica. 


Foto: Susana Santamaría / Fundación Atapuerca

Igualmente, la Memoria del Sistema está abierta a recibir documentación de miembros del Equipo Investigador de Atapuerca que así lo deseen. Además, el Centro está llamado a contribuir internacionalmente a la Memoria del Sistema del estudio de la evolución humana, puesto que se aceptará la documentación (artículos, libros, tesis doctorales ...) de todos aquellas científicas y científicos que tengan o hayan tenido un papel relevante en el estudio de la prehistoria en los siglos XX y XXI.


Foto: Susana Santamaría / Fundación Atapuerca

El CIEA incluye tres despachos para la gestión y un laboratorio equipado con el apoyo de la Fundación Reina Sofía. El “Laboratorio Reina Sofía” estará a disposición de los beneficiarios de ayudas de investigación de la Fundación Atapuerca, consolidando al Centro como un espacio de referencia científica para futuras generaciones.


Foto: Susana Santamaría / Fundación Atapuerca

Este proyecto ha sido posible gracias al impulso del Patronato de la Fundación y cuenta con el respaldo de la Junta de Castilla y León que, desde la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, financia un 50% de la ejecución del Centro. Además, ha contado con la colaboración de la Fundación Reina Sofía. 

Además, en 2025, la Fundación Atapuerca continuará desarrollando actividades en cumplimiento de sus fines fundacionales:

Iniciativas de promoción científica

Además de poner en marcha el Centro de Investigación Emiliano Aguirre, en 2025 la Fundación Atapuerca, continuará apoyando la labor científica de jóvenes investigadores mediante la concesión de ayudas predoctorales y posdoctorales para investigación. Asimismo, como complemento al respaldo económico de la Junta de Castilla y León, la Fundación continuará apoyando la campaña de excavación en los aspectos de logística, seguridad, administración, comunicación y relaciones institucionales. 

Igualmente, la Fundación continuará proporcionando soporte a proyectos de investigación en las provincias de Burgos y Cantabria. Continuará respaldando proyectos de investigación en Senegal, Sur del Cáucaso y en La India. Finalmente, mantendrá el intercambio de investigadores con Georgia, Reino Unido y Argentina. 

Iniciativas de socialización

Gestión de visitas

La Fundación Atapuerca, por acuerdo de colaboración con la Fundación Siglo, gestiona las visitas a los yacimientos de la sierra de Atapuerca y al Centro de Arqueología Experimental (CAREX). Esta iniciativa se desarrolla sin ánimo de lucro y desde el punto de vista de la sostenibilidad.

La calidad de las visitas y la formación continuada del personal son los parámetros más valorados tanto por la Fundación, como por el público que los visita.

Área de Proyectos

La Fundación identifica oportunidades de financiación para desarrollar programas innovadores y alineados con sus fines, conectando con las inquietudes sociales.

Entre 2025 y 2026 se desarrollará el proyecto 'From past to future', una iniciativa cofinanciada por el programa Erasmus+ de la Unión Europea, en colaboración con reconocidas entidades como la Fundaçao Vall de Côa (Portugal), la Asociación Europea 2020, RedTree Marketing Projects Coop. (España), Generazione Zero (Italia) y el Centre Européen de recherches préhistoriques de Tautavel (Francia). Su objetivo es fomentar la inclusión juvenil mediante la empleabilidad en sitios arqueológicos y museos, adaptando sus contenidos a herramientas de comunicación del siglo XXI con la participación de equipos jóvenes.

En 2025 se explorarán nuevas convocatorias para impulsar la transferencia de conocimiento, alineadas con el lema 'Evolución responsable, progreso consciente'.

Otras actividades de difusión

La Fundación Atapuerca continuará desarrollando actividades que promuevan el respeto y cuidado del medio ambiente, así como programas centrados en la accesibilidad e inclusión social. Además, se fortalecerán los programas de desarrollo y apoyo a las comunidades locales, buscando generar un impacto positivo y sostenible en su entorno. También se impulsarán programas educativos que proporcionen herramientas clave para afrontar los retos globales que enfrenta la humanidad, contribuyendo al progreso consciente y responsable de la sociedad.

Foto: Susana Santamaría / Fundación Atapuerca

El arroz evitó que la población del Japón desapareciera hace 2.300 años

Cultivo de arroz. pixabay.com

Los residentes de la península de Corea se mudaron a las islas japonesas alrededor del año 300 a.C., y trajeron consigo el arroz a este territorio. Según un reciente estudio publicado en Scientific Reports, este acontecimiento ayudó a los japoneses antiguos, que eran principalmente cazadores-recolectores, a recuperar su población y comenzar una nueva época en su historia.

Las culturas antiguas de Japón


Vasija del período Jomon Incipiente (10.000-8.000 a. C.), la vasija más antigua del mundo, Museo Nacional de Tokio.


Se cree que los humanos poblaron el archipiélago japonés hace unos 35.000 años, durante la Edad de Hielo. En ese momento, el nivel del océano era más bajo y las islas estaban conectadas con el continente asiático por istmos. Hace unos 14.500 años, los antiguos habitantes del archipiélago ya tenían una vida cotidiana establecida y aprendieron a hacer productos cerámicos. Se dedicaban a la caza, la recolección y la pesca, y probablemente a la agricultura con base a la tala o quema de entornos boscosos. El período entre 14.500 años y 300 años a.C. recibió el nombre Jomon que significa "cerámica con marcas de cuerda" (derecha).

Cerámica del periodo Yayoi (300 a. C. al 250)

Alrededor del 300 a.C., una nueva cultura, denominada Yayoi, apareció en las islas japonesas. La misma se caracterizó por la construcción de asentamientos protegidos, procesamiento de metales y el cultivo de arroz. Se supone que algunos de sus elementos culturales fueron traídos por los inmigrantes de la enínsula de Corea. Inicialmente aparecieron en sur de Japón y luego se asentaron en el resto de las islas del archipiélago.
Cómo los humanos de Jomon recuperaron su población
Los científicos creen que a finales del período Jomon la población de las islas japonesas disminuyó visiblemente, dado que los arqueólogos han encontrado menos asentamientos que pertenecían al final d este periodo, justo antes de la aparición de la cultura Yayoi. Esto se debió al hecho de que en aquel momento el clima en las islas japonesas se volvió más frío y el nivel del mar se redujo en 1-3 metros. En estas circunstancias, la gente de Jomon tuvo dificultades para conseguir alimento debido a que la población de las islas se redujo. Sin embargo, también es probable que los arqueólogos simplemente no hayan encontrado una parte de los asentamientos del fin del periodo Jomon.

Modelo demográfico de la aparición de japoneses modernos. Y.Watanabe et al. / Scientific Reports, 2019

Investigadores de la Universidad de Tokio decidieron probar la hipótesis de la disminución de población mediante métodos genéticos. Un estudio anterior mostraba que los humanos de esa época eran genéticamente diferentes de las personas modernas de Asia oriental. Solo japoneses actuales que viven en las cuatro islas más grandes del archipiélago, y un grupo étnico indígena de Hokkaidō llamado Ainu, han heredado el genoma de los individuos del periodo Jomon.

Los autores del artículo intentaron estimar el cambio en la población durante el período de Jomon a través del análisis de las secuencias del cromosoma 'Y' en 345 hombres japoneses y compararlo con los cromosomas 'Y' de los coreanos modernos y otros residentes del este de Asia. De este modo se podía determinar la secuencia del cromosoma 'Y' en la gente de Jomon y observar su evolución. Los resultados del análisis mostraron que hay siete grupos de genomas. Uno de ellos, el cual se encontró solo en los japoneses y en los Ainu, se identificó como el cromosoma 'Y' de la cultura Jomon. Luego, los científicos construyeron una simulación de la población y calcularon la cantidad de hombres de Jomon durante varios milenios.

Cambio en el número de hombres en la población de cultura Jomon. Las líneas rojas indican el comienzo del período de Jomon y el período de Yayoi, hace 14.5 mil años a.C. y hace 2.3 mil años a.C., respectivamente. Y.Watanabe et al. / Scientific Reports, 2019

Los cálculos mostraron que la cantidad de hombres Jomon realmente disminuyó de forma considerable antes de la aparición de la cultura Yayoi en las islas japonesas. Pero después de su aparición, la población de Jomon se recuperó inesperadamente.
Según los autores del trabajo, esto sucedió gracias a los inmigrantes de la Península de Corea, los cuales ya cultivaban arroz y enseñaron a los antiguos japoneses la forma de hacerlo. De esta manera, ayudaron a la gente de Jomon a encontrar nuevas fuentes de alimento y probablemente influyeron en el crecimiento poblacional de su gente.

El año pasado, los científicos analizaron el ADN antiguo extraído de esqueletos de hace 8.000 años encontrados en el sudeste asiático. Su estudio halló que las poblaciones actuales del sudeste asiático derivan de ancestros de al menos cuatro poblaciones antiguas. En total, 26 secuencias del genoma humano antiguo se compararon con muestras modernas de ADN de personas que viven hoy en el sudeste asiático.

Yana Berman
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
Fuente: nmas1.org | 6 de julio de 2019

Identificados los restos de ‘Homo sapiens’ más antiguos de Europa

Reconstrucción por ordenador (izquierda y centro) de un fragmento de cráneo (unido a una porción de roca) de hace 210.000 años atribuido a un 'Homo sapiens' (derecha) hallado en la cueva griega de Apidima (Katerina Harvati / Universidad de Tubinga)


Un cráneo hallado hace 40 años en la cueva griega de Apidima pertenece a la especie Homo sapiens y tiene 210.000 años de antigüedad, según un nuevo análisis del fósil que se presenta en la revista Nature. De confirmarse estas conclusiones, sería el resto más antiguo de Homo sapiens hallado fuera de África y obligaría a reescribir la historia de los encuentros entre humanos modernos y neandertales en el sureste de Europa.

Un segundo cráneo hallado a 30 centímetros del primero, y que también se ha analizado de nuevo, corresponde a un neandertal y se le ha atribuido una antigüedad de 170.000 años. Esto sugiere que la primera llegada de Homo sapiens a la actual Grecia desplazó a los neandertales que vivían allí, pero que más tarde estos volvieron a ocupar el territorio.

Después, durante un periodo de unas 5.000 generaciones, sapiens y neandertales se fueron encontrando a lo largo de una frontera difusa que debió recorrer el sureste de Europa y Oriente Medio, con territorios ocupados alternativamente por una especie o la otra. Finalmente una oleada migratoria de humanos modernos que salió de África hace entre 50.000 y 70.000 años se extendió por toda Eurasia y redujo la herencia neandertal a un nivel residual.

“Lo primero que pensamos fue ‘esto es muy extraño’. No es algo que nos esperáramos”, declaró el lunes en rueda de prensa telefónica Katerina Harvati (izquierda), paleoantropóloga griega de la Universidad de Tubinga (Alemania) y directora de la investigación.

Hasta ahora se había asumido que los dos cráneos eran igual de antiguos, de entre 160.000 y 190.000 años, ya que se habían encontrado uno junto al otro. Se había asumido también que los dos eran de neandertales, ya que era la única especie conocida en Europa en aquel periodo.

Desde su descubrimiento a finales de los años 70, los fósiles se habían guardado en el Museo de Antropología de la Universidad de Atenas. Eran cráneos parciales y deformados, en los que era difícil separar los restos humanos de los sedimentos minerales incrustados. “Nunca se les había prestado mucha atención”, explicó Harvati, quien recuerda que “en Grecia no ha habido interés por la paleoantropología porque la arqueología ha tenido otras prioridades”.

Para determinar de qué especie son los cráneos, se ha hecho una reconstrucción virtual a partir de los fragmentos disponibles. El cráneo más completo, llamado Apidima 2, corresponde de manera inequívoca a un neandertal. Son reconocibles, por ejemplo, el arco óseo completo que recorre las cejas, la forma de las mejillas que parecen apuntar hacia adelante o las proporciones de la parte posterior del cráneo.

Reconstrucción virtual (izquierda) del cráneo de neandertal (derecha) de hace 170.000 años hallado en la cueva griega de Apidima (Katerina Harvati / Universidad de Tubinga).

Por el contrario, el cráneo menos completo, Apidima 1, no es de neandertal. No tiene, por ejemplo, la pequeña protuberancia ósea en forma de moño característica de esta especie. Tras analizar las proporciones de la parte posterior de la cabeza -la única que se ha preservado- los investigadores deducen que tiene que ser de un Homo sapiens.

"El aspecto redondeado de la parte posterior del cráneo es una característica exclusiva de los humanos modernos, que se cree que apareció relativamente tarde en su evolución. Sí, este sería el fósil humano más antiguo y sin distorsiones que muestra dicho perfil posterior del cráneo como el de un humano moderno", ha corroborado a EL MUNDO Katerina Harvati

Su antigüedad se ha calculado con una técnica de datación basada en la desintegración radiactiva del uranio, que ha ofrecido resultados diferentes para los dos cráneos. Los 210.000 años estimados para Apidima 1 superan al fósil de Homo sapiens más primitivo conocido hasta ahora fuera de África, una mandíbula encontrada en la cueva Misliya de Israel que tiene una antigüedad de entre 177.000 y 194.000 años.

El maxilar izquiero de Misliya conserva todos los dientes a excepción del incisivo central. La forma y estructura de los dientes y de la dentina proporcionó datos importantes con respecto a la definición de Homo sapiens. (Israel Hershkovitz, Tel Aviv University)

“Es una investigación de gran interés realizada por investigadores de prestigio que estimulará la búsqueda de más fósiles humanos en esta región tan importante en la expansión de los humanos modernos fuera de África”, declara en entrevista telefónica desde Atapuerca Carlos Lorenzo (izquierda), paleoantropólogo de la Universitat Rovira i Virgili y del instituto Iphes, que conoce los cráneos de Apidima.

Aun así, Lorenzo no está seguro de que Apidima 1 corresponda a un Homo sapiens, porque “es una hipótesis plausible, pero necesitamos más pruebas para afirmarlo de manera categórica; que no sea un neandertal no significa necesariamente que sea un 'Homo sapiens', y el fragmento de cráneo no es lo bastante completo para saber qué es exactamente”.

Los propios autores de la investigación se muestran cautos al presentar sus datos. "No tenemos el hueso frontal, el arco superciliar, la cara, los dientes o la región del mentón, cualquiera de los cuales podría tener una forma menos 'moderna'", ha advertido Chris Stringer (derecha), antropólogo del Centro para la Investigación de la Evolución Humana del Museo de Historia Natural de Londres (Reino Unido) y coautor de este trabajo.

“Si nuestra interpretación es correcta indica que los humanos anatómicamente modernos se dispersaron fuera de África desde mucho antes, y llegando mucho más lejos, de lo que se pensaba hasta ahora”, escriben los investigadores en Nature.
Se trata de un descubrimiento importante pero que, en realidad, no va a sorprender a la comunidad científica. "La existencia de sapiens tempranos fuera de África ya se sospechaba por los enigmáticos signos de intercambio temprano de ADN entre poblaciones de neandertales y sapiens", ha explicado Stringer. "Muchos son ya los datos que poseemos sobre los cruzamientos de estas dos especies evolutivamente tan próximas, en distintos momentos de su coexistencia y que está demostrado que llegaron a tener descendencia, como apuntan diversos estudios de secuenciación genética".

"Faltan evidencias"

Sin embargo, todos los expertos consultados por Materia (El País) no aceptan las conclusiones del estudio. “Se trata de una afirmación extraordinaria, pero faltan evidencias para sostenerla”, opina Juan Luis Arsuaga, codirector de Atapuerca. En 2017 este paleoantropólogo participó en la datación de isótopos de uranio del cráneo 2, el más completo, el cual arrojó una datación de al menos 160.000 años de antigüedad. El investigador dice que la morfología del cráneo 1 es totalmente compatible en realidad con la de un neandertal primitivo que aún no había desarrollado sus características típicas en la parte posterior del cráneo. “Que dos cráneos hallados a pocos centímetros uno de otro sean de dos especies diferentes separadas por más de 40.000 años es novelesco. No me creo los nuevos datos y vamos a replicar este estudio”, espeta el paleoantropólogo.

Warren Sharp, del Centro de Geocronología de Berkeley (EE UU), señala que la datación del cráneo 1 “no se sostiene”. “Las diferentes dataciones individuales obtenidas para este fósil divergen desde hace 335.000 años a 142.000 años, lo que sugiere que el fósil perdió parte del uranio que tenía originalmente. Esto implica que la edad que le dan es demasiado antigua”, explica.

Amélie Vialet, investigadora del Museo Nacional de Historia Natural de Francia, opina que “la explicación más plausible es que las dos calaveras quedaron atrapadas en los sedimentos de la cueva en la misma época y que ambos son neandertales”.

No obstante, estos resultados plantean muchas preguntas, la primera sobre su origen. ¿De dónde provienen los humanos de Apidima? "La ruta más probable desde África sería a través del Levante y Turquía", ha comentado Stringer. "Ahora nuestro escenario es que hay un grupo de humanos modernos en Grecia de hace 210.000 años, quizás relacionado con poblaciones comparables a las de Levante, pero que posteriormente fue reemplazado por una población neandertal (representada por Apidima 2) hace unos 170.000 años". El Levante al que se refiere Stringer no es el de nuestra costa mediterránea, sino la región de Oriente Próximo que comprende Israel, Jordania, Líbano, Siria y Palestina.

Foto: Apidima 1 fue descubierto frente a otro cráneo, bautizado Apidima 2, en una cavidad del macizo de Apidima, en el Peloponeso. Imagen tomada de www.nature.com.

La cueva griega de Apidima se localiza al pie de un acantilado junto al mar. Es un lugar de difícil acceso al que sólo se puede llegar usando una embarcación. Dentro, en una serie de cuevas, existe un yacimiento de complicado estudio por las características de fosilización de los restos, fuertemente incrustados en la matriz de roca. De momento no hay datos sobre otras especies animales, ni se han encontrado herramientas humanas que aporten contexto a la época en la que se formó, el Pleistoceno.
Tampoco se conocen, aún, las implicaciones de haber encontrado juntos estos dos restos fósiles. "No podemos decir que vivieran en la cueva al mismo tiempo", ha mencionado Harvati durante la rueda de prensa telefónica previa a la publicación del estudio. "Es posible que uno ya estuviera allí y llegara otro. También es posible que se encontraran, pero no tenemos respuesta para estas preguntas. Probablemente, como ocurrió en el Cercano Oriente, no fuimos capaces de competir con los neandertales, especialmente en el clima inestable que existía entonces en la región", dice Harvati.

Algunos de los primeros fósiles clave de Homo sapiens y especies relacionadas en África y Eurasia - Havarti et al.

"Desafortunadamente, no hay herramientas de piedra directamente asociadas con ninguno de los cráneos de Apidima para ayudar a establecer conexiones en otros lugares. Pero si hemos interpretado correctamente las pruebas de Apidima, la obra de estos primeros 'Homo sapiens' debe estar presente en otros lugares del registro europeo", ha indicado Stringer.

La primera dispersión fuera de África fue llevada a cabo por Homo erectus hace unos 2 millones de años. La segunda oleada ocurrió cuando la especie ancestral que dio origen a los neandertales pasó a Europa hace entre 800.000 y 600.000 años. Y el tercer grupo de migraciones fue la nuestra, como documenta el cráneo de este estudio y varios fósiles encontrados en Israel. Por ejemplo, los de la cueva de Misliya pueden tener hasta 194.000 años, así como los restos dentales hallados en la cueva Qesem los cuales ostentan unos 400.000 años. Y existe un cráneo hallado en el yacimiento de Zuttiyeh que está datado hace entre 500.000 y 200.000 años y que todavía no ha sido bien identificado, pero que podría ser un sapiens temprano.

Para descifrar todas estas incógnitas habrá que esperar a que aparezcan nuevos fósiles o a que, los que ya se conocen, puedan ser estudiados por su ADN antiguo o por modernas técnicas de análisis de proteínas. En este sentido, todos los expertos se ponen de acuerdo al constatar que la historia del hombre se completa con cada descubrimiento y apunta a un origen cada vez más heterogéneo y complicado.

Fuentes: lavanguardia.com | elmundo.es| elperiodico.com |abc.es |elpais.com | 10 de julio de 2019

Encuentran vestigios de Siclag, la ciudad bíblica donde se refugió David de la persecución del rey Saúl

Excavación arqueológica de Khirbet a Rai - EFE

De acuerdo con los libros de Samuel, el Rey Aquis de Gat ofreció Siclag como refugio a David, para ocultarse de la gran persecución orquestada por el rey Saúl. Allí se exilió durante 14 meses junto a seiscientos hombres y sus familias hasta que salió para ser ungido rey en Hebrón.
El enclave aparece también en otro momento de las escrituras. Mientras David seguía a los filisteos durante su última campaña contra Saúl, el pueblo nómada de los amalecitas tomó la ciudad y la incendió, llevándose a las mujeres y a los niños cautivos.

Situada entre Kiryat Gat y Laquis, los arqueólogos han buscado el lugar exacto de esta ciudad bíblica durante décadas. Diversos especialistas han señalado hasta una docena de enclaves diferentes, pero ninguno ha recibido el consenso de los investigadores. ¿Las razones? Que o bien no se han encontrado señales de transición entre la cultura filistea y la israelita o bien no se han encontrado restos de la destrucción de los amalecitas, como se describe en la Biblia hebrea.

Arqueólogos durante las labores que llevaron al descubrimiento de Ziklag. / Foto: Autoridad de Antiguedades de Israel.


Ahora, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Autoridad de Antigüedades de Israel han emitido un comunicado de prensa en el que afirman que un equipo de arqueólogos ha encontrado la verdadera localización de esta esquiva población filistea.

Este grupo de especialistas, liderado por el profesor Yosef Garfinkel, director del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén; Saar Ganor de la Autoridad de Antigüedades de Israel; y Kyle Keimer y Gil Davis, de la Universidad australiana de Sydney la Siclag se encuentra en Khirbet a-Ra'i, una excavación arqueológica en las laderas de Judea que está siendo estudiada desde 2015.

Yosef Garfinkel, profesor de la Universidad Hebrea, recorre el sitio arqueológico que afirma ser la ciudad bíblica de Ziklag, (Photo by MENAHEM KAHANA / AFP)

El nombre del poblado es inusual en el léxico de nombres de la tierra de Israel, ya que no pertenece al lenguaje local cananeo-semítico. Es un nombre filisteo, cuyo nombre fue otorgado por una población de inmigrantes llegados del mar Egeo.

Allí, los arqueólogos han descubierto los restos de un asentamiento filisteo de los siglos XII al XI a.C., al que siguió otro rural que data de principios del siglo X a.C, lo que concuerda con el relato bíblico. Ahora, la datación por carbono 14 ha corroborado esta línea de tiempo y la identificación de los investigadores.

Los arqueólogos han desenterrado evidencias de la existencia de los filisteos e israelitas - EFE

Según The Times of Israel, además de esta transición cultural entre las construcciones filisteas y el posterior campamento israelita, en este asentamiento de la época de David se han encontrado restos de un gran incendio que acabó destruyéndolo.

Más adelante en la Biblia hebrea, en el Libro de Nehemías, la ciudad se menciona nuevamente como una base para los judíos que regresaron de Babilonia.


Foto: Tinajas típicas de la época del Rey David, para almacenar vino y aceite.

Hasta la fecha, en Khirbet a-Ra'i, los arqueólogos han descubierto un centenar de recipientes de cerámica completos utilizados para almacenar vino y aceite, típicos del periodo del Rey David. A su vez, se encontraron herramientas de metal o piedra. En el pasado, se recuperaron artilugios similares en excavaciones en Ashdod, Ashkelon, Ekron y Gat, ciudades de los “Señores de los Filisteos”.

Fuentes: abc.es |aurora-israel.co.il | 9 de julio de 2019

Ni asesinatos, ni sexo, ni ruptura: la verdad sobre la caída de la República romana


La clemencia de César, por Abel de Pujol, 1808

A la humanidad le fascinan las historias de ascensos y caídas desmesuradas desde el origen de los tiempos. A casi nadie le embelesa, lejos de las bibliotecas y las aulas, las narraciones sobre transformaciones sociales y culturales de larga cocción. Y menos a los antiguos romanos, que contaron en sus augustas filas con los mejores narradores de la historia.

Frente al relato que contaron de que la República Romana cayó con estrépito en medio de asesinatos, decadencia moral y espectaculares guerras, el historiador Josiah Osgood, profesor en la Universidad de Georgetown, ofrece una realidad menos atractiva pero más fiel a la realidad. En su libro «Roma. La creación del Estado mundo», editado en castellano por Desperta Ferro, este experto en la Antigüedad plantea el paso del periodo republicano al imperial como un lento proceso que sentó los cimientos de este primer Estado Mundo.

En una entrevista con ABC Historia, Osgood dibuja cómo se gestó este proceso en cuanto Roma se quedó sin grandes rivales en el Mediterráneo y, además, reivindica el valor civilizador de los imperios como aquel cuyo nacimiento estuvo acompañado de un florecimiento cultural y social sin parangón.


–Usted defiende que el final de la República romana no fue algo abrupto, sino el último episodio de un proceso más complejo.
–Hay que tener cuidado al pensar que se trató de una crisis rápida e instantánea, ya que no fue un declive drástico como lo pinta tradicionalmente la historiografía, sino una transformación que comenzó a mediados del siglo II antes de Cristo, cuando Roma alcanzó su expansión. La idea de una ruptura dramática tiene que ver con la construcción historiográfica de una serie de autores contemporáneos de esa época, como Salustio, que vivieron un periodo de guerras civiles llenas de lucha y muerte que les hicieron perder el foco de las transformaciones graduales que estaban sucediendo y que, más que una decadencia, supuso un despegue para su pueblo. No hay que olvidar que, al mismo tiempo que se sucedieron estas guerras, también se produjo un crecimiento cultural y urbano sin parangón por todo el Mediterráneo, y la formación de nuevos grupos sociales que fueron adquiriendo protagonismo en la periferia del Imperio.

Presentar este tipo de acontecimientos como grandes caídas dan buenos titulares y son muy llamativos a la hora de vender, pues hablar de drama y de sangre es mucho más efectivo que si nos referimos a un proceso de transformación lento y complejo.

–¿Cómo fue posible este despegue económico y cultural en medio de guerras civiles?
–El florecimiento cultural y económico se produjo entre los años 20 y 10 a.C. en todo el Mediterráneo. Sus causas tienen más relación con las guerras civiles que con el cambio político de aquellos años en la cúpula de Roma. La paz de esas luchas civiles fue la que suministró a Roma los dividendos necesarios para crear nuevas infraestructuras e interconectar todo el Mediterráneo.

–¿A qué se refiera con transformación social?
–Los cambios sociales que se produjeron en los estados itálicos tuvieron mucho que ver con el paso de Roma de república a imperio. Por eso es tan importante superar el concepto de crisis y fijarnos en las transformaciones de larga duración que se produjeron. Una de ellas tiene que ver con los aliados itálicos, que se rebelaron contra Roma exigiendo la ciudadanía plena. Y, aunque perdieron la denominada Guerra Social, de algún modo consiguieron ser los grandes vencedores a largo plazo, ya que se les concedió finalmente esa ciudadanía que tanto ansiaban y ocuparon un papel protagonista en el futuro. A partir de entonces, las élites itálicas ganaron poder en la vida política y abrieron sus ciudades a un desarrollo cultural que fue muy evidente, por ejemplo, en Pompeya. Los grandes autores clásicos del final de la República y comienzos del Imperio fueron, de hecho, itálicos.

Josiah Osgood posa junto a su libro en el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid

–¿La República era un obstáculo para que los itálicos ganaran protagonismo?
–Hay un cambio institucional muy claro, sí. Los romanos en ese momento todavía tenían estructuras de ciudad-estado, por lo que temían que conceder la ciudadanía a los itálicos podía alterar el equilibrio de votos en el senado y entre las familias tradicionales que lo componían. No querían sentir su poder amenazado, pero no era una cuestión de nacionalismo excluyente o de un sentimiento de exclusividad en torno a ser o no ciudadano de Roma. Si fuera así los romanos no hubieran concedido, sistemáticamente, la ciudadanía a los esclavos que liberaban. Eso demuestra hasta qué punto los romanos podían ser inclusivos.

¿Entonces no se puede hablar de una república nacionalista frente a un imperio inclusivo?
–Los romanos estaban tremendamente orgullosos de sus logros y de su ciudad, pero no se trataba de un nacionalismo excluyente como el decimonónico anclado a la sangre y la tierra. El nacionalismo romano no era excluyente, sino inclusivo, porque otros podían hacerse romanos y estar también satisfechos de Roma, como al final acabó ocurriendo en el Occidente y Oriente europeo. En el siglo III, extendieron la ciudadanía a todo el Imperio sin ningún problema.

Estatua de Cicerón en el Palacio de Justicia de Roma.

–Al hablar del fin de la República se pone mucho énfasis al ascenso de Julio César, pero, ¿cree usted que la llegada del imperio hubiera sido inevitable con o sin él?
–Viéndolo con perspectiva desde nuestra época, y conociendo ya el pasado, parece que no era inevitable lo que ocurrió y que sí había otras soluciones políticas para la República, como la reforma que propuso Cicerón en su momento. Julio César fue muy importante en este periodo y en esta transformación, ya que fue él quien creó una fuerza militar profesional para Roma, embrión del ejército imperial. Sin embargo, hubo otras figuras igual de importantes y con características muy parecidas. Es el caso de Pompeyo, su precursor, quien estabilizó el mundo Mediterráneo con su propio ejército profesional y cuyas conquistas permitieron ya entonces hablar de un Estado Mundo. Culturalmente, fue un gran precursor, ya que fue el primero en convertir a Roma en una ciudad-museo y el que inauguró el proceso de embellecimiento que tanto obsesionó a los emperadores. La diferencia entre JUlio César y Pompeyo es que él no escribió sus obras como sí lo hizo César y, por tanto, no nos ha llegado su punto de vista de los hechos.

–¿Cómo consiguió Cesar Augusto presentarse al mismo tiempo como salvador de la República y como su liquidador?
–Augusto era un maestro en el uso de la historia en provecho propio. Sin ir más lejos, creó su propio foro y lo dotó de estatuas con grandes figuras del pasado romano, especialmente militares que habían salvado a la República en momentos de crisis (como Claudio Marcelo, Mario, Sila e incluso Rómulo). Con inteligencia, se puso a la altura de estas figuras valiéndose de una estatua suya en una cuadriga simulando ser un general victorioso. Para fortuna de Augusto, su mandato coincidió con una época de paz y prosperidad de Roma, lo que le permitió presentarse como salvador de la República y como el hombre que había traído el reposo y la armonía.

–En los últimos años se han publicado obras reivindicando la importancia civilizadora de los imperios, ¿por qué existe la mala prensa de los imperios, y por qué en concreto el romano?
–A partir de la Segunda Guerra Mundial, los imperios han tenido muy mala prensa, ya que se los veía como la causa del conflicto. No obstante, este modelo de poder ha tenido grandes efectos positivos en la humanidad, pues han sido capaces de integrar un basto número de gentes y culturas en un mismo proyecto, además de promover la tolerancia, cosa de la que carecen los estado-nación, que buscan más la homogeneidad a través de reprimir a las minorías. El objetivo de los imperios es siempre alcanzar la prosperidad económica creando espacios prósperos, como lo fue el Mediterráneo conquistado por Roma. Las experiencias imperiales nos indican que la prosperidad individual y la estabilidad política global van de la mano. Es por ello que hay que reclamar la labor positiva de los imperios, sobre todo frente a las actuales tendencias nacionalistas agresivas que apuestan por posturas autárquicas del tipo «levantemos un muro» o «devolvamos a los extranjeros de vuelta». Esto son soluciones miopes en un mundo tan interconectado como el nuestro. No tiene sentido aislarnos. Tenemos que ir hacia una prosperidad global a través de la cooperación entre diferentes estados.


–¿Por qué 1500 años después de su caída seguimos fascinados con los romanos?
–Hay tres razones que explican esta fascinación contemporánea por el mundo romano. La primera, es que son muy buenos en sus narraciones, con relatos intensamente vividos e interesantes. Un ejemplo es el seductor encuentro entre César y Cleopatra, o la locura de Calígula de hacer cónsul a su caballo. En contraste con otros imperios más antiguos, como los asirios, otros no fueron tan buenos a la hora de contar sus historias. En este sentido, el arte romano ha contribuido como medio narrativo y ha ayudado a propagar estas historias que siguen fascinándonos.
Una segunda razón, relacionada con esta última, es lo mucho que nos embelesa la vida privada de los emperadores. Leyendo sus biografías aprendemos mucho sobre la naturaleza humana y tienen una cultura popular muy vibrante a través de espectáculos como el circo, el teatro y el cotilleo. La comedia es una manera de aliviar las tensiones políticas, además de que permite cierta democracia participativa. Era muy popular que los políticos se riesen de sí mismos e hiciesen sus propias bromas, empatizando así con el común de la gente. Y, por último, tiene que ver con un rasgo contemporáneo, la fascinación que tenemos por el poder. Vemos a los emperadores y a Roma como algo tremendamente poderosos y, de alguna manera, proyectamos nuestras fantasías de poder en Roma.

–Ese interés por Roma es muy anglosajón.
–Es curiosa la fascinación británica por Roma, sobre todo porque se ven a sí mismos como gente bastante contenida frente a los romanos, que eran desmesurados. Tal vez la atracción venga, precisamente, porque es justo lo contrario de lo que son los ingleses. También en Estados Unidos existe ese embelesamiento. Aún hoy, el casino más antiguo de las Vegas se llama Cesar Palace.

Fuente: abc.es | 8 de julio de 2019

Encuentran en el solar de La Florida la vía de entrada que tomó Julio César a su llegada a Hispalis

El arqueólogo Miguel Ángel de Dios señala el tramo de la Vía Heráclea hallado en el solar de La Florida.

La excavación del solar de La Florida ha vuelto a desentrañar restos de la antigua Sevilla: ahí estuvo la entrada que debió tomar Julio Cesar en su llegada a la romana Hispalis de la Vía Heraclea (primera mitad del siglo I a. de C.), junto a la antigua Puerta de Carmona, según ha informado Miguel Ángel de Dios, director arqueólogo del equipo que investiga la zona desde hace años.

El tramo de la Vía Heraclea tiene unos cuarenta metros y es aledaño a los restos de un enorme edificio de carácter comercial y portuario, de época de Augusto, de no menos de 150 metros de longitud y de entre diez y doce metros de altura en dos pisos que, según el arqueólogo provincial de Sevilla, José Manuel Rodríguez Hidalgo, es la presencia «más rotunda» de Roma hallada en Hispalis.
La Vía Heraclea comunicaba el Levante con el Sur de la Península y en la mayor parte de sus tramos coincide con la posterior Vía Augusta, que llegaba desde Roma a Cádiz, y los arqueólogos sabían su ubicación en la actual Sevilla pero nunca se habían encontrado con un tramo de esta legendaria vía de comunicación que, como las grandes obras públicas del imperio, poseía la impronta de Roma.

De hecho, el tramo de entrada de la Vía Heraclea en Hispalis fue trasladado unos metros en época de Augusto para ser coincidente con la parte final de la actual avenida sevillana de Luis Montoto al llegar al centro de la ciudad de Sevilla, un camino paralelo y muy próximo a los antiguos Caños de Carmona, acueducto del que aún se conservan en pie dos partes en esta misma avenida.


Los restos del gran edificio comercial hallado junto a la vía, que supera los mil metros de planta, es similar a la ateniense Estoa de Atalo, una construcción porticada que se distingue por una sucesión de grandes y esbeltas columnas, trozos de las cuales ya están dispuestas para ser trasladadas a los almacenes del Museo Arqueológico de Sevilla.

Miguel Ángel de Dios ha destacado varios hallazgos del mismo periodo en la zona, como una plataforma lisa que, inmediata a la vía y al gran edificio como zona de acopio portuaria para mercancías (aunque se trate de un solar a cielo abierto, no hay nada igual de la época en la Península con un tamaño como éste, no menor de tres mil metros cuadrados).

Igualmente el arqueólogo ha señalado una zona de «deposiciones cultuales», en la que tras las ofrendas religiosas se dejaban restos de animales, vajillas u otros utensilios para no ser utilizados más y en el que aún pueden observarse numerosos restos cerámicos e incluso el claveteado de unas sandalias.

Bloques de columnas halladas en el pavimento de la Vía Heráclea. / FOTOS:ALFREDO VALENZUELA / EFE

Las primeras prospecciones arqueológicas en este solar urbanizable se efectuaron en 2006 y la primera excavación se acometió un año después, pero se paralizó porque también se detuvo, por la crisis, el proyecto de construcción que, ahora retomado, hizo reactivar la excavación en septiembre pasado para acabarla este mes de julio.

Rodríguez Hidalgo ha destacado la valiosa información que sobre la Sevilla extramuros han aportado estas investigaciones de campo, ya que al ir profundizando hasta llegar a Roma, se han encontrado trazados urbanos mudéjares, medievales, almohades y pre-almohades, todos los cuales demuestran que al menos ese suburbio de Sevilla, extramuros de la ciudad, estuvo planificado y no fue algo marginal.

Los trazados urbanos a lo largo de esos periodos históricos poseyeron infraestructura hidráulica, alcantarillado y los desniveles de terreno (hoy inexistentes) se superaron con terrazas a manera de bancales, lo que evidencia un proyecto previo al asentamiento urbano.

Rodríguez Hidalgo ha señalado que, por tratarse de una zona extramuros próxima a las murallas romanas preveían hallar «un ambiente funerario», por lo que la sorpresa ha sido mayor al encontrar el gran edificio comercial, en galería porticada, que debió distinguirse por un carácter «muy monumental».

Fuentes: abc.es | diariodesevilla.es| 8 de julio de 2019