Los homínidos de la península ibérica se alimentaban de elefante hace 1,2 millones de años

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Recreación de la explotación del 'mamut meridionalis' de FN3 realizada por algunos de los primeros pobladores del continente europeo. Jesús Gamarra.

La presencia de marcas de corte sobre restos óseos de elefante Mammuthus meridionalis procedentes del yacimiento Fuente Nueva 3, en Orce, Granada, confirman que los homínidos de hace 1,2 millones de años comieron de este animal, según una investigación en la que participan la Universidad de Granada (UGR), la Universidad Complutense de Madrid (UCM), la Universidad de Jaén y la Universidad de La Laguna, entre otras.

Estas marcas de corte sobre una hembra de elefante son las más antiguas conocidas para este tipo de animal, tanto en la península ibérica como en Europa hasta el momento, según ha detallado la UGR en una nota de prensa.

En 2013 se publicó el descubrimiento de los restos de un elefante en semiconexión anatómica asociado a restos de industria lítica y coprolitos de Pachycrocuta brevirostris, un tipo de hiena extinta del Pleistoceno. La novedad de este artículo, publicado en la revista Quaternary Science Reviews, es que los estudios tafonómicos -formación de fósiles- y la aplicación de inteligencia artificial (IA) demuestran que los humanos se alimentaron de este gran animal.

"Cuando no hay marcas de corte sobre un resto fósil que aparece en un yacimiento arqueológico, no hay pruebas directas que permitan sostener que ese animal pudo ser aprovechado por los seres humanos, solo permiten especular con la posibilidad de... Es como un crimen, si no hay cuerpo ni arma solo se puede especular, pero teniendo el arma y el cuerpo tienes la prueba directa. Las marcas de corte sobre los huesos del elefante son la prueba que confirman que los humanos comieron del animal", señala José Yravedra (izquierda), catedrático de Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología y director de la Unidad de Arquemetría y Análisis Arqueológico del CAI de Ciencias de la Tierra y Arqueometría de la UCM.

Otra de las novedades que destacan en el artículo es que el elefante presenta también marcas de dientes. Para determinar qué carnívoro dejó marcas de dientes sobre los huesos se utilizó un análisis tridimensional de documentación de alteraciones tafonómicas (en este caso marcas de dientes), en combinación con técnicas de inteligencia artificial que ayuda a clasificar con un alto índice de probabilidad qué carnívoro hace las marcas.

Foto: Esqueleto parcial de elefante (Mammuthus meridionalis) exhumado en el yacimiento paleontológico de Fuente Nueva-3. Su edad de muerte la ha estimado Sergio Ros Montoya, especialista en proboscidios fósiles, en 55-60 años conforme al desgaste del tercer molar inferior. Conserva la mandíbula (la curvatura de la sínfisis indica que era una hembra), la columna vertebral, las costillas y la pelvis en articulación anatómica, aunque algunos huesos están ligeramente desplazados.

Felinos sí, hienas no, según la IA

El análisis asocia las marcas a tigres de dientes de sable y se confirma que ellos también marcaban los huesos cuando comían, sugiriendo que “apuraban” más el alimento, según nos investigadores.

Para sorpresa de los investigadores, sobre el elefante no se han encontrado marcas de dientes de hienas Pachycrocuta. "Tradicionalmente se dijo que las hienas actuaron sobre este individuo, pero en realidad no se ha podido ver nada que lo refleje", reconoce Yravedra.

Por último, con base a la posición anatómica del corte y de las marcas de dientes, los investigadores proponen que tanto los homínidos como los tigres con dientes de sable tuvieron acceso temprano al animal.

El mamut murió de muerte natural

La elefanta encontrada en Fuente Nueva 3, entre los años 2001-2003, es el cadáver casi completo de una hembra de mamut que murió por causas naturales a los 50-60 años de edad. Este mamut está representado casi en su totalidad faltando solo las extremidades y la cabeza, desconociéndose por el momento el paradero de estas partes.

A partir de la micromorfología de sedimentos asociados a este animal se pueden obtener informaciones muy relevantes según desvelan los investigadores de las universidades de Jaén y La Laguna. Estos estudios consisten en el análisis de bloques de sedimentos que se convierten en láminas de 30 micras de grosor que luego se analizan bajo el microscopio desvelado características imperceptibles para el ojo humano.

"La micromorfología ha demostrado que la hembra de proboscídeo falleció cuando el entorno de Fuente Nueva 3, hace 1,2 millones de años, estaba cubierto por las aguas. Esto explica también el excelente estado de conservación del esqueleto”, comenta Juan Manuel Jiménez Arenas (izquierda), investigador de la UGR. Lo cual indica que los homínidos y los grandes felinos tuvieron que aprovechar la elefanta muerta antes de que quedara completamente cubierta por las aguas.

"Estos resultados sirven a la comunidad científica para abrir una ventana al pasado, y continuar desentrañando los misterios de las vidas de las poblaciones humanas del pasado", concluye Yravedra.

Fuente: canal.ugr.es | 4 de abril de 2024

Historia y Arqueología

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