Nuevas dataciones confirman que las huellas humanas halladas en el Parque Nacional de White Sands (Nuevo México) tienen entre 21.000 y 23.000 años

Pisadas humanas fosilizadas en el Parque Nacional de White Sands (Nuevo México). / National Park Service.

Una nueva investigación, publicada en la revista Science, confirma que las huellas humanas fósiles halladas en 2021 en el Parque Nacional White Sands (Nuevo México), y que datan de hace entre 21.000 y 23.000 años, son probablemente la evidencia directa más antigua de la presencia humana en las Américas, un hallazgo que trastoca lo que muchos arqueólogos creían saber sobre cuándo nuestros antepasados ​​llegaron al Nuevo Mundo.

La antigüedad estimada de las huellas se informó por primera vez en Science en 2021, pero algunos investigadores expresaron su preocupación sobre su datación. Las preguntas se centraron en si las semillas de plantas acuáticas utilizadas para ello podrían haber absorbido carbono antiguo del lago, lo que, en teoría, podría desviar la datación por radiocarbono en miles de años.

Algunas de las semillas extraidas en los sedimentos de las huellas. Crédito: Matthew Robert Bennet.

El nuevo estudio presenta dos líneas adicionales de evidencias para el rango de fechas más antiguo (técnicas de radiocarbono (o carbono-14) y luminiscencia simulada ópticamente). Para ello utiliza dos materiales completamente diferentes encontrados en el sitio: polen de coníferas antiguas y granos de cuarzo.

La antigüedad informada de las huellas desafía el conocimiento convencional de que los humanos no llegaron a América hasta unos miles de años antes de que el aumento del nivel del mar cubriera el puente terrestre de Bering entre Rusia y Alaska, quizás hace unos 15.000 años.

Las pisadas humanas fosilizadas se formaron en lodo blando en los márgenes de un lago poco profundo que ahora forma parte de Alkali Flat, una gran zona de dunas en White Sands. David Bustos, administrador del programa de recursos del parque nacional, fue el primero en descubrir estas huellas en el año 2009. Bustos, junto a Matthew Bennett, un geólogo de la Universidad de Bournemouth (Reino Unido) y otros científicos del USGS comenzaron a estudiar más detalladamente el lugar en 2019.

A la izquierda, huellas de zapatos modernas; a la derecha, huellas milenarias. Crédito: Matthew Robert Bennett.

"Este es un tema que ha sido siempre muy controvertido porque es muy importante: se trata de cómo entendemos el último capítulo del poblamiento del mundo", dijo Thomas Urban (izquierda), científico arqueológico de la Universidad de Cornell, que participó en el estudio de 2021 pero no. el nuevo.

Thomas Stafford (derecha), un geólogo arqueológico independiente en Albuquerque, Nuevo México, que no participó en el estudio, dijo que "antes era un poco escéptico, pero ahora estoy convencido. Si tres métodos totalmente diferentes convergen en torno a un único rango de edad, eso es realmente significativo", afirmó.

El nuevo estudio aisló alrededor de 75.000 granos de polen puro de la misma capa sedimentaria que contenía las huellas.

Fotografía de octubre de 2023 proporcionada por el Servicio de Parques Nacionales muestra al director del programa de recursos del Parque Nacional White Sands (Nuevo México), David Bustos, en plena tarea arqueológica. Crédito: NPS vía AP.

"La datación del polen es ardua y estresante", dijo Kathleen Springer (izquierda), geóloga investigadora del Servicio Geológico de Estados Unidos y coautora del nuevo artículo. "Los científicos creen que la datación por radiocarbono de plantas terrestres es más precisa que la datación de plantas acuáticas, pero es necesario que haya una muestra lo suficientemente grande para analizar", dijo.

“Los resultados iniciales de radiocarbono del trabajo de 2021 fueron controvertidos porque las semillas de la planta acuática (Ruppia cirrhosa) que utilizamos para fechar las superficies en las que quedaron marcadas las pisadas, tienen el potencial de sufrir efectos de depósito de carbono que podrían comprometer la exactitud de su datación”, agrega. "Pero ahora, en el nuevo estudio nos hemos centrado en el polen de coníferas, porque estas especies –principalmente los pinos– son plantas terrestres y no se ven afectadas por los efectos de depósito, ya que su carbono procede directamente de la atmósfera a través de la fotosíntesis”.

Springer reconoce que “el inconveniente de la datación del polen es que es diminuto, pero los métodos que utilizamos en esta investigación nos permitieron aislar 75.000 granos de polen puro por muestra, lo que fue suficiente para obtener dataciones de radiocarbono sólidas”

Además, se utilizó “la datación por luminiscencia de los granos de cuarzo aislados de los sedimentos, lo que proporciona una verificación completamente independiente de las fechas por radiocarbono”, señala.

“Incluso mientras publicamos el estudio anterior, ya habíamos empezado a probar nuestros resultados con múltiples líneas de evidencia. Confiábamos en nuestras dataciones originales, así como en las sólidas pruebas geológicas, hidrológicas y estratigráficas, pero sabíamos que era fundamental un control cronológico independiente”, subraya Springer.

Ilustración del yacimiento estudiado durante el Último Máximo Glacial que muestra la coexistencia de humanos y megafauna a lo largo del tiempo. / Karen Carr / National Park Service.

Las huellas antiguas de cualquier tipo (dejadas por humanos o megafauna como grandes felinos y lobos) pueden proporcionar a los arqueólogos una instantánea de un momento en el tiempo, registrando cómo las personas o los animales caminaban o cojeaban, o bien si se cruzaron. También se han encontrado huellas antiguas de animales en el Parque Nacional de White Sands, no solo humanas.

Mientras que otros sitios arqueológicos en América apuntan a rangos de fechas similares (incluidos colgantes tallados en restos de perezosos terrestres gigantes en Brasil), los científicos aún se preguntan si tales materiales realmente indican presencia humana.

"White Sands es único porque no hay duda de que estas huellas fueron dejadas por personas, no es ambiguo", dijo Jennifer Raff (derecha), genetista antropológica de la Universidad de Kansas, que no participó en el estudio.

Caso cerrado

Para Springer, el nuevo estudio de las pisadas fosilizadas de White Sands cierra el caso y resuelve la controversia: “Combinado con la evidencia geológica, hidrológica, estratigráfica, cronológica y climática, previamente reportada, la congruencia de las dataciones de carbono 14 calibradas de las semillas acuáticas de Ruppia, las de los granos de polen terrestres y las logradas mediante luminiscencia apoyan la conclusión de que los humanos estuvieron presentes en Norteamérica durante el Último Máximo Glacial”.

¿Qué supone esta confirmación?. Según la geóloga, “los humanos estuvieron en el sur de Norteamérica durante el LGM, hace entre 21.000 y 23.000 años, y esto significa que estaban allí antes de que se cerraran las enormes capas de hielo”.

“Nuestros hallazgos amplían en miles de años el rango conocido de ocupación humana en la zona, lo que tiene implicaciones para las rutas migratorias, los estudios de ADN antiguo y la lingüística”, concluye.

Fuentes: ny1.com | agenciasinc.es | theobjetive.com | 5 de octubre de 2023

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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