El último secreto de las esculturas del Partenón: conservan restos de color 2.500 años después

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Figura femenina del Partenón de Atenas. Trustees of the British Museum.

Cuando los artistas del Renacimiento empezaron a emular la belleza de las estatuas antiguas que salían a la luz en Roma y en otros yacimientos clásicos relacionados con Grecia, se olvidaron de una cosa: el color. Estas piezas lo habían perdido tras miles de años enterradas bajo tierra, por las inclemencias del clima o por entusiastas limpiezas. Fue una práctica que culminó en una paradigmática blancura de la escultura neoclásica. Pero en la Antigüedad, las imágenes de dioses y emperadores tuvieron unas impactantes policromías.

También fueron pintados los mármoles del Partenón, el famoso templo erigido a mediados del siglo V a.C. en la Acrópolis de Atenas y dedicado a Atenea. Un nuevo estudio científico de las esculturas procedentes de este monumento que se exhiben en el Museo Británico de Londres ha desvelado que algunas de las piezas conservan trazas de pigmentos. Mediante la utilización de técnicas de escaneo no invasivas, los investigadores de la mencionada institución y del King's College aseguran que "la empresa de pintar los mármoles fue una tarea más elaborada de lo que se pensaba".

Restos de policromía en una de las esculturas analizadas con métodos no invasivos. Trustees of the British Museum.

Los resultados de este trabajo, publicado en la revista Antiquity, "abren nuevas interpretaciones sobre el papel y la importancia del Partenón en el desarrollo de la historia del arte griego antiguo", según los autores. "Gracias a su 'nueva apariencia', podemos revisar la comprensión actual de las esculturas. Se podría argumentar que el Partenón fue la inspiración total o parcial de un interés más amplio en el uso de esculturas policromadas ricas y elegantes", escriben en sus conclusiones.

Los escultores del aparato iconográfico del Partenón habrían rematado las esculturas con texturas que reflejaban elementos específicos, como la piel o las distintas prendas de lana o lino, que luego se habría realzado mediante la aplicación del color. Las técnicas arqueométricas han sacado a la luz trazas microscópicas de azul egipcio, un filosilicato de calcio y cobre que está considerado el primer pigmento sintético de la historia, el cual se habría utilizado de forma generalizada para pintar elaborados diseños figurativos y florales en las vestimentas talladas.

Otra de las estatuas del Partenón que conservan restos de policromía. Trustees of the British Museum.

Su presencia se ha identificado en el cinturón de la diosa Iris o para resaltar la cresta de las olas de las que emerge Helios, el dios del Sol. En el vestido de Dione, la madre de Afrodita, que aparece reclinada y formaba parte del frontón oeste del Partenón, se han hallado los vestigios de lo que parecen un par de piernas humanas en movimiento junto a otras imágenes —quizá una mano y un pie—. Según los investigadores, sería un diseño de figuras humanas que aparecerían y desaparecerían entre los pliegues de la prenda. También se han detectado pequeños rastros de otros colores, como el blanco y el púrpura, un pigmento muy cotizado durante la Antigüedad en el Mediterráneo.

"Las prendas elegantes y elaboradas posiblemente pretendían representar el poder y la fuerza de los dioses olímpicos, así como la riqueza y la grandeza de Atenas y los atenienses, quienes encargaron el templo", explica Giovanni Verri (izquierda), investigador del Instituto de Arte de Chicago y exconservador del Museo Británico. "La pintura es contemporánea del edificio ya que hemos podido identificar rastros claros en la parte posterior de las esculturas. Después de haber sido colocadas, esta parte ya no habría sido accesible".

¿Por qué se aplicaron también pigmentos a la zona posterior de las piezas? Los investigadores especulan que como el templo en su conjunto fue dedicado a los dioses, para quienes todo el conjunto sería visible, sus creadores decidieron completarlo con los más altos estándares a pesar de que algunas partes no pudiesen ser contempladas por el ojo humano. Otra hipótesis es que fuese una maniobra de Pericles, el impulsor del programa de la reconstrucción de la Acrópolis tras las guerras con los persas, para impresionar a los visitantes durante las obras.

Detalle del colorante orgánico púrpura en la figura EP L. El recuadro muestra la ubicación de la zona (figura de Giovanni Verri) | Trustees of the British Museum.

Los autores del estudio aseguran que "estas esculturas podían ser los ejemplos mejor conservados de policromía de la Atenas de mediados del siglo V a.C.. Nuestros resultados también revelan rastros de pintura muy detallada que, por ejemplo, muestran decoraciones figurativas en los textiles, destinadas a enfatizar el estatus divino de los distintos individuos representados", concluyen. Sin embargo, alertan que una reconstrucción completa de la policromía del Partenón debe ser realizada con mucho cuidado ante las evidencias todavía insuficientes.

Fuente: elespanol.com | 11 de octubre de 2023

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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