Las mujeres íberas de Alarcos (Ciudad real) fueron jefas y guerreras

Los restos encontrados en la excepcional crátera griega del siglo IV a.C. que se exhibe en ‘Atempora’, son de mujer, aparecieron al lado de un extraño enterramiento con una veintena de cabezas cortadas.

La necrópolis ibérica mejor conservada del yacimiento de Alarcos (Ciudad Real) está en las faldas del cerro, en un terreno de media hectárea en Poblete cedido para uso público de la finca Villadiego el año pasado, cuyos hallazgos están cambiando la perspectiva del papel de la mujer en el mundo antiguo prerromano.

Que las mujeres eran importantes en la cultura ibérica, la primera sociedad compleja de la Península, es conocido; ahí están la Dama de Elche, la Dama de Baza, o los cientos de exvotos femeninos encontrados en tumbas y santuarios. ¿Eran guerreras, sacerdotisas, jefas? Las fuentes no lo aclaran, pero los avances tecnológicos en el estudio de huesos y ADN antiguo están aportando datos sorprendentes, incluso para investigadores experimentados en el mundo ibérico como los profesores Rosario García Huerta y Javier Morales, de la Universidad de Castilla-La Mancha, codirectores de las campañas ibéricas sistemáticas en Alarcos desde 1997, junto a David Rodríguez y Pedro Miguel.

La ‘crátera de las cabezas’

El hallazgo que hace replantearse ideas preconcebidas sobre las íberas se puede contemplar en el Museo de Ciudad Real-Convento de la Merced (hasta el 24 de septiembre formando parte de la exposición ‘Atempora’). Se trata de una excepcional pieza de cerámica griega, una crátera (vasija donde se mezclaba el vino con agua) fechada en el IV a.C. y “excepcional en todos los aspectos, porque hay muy pocas en la Península”, apostilla el profesor Morales. La vasija apareció en la campaña arqueológica del año pasado en esta tercera necrópolis íbera de Alarcos, en Poblete.

Crátera de cerámica griega del siglo IV a.C. con los restos cremados de lo que ahora se ha sabido que era una mujer / J. Jurado.

En la crátera estaban los restos de una mujer de 40 años

"La crátera, sometida a una minuciosa restauración, no solo ha aportado una pieza bellísima y valiosísima al museo, sino información relevante: los restos cremados de una persona que se presupone muy significada y que son de una mujer de unos 40 años. Junto a ella también apareció armamento, y al lado de su tumba, un hoyo simple en el suelo, otro extraño enterramiento con entre quince y veinte cabezas cortadas de jóvenes, todavía en estudio”, como si fueran una ofrenda, explica la profesora García Huerta.

“En los yacimientos íberos no hemos encontrado sacrificios humanos, por eso es tan singular. En algunos hay cráneos con clavos para colgarlos en la pared, la cabeza de algún enemigo, pero son cosas excepcionales, de ahí lo singular del hallazgo", añade García Huerta.

Rosario García Huerta, investigadora principal del parque arqueológico de Alarcos y codirectora de las excavaciones en el sector Íbero / Carlos Díaz-Pinto.

“Cuando no se hacían estudios de huesos como ahora se asociaba la aparición de un arma a un hombre; que tengamos esta crátera con elementos de armas en el enterramiento de una mujer nos hace replantearnos el pasado y romper mitos, que nos hacen vislumbrar, aplicando la perspectiva de género, que las mujeres en el mundo ibérico tuvieron más protagonismo”, añade Morales.

Los íberos cremaban a sus muertos pero no podían desintegrar los huesos y otras partes del cuerpo que aparecen en las urnas funerarias. Hace cuarenta años ese material biológico se desechaba, ahora los análisis permiten determinar el sexo, la edad y hasta enfermedades. “Muchas veces nos encontramos con huesos de un tamaño considerable, restos de dientes, caderas, etc., que con esas técnicas de análisis nos permiten determinar no todos, pero sí un elevado porcentaje de los restos, hasta saber si eran hombres, mujeres, niños o ancianos”, afirma el profesor Morales.

Javier Morales, codirector de las excavaciones sistemáticas en el sector ibérico de Alarcos / Carlos Díaz-Pinto.

El misterio de las cabezas cortadas continúa un año después

El misterio de las cabezas con el que se topó el equipo de excavación del año pasado continúa un año después, previo paso por el laboratorio. El sexo de la persona enterrada es lo único claro, de las cabezas no se sabe con certeza que sean contemporáneas a la crátera. El enterramiento de los cráneos es del siglo III a.C. y la crátera del IV a.C. La zona ha estado sin tocar 2.400 años, es posible que los enterramientos se hicieran a la vez, aunque lo hicieron en una vasija valiosa que poseía el poblado de años atrás.

La crátera griega se dató con precisión debido al motivo decorativo y la firma del autor, que los investigadores describen como ‘el pintor del tirso blanco’. Un tirso es una vara adornada con hojas de hiedra y parra, rematada con una piña en la punta, que solía llevar como cetro la figura de Baco y se usaba en las fiestas dedicadas a este dios. Hay otras cerámicas griegas del siglo IV a.C. con esos motivos, y con la figura central de la princesa Ariadna (la que ayudó a Teseo a derrotar al Minotauro de Creta, con un ovillo de hilo para salir del laberinto).

Esta cerámica griega terminó en el poblado ibérico de Alarcos a causa del comercio. Las cabezas, por los primeros indicios antropológicos, parece que fueron cercenadas con las personas vivas (se descarta en principio que fuera post mortem,). “Por ahora hemos hecho un estudio genérico de esta necrópolis, pero preparamos otro más en profundidad”.

Campaña 2023 en la tercera necrópolis ibérica de Alarcos, en Poblete / Carlos Díaz-Pinto.

La necrópolis ibérica mejor conservada de Alarcos

La profesora García Huerta, investigadora principal de las excavaciones en Alarcos, tanto en la zona medieval como en la íbera, cuenta que esta tercera necrópolis es la más grande y la mejor conservada del yacimiento. Sus enigmas se irán desgranando poco a poco. “Tenemos trabajo para muchos años y eso significa mucha información”.

Los inicios no han podido ser mejores. A finales de 2020 se hizo el primer sondeo, que siguió en 2021 y la primera campaña de excavación, con estudiantes, el año pasado. Se abrieron calles y aparecieron las primeras tumbas ‘simples’ (enterramientos en un hoyo en el suelo).

Campaña 2023 en la necrópolis III del Alarcos ibérico, a finales de agosto / Carlos Díaz-Pinto.

Cinco enterramientos tumulares

La segunda campaña, entre el 21 de agosto y el 1 de septiembre de este 2023, ha permitido ampliar las excavaciones de tumbas, “llevamos ya un centenar”, comenta García Huerta, y excavar con detenimiento cinco enterramientos tumulares, de entrada más importantes que las de hoyo. En ellas se han centrado los esfuerzos de un equipo en el que han participado doce alumnos de la UCLM durante quince días muy duros.

El grupo se ha centrado en excavar tumbas de mucho más empaque, de tipo tumular (equivalentes a nuestros panteones), en las que esperan encontrar más ajuar funerario con sus difuntos. Pero no ha habido manera de llegar a ellos. Es más, las únicas urnas funerarias han aparecido en enterramientos de hoyo simple, lo que es una contrariedad pero que entra en los planes.

Restos cerámicos en la necrópolis ibérica III de Alarcos / Carlos Díaz-Pinto.

Tumbas saqueadas en la Antigüedad

“No tenemos claro por qué no han aparecido urnas, es probable que sean túmulos que fueron destruidos y saqueados desde antiguo, incluso en la propia época ibérica en varias generaciones posteriores a su construcción”, relata el profesor Morales.

Más optimista, la profesora García Huerta se refiere al potencial de la necrópolis. “Tenemos material entre el siglo I a.C. hasta el IV a.C. en media hectárea en la que hemos localizado cien tumbas, pero solo conocemos la parte más superficial, la última de utilización. La superficie es tan grande que no sabemos si esta necrópolis se empezó a usar en el siglo IV a.C. o antes”. La profesora Huerta no descarta encontrar enterramientos del siglo V o VI a.C., en un cerro en el que la primera presencia humana data de hace tres milenios (hubo población desde finales de la Edad del Bronce hasta el siglo XVI).

Campaña 2023 en la necrópolis III del Alarcos ibérico, a finales de agosto / Carlos Díaz-Pinto.

Las necrópolis, claves en la investigación arqueológica

“Las tumbas nos dan mucha información sobre la mentalidad y la ideología de las civilizaciones”, resume la investigadora principal de Alarcos, que explica que en una necrópolis, como esta de Poblete, que no se ha tocado en milenios, los efectos arqueológicos están mejor conservados, “aquí si la tumba no está violada encuentras materiales completos. Las tumbas nos dan mucha información sobre la mentalidad y la ideología, como el tipo de ajuar o el mismo enterramiento, que nos indican diferencias sociales”.

Los íberos quemaban a sus muertos en una pira y luego recogían esos restos, los depositaban en urnas funerarias y los inhumaban en tumbas simples, de hoyo, y en estructuras más complejas, tumulares, amontonamientos de dos por dos, delimitados por piedras más grandes.

"Otras tumbas están delimitadas por muros más anchos y dejan en medio una cámara funeraria, incluso en túmulos escalonados, en relación al papel de esa persona en la sociedad”. Este verano se han excavado cinco tumbas tumulares, una de ellas enorme, pero no han aparecido los enterramientos. “Tampoco sabemos si todo el mundo tenía derecho a enterrarse en la necrópolis, ni el tamaño real, eso será objeto de otras campañas”, indican.

Foto: Falcatas halladas en Alarcos, las temidas espadas íberas. UNIVERSIDAD DE CASTILA-LA MANCHA.

En los ajuares hallados en esta necrópolis el equipo de la UCLM ha encontrado lo habitual: "armamento de hierro, que sale en un estado lamentable, desechos, pero no porque se quemaran, sino porque el hierro se oxida. Algunas armas se quemaban, pero otras se ponían encima, pero es igual, salen muy deterioradas. El terreno también lo machaca todo”, explica la investigadora que reconoce que identificar objetos que no son cerámicas cuesta.

Aunque no ha habido hallazgos destacables en la campaña 2023, que tendrá continuidad estos meses en el laboratorio, han aparecido adornos, pendientes, fíbulas, cuentas de collar, recipientes cerámicos de ofrendas, fusayolas (contrapesos que se colocaban en los husos de hilar) y anillos de bronce.

Foto: Cerro de Alarcos. A la izquierda, ubicación del yacimiento íbero. UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA MANCHA.

La musealización de la tercera necrópolis ibérica

Pero este año la actividad en la falda del cerro de Alarcos (a la derecha por la carretera principal de acceso al yacimiento) no termina con el verano. La nueva necrópolis de Alarcos será objeto de una primera intervención para musealizarla este otoño.

Lo primero es colocar un vallado de protección de todo el entorno, para evitar el pillaje. El segundo paso es la instalación de una plataforma para contemplar el conjunto, con algunas tumbas musealizadas y paneles explicativos.

La intención, con supervisión arqueológica de los investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha más el arqueólogo que coordine la obra (de la empresa pública Tragsa), es rehabilitar algunos de los túmulos y alguna tumba. Ese proyecto del Gobierno de Castilla-La Mancha, que gestiona el parque arqueológico de Alarcos, está presupuestado en 150.000 euros, cuenta con fondos europeos para su desarrollo e implica adecuar el terreno que rodea a la necrópolis instalando un sistema de drenajes para para evitar la entrada de agua de escorrentía.

Miguel Ángel Rodríguez Rabadán e Isabel Serio trabajan en el perfilado de los huesos aparecidos en la nueva necrópolis.

La implicación del Ayuntamiento de Poblete

Para los arqueólogos del sector ibérico es un gran paso que no impide seguir excavando en futuras temporadas. "La campaña de excavaciones arqueológicas 2023 ha contado con fondos del Ayuntamiento de Poblete, algo muy destacable teniendo en cuenta las pequeñas dimensiones de esta localidad. Su esfuerzo ha sido grande lo que demuestra su sensibilidad”, enfatiza García Huerta, profesora de Historia especializada en Prehistoria en la Facultad de Letras de Ciudad Real. La subvención principal la ha aportado la Junta dentro de la campaña anual de subvenciones a investigaciones arqueológicas, además del soporte de la Universidad de Castilla-La Mancha.

A ayuntamientos como el de Ciudad Real le ha costado más implicarse, pero también han participado en esta campaña. El año pasado fue la primera vez que aportaron financiación a la investigación arqueológica en Alarcos, según la profesora.

Las excavaciones arqueológicas en Alarcos, contando la parte medieval e íbera, han implicado este año a veinticinco personas. En el caso del sector medieval bajo la dirección de Antonio de Juan y Diego Lucendo. En la zona ibérica, además de los cuatro codirectores, ha colaborado Miguel Ángel Rodríguez Rabadán, el becario que hace su tesis con el equipo.

Tres necrópolis ibéricas en Alarcos

Hasta la fecha el yacimiento de Alarcos ha sido prolijo en necrópolis ibéricas. Una muy pequeña con seis tumbas en la ladera del cerro, que se amortizó por el crecimiento del poblado. Una segunda en una zona llana cerca del cauce del Guadiana de la que se conservan veinticinco tumbas, las conocidas como de ‘los príncipes ibéricos de Alarcos’, que aportaron mucha información; y esta última necrópolis, a los pies del cerro, es decir, del poblado, que reúne todas las condiciones para convertirse en un museo al aire libre que muestre el esplendor de la cultura ibérica en Alarcos, origen de Ciudad Real, eclipsada por la famosa batalla de 1195 y el devenir del lugar en la Edad Media.

Fuente: lanzadigital.com | 17 de septiembre de 2023

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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