Hallan en Chipre tumbas de la Edad del Bronce con ricos ajuares funerarios

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Uno de los esqueletos hallados con variado ajuar funerario. (c. 1350 a. C.).

Una expedición arqueológica de la Universidad de Gotemburgo ha descubierto recientemente tumbas en Dromolaxia-Vyzakia, a orillas del lago salado de Larnaca y cerca de la metrópolis comercial de la Edad del Bronce, Hala Sultan Tekke, en Chipre. Tales tumbas se encuentran entre las más ricas jamás halladas en la región mediterránea, dado los preciosos artefactos depositados en las mismas y que indican que sus ocupantes pertenecían a la clase dirigente de la ciudad, la cual fue un importante centro comercial de cobre durante el período comprendido entre los años 1500-1300 a.C.

“Teniendo en cuenta la riqueza del ajuar funerario, es razonable suponer que se trataba de tumbas reales, aunque no sabemos mucho sobre la forma de gobierno practicada en la ciudad en ese momento. Sin duda, los enterrados aquí formaban parte del gobierno de la ciudad”, dice Peter Fischer (izquierda), profesor de arqueología y líder de la expedición.

Las tumbas, ubicadas fuera de la ciudad de la Edad del Bronce de 50 hectáreas, consisten en cámaras subterráneas a las que se accede a través de un estrecho pasaje desde la superficie. Las cámaras variaban en tamaño, midiendo hasta 4 x 5 metros.

Más de 500 artefactos

La 'Expedición Sueca Söderberg', que ha estado excavando en Hala Sultan Tekke, cerca de la ciudad de Larnaca en la costa sur de Chipre desde 2010, había encontrado previamente tumbas de cámara con valiosos objetos funerarios. Lo que distingue a las tumbas de cámara recién descubiertas de las excavadas anteriormente es la gran cantidad de artefactos y su excelente calidad.

Fotografía con dron de Hala Sultan Tekke; barrios urbanos excavados (CQ1-4) en primer plano; cementerio (Área A) al fondo; el lago salado de Larnaca al noreste; el Mediterráneo al fondo; aeropuerto internacional de Larnaca entre Salt Lake y el Mediterráneo (fotografíade P. Fischer, mapa de T. Bürge).

Las tumbas se descubrieron usando magnetómetros, un tipo de instrumento que puede producir imágenes que muestran objetos y estructuras hasta dos metros por debajo de la superficie.

“Comparamos el sitio donde se había encontrado cerámica rota durante la actividad agrícola con el mapa del magnetómetro, el cual mostraba grandes cavidades de uno a dos metros por debajo de la superficie. Esto nos llevó a seguir investigando la zona y a descubrir las tumbas”, aduce Fischer.

Fotos: Imágenes de extracción de recipientes cerámicos.

Las excavaciones se concentraron en el Área A, que es el cementerio de la ciudad, y se expusieron tres tumbas de cámara, fechadas preliminarmente en el siglo XIV a. C. Una había sido saqueada, muy probablemente en el siglo XIX d.C., y, aunque se destruyeron muchos objetos y restos humanos, varios artículos y los restos óseos humanos dispersos fueron identificados, cuidadosamente excavados y conservados.

En las otras dos había artículos de joyería y cerámica importada (principalmente tiestos) procedentes de la esfera cultural micénica, pero también de Egipto y Anatolia. De hecho, aproximadamente la mitad de los artefactos fueron importados de culturas vecinas. El oro y el marfil procedían de Egipto. Las piedras preciosas, como el lapislázuli azul, la cornalina de color rojo oscuro y la turquesa azul verdosa, se importaron de Afganistán, India y Sinaí, respectivamente. También contenían objetos de ámbar de la región del Báltico.

“Hemos encontrado más de 500 artefactos completos distribuidos entre dos tumbas. Muchos de ellos consisten en metales preciosos, gemas, marfil y cerámica de alta calidad”, afirma Fischer.

Ortofoto de dron de las tumbas de cámara XX, YY, VV (fotografía de A. Papageorgiou)

Fotos: Gran crátera minoica con motivos de pulpos. Vasija con motivos florales y aves.

Mujer enterrada con un niño de un año

Varios esqueletos bien conservados en las tumbas incluyen el de una mujer rodeada de docenas de vasijas de cerámica, joyas y un espejo redondo de bronce que alguna vez fue pulido. A su lado yacía un niño de un año con un juguete de cerámica.

“Varios individuos, tanto hombres como mujeres, usaban diademas, y algunos tenían collares con colgantes de la más alta calidad, probablemente hechos en Egipto durante la dinastía XVIII en la época de faraones como Tutmos III y Amenofis IV (Akhenatón) y su esposa Nefertiti”, informa Fischer.

Imágenes en relieve de toros, gacelas, leones y flores adornan las diademas. La mayoría de las vasijas de cerámica provenían de lo que ahora llamamos Grecia, y la expedición también encontró vasijas de Turquía, Siria, Palestina y Egipto.

Fotos: Izquierda, jarra cananea. Derecha: Cuenco egipcio de loza multicolor in situ.

El ajuar funerario también incluía armas de bronce, algunas con incrustaciones de marfil, y un sello enmarcado en oro hecho del mineral duro hematita con inscripciones de dioses y gobernantes.

“La gran riqueza de los individuos sepultados provenía de la producción de cobre. Las minas cercanas en las montañas de Troodos producían este mineral, que se refinaba en la ciudad. Esta ciudad portuaria posteriormente exportó el metal refinado en grandes cantidades a las culturas vecinas. Téngase en cuenta que el cobre era un producto básico importante, pues, combinado con el estaño, se convierte en la aleación dura de bronce, que ha dado el nombre a la Edad del Bronce”, concluye Fischer.

Fuentes: Universidad de Gotemburgo | fischerarchaeloy.se | archaelogy.wiki | 6 de julio de 2023

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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