Descubren un colgante del Paleolítico Superior en el yacimiento Aizkoltxo de Mendaro (Guipúzcoa)
Colgante con grabados de 13.000 años e imagen de la cueva de Aizkoltxo.Un grupo de investigadores e historiadores de la UPV/EHU y de Munibe Arkeologia Taldea, con la colaboración de la Universidad Complutense de Madrid, ha descubierto un adorno-colgante grabado del periodo Magdaleniense (Paleolítico Superior) en el yacimiento de Aizkoltxo, situado en Mendaro (Guipúzcoa).
Los adornos-colgantes eran uno de los ornamentos más utilizados por los cazadores recolectores durante el Magdaleniense, según se indica en el artículo publicado recientemente. El encontrado en Aizkoltxo "está grabado cuidadosamente con representaciones tanto figurativas –una cierva y dos zoomorfos marinos– como no figurativas –aspas y trazos simples– en una lámina de una costilla de un animal" de tamaño medio, que podría ser “un sarrio o un ciervo”.
El hallazgo ha sido datado en el Magdaleniense Final (alrededor del 11.000 antes de Cristo, dentro del Paleolítico Superior), un momento en el que "el lugar fue muy frecuentado a juzgar por la abundancia de industria lítica, ósea y restos faunísticos localizados” en este yacimiento de Mendaro. La importancia de este objeto no radica en su singularidad, sino en las similitudes que presenta con otros en la región cantábrica (Valle y El Pendo) y el sur de Francia (Lortet, La Vache, Arancou y Chaffaud). Esto se debe tanto al soporte –una costilla–, como a la decoración. Los animales marinos apuntan a afinidades en el código simbólico de esta cronología, indicando lazos entre los diferentes grupos que vivieron en Europa occidental entre hace 16.500 y 13.000 años.
En el adorno-colgante se observan al menos dos figuras. Una es “la cierva que se sitúa en el extremo derecho de la pieza y que habría sido el elemento central del conjunto, y que en esa época se solía figurar de manera naturalista, aunque limitada a la cabeza y el cuello”.
Además, "hay otras dos representaciones del mismo animal, ambas de un entorno marino pero de difícil interpretación”. Los investigadores consideran que "podrían ser representaciones de focas o de peces”.
"Se utilizaron recursos técnicos y estilísticos comunes en la época: grabado ancho y profundo combinado con otros tipos de grabado para la ejecución de los detalles, o la manera de grabar el hocico y el ojo de la cierva”, se lee en la publicación al respecto: “Es una pieza tradicional desde el punto de vista del soporte y de su decoración, en la que no se observan correcciones o errores, por lo que probablemente fue elaborada por un grabador o una grabadora con experiencia”.
El estudio ha sido realizado por Blanca Ochoa, Daniel Ruiz González, Erik Arévalo Muñoz, Javier Alberdi Urdalleta, Juan Mari Arruabarrena Astiazaran y José Antonio Mujika Alustiza.
Fuente: noticiasdeguipuzkoa.es | 17 de julio de 2023
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