Dos fósiles de más de 70.000 años desvelan el primer viaje del 'Homo sapiens' hacia el sudeste asiático
El extenso pozo de excavación en Tam Pà Ling que se extiende desde el suelo de la cueva hasta ~7 m. El pozo más profundo se encuentra en la parte trasera cerca de la pared de la cueva. VITO HERNÁNDEZ (UNIVERSIDAD DE FLINDERS) (Macquarie University).En la cordillera Annamita, al norte de Laos, un equipo de arqueólogos descubrió hace algo más de una década una cueva situada sobre una torre kárstica de piedra caliza que está revelando sorprendentes secretos sobre las primeras migraciones de los humanos modernos.
Desde 2009, en una zanja abierta al fondo de la cavidad de Tam Pà Ling se habían recuperado un puñado de fósiles de Homo sapiens con ciertos rasgos arcaicos y datados entre hace 70.000 y 46.000 años. Pero las últimas excavaciones, a siete metros de profundidad, han documentado otro fragmento de cráneo y una tibia izquierda que retrasan todavía más la presencia de nuestros antepasados en el sureste asiático, hasta hace un máximo de 86.000 años.
Los nuevos hallazgos, publicados este martes en Nature Communications por un equipo de investigadores laosianos, franceses, estadounidenses y australianos, representan la evidencia más antigua sobre la llegada de los humanos modernos al sureste asiático continental. También brindan nuevas piezas para resolver el rompecabezas de cómo y cuándo se produjo esta expansión hacia la zona oriental del continente y, posteriormente, Australia: según sus hipótesis, el Homo sapiens se pudo haber movido por las zonas boscosas interiores a través de los valles de los ríos.
Fotografía del hueso frontal TPL 6 hallado. a) vista anterior del arco superciliar izquierdo y el margen supraorbitario, y porciones de la escama frontal y la línea temporal; b) superficie endocraneal que incluye parte de la placa orbital izquierda y la cresta frontal; c) vista lateral izquierda.
Fotografía del fragmento tibial TPL 7. a) vista medial que indica la porción inferior de la tuberosidad tibial; b) vista lateral izquierda que indica la cresta interósea; c) vista posterior que indica la línea vertical; d) vista anterior; e) vista distal; f) vista proximal.
El origen del Homo sapiens se sitúa en África hace unos 300.000 años. Pero la fecha, el número y las rutas migratorias siguen siendo objeto de debate entre los paleontólogos ante los distintos relatos que ofrecen los estudios genéticos y los descubrimientos arqueológicos. Los primeros fósiles de humanos modernos fuera de África se han encontrado en las cuevas de Apidima, en Grecia, y de Misliya, en Israel, con una antigüedad de unos 210.000 y 194.000-177.000 años respectivamente. En el yacimiento chino de Fuyan se han identificado unos dientes de Homo sapiens de hace 120.000-80.000 años.
En el caso del sureste asiático, el registro fósil también resulta escaso y se circunscribe casi exclusivamente a islas como Sumatra, Filipinas o Borneo. Por eso el yacimiento de Tam Pà Ling —llamado la cueva de los monos por la manada de simios que frecuenta los plataneros de las inmediaciones— ha sido como abrir una ventana a lo desconocido. Huesos de humanos modernos en una zona alejada de las rutas costeras —la cavidad se abre a más de 300 kilómetros de distancia del mar— y mucho más antiguos de lo esperado.
Fechar los siete fósiles ha sido un gran reto para los investigadores. Los fósiles humanos no se podían datar directamente, ya que el yacimiento es un área de Patrimonio Mundial y los fósiles están protegidos por la ley de Laos. Además, se suma el añadido de que se han encontrado muy pocos huesos de animales o decoraciones dentro de la cueva y, los que hay, son demasiado antiguos para la datación por radiocarbono. Se ha recurrido a la datación por luminiscencia de los sedimentos y a la datación de carbonatos por series de uranio de la punta de una estalactita que había quedado encerrada y de dos extraños dientes de bóvidos completos recuperados a una profundidad de 6,5 metros, muy cerca del fragmento de cráneo y de la tibia, cuya antigüedad se ha fijado entre 86.000 y 68.000 años. "Esto retrasa el tiempo de llegada al sudeste asiático continental en aproximadamente 40.000 años", señalan los investigadores.
"Lejos de reflejar un vertedero rápido de sedimentos, el yacimiento representa una pila de sedimentos depositada de forma constante y estacional", explica Mike Morley (izquierda), geoarqueólogo de la Universidad de Flinders (Adelaida) y uno de los autores del artículo. La nueva cronología obtenida revela que en la cueva de Tam Pà Ling hubo presencia humana durante más de 56.000 años.
"Al fin tenemos suficientes pruebas de datación para asegurar con certeza cuándo llegó por primera vez el Homo sapiens a esta zona, cuánto tiempo estuvo allí y qué ruta pudo haber tomado", añade Kira Westaway (derecha), geocronóloga de la Universidad de Macquarie (Sídney).
Según explican los investigadores, el fragmento de cráneo, con una antigüedad de 73.000-67.000 años, era mucho más grácil o delicado de lo esperado, asemejándose a la morfología del Homo sapiens más reciente de Asia. Por eso proponen que el individuo (TPL 6) tuvo que descender de una población que se dispersó en la región y no de otras poblaciones locales con rasgos más robustos, como los denisovanos o el Homo erectus. Es decir, esta sería la evidencia de una migración temprana y posiblemente fallida desde África u Oriente Medio hacia el sureste asiático, como ya se había sugerido mediante otros controvertidos restos humanos hallados en el sur y el centro de China.
No obstante, según los estudios de ADN antiguo, el momento principal de la expansión del Homo sapiens en Asia fue hace unos 50.000 años —la información genética apunta a una sola dispersión rápida de todas las poblaciones ancestrales no africanas alrededor entre hace 65.000 y 45.000 años—. Los fósiles de Tam Pà Ling, por lo tanto, pueden interpretarse "como descendientes del linaje TPL 6 que no contribuyó al acervo genético humano actual o como los primeros descendientes de la mayor y exitosa migración del 'Homo sapiens' en el sureste asiático", sentencian los investigadores. El misterio queda abierto ante la imposibilidad de recuperar ADN de los huesos.
La cueva Tam Pà Ling está, a su vez, muy cerca de la cueva Cobra, recientemente descubierta y que fue frecuentada por los denisovanos aproximadamente 70.000 años antes. A pesar de la falta de pruebas previas sobre de una llegada temprana al sudeste asiático continental, esta área podría ser una ruta de dispersión utilizada anteriormente entre nuestros antepasados, mucho antes que el Homo sapiens. Por lo que todo parece indicar que los yacimientos del sudeste asiático nos darán, en los próximos años, muchas sorpresas.
Fuentes: elespanol.com | abc.es | 13 de junio de 2023
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