Ocupación posterior
El arqueólogo precisó que el enclave de Miraflores tuvo ocupaciones posteriores en periodos prehispánicos tardíos, como la protagonizada por la
cultura Chancay (1.200 y 1.470 d. C.). En ese sentido, dijo que, conforme avancen las excavaciones, se tendrá material que permita establecer las secuencias culturales y otros aspectos relevantes.
El equipo de arqueólogos que trabaja desde enero en este yacimiento, liderado por el investigador Pieter Van Dalen Luna, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, presume que el templo habría pertenecido al periodo formativo andino y sería uno de los mayores, "sino el más grande", de la costa central de Perú, en la parte baja de la Cordillera de los Andes. Foto: ANDINA / Andrés Valle.
Hallazgo y significado de la Chacana
Van Dalen Luna comentó que durante la excavación en el lado posterior de la pirámide se identificó unos muros de un 1,60 metros de ancho, edificados a base de piedras y adobes. Y en el paramento o frontis exterior se encontró la representación gráfica de la Chacana o cruz andina.
“Estamos ante un friso de 10 centímetros de grosor elaborado íntegramente con barro que presenta esta figura, la cual es la representación religiosa más característica de la civilización andina”, remarcó.
Indicó que
"la cruz andina o Chacana se halla orientada hacia el mar, en dirección oeste, y forma parte de la cosmovisión y religiosidad basada en el culto al agua, es decir, con el culto al mar y a su encuentro o tinkuy con las aguas del río Chancay, que nace en las alturas de la cordillera de los Andes, hacia donde está orientado el templo”, informa Van Dalen.
El grupo de arqueólogos en la zona del hallazgo en el valle de Huaral.
Abandono del templo
"Aunque no se sabe con exactitud cuándo se produjo el abandono poblacional del templo ceremonial y de las zonas aledañas, en algún momento, debido a cambios climáticos, como el fenómeno de El Niño, o algunos conflictos sociales, la población abandonó a sus dioses”, esgrime Van Dalen.
"En el proceso de abandono del lugar se cubrió el templo con diversas capas de piedras, con el objetivo de 'enterrar a sus dioses'”, añade. "No obstante, la fama de los dioses adorados aquí persistió en el tiempo hasta periodos muy tardíos”.
Al referirse al cambio climático como propiciador del abandono del sitio de Miraflores, Van Dalen asevera que “hay evidencias arqueológicas de la presencia de grandes episodios del fenómeno de El Niño, e incluso de mega-Niños, a través del tiempo, los cuales propiciaron fuertes lluvias e inundaciones que destruyeron las cosechas y con ello los medios de subsistencia de la población”.
“Esta situación catastrófica está vinculada con las peticiones a los dioses, a quienes se pedía que calmaran la furia de la naturaleza y los efectos climáticos. Al no poder dar respuesta a estos problemas, los dioses son abandonados por la población que llega a desconfiar de su poder y por ello abandonan el templo y lo cubren de piedras”, puntualizó.
Pendientes de la protección del sitio
Aunque se estima en 70 hectáreas, Pieter Van Dalen señaló que las dimensiones exactas del sitio arqueológico de Miraflores todavía no han podido determinarse porque falta que el Ministerio de Cultura establezca la protección del lugar. “Una vez que ello ocurra se podrá conocer las dimensiones exactas”, anotó.
Primera fase por culminar
Van Dalen dijo que las excavaciones y otros trabajos de campo están por culminar en esta primera etapa de investigación. “La próxima semana culminaremos los trabajos y estaremos atentos para continuar con las excavaciones en los siguientes meses y ver qué más podemos descubrir”, expresó.
A continuación, se desarrollará el análisis de la información recogida en estos cinco meses de exploración y de los objetos encontrados, agregó.
Universidad de San Marcos pionera en arqueología
En el sitio arqueológico de Miraflores han trabajado cerca de 20 personas, entre arqueólogos, bachilleres y estudiantes de Arqueología procedentes en su mayoría de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y también de otras casas superiores de estudios como la Universidad San Antonio Abad (Cusco), San Cristóbal de Huamanga (Ayacucho), entre otras.
Van Dalen Luna resaltó que la Universidad Nacional Mayor de San Marcos es la cuna de la arqueología peruana desde la época de
Julio César Tello y siempre se ha caracterizado por llegar a todos los rincones del Perú.
“Su presencia en Huaral no es algo casual, dado que son casi 20 años en los que venimos realizando investigaciones con la universidad en diferentes lugares del valle de Chancay y en comunidades campesinas como Rúpac y Chipra. La Universidad Mayor de San Marcos siempre ha estado al servicio de la sociedad, llevando investigación y conocimiento a todos los rincones del país”, enfatizó.
Este templo milenario, que hoy está sepultado por toneladas de piedras y rodeado de campos de cultivo, abarca alrededor de 70 hectáreas y está conformado por una estructura piramidal y dos montículos alargados que crean una gran plaza ceremonial en su centro. Foto: ANDINA / Andrés Valle.
Miraflores no es el único enclave arqueológico
El arqueólogo sanmarquino aseguró que Miraflores no es el único enclave arqueológico asentado en el valle bajo de Huaral, dado que existen otros similares.
“Al otro lado del río Chancay se encuentra el sitio San Jacinto, en la localidad de Huando, que está alineado con Miraflores. Los templos en forma de ‘U’ son una tradición cultural que se desarrolló entre los valles de Pativilca por el norte y Mala por el sur, y se caracterizan por ubicarse en pares, uno en cada margen de un río, y siempre interactuando entre ellos”, explicó finalmente.
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