Un nuevo estudio sugiere que las placas-ídolo en forma de búho, de hace 5.000 años, eran juguetes
Placa-ídolo hallada en Valencina de la Concepción, Sevilla. Foto: Museo Arqueológico de Sevilla / Ministerio de Cultura.Un estudio liderado por Juan José Negro, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la Estación Biológica de Doñana (EBD), sugiere que las placas de pizarra con forma de búho de hace 5.000 años, y halladas en el suroeste de la península ibérica, podrían haber sido creadas por niños para ser usados como juguetes.
Esta investigación, que ha sido publicada en la revista científica Scientific Reports, ofrece una nueva perspectiva acerca del origen y uso de estos objetos arqueológicos y sobre cómo los niños empleaban distintos artefactos y jugaban en las sociedades europeas prehistóricas.
El número de placas de pizarra con representaciones de búhos que se han encontrado en tumbas y fosas de la península ibérica asciende a alrededor de 4.000. Estas datan de hace entre 5.500 y 4.750 años y suelen compartir varias características, como dos círculos grabados como ojos y un cuerpo delineado en la parte inferior que representa el plumaje de un búho.
Placas seleccionadas grabadas en el período Calcolítico en el suroeste de la península ibérica. Estos ejemplos dan una idea de las diferentes tipologías y materiales utilizados (no a escala). (a) Placa de pizarra del Cerro de las Cabezas, Valencina de la Concepción, Sevilla, España (Museo Arqueológico de Sevilla, REP25837). (b) Placa de pizarra de anta, Curral da Antinha, Arraiolos, Évora, Portugal (Museu Nacional de Arqueologia de Portugal [MNA], Lisboa, 2003.37.1). (c) Placa de pizarra de anta, Farisoa, São Marcos do Campo, Reguengos de Monsaraz, Évora, Portugal (MNA, Lisboa, 32300). (d) Placa de pizarra con cabeza tallada de anta, Marquesa, Marvão, Portalegre, Portugal (MNA, Lisboa, 8195). (e) Placa de pizarra de anta, Grande do Olival da Pega, Reguengos de Monsaraz, Évora, Portugal (MNA, Lisboa, 985.45.21). (f) Placa de pizarra de anta, Grande do Olival da Pega, Reguengos de Monsaraz, Évora, Portugal (MNA, Lisboa, 985.45.15). (g) Placa de arenisca de anta da Horta, Alter do Chão, Portoalegre, Alentejo, Portugal (Museu da Coudelaria de Alter, Portugal, 197 AH). (h) Ídolo oculado tallado sobre falange proximal de ungulado procedente de Huerta de Dios, Casas de Reina, Badajoz, España (Museo Arqueológico Provincial de Badajoz, 11425).
“Los búhos son un grupo de especies de aves muy diferentes a todas las demás y son fácilmente reconocibles”, explica Negro (izquierda). “Tienen una silueta compacta, con cabezas enormes y ojos situados en posición frontal, como los humanos. Por esa peculiar anatomía se han representado siempre desde los primeros grabados en cavernas hace 30.000 años hasta ahora de la misma manera: o bien directamente mostrando su parte frontal, o con la cabeza girada y mirando al observador”, indica el investigador de la EBD-CSIC.
Similitudes con dibujos actuales de búhos hechos por niños
Durante más de un siglo, se ha especulado sobre el origen de estas placas y se pensaba que tenían un significado ritual y que representaban a deidades o personas fallecidas. Negro y sus colaboradores han reexaminado esta interpretación y sugieren, en cambio, que estas figuras podrían haber sido creadas por niños basándose en especies de búho presentes en la zona y que podían haber sido usadas como muñecos, juguetes o amuletos.
Búhos pintados por niños de 8 años en una escuela de primaria en el suroeste de España en 2022. Su maestro pidió a los estudiantes que dibujaran un "búho" en menos de 20 minutos, sin más instrucciones. Los dibujos resultantes tienen en común una vista frontal con ojos redondos colocados frontalmente con iris y pupila diferenciados.
El equipo ha analizado cien figuras y las ha clasificado, en una escala de uno a seis, según cuántas características de los búhos aparecían reflejadas, como los dos ojos, los penachos emplumados de la cabeza, un patrón de plumas, un disco facial plano, un pico y las alas. Más tarde, compararon estas figuras con 100 dibujos actuales de niños y niñas de entre 4 y 13 años y observaron muchas similitudes. Los dibujos parecían más realistas cuando los niños tenían más edad y se volvían más habilidosos con los lápices.
“Los niños de algún modo han percibido que la esencia de un búho es esa cabezota con dos grandes ojos que te miran. Los pintan así desde que son capaces de sostener un lápiz. En la prehistoria probablemente los representaron así desde que aprendían a grabar una piedra usando otra piedra”, explica Guillermo Blanco Hervás (derecha), investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y coautor del trabajo.
Las placas de pizarra, objetos de aprendizaje
El equipo también ha observado que los dos agujeros en la parte superior de muchas de las figuras parecían poco prácticos para pasar por ellos un cordel y poder colgarlas en la pared a modo de objetos rituales. Los investigadores creen que estos agujeros habrían servido para insertar plumas que representasen los penachos emplumados, similares a las orejas, que tienen en la cabeza algunas especies de búhos presentes en la zona, como el búho chico o Asio otus.
Superior izquierda: (a), Placa de pizarra grabada encontrada en el Cerro de la Cabeza, Valencina de la Concepción, Sevilla, España (Museo Arqueológico de Sevilla, España), representativa del tipo zoomorfo reconocido por Lillios. Arriba a la derecha: (b), Mochuelo salvaje (Athene noctua) en una zona agrícola de Valencina de la Concepción en 2021. Abajo a la izquierda: (c), Placa de pizarra de Mértola, Alentejo, Portugal (MNA, Lisboa, 2006.370.1). Los orificios de la parte superior pueden haber sido utilizados para insertar plumas reales. Abajo a la derecha (d), búho chico (Asio otus) con mechones de orejas erguidos, fotografiado en Valencina de la Concepción en 2021. Créditos mochuelo y chico chico: Juan J. Negro.
“Estas placas de pizarra, tan características de la Edad del Cobre en Iberia, pudieron ser parte del proceso de aprendizaje del manejo de objetos de piedra”, afirma Víctor M. Díaz (izquierda),investigador de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), otro de los autores del estudio.
El hecho de que se hayan encontrado numerosas placas en contextos funerarios indica que pudieron usarse, también, como tributo a los difuntos. Los jóvenes podrían haber rendido homenaje a sus mayores dejándoles objetos en cuya fabricación habían intervenido o a las que tenían aprecio. “Ambas cuestiones, objeto de aprendizaje y objeto ritual no son excluyentes”, aclara el investigador.
Ídolo oculado tallado en alabastro conocido como Ídolo de Extremadura (procedencia desconocida, MAN, Madrid, 20572), y quizás modelado a partir de un búho chico. Se tallaron mechones a los lados y en la parte posterior de la cabeza. El patrón en zigzag en la espalda es interpretado como pelo largo. También puede describirse como el patrón de plumaje camuflado en la zona dorsal de un búho.
Estas figuras podrían aportar información sobre el comportamiento infantil en las sociedades de la Edad del Cobre. “En el estudio de la prehistoria no se ha prestado mucha atención al papel cultural de los niños y jóvenes. Teniendo en cuenta que debieron ser el grupo más importante demográficamente, puesto que poca gente llegaba a edades avanzadas, sería importante dedicarle más esfuerzo de análisis”, sugiere Negro.
“La colaboración entre la biología evolutiva y la historia del arte en este estudio demuestra que se consiguen resultados exitosos cuando se aporta conocimiento y perspectiva desde disciplinas consideradas tradicionalmente como muy alejadas”, concluye.
Leonardo García Sanjuán (izquierda), catedrático de Prehistoria de la Universidad de Sevilla, no está de acuerdo con la interpretación del estudio.
"Es un trabajo de una gran simplicidad conceptual y metodológica. Los ‘ídolos-placa’ o ‘placas’ son bien conocidas entre los/as especialistas del Neolítico y la Edad del Cobre ibéricas, y han sido estudiadas desde hace más de cien años. Existen excelentes síntesis del tema, como el libro de Katina Lillios, Heraldry for the Dead (2008), en el que ya se revisan todas las teorías existentes sobre estas piezas, incluyendo la hipótesis de que algunas representen aves nocturnas. De entre los problemas que presenta este trabajo, yo destacaría tres.
Primero, las placas con motivos biomórficos representan solo un 8 % del total de las conocidas, por lo cual, de entrada, Negro et al. estudian solo un pequeño subconjunto (de hecho, una minoría) de un conjunto mucho más amplio.
Segundo, la idea que de que algunas placas pueden representar aves nocturnas no es nueva, aunque sí es novedosa la convicción, respaldada solo por apreciaciones subjetivas, con que los autores defienden su interpretación, dándola por demostrada.
En tercer lugar, la segunda propuesta del trabajo, esto es, que ese grupo de placas fueron realizadas por niños/as, se basa en una revisión de dibujos hechos por niños/as y publicados en internet. Supuestamente, la forma de representar ciertos motivos en las placas prehistóricas y en los dibujos de estos/as niños/as serían parecidas, aunque el parecido se deriva solo de la apreciación subjetiva de los autores del artículo.
Los autores no han comprobado (por ejemplo, mediante grupos de control) si los dibujos de estos animales hechos por personas de otras edades (adultos, ancianos) son estadísticamente diferentes de los dibujos hechos por niños. Y tampoco se plantean si lo que dicen con respecto a las placas biomórficas es extrapolable a otro tipo de placas.
De hecho, la propuesta de que las placas fueron realizadas por niños/as es altamente implausible, pues estas piezas nunca han sido encontradas asociadas a niños en tumbas (la población infantil del Neolítico y de la Edad del Cobre no solía recibir ajuares funerarios) y lo cierto es que su elaboración requería un elevado grado de destreza y experiencia, no esperable en niños. La idea subyacente en este trabajo, derivada de un eurocentrismo condescendiente abandonado hace más de un siglo, es que el arte prehistórico es infantil".
Fuente: elimparcial.es | sciencemediacentro.es | 1 de diciembre de 2022
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