Tutankamón y la historia por reconstruir su rostro: un misterio que cumple un siglo

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El 4 de noviembre de 1922, Howard Carter logró entrar a la tumba de Tutankamón. «Veo cosas maravillosas», contestó el explorador británico, cuando un periodista le preguntó qué tenía ante sus ojos. Entre los tesoros que se develaron ese día, no sólo estaban las pertenencias del faraón más joven de Egipto: también yacía su momia.

El 4 de noviembre de 2022, se cumplió un siglo de este hallazgo icónico. A raíz de esto, cientos de descubrimientos en torno a la vida de Tutankamón han abonado la comprensión que se tiene hoy sobre la dinastía XVIII, la cual gobernó entre 1334 y 1325 a. C. Después de décadas de investigación y recopilación de datos, un equipo de arqueólogos egipcios está realizando la reconstrucción del rostro de Tutankamón. Esto es lo que sabemos al respecto.

Esta foto muestra el traslado de la momia de Tutankamón durante los trabajos de conservación. La momia del rey Tutankamón ha sido «significativamente alterada» respecto a cómo se veía durante su vida, por lo que es difícil hacer una reconstrucción precisa del mismo. | Crédito: Ben Curtis / AFP vía Getty Images.

El faraón de las facciones perdidas

Tutankamón ascendió al trono cuando tenía apenas 9 años. Una década más tarde dejaría el trono, por razones que hoy se le escapan a la ciencia. Algunos arqueólogos aseguran que su fallecimiento estuvo relacionado con una lesión después de una jornada de caza. Otros atribuyen su muerte a una malformación congénita, producto del incesto entre sus padres —que, por cierto, eran hermano y hermana (su padre era el faraón Akenatón, que se cree que está enterrado en la tumba KV55, mientras que su madre -hermana de este-, fue identificada como tal por una prueba de ADN realizada a una momia desconocida llamada La Dama Joven, la cual fue encontrada en la tumba KV35).

Por ello, se le conoce como el ‘faraón niño’. Tras su fallecimiento, fue enterrado con todos los honores en el Valle de los Reyes: la necrópolis dedicada a la realeza egipcia, donde también yacían sus padres y demás miembros de la élite en el poder. No cualquiera podía acceder a este espacio como lugar de descanso eterno.

Aún a pesar de la atención intensa que los arqueólogos egipcios le han dedicado a su vida, el rostro de Tutankamón permanecía como un misterio. Si bien es cierto que su máscara mortuoria llegó a nuestros días, sus facciones se perdieron entre 3.300 años de historia. Hasta ahora.

Las imágenes médicas de Tutankamón se muestran sobre una réplica del cráneo del rey Tutankamón durante la inauguración de la exposición "Tutankamón y la edad de oro de los faraones". | Crédito: Ethan Miller / Getty Images.

¿Cómo era el rostro de Tutankamón, el rey niño?

Durante años, investigadores alrededor del mundo intentaron reconstruir las facciones de Tutankamón a partir de otros datos biológicos que sí sobrevivieron al paso del tiempo. Por ejemplo, en 2010, JAMA publicó un estudio en el que se establecía que el faraón medía 1.67 metros.

De la misma manera, hace 20 años se descubrió que probablemente padeció malaria al morir, así como la enfermedad de Köhler, que pueden causar que los pies se hinchen y dificulten el caminar. También experimentó necrosis (la muerte del tejido corporal) de un hueso roto en su pie izquierdo, algo que pudo haber contribuido a su muerte. Por ello, también, tiene sentido que haya usado un bastón para caminar, a pesar de que ni siquiera había alcanzado la veintena.

"Tutankamón parecía una persona que sufría físicamente", dijo Zahi Hawass, exministro de antigüedades egipcias y coautor del artículo de JAMA, a Live Science en un correo electrónico.

El egiptólogo Zahi Hawass dirigió en 2005 la operación de sacar la momia de Tutankamón de su tumba para realizarle un estudio completo. Foto: AP

A pesar de estos problemas de salud, Tutankamón seguía activo, dice Hawass. "Le gustaba cazar animales salvajes y construyó un palacio cerca de la Esfinge para cazar. A pesar de cualquier problema físico, estuvo lo suficientemente activo como para tener un accidente y lesionarse la pierna dos días antes de morir".

Hutan Ashrafian (izquierda), profesor clínico de cirugía en el Imperial College de Londres, dijo que Tutankamón habría caminado cojeando, tenía un cráneo un poco más largo de lo normal, con los senos algo agrandados (debido a una afección llamada ginecomastia, causada por desequilibrios hormonales), tenía dientes de conejo y era más bien delgado. "Tenía un físico relativamente frágil", afirma Ashrafian, que ha estudiado a Tutankamón y su momia, a Live Science en una entrevista.

En 2012, Ashrafian publicó un artículo en la revista Epilepsy & Behavior en el que sugería que Tutankamón y sus antepasados ​​padecían epilepsia familiar, lo que podría haberle causado convulsiones. Ashrafian dijo que algunos de los problemas de salud de Tutankamón pueden estar relacionados con problemas genéticos de la endogamia, ya que los faraones egipcios de la dinastía XVIII a menudo se casaban con parientes.

Reconstrucción virtual del rostro y cuerpo de Tutankamón.

Una tarea ‘notoriamente difícil’

Aún con todo esto, el rostro de Tutankamón permanecía velado a los ojos de los historiadores y arqueólogos. De acuerdo con Zahí Hawass, las reconstrucciones virtuales que se han hecho sobre su rostro son poco precisas.

«Una reconstrucción perfecta todavía tiene incertidumbres», explica el especialista Dr. Frank Rühli (derecha), de la Universidad de Zurich. Las arrugas, el color de ojos, el tono de piel y el cabello no se pueden recuperar. Y lo que es más: como el cuerpo sobrellevó un proceso de momificación, el 53% del tejido corporal se encoge, reduciendo las posibilidades de que podamos conocer sus facciones originales.

Hawass considera un último impedimento: la momia de Tutankamón también está «significativamente alterada» con respecto a su aspecto en vida; por ejemplo, en la antigüedad la momia se incendió debido a los aceites de embalsamamiento que tenía, lo que hace que sea "notoriamente difícil tratar de reconstruir cómo era el faraón", dijo Rühli. Por ello, algunos arqueólogos -así como Hawass- consideran «notoriamente difícil», como de igual modo de cualquier faraón o cualquier individuo que haya sido momificado.

Máscara de la momia de Tutankamón.

¿Alguna vez veremos el rostro de Tutankamón?

Sin embargo, algunos arqueólogos no son tan escépticos a las reconstrucciones digitales. Por el contrario, piensan que pueden basarse en las representaciones originales del faraón que realizaron los antiguos egipcios hace 3.300 años. Finalmente, siguiendo la tradición funeraria que imperaba en aquel entonces, la máscara con la que se cubrió la momia tenía que ser una representación fidedigna de la persona.

Salima Ikram (izquierda), profesora de egiptología en la Universidad Americana de El Cairo, opina lo mismo al respecto: «Creo que se veía tal como estaba representado, excepto que tenía más sobremordida», explica en un correo electrónico a Live Science.

La sobremordida aparece en los escáneres médicos de Tutankamón y podría haberla heredado de su familia, señala Ikram. Por ello, las estatuillas y demás figuras realizadas en la antigüedad podrían ser una aproximación bastante cercana a cómo se veía Tutankamón en vida, dice Ashrafian. "La gente no siempre da suficiente crédito a las fuentes antiguas".

Fuentes: ngenespanol.com | livescience.com | 4 de noviembre de 2022

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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