Logran datar el asedio romano al poblado turmogo del Cerro de Castarreño en Olmillos de Sasamón (Burgos)

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Excavación arqueológica en Carrecastrillo, a los pies del Cerro Castarreño (09/08/2022). / JOSÉ COSTA

El equipo de arqueólogos dirigidos por Jesús García Sánchez (Instituto de Arqueología, Mérida-CSIC) y José Manuel Costa-García (Universidad de Salamanca) continúa avanzando en el conocimiento del pasado de la comarca segisamonense por sexto año consecutivo. Esta intervención, financiada por la Diputación de Burgos y los Ayuntamientos de Sasamón, Olmillos de Sasamón y Villasandino, ha tenido como objetivo estudiar los restos de un importante sistema de asedio romano alrededor del Cerro de Castarreño (Olmillos de Sasamón), así como continuar generando nueva información arqueológica sobre la importante ciudad romana de Segisamo (Sasamón) y otros asentamientos del mismo periodo ubicados en sus proximidades.

Mediante el uso de distintas técnicas de teledetección –incluyendo drones y equipos de prospección geofísica-, los arqueólogos lograron documentar en los últimos años varios campamentos situados en las inmediaciones del cerro, así como un sistema de dobles fosos que, por espacio de más de 6 km, rodearía el asentamiento indígena, aislándolo por completo.

Aunque en la península ibérica se ha conocen documentado otros escenarios de asedio de época romana -casos de Numancia (Soria), La Loma (Santibáñez de la Peña, Palencia) o, más recientemente, Palenzuela (Palencia)-, el paralelo más próximo –cronológica y morfológicamente hablando- es el cerco de Julio César a Alesia (Francia) en el año 52 a.C.

Durante las campañas arqueológicas de 2021 y 2022 se han prospectado con métodos geofísicos algunas de estas estructuras. La prospección geofísica con georradar y magnetómetro son métodos en auge, pues permiten obtener imágenes tridimensionales del subsuelo sin necesidad de excavaciones, para así identificar estructuras soterradas. Se trata, por tanto, de herramientas no invasivas -no afectan a los usos habituales del suelo- y permiten conocer mejor la forma y extensión del cerco, aspecto clave para plantear posteriores intervenciones arqueológicas. Hasta la fecha, los miembros del equipo han prospectado con georradar lugares tan emblemáticos como la necrópolis de Pinilla Trasmonte, complejos vilicarios en Almenara de Adaja o amplios sectores de la ciudad romana de Segisamo.

Combinación de fotografía aérea y prospección geofísica con georradar (29/08/2022). / JOSÉ COSTA / PEDRO TRAPERO / CARLOS CÁCERES / JESÚS GARCÍA.

En colaboración con el Laboratorio de Arqueología no invasiva (MINARQLAB) del IAM-CSIC, la prospección de 2022 ha cubierto otro sector del cerco completamente inédito, permitiendo definir los límites de los campamentos romanos y otras estructuras asociadas. Asimismo, se ha investigado otro pequeño recinto militar recientemente documentado en las proximidades de Villasandino, una villa suburbana en las inmediaciones de Olmillos y varios sectores de la ciudad de Segisamo, cuyo urbanismo se conoce mejor a medida que avanzan los trabajos.

Por su parte, la excavación de diversos sondeos durante las campañas de 2021 y 2022 ha sido clave para la documentación de las estructuras del cerco de asedio. Dado que los trabajos agrícolas han ido erosionando las estructuras que pudiesen existir en superficie -como terraplenes y parapetos-, los elementos más reconocibles son frecuentemente los fosos excavados en la roca caliza local por el ejército romano. Una vez concluido el asedio, estas defensas fueron rápidamente cubiertas por sus mismos constructores, de modo que el estudio arqueológico de estos depósitos es clave para la datación de un episodio histórico desconocido hasta hace poco. Así, se han podido recuperar algunas piezas cerámicas -tanto indígenas como romanas- y metálicas -proyectiles de honda, flechas, tachuelas de calzado militar, etc.-, pero se han tomado también muestras de carbones y sedimentos que, mediante la datación por radiocarbono o luminiscencia, afinan la cronología. Unos y otros elementos apuntan que las tropas romanas habrían cercado el castro turmogo en el siglo I a.C. -probablemente a mediados del mismo-, un periodo histórico mal conocido en la zona.

Doble línea de fosos documentada desde el aire mediante drones.

Reescribir la historia

Hasta el momento, únicamente se contaba con los escritos fragmentarios de algunos autores griegos y latinos para reconstruir la historia de la conquista de la comarca segisamonense. A partir de estos registros sabemos que los romanos iniciaron la conquista del centro peninsular a finales del siglo II a. C., pero en ningún caso conocíamos el momento y el modo en que la comarca del Odra-Pisuerga quedó definitivamente integrada en el Imperio Romano. De hecho, a partir de estos escritos, siempre se ha supuesto que los turmogos habrían sido aliados de Roma cuando el emperador Augusto llegó a la zona en el año 26 a.C. para emprender sus campañas contra los cántabros.

La integración de la comarca en la estructura imperial romana supuso notables cambios en el paisaje, pues los viejos poblados fortificados de la Edad del Hierro -como el oppidum del Cerro Castarreño (Olmillos de Sasamón), excavado en los años 2018-2020- fueron abandonados en favor de otro tipo de núcleos de cuño romano -como la ciudad de Segisamo (Sasamón)-.

Reconstrucción tridimensional de los fosos defensivos en Carrecastrillo (29/08/2022). / JOSÉ COSTA.

Además, aparecieron nuevas infraestructuras públicas -vías, acueductos, etc.- y comenzaron a explotarse los campos de forma más intensa con el objetivo de obtener productos agrícolas con los que alimentar a la creciente población.

La información acumulada a lo largo de los años ha permitido responder a algunas de las incógnitas formuladas por los investigadores, si bien muchas otras preguntas de investigación permanecen irresueltas. Así pues, se conoce ahora que los romanos emplearon su fuerza, ingenio y tecnología militares para cercar y asediar el cerro. Los investigadores plantean ahora que el castro fue considerado por Roma un importante foco de resistencia, si bien no es posible saber si todos los turmogos se opusieron en igual medida a los romanos o pudo haber disensión entre ellos. Es conocida la actitud romana de doblegar cualquier oposición de forma contundente, aspecto que se refleja en el notable esfuerzo logístico que suponía el asedio.

Los arqueólogos consideran que esta acción violenta tuvo también la intención de extender el miedo y de hacer cundir el ejemplo en las restantes poblaciones indígenas del entorno. Se desconoce, sin embargo, cuál fue el resultado de ese asedio: ¿se rindieron los turmogos que habitaban el Cerro Castarreño? ¿Sucumbieron acaso por el hambre? ¿Fue el castro totalmente destruido o simplemente abandonado? Dado el nivel de arrasamiento actual del yacimiento, es difícil precisar estos hechos, pero es segura la presencia del ejército romano en el mismo en relación con estos eventos.

Prospección geofísica con magnetómetro en Carrecastrillo, a los pies del CerroCastarreño (17/08/2022). / JOSÉ COSTA.

Reconstruyendo la historia de la comarca

Además de las ya mencionadas estructuras militares, los arqueólogos han estudiado numerosos yacimientos en la campiña de Sasamón a lo largo de estos últimos seis años. Así, se ha prospectado el área urbana bajo el actual núcleo de Sasamón y se desarrollaron los trabajos de excavación en el Cerro de Castarreño. Con carácter anual, los arqueólogos desarrollan campañas de prospección aérea con drones para monitorizar las estructuras arqueológicas soterradas y documentar nuevas trazas de su presencia mediante la generación de cartografías a partir de fotografías tomadas por medio de drones.

Durante el verano, el uso de métodos geofísicos permite documentar con gran detalle los yacimientos sin que esto suponga ningún perjuicio o molestia a los propietarios de las tierras. De este modo se ha logrado conocer mejor el urbanismo romano de Segisamo -identificándose las trazas de sus calles y edificios- o de complejos suburbanos como los de Tisosa y Santa Eulalia. Durante el desarrollo de estas actividades se han podido recuperar materiales arqueológicos relacionados con la vida cotidiana durante la Antigüedad.

Estructuras romanas documentadas alrededor del Cerro Castarreño.

Por su parte, en 2018 se inició la excavación de una estructura identificada mediante estas tecnologías y que delimitaba el espolón septentrional del Cerro de Castarreño -donde actualmente se encuentran las antenas de telefonía-. La apertura de varios sondeos permitió documentar un potente foso excavado en el páramo y de un talud situado al interior del mismo.

Nuevamente, los hallazgos materiales y las dataciones radiocarbónicas indican que el poblado se abandonó en relación con la llegada de Roma a la comarca. Arqueólogos de diversos países (Reino Unido, República Checa, Alemania, Holanda, Portugal, España, Estados Unidos, Bulgaria, Italia) e instituciones han formado parte en el pasado de este proyecto.

El cerco romano alrededor del Cerro Castarreño (08/08/2022). / JOSÉ COSTA.

Romanarmy.eu, una consolidada iniciativa de divulgación

El colectivo de investigación romanarmy.eu reúne a un conjunto de arqueólogos profesionales e investigadores de diversas instituciones (Universidades de Salamanca, Oviedo, Exeter y Minho; institutos de investigación como el Incipit-CSIC o el IAM) que estudian la presencia del ejército romano en el norte peninsular y las transformaciones que provocó la llegada de Roma en estos territorios. En los últimos años, el colectivo ha descubierto y estudiado numerosos yacimientos arqueológicos, lo que le ha permitido ofrecer visiones innovadoras sobre este proceso.

A través de una iniciativa centralizada en la web romanarmy.eu y en las redes sociales vinculadas, están llevando a cabo una tarea de difusión y visibilización de los nuevos hallazgos y análisis sobre estas evidencias arqueológicas, más de dos mil años después del fin de las operaciones militares. A diario, los arqueólogos han retransmitido las novedades de la campaña a través de los canales de comunicación del colectivo investigador Romanarmy.eu en Twitter, Facebook Live e Instagram.

Asimismo, se han organizado tanto charlas -en Villasandino y Sasamón- como visitas a las zonas de excavación -en Olmillos de Sasamón- con el fin de dar a conocer a la población local los resultados obtenidos y concienciarla de la necesidad de su conservación para generaciones futuras. Ante el auge del detectorismo ilegal y el expolio de yacimientos arqueológicos en la zona, los arqueólogos advierten de que los restos materiales solo tienen valor y permiten reconstruir los eventos del pasado por el contexto donde aparecen. Cualquier extracción no profesional supone la destrucción irreversible de estos depósitos y de la información que contienen.

De igual modo, los resultados de las dos últimas campañas, centradas en el cerco romano, han sido presentados en el prestigioso LIMES Congress XXV, celebrado en Nijmegen (Países Bajos), donde más de 440 especialistas en el estudio del ejército romano han tenido ocasión de analizar y destacar la importancia de los hallazgos.

Fuente: burgosconecta.es | 30 de agosto de 2022

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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