Emergen valiosos restos arqueológicos en Mesopotamia debido a la fuerte sequía reinante
El descenso de las aguas de ríos y embalses ha dejado al descubierto tesoros arqueológicos en las cuencas de los ríos Tigris y Éufrates a su paso por Irak y Siria, cuna de varias de las civilizaciones más antiguas del mundo | Fuente: EFEMesopotamia fue cuna de varias de las civilizaciones más antiguas del mundo y pionera en muchas de las ramas del conocimiento, por eso los tesoros arqueológicos de la región tienen un valor inconmensurable.
Las cuencas de los ríos Tigris y Éufrates, en su paso por Irak y Siria, es una de las zonas más afectadas por el cambio climático. El drama de la falta de lluvias deja una marcada y persistente sequía en esta zona del Cercano Oriente, el descenso de las aguas de los ríos y embalses permiten el resurgir de varios tesoros arqueológicos.
Mesopotamia es la zona del Cercano Oriente ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates.
Cambio climático en Mesopotamia
En partes de Irak la sequía extrema lleva años, y los niveles del agua en el río Tigris han bajado a niveles alarmantes. Es uno de los países más afectados por la crisis climática. La falta de lluvias, junto con la ausencia de infraestructuras adecuadas (debido a décadas de inestabilidad política y guerras), es un problema grave para el suministro de agua que viene afectando a los millones de personas que residen en el territorio de la antigua Mesopotamia.
Además, desde Bagdad (la capital y la ciudad más poblada de Irak), acusan dificultades hidrográficas provocadas por Turquía e Irán al incumplir acuerdos sobre las cuotas de agua a consumir. Recordemos que en Turquía nacen tanto el Tigris como el Éufrates, y desde Irán proviene el río Karun que es un importante afluente del Tigris. El agotamiento de los ríos provoca una rápida desertificación, tormentas de arena cada vez más intensas y agricultores temerosos por el fracaso de sus cosechas y su futuro. Todo ello son manifestaciones de cambios climáticos.
El descenso del caudal del río Éufrates ha dejado al descubierto varios sitios arqueológicos. Foto EFE.
El lado "B" de la sequía: el resurgir de los tesoros
Recientemente el descenso del caudal del río Éufrates ha dejado al descubierto varios sitios arqueológicos pertenecientes a periodos que se remontan a 11.000 años atrás en el norte de Siria. Estos han sido encontrados bajo las aguas del embalse de Al Asad, construido a principios de la década de 1970.
Otro ejemplo es la colina de Tel Qamluq, donde han surgido varios yacimientos del 4000 a. C. y 3000 a. C. Estos yacimientos habían sido explorados antes de que se llenara el embalse en el marco de una campaña internacional para salvar dicho patrimonio arqueológico, el cual iba a ser cubierto por las aguas tras la construcción de la presa.
Pero con el reciente retroceso del área inundada ha resurgido también el sitio de Tel Meribet, con restos del 9000 a. C., y donde se construyó la que es históricamente considerada la primera muralla siria en la zona, de unos 11.000 años de antigüedad.
Los arqueólogos trabajan bajo presión para excavar y documentar rápidamente antes de que suba nuevamente el agua. Foto EFE.
La sequía hace emerger una ciudad
Un extenso complejo urbano que controlaba gran parte del norte de Mesopotamia y Siria, la ciudad de Zajiko, centro cultural del antiguo reino de Mitani (desarrollado entre los años 1550 y 1350 a. C.), se sumó a los sorprendentes tesoros arqueológicos que reaparecieron en el Kurdistán iraquí, a orillas del embalse de la presa de Mosul. Según los especialistas, tales emplazamientos arqueológicos podían aparecían tal vez en antiguos textos babilónicos, pero se desconocía su ubicación exacta.
Esta ciudad de Zajiko resurgió de las aguas por primera vez en el año 2018, y los arqueólogos lograron estudiarla en gran medida, así como también un palacio. Con el avance de los años y la profundización de la sequía, a principios de este 2022 se ha podido llevar a cabo un análisis mucho más exhaustivo de este lugar.
Así mismo, se han podido hallar grandes edificios residenciales y administrativos, un sitio para la fundición de metales, una fortificación masiva con muros y torres de hasta seis metros de ancho, un edificio de almacenamiento monumental de varios pisos y un complejo industrial.
La ciudad Zajiko fue un centro cultural del antiguo reino de Mitani. Foto EFE.
Los arqueólogos han estado trabajando bajo presión para excavar y documentar, rápidamente, al menos una parte de esta ciudad antes de que vuelva a sumergirse. Han quedado impactados por el buen estado de conservación de las paredes de ladrillos de barro secados al sol, los cuales estuvieron bajo el agua durante más de 40 años. Esto se debe a que la ciudad fue destruida por un terremoto alrededor del año 1350 a. C., durante el cual las partes superiores de las murallas se derrumbaron y enterraron los edificios.
También se hallaron cinco vasijas de cerámica que contenían un archivo de más de 100 tablillas cuneiformes hechas de arcilla sin cocer del período asirio medio y realizadas después del terremoto mencionado. Algunas de estas tablillas aún se encuentran en sus 'sobres' y en buenas condiciones. Los investigadores esperan que este descubrimiento proporcione información sobre el final de la ciudad del período Mitani y el comienzo del dominio asirio en la región.
Para evitar el deterioro, cuando el nivel del agua vuelve a subir, los edificios excavados han sido cubiertos completamente con láminas de plásticos y se han rellenado de grava como parte de un extenso proyecto de conservación financiado por la Fundación Gerda Henkel.
Fuente: meteored.com | 13 de septiembre de 2022
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