Edad del Bronce: ¿Cuándo nació el asentamiento de El Argar en Antas (Almería)?
Enterramiento típico de El Argar y cráneo hallado en una de las tumbas. / DIARIO DE ALMERÍA.¿En qué año se puede situar el origen de la cultura de El Argar? Es una pregunta difícil de responder y que no tiene una única respuesta. Depende de las diferentes investigaciones que se han realizado y que hoy en día se continúan desarrollando.
En el 'I Simposio sobre El Argar' que se celebra en Antas (Almería) se intentan dar respuestas a esas interrogantes. Uno de los estudios sobre ello es el que han hecho los doctores Alfredo Mederos (Universidad Autónoma de Madrid) y Fernando Molina (Universidad de Granada). Están analizando los restos óseos extraídos de las tumbas excavadas en los yacimientos de El Argar (Antas) y El Oficio (Cuevas del Almanzora) para obtener información antropológica de todos los grupos o niveles sociales que conformaban ambos asentamientos. "Nos interesan todos, desde los menos favorecidos, que no tenían ajuar funerario, hasta los que acumulaban bienes de carácter aristocrático", explica Molina.
Para ello, los investigadores primero han tenido que localizar los restos de las tumbas, repartidos entre el Museo del Cincuentenario de Bruselas (los Museos Reales de Arte e Historia) y el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
Los investigadores Alfredo Mederos y Fernando Molina en su paso por el simposio de Antas. / V. VISIEDO P.
En total son cientos de tumbas, aunque con restos en mal estado de conservación que no han favorecido la toma de muestras genéticas. De ellos se están analizando datos entorno a cuatro ejes de investigación: análisis de ADN, análisis de estroncio, datación de las tumbas y análisis de la dieta.
Una vez obtenidos los datos del carbono 14, han podido establecer una secuencia clara de los momentos de ocupación de los asentamientos de El Argar y El Oficio. Así, con 17 dataciones diferentes han comprobado que el origen de El Argar (Antas) podría estar en el año 2044 a.C., y su fin en el 1413 a.C, con una fiabilidad del 97%.
Estas fechas son bastante similares a las que se han obtenido con las pruebas realizadas a los restos del yacimiento de El Oficio, muy cercano geográficamente. Allí, con 15 dataciones han fechado los huesos más antiguos en el 2037 a.C. y los más recientes en el 1439 a.C.
Foto: Representación del enclave de El Argar de Antas. / AYUNTAMIENTO DE ANTAS
Foto: La meseta de El Argar en Antas. / DIARIO DE ALMERÍA
Pero aún hay más. Otros estudios previos datan los restos de Fuente Álamo (Cuevas del Almanzora), entre 2040-1419 A.C.; mientras que en Gatas (Turre) las fechas son también muy parecidas: 2030–1490 A.C.
Por lo tanto, con las pruebas realizadas por estos investigadores podría decirse que la cultura argárica en Almería da comienzo hace aproximadamente 4.050 años y permaneció unos seis siglos. Para Mederos y Molina, la Edad del Bronce del sureste ibérico podría tener su inicio en el 2200 a.C en tierras de Murcia (en Lorca) y que de allí se extendiera luego a la Cuenca de Vera (Almería) entre los años 2100 y 2050 a.C.
Todos estos datos y otros muchos que se están discutiendo en el 'Simposio de El Argar en Antas' formarán parte de las actas y suponen la base científica para la futura puesta en valor del yacimiento, tal y como tiene planeado el Ayuntamiento de Antas.
Yacimiento arqueológico de Fuente Álamo, Cuevas del Almanzora. Wikipedia.
¿Qué comían en El Argar?
La investigación de Mederos y Molina no solo se queda en la datación de los restos óseos, sino que también han analizado los isótopos del nitrógeno-14. Eso da pistas sobre la dieta que tenían esos individuos, pues miden la cantidad de proteínas animales.
Ese análisis ofrece unos resultados cuanto menos curiosos, que han compartido en el 'Simposio de El Argar en Antas'. Los huesos, como si hablaran a través de esos isótopos 4.000 años después, muestran que los niños más pequeños, de hasta 6 años, consumían una elevada cantidad de proteína, lo que sin duda habla de la ingesta de la leche materna. No obstante, tras el destete, estos niños cambiaban su dieta a más alimentos vegetales (papillas, gachas), lo que producía que muchos de ellos no sobrevivieran.
En cuanto al resto de individuos cuyos restos óseos se han analizado, tenían una alimentación en la que predominaban las proteínas de origen animal. Aunque con una evidente diferencia entre hombres y mujeres: los varones comían más cantidad de carne que las féminas.
Foto: Cuenco hallado en el yacimiento del Argar de Antas. / DIARIO DE ALMERÍA
No obstante, entre los restos analizados destaca una niña cuyos valores no coinciden con lo habitual, pues su dieta es más rica en carne. Según los investigadores esto podría evidenciar que procedía de otro asentamiento diferente, lo que significaría que existía movilidad.
En cuanto al análisis del nitrógeno-14 en El Oficio, los investigadores desvelan que los datos sobre las mujeres jóvenes se saltan los patrones, por lo que podrían venir de otros asentamientos. Y es que, según su teoría, había mucha más movilidad entre las féminas que en los varones.
No obstante, indican que estos resultados son muy iniciales y que cuando haya más muestras la información será más rica. Asimismo, esperan que el análisis del estroncio proporcione más claves sobre la movilidad de las poblaciones.
Fuente: diariodealmeria.es | 28 de abril de 2022
"La hegemonía de El Argar llegó hasta Sierra Morena"
Francisco Contreras es el jefe del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada. Entre otros trabajos, ha dirigido las investigaciones y rehabilitación del poblado argárico de Peñalosa, en Baños de la Encina (Jaén).
- Usted se ha dedicado a estudiar la Cultura Argárica en el Alto Guadalquivir, ¿hasta allí llegó El Argar?
- Efectivamente. Hasta allí llegó, fíjese qué lejos. Cuando se habla del Estado Argárico, como si desde Antas se pudiera controlar hace 4.000 años a la gente que vivía en el territorio de lo que hoy es la provincia de Jaén, es necesario matizar un poco, pero la realidad es que hasta allí llegó la hegemonía de El Argar. Ahora, el debate está en si, tras llegar a Sierra Morena, el poder de esa ciudad del Levante almeriense se extendió a Ciudad Real o no. Algunos investigadores pensamos que no y otros que sí.
- Lo que sí parece cierto es que los metales empleados en El Argar provenían de Sierra Morena.
- Así es. Los datos que tenemos indican que la extracción del mineral y su transformación en metal, es decir, su reducción, solamente está documentada en la zona de Sierra Morena. Sabemos que allí se fundía el mineral y se transformaba en lingotes que circularon por el Guadalquivir y el Guadiana Menor hasta Almería. Las pruebas realizadas con isótopos indican que los metales encontrados en El Argar proceden de la cuenca minera de Linares. Por tanto, es lógico pensar que la importancia de Sierra Morena en esos momentos es que, muy probablemente, fuera el único foco donde se estaba produciendo de manera intensa la producción de metal a escala regional y suprarregional.
- Y ¿Cómo lo transportaban?
- En ese momento se usaban animales, sobre todo caballos. Sabemos que los bóvidos llevaban el mineral desde las minas hasta los poblados en que se encontraban los talleres que lo transformaban. Un lingote pesa muy poco. Se podían transportar a caballo. Las propias personas podían acarrearlos para cambiarlos por otros bienes. En cualquier caso, los intercambios no serían tan sencillos. Estaban regulados por las élites de los poblados. En el Alto Guadalquivir hemos comprobado la existencia de una organización territorial. Unos poblados eran mineros; otros metalúrgicos; también fortines. Había un entramado que controlaba la salida del metal y la entrada de productos a cambio.
- Tras hablar del pasado, ¿Qué futuro vislumbra usted para la cultura argárica?
- Todo. En este Simposio ha quedado reflejado que aún queda mucho por conocer. En la zona de El Argar hay poblados sin investigar o excavados con sondeos verticales. Faltan investigaciones en extensión y que se publiquen datos de la vida cotidiana de esos asentamientos para poder aproximarnos a una reconstrucción más fiable de El Argar. Aun así, esta es una cultura de la que más datos existen gracias a que enterraban a sus muertos debajo de las casas.
Fuente: almeriahoy.com | 29 de abril de 2022
"Pudo haber actividad portuaria en El Argar"
Anna-Maria Roos es miembro correspondiente del Instituto Arqueológico Alemán, y ha participado en el Simposio en El Argar clausurado el pasado viernes, en el que habló sobre Geoarquología.
- ¿Qué despertó en una alemana la curiosidad por la Cultura de El Argar?
- Yo comencé a colaborar en las excavaciones del Instituto Arqueológico Alemán en Fuente Álamo, un yacimiento de Cuevas del Almanzora. Ésa fue mi llegada a esta zona tan bonita de Andalucía, a la que he acabado muy unida a lo largo de mi carrera. En cualquier caso, El Argar no es mi especialidad. Trabajo en Geoarqueología, concretamente en conocer cómo eran las líneas de costa antiguas, porque el medio ambiente ha cambiado muchísimo.
- ¿Cuáles eran las diferencias más notables, en el Levante de Almería, con respecto a la línea de costa actual?
- Aquí realizamos una investigación llevada a cabo por el Instituto Arqueológico Alemán. Fue dirigida en 1985 por los doctores Hermanfrid Schubart, Oswaldo Arteaga, Hoffman y Schulz. Estudiaron los antiguas estuarios de los ríos Almanzora, Antas y Aguas. A partir de ahí, lograron delimitar cuál era el estado de la costa. Entonces había unas bahías entrantes que hoy han desaparecido. Se colmataron por la acción de esos ríos a lo largo de miles de años.
- ¿Podemos decir que hubo actividad portuaria en El Argar?
- En las bahías de entonces debieron existir puertos. El yacimiento de El Argar está retirado del mar, pero antiguamente pudo haber algún fondeadero.
Fuente: almeriahoy.com | 1 de mayo de 2022
¿Qué pasará con El Argar? Ideas para el futuro del yacimiento
Comité organizador y comité técnico del Simposio Internacional de El Argar. / V. VISIEDO P.
Por el 'I Simposio Internacional de El Argar en Antas' han pasado más de una veintena de expertos en la cultura argárica y de la prehistoria en general en la cuenca atlántico-mediterránea de la península ibérica, desde Extremadura y Portugal hasta la Comunidad Valenciana. Pero una vez escuchados sus estudios sobre la materia tocaba llegar a conclusiones: ¿Qué pasará con El Argar?
El doctor Oswaldo Arteaga, coordinador científico del simposio, resumió en una frase el sentir de muchos antusos: "El Argar parece como la puerta de Alcalá, viendo pasar el tiempo. ¿Pero hasta cuándo?". Para ponerle remedio está el Plan Argar 2020-30 que está desarrollando el Ayuntamiento de Antas y del que forma parte esencial este simposio celebrado del 27 al 29 de abril.
Son muchas y diferentes las ideas que se han planteado para el futuro del yacimiento. Y ya no solo para la meseta de El Argar, sino también para los otros muchos yacimientos de esta cultura esparcidos por el Levante almeriense.
Por lo pronto ya se está trabajando en la creación de las rutas de El Argar. El Ayuntamiento de Antas, según ha confirmado, ya ha mantenido reuniones con los consistorios vecinos de Cuevas del Almanzora y Turre, donde hay yacimientos como el de Fuente Álamo y Gatas.
Por supuesto, otra de las acciones clave para la puesta en valor será la excavación en el yacimiento de El Argar, si bien sobre ello no se han aportado datos precisos. Se deberá realizar aún un proyecto para ello y buscar la forma de financiarlo. Otros municipios cercanos, como Mojácar y Vera, ya realizan campañas de excavaciones arqueológicas en verano mediante convenios con la Universidad de Granada, contando con voluntarios y estudiantes en prácticas.
Mesa de la clausura del Simposio Internacional de El Argar. / V. VISIEDO P.
Para Luis Manuel de la Prada, canciller-secretario general de la Academia Andaluza de la Historia, es imprescindible e inexcusable continuar con la investigación en el yacimiento haciendo labores de prospección, excavación, consolidación, protección y conservación para identificar y delimitar el área arqueológica a preservar. Y después se debe acometer la puesta en valor del yacimiento mediante su musealización y su difusión, especialmente de cara a las futuras generaciones.
Sobre la creación de un Centro de Interpretación de El Argar, cuyo proyecto dice el Ayuntamiento que será realidad en breve, existen serias dificultades para dotarlo de piezas argáricas, pues estas están repartidas por diferentes museos del mundo.
Al respecto, Rui Parreira, director de Bienes Culturales de la Dirección Regional de Cultura del Algarve (Portugal), cree que hoy en día "no es factible hacer volver ese patrimonio o bienes muebles hasta Antas". Pero aporta ideas para "mitigar ese impacto que produjo la historia de la museología, que expolió el patrimonio, pero a la vez le dio visibilidad a nivel internacional". Una de sus propuestas es la celebración de una exposición universal de El Argar que podría tener lugar en Antas.
En este mismo sentido se ha manifestado Rafael Sabio González, director del Museo Nacional de Arqueología Subacuática ARQVA de Cartagena. Para el representante del Ministerio de Cultura, "realizar una exposición permanente presenta varios problemas a la hora de hacerla atractiva al público". Por contraste, afirma que "las actividades temporales y cíclicas son un gancho para el público, pues es algo que se produce solo en un momento dado y que no se va a repetir". Por eso anima al Ayuntamiento de Antas a realizar varias exposiciones temporales mostrando objetos argáricos. Para él, esto sería más sencillo de lograr que hacer un museo permanente, ya que se podrían conseguir cesiones de los museos donde ahora están las piezas.
Para Luis Manuel de la Prada, lo que sí sería digno de una exposición permanente en Antas son las reproducciones de las láminas de las ilustraciones realizadas por Luis Siret sobre las tumbas excavadas. Asimismo, habla de la posibilidad de hacer reproducciones de los objetos más valiosos atesorados por el Museo Arqueológico Nacional, así como lograr el préstamo de algunos de ellos.
En definitiva, tras el simposio se abre ahora un nuevo tiempo en el que Antas y todo el Levante almeriense deben dar un paso adelante para que El Argar deje ser esa Puerta de Alcalá que ve pasar el tiempo. Y, en el futuro, incluso llegar a ser Patrimonio de la Humanidad.
Fuente: diariodealmeria.es| 30 de abril de 2022
El Argar: la enigmática desaparición de la Esparta ibérica
La Almoleya, yacimiento argárico en Totana (Murcia). Fuente: ASOME-UAB
De forma casi consecutiva, dos grandes culturas, Los Millares (3200-2200 a.C.) y El Argar (2044-1413 a.C.), se concatenaron en el tiempo, una en su extinción y la otra en su aparición en un tránsito bastante inquietante. Se podría decir que su ámbito geográfico de existencia vino a ser prácticamente el mismo, aunque con ligeras variaciones; el sudeste peninsular.
¿Era la cultura argárica una civilización mágica? Si, sin duda, pero sus capacidades no solo se reducían a eso. Elevaron a la excelencia el respeto por los que se habían ausentado para viajar a la eternidad. Su convicción en la existencia de una correa de transmisión, cuerpo y alma en la que esta última abandonaba el lastre de la materia para pasar a ser un ente ¿realmente independiente? Era más que patente en sus profundas expresiones de atención para aquellos que habían iniciado el Gran Viaje.
Casi todas sus edificaciones eran horizontales y, con independencia de la exigente estratificación social y lo radical de las fronteras entre clases, los rituales funerarios domésticos tenían una disposición extraordinaria. En un pequeño patio intramuros convivían vivos y viajeros de forma íntima y respetuosa. Diariamente, se les cambiaba el alimento y permanentemente había un fuego protegido para iluminar su recuerdo.
Era la Edad del Bronce, un espacio de transición hacia el futuro por parte de una humanidad siempre exploradora. Asimismo, era el tiempo de un esbozo de una España embrionaria.
La parte nuclear de este proto-estado estaba configurada por las provincias de Alicante sur, Ciudad Real, un tercio de la actual provincia de Granada y, más nutridamente, por Almería y Murcia, expandiéndose a las comarcas limítrofes, llegando a abarcar una extensión más que considerable que nos remite al concepto de una estructura de estado.
Localización geográfica aproximada de la cultura argárica (Fuente: Wikimedia/ ©ASOME, UAB).
El militarismo argárico tenía un toque muy espartano, y no pasaba por la consideración del individuo como una entidad de libertad individual asociada por intereses comunes, no, aquello era una tiránica máquina de arrasar sin más. El control de zonas estratégicas con explotaciones mineras al aire libre, vías de comunicación y recursos agrícolas eran objetivos resultado de una planificación de dominación a través de la posesión de los recursos básicos. Nada nuevo bajo el sol. Luego vendrían las manos extendidas implorando y la subordinación total del consumo al monopolio y control de dichos recursos.
En un pueblo murciano llamado Pliego, rodeado de una campiña vasta y llana hasta donde el horizonte inabarcable se pierde, hay un yacimiento cuyas revelaciones no dejan de asombrar a los arqueólogos patrios y foráneos. Se llama La Almoloya. Está situado en medio de una sucesión de colinas de breve altura trufadas de algunos limoneros, higueras, olmos (los menos) y olivos desperdigados de forma solemne, abrazando el silencio de lo que fue la memoria de una cultura asombrosa. Y en un lugar de entre ellos extraordinariamente estratégico, un altozano desde el que se controla todo el tránsito circundante e, incluso, se puede llegar a divisar en la lejanía la actual capital de la autonomía.
Aunque en origen El Argar es un término genérico que no designa a un enclave específico, sino a un entero constructo cultural y social, eran poblados fortificados dedicados al agro y ganadería. Las manufacturas textiles, una siderurgia potente y la caza y pesca fluvial o de bajura eran el eje sobre el que pivotaba lo cotidiano, eso sí, fuertemente intervenido todo ello por un proto-estado o aristocracia de visión férrea. Estas micro ciudades amuralladas, imponentes hoy incluso en su no presencia, aparecen en la Edad del Bronce en el sureste de nuestro lar patrio, allá por el tiempo encajado entre el año 2300 y el 1400 aproximadamente a.C.
Estamos hablando de un mosaico de ciudades fortaleza que podrían abarcar del orden de los 40.000 Km², que viene a ser una extensión similar a la de Extremadura. Son datos a considerar por la proporcionalidad de territorio que abarcaba aquella civilización perdida en una Europa de aldeas pobladas por cifras de habitantes bastante escasas, por lo general
La estructura arquitectónica por antonomasia era La Motilla, unas fortalezas circulares en anillos concéntricos rodeando una gran torre central, posiblemente con la intención de tener una visión panóptica de lo que ocurría a su alrededor.
Las "motillas" son yacimientos fortificados de la Edad del Bronce datados en el periodo entre los años 2200 y 1500 a.C. Son específicos de zona de La Mancha, donde se ha localizado una veintena.
¿Qué pasó entonces con aquellas gentes que gobernaron con mano de hierro los territorios de la primera sociedad urbana en el Mediterráneo occidental? ¿Por qué ciertos formatos de desarrollo tan espectaculares estaban tan cerca de una 'tecnología punta' y, a su vez, basaban en una férrea jerarquización el control de sus 'ciudadanos' esclavos? En el fondo, ¿no es algo que estemos viviendo en la actualidad de forma cada vez menos disimulada? ¿Tiene algo que ver un golpe o alzamiento popular contra unas condiciones de represión inaceptables? ¿Fue esa la razón de su brusca desaparición 15 siglos antes del nacimiento de Cristo? Quizás la humanidad no haya cambiado tanto como nos parece.
A finales del siglo XIX, el tesón e inquietud de dos hermanos, los ingenieros belgas Luis y Enrique Siret, y un intuitivo capataz cuyo nombre era Pedro Flores, obraron por arte de magia uno de los mayores descubrimientos de la arqueología moderna en Antas (Almería). Una serie de poblados excelentemente fortificados radicados en áreas literalmente inaccesibles albergaban construcciones de planta cuadrada en piedra y adobe, tumbas en tinajas y cistas bajo el pavimento de las viviendas, además de una abundancia inexplicable de armamento.
¿De quién se defendían? ¿Por qué esos recintos perfectamente amurallados y literalmente inexpugnables? ¿A qué se debían esas ingentes cantidades de armamento? ¿Cuál era el motivo de ese afán urbanístico tan calculado y simétrico? ¿Quién se deja el Tesoro de Villena (un ánfora de diez kilos de oro enterrados) y desaparece sin más? ¿Qué pasó en definitiva que hizo tan inexplicable y súbita la desaparición de algo tan aparentemente organizado, regido y administrado con tanta precisión?
El Tesoro de Villena está formado por 59 objetos de oro, plata, hierro y ámbar que totalizan un peso de casi 10 kilos y está datado alrededor del año 1000 a.C. Wikipedia.
Cabe la posibilidad de que el sistema argárico estuviera basado en un rígido control de las commodities del momento, los cereales, que gestionados por la aristocracia militar y una calculada coerción a través de una fuerza ya fuera dosificada o desmedida si hiciera falta controlaba a la población a través de la necesidad.
El paleoambiente en el sureste peninsular durante ese milenio de presencia agraria era radicalmente distinto al actual, pues hay constancia de que amplias extensiones arbóreas, fauna abundante y recursos hídricos sobrados crearan una enorme fertilidad en el agro.
Todo ello nos lleva a concluir que una intensificación de las explotaciones agrícolas por muy atomizadas que fueran, caso bastante improbable, estaba subordinado a un poder omnímodo que mediante una tiranía indisimulada basada en lo mediato no fue capaz de prever a tiempo la deforestación a gran escala de las zonas antes mencionadas deviniendo con el paso del tiempo una sobreexplotación de los recursos que acabaría con el equilibrio de aquel sistema que tantas incógnitas ha dejado a los especialistas. A la luz de estas conjeturas y sus posibles paralelismos, no nos debería de sorprender a los terrícolas que estuviéramos en la actualidad ante un fin de ciclo similar. Es que somos inasequibles al desaliento.
A mi me da que los responsables del carpetazo fueron unos ecologistas alienígenas que se vinieron para arriba y abdujeron a los malvados humanos argáricos para explicarles lo que vale un peine. Es una teoría.
Fuente: elconfidencial.com | 16 de abril de 2022
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