Descubren un rico adorno pectoral de oro y un espejo de bronce en un túmulo escita siberiano

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Tumba con los esqueletos de una mujer y un niño. Foto: Igor Pienkos

Un equipo polaco-ruso de arqueólogos ha descubierto el esqueleto de una mujer equipada con un adorno pectoral de oro y un espejo de bronce dentro de un gran túmulo de aproximadamente hace 2.500 años. La investigación se llevó a cabo en Siberia, en el lugar conocido como el 'Valle Siberiano de los Reyes'.

El sitio arqueológico Chinge-Tey está ubicado en el valle Touran-Uyuk, en el norte de Tuva, una república en la parte asiática de la Federación Rusa. Se le llama el 'Valle de los Reyes de Siberia' debido a los muchos grandes túmulos con rico equipamiento que datan de hace más de 2.500 años. Algunos de ellos se conocen como túmulos principescos.

El año pasado, arqueólogos polacos de la Universidad Jagellónica de Cracovia descubrieron dos tumbas intrigantes. La primera de ellas estaba en la parte central de un túmulo destruido, casi completamente aplastado, con un diámetro de unos 25 metros. Casi invisible a simple vista, fue detectado por escaneo láser aéreo.

Panorámica del 'Valle Siberiano de los Reyes'. Foto: Igor Pienkos

La cámara funeraria de madera, construida en un marco de vigas macizas, contenía los restos de dos cuerpos. La cámara en sí estaba cubierta con tres capas de vigas. El suelo estaba relleno de tablones. Según los investigadores, uno de los restos era una mujer que falleció a una edad en torno d los 50 años, mientras que el otro esqueleto se correspondía con un niño de 2-3 años.

Junto a los restos de la mujer, los investigadores encontraron adornos de oro, un cuchillo de hierro, un espejo de bronce y un peine de madera muy bien conservado decorado con un adorno grabado.

"Un artefacto particularmente interesante fue un pectoral dorado colgado del cuello en forma de hoz o media luna", dice el jefe de la parte polaca de la expedición, el Dr. Łukasz Oleszczak (izquierda), de la Universidad Jagellónica de Cracovia. Él enfatiza que objetos de este tipo, conocidos en montículos en el sur de Siberia, hasta ahora se han encontrado casi exclusivamente en las tumbas de los hombres.

"Eran considerados símbolos de pertenencia a un grupo social, a una casta, tal vez guerreros, en todo caso, hombres. Su presencia en la tumba de una mujer es una desviación muy interesante de esta costumbre. Ello, ciertamente, confirma el papel único de los difuntos en la comunidad del 'Valle de los Reyes'", dice el arqueólogo.

Señala que la mujer fue enterrada en la parte central de la tumba ubicada en las inmediaciones del gran túmulo, el cual, según los investigadores, pertenece a un príncipe nómada. "Parece que, como los demás enterrados en este túmulo, pertenecía al séquito del príncipe", dice Oleszczak.

Detalle del esqueleto de la mujer, alrededor del cuala se pueden apreciar fragmentos dorados del pectoral. Foto: Igor Pienkos

Menciona el estado del ajuar funerario elaborado con materia orgánica. Los investigadores de la expedición polaco-rusa habían encontrado previamente flechas, un mango de piolet y un trozo de un carcaj. La tumba de la mujer contenía un peine de madera conectado con un lazo de cuero a un espejo de bronce. Este conjunto de artículos cosméticos se colocó en la tumba en una bolsa de cuero.

La segunda tumba descubierta en la última temporada de excavación estaba ubicada fuera de la zanja que rodeaba el túmulo. Era el esqueleto de un niño colocado en un pequeño pozo rodeado de piedras. No contenía ningún ajuar funerario.

Un pendiente de oro hallado al lado de los restos de la mujer.

"Las tumbas de los niños en el perímetro, o justo fuera de la zanja que rodea el túmulo, son una parte típica de los ritos funerarios de esta cultura escita primitiva", añade el Dr. Oleszczak.

Los arqueólogos también encontraron evidencia de que un tesoro de objetos hechos de bronce probablemente se depositó alrededor del perímetro del túmulo en algún momento. Prueba de ello es el hallazgo de decenas de piezas de arreos, un piolet de bronce, así como un adorno en forma de cabra. Fueron localizados con un detector de metales. Según el Dr. Oleszczak, el tesoro fue esparcido por un arado profundo en el siglo XX, cuando un koljoz operaba cerca del cementerio.

En 2021, los arqueólogos polacos continuaron su investigación dentro del túmulo que habían comenzado a excavar dos años antes. En ese entonces, encontraron dos entierros: uno central, robado, y una tumba lateral intacta que contenía el cuerpo de un joven guerrero, ricamente equipado con armas, un cuchillo, una piedra de afilar y adornos de oro. Esta es una de las 10 tumbas ubicadas en fila en el eje norte-sur en la parte occidental del cementerio.

Campamento arqueológico a orillas del río Ujuk. Foto: Igor Pieńkos.

Según los investigadores, las tumbas datan del siglo VI a. C., cuando los pueblos de origen escita vivían en estas zonas. Según los expertos, era la cultura Aldy-Bel. En el período escita temprano, el valle de Touran-Uyuk fue uno de los centros rituales más importantes del mundo escita y siberiano. Fue de allí, en las montañas del sur de Siberia, donde se originaron las personas que dominaron las estepas de Europa del Este. Los escitas eran conocidos por ser belicosos. Sus logros han sido descritos, entre otros, por el famoso historiador griego Heródoto.

La investigación fue apoyada por una subvención otorgada por el Centro Nacional de Ciencias de Polonia. Las excavaciones se llevaron a cabo en cooperación con científicos del Museo Estatal del Hermitage en San Petersburgo, bajo la supervisión de Konstantina V. Chugunova.

Fuente: scienceinpoland.pap.pl | 21 de febrero de 2022

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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